Título: (Heart) Attack
Autora:
Riz Aino
Parejas:
2Sung (Love + Rie) (OnlyOneOf)
Clasificación:
R
Géneros:
canon, romance, humor, fluff
Numero de palabras:
1.160 palabras
Resumen:
cada vez que JiSung aparece desnudo ante él, SungHo no sabe dónde meterse.
Advertencias:
nada muy grave… un Park JiSung completamente desnudo… y algunos pensamientos
impuros.
Notas: en algún
momento vi que Rie comentaba que cada vez que Love entraba desnudo a la
habitación le daba algo y lo interpreté para el fic.
Comentario de autora:
quería probar con un ship del que no hubiera escrito antes y aleatoriamente me
acordé de esto, así que, tuve que ponerme y hacerlo. Espero que os guste.
(Heart) Attack
—Por el amor de todos los dioses…
¡Park JiSung… tápate!
A SungHo le salió gritar aquello del
alma mientras se tapaba los ojos con las manos para no ver al idiota que tenía
delante, que acababa de entrar a la habitación, desnudo, completamente desnudo.
Sin embargo, aunque había dicho aquello y había volcado en gritarlo todas las
ganas de asesinarlo que tenía, la única respuesta que recibió de JiSung fue su
risa. Las ganas de asesinarlo aumentaron con esa respuesta, pero SungHo lo
único que hizo fue inspirar hondo y seguir tapándose los ojos con las manos,
tratando de calmarse porque su corazón estaba yendo en aquellos momentos a mil
por hora. JiSung tenía la manía de ir desnudo por todas partes cuando estaban
en el piso y solía aparecer de la nada de aquella guisa, provocando que SungHo
se asustase por ello, porque nunca se lo esperaba y nunca estaba preparado, a
pesar de que ya llevaban compartiendo piso y habitación más de un año. A todos
les había dicho que odiaba aquello, que le parecía perfecto que se sintiera
cómodo desnudo delante de ellos de aquella forma, pero que él odiaba aquello y
que no lo hiciera, pero en el fondo, era todo lo contrario y lo que sucedía era
que todo su cuerpo reaccionaba demasiado cuando JiSung se presentaba de aquella
guisa ante él. Su corazón latía rápidamente dentro de su pecho, sus mejillas se
volvían de color rojo intenso y, en ocasiones, si estaba un poco caliente,
sentía cómo su miembro comenzaba a endurecerse solo ante aquella visión y su
mente se volvía loca pensando demasiadas cosas. Por ese motivo, trataba de
aparentar que en realidad lo odiaba, para ocultar lo que de verdad le pasaba.
—SungHo, en serio, no es para tanto
—le dijo JiSung después de unos momentos—. Ni siquiera una chica se
escandalizaría tanto al verme desnudo… es más, si cualquier fan me viera de
esta forma, estaría encantada —añadió.
—Vale, pero yo no soy ninguna fan
—respondió SungHo, todavía escondiéndose detrás de sus manos—. Hazme el favor
de ponerte al menos unos calzoncillos y no ir con todo el cimborrio al aire.
—No es como si estuviera enseñando
algo que tú no tuvieras —replicó JiSung, de forma infantil.
SungHo suspiró, frustrado. Aquel día
parecía estar tocapelotas también, aparte de desnudo, y probablemente no se
vestiría hasta que no le diera frío y, ni aún así estaba seguro de que lo
hiciera, porque atormentarlo a él siempre era mucho más divertido que hacer por
una vez lo que le pedía. SungHo solo quería una vida tranquila en la que no
tuviera que lidiar con Park JiSung desnudo cada vez que al otro se le ocurría…
pero parecía que aquello era demasiado pedir. Así que, sabiendo que no le
quedaba otra opción, decidió que se iría de la habitación —y probablemente del
piso si éste lo seguía— para poder volver a usar sus ojos. No obstante, antes
de pudiera comenzar a moverse para hacerlo, notó cómo JiSung comenzaba a subir
a su cama.
—Park JiSung, te juro que como te
estés subiendo a mi cama desnudo, te daré una patada y te tiraré al suelo —le
advirtió—. Si te rompes la crisma me dará igual.
JiSung no le contestó en aquella
ocasión tampoco, solo se rio y terminó de subirse a su cama, sentándose al lado
de SungHo, pegándose a su cuerpo lo máximo posible y colocando su mano derecha
sobre el muslo izquierdo del chico, provocando que le diera un susto de muerte
ante el repentino e inesperado contacto, haciendo que SungHo casi saltara de la
cama y, por inercia, se quitara las manos de la cara para apartar la mano del
mayor de su pierna, porque incluso a través de la tela, quemaba.
—¿Por qué me tienes que dar esos
sustos de muerte? —le cuestionó… y su mirada no pudo evitar viajar hasta la
entrepierna de JiSung, descubriendo que seguía desnudo—. Te he dicho que como
no te pusieras algo que echaba a patadas.
SungHo le advirtió aquello una vez
más antes de comenzar a darle patadas y empujones para echarlo de su cama,
cerrando los ojos porque si los mantenía abiertos, el movimiento de su miembro
mientras lo zarandeaba, sería demasiado hipnótico y no se centraría. No
obstante, a pesar de las muchas patadas que le dio a JiSung para que saliera de
su cama, no pudo moverlo ni un milímetro y, cuando comenzó a cansarse, el mayor
aprovechó su ventaja física para acabar empujándolo de espaldas contra el
colchón, sujetándole los brazos con las manos contra la almohada y sentándose
—desnudo— sobre sus muslos para que dejara de mover sus piernas también. SungHo
sintió cómo el color se le subía a las mejillas y cómo su corazón no paraba de
latir rápidamente dentro de su pecho como si le fuera a dar un ataque. En
aquellos momentos se sentía expuesto y avergonzado, con JiSung desnudo sentado
sobre él, reteniéndolo de aquella forma para que no pudiera moverse ni un
milímetro, aunque lo intentase.
—¿Por qué te gusta atormentarme de
esta manera? —le preguntó al final, suspirando profundamente, todavía con los
ojos cerrados y sin atreverse a abrirlos por nada del mundo—. Yo solo quiero
una vida tranquila en la que no tenga que estar viéndote la polla a todas
horas.
—Te has contestado tú solo —replicó
JiSung—. Lo hago porque me gusta atormentarte.
Y, acto seguido, JiSung se inclinó
sobre él para dejar un beso corto en sus labios, para después levantarse de su
cuerpo rápidamente, bajándose de la cama y salir corriendo de la habitación.
SungHo abrió sus ojos en aquellos momentos y no pudo evitar llevar su mano
derecha a sus labios y tocarlos con las yemas de sus dedos, sintiendo todavía
el contacto de la boca del mayor contra la suya y con su corazón martilleando
dentro de su pecho tan rápido que si le estuviera dando un ataque ni lo
notaría. Por primera vez, SungHo quiso que JiSung no se vistiera nunca y se
quedara con él en la cama de verdad, ambos desnudos y con todas las partes de
sus cuerpos tocándose. Porque si iba a estar desnudo, al menos que hiciera algo
de provecho con su cuerpo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario