lunes, 27 de junio de 2022

[One Shot] Losing myself {KyuJung}

Título: Losing myself

Autora: Riz Aino

Parejas: KyuJung (KB + Yoojung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, actors, idols, “romance”, smut, pwp

Número de palabras: 4.529 palabras

Resumen: Kyubin jamás imaginó que su vuelta a la actuación fuera haciendo una web serie bl con el idol más precioso que ha visto en toda su vida.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas.

Notas: historia escrita en conmemoración por el lanzamiento del solo de Yoojung en el proyecto de undergrOund idOl.

Comentario de autora: un día aleatoriamente se me vino a la mente la idea y no paré hasta tenerla acabada. Espero que os guste.

 


            —¡Corten! ¡Corten! —la voz del joven director resonó en el apartamento que habían alquilado para grabar algunas escenas—. Así no. Esta escena no tiene la intensidad ni la tensión que debe de tener.

 

            Kyubin suspiró profundamente y se alejó del cuerpo que había estado presionando contra la pared unos momentos antes, pasándose las manos por el pelo, algo frustrado. Llevaban grabando todo el maldito día en aquel lugar diferentes escenas y esa noche tenían que terminar de grabar aquella en la que estaban lo más rápido posible porque a la mañana siguiente tenían que seguir grabando temprano, al amanecer, en la playa que había a unos minutos. Si no terminaban pronto, Kyubin sabía que no iba a poder dormir nada y ya estaba lo suficientemente cansado como para encima no dormir las pocas horas que podía… pero el joven director que estaba llevando aquel proyecto, no estaba conforme con la química que tenía con su compañero de reparto.

 

            —Kyubin, sé que llevas más de dos años sin actuar porque has tenido que servir en el ejército y estás oxidado —dijo el director, acercándose hasta ellos, mirándolo a él con seriedad—. También sé que este proyecto es algo que hasta ahora nunca habías hecho, pero sé que puedes, eres un actor increíble y sé que puedes con esto.

 

            Kyubin asintió y después no pudo evitar volver a suspirar. Todo lo que el muchacho había dicho era verdad y no podía negarlo. Llevaba mucho tiempo sin actuar y el primer proyecto que había caído en sus manos había sido aquella web serie bl, un género que jamás antes había tratado y que lo había pillado demasiado desentrenado. Jamás se había imaginado que su vuelta a la actuación fuera haciendo una web serie bl pero, sobre todo, jamás se habría imaginado que su compañero de reparto iba a ser Yoojung, el idol masculino más precioso que había visto en toda su vida y que lo ponía terriblemente nervioso cuando estaba con él y lo miraba con aquellos ojos castaños que brillaban como si contuvieran miles de estrellas. Kyubin nunca había estado demasiado pendiente de los idols, pero en su base habían organizado un pequeño festival con algunos grupos, la mayoría de ellos chicas, y el grupo de chicos al que aquel muchacho pertenecía. Cuando lo había visto por primera vez, de lejos casi parecía una chica, con su pelo largo y rubio y su maquillaje acentuando los rasgos de su precioso rostro, pero cuando había cantado, su voz había sonado grave, masculina, profunda, de la misma forma que sus ojos en la pantalla led, y aquello lo había cautivado completamente, tanto, que no había podido parar de buscar información sobre él y ver un montón de cosas del chico y de su grupo y, cuando terminó su servicio militar y volvió al mundo laboral, su empresa le llegó con aquel proyecto de un joven director llamado Jung Wookjin, que había rogado que tenía que ser él el protagonista de su serie y Kyubin había accedido sin saber siquiera quién iba a ser su compañero de reparto, así que se había llevado una enorme sorpresa en la primera lectura del guion al ver allí a Yoojung, el chico del que se había quedado prendado. Realmente, estaba muy frustrado porque las escenas cotidianas, sus líneas y algunas interacciones básicas con el muchacho, sí le salían bien, sí parecían naturales y no tenía ningún problema con ellas… pero la escena que estaban grabando era intensa, tenían que besarse, tenían que tocarse, tenían que derrochar tensión sexual y química… y Kyubin no podía concentrarse.

 

            —Taeyeob —el joven director se giró entonces hacia Yoojung, utilizando su nombre real y no el artístico—. Este no es tu primer papel de este tipo y sé que puedes hacer un gran trabajo —le puso una mano en el hombro al chico—. No te dejes intimidar por Kyubin y hazlo bien.

            —Sí, director Jung.

            —Vale, voy a daros unas indicaciones más precisas y vamos a hacer esto como si fuera simplemente una coreografía —dijo entonces el muchacho, dando una palmada—. Es solo un plano secuencia así que hay que hacerlo bien y la intensidad no puede decaer. Entráis por la puerta besándoos, la cerráis sin mucho miramiento, dando un portazo, venís hacia la pared y Kyubin tienes que empotrar a Taeyeob contra ella y pegarte a su cuerpo lo máximo posible, unas sonrisas, unos jadeos, le besas el cuello y Taeyeob tiene que agarrarte fuerte la espalda, después le das un pequeño empujoncito en el trasero para que suba las piernas a tu cintura y te lo llevas cargando hasta la cama, donde lo dejas con cuidado y lo sigues besando. ¿Queda así más claro? —ambos asintieron—. Perfecto, vamos a ensayarlo una vez y comenzamos a grabarlo en la siguiente.

 

            Kyubin suspiró profundamente y trató de concentrarse de nuevo. Tenía que hacer aquello bien, su corazón debía dejar de latir como loco y tenía que calmarse para dejar de estar tan nervioso por hacer aquella escena tan intensa con aquel chico. Por mucho que lo admirara, por mucho que se hubiera quedado prendado de él, por mucho que lo único que quisiera fuera hacer algo como aquello en la realidad con él, se tenía que concentrar y hacer las cosas bien, retener todos sus sentimientos y enfocarse.

 

            —Empezamos el ensayo —dijo el director—. Salid y cuando os sintáis listos, entrad.

 

            Ambos caminaron hasta la puerta y esta fue cerrada tras ellos un instante, dejándolos solos en el pasillo de aquel bloque de apartamentos, la tenue luz del descansillo iluminándolos y provocando que el chico ante él pareciera mucho más precioso de lo que ya lo era. Kyubin carraspeó para obligarse a dejar de pensar en ello y trató de encontrar las palabras adecuadas para decir en aquella situación, pero antes de que pudiera abrir la boca para hablar, Yoojung ya lo había hecho por él.

 

            —Simplemente hagámoslo como ha dicho el director —dijo el muchacho, llamando su atención—. Siguiendo todos los pasos y haciéndolo con intensidad. No tienes que preocuparte por mí, ni tienes que dudar.

 

            Sus ojos castaños brillaron de una forma completamente encantadora y Kyubin tuvo unas ganas inmensas de besarlo allí mismo de verdad, volcando en el beso todo lo que se había estado guardando para él, aquel pequeño secreto que había albergado desde que lo había visto actuar en la base militar. No obstante, respiró profundamente y trató de calmarse porque hacer aquello le iba a hacer más mal que bien, así que, simplemente asintió a las palabras del muchacho ante él y avisó al equipo que se encontraba dentro del apartamento que estaban listos antes de inclinarse levemente hacia Yoojung para tomar sus labios a la vez que introducía el código de la puerta, abriéndola al instante y comenzando con el ensayo de aquella escena. Ambos comenzaron a dar un paso tras otro, besándose, una de sus manos en la cintura del idol para sujetarlo, la otra en su mejilla, mientras que las del chico se encontraban sobre sus hombros, hundiendo sus dedos en estos, hasta llegar a la pared, donde Kyubin empujó levemente a Yoojung contra ella, pegando su espalda a su superficie e, inmediatamente después, pegando su cuerpo al de éste. Ambos jadearon, ambos esbozaron una sonrisa antes de seguir besándose, una y otra vez, las manos de Yoojung viajaron hasta su espalda y agarraron con fuerza por encima de su ropa, pegándolo muchísimo más a su cuerpo, abriendo sus piernas, dejando que el muslo de Kyubin acabara rozando contra su entrepierna, provocando que un jadeo grave saliera de sus labios. Por un momento, Kyubin se quedó completamente estático porque estaba completamente seguro de que aquel jadeo había sido real, pero recordó que debía de seguir haciendo aquello, que debía de seguir con aquel ensayo y hacerlo bien para que la siguiente toma fuera perfecta y aprovechó para llevar sus labios hasta el cuello del menor, besando, lamiendo, queriendo marcarlo, pero sin poder hacerlo, llevando sus manos de la cintura del idol hasta su trasero, agarrando sus nalgas con fuerza, ayudándolo a envolver sus piernas en su cintura, volviendo a buscar sus labios en ese momento, besándolo con hambre mientras se movía por el lugar hasta llegar a la cama, donde dejó caer con cuidado a Yoojung, sin siquiera separarse de sus labios.

 

            —¡Corten! —la voz del director Jung resonó en el apartamento de nuevo y Kyubin acabó separándose del otro chico a duras penas, queriendo volver a inclinarse sobre él y besarlo hasta el amanecer cuando vio cómo el chico ante él se encontraba respirando entrecortado, con las mejillas encendidas y los ojos brillando como si contuvieran un mar de estrellas—. Ha sido perfecto —dijo el chico, llegando hasta ellos, pareciendo completamente emocionado—. Vamos a grabar inmediatamente un par de veces más esta escena y damos por finalizado el día de hoy.

 

            Kyubin no creía que pudiera hacer aquello un par de veces más sin querer más y más del chico, sin querer separarse de él cuando escuchara “corten”, sin poder obtener su cuerpo enteramente esa noche y por la mirada que Yoojung le estaba dedicando en aquellos momentos, llena de deseo y lujuria, quizás él también se sentía de la misma forma… o quizás Kyubin simplemente estaba perdiendo la cabeza, perdiéndose a sí mismo después de aquellos besos, de aquellos roces, de aquellos jadeos graves que salían de los labios del idol. Kyubin cerró sus ojos e inspiró profundamente tratando de mentalizarse de nuevo para poder seguir haciendo aquello porque tenían que terminar de grabar y porque era imposible que Yoojung pudiera tener algún tipo de deseo por él, debían ser imaginaciones suyas.

 

~

 

            Kyubin dejó caer levemente su cabeza contra la pared de azulejos que se encontraba frente a él, jadeando, con sus ojos cerrados y las piernas un poco temblorosas, sintiendo cómo todo su cuerpo era recorrido por una oleada de placer intenso mientras su mano derecha se encontraba todavía sujetando su miembro, que poco a poco se iba deshinchando. Al final había tenido que recurrir a masturbarse en la ducha en cuanto la grabación terminó y volvió a su habitación del hotel. Había ayudado un poco a paliar toda la excitación que poco a poco se había ido haciendo más fuerte e intensa por aquella escena que habían tenido que grabar varias veces, pero no había sido suficiente. Después de pasarse varias horas besando a Yoojung, tocando su cuerpo, aspirando aquel aroma dulce que desprendía, sabía perfectamente que masturbarse de aquella forma no era para nada lo que necesitaba… pero no podía ir en busca de lo que realmente necesitaba, no podía ir en busca del chico, no podía tomar su cuerpo una y otra vez hasta sentirse totalmente satisfecho, aquello era lo único que podía hacer y lo único que al menos lo saciaría lo suficiente como para poder dormir un poco aquella noche antes de despertarse al amanecer para seguir grabando.

 

            Kyubin acababa de salir de la ducha, envuelto en aquel albornoz blanco y suave del hotel, secándose el pelo con una toalla, cuando unos golpes leves en la puerta de su habitación lo hicieron detener su camino hacia la cama. Era tarde y no esperaba visita, su manager estaba durmiendo en otra habitación, junto a otra gente del equipo de grabación y mientras iban de camino al hotel le había dicho todo lo que estaba en su agenda del siguiente día, por lo que, a no ser que fuera algo de última hora o super importante, no creía que éste hubiera ido a buscarlo. No obstante, a pesar de estar extrañado, Kyubin no le echó muchas cuentas y simplemente fue a abrir la puerta, encontrándose al hacerlo con una persona que no esperaba para nada.

 

            —Yoojung… —no pudo evitar decir, sorprendido—. ¿Qué haces aquí?

            —¿Puedo pasar? —le preguntó el chico, sin decir absolutamente nada más.

            —Sí, claro —respondió, echándose a un lado y dejándolo pasar, cerrando la puerta en cuanto éste entró a la habitación e inspirando hondo para tratar de calmar el incipiente nerviosismo que empezaba a apoderarse de él—. ¿Hay algo de lo que quieras hablar? ¿Las escenas de mañana?

 

            Kyubin trató de sonar profesional con aquellas preguntas, pero en cuanto Yoojung se giró hacia él, mirándolo fijamente con un brillo intenso en sus ojos castaños, acabó boqueando como si fuera un pez fuera del agua.

 

            —Creo… que no me equivoco al asegurar que mientras hacíamos la escena de antes, los dos nos hemos excitado —dijo el chico—. Y la ducha y mi mano no han sido suficientes como para acabar con esa excitación.

 

            Kyubin tragó saliva al escuchar aquello, su boca se había quedado seca. No era posible que Yoojung le hubiera dicho eso, tenía que haber escuchado, sus propios deseos se tenían que haber interpuesto en la comunicación entre sus orejas y su cerebro y había entendido algo completamente diferente. Sin embargo, la mirada fija del chico en él, intensa, brillante, llena de deseo, lo que le indicaba era lo contrario, que lo que había escuchado había sido, palabra por palabra, lo que éste le había dicho, y Kyubin tuvo que tragar saliva por segunda vez. Mientras grababan le había parecido que Yoojung también estaba sintiendo más cosas de las que debía, pero no había podido imaginar nada como aquello.

 

            —Yoojung… ¿estás seguro de que has dicho lo que querías decir? —tuvo que preguntar.

            —Nunca he estado más seguro de nada en mi vida —replicó—. Grabar contigo esa escena me ha puesto muy caliente y necesito acostarme contigo esta noche —le dijo, dando un paso hacia él, acercándose, pegándose a su cuerpo, llevando sus manos de dedos largos hasta el lazo del albornoz, jugando con él, alzando su mirada hacia él, aquellos ojos castaños que debían de ser una perdición—. Quiero acostarme contigo y sé que tú también quieres.

 

            Kyubin sintió cómo su corazón dio un vuelco dentro de su pecho y acabó haciendo simplemente lo único que había querido desde el principio. Se inclinó hacia delante para tomar sus labios, agarrando el rostro del chico con sus manos, ladeando levemente su cabeza, moviendo sus labios demandantemente sobre los de éste, buscando con su lengua la de Yoojung y recibiendo inmediatamente la respuesta de éste, moviendo su boca al compás de la suya, un beso intenso, mucho más intenso que los que se habían dado mientras grababan, mucho más desenfrenado, mucho más descontrolado, sus lenguas enredándose la una con la otra, la saliva compartida resbalando por sus mentones, mordiendo levemente al contrario, sus dientes chocando en ocasiones por la precipitación. Un beso que los acabó dejando sin aire y Kyubin tuvo que alejarse un poco de la boca del idol para poder respirar de nuevo, pero sus labios fueron atrapados por los de Yoojung tan solo unos segundos después, a la vez que sus dedos desanudaban el lazo del albornoz y le abrían la prenda, sus manos rozando sus pectorales, sus hombros, tirando de éste hacia abajo, hasta que cayó al suelo, dejándolo completamente desnudo ante él, con el calor acumulándose en su entrepierna y una incipiente erección en ella.

 

            —Te… quiero dentro… ya… —murmuró Yoojung, sin dejar de besar sus labios, trazando con las yemas de sus dedos el contorno de sus abdominales, provocando que un escalofrío de placer y excitación recorriera todo su cuerpo.

 

            No tuvo que decir nada más. Kyubin llevó las manos hasta su trasero y lo levantó del suelo sin ningún esfuerzo porque el chico estaba muy delgado, cargándolo hasta la cama enorme de su habitación, dejándolo caer sobre esta con cuidado, como había hecho varias veces en las grabaciones anteriormente, pero teniendo la certeza de que en aquella ocasión no iba a tener que separarse de él cuando menos quería tras escuchar un “¡corten!”. Él ya estaba desnudo por cortesía de Yoojung, así que, lo que hizo fue inclinarse sobre él y comenzar a quitarle la ropa al chico, entre besos, levantándole la camiseta y bebiendo de aquella piel nívea, queriendo marcarla, pintarla de rojo y púrpura, sabiendo a la perfección que no podía hacerlo. No obstante, Kyubin se entretuvo con sus sensibles pezones, escuchándolo gemir levemente, gemidos que resonaban en sus oídos y que lo hacían ponerse caliente, mucho más caliente de lo que ya estaba, no viendo la hora de poder penetrarlo como Yoojung le había confesado que quería, pero queriendo excitarlo antes de ello.  Descendió por el cuerpo del chico entre besos y más besos, llegando hasta su entrepierna y desabrochándole los pantalones y sacándoselos por las piernas, viendo cómo un bulto había ido creciendo en su entrepierna a través de sus calzoncillos, una prenda que no tardó en retirar justo después, dejándolo desnudo completamente ante él.

 

            Hacía un tiempo que fantaseaba con algo así, mucho más desde que se habían convertido en compañeros de reparto, y no se podía creer que, en esos instantes, Yoojung se encontrara desnudo en su cama y totalmente dispuesto a acostarse con él, como si éste lo hubiera estado deseando desde hacía tanto tiempo como él. Casi lo sentía como un sueño, tenía la mente nublada por el deseo y sentía que se estaba perdiendo a sí mismo en la situación, no pudiendo pensar en otra cosa que no fuera internarse en el cuerpo de Yoojung hasta que el chico se quedara completamente desecho entre sus brazos.

 

            —Si me miras de esa forma… pensaré que hace tiempo que quieres… esto —jadeó Yoojung, sacándolo de sus pensamientos, pero no pudo contestar a aquello porque era verdad, había dado en el clavo—. Yo hace tiempo que… lo quiero… —continuó, mirándolo fijamente a los ojos mientras se incorporaba en el colchón levemente, apoyándose en sus codos, en una postura seductora—. Hace tiempo que veo todos tus trabajos… hace tiempo que no puedo dejar de… pensar en ti… hace tiempo que quería conocerte… que quería tener una… oportunidad contigo… hace demasiado tiempo que quiero esto.

 

            Kyubin tragó saliva ante aquello, no pudiéndoselo creer, pero viendo en la mirada intensa de Yoojung sobre él que lo que acababa de decir era verdad. No había sido su imaginación que el chico se hubiera excitado mientras grababan y no había sido su imaginación que éste lo estuviera deseando desde hacía tiempo y la única reacción que su cuerpo fue capaz de mostrar fue inclinarse hacia él de nuevo y tomar sus labios intensamente durante unos momentos, hasta que ambos se quedaron de nuevo sin respiración, mientras su corazón martilleaba dentro de su cuerpo como si acabase de correr una maratón, separándose de Yoojung para coger aire a desgana, pero sabiendo que tenía que hacerlo para poder continuar. Se bajó de la cama bajo la atenta mirada del chico y caminó hacia su maleta, donde estaba seguro de que debía de tener en su neceser un bote de lubricante pequeño y algunos condones. Siempre llevaba a la mano por lo que pudiera pasar, pero no habían sido muchas veces las que había acabado utilizándolas porque siempre debía de tener muchísimo cuidado con encontrar a alguien decente que no se fuera a ir de la lengua y empezar rumores que le pudieran costar la carrera. Cuando halló el pequeño tubo de lubricante y los condones que había guardado volvió a la cama precipitadamente, todavía bajo la atenta mirada de Yoojung, que parecía querer decirle algo.

 

            —¿Pasa algo? —le preguntó. El chico se tomó unos segundos antes de responder, como si se estuviera pensando qué decir o cómo decirlo, hasta que asintió con un leve movimiento de su cabeza—. ¿Qué es?

            —No has dicho nada —le dijo—. ¿Tú también quieres esto desde hace tiempo?

 

            Kyubin no pudo evitar esbozar una sonrisa y volvió a acercarse al chico para esta vez dejar un beso corto en sus labios antes de trazar un pequeño camino de besos hasta su oreja, donde susurró contra ésta:

 

            —Desde que viniste con tu grupo a actuar a la base militar en la que estaba —dijo—. Y mucho más desde que estamos trabajando juntos.

 

            Después de decir aquello, Kyubin se separó de Yoojung, viendo cómo en su rostro había aparecido una sonrisa satisfecha. Kyubin tomó aquella sonrisa como que todo estaba bien y podía seguir y llevó sus manos hasta las rodillas del chico para abrir sus piernas, no teniendo que hacer ni mucha presión porque éste las abrió inmediatamente, dejándole el hueco necesario para que pudiera introducirse entre ellas y maniobrar bien. Se echó un poco de lubricante en los dedos y después los acercó hasta la entrada de Yoojung, introduciendo uno de ellos en su interior, notando cómo no tenía que ejercer ninguna presión para ello. Introdujo inmediatamente después el segundo, sin encontrar oposición ni rigidez en los músculos del chico y no pudo evitar desviar su mirada hacia el rostro de Yoojung, que le dedicó una sonrisa pícara antes de decir:

 

            —Te dije que había venido porque solo mis manos no eran suficiente.

 

            Kyubin no pudo evitar que una pequeña carcajada escapara de sus labios al oírlo decir aquello porque no se había esperado que el chico se hubiera masturbado tan profundamente que incluso se hubiera penetrado a sí mismo con los dedos, creía que, como él, se debía de haber hecho una paja en la ducha y después de aquello había ido a por él, pero se había equivocado y, en realidad, agradecía bastante haberse equivocado en aquello porque así no tenía que perder el tiempo en preparar a Yoojung, simplemente podía internarse en él y acabar de aquella forma con la excitación creciente que ambos llevaban un tiempo acumulando. Con sus dedos todavía dentro del cuerpo del chico, buscó su próstata y, al hallarla, empujó suavemente contra ésta, provocando que el cuerpo de Yoojung temblara de placer durante unos instantes y gimiera mucho más alto de lo que lo había hecho hasta el momento. Aquello fue lo último que Kyubin necesitó para decidir que ya había sido suficiente.

 

            Sacó los dedos del interior de Yoojung y abrió inmediatamente después el paquete de uno de los condones, poniéndoselo en su palpitante miembro, duro a pesar de que no se había tocado, excitado por los besos, por los gemidos del chico, por su cuerpo desnudo ante él. Se echó un poco de lubricante sobre el condón y restregó aquel líquido viscoso por la superficie del látex para embadurnarlo bien y hacer mucho más fácil la penetración, colocándose tras esto entre las piernas de Yoojung, guiando con su mano su miembro hasta el ano de éste, mirándolo a los ojos fijamente y esperando una última confirmación antes de adentrarse hasta lo más profundo de su ser. Yoojung no tardó ni un segundo en asentir con un leve movimiento de su cabeza y Kyubin simplemente empujó su miembro en su interior, notando inmediatamente el calor de sus paredes envolviéndolo y apretándolo, haciendo que un gemido grave, forjado en lo más hondo de su garganta, escapara por sus labios debido al infinito placer que acababa de sentir. Yoojung también parecía haber sentido un gran placer con aquello porque sus piernas se encogieron y los músculos de su cuerpo se tensaron durante unos segundos, a la vez que jadeaba, con sus ojos castaños brillando repletos de deseo, unos ojos que contenían miles de estrellas y en los que Kyubin sentía que podría perderse a sí mismo, de la misma forma que podría perderse en todas aquellas sensaciones que recorrían su cuerpo, esa corriente eléctrica placentera que no dejaba de circular por su sistema nervioso y que lo hacía estar sensible a absolutamente cualquier estímulo en su ser.

 

            Kyubin comenzó a moverse primero lentamente, acostumbrándolos poco a poco a ambos a todas las sensaciones placenteras, agarrando el cuerpo del chico para tener mayor estabilidad y poder ir aumentando poco a poco la velocidad. Con cada penetración, con cada embestida, jadeos salían de sus labios, uno tras otro, sin descanso, mientras sus ojos estaban fijos en los del otro, Kyubin demasiado embelesado como para poder apartarlos de él, subiendo cada vez más la intensidad hasta que el choque de sus caderas fue intenso, rápido y descoordinado. Kyubin acabó empujando el cuerpo de Yoojung contra el colchón y llevando sus piernas hasta sus hombros para entrar en él hasta lo más profundo, para encontrar el mejor ángulo para dar una y otra vez contra su próstata, pera hacerlo llegar al orgasmo mientras su pene vibraba por sus embestidas sobre su estómago, a veces más duro, otras algo menos. Una y otra vez, una y otra vez, sin poder detenerse, más y más rápido, casi saliendo de su cuerpo, a veces casi resbalando fuera de él, perdiéndose en el placer, en todo lo que sentía y en cómo el orgasmo se iba acercando cada vez más y más, parando un poco, deteniendo aquel ritmo desenfrenado, esperando a que su cuerpo se calmara un instante antes de seguir acumulando un fuego en su interior que necesitaba ser desatado… un fuego que acabó consumiéndolos a ambos casi a la vez, porque Yoojung acabó corriéndose en su estómago, un leve hilo blanquecino manchándolo, su cuerpo temblando de placer y apretando el miembro de Kyubin en su interior hasta que este acabó corriéndose también, perdiéndose en las sensaciones que recorrían su cuerpo por el orgasmo.

 

            Completamente rendido, unos instantes después, salió del cuerpo de Yoojung y se dejó caer a su lado en la cama, tratando de recuperar el aliento y cerrando sus ojos, todavía disfrutando de los últimos coletazos del orgasmo. Unos momentos más tarde, sintió cómo el cuerpo de Yoojung se movía a su lado en el colchón y cómo le pasaba una de las piernas por encima, quedándose sentado sobre él, inclinándose sobre su cuerpo y comenzando a dejar pequeños besos sobre su piel, haciendo que Kyubin sintiera escalofríos de placer recorriendo toda su columna vertebral de arriba abajo. Acabó abriendo sus ojos, encontrándose con una visión completamente exquisita de Yoojung sobre él, con su flequillo rubio pegado a su frente por el sudor y sonrojado de pies a cabeza, sus ojos mirándolo con un ardiente deseo que no parecía haberse debilitado ni un poco desde que habían grabado la escena que había desencadenado todo aquello horas antes. Kyubin no pudo evitar esbozar una sonrisa e incorporarse levemente sobre sus codos para atrapar los labios de Yoojung en un beso largo, a veces intenso, a veces perezoso, sabiendo perfectamente que aquella noche no iba a dormir ni un minuto, pero que iba a disfrutar cada segundo que estuviera despierto.

 

 

 

 

 

 

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