Título: Losing myself
Autora: Riz Aino
Parejas: KyuJung (KB +
Yoojung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, actors, idols, “romance”, smut, pwp
Número de palabras:
4.529 palabras
Resumen:
Kyubin jamás imaginó que su vuelta a la actuación fuera haciendo una web serie
bl con el idol más precioso que ha visto en toda su vida.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas.
Notas: historia
escrita en conmemoración por el lanzamiento del solo de Yoojung en el proyecto
de undergrOund idOl.
Comentario de autora:
un día aleatoriamente se me vino a la mente la idea y no paré hasta tenerla
acabada. Espero que os guste.
—¡Corten! ¡Corten! —la voz del joven
director resonó en el apartamento que habían alquilado para grabar algunas
escenas—. Así no. Esta escena no tiene la intensidad ni la tensión que debe de
tener.
Kyubin suspiró profundamente y se
alejó del cuerpo que había estado presionando contra la pared unos momentos
antes, pasándose las manos por el pelo, algo frustrado. Llevaban grabando todo
el maldito día en aquel lugar diferentes escenas y esa noche tenían que
terminar de grabar aquella en la que estaban lo más rápido posible porque a la
mañana siguiente tenían que seguir grabando temprano, al amanecer, en la playa
que había a unos minutos. Si no terminaban pronto, Kyubin sabía que no iba a
poder dormir nada y ya estaba lo suficientemente cansado como para encima no
dormir las pocas horas que podía… pero el joven director que estaba llevando
aquel proyecto, no estaba conforme con la química que tenía con su compañero de
reparto.
—Kyubin, sé que llevas más de dos
años sin actuar porque has tenido que servir en el ejército y estás oxidado
—dijo el director, acercándose hasta ellos, mirándolo a él con seriedad—. También
sé que este proyecto es algo que hasta ahora nunca habías hecho, pero sé que
puedes, eres un actor increíble y sé que puedes con esto.
Kyubin asintió y después no pudo
evitar volver a suspirar. Todo lo que el muchacho había dicho era verdad y no
podía negarlo. Llevaba mucho tiempo sin actuar y el primer proyecto que había
caído en sus manos había sido aquella web serie bl, un género que jamás antes
había tratado y que lo había pillado demasiado desentrenado. Jamás se había
imaginado que su vuelta a la actuación fuera haciendo una web serie bl pero,
sobre todo, jamás se habría imaginado que su compañero de reparto iba a ser
Yoojung, el idol masculino más precioso que había visto en toda su vida
y que lo ponía terriblemente nervioso cuando estaba con él y lo miraba con
aquellos ojos castaños que brillaban como si contuvieran miles de estrellas.
Kyubin nunca había estado demasiado pendiente de los idols, pero en su
base habían organizado un pequeño festival con algunos grupos, la mayoría de
ellos chicas, y el grupo de chicos al que aquel muchacho pertenecía. Cuando lo
había visto por primera vez, de lejos casi parecía una chica, con su pelo largo
y rubio y su maquillaje acentuando los rasgos de su precioso rostro, pero
cuando había cantado, su voz había sonado grave, masculina, profunda, de la
misma forma que sus ojos en la pantalla led, y aquello lo había cautivado
completamente, tanto, que no había podido parar de buscar información sobre él
y ver un montón de cosas del chico y de su grupo y, cuando terminó su servicio
militar y volvió al mundo laboral, su empresa le llegó con aquel proyecto de un
joven director llamado Jung Wookjin, que había rogado que tenía que ser él el
protagonista de su serie y Kyubin había accedido sin saber siquiera quién iba a
ser su compañero de reparto, así que se había llevado una enorme sorpresa en la
primera lectura del guion al ver allí a Yoojung, el chico del que se había
quedado prendado. Realmente, estaba muy frustrado porque las escenas
cotidianas, sus líneas y algunas interacciones básicas con el muchacho, sí le
salían bien, sí parecían naturales y no tenía ningún problema con ellas… pero
la escena que estaban grabando era intensa, tenían que besarse, tenían que
tocarse, tenían que derrochar tensión sexual y química… y Kyubin no podía
concentrarse.
—Taeyeob —el joven director se giró
entonces hacia Yoojung, utilizando su nombre real y no el artístico—. Este no
es tu primer papel de este tipo y sé que puedes hacer un gran trabajo —le puso
una mano en el hombro al chico—. No te dejes intimidar por Kyubin y hazlo bien.
—Sí, director Jung.
—Vale, voy a daros unas indicaciones
más precisas y vamos a hacer esto como si fuera simplemente una coreografía
—dijo entonces el muchacho, dando una palmada—. Es solo un plano secuencia así
que hay que hacerlo bien y la intensidad no puede decaer. Entráis por la puerta
besándoos, la cerráis sin mucho miramiento, dando un portazo, venís hacia la
pared y Kyubin tienes que empotrar a Taeyeob contra ella y pegarte a su cuerpo
lo máximo posible, unas sonrisas, unos jadeos, le besas el cuello y Taeyeob
tiene que agarrarte fuerte la espalda, después le das un pequeño empujoncito en
el trasero para que suba las piernas a tu cintura y te lo llevas cargando hasta
la cama, donde lo dejas con cuidado y lo sigues besando. ¿Queda así más claro?
—ambos asintieron—. Perfecto, vamos a ensayarlo una vez y comenzamos a grabarlo
en la siguiente.
Kyubin suspiró profundamente y trató
de concentrarse de nuevo. Tenía que hacer aquello bien, su corazón debía dejar
de latir como loco y tenía que calmarse para dejar de estar tan nervioso por
hacer aquella escena tan intensa con aquel chico. Por mucho que lo admirara,
por mucho que se hubiera quedado prendado de él, por mucho que lo único que
quisiera fuera hacer algo como aquello en la realidad con él, se tenía que
concentrar y hacer las cosas bien, retener todos sus sentimientos y enfocarse.
—Empezamos el ensayo —dijo el
director—. Salid y cuando os sintáis listos, entrad.
Ambos caminaron hasta la puerta y
esta fue cerrada tras ellos un instante, dejándolos solos en el pasillo de
aquel bloque de apartamentos, la tenue luz del descansillo iluminándolos y
provocando que el chico ante él pareciera mucho más precioso de lo que ya lo
era. Kyubin carraspeó para obligarse a dejar de pensar en ello y trató de
encontrar las palabras adecuadas para decir en aquella situación, pero antes de
que pudiera abrir la boca para hablar, Yoojung ya lo había hecho por él.
—Simplemente hagámoslo como ha dicho
el director —dijo el muchacho, llamando su atención—. Siguiendo todos los pasos
y haciéndolo con intensidad. No tienes que preocuparte por mí, ni tienes que
dudar.
Sus ojos castaños brillaron de una
forma completamente encantadora y Kyubin tuvo unas ganas inmensas de besarlo
allí mismo de verdad, volcando en el beso todo lo que se había estado guardando
para él, aquel pequeño secreto que había albergado desde que lo había visto
actuar en la base militar. No obstante, respiró profundamente y trató de
calmarse porque hacer aquello le iba a hacer más mal que bien, así que,
simplemente asintió a las palabras del muchacho ante él y avisó al equipo que
se encontraba dentro del apartamento que estaban listos antes de inclinarse
levemente hacia Yoojung para tomar sus labios a la vez que introducía el código
de la puerta, abriéndola al instante y comenzando con el ensayo de aquella
escena. Ambos comenzaron a dar un paso tras otro, besándose, una de sus manos
en la cintura del idol para sujetarlo, la otra en su mejilla, mientras
que las del chico se encontraban sobre sus hombros, hundiendo sus dedos en
estos, hasta llegar a la pared, donde Kyubin empujó levemente a Yoojung contra
ella, pegando su espalda a su superficie e, inmediatamente después, pegando su
cuerpo al de éste. Ambos jadearon, ambos esbozaron una sonrisa antes de seguir
besándose, una y otra vez, las manos de Yoojung viajaron hasta su espalda y
agarraron con fuerza por encima de su ropa, pegándolo muchísimo más a su
cuerpo, abriendo sus piernas, dejando que el muslo de Kyubin acabara rozando
contra su entrepierna, provocando que un jadeo grave saliera de sus labios. Por
un momento, Kyubin se quedó completamente estático porque estaba completamente
seguro de que aquel jadeo había sido real, pero recordó que debía de seguir
haciendo aquello, que debía de seguir con aquel ensayo y hacerlo bien para que
la siguiente toma fuera perfecta y aprovechó para llevar sus labios hasta el
cuello del menor, besando, lamiendo, queriendo marcarlo, pero sin poder hacerlo,
llevando sus manos de la cintura del idol hasta su trasero, agarrando
sus nalgas con fuerza, ayudándolo a envolver sus piernas en su cintura,
volviendo a buscar sus labios en ese momento, besándolo con hambre mientras se
movía por el lugar hasta llegar a la cama, donde dejó caer con cuidado a
Yoojung, sin siquiera separarse de sus labios.
—¡Corten! —la voz del director Jung
resonó en el apartamento de nuevo y Kyubin acabó separándose del otro chico a
duras penas, queriendo volver a inclinarse sobre él y besarlo hasta el amanecer
cuando vio cómo el chico ante él se encontraba respirando entrecortado, con las
mejillas encendidas y los ojos brillando como si contuvieran un mar de
estrellas—. Ha sido perfecto —dijo el chico, llegando hasta ellos, pareciendo
completamente emocionado—. Vamos a grabar inmediatamente un par de veces más
esta escena y damos por finalizado el día de hoy.
Kyubin no creía que pudiera hacer
aquello un par de veces más sin querer más y más del chico, sin querer
separarse de él cuando escuchara “corten”, sin poder obtener su cuerpo
enteramente esa noche y por la mirada que Yoojung le estaba dedicando en
aquellos momentos, llena de deseo y lujuria, quizás él también se sentía de la
misma forma… o quizás Kyubin simplemente estaba perdiendo la cabeza,
perdiéndose a sí mismo después de aquellos besos, de aquellos roces, de
aquellos jadeos graves que salían de los labios del idol. Kyubin cerró
sus ojos e inspiró profundamente tratando de mentalizarse de nuevo para poder
seguir haciendo aquello porque tenían que terminar de grabar y porque era
imposible que Yoojung pudiera tener algún tipo de deseo por él, debían ser
imaginaciones suyas.
~
Kyubin dejó caer levemente su cabeza
contra la pared de azulejos que se encontraba frente a él, jadeando, con sus
ojos cerrados y las piernas un poco temblorosas, sintiendo cómo todo su cuerpo
era recorrido por una oleada de placer intenso mientras su mano derecha se encontraba
todavía sujetando su miembro, que poco a poco se iba deshinchando. Al final
había tenido que recurrir a masturbarse en la ducha en cuanto la grabación
terminó y volvió a su habitación del hotel. Había ayudado un poco a paliar toda
la excitación que poco a poco se había ido haciendo más fuerte e intensa por
aquella escena que habían tenido que grabar varias veces, pero no había sido
suficiente. Después de pasarse varias horas besando a Yoojung, tocando su
cuerpo, aspirando aquel aroma dulce que desprendía, sabía perfectamente que
masturbarse de aquella forma no era para nada lo que necesitaba… pero no podía
ir en busca de lo que realmente necesitaba, no podía ir en busca del chico, no
podía tomar su cuerpo una y otra vez hasta sentirse totalmente satisfecho,
aquello era lo único que podía hacer y lo único que al menos lo saciaría lo
suficiente como para poder dormir un poco aquella noche antes de despertarse al
amanecer para seguir grabando.
Kyubin acababa de salir de la ducha,
envuelto en aquel albornoz blanco y suave del hotel, secándose el pelo con una
toalla, cuando unos golpes leves en la puerta de su habitación lo hicieron
detener su camino hacia la cama. Era tarde y no esperaba visita, su manager
estaba durmiendo en otra habitación, junto a otra gente del equipo de grabación
y mientras iban de camino al hotel le había dicho todo lo que estaba en su
agenda del siguiente día, por lo que, a no ser que fuera algo de última hora o
super importante, no creía que éste hubiera ido a buscarlo. No obstante, a
pesar de estar extrañado, Kyubin no le echó muchas cuentas y simplemente fue a
abrir la puerta, encontrándose al hacerlo con una persona que no esperaba para
nada.
—Yoojung… —no pudo evitar decir,
sorprendido—. ¿Qué haces aquí?
—¿Puedo pasar? —le preguntó el
chico, sin decir absolutamente nada más.
—Sí, claro —respondió, echándose a
un lado y dejándolo pasar, cerrando la puerta en cuanto éste entró a la
habitación e inspirando hondo para tratar de calmar el incipiente nerviosismo
que empezaba a apoderarse de él—. ¿Hay algo de lo que quieras hablar? ¿Las
escenas de mañana?
Kyubin trató de sonar profesional
con aquellas preguntas, pero en cuanto Yoojung se giró hacia él, mirándolo
fijamente con un brillo intenso en sus ojos castaños, acabó boqueando como si
fuera un pez fuera del agua.
—Creo… que no me equivoco al
asegurar que mientras hacíamos la escena de antes, los dos nos hemos excitado
—dijo el chico—. Y la ducha y mi mano no han sido suficientes como para acabar
con esa excitación.
Kyubin tragó saliva al escuchar
aquello, su boca se había quedado seca. No era posible que Yoojung le hubiera
dicho eso, tenía que haber escuchado, sus propios deseos se tenían que haber
interpuesto en la comunicación entre sus orejas y su cerebro y había entendido
algo completamente diferente. Sin embargo, la mirada fija del chico en él,
intensa, brillante, llena de deseo, lo que le indicaba era lo contrario, que lo
que había escuchado había sido, palabra por palabra, lo que éste le había
dicho, y Kyubin tuvo que tragar saliva por segunda vez. Mientras grababan le
había parecido que Yoojung también estaba sintiendo más cosas de las que debía,
pero no había podido imaginar nada como aquello.
—Yoojung… ¿estás seguro de que has
dicho lo que querías decir? —tuvo que preguntar.
—Nunca he estado más seguro de nada
en mi vida —replicó—. Grabar contigo esa escena me ha puesto muy caliente y
necesito acostarme contigo esta noche —le dijo, dando un paso hacia él,
acercándose, pegándose a su cuerpo, llevando sus manos de dedos largos hasta el
lazo del albornoz, jugando con él, alzando su mirada hacia él, aquellos ojos
castaños que debían de ser una perdición—. Quiero acostarme contigo y sé que tú
también quieres.
Kyubin sintió cómo su corazón dio un
vuelco dentro de su pecho y acabó haciendo simplemente lo único que había
querido desde el principio. Se inclinó hacia delante para tomar sus labios,
agarrando el rostro del chico con sus manos, ladeando levemente su cabeza,
moviendo sus labios demandantemente sobre los de éste, buscando con su lengua
la de Yoojung y recibiendo inmediatamente la respuesta de éste, moviendo su
boca al compás de la suya, un beso intenso, mucho más intenso que los que se
habían dado mientras grababan, mucho más desenfrenado, mucho más descontrolado,
sus lenguas enredándose la una con la otra, la saliva compartida resbalando por
sus mentones, mordiendo levemente al contrario, sus dientes chocando en
ocasiones por la precipitación. Un beso que los acabó dejando sin aire y Kyubin
tuvo que alejarse un poco de la boca del idol para poder respirar de
nuevo, pero sus labios fueron atrapados por los de Yoojung tan solo unos
segundos después, a la vez que sus dedos desanudaban el lazo del albornoz y le
abrían la prenda, sus manos rozando sus pectorales, sus hombros, tirando de
éste hacia abajo, hasta que cayó al suelo, dejándolo completamente desnudo ante
él, con el calor acumulándose en su entrepierna y una incipiente erección en
ella.
—Te… quiero dentro… ya… —murmuró
Yoojung, sin dejar de besar sus labios, trazando con las yemas de sus dedos el
contorno de sus abdominales, provocando que un escalofrío de placer y
excitación recorriera todo su cuerpo.
No tuvo que decir nada más. Kyubin
llevó las manos hasta su trasero y lo levantó del suelo sin ningún esfuerzo
porque el chico estaba muy delgado, cargándolo hasta la cama enorme de su
habitación, dejándolo caer sobre esta con cuidado, como había hecho varias
veces en las grabaciones anteriormente, pero teniendo la certeza de que en
aquella ocasión no iba a tener que separarse de él cuando menos quería tras
escuchar un “¡corten!”. Él ya estaba desnudo por cortesía de Yoojung, así que, lo
que hizo fue inclinarse sobre él y comenzar a quitarle la ropa al chico, entre
besos, levantándole la camiseta y bebiendo de aquella piel nívea, queriendo
marcarla, pintarla de rojo y púrpura, sabiendo a la perfección que no podía
hacerlo. No obstante, Kyubin se entretuvo con sus sensibles pezones,
escuchándolo gemir levemente, gemidos que resonaban en sus oídos y que lo
hacían ponerse caliente, mucho más caliente de lo que ya estaba, no viendo la
hora de poder penetrarlo como Yoojung le había confesado que quería, pero
queriendo excitarlo antes de ello. Descendió
por el cuerpo del chico entre besos y más besos, llegando hasta su entrepierna
y desabrochándole los pantalones y sacándoselos por las piernas, viendo cómo un
bulto había ido creciendo en su entrepierna a través de sus calzoncillos, una
prenda que no tardó en retirar justo después, dejándolo desnudo completamente
ante él.
Hacía un tiempo que fantaseaba con
algo así, mucho más desde que se habían convertido en compañeros de reparto, y
no se podía creer que, en esos instantes, Yoojung se encontrara desnudo en su
cama y totalmente dispuesto a acostarse con él, como si éste lo hubiera estado
deseando desde hacía tanto tiempo como él. Casi lo sentía como un sueño, tenía
la mente nublada por el deseo y sentía que se estaba perdiendo a sí mismo en la
situación, no pudiendo pensar en otra cosa que no fuera internarse en el cuerpo
de Yoojung hasta que el chico se quedara completamente desecho entre sus
brazos.
—Si me miras de esa forma… pensaré
que hace tiempo que quieres… esto —jadeó Yoojung, sacándolo de sus
pensamientos, pero no pudo contestar a aquello porque era verdad, había dado en
el clavo—. Yo hace tiempo que… lo quiero… —continuó, mirándolo fijamente a los
ojos mientras se incorporaba en el colchón levemente, apoyándose en sus codos,
en una postura seductora—. Hace tiempo que veo todos tus trabajos… hace tiempo
que no puedo dejar de… pensar en ti… hace tiempo que quería conocerte… que
quería tener una… oportunidad contigo… hace demasiado tiempo que quiero esto.
Kyubin tragó saliva ante aquello, no
pudiéndoselo creer, pero viendo en la mirada intensa de Yoojung sobre él que lo
que acababa de decir era verdad. No había sido su imaginación que el chico se
hubiera excitado mientras grababan y no había sido su imaginación que éste lo
estuviera deseando desde hacía tiempo y la única reacción que su cuerpo fue
capaz de mostrar fue inclinarse hacia él de nuevo y tomar sus labios
intensamente durante unos momentos, hasta que ambos se quedaron de nuevo sin
respiración, mientras su corazón martilleaba dentro de su cuerpo como si
acabase de correr una maratón, separándose de Yoojung para coger aire a
desgana, pero sabiendo que tenía que hacerlo para poder continuar. Se bajó de
la cama bajo la atenta mirada del chico y caminó hacia su maleta, donde estaba
seguro de que debía de tener en su neceser un bote de lubricante pequeño y
algunos condones. Siempre llevaba a la mano por lo que pudiera pasar, pero no
habían sido muchas veces las que había acabado utilizándolas porque siempre
debía de tener muchísimo cuidado con encontrar a alguien decente que no se
fuera a ir de la lengua y empezar rumores que le pudieran costar la carrera. Cuando
halló el pequeño tubo de lubricante y los condones que había guardado volvió a
la cama precipitadamente, todavía bajo la atenta mirada de Yoojung, que parecía
querer decirle algo.
—¿Pasa algo? —le preguntó. El chico
se tomó unos segundos antes de responder, como si se estuviera pensando qué
decir o cómo decirlo, hasta que asintió con un leve movimiento de su cabeza—.
¿Qué es?
—No has dicho nada —le dijo—. ¿Tú
también quieres esto desde hace tiempo?
Kyubin no pudo evitar esbozar una
sonrisa y volvió a acercarse al chico para esta vez dejar un beso corto en sus
labios antes de trazar un pequeño camino de besos hasta su oreja, donde susurró
contra ésta:
—Desde que viniste con tu grupo a
actuar a la base militar en la que estaba —dijo—. Y mucho más desde que estamos
trabajando juntos.
Después de decir aquello, Kyubin se
separó de Yoojung, viendo cómo en su rostro había aparecido una sonrisa
satisfecha. Kyubin tomó aquella sonrisa como que todo estaba bien y podía
seguir y llevó sus manos hasta las rodillas del chico para abrir sus piernas,
no teniendo que hacer ni mucha presión porque éste las abrió inmediatamente,
dejándole el hueco necesario para que pudiera introducirse entre ellas y
maniobrar bien. Se echó un poco de lubricante en los dedos y después los acercó
hasta la entrada de Yoojung, introduciendo uno de ellos en su interior, notando
cómo no tenía que ejercer ninguna presión para ello. Introdujo inmediatamente
después el segundo, sin encontrar oposición ni rigidez en los músculos del
chico y no pudo evitar desviar su mirada hacia el rostro de Yoojung, que le
dedicó una sonrisa pícara antes de decir:
—Te dije que había venido porque
solo mis manos no eran suficiente.
Kyubin no pudo evitar que una
pequeña carcajada escapara de sus labios al oírlo decir aquello porque no se
había esperado que el chico se hubiera masturbado tan profundamente que incluso
se hubiera penetrado a sí mismo con los dedos, creía que, como él, se debía de
haber hecho una paja en la ducha y después de aquello había ido a por él, pero
se había equivocado y, en realidad, agradecía bastante haberse equivocado en
aquello porque así no tenía que perder el tiempo en preparar a Yoojung,
simplemente podía internarse en él y acabar de aquella forma con la excitación
creciente que ambos llevaban un tiempo acumulando. Con sus dedos todavía dentro
del cuerpo del chico, buscó su próstata y, al hallarla, empujó suavemente
contra ésta, provocando que el cuerpo de Yoojung temblara de placer durante
unos instantes y gimiera mucho más alto de lo que lo había hecho hasta el
momento. Aquello fue lo último que Kyubin necesitó para decidir que ya había
sido suficiente.
Sacó los dedos del interior de
Yoojung y abrió inmediatamente después el paquete de uno de los condones,
poniéndoselo en su palpitante miembro, duro a pesar de que no se había tocado,
excitado por los besos, por los gemidos del chico, por su cuerpo desnudo ante
él. Se echó un poco de lubricante sobre el condón y restregó aquel líquido viscoso
por la superficie del látex para embadurnarlo bien y hacer mucho más fácil la
penetración, colocándose tras esto entre las piernas de Yoojung, guiando con su
mano su miembro hasta el ano de éste, mirándolo a los ojos fijamente y
esperando una última confirmación antes de adentrarse hasta lo más profundo de
su ser. Yoojung no tardó ni un segundo en asentir con un leve movimiento de su
cabeza y Kyubin simplemente empujó su miembro en su interior, notando
inmediatamente el calor de sus paredes envolviéndolo y apretándolo, haciendo
que un gemido grave, forjado en lo más hondo de su garganta, escapara por sus
labios debido al infinito placer que acababa de sentir. Yoojung también parecía
haber sentido un gran placer con aquello porque sus piernas se encogieron y los
músculos de su cuerpo se tensaron durante unos segundos, a la vez que jadeaba,
con sus ojos castaños brillando repletos de deseo, unos ojos que contenían
miles de estrellas y en los que Kyubin sentía que podría perderse a sí mismo,
de la misma forma que podría perderse en todas aquellas sensaciones que
recorrían su cuerpo, esa corriente eléctrica placentera que no dejaba de
circular por su sistema nervioso y que lo hacía estar sensible a absolutamente
cualquier estímulo en su ser.
Kyubin comenzó a moverse primero
lentamente, acostumbrándolos poco a poco a ambos a todas las sensaciones
placenteras, agarrando el cuerpo del chico para tener mayor estabilidad y poder
ir aumentando poco a poco la velocidad. Con cada penetración, con cada
embestida, jadeos salían de sus labios, uno tras otro, sin descanso, mientras
sus ojos estaban fijos en los del otro, Kyubin demasiado embelesado como para
poder apartarlos de él, subiendo cada vez más la intensidad hasta que el choque
de sus caderas fue intenso, rápido y descoordinado. Kyubin acabó empujando el
cuerpo de Yoojung contra el colchón y llevando sus piernas hasta sus hombros
para entrar en él hasta lo más profundo, para encontrar el mejor ángulo para
dar una y otra vez contra su próstata, pera hacerlo llegar al orgasmo mientras
su pene vibraba por sus embestidas sobre su estómago, a veces más duro, otras
algo menos. Una y otra vez, una y otra vez, sin poder detenerse, más y más
rápido, casi saliendo de su cuerpo, a veces casi resbalando fuera de él,
perdiéndose en el placer, en todo lo que sentía y en cómo el orgasmo se iba
acercando cada vez más y más, parando un poco, deteniendo aquel ritmo
desenfrenado, esperando a que su cuerpo se calmara un instante antes de seguir
acumulando un fuego en su interior que necesitaba ser desatado… un fuego que
acabó consumiéndolos a ambos casi a la vez, porque Yoojung acabó corriéndose en
su estómago, un leve hilo blanquecino manchándolo, su cuerpo temblando de
placer y apretando el miembro de Kyubin en su interior hasta que este acabó
corriéndose también, perdiéndose en las sensaciones que recorrían su cuerpo por
el orgasmo.
Completamente rendido, unos
instantes después, salió del cuerpo de Yoojung y se dejó caer a su lado en la
cama, tratando de recuperar el aliento y cerrando sus ojos, todavía disfrutando
de los últimos coletazos del orgasmo. Unos momentos más tarde, sintió cómo el
cuerpo de Yoojung se movía a su lado en el colchón y cómo le pasaba una de las
piernas por encima, quedándose sentado sobre él, inclinándose sobre su cuerpo y
comenzando a dejar pequeños besos sobre su piel, haciendo que Kyubin sintiera
escalofríos de placer recorriendo toda su columna vertebral de arriba abajo. Acabó
abriendo sus ojos, encontrándose con una visión completamente exquisita de
Yoojung sobre él, con su flequillo rubio pegado a su frente por el sudor y
sonrojado de pies a cabeza, sus ojos mirándolo con un ardiente deseo que no
parecía haberse debilitado ni un poco desde que habían grabado la escena que
había desencadenado todo aquello horas antes. Kyubin no pudo evitar esbozar una
sonrisa e incorporarse levemente sobre sus codos para atrapar los labios de
Yoojung en un beso largo, a veces intenso, a veces perezoso, sabiendo
perfectamente que aquella noche no iba a dormir ni un minuto, pero que iba a
disfrutar cada segundo que estuviera despierto.
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