Título: TASTE
Autora: Riz Aino
Pareja: JunMill (Junji + Mill) (OnlyOneOf)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, smut, pwp
Número de palabras: 3.241 palabras
Resumen: Yongsoo solo quería
poder probar un poco de Junhyung… sin saber que acabaría volviéndose completamente
adicto a él.
Advertencias: relaciones sexuales
explícitas y lenguaje vulgar.
Notas: historia escrita para celebrar los 1100
días de OnlyOneOf como grupo, un número muy maravilloso que necesita ser
celebrado.
Comentario de autora: hay ocasiones en las que ideas salvajes aparecen muy aleatoriamente en mi cabeza y no me puedo resistir a escribirlas y a encima detallarlas muchísimo. Espero que os guste.
Mientras el ascensor ascendía en su
camino hacia la séptima planta de aquel edificio, Yongsoo sentía que su corazón
iba a estallar dentro de su pecho de lo rápido que latía. Estaba nervioso,
quizás demasiado nervioso, sus manos sudaban, su cuerpo casi temblaba y las
piernas no lo terminaban de sostener, por lo que se había dejado de caer sobre
una de las paredes de aquel ascensor mientras trataba de calmarse, aunque
aquello pareciera una tarea imposible para él. Yongsoo había fantaseado muchas
veces con aquello, pero jamás se había atrevido a pensar que se fuera a hacer
realidad porque él era un simple mortal que jamás tendría acceso de aquella
forma a Junhyung, aquella especie de dios que había descendido a la tierra y siempre
se había conformado con ser su amigo, que ya era bastante más de lo que jamás
había imaginado… pasar una noche con él realmente iba simplemente mucho más
allá de sus fantasías, a pesar de que sus fantasías siempre habían sido
demasiado detalladas.
Junhyung, que traía loco a todo el
mundo desde que había comenzado a modelar y había comenzado a ganar algo de
fama debido a su belleza y a su increíble cuerpo; Junhyung, que había sido su
amigo desde mucho antes de que la fama lo empezase a hacer una de las personas
más deseadas del momento; Junhyung, aquel del que Yongsoo siempre había querido
probar un poco de él, Junhyung, que lo había invitado a la habitación del hotel
en el que se estaba alojando porque había hecho allí una sesión de fotos y le
había pedido que pasase la noche con él… no solo como amigos.
Las puertas del ascensor se abrieron
y a Yongsoo le tomó unos momentos volver a poner en funcionamiento su cuerpo
antes de salir del lugar, caminando por el pasillo de aquella séptima planta,
mirando el número que las puertas de las habitaciones tenían sobre ellas y
buscando aquel que Junhyung le había mandado, apareciendo ésta justo frente a
él después de algunos instantes. Yongsoo tuvo que inspirar hondo varias veces
para tratar de calmarse de nuevo antes de levantar su mano y llamar con sus
nudillos a la puerta, volviéndose una bola de nervios de nuevo en el momento en
el que lo hizo, los segundos de espera hasta que la puerta se abrió pareciéndole
eternos como horas y su corazón dando un vuelco dentro de su pecho en el
momento en el que Junhyung apareció ante él, solo con un albornoz y su pelo
largo, que le llegaba por los hombros, todavía algo mojado. Yongsoo tragó saliva
porque la boca se le había quedado repentinamente ante aquella visión y casi se
desmayó cuando Junhyung le dedicó una sonrisa pícara.
—Te estaba esperando —fue lo que le
dijo el mayor, haciéndose a un lado para que pudiera pasar al interior de la
habitación.
Yongsoo tuvo que hacer uso de la
poca fuerza que le quedaba en las piernas para seguir de pie y no caerse
redondo sobre el suelo al escuchar esas palabras y acabo ordenándole a sus
piernas que se movieran para pasar dentro. Su conexión entre las órdenes de su
cerebro y sus músculos parecía estar bastante atrofiada, pero al menos, después
de un par de segundos, sus piernas le hicieron caso y Yongsoo acabó entrando a
la habitación, quitándose los zapatos en la entrada y sintiendo cómo Junhyung
cerraba la puerta tras él. Unos momentos más tarde, el cuerpo del mayor se
pegaba al suyo desde atrás y Yongsoo notó su respiración caliente sobre su nuca
antes de que éste hablara.
—Espero que no te importe que no nos
andemos con muchos preámbulos —le dijo—. Necesito follar rápido, Yongsoo.
Yongsoo tragó saliva ante aquello,
la voz sensual de Junhyung, la forma en la que su cuerpo se pegaba al suyo para
revelarle que su miembro estaba bastante duro, rozándose contra su trasero y el
aura sexual que desprendía… todo aquello quizás era demasiado para él, pero
Yongsoo también había necesitado durante muchísimo tiempo hacer aquello y
estaba feliz porque Junhyung hubiera decidido llamarlo a él para bajarle el
calentón.
—No me… importa que no haya…
preámbulos… —acabó respondiendo, separándose del cuerpo de Junhyung para poder
girarse y encararlo. Los ojos del mayor rezumaban deseo y Yongsoo tuvo que
inspirar hondo antes de volver a hablar—. Voy a hacer que disfrutes, hyung.
—Perfecto.
Una sonrisa pícara apareció en el
rostro de Junhyung justo antes de tomarlo de la mano y guiarlo por la
habitación hasta la cama, donde se sentó y se abrió el albornoz, dejándole ver
a Yongsoo su miembro prácticamente erecto. Le había dicho que no quería preámbulos
y de verdad no iban a tener ni un solo preámbulo, con aquel Junhyung le había
pedido explícitamente que fueran al grano y Yongsoo no pudo hacer otra cosa más
que dejarse caer sobre sus rodillas, primero porque sus piernas por fin habían
cedido a su peso, demasiado débiles como para seguir sosteniéndolo, segundo
porque el miembro del mayor estaba allí, erecto, necesitado, ante él y Junhyung
lo había invitado de una forma muy sutil a que hiciera algo con ello. Las piernas
de Junhyung se abrieron en el momento en el que Yongsoo se quedó de rodillas
sobre el mullido suelo de la moqueta y el chico se encajó entre ellas con facilidad,
respirando contra el miembro del otro, viendo cómo todo el cuerpo de Junhyung
temblaba de placer debido a aquello. No pudo evitar que una pequeña sonrisa
apareciera en su rostro porque solo su respiración caliente lo había hecho temblar
de placer y un poco de todo aquel nerviosismo que llevaba consigo se
desvaneció. Todavía estaba terriblemente nervioso porque jamás habría pensado
que se vería en aquella situación de verdad y siempre había tenido muchas ganas
de estar en ella, pero en cuanto todo comenzara, sabía que se iría calmando
poco a poco.
Yongsoo era bueno en la cama,
increíblemente bueno, según le habían comentado, y él sabía que lo era por la
forma honesta en la que los cuerpos de aquellos con los que se acostaba reaccionaban…
y esa noche iba a hacer que Junhyung se diera cuenta de lo bueno que era, de la
misma forma que él iba a poder probar todo del mayor.
Sin mayor dilación, Yongsoo llevó su
mano derecha al miembro de éste y rozó con sus dedos su extensión, tocando su
punta y notándola levemente húmeda. Junhyung estaba excitado, pero no iba a tardar
en estar pidiéndole que le dejara correrse porque Yongsoo pensaba dejarlo al
borde del abismo una y otra vez, haciendo que se acumularan en él más y más
sensaciones hasta que no pudiera soportarlo más y acabara ahogándose en su
propio placer. Aquello era lo que el chico pretendía hacer… y aquello fue lo que
comenzó haciendo. Yongsoo envolvió el miembro de Junhyung con su mano con
firmeza y la movió sobre éste, arriba y abajo, lentamente, alzando su mirada y
observando todas y cada una de las reacciones que aparecían en el rostro del
mayor, repitiendo el movimiento una y otra vez, agarrando y masajeando sus testículos
con su otra mano, provocando que poco a poco su miembro se endureciera y que de
su punta comenzara a salir pre semen mucho más abundantemente. Su mano era
pequeña, sus dedos eran cortos, pero era lo suficientemente hábil para tener a
Junhyung jadeando levemente con ella… no obstante, su boca era lo que iba a
dejar al mayor por completo sin aliento.
El chico se recolocó sobre el suelo,
colocándose más cerca de la cama y alzándose un poco sobre sus rodillas para
poder tener un mejor acceso al miembro de Junhyung con su boca, sin estar en
una postura incómoda. Teniendo el miembro del mayor tan cerca y completamente
erecto ya, Yongsoo no pudo evitar relamerse porque hacía demasiado tiempo que
quería probar aquello con Junhyung, quería hacerle la mejor felación que le
habían hecho al mayor en su vida y quería dejarlo completamente seco,
saboreándolo, y, por ello, Yongsoo estaba excitado, muy excitado. Desde que
había notado el miembro prácticamente duro de Junhyung contra su trasero en la
entrada, se sentía caliente, pero en aquellos momentos, se tenía mucho más
necesitado que antes, así que, mientras con una mano sujetaba el miembro de
Junhyung, la otra se introdujo por sus pantalones y comenzó a acariciar su
miembro, inclinando su cabeza hacia delante y empezado a lamerlo, lubricándolo.
Su lengua era larga y podía lamer su extensión de arriba abajo sin mucho
problema, hundiéndola en su punta, saboreando su pre semen, envolviendo su sensible
glande, haciendo que los primeros gemidos leves empezaran a salir de la boca de
Junhyung.
Yongsoo se sintió aún más excitado
por aquellos gemidos resonando en sus orejas y su mano no dejó de moverse sobre
su miembro a medida que éste iba creciendo y humedeciéndose; no obstante,
aunque su propio placer resonaba por todo su cuerpo, el chico no dejó de buscar
darle mucho más al mayor. Por ese motivo, Yongsoo acabó envolviendo su miembro
con su boca, primero solo su glande, apretando firmemente sus labios alrededor
de éste y usando su lengua. Se detuvo unos momentos para alzar su vista y observar
la reacción de Junhyung, encontrando una expresión de placer infinito en su
rostro, mordiéndose el labio inferior para probablemente contener sus gemidos,
sus ojos cerrados y su cabeza echada hacia atrás. Estaba claro que aquello le
había gustado mucho, así que, Yongsoo siguió con aquello, moviendo su cabeza
hacia abajo con lentitud, introduciéndose más y más del miembro de Junhyung
hasta llegar a su base, la punta de éste casi rozando con el fondo de su
garganta. Un gemido profundo, gutural, salió de la boca de Junhyung y Yongsoo
hizo el camino inverso, sacando su miembro por completo de su boca antes de
volver a tragárselo entero, repitiendo el proceso varias veces, hasta que los
gemidos de Junhyung se hicieron mucho más constantes, indicándole que debía de
estar a punto de llegar al orgasmo.
Yongsoo sacó su miembro de su boca
una última vez antes de volver a usar su mano en él, su palma y sus dedos
resbalando gracias a su saliva y al ahora mucho más abundante pre semen de
Junhyung, envolviéndolo y volviendo al inicio, moviendo su mano lentamente
sobre él, retrasándole de aquella forma el inminente orgasmo a Junhyung. El chico
pareció querer protestar por lo que acababa de hacer, pero cuando Yongsoo rozó
con su pulgar su glande, acabo simplemente jadeando por ello, su protesta
muriendo en sus labios. Después de desacelerar su orgasmo un poco con su mano,
siguiendo con su estimulación, pero ésta no siendo suficiente para que se
corriera, Yongsoo volvió a engullirlo con su boca, repitiendo el proceso
anterior cuando notó que Junhyung estaba cerca de acabar un par de veces más, acumulándole
más y más sensaciones hasta que Junhyung acabó estallando en su boca la última
vez que lo hizo, su miembro temblando contra su lengua, sintiendo todo su
sabor, su semen bajando por su garganta, mientras el cuerpo de Junhyung parecía
no poder sostenerse más y acabó cayendo de espaldas sobre el colchón respirando
de forma entrecortada.
Yongsoo esperó a que el mayor
terminara de correrse y lamió su miembro para limpiarlo, prolongando las
placenteras sensaciones del orgasmo de aquella forma, tragando los restos de su
semen y finalmente sacando su miembro de su boca. Todavía de rodillas y todavía
con su mano metida dentro de sus pantalones acariciando su propio miembro, cada
vez más duro y necesitado, el chico no pudo evitar observar cómo Junhyung yacía
sobre la cama, con su albornoz descolocado y con una sonrisa totalmente
satisfecha en su rostro mientras debía estar sintiendo los últimos coletazos de
su orgasmo. Yongsoo no pudo evitar que una sonrisa ascendiera a sus labios porque
aquella increíblemente sensual estampa la había provocado él y eso hizo que se
sintiera todavía más excitado. Junhyung abrió sus ojos en el mismo instante en
el que Yongsoo comenzaba a levantarse del suelo, sacándose su mano de su
entrepierna para poder hacerlo, apoyándose en el suelo y en la cama, encontrándose
sus miradas durante unos segundos. Yongsoo tuvo que tragar saliva ante la
intensidad de aquellos ojos y el movimiento de su nuez debió captar la atención
del mayor porque sus ojos se desviaron hacia abajo más y más abajo, observando
detenida y deliberadamente todo su cuerpo, esbozando una sonrisa pícara al
llegar a su entrepierna. Yongsoo estaba excitado, erecto, y estaba seguro que
su miembro se notaba en sus pantalones y por eso Junhyung había sonreído de
aquella manera.
—Veo que tú también necesitas
follar, Yongsoo —le dijo, alzándose sobre sus codos y quedándose de nuevo
sentado sobre la cama—. Desnúdate y ven aquí conmigo.
Junhyung palmeó el colchón a su lado
y Yongsoo asintió. Estaba muy necesitado y solo comerle la polla a Junhyung no
había sido suficiente para él, quería más, mucho más, quería estallar en su
propio placer y quería tener mucho más de él, probar mucho más. Por eso, sin
perder ni un solo momento, comenzó a desnudarse, quitándose la camiseta y los
pantalones bajo la atenta mirada del mayor, que había dejado caer el albornoz
sobre la cama, desnudándose también del todo. Yongsoo dejó su ropa sobre una
silla que se encontraba cerca de la cama, quitándose también los calzoncillos y
después subiéndose al colchón junto a Junhyung, frente a él, volviendo a sentir
el mismo nerviosismo que había sentido al principio, su corazón latiendo
rápidamente dentro de su pecho, sus manos sudando y su respiración también algo
acelerada, la única diferencia era su miembro, que ahora estaba prácticamente
erecto, pulsando por atención, una atención que necesitaba obtener lo más
rápido posible.
—Ponte a cuatro patas —le pidió
Junhyung mientras sacaba de uno de los bolsillos del albornoz un bote pequeño
de lubricante y un condón—. Voy a follarte como nunca te ha follado nadie en
agradecimiento por haberme comido la polla de esta manera.
Yongsoo no pudo evitar esbozar una
sonrisa, expectante y encantado con aquello, antes de moverse sobre la cama y ponerse
a cuatro patas tal y como el mayor le había pedido momentos atrás, alzando su trasero
en su dirección y esperando, sintiendo cómo su corazón quería volver a salirse
de su pecho de lo rápido que latía. Escuchó cómo Junhyung abría la tapa del
bote de lubricante y su cuerpo reaccionó solo, abriendo sus piernas un poco más
y relajándose por completo, sabiendo perfectamente el placer que iba a
experimentar en tan solo unos segundos. Junhyung no tardó en comenzar a tantear
su ano con sus dedos lubricados, bordeando la entrada y adentrando un dedo con
precaución unos momentos después, introduciéndolo sin encontrar oposición
alguna por parte de su cuerpo, demasiado acostumbrado a la penetración. Yongsoo
prácticamente ronroneó de placer mientras poco a poco Junhyung lo preparaba,
con cuidado, pero con rapidez, sin detenerse ni un solo segundo, penetrándolo
una y otra vez primero con un dedo y no mucho tiempo después con dos de ellos,
adentrándose sin encontrar todavía dificultad al hacerlo, pero haciendo que las
paredes de su recto se tuvieran que amoldar a la forma de sus dedos, provocándole
al chico un enorme placer por la fricción, sobre todo, cuando Junhyung comenzó
a buscar su próstata. Cuando la halló, un gemido intenso salió de los labios de
Yongsoo sin que pudiera hacer nada por evitarlo y Junhyung no dejó de golpear
su próstata una y otra vez, haciendo que el pre semen de su miembro comenzara a
caer sobre la cama.
Un tercer dedo se introdujo en su interior
cuando Yongsoo pensó que ya no podía aguantar más y que iba a acabar
corriéndose tan solo con los dedos de Junhyung, pero este dejó de buscar su
próstata activamente y simplemente se dedicó a terminar de prepararlo, creando solo
el espacio suficiente para que su miembro entrara sin que le ocasionara ningún
dolor. Yongsoo siguió sintiéndose al borde del orgasmo, pero el cambio hizo que
éste se desvaneciera un poco y que siguiera acumulándose el pacer en su
interior hasta que finalmente Junhyung sacó sus dedos, habiéndolo preparado por
completo. El chico escuchó instantes después cómo el plástico del envoltorio
del condón era rasgado y tuvo que contenerse de mover el trasero hacia atrás,
en busca de la penetración, esperando pacientemente a que Junhyung se lo
colocara. Sintió las manos del mayor agarrándose a su cintura y justo después
la punta de su miembro rozando contra su entrada, empujando contra ella, duro,
caliente, demasiado excitante, tanto que, en aquella ocasión, Yongsoo no pudo
evitar mover su trasero hacia atrás, provocando que el miembro embadurnado en
lubricante de Junhyung entrara por completo dentro de su recto, llenándolo por
completo y colmándolo de placer.
—Impaciente —jadeó Junhyung.
Yongsoo no pudo protestar para quitarle
la razón porque lo único que necesitaba era que comenzara a moverse, por lo que
simplemente movió un poco su trasero para hacerle entender que lo necesitaba
ya. La risa de Junhyung vibró a través de sus cuerpos unidos y aquello provocó que
Yongsoo tuviera que contener la respiración unos momentos porque había sentido
un placer extraño e inexplicable. Cuando la risa murió en los labios del mayor
unos momentos después, éste hundió aún más sus dedos en las caderas de Yongsoo
y comenzó a moverse lentamente, dentro, fuera, fuera, dentro, cogiendo algo de
velocidad durante unos instantes y deteniendo su movimiento, volviéndolo lento
de nuevo, torturándolo de aquella forma, dándole todo lo que quería y quitándoselo
unos segundos después, dejándolo al borde del orgasmo una y otra vez, dándole
más placer del que nadie le había dado nunca antes hasta que finalmente todo
estalló dentro de él y su cuerpo fue recorrido por una corriente eléctrica que
volvió sus extremidades de mantequilla,
haciendo que cayera sobre la cama mientras se corría sobre esta y Junhyung lo
seguía penetrando una y otra vez, prolongando de aquella forma su orgasmo,
hasta que sus dedos se hundieron todavía más en sus caderas y su cuerpo dio algunos
débiles espasmos mientras alcanzaba su propio orgasmo.
Ninguno de los dos se movió durante
unos momentos, ambos disfrutando del placer alcanzado sin que nada los pudiera
perturbar. Yongsoo se sentía ligero como una pluma y casi mareado, embriagado
por todo el placer que acababa de sentir y que no quería dejar de sentir. Había
ido a aquella habitación de hotel porque Junhyung lo había llamado y porque
siempre había querido probar un poco de él… pero ahora que lo había hecho,
ahora que lo había probado, Yongsoo sentía que casi se había vuelto un adicto
porque lo único que necesitaba es que aquello se volviera a repetir una y otra
vez, para seguir probando más y más de Junhyung.
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