Título: What’s wrong? Why not?
Autora:
Riz Aino
Parejas:
KyuJung (KB + Yoojung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG–13
Géneros: AU, romance,
angst (with happy ending)
Número de palabras:
2.158 palabras
Resumen:
Taeyeob no quiere dejar ir su relación con Kyubin… pero Kyubin tiene miedo…
miedo a las miradas de la gente.
Advertencias:
haced acopio de pañuelos porque vais a llorar.
Notas: historia inspirada
por el teaser de begin de Yoojung, la letra de la canción de Don’t look at me
like that de Song Jieun y la película “Your name engraved herein”. (Aparte de
eso, tiene lugar en los 90, porque necesitaba usar la cabina telefónica como en
el vídeo y no móviles).
Comentario de autora:
cuando una está en mood de cosas tristes tiene que sacarlo todo y escribir la
cosa más triste del universo porque es el único momento en el que me sale
escribir cosas tristes. Espero que os guste.
La ciudad duerme mientras Taeyeob
marca lentamente los dígitos de un número que se sabe de memoria en el teclado
de la cabina telefónica, bañado por la luz amarillenta de la bombilla que se
encuentra sobre su cabeza. Con algo de indecisión y de temor se lleva el
teléfono a la oreja y, en el silencio de la noche, escucha su corazón
martillear rápidamente contra sus costillas, casi opacando los pitidos que
suenan en el teléfono, mientras espera a que la llamada se conecte con la línea
a la que ha llamado. Diez latidos en cada intervalo entre pitidos. Le sudan las
manos, así que se las limpia en la tela de sus pantalones vaqueros mientras
sujeta el teléfono con su hombro, inclinando su cabeza sobre él, esperando. Un
pitido, luego otro y uno más se suceden uno tras otro, una y otra vez y Taeyeob
atrapa su labio inferior entre sus dientes, mordisqueándolo levemente,
nervioso, asustado. Sabe que ha marcado correctamente el número porque lo lleva
grabado no solo en su memoria, sino en el fondo de su corazón, lo mismo que el
nombre de la persona a la que está llamando, y teme que éste no quiera coger el
teléfono, teme que no quiera volver a saber de él, teme que lo suyo se haya
acabado de aquella forma.
Mientras la ciudad duerme a su
alrededor y la noche se traga las pocas luces que siguen encendidas, Taeyeob
siente ganas de llorar cuando la línea da un pitido final antes de avisarlo que
puede dejar un mensaje de voz. Es la primera vez que no le ha cogido el
teléfono, la primera vez que ha dejado que salte el contestador. Es la primera
vez que lo ignora y algo afilado y doloroso se clava en el pecho de Taeyeob y
su corazón detiene su golpeteo ensordecedor durante unos segundos, herido,
maltrecho. Inspira profundamente, tratando que aquello ayude a aliviar el
intenso dolor, pero eso no lo hace mejorar, solo lo hace tener ganas de llorar.
Su vista se nubla con una fina capa acuosa y Taeyeob tiene que respirar
profundamente de nuevo y recordarse que no puede llorar, no al menos hasta que
haya dejado aquel mensaje, un mensaje que espera que él escuche.
—Kyubinie hyung… soy yo… Taeyeobie…
—comienza, a pesar de que sabe perfectamente que Kyubin conoce su voz y sabe
que él es el único que llama de madrugada—. Sobre lo que me has dicho antes…
no… no estoy de acuerdo… no quiero… no quiero que nuestra relación se acabe
—inspira hondo y se hace aire con la mano con la que no sujeta el teléfono frente
a sus ojos para secar sus lágrimas antes de que resbalen por sus mejillas—. No
hemos hecho nada malo… no hacemos nada malo queriéndonos… me da igual el mundo,
me da igual que el mundo nos mire mal… que no nos acepten por lo que somos… que
no nos acepten por querernos… —Taeyeob se muerde de nuevo su labio inferior y
tiene que sorber los mocos que amenazan con salir de su nariz, pero eso no hace
que las lágrimas que empiezan a recorrer sus mejillas dejen de hacerlo—. Dime
qué es lo que está mal… dime qué es el amor… dímelo… dime qué hemos hecho mal
por querernos… —su voz tiembla con aquella última frase y no puede detener el
sollozo que se escapa de entre sus labios porque es demasiado lo que siente,
demasiado dolor—. Yo… no quiero vivir en este horrible mundo si no estás
conmigo… por favor… no huyas… no tengas miedo… estaré aquí… en la cabina de
siempre… esperando por ti… hasta que vengas… —un aviso de la cabina le dice que
se está quedando sin tiempo y le pide que inserte más monedas si quiere seguir
hablando, pero Taeyeob simplemente se seca las lágrimas con el dorso de su mano
y solo dice una cosa más antes de colgar—. Te quiero, Kyubinie hyung.
~
Kyubin se deja caer contra el suelo,
resbalando por la pared hasta quedar sentando, subiendo sus rodillas,
escondiendo su rostro entre sus manos, tratando de contener de aquella forma
los sollozos que no cesan. La voz de Taeyeob resuena en su cabeza, su mensaje,
sus palabras, su “te quiero” dan vueltas una y otra vez en su mente y las
lágrimas no dejan de caer sin que él pueda hacer nada por detenerlas. Lo
quiere. Taeyeob lo quiere. Taeyeob lo quiere y él también quiere a Taeyeob. Más
que a nadie en el mundo, más de lo que ha querido nunca a nadie y más de lo que
querrá jamás a alguien. Se quieren y, aun así, en ese mundo lleno de espinas,
en ese mundo lleno de miradas que juzgan, en ese mundo lleno de malas palabras
hacia ellos, hacia quienes son como ellos, solo un poco diferentes, no pueden
estar juntos. En ese mundo en el que son una diana contra la que disparar, el
amor les va a hacer más daño que bien.
Kyubin lo ha pensado mucho, le ha
dado muchas vueltas y ha tomado una decisión, la decisión que les parte el
corazón a ambos, pero que, a la larga, es la mejor. La única decisión que puede
tomar. La única decisión correcta… y, sin embargo, las lágrimas de Taeyeob
aquella tarde y su voz entrecortada en la llamada hacen que su firme decisión
sea cada vez menos firme. Le duele que Taeyeob llore por su culpa porque lo que
más le gusta de él es su sonrisa, esa sonrisa preciosa que siempre muestra
cuando está con él. La expresión de su rostro es como un libro abierto que a
Kyubin le encanta leer y releer, sus ojos castaños brillando como si
contuvieran un millar de estrellas cada vez que lo mira y, realmente no necesitaba
que Taeyeob le dijera que lo quiere porque lo puede ver perfectamente en su
rostro… no obstante, escucharlo, escucharlo hace que algo en Kyubin se remueva.
No quiere dejarlo. No quiere
alejarse de él. Quiere seguir amando a Taeyeob como ha hecho hasta el momento.
Quiere encontrarse con él en el abrigo que les proporciona la noche, quiere
besar sus labios rojos, quiere entremezclar sus dedos entre los mechones de su
pelo rubio y rizado, quiere estar junto a él por el resto de la eternidad… pero
Kyubin tiene miedo. Tiene miedo al mundo. Tiene miedo a las miradas
acusatorias. Tiene miedo a las malas palabras. Tiene miedo el mundo le haga más
daño a Taeyeob del que él le pueda hacer alejándolo de su vida. Tiene miedo a
que nunca sean aceptados en aquel mundo cambiante que parece volverse cada vez
más abierto a todo menos a los que son como ellos. Tiene miedo. Mucho miedo.
Casi tanto como a perder para siempre a Taeyeob. Ha intentado imaginar una vida
sin él y no le ha encontrado ningún incentivo. Ha intentado imaginar un futuro
sin él, pero no ha visto más allá de la negrura… aun así, cuando imagina que
está junto a él, además del amor y del cariño, el mundo que los rodea los
juzga, los mira como si todo lo que hicieran estuviera mal cuando lo único que hacen
es quererse el uno al otro, amarse como lo hacen los demás.
Kyubin se muerde el labio inferior e
inspira profundamente. No sabe qué hacer. No sabe nada. Todo se tambalea a su
alrededor. Todo su mundo se desmorona y lo único que quiere es correr hacia
Taeyeob, pero eso es lo único que no puede hacer, eso es lo único que no se
permite hacer, por mucho que su “te quiero” resuene una y otra vez en su mente,
por mucho que todo lo que le ha dicho lo haga dar vueltas una y otra vez y
llenen su cabeza de diferentes posibilidades, por mucho que lo quiera, que lo
necesite, por mucho que lo ame, no puede ir hacia él. No puede. No puede
hacerlo.
~
Han pasado horas desde que el
teléfono de aquella cabina en la que se encuentra está colgado. Horas desde que
Taeyeob espera por Kyubin en aquel lugar. Horas en las que no ha podido dejar
de pensar. Horas en las que no ha podido dejar de llorar porque cada segundo
que pasa siente que se aleja cada vez más de Kyubin, cada minuto que pasa
siente que lo suyo está más y más cerca de acabar definitivamente, cada hora
que pasa siente cómo el miedo y el dolor se extienden de su corazón al resto de
su cuerpo. Pero no pierde la esperanza, no puede perderla, no quiere perderla,
porque perderla significa perder a Kyubin y eso es lo único que no se puede
permitir. No obstante, cada hora que pasa, siente que ya no hay vuelta atrás,
que es definitivo, que Kyubin no va a ir junto a él y que lo va a dejar ir. La
ciudad duerme, pero en tan solo unos pocos minutos va a comenzar a despertar,
el sol empezará a vislumbrarse por el horizonte, y las primeras personas
aparecerán en la calle y Taeyeob pierde toda la esperanza cuando el primer rayo
de sol baña la cabina telefónica en la que se encuentra. Kyubin no ha ido junto
a él.
El corazón de Taeyeob se rompe en
pedazos, se hace añicos contra el suelo y las lágrimas comienzan a correr por
su rostro sin control y, en esos momentos, le da igual no poder contenerlas. Lo
único que debe hacer es salir de allí antes de que alguien lo vea de aquella
forma, así que, trata de hacer que sus piernas le obedezcan, que se muevan y lo
lleven de vuelta a casa, pero éstas se niegan a hacerlo durante unos minutos,
su cuerpo no queriendo abandonar el último atisbo de esperanza… pero al final
acaba moviéndose, al final acaba intentando salir de la cabina, con las piernas
temblorosas y la cabeza gacha, ocultando con su pelo lo mejor que puede sus
lágrimas.
Taeyeob no se da cuenta de la figura
que corre desesperadamente hacia él hasta que el cuerpo no choca contra el
suyo, abrazándolo con fuerza, hundiendo su rostro en su pecho, humedeciendo
rápidamente su camiseta blanca con sus lágrimas y Taeyeob se sorprende por
aquello porque no lo espera, se asusta porque no sabe quién es la persona que
lo abraza, pero inmediatamente reconoce el olor de la colonia de Kyubin en él y
su cuerpo se destensa, abrazándolo inmediatamente, sintiendo cómo el alivio recorre
todo su ser porque Kyubin está allí con él, porque Kyubin ha ido hacia él en
lugar de alejarlo de su vida.
—Hyung… —murmura entre sollozos.
Kyubin alza su cabeza de su pecho y
se separa de su cuerpo un poco para poder colocarse derecho, al nivel de sus
ojos. Taeyeob se ve reflejado en sus ojos oscuros que están rojos e hinchados
como los suyos y ve el inmenso cariño que el mayor le profesa, el amor que éste
siempre le ha dedicado antes incluso de que éste lo diga en voz alta mientras
le seca sus lágrimas con sus dedos.
—Lo siento, lo siento Taeyeobie… no
tenía que haber hecho esto… lo siento muchísimo… te quiero… te quiero…
Y Taeyeob sabe perfectamente que
aquello no es el final, que aquello no es su final, que tienen muchísimo tiempo
por delante y que juntos pueden soportar que el mundo no sea capaz de entender
su amor, pero se abraza fuertemente al cuerpo de Kyubin porque tiene miedo de
que sea una ilusión, se aferra a él con todas sus fuerzas para que éste no
vuelva a desaparecer y llora en sus brazos, con alivio y con miedo, pero
sintiendo cómo los pedazos rotos de su corazón son recogidos por el abrazo
reconfortante de Kyubin, que los mantiene unidos, juntos, a pesar de que la
ciudad empieza a despertar porque su amor es real, es normal y nadie los
debería juzgar por él.
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