sábado, 2 de julio de 2022

[One Shot] NCT Drabbles 6 (DoYoung Edition): A great night {JohnDo}

Título: A great night

Autora: Riz Aino

Pareja: JohnDo (Johnny + DoYoung) (NCT)

Clasificación: NC–17

Géneros: canon, “romance”, fluff, smut, pwp

Número de palabras: 1.254 palabras

Resumen: es el cumpleaños de DongYoung y han bebido quizás demasiado… provocando que Johnny y él pasan una gran noche.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas motivadas por el alcohol y un poco de praise kinks.

Notas: básicamente he escrito esto porque últimamente he vuelto a adorar el JohnDo y porque Johnny se dedicó a hacer esto con DoYoung.

Comentario de autora: “¿qué pasará? ¿qué misterio habrá? Puede ser mi gran noche…” (en realidad es la gran noche del Doyo, pero ya me entendéis). Espero que os guste.

 

A great night

 

 

            Eran las tantas de la madrugada cuando Johnny y DongYoung llegaban al piso que compartían con algunos de sus compañeros de NCT 127, después de pasar horas y horas bebiendo con éstos para celebrar los cumpleaños de inicios de febrero una noche que por fin habían tenido libre y que había coincidido con el cumpleaños de DongYoung. El chico apenas se sostenía en pie porque no solía beber tanto, pero esa noche lo había hecho porque “era su gran noche” y Johnny había acabado llevándoselo del bar hasta el dormitorio antes de que la cosa fuera a peor y que el chico ni siquiera pudiera caminar, aunque le habría gustado quedarse un poco más celebrando su cumpleaños también, que estaba próximo y que no iba a poder celebrar en su día porque tenían actividades; no obstante, cerciorarse de que DongYoung estuviera bien era su prioridad.

 

            —¿Quieres algo? —le preguntó al chico, una vez lo dejó sobre su cama. DongYoung negó con su cabeza y comenzó a quitarse la ropa, el jersey de cuello vuelto que llevaba quedándosele atascado en la cabeza—. Espera, te ayudo.

 

            Johnny se inclinó sobre él y lo ayudó lentamente a quitarse el jersey. DongYoung se quedó entonces con el torso desnudo y despeinado, sus mejillas completamente rojas por la ebriedad, contrastando con su piel blanca, sus ojos oscuros brillando como un cielo nocturno plagado de estrellas. Johnny no pudo evitar tragar saliva porque se le acababa de quedar la boca seca ante aquella visión y tenía que volver a sus cabales de nuevo. No podía estar poniéndose caliente simplemente viendo a DongYoung de aquella manera, tenía que estar también demasiado borracho porque el chico no era más que su amigo, su compañero de grupo, alguien a quien había conocido desde hacía demasiados años y a quien le tenía aprecio, pero no sentía nada más por él… o eso era lo que la parte racional de su mente le decía, una parte a la que su cerebro le hacía muy poco caso por lo normal.

 

            Hyung… —murmuró DongYoung, llamando su atención—. Tengo calor, mucho calor… —cuando Johnny lo miró, se estaba quitando los pantalones y quedándose en calzoncillos ante él—. Hyung… haz algo para que deje de tener tanto calor…

 

            Johnny tragó saliva de nuevo porque en la entrepierna de DongYoung podía verse perfectamente un bulto creciendo y no se había esperado nada como aquello. El chico estaba excitado, a saber por qué motivo el alcohol lo había excitado de aquella manera, pero Johnny estaba sintiendo también que en la habitación hacía más calor del que debería. Estaban en febrero, por favor, aunque la calefacción estuviera encendida, tampoco debía de hacer tanto calor allí dentro, pero Johnny estaba comenzando a arder. No debería de afectarle en lo más mínimo verlo de aquella forma, pero lo estaba afectando y, no solo eso, Johnny quería tocar el cuerpo de DongYoung, quería hacerlo, porque su piel blanca y suave lo estaba llamando y no quiso contenerse, no esa noche, a pesar de las consecuencias que pudiera traer.

 

            —Mi conejito… —murmuró, acercándose a él, sentándose en su cama, con voz melosa—. ¿Qué es lo que quieres que haga por ti?

 

            DongYoung no le contestó, lo miró fijamente con aquellos ojos oscuros brillando con millones de estrellas y después se acercó a él, rápido, tan rápido que Johnny no lo vio venir, atrapando sus labios con los suyos y besándolo como si no hubiera un mañana, aprovechando que Johnny había abierto su boca por la sorpresa para meterle la lengua directamente y hacer que el beso fuera intenso y húmedo desde el primer momento, dejándolos sin respiración casi al instante. Johnny sintió que su cuerpo se calentaba por aquel beso mientras trataba de recuperar la respiración, con el rostro de DongYoung a apenas unos centímetros del suyo, jadeando también.

 

            —Mi conejito… —murmuró de nuevo y pudo ver como aquello provocaba algo en DongYoung, sus pupilas dilatándose—. Mi conejito… ¿quieres que te bese? —preguntó. El menor asintió—. ¿Quieres… quieres que te toque…? —y otro asentimiento—. ¿Dónde quieres que te toque, mi conejito?

            —Todo…

 

            Johnny no pudo evitar tragar saliva de nuevo porque la boca se le había quedado seca por tercera vez en apenas unos minutos y lo único que pudo hacer fue abalanzarse sobre DongYoung, provocando que éste cayera de espaldas sobre la cama, comenzando a besarlo. Besar sus labios, besar sus mejillas rojas, besar su mandíbula, su mentón, sus orejas, su cuello, su pecho, descendiendo por su cuerpo, besando cada centímetro de piel que encontraba a su paso y tocando también con sus manos, provocando que la respiración del menor se acabara volviendo irregular y que leves jadeos y gemidos comenzaran a salir de sus labios, gemidos que resonaban en los oídos de Johnny y que lo excitaban demasiado. Siempre le había gustado la voz de DongYoung porque éste cantaba muy bien, pero nunca antes lo había oído gemir y le parecía música celestial.

 

            —Me gusta tu voz —le dijo, alzando su cabeza para mirarlo—. Me gusta demasiado tu voz.

 

            La reacción que obtuvo de DongYoung no se la esperaba. El chico jadeó, sus pupilas volvieron a dilatarse y su miembro, duro contra su entrepierna, pulsó de forma demasiado notable. Johnny lo miró confuso durante unos segundos, pero después se dio cuenta de que al menor le había gustado aquello mucho y no perdió su oportunidad, mientras comenzaba a rozarse contra su miembro, él todavía vestido, DongYoung aún con sus calzoncillos puestos, pero húmedos por el pre semen que no paraba de salir de su miembro, de seguir diciéndole cosas bonitas sobre su voz, lo muchísimo que le gustaba, lo mucho que lo quería oír gimiendo, provocando que el menor cada vez estuviera más excitado. Johnny continuó moviendo sus caderas mientras seguía besando y tocando el cuerpo de DongYoung, deteniéndose de vez en cuando para decirle que sus gemidos eran tan preciosos como él o que lo quería seguir escuchando gemir toda la vida hasta que finalmente ambos no pudieron aguantar más y acabaron corriéndose dentro de sus calzoncillos.

 

            Johnny se retiró de encima del cuerpo de DongYoung, tirándose sobre el colchón de espaldas, jadeando, su cuerpo totalmente laxo, siendo recorrido aún por las corrientes eléctricas del reciente orgasmo, su mente todavía nublada un poco por el alcohol y demasiado por DongYoung y sus ganas de seguir haciendo cosas con él que quizás no debería de hacer porque había descubierto algo que no sabía que ansiaba de tal forma. Cuando giró su cabeza hacia el menor, vio cómo éste estaba todavía respirando entrecortado, tumbado de lado, mirándolo con aquellos ojos oscuros repletos de brillantes estrellas, con demasiado deseo y anhelo… y Johnny supo que aquella noche todavía estaba lejos de terminar para ellos y que iba a ser una gran noche.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario