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miércoles, 2 de octubre de 2013

Myself {Tao}

8/8 Myself {Tao}

   Solo. Estaba completamente solo. No podía pedir un mejor escenario para practicar el deporte conocido como masturbación en el baño. Llevaba siglos sin tocarme, sin desahogarme y ya tenía ganas. Tenía demasiadas ganas y no había podido aplacarlas por culpa de los dos ComeBacks tan seguidos que habíamos tenido. Tampoco había podido desfogar con mis compañeros, como hacíamos en época de calma y aquello me estaba matando por dentro.

   Necesitaba una buena paja y la necesitaba a ser posible ya.

   Salí de mi habitación y caminé completamente desnudo hasta el baño más cercano. Después, cerré la puerta detrás de mí y le eché el pestillo. No era cosa de que cuando volvieran me encontraran masturbándome en el baño. Aunque la verdad, no me importaba, si eso ocurría, podríamos hacer incluso más cosas, mucho más excitantes que una simple paja. Pero no podía arriesgarme por el mánager.

   Eché agua en la bañera y cuando hubo un par de dedos, entré al agua tibia. Me senté y estiré mis piernas, dispuesto a relajarme unos momentos antes de pasar a la acción. Cerré mis ojos y me puse a pensar.

   Pensar en los chicos desnudos, pensar en que todos y cada uno de ellos me tocaban, pensar en que una noche podríamos hacer una orgía, todos con todos. No pasé demasiado tiempo imaginando cómo sería algo así cuando ya noté que me había puesto algo duro. Mi imaginación era poderosa.

   Llevé mi mano derecha a mi miembro y comencé a tocar. Pensé que era la mano de YiXing ge la que me tocaba, imaginé su sonrisa con aquel hoyuelo mientras lo hacía, sus ojos oscuros y sus labios gruesos. Seguí imaginando que era su mano la que iba arriba y abajo sobre mi miembro, pensando que era él quien me estaba haciendo delirar.

   Paré un momento el movimiento y cogí aire.

   Esta vez era LuHan ge quien me tocaba. Podía imaginar sus pequeñas manos alrededor de mi miembro, dándome más placer que cualquier otra, porque sabía exactamente donde tocar para hacerme llegar al paraíso. Él pasaba sus dedos por la punta, surcaba las venas, arañando con sus cortas uñas y me estaba haciendo llegar. Pero necesitaba más, mucho más.

   Hice otro parón, esta vez para colocarme bien, de rodillas, ya que lo siguiente iba a ser lo mejor.

   Chen y KyungSoo hyung comenzaron a masturbarme, pero desde dos lugares diferentes. Mientras que Chen hyung se encargaba de mi miembro, KyungSoo hyung había comenzado a penetrarme con sus dedos. Uno, luego dos y más tarde tres, intentando llegar al lugar que me haría morir de placer.

   En unas cuantas embestidas, tocó aquel punto que me volvió loco y gemí fuerte. Chen hyung comenzó a mover su mano más y más rápido sobre mi miembro mientras KyungSoo hyung me penetraba una y otra vez con sus dedos de una manera más salvaje, siempre tocando mi próstata.

   Unos momentos después, me corría en la bañera y caía hacia atrás, exhausto. Todo el cuerpo me temblaba, pero el orgasmo había sido exquisito. Llevaba demasiado tiempo sin hacer aquello y lo necesitaba.

   Quizás la siguiente vez que lo hiciera, en vez de imaginarlo, fuera real y que ellos me tocaran. Debía proponérselo, once negativas seguro que no me llevaba.






N.A.: Y eso fue todo ^^ Espero que os haya gustado este fic tanto como a mí me gustó escribirlo y gracias a las personas que me han estado leyendo.


PD: Ya estoy trabajando en una orgía de EXO, pero tenedme paciencia, porque es algo que no he hecho nunca ^^

viernes, 27 de septiembre de 2013

Quirky {ChanTao}

7/8 Quirky {ChanTao}

   Todavía no llegaba a comprender porque me hallaba en aquella extraña situación. Le había pedido a ChanYeol hyung que nos bañáramos juntos, pero solo quería eso, darme una ducha. Sin embargo, él quería más cosas de mí y yo no me estaba negando a dárselas.

   Así era cómo habíamos llegado a aquella situación. Lo sabía, pero no podía comprenderlo. ¿Por qué así? ¿Por qué con él? Muchas preguntas que no tenían respuesta, o más bien, que no tenía ganas de responder. Gemí cuando sentí su lengua lamer la porción de piel de mi hombro que antes había mordido con fuerza, saliendo de mis pensamientos.

   Él estaba ante mí, desnudo, como yo, con una gran sonrisa adornado su rostro, pidiendo con sus grandes ojos que le diera permiso para seguir adelante con aquello, para poder profundizar más.

   No tardé mucho tiempo en asentir levemente y en apenas un segundo, él ya me estaba besando como si le fuera la vida en ello. Su lengua buscaba la mía y se enredaba con ella, sus dientes chocaban con los míos y a veces mordisqueaban mis labios ferozmente.

   ChanYeol hyung era un verdadero lobo, aunque todos pensaran que Kris gege y yo éramos los más parecidos a uno, ya que él mordía, mordía mucho, y más cuando se acercaba la Luna Llena. Parecía como si tuviéramos a un Hombre Lobo viviendo con nosotros, sin embargo, aquello no podía ser.

   Nos separamos cuando se hizo necesario respirar y nos miramos fijamente a los ojos durante unos momentos. Justo después, volvió a abalanzarse sobre mi cuello y mis hombros, para seguir mordiendo y mordiendo. Cuando le daba aquella fijación por los cuellos también me preguntaba si en realidad era un Vampiro. Pero como con lo del Hombre Lobo, ambas cosas eran imposibles.

   Gemí sin poder controlarme cuando de repente, una de sus manos agarró firmemente mi miembro y comenzó a tocarme. Sus manos callosas por tocar la guitarra hacían que mi sensible miembro reaccionara a ellas de manera espectacular, excitándome, poniéndome mucho más duro de lo que ya me ponía con sus besos y sus mordiscos.

   -Quiero metértela- susurró contra mi hombro- quiero metértela.
   -Hyung… la bañera… es incómodo…- susurré.
   -En nuestra habitación no podemos- me dio un mordisco- y quiero ya…
   -Hyung…
   -Tao…- se separó de mis hombros y me miró. Sus ojos estaban cargados de lujuria. Cogió mi mano y la llevó hasta su miembro, en cuanto lo rocé, lanzó un gemido- ¿ves lo que me provocas?- susurró- quiero follar contigo.

    No me lo pensé mucho cuando ataqué de nuevo sus labios mientras ambos nos masturbábamos el uno al otro. El beso estaba descompasado por culpa de nuestros jadeos y gemidos y a veces mordíamos, pero me gustaba que ChanYeol hyung me mordiera y él adoraba ser mordido.

   En cuanto cortamos el beso, me miró intensamente y me indicó que me levantara. Lo hice y él me siguió. Me cogió por los hombros y me giró, para quedar él a mi espalda, después, comenzó a inclinarme hacia delante hasta que tuve una inclinación de unos 90º, como si estuviera saludando a alguien con respeto.

   -Agárrate a algo- murmuró y yo me agarré al grifo justo cuando noté algo húmedo y cálido bordeando mi entrada.
   -Ahhh… hyung… ahh… ¿qué haces?
   -Lamerte.
   -Hyung… eso es… ahhhh…- no pude terminar de decir que aquello era asqueroso porque su legua penetró en mi interior y aquello se sintió demasiado extraño y demasiado bien.
   -¿Qué decías?- preguntó mordiéndome un cachete.
   -Que hagas conmigo lo que quieras.
   -¿Estás seguro?
   -Sí.

   Nada más acabar aquel monosílabo volvió a penetrarme con su lengua y me agarré más fuerte al grifo para no caer de rodillas. Lo del Vampiro había quedado demostrado que no podía ser, debía ser un Hombre Lobo, porque incluso me estaba lamiendo el culo.

   Siguió con aquello durante unos minutos, hasta que se separó de mí y comenzó a buscar algo.

   -¿Qué buscas?- pregunté.
   -Algo que funcione como lubricante- contestó- ya que no tenemos.
   -Utiliza la saliva- dije- ya me has lamido el trasero, me da igual.
   -Si pudiera meterte todo esto sólo con saliva, te estaría follando salvajemente desde hace un rato- comentó pegando su miembro a mi entrada.

   La tenía grande y si lo hacía con saliva, probablemente no podría bailar en unas cuantas semanas. Bueno, ni bailar, ni andar, ni sentarme siquiera. Así que asentí.

   -Busca lo que sea, pronto- contesté. Me dolía mi miembro por la excitación tan grande que tenía y por apenas haber sido atendido.
   -Impaciente- susurró y me mordió el hombro antes de retirarse. Apenas pasó un minuto cuando sentí sus dedos contra mi entrada.
   -¿Qué vas a utilizar?- pregunté con miedo.
   -Gel.
   -Ni se te ocurra- me levanté rápidamente y alejé mi trasero de sus dedos- ¿tú no sabes que el gel es mal para los ojos?
   -Tao… no es un oj… oh- dijo al caer que al ano se le llamaba el ojo del culo- ¿cómo sabes que no se puede utilizar?
   -Lo leí en una página.
   -Entonces… ¿cómo lo hacemos?
   -¿Has escuchado el dicho de “con paciencia y saliva el elefante se la metió a la hormiga”?
   -Es la primera vez que lo escucho- contestó riéndose- pero si no hay más remedio…

N.A.: ¿Recordáis el juramento que hice en Sea Of Love? Pues aquí vuelvo con otro. Juro solemnemente que he buscado en Internet si se podía usar el gel como lubricante y me salió que era una de las 10 cosas que no se podían utilizar.

   Enjuagó sus dedos y me indicó que me volteara y me colocara en la misma posición que antes. Apenas tuve tiempo a agarrarme cuando comenzó a penetrarme con un dedo. Un dedo no dolía, es más, se sentía como algo placentero, más cuando llegaba a mi próstata. En esos momentos me sentía morir de placer.

   Sin embargo, cuando introdujo el segundo, fue algo más doloroso. Con lubricante aquello no pasaba, con el lubricante apenas me dolía cuando me la metían, pero con la saliva era otra cosa. ChanYeol hyung debería haber traído el bote si lo que realmente quería desde el principio era metérmela y no sólo bañarse conmigo.

   Sentía sus dedos en mi interior. Moviéndose al mismo tiempo, abriéndose, cerrándose, creando hueco en mi interior para lo que vendría después. Intenté no gritar cuando introdujo el tercer dedo, pero parecía que me estaban desgarrando por dentro. Dolía. Dolía mucho.

   -Lo siento- murmuró- espera, te haré sentir mejor.

   Tras decir estas palabras se inclinó sobre mi espalda, penetrándome más con sus dedos, pero llegando así, con la otra mano a tocar mi miembro. Al principio, seguía notando el mismo dolor, pero tras unos momentos, fue sustituido por un placer inmenso.

   La paja me estaba distrayendo completamente de lo mucho que me dolía aquella penetración sin lubricante y sentía que si seguía así, me iba a correr más temprano que tarde.

   De repente, ChanYeol hyung se apartó de mí, sacando sus dedos y dejando de tocar mi ansioso miembro. Pero poco después, lo noté comenzar a empujar, intentando internar su miembro en mi ano. Me agarré fuertemente al grifo de la ducha y apreté mis dientes mientras él me penetraba lentamente.

   -Juro que no lo volveré a hacer más sin lubricante- jadeé en el momento en el que se internó por completo en mí con un gemido ronco.

   Él no me contestó, simplemente se agarró fuertemente a mis caderas y comenzó a salir de mí, lentamente, solo un poco, para volver luego a introducirse, gimiendo roncamente, gimiendo en mi oreja. Excitándome con aquellos sonidos más de lo que ya estaba. Pasó unos momentos así, intentando que me acostumbrara al dolor de la penetración.

   Unos golpes en la puerta detuvieron todo movimiento y nos quedamos a la espera de que la persona que había llamado hablara.

   -¿ChanYeol?- dijo la voz de Chen- ¿eres tú el que se está bañando con Tao?
   -Eh… sí, ¿por qué?- le gritó y comenzó a moverse en mi interior.
   -¿Qué haces?- susurré aguantando un gemido.
   -¿No es más excitante, follar mientras hablas con alguien que no sabe que lo estás haciendo?- contestó hundiéndose más y más en mi interior.
   -JunMyeon quería hablar contigo de algunas cosas- dijo Chen hyung- no sé de qué querrá hablar contigo, pero bueno.
   -¿No lo sabes?
   -No.
   -¿Celoso?- una embestida que me dejó sin aire.
   -Sí, porque dijo que era muy importante- contestó el otro- si es algo muy importante puede hablarlo conmigo, ¿no?
   -A lo mejor es que a ti no te lo quiere contar- embistió de nuevo y esta vez tocó mi próstata. Tuve que morderme el labio inferior para no gemir fuerte, aun así, un jadeo se escapó de mis labios.
   -Mira, no tengo ganas de bromas- dijo- sal cuando te apetezca, le diré a JunMyeon que estás muy ocupado follándote a su hijo, le hará una gracia infinita.
   -¿Por qué dices eso?- preguntó ChanYeol hyung.
   -Porque estoy escuchando cómo se la metes- contestó y yo sentí que enrojecía de pies a cabeza. Nos había escuchado- suerte con JunMyeon.
   -Chen- gritó, pero nadie volvió a contestar- voy a tener que ser rápido- murmuró- antes de que me maten.

   Apenas tuve tiempo de asentir cuando una de las manos con las que se sujetaba a mi cadera, se desplazó hacia delante y agarró mi miembro con fuerza, para comenzar a masturbarme a la velocidad de la luz. Mientras, se internaba una y otra vez en mí, cada vez más rápido y más fuerte, intentando tocar siempre mi próstata.

   Los movimientos se hicieron frenéticos, al igual que nuestros jadeos y gemidos. Y unos momentos después, ambos nos corríamos, yo en su mano y él en mi interior.

   Me temblaron las piernas y tuve que agarrarme fuertemente al grifo para no caer, mientras que él se apoyó contra mi espalda, poniendo sus manos contra la pared, para sujetarse. Temblábamos, respirábamos entrecortados y la sensación del orgasmo era absolutamente exquisita.

   Hice una mueca cuando lo sentí salir de mí y su semen salió de mi agujero, recorriendo mis piernas lentamente, hacia abajo. Nos quedamos, quietos, abrazados unos momentos.

   Así estábamos cuando una persona comenzó a aporrear la puerta y supimos que nuestro fin estaba cerca.

   -¿Cómo te atreves a desvirgar a mi hijo?- gritó la voz de JunMyeon hyung y ChanYeol hyung se rio contra mi cuello, que había comenzado a mordisquear.
   -¿Si supiera que hace siglos que no eres virgen que nos haría?- me preguntó.
   -A ti te matará- murmuré- a mí me encierra en una torre y tendré que dejarme crecer el pelo como Rapunzel.

   Ambos nos reímos y nos separamos. Aquella vez había sido rara, muy rara.







miércoles, 18 de septiembre de 2013

Adorable {XiuTao}

6/8 Adorable {XiuTao}

   Cualquier pequeño movimiento que hacía me dolía horrores. No debía haber intentado aquel movimiento de Wushu tan complicado y avanzado sin una colchoneta debajo, más cuando no me salía completamente bien. Pero como quería enseñarles a los chicos que era capaz de hacerlo y así ser guay, había acabado así.

   Tenía la mayor parte de mi cuerpo magullado por la caída y el golpe que me había llevado. Por lo menos, podía agradecerles que me estuvieran cuidando y haciendo por mí todo lo que yo no podía, aunque hubiera hecho el tonto y por eso estaba como estaba.

   La puerta de la habitación se abrió y por ella entró MinSeok hyung, con una adorable sonrisa. Se acercó a mi cama, en la que estaba tumbado intentando no moverme ni un milímetro y se sentó en el filo. Llevó una mano a mi flequillo y me lo peinó con cuidado.

   -¿Cómo estás, pequeño panda?- me preguntó y yo hice un puchero.
   -Podría estar mejor- murmuré.
   -En un par de días estarás mejor- comentó con aquella sonrisa- ahora vamos, levanta que voy a ducharte y a ponerte pomada para lo moratones- se levantó de la cama y me tendió sus manos para ayudarme a levantarme.

   Las cogí y con un esfuerzo inmenso, porque me dolía todo y con su ayuda, ya que aunque hyung parecía que no tenía músculo, era muy fuerte, me levanté de la cama. MinSeok hyung tiró de mí por la habitación hasta que salimos al pasillo y luego me dirigió hacia uno de los dos baños.

   Entramos y él cerró la puerta. Después se giró y con aquella sonrisa encantadora, se acercó a mí y tiró del filo de mi camiseta hacia arriba. Casi sin ser consciente, levanté mis brazos lentamente para que no me doliera ese simple gesto y él sacó la camiseta por mi cabeza, encestándola luego en el cesto de la ropa sucia.

   Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando mi hyung paseó sus pequeñas y delicadas manos por mi torso, rozando suavemente mi piel.

   -Eres perfecto- susurró- aun con esos moratones.
   -Hyung…
   -¿Dejarás que sea yo el que te cuide hasta que estés completamente bien?- preguntó, mirándome a los ojos.
   -Yo…- no podía pensar con claridad. Esa mirada hacía que mis neuronas no pudieran coordinarse bien y no sabía qué decir, ni en coreano ni en chino. Después de unos  momentos en silencio, en los que no paramos de mirarnos, simplemente asentí.
   -Entonces ven aquí…- se acercó mucho más a mí y pasó sus brazos por mi cintura, dándome un ligero abrazo, por miedo a hacerme más daño del que ya me había hecho yo.

   Ese cálido abrazo se sentía muy bien. Siempre que hyung me daba un abrazo me sentía así. Él era el mayor de todos nosotros y tenía aquellas especie de calidez que lo envolvía todo a su alrededor. Probablemente no era como la de SuHo hyung, pero él nos cuidaba a todos desde las sombras, cuando pensábamos que nadie lo haría, siempre aparecía él, al igual que Kris gege.

   Estaba muy tranquilo, relajado, pero me tensé en el momento en el que sentí su pequeña boca contra mi pecho, dándome un beso. Me quedé de piedra y él alzó su cabeza, mirándome sonriente y alzándose de puntillas para dejar un beso en mi barbilla.

   -Voy a cuidarte- susurró y dejó un beso en mi cuello que me hizo estremecer- déjame cuidarte…

   A partir de ese momento, los besos se sucedieron y se solaparon unos encima de los otros. Besó toda la línea de mi mandíbula, mi cuello, mis clavículas, mis hombros y mi pecho. Con cuidado, con infinito cuidado rozaba sus labios contra mi cuerpo y me hacía estremecer.

   Sus manos pequeñas, todavía envolviendo mi cintura en un cálido abrazo, jugaban en mi baja espalda, sin llegar plenamente a mi trasero. Me tocaba, me acariciaba y me hacía sentir muchísimo mejor.

   En ese momento me dejé llevar y lo apreté más fuerte contra mi cuerpo. Aquella acción me causó un poco de dolor, pero sentía que si no estaba más cerca, me dolería más. Además, MinSeok hyung me curaría todas las heridas con sus besos.

   -¿Por qué hiciste aquello?- preguntó en voz queda.
   -¿El qué?
   -Aquel movimiento, si no estabas seguro de poder conseguirlo- aclaró. Sus labios moviéndose contra mi piel, su aliento cálido chocando contra esta. Me estremecí de nuevo sin poder evitarlo.
   -Porque quería que vierais algo impresionante, quería que dejarais de subestimarme- murmuré contra su cabello.
   -Nosotros no te subestimamos- contestó.
   -Las fans lo hacen- repliqué- me dicen mono, pero yo no quiero ser mono, quiero ser atractivo, sexy, con carisma, como lo es JongIn.
   -Ellas también dicen eso de ti.
   -No lo hacen…
   -Tao- levantó su cabeza y me miró a los ojos seriamente- ninguno de nosotros te subestimamos y las fans te adoran, no tienes que demostrarle nada a nadie, eres un ser humano y tienes defectos, pero las personas que te aman son capaces de pasar a través de ellos.
   -Eres muy sabio, hyung- murmuré.
   -Lo da la edad.
   -Pero no eres mayor.
   -Gracias- susurró contra mi pecho- eres la primera persona menor que yo que me lo dice.

   En ese momento se abrazó más a mí, tanto, que si no fuera por la barrera que hacía su camiseta, nadie sabría donde acababa uno y empezaba el otro. Aquel momento era perfecto.

   Sus labios comenzaron de nuevo a avanzar por cada parte de mi cuerpo que alcanzaba en aquella posición y me hacían sentir mejor de lo que ya lo habían hecho anteriormente. Sus palabras, sus besos, sus caricias eran todo lo que necesitaba, pero yo, egoístamente quería mucho más.

   Agarré el filo de su camiseta, para levantársela y sacársela por la cabeza y así estar en las mismas condiciones, pero él apartó mis manos del lugar y negó con la cabeza, alejándose un poco de mí.

   -Hyung…
   -No- susurró- esto es para hacerte sentir mejor a ti- pasó su pequeña mano por mi torso- más tarde iré yo.
   -Quiero tocarte- murmuré inclinándome sobre él, buscando sus labios con los míos.
   -Más tarde- contestó rozando nuestros labios solo un segundo para luego alejarse y seguir dando beso por todo mi cuello.

   Aquellas acciones me hacían suspirar. Sus besos ya no eran tan suaves como antes y me estaban excitando. Era completamente increíble que me estuviera excitando solo con unos cuantos besos, pero los labios de MinSeok eran demasiado para mí.

   Su boca fue descendiendo por mi cuerpo, mientras que sus manos se posaban en mis hombros, para sujetarse. Gemí sin poder detenerlo cuando su boca atrapó uno de mis pezones y comenzó a mordisquearlo. Él se separó un poco de mí para mirarme y puso el dedo índice en mi boca.

   -Shh…

   Asentí y le di un pequeño beso en el dedo antes de que lo retirara y volviera a besar mi pezón. Estuve a punto de volver a gemir, pero me tapé la boca con mi mano y ahogué el sonido. Lo que MinSeok hyung estaba haciendo con su boca en mi cuerpo era demasiado excitante.

   Sentí frío al contacto con el aire, cuando dejó mi pezón derecho y fue a por el izquierdo, pero mis partes dieron un tirón en cuanto su boca comenzó a darle el mismo trato al otro. Suspiré de nuevo y lo noté sonreír.

   No tardó mucho en dejar mi pezón igual de duro que el otro. Así que, después, siguió besando mi torso, cada vez más y más abajo. Sus manos descendieron de mis hombros y trazaron un camino por mis costados, haciéndome estremecer, hasta que se quedaron en mis caderas, sin bajar más, pero jugando con la cinturilla elástica de mi pantalón de chándal de leopardo.

   Aquellos roces sobre mi cadera me estaban volviendo loco y sus besos descendentes, cada vez más cerca de mi vientre bajo lo empeoraban. Quería más. Estaba excitado, muy excitado. Necesitaba mucho más.

   -Más- pedí sin poder contenerme y él alzó su cabeza, mirándome de forma pícara.
   -¿Cuánto más?- preguntó con una sonrisa adorable.
   -Mucho más.

   MinSeok hyung se colocó de rodillas en el suelo del baño y metió una de sus pequeñas manos dentro de mi pantalón, rozando levemente mi miembro. No pude reprimir un jadeo cuando sentí su mano tocando mis partes y él sonrió.

   -¿Así o más?
   -Más.

   Con aquella sonrisa, acercó lentamente su cabeza a mi entrepierna y respiró contra ella, antes de comenzar a deshacer el nudo que mantenía mis pantalones en su sitio con su lengua y con sus dientes. Reprimí un gemido, mordiendo mi labio inferior cuando su barbilla rozó mi miembro, al moverse para deshacer el nudo.

   En unos momentos, los cordones caían a los lados y sus manos se habían alzado para bajar lentamente mis pantalones por mis piernas, revelando mi pene completamente duro a través de mis finos calzoncillos de pandas.

   -Completamente adorable y encantadoramente sexy- murmuró al verlo, dejando mis pantalones por los tobillos.
   -Hyung...- protesté débilmente, pero él no me hizo caso.

   De repente, se inclinó hacia delante, dejando su rostro a escasos centímetros de mi hinchado miembro, respirando sobre él, excitándome aún más de lo que ya estaba. Rozó su nariz contra mi miembro, aun cubierto por los calzoncillos y me tapé rápidamente la boca con mis manos, ay que un gemido pugnó por escapar de mis labios.

   Su lengua no tardó en seguir el mismo camino que su nariz y trazó todo el contorno de mi miembro con ella. La humedad, el calor, el contacto, hicieron que las piernas me temblaran y tuviera que agarrarme al filo del lavabo para no caer.

   -Cuidado- susurró contra mi miembro y un escalofrió me recorrió todo el cuerpo- estoy aquí para curarte, no para que te hagas más daño.

   Su voz había enronquecido y ese tono, más grave de lo habitual era completamente sexy. Mi pene volvió a endurecerse. Parecía que cualquier cosa que MinSeok hyung hiciera conmigo haría que me excitara más y más, aunque eso fuera casi imposible.

   Me dolía tener mi miembro aprisionado en aquella prenda y que él no parara de lamerlo, no ayudaba en nada, porque me excitaba y dolía más. Mis calzoncillos ya eran prácticamente transparentes por culpa de su saliva y de mi pre-semen, que salía en abundancia.

   -Hyung…- susurré sin poder evitarlo- más… más…

   Lo noté sonreír contra mi pene un segundo antes de que se retirara  me mirara a los ojos fijamente. Una sonrisa pícara en sus labios mientras deslizaba mis calzoncillos por mis piernas con una lentitud infinita, dejando escapar por fin a mi miembro de su prisión.

   Solté un leve gemido al notar el aire en contacto con mi sensible pene y cerré mis ojos disfrutando de la sensación. Seguía con los ojos cerrados cuando noté la traviesa lengua de mi hyung seguir una de las venas que surcaban mi miembro. Esta vez no pude reprimir el gemido que escapó de mi garganta y reverberó en las paredes del baño.

   Unos golpes en la puerta nos dejaron completamente estáticos, sin saber qué hacer, mirándonos fijamente casi sin respirar.

   -MinSeok- la voz de LuHan ge a través de la puerta- ¿estás cuidando de nuestro panda o lo estás torturando?
   -Está… cuidándome… bien- logré decir.
   -¿Entonces por qué gritas, ZiTao?- preguntó.
   -Porque me duele todo el cuerpo- contesté.
   -Y porque es un quejica, ya lo sabes- dijo MinSeok hyung.
   -Bien, entonces no tardéis mucho, que hoy hemos pensado ver una peli mientras los que están fuera trabajan- contó LuHan ge y luego se escucharon sus pasos alejándose del baño. Ambos suspiramos, aliviados.
   -Parece ser que tendré que ser rápido- murmuró.

   En ese momento cogió mi miembro por la base y ahuecó sus mejillas justo antes de introducírselo en la boca. Primero fue la punta, pero poco a poco fue introduciendo más y más. La sensación de su boca húmeda alrededor de mi miembro y su juguetona lengua era de lo mejor que había sentido nunca. Era demasiado maravilloso y me estaba muriendo de gusto.

   Me agarré al lavabo, me tapé la boca con la otra mano y me dediqué a sentir. La cabeza de mi hyung iba adelante y atrás, succionando mi miembro. Cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez mejor. Colocó sus manos en mis caderas para sujetarse mejor y comenzó a ir todavía más rápido.

   Estaba a punto de correrme, estaba a punto de llegar al orgasmo más exquisito de toda mi vida solo con una mamada. Pero esa era la mejor mamada que me habían hecho en la vida.

   En el momento en el que llegué al orgasmo, miles de sensaciones explotaron en mi interior. Mis piernas se tambalearon, mis ojos se nublaron por el placer y mi miembro soltó todo el semen dentro de la boca de mi hyung, que tragó todo sin rechistar.

   Solo cuando pude dejar de temblar y pude enfocar mi vista, pude ver a MinSeok hyung con una sonrisa de oreja a oreja, lamiendo de nuevo mi miembro, retirando todo rastro que pudiera evidenciar que me hubiera corrido.

   -Hyung…
   -¿Te sientes mejor?- preguntó- ¿te duelen las heridas?- negué con la cabeza- ¿puedo seguir curándote en la ducha?- asentí- entonces vamos- y se levantó rápidamente, quitándose la ropa a la velocidad de la luz, para seguir curándome de aquella manera que me hacía sentir tan bien.





sábado, 14 de septiembre de 2013

Canella Passion {TaoKai}

5/8 Canella Passion {TaoKai}

   Estaba en mi habitación, solo, como me gustaba estar. En Seúl no había playa, por lo que no podía dar paseos por ella y el río Han siempre estaba lleno de gente y de sasaengs que me seguían a todos lados. Además, no era lo mismo.

   Me encantaba pasear por la orilla de la playa, sintiendo la fresca arena bajo mis pies y de vez en cuando, las olas romper suavemente contra mis tobillos. En el río eso no lo podía hacer.

   Por eso estaba allí, en la habitación que compartía con XiuMin ge, BaekHyun y ChanYeol hyung, solo. Los demás se habían ido a dar vueltas por la cuidad, a que les diera el aire en nuestro día libre. Me preguntaron si quería ir, pero prefería estar solo y pasear por la playa a ir con once chicos más a dar vueltas por una ciudad que parecía un hervidero.

   Me estiré en mi cama como un gato y me relajé. La soledad era lo mejor.

   En ese momento, la puerta de la habitación se abrió de par en par y yo me asusté. Había entrado un ladrón o peor, quizás había entrado alguna sasaeng y me quería violar. Me encogí sobre mí mismo e intenté hacer desaparecer mi cuerpo entre las sabanas. Pero claro, eso era imposible.

   Tenía miedo. Mucho miedo. Pasos se acercaban lentamente hacia mi cama. Gotas se escuchaban caer contra el suelo. ¿Y si era un fantasma como el que habían visto Chen y ChanYeol hyung en Rusia? Comencé a temblar y a sudar. Si era eso seguro que me mataría.

   De repente sentí cómo “eso” que había entrado tiraba de las sábanas para descubrirme, así que las agarré fuertemente, para no quedarme sin esta defensa natural. Pero “aquello” era muy insistente y también muy fuerte. En un par de tirones acabó por quitarme las sábanas de la cabeza y yo me tapé los ojos con las manos.

   -Si no lo veo, no existe- comencé a murmurar en chino- si no lo veo, no existe…
   -ZiTao, deja de hacer el gilipollas- dijo la “cosa” con una voz que me resultaba vagamente familiar.
   -Cállate, fantasma con voz conocida- contesté y “eso” comenzó a reírse de una forma que no podía confundir por nada del mundo. Solo él se podía reír así- no te rías como JongIn, fantasma- la risa se hizo mucho más fuerte y mucho más histérica de lo que ya era.
   -Dios, ZiTao- dijo- eres como un niño pequeño- una mano sólida en mi cabello y yo hice un bloqueo para quitármela de encima- joder, eso duele- gritó la voz y abrí un poco mis ojos, solo una rendija, para ver la cara de JongIn con una mueca de dolor.
   -Eres un fantasma con la apariencia de JongIn- dije y él me miró con una ceja alzada- vade retro, satanás.
   -Tío, soy yo, no soy ningún fantasma.
   -Imposible, estoy solo en casa- contesté.
   -Idiota- me intentó quitar las manos de la cara hasta que lo consiguió- no me he ido con ellos, he estado viendo una porno en el salón.

   Abrí mis ojos como platos. No podía ser un fantasma, solo podía ser JongIn. Me sentí como un tonto miedica e hice un puchero. Él tocó con sus dedos mis labios y me sonrió.

   -Es mi culpa- murmuró- no quería asustarte, debí tener más cuidado- asentí y él se inclinó sobre mí para darme un pequeño beso en los labios- ¿quieres ver una peli?
   -¿Porno?- pregunté y él asintió.
   -Solo tengo de eso en mi disco externo- fue lo que contestó.

   Ver una película porno con JongIn era la cosa más excitante que podías hacer en tu vida. La película hacía de ambiente y luego, cuando él estaba completamente excitado, comenzaba lo bueno.

   Pasear en soledad por la playa me gustaba muchísimo, pero tener sexo salvaje con JongIn mientras veíamos una porno era lo mejor del mundo.

   -¿Cómo se llama la película?- pregunté mientras me levantaba de la cama. Él me sonrió y comenzó a caminar en dirección al salón.
   -La que quiero ver se llama “El cartero siempre te la mete dos veces”- contestó.
   -Un título muy bonito- ironicé siguiéndolo y él se giró hacia mí con una gran sonrisa.
   -Un título de peli porno.

   Llegamos al salón y nos sentamos en uno de los sofás, muy cerca el uno del otro. Tan cerca estábamos que nuestros hombros se rozaban. Pero a mí eso no me molestaba, de hecho me encantaba porque esa cercanía hacía que lo bueno comenzara antes.

   JongIn cogió el mando de la tele y comenzó a rebuscar dentro de su disco externo la película que quería poner. Tenía un montón de porno, pude comprobar en ese momento. Me preguntaba cómo teniendo tantos archivos, sabía exactamente dónde tenía cada uno de ellos, porque solo vagó por unas cuantas de carpetas y ya tenía el archivo listo para darle al play.

   Me miró con una sonrisa pícara antes de hacerlo y luego soltó el mando y se acomodó bien en el sofá, pegándose mucho más a mí. Parecía que me tenía ganas. Yo también le tenía ganas. Hacía al menos un par de meses que no habíamos tenido tiempo para nada y menos para follar y desquitarnos un poco, relajarnos y reducir la tensión.

   Nos hacía falta sexo duro.

   La película comenzó y al principio, tras solo unos segundos, ya había una escena de sexo. Una chica estaba siendo follada por un uniformado cartero contra la pared de la entrada de una casa.

   Y desde ese momento, todo fue sexo, gemidos y cambios de ángulos de las cámaras que te enseñaban hasta el más mínimo detalle de la penetración.

   No pasó mucho tiempo cuando escuché a JongIn jadear levemente y supe que ya era hora de dejar de ver la película para ver algo mucho más excitante. Él miraba fijamente la televisión mientras con su mano derecha acariciaba levemente su pene por encima de la ropa, endureciéndolo.

   La cara de gusto que tenía en esos momentos me ponía a cien, mucho más que la película, que me dejaba un poco caliente, pero nada más. Esto era demasiado. Sus labios gruesos entreabiertos dejando escapar de vez en cuando un suspiro y sus ojos oscuros llenos de lujuria me llevaban por el camino de la amargura, pero también por el del placer.

   De repente, sentí una mano jugar con mi entrepierna y me tensé, pero inmediatamente me relajé al ver la sonrisa pícara de su rostro. Quería jugar conmigo y yo lo dejaría muy a gusto.

   Su mano era una experta en dar placer, aunque fuera la izquierda y él no fuera zurdo, la movía como si fuera la mano con la que hacía las cosas normalmente. Supuse que sería de los muchos años de práctica masturbándose con una y otra mano.

   Me tocaba por encima de la ropa, como estaba haciendo consigo mismo, pero ya estaba viendo las estrellas solo con eso.

   Cuando se escuchó un fuerte gemido procedente de la película apretó nuestros penes y ambos gemimos. Me pasé la lengua por los labios, que se me habían quedado resecos y lo vi morderse el labio inferior mientras cerraba los ojos, disfrutando de las sensaciones.

   No pude soportarlo más, así que me incliné sobre su cuello y comencé a besarlo, a chuparlo, a lamerlo, a mordisquearlo. Quería dejar marca, proclamar a los cuatro vientos que me lo follaba y era mío, pero la empresa había dejado muy claro que nada de tener marcas o las fans se nos echarían encima, por lo que me contuve de hacerlo.

   Subí por su cuello, llegando a su mandíbula, a la que le di un pequeño mordisquito y luego me desplacé besando hasta su oreja, que maltraté unos momentos.

   -Más…- le jadeé en pleno oído y él, por acto reflejo apretó mi pene de nuevo, haciéndome gemirle- mucho más…

   Mi orden fue acatada de inmediato, ya que en apenas unos momentos su mano ya se había colado por la cinturilla de mis pantalones y de mis bóxeres y tocaba la piel de mi miembro. Gemí de nuevo en su oreja por la sensación de placer que me estaba brindando.

   En ese momento, la película porno pasó a un segundo plano y nos concentramos el uno en el otro. Rápidamente, JongIn se sentó sobre mis piernas, dejando las suyas a cada lado de mi cuerpo, de rodillas. Sacó mi miembro de su prisión e hizo lo mismo con el suyo. Se apretó contra mi cuerpo y los juntó, comenzando a tocarlos a la vez y haciendo que se rozaran entre ellos.

   No paramos de gemir a partir de ese momento. Aquello se sentía demasiado bien. Piel con piel y movimientos acelerados. Era lo mejor del mundo.

   La temperatura de nuestros cuerpos comenzó a subir y el calor empezó a hacerse insoportable. Me quité mi camiseta y la lancé lejos, después lo hice dejar su trabajo con nuestros miembros para poder quitarle la suya. En cuanto sus brazos salieron de la camiseta, volvió con él.

   Nos mirábamos fijamente, con deseo, nuestras frentes estaban juntas y respirábamos el uno sobre el otro. Quería capturar sus labios. Quería seguir saboreando aquella piel color canela pasión y quería sentir su interior una vez más.

   El primero de mis deseos fue concedido. JongIn se inclinó más sobre mí y comenzó un beso en el que las lenguas y los dientes fueron los protagonistas. Cuando tuvimos respirar, nos separamos y nos miramos fijamente de nuevo.

   -Quiero que me la metas- demandó y yo sonreí.
   -¿Tenemos lubricante?- pregunté. Llevábamos mucho tiempo sin hacerlo y aunque quería metérsela hasta el fondo y a ser posible, ya, si lo hacía así, no podría moverse en unos cuantos de días.
   -No hace falta lubricante- se inclinó contra mi oreja- ¿por qué crees que antes he estado viendo otra peli porno?- susurró y luego me mordió el lóbulo- me estaba preparando para ti.

   No pude aguantarlo más y lo rodeé fuertemente por la cintura, para levantarme y cargarlo hasta cualquier otro lugar. Se la metería hasta el fondo. Él rio ante mi reacción, pero rápidamente se agarró con sus piernas a mi cuerpo y se dejó llevar. La primera habitación que encontré en mi camino fue el baño, así que entré, lo dejé en el suelo y cerré la puerta con el pestillo.

   -¿El baño?- preguntó.
   -¿Recuerdas que la última vez que lo hicimos en el salón nos echaron una bronca?- pregunté y él asintió- pues aquí no nos dirán nada.

   Me acerqué a JongIn rápidamente y le bajé los pantalones y los bóxeres en un suspiro. Después, hice lo mismo con los míos, dejándonos a ambos completamente desnudos y completamente excitados. Incliné mi cabeza y comencé a besarlo de nuevo. Sus labios gruesos eran de lo mejor que había en este mundo y debían estar prohibidos.

   Cuando nos separamos, me dirigí a la taza del váter y la bajé, para poder sentarme en ella cómodamente. En cuanto estuve colocado, le indiqué a JongIn que se subiera sobre mí y él lo hizo al momento. Mi miembro rozó su entrada y ambos jadeamos.

   -¿Estás seguro de que no necesitas preparación?- pregunté y él asintió.
   -No la necesito.

   En ese momento, agarró mi miembro con su mano y comenzó a descender, buscando su entrada. La punta rozó de nuevo contra ella y se mordió el labio inferior antes de bajar rápidamente y quedar sentado sobre mí, dejándome completamente dentro de él. Ahogué un gemido y él un gruñido.

   Nos miramos a los ojos mientras nos acostumbrábamos, él a la intrusión y yo a sentir esa calidez alrededor de mi miembro.

   Solo habían pasado unos momentos cuando JongIn comenzó a moverse. Primero empezó rotando sus caderas, haciéndome sentir cosas que nunca antes había sentido. Esa fricción en mi miembro me volvía loco y a él parecía que también, ya que de vez en cuando su rostro mostraba una inmensa expresión de placer.

   Comencé de nuevo a besar su cuello y ahora también su pecho, mientras JongIn se movía sobre mí. Adoraba esa piel, adoraba poder saborearla. Lo mordí un poco más fuerte de lo que hubiera debido cuando él empezó con el movimiento arriba y abajo. Lo miré con disculpa, pero él estaba concentrado en subir y bajar lentamente de mi cuerpo, auto-penetrándose con mi miembro.

   Era demasiado excitante. Aquello me estaba haciendo enloquecer. Kim JongIn era un dios del sexo y era solo para mí.

   -Ah… ah… Tao… ah…- empezó a jadear a medida que aumentaba la velocidad.

   Llevé una de mis manos a sus caderas y lo ayudé con el movimiento, arriba y abajo, cada vez más rápido. Con la otra mano comencé a masturbarlo para que llegara, porque me sentía próximo al orgasmo.

   Mi mano sobre su miembro, arrancándole gemidos y mi pene en su interior, arrancándomelos a mí. No pasó mucho cuando ambos gemíamos más fuerte que antes el nombre del otro y nos corríamos.

   JongIn se inclinó hacia delante, agotado y dejó caer su frente contra mi hombro. Ambos respirábamos entrecortados y nuestros corazones latían a mil por hora, como si hubiéramos acabado una sesión intensiva de prácticas de baile, solo que esto era mucho mejor y mucho más placentero.

   Estábamos así, recobrando el aliento tras el esfuerzo, cuando escuchamos la puerta de la calle abrirse y nos tensamos.

   -No, otra vez no- se escuchó quejarse a JunMyeon hyung- ¿no podemos irnos un rato sin que se lo monten?
   -¿Dónde lo han hecho esta vez?- preguntó ChanYeol hyung y escuchamos un grito de BaekHyun hyung.
   -Ay, qué asco- dijo- yo no pienso volver a meterme en ese baño.
   -Ni yo pienso limpiarlo- terminó KyungSoo hyung.

   Ambos nos miramos y sonreímos. Nos daba igual lo que dijeran.






sábado, 7 de septiembre de 2013

Mirror {TaoBaek}

4/8 Mirror {TaoBaek}

   Acabábamos de llegar al apartamento después de un día medianamente tranquilo, no habíamos hecho mucho comparado con la carga que trabajo que teníamos todos los días desde que había comenzado el ComeBack. Aun así, estaba algo cansado y lo único que me apetecía era darme una ducha, porque me sentía pegajoso, quitarme aquel traje e irme a dormir.

   Sin embargo, también tenía ganas de que me mimaran un poco. Desde que habíamos ido al Happy Camp ninguno quería bañarse conmigo, y yo odiaba bañarme solo. No es que fuera un niño pequeño (que también) es que estaba acostumbrado a bañarme con mucha gente. Por eso, fui a por mis hyungs, ya que SeHun, que nunca me decía que no, todavía no había llegado con ChanYeol de la grabación a la que habían ido solo ellos dos.

   -Kris gege- llamé y me puse meloso- ¿te bañas conmigo?

   Él negó enérgicamente con la cabeza y yo le hice aegyo, lo que sirvió para que se fuera de allí rápidamente para no ablandarse. Bufé y fui a por el siguiente. Me encontré con LuHan y Lay y antes de poder abrir la boca ambos negaron.

   -Ni hablar, conmigo no cuentes- dijo LuHan.
   -Conmigo tampoco- secundó Lay.

   Volví a poner un puchero, pero ellos tampoco le hicieron caso. Me dirigí a por los demás, pero Chen dijo que él era demasiado bueno para ducharse con más gente; KyungSoo comenzó a hacer la comida, ayudado por XiuMin y SuHo, Kai se les unió en cuanto me vio aparecer para preguntarle. Así que sólo me quedaba BaekHyun como última opción, pero seguro que no querría.

   Aun sabiendo que iba a tener un no rotundo como respuesta, me dirigí hacia él, que estaba en nuestro dormitorio y me senté en su cama. Estaba tumbado con los ojos cerrados, escuchando música y cantando con voz queda.

   -BaekHyun hyung- llamé, pero él no me hizo caso, por lo que le quité un auricular con cuidado y le susurré lo mismo al oído. Él se incorporó rápidamente de la cama, mirándome asustado- lo siento- dije- no quería asustarte- pasamos unos momentos mirándonos a los ojos y luego él se relajó.
   -¿Qué quieres, ZiTao?- preguntó.
   -¿Te duchas conmigo?- pedí lo más meloso que pude y haciéndole ojitos. Él bufó y negó.
   -Lo siento, pero no quiero ser tu último recurso- dijo molesto cruzándose de brazos.

   Abrí la boca para protestar, pero luego la cerré. Tenía razón, él era uno de mis mejores amigos y lo había dejado para el final. Claro que, tenía mis razones, a él no le gustaba mucho eso de bañarse conmigo y solo aceptaba cuando estaba muy cansado o cuando estaba de buen humor. Lo miré con disculpa e hice un puchero.

   -Lo siento, perdóname- le dije- es que como la mayoría de las veces me dices que no y como parecías estar muy ocupado con la música, pues… no quería molestar…
   -Eso son excusas…- murmuró.
   -Baek…
   -Excusas…

   Lo miré con cara de cachorrito, quiero decir, de panda, pero él no me hizo ningún caso y tampoco se ablandó. Suspiré y simplemente me bajé de la cama y me enderecé para ir al baño, solo. No me gustaba bañarme solo, al igual que a los otros no les gustaba bañarse acompañados. Cuando iba a salir por la puerta de la habitación que ambos compartíamos, junto con XiuMin y ChanYeol, él me detuvo.

   -Tao…- dijo- espera…- lo escuché salir de la cama y venir hacia mí hasta que me abrazó por la espalda- está bien, me ducharé contigo- en mi rostro apareció una gran sonrisa de satisfacción que él no vio, y menos mal que no lo hizo, porque seguro que no volvería a bañarse conmigo nunca más.
   -Gracias, hyung- contesté.
   -Vamos antes de que se nos haga demasiado tarde- dijo separándose de mí y adelantándome por el pasillo en dirección al baño- no quiero que se me enfríe la deliciosa comida que esté preparando KyungSoo… que ya huele que da gusto.

   Lo seguí con una sonrisa hasta el baño y cuando entré, cerré la puerta con el pestillo tras nosotros. Él ya estaba comenzando a desnudarse. Nunca habíamos sido muy pudorosos ninguno de los dos, por lo que estaba acostumbrado a ver su cuerpo desnudo. Sin embargo, mis partes bajas dieron un tirón en el momento en el que sus pantalones se deslizaron por sus blancas y torneadas piernas, dejando estas a mi vista y su trasero solo cubierto por unos calzoncillos que hacían que se le marcase una barbaridad.

   Me mordí el labio inferior intentando pensar en cosas asquerosas para que no se me levantara, pero en cuanto él se dio la vuelta y vi cómo se le marcaba deliciosamente el paquete en aquellos calzoncillos se fue todo por la borda y boqueé.

   -¿Qué te pasa, ZiTao?- preguntó y yo volví a la realidad, negando con la cabeza.
   -Nada, solo pensaba en algunas cosas- él me sonrió y me indicó que me desnudara.

   Le hice caso y al momento, mi camisa yacía en el suelo no muy lejos de la suya y mis pantalones fueron por el mismo camino. Tras regalarme una sonrisa hermosa, BaekHyun se dedicó a bajarse lentamente sus calzoncillos, sin siquiera darse la vuelta, dejándome ver en todo su esplendor su miembro, haciendo que el mío volviera a dar otro tirón.

   Pero sin duda lo más excitante que hizo fue ponerse en pompa a tomar la temperatura del agua que salía del grifo. Ahí ya sí que no me pude contener nada. Su trasero levantado hacia mí, dejándome admirarlo completamente sin pudor alguno. Sus nalgas redondas que te invitaban a mordisquearlas y su entrada, pidiendo a gritos ser invadida.

   Me quité mis boxers rápidamente y me acerqué a BaekHyun, abrazándolo por la cintura fuertemente, atrayéndolo hacia mí, para que pudiera sentir la leve tensión en mi entrepierna que había provocado. Él jadeó y se agarró al filo por donde discurría la mampara que cerraba la bañera.

   -Tao- suspiró mi nombre de una manera completamente excitante y yo me apreté aún más contra su delgado cuerpo- ahh… mmm… ¿qué haces?
   -¿No es obvio?- pregunté.
   -Oh Dios, Tao, sé que estamos todos con los nervios a flor de piel y deseando follar un poco para calmarnos, pero los chicos están aquí- dijo y yo sonreí, comenzando a besar su nuca. Lo noté estremecerse contra mi cuerpo y le di un pequeño mordisco- Tao…- jadeó- los demás…- pasé mi lengua por ese lugar y él jadeó.
   -Si no haces ruido… no se enterarán de nada…- llevé mi mano a su miembro y comencé a masturbarlo lentamente.
   -Ahh… Tao… ahh…
   -No hagas ruido…

   Empecé a besar toda su espalda, arriba y abajo mientras lo masturbaba y frotaba mi erección contra su trasero. Él jadeaba y suspiraba levemente, pero a la vez que mi movimiento sobre su miembro iba haciéndose más rápido y más fuerte estos subían en intensidad. No podía dejar que nos escucharan.

   La mano con la que me sujetaba a su cintura fue ascendiendo por su cuerpo hasta llegar a su boca y taponarla para que no saliera ningún ruido de ella. Sin embargo, lo que comenzó a hacer fue mucho mejor. BaekHyun empezó a lamer y a morder mis dedos.

   Eso me excitaba, porque me invitaba de una manera muy sutil a que no me contuviera, a que lo siguiente que hiciera fuera enterrarme dentro de él. Empecé a frotar mi erección contra su trasero de una forma más notoria y él a jadear bajito, recordando no hacer ruido para que los demás no nos descubrieran haciendo lo que estábamos a punto de hacer.

   Cuando noté mis dedos lo suficientemente lubricados, los aparté de su boca y lo hice inclinarse hacia delante, para que su trasero quedara levantado hacia mí y no le doliera tanto como si lo hacíamos contra la pared. Comencé a toquetear su ano, primero desde fuera y luego internando mi dedo índice en él.

   Su interior estaba caliente. Me gustaba sentir eso, pero me encantaba más sentirlo sobre mi miembro. No podía más con mi excitación. Quería metérsela hasta lo más profundo, pero debía aguantar unos momentos más o no sería placentero para él, y yo quería que él disfrutara tanto como yo.
   Empecé a mover mi dedo en su interior y sus jadeos fueron intercambiados por pequeños gruñidos. No le hacía daño. Él podía aguantar mucho más que eso.

   -Ahh… Tao… más…- suspiró y yo sonreí, inclinándome sobre su cuerpo, pegándome a su espalda blanca e introduciendo más mi dedo, tocando su próstata.

   Él jadeo, pero supuse que lo que quería hacer era gemir y se contuvo. Sonreí de nuevo y saqué ese dedo para meter otro más. Noté un poco de presión esta vez, su cuerpo se tensó y rechazaba un poco la intrusión, pero comencé a mover mis dedos, adentro y afuera, penetrándolo lentamente, abriendo y cerrando el espacio entre mis dedos, para lo que vendría después.

   Volví a tocar su próstata y esta vez no pudo contener un pequeño gemido que reverberó en mis oídos. Me encantaría poder ver su expresión mientras lo penetraba, pero en el baño sería algo incómodo.

   Saqué los dos dedos y metí tres. BaekHyun gruñó, ahora estaba estirando bastante aquella cavidad y debía dolerle un poco, por lo que, con la mano que lo había estado masturbando antes y que ahora yacía en su cadera, comencé a tocarlo. Su miembro estaba duro como una piedra, como el mío y ambos pedían atención.

   Seguí penetrándolo con mis dedos, creando espacio, mientras él gemía bajito por la intrusión y por la paja que le estaba haciendo. Cuando noté que estaba lo suficientemente dilatado, saqué mis dedos y él gimió. Le di la vuelta para verlo, para ver su rostro. Sus ojos estaban extasiados de placer y sus labios mordisqueados.

   No pude contenerme y me incliné sobre él para besarlo de una manera completamente excitante. Mi lengua chocó contra sus labios y él abrió su boca para darme paso. Nuestras lenguas jugaron, explorando toda la cavidad ajena. Choques de labios, dientes y lenguas y solo nos separamos cuando se hizo imprescindible respirar.

   Lo miré a los ojos y los vi nublados por el placer. Eso me excitó aun más y no pude evitar lo siguiente que dije.

   -Lubrícame la polla y penétrate.

   Durante unos segundos me miró con la boca abierta, pero después, hizo exactamente lo que le pedía. Se agachó hasta quedar de rodilla y con su mano izquierda buscó su entrada, para comenzar a auto-penetrarse. Esa imagen tan erótica me estaba volviendo loco y acerqué mi miembro a su boca para que comenzara a chupar.

   Él sonrió de forma picara y con la mano que tenía libre agarró mi miembro y comenzó a masturbarlo. Su delicada mano de largos dedos me estaba haciendo sentir en el paraíso, no quería ni imaginar lo que su boca haría en ese mismo lugar. Comencé a gemir bajito, intentando no cerrar los ojos, porque el espectáculo que me estaba dando era completamente excitante.

    Unos momentos después, agarró fuertemente la base de mi miembro haciéndome jadear y llevó su boca hasta este, dejándola a escasos centímetros. Su respiración sobre mi pene sensible, casi hizo que me corriera. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y él alzó su vista hacia mí.

   Sus ojos cargados de placer mientras se auto-penetraba me pidieron permiso y yo asentí. BaekHyun, sin dejar de mirarme, acercó más su cara a mi miembro y sacó la lengua hasta que esta rozó la punta. Sentí como más pre-semen del que ya salía se escapaba de mi interior. Él sonrió y comenzó a chupar todo el líquido que segregaba.

   Aquello era demasiado para mí. Tuve que agarrarme a la mampara de la ducha para no caerme cuando me temblaron las rodillas. Su lengua era lo mejor que había en este mundo. No pasó mucho tiempo cuando comenzó a lamer mi miembro como si fuera un helado que estaba a punto de derretírsele.

   Sus ojos cargados de placer fijos en los míos, sus débiles jadeos cuando tocaba su próstata con sus dedos sobre mi pene y su lengua y sus labios haciendo con este lo que querían era demasiado para mí. Cuando noté que estaba próximo al orgasmo lo hice separarse y él me miró con reproche.

   -Quiero correrme en un lugar más excitante que tu boca- susurré ronco y él sonrió, incorporándose del suelo.
   -No hay lugar más excitante que mi boca- replicó alzándose de puntillas para capturar mis labios con un beso que me dejó temblando- métemela, ya- demandó.

   Sonreí y lo puse contra el lavabo, inclinado sobre este para que su trasero estuviera levantado hacia mí. Había tenido la suficiente preparación, por parte mía y por parte suya, pero así sería más fácil el acceso. BaekHyun me miró a través del espejo y sentí que me derretía con esa expresión de deseo. Fácilmente me podría correr si veía su expresión de orgasmo.

   Agarré su trasero y abrí su ano. Con la mano libre, guie mi miembro hacia su entraba y comencé a internarme lentamente. No aparté mis ojos de los suyos en ningún momento y pude ver una expresión de dolor mientras me internaba poco a poco en él hasta que estuve completamente dentro. Ahogué un gemido ronco cuando estuve completamente adentro. Sus calientes paredes apretándome eran la mejor sensación del mundo.

   Nos miramos fijamente, jadeando por el esfuerzo hasta que BaekHyun asintió y entonces comencé a moverme en su interior. Al principio lento, muy lento. Su expresión cuando me enterraba en él era completamente excitante y me ponía más y más duro por momentos, aunque eso fuera casi imposible.

   Seguí internándome en él, cada vez más rápido, cada vez más fuerte. Sus ojos me devolvían l mirada a través del espejo y estaban nublados de placer.
   Me sentía próximo a llegar y quería que él también llegara. Moví miembro en su interior hasta que toqué de nuevo su próstata y memoricé el lugar para dar ahí en cada embestida. Llevé mi mano derecha a su miembro desatendido y comencé a masturbarlo de nuevo.

   Los gemidos escapaban de nuestros labios y aunque intentábamos contenerlos para que los demás no nos escucharan, aquello era casi imposible. Me sentía en el paraíso, sentía que cada vez faltaba poco y por su expresión también sabía que le quedaba poco.

   Un par más de movimientos de mi mano y la expresión en su rostro mientras se corría fue lo que me hizo llegar a mí al orgasmo. Sus ojos cerrados, su boca ligeramente entreabierta y su cuerpo temblando entre mis brazos.

   Ambos acabamos echados sobre el lavabo, intentando recobrar la respiración. Todavía estaba en su interior, pero mi semen comenzaba a desbordar por los pequeños huecos que quedaban, así que, me retiré de él y el líquido blanco comenzó a resbalar de su ano.

   BaekHyun alzó su cabeza y me miró, completamente extasiado. Si seguía mirándome de esa forma me pondría duro de nuevo. Iba a acercarme de nuevo a él para comenzar con otra ronda cuando unos golpes en la puerta detuvieron todo mi movimiento.

   -Baek, Tao, salid del baño- dijo la voz de ChanYeol al otro lado- la cena ya está.
   -Ya vamos- contestó BaekHyun y me miró- vamos a ducharnos… y seguimos la próxima vez- asentí y ambos nos metimos bajo el agua para retirar todo rastro de lo que había pasado entre nosotros en ese baño.