lunes, 1 de septiembre de 2014

TaeYeon en el País de las Pornopesadillas

Parte II

            TaeYeon salió al exterior asombrada. Parecía un mundo completamente distinto al suyo. Estaba sobre un camino de tierra y a cada lado de este se encontraban plantas exóticas que nunca antes había visto. Eran de muchos colores y, además, enormes —aunque sospechaba que era porque ella había encogido—. En ese momento, vio un destello blanco y segundos después aparecía el conejo del pene grande con un reloj entre sus patas delanteras.

            —Llego tarde, llego tarde —dijo y echó a correr.

            TaeYeon quiso seguirlo, pero tampoco quería alejarse mucho de la puerta que la había llevado hasta allí. Sin embargo, cuando miró hacia atrás, no había ninguna puerta, solo se encontraba la botella que la había encogido o eso pensó, porque cuando se acercó, tenía otra nota dentro.

            —“Úsame para crecer”.

            La chica no lo pensó mucho antes de introducirse la botella de nuevo por la vagina, descubriendo con satisfacción que sin hacer mucho esfuerzo pudo meterla hasta el cuello. Se masturbó con ella, utilizando su otra mano para frotarse y pellizcarse el clítoris para así llegar más rápidamente al orgasmo. Cuando lo alcanzó, sintió la misma sacudida de antes y cuando abrió los ojos se encontró con que las plantas a ambos lados del camino ya no eran tan enormes, pero ahora que las podía ver bien gracias a su altura, estas parecían tener caras dentro de las flores. TaeYeon las miró unos momentos, extrañada, ya que en casa las flores no tenían rostros. Los ojos de estas se abrieron de golpe y comenzaron a mirarla fijamente, con deseo y a la chica no le gustó aquello.

            Sacó la botella de cristal de su vagina y se levantó del suelo, sacudiéndose el polvo del trasero, echando ahora de menos la ropa que se había dejado en la habitación cuando empequeñeció. TaeYeon echó a andar, si quitarle la vista de encima a las plantas y con la botella en la mano por si la necesitaba más tarde para encoger de nievo. Una de ellas le llamó la atención porque tenía una sonrisa muy amplia y muchos dientes, la chica la miró y de la flor comenzó a aparecer un gato rosa con rayas de color morado. Dio un paso atrás, asustada, y se chocó contra una planta pero a pesar de que eso no le gustaba, no podía dejar de mirar al gato, que tenía unos ojos hipnóticos.

            Sin que TaeYeon se diese cuenta de lo que ocurría, el gato la estaba hipnotizando para que todo lo que ocurriera a partir de aquel momento le causara un placer infinito y nada le diera asco o sintiera por ello repulsión. Tan ensimismada estaba con los ojos del gato que no notó de que tallos de las plantas se enredaban en sus tobillos, en sus muslos y en sus muñecas hasta que estos la alzaron del suelo. La chica pataleó e intentó liberarse del agarre, pero aquellos tallos tenían demasiada fuerza y eran gruesos, así que no podía romperlos, parecía que tenían vida propia y ella no era rival.

            —¡Soltadme! —gritó, pero ahora, aparte de elevarla, la tumbaron en el aire y le abrieron las piernas, dejando al descubierto su entrepierna. El gato la miró relamiéndose y ella forcejeó de nuevo, pero siguió sin conseguir nada.
            —Es inútil escapar —dijo una voz detrás de ella así que giró su cuello lo máximo que pudo para descubrir que quien había hablado era una oruga con unos genitales enormes, casi tan grandes como el tamaño de la oruga, que no era para nada normal.
            —¿Por qué no puedo liberarme? —preguntó.
            —Porque estás en el país de las Pornopesadillas, TaeYeon, y aquí, todo y todos querrán follar contigo —aclaró.
            —¿País de las Pornopesadillas?
            —Sí, eres la elegida, pero antes de ir al lugar que debes tienes que pasar por esto.
            —¿Lugar dónde debo ir? ¿Dónde debo ir? ¿Para qué? ¿Por qué tengo que pasar por esto y porque todos quieren follarme?
            —Eso no te lo puedo decir —contestó la oruga, llevando sus patas a su miembro, comenzando a masturbarse—. Por ahora disfruta del placer que te ofrecen las plantas, son muy buenas haciendo su trabajo.

            La chica volvió su atención al frente, siguiendo la vista de la oruga y se encontró con un tallo con forma de pene, yendo directamente hacia su vagina y más allá de esto, al gato rosa, masturbando su gran miembro con su cola. Observó sus ojos de nuevo y, en ese momento, dejó de forcejear, ya le daba igual que la penetrara un tallo con forma de pene, la oruga, el gato o el conejo, solo necesitaba que algo, preferiblemente grande, se colara por su vagina para calmar el calor que comenzaba a sentir en ella.
           
            El tallo se introdujo en su vagina y comenzó a moverse, pero TaeYeon sentía que después del culo de la botella, aquello no era tan grueso como para satisfacer su sed de sexo, así que comenzó a mover sus caderas, intentando crear más fricción cuando aquel tallo la penetraba, y cerró sus ojos, dejándose llevar, por lo que no vio el segundo tallo hasta que sintió cómo este empujaba para unirse al otro. Dos tallos eran mejor que uno, sin duda, y la chica comenzó a gemir porque aquello le gustaba demasiado y no sabía por qué, porque le debería de dar asco.

            Los dos tallos se movían en su interior, penetrándola a distintos tiempos y moviéndose hacia los lados para abrir más su vagina para que así pudiera introducirse un tercer tallo que se había acercado hasta ella. Se sintió llena cuando finalmente este se le metió dentro, pero necesitaba más, mucho más.

            Comenzó a gemir y a pedir enloquecida por más tallos en su vagina y estos no se hicieron esperar, introduciéndose dos de golpe en esta y otros dos por su recto y su boca. La chica no podía pensar más que en el placer y quería mucho más, así que se dejó follar hasta llegar al orgasmo, contrayéndose y convulsionando cuando este la alcanzó, haciendo que todos los tallos se derramaran en su interior dejando un líquido verde y viscoso que, sin embargo tenía sabor dulce en su boca, por lo que lo tragó antes de que los tallos se retiraran. Unos segundos después, TaeYeon sentía cómo los cinco tallos que habían conseguido empujar dentro de su vagina y los dos de su recto se retiraban a la vez, haciendo que el líquido verde saliera de su interior, derramándose sobre el suelo de tierra y las demás flores.

            La chica respiraba entrecortado y aún sentía el placer del orgasmo recorriéndole el cuerpo. Había sido maravilloso, así que cerró los ojos de nuevo, recordando las sensaciones que los tallos le había provocado.

           Cuando los abrió de nuevo, fue porque sintió algo empujando para entrar en su vagina de nuevo. Algo parecido a una planta carnívora había sacado una especie de lengua gruesa con forma de pene y se la introdujo, entrando hasta rozar con la entrada a su útero. Una vez allí, la flor se despegó del tallo y aferró sus fauces a la entrepierna de TaeYeon, que estaba bastante confusa, ya que no entendía cómo aquello podría moverse en su interior sin el resto de la planta. Lo entendió todo cuando la lengua comenzó a moverse en su interior y vio como la cabeza de la flor tenía una especie de tendones que ayudaban a que la lengua se moviera dentro y afuera, como si de un mecanismo complejo se tratara.

            La chica comenzó a gemir a medida que el ritmo de las embestidas aumentaba. Aquella planta estaba haciendo un gran trabajo, pero quería que fuera mucho más rápido, así que, tras forcejear, se soltó de los tallos que mantenían presa una de sus muñecas y llevó su mano libre a su entrepierna para mover con más velocidad aquella cosa, proporcionándose aún más placer. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando las plantas que la sujetaban dejaron de hacerlo y ella cayó los centímetros que la separaban del suelo, hincándose el músculo de la planta hasta lo más profundo y llegando así al orgasmo con un grito que tuvo que ser escuchado en todo el maldito País de las Pornopesadillas.

            Se tumbó sobre el suelo y tiró de la planta hasta sacarla de su interior, haciendo que el líquido verde que había soltado, se desparramara de nuevo desde su vagina.

            —Menos mal que las plantas y yo no somos de la misma especie, no me gustaría quedarme embarazada y tener niños parecidos a estas cosas —murmuró—, aunque me podría llevar esto para casa —tomó la planta carnívora y la olvidada botella por si la necesitaba de nuevo más tarde y se levantó del suelo, tambaleándose por el orgasmo.

            Buscó con la mirada al gato y a la oruga que la habían estado observando mientras la penetraban, masturbándose con la vista que les había ofrecido, pero lo único que quedaba de ellos eran dos charcos de semen en las flores en las que habían estado atentos al espectáculo. TaeYeon se encogió de hombros, sino estaban allí no podía preguntarles nada más y tendría que seguir adelante para averiguar qué era lo que pasaba en aquel lugar.

            En ese momento, apareció de nuevo el conejo y la chica salió corriendo tras él, aunque sentía su interior bastante vierto y le era muy complicado correr rápido hizo lo posible para no perderlo. Salieron del camino de las plantas y entraron a un bosque con árboles enormes por todos lados de gruesos troncos y altas raíces. En un momento dado, la chica perdió al conejo, pero antes de poder buscarlo, salieron a su paso dos gemelos corriendo en su dirección.

            —Vienen las cartas de su majestad, la reina de corazones —decía uno.
            —Vienen a por ti, TaeYeon —dijo el otro.
            —Ven por aquí —el primero la agarró del brazo derecho y tiró en esa dirección.
            —No, por aquí —el otro la agarró del izquierdo y tiró hacia ese lado.
            —Por aquí, seguidme —el conejo había aparecido de nuevo y TaeYeon se soltó de los dos gemelos.

            Siguió al conejo rápidamente con los otros dos detrás suya hasta una especie de madriguera y se adentró en ella sin pensar. Era un sitio pequeño y oscuro, pero cabían todos perfectamente. Todo estaba en silencio y solo se oían las respiraciones agitadas, pero de repente, comenzaron a escucharse ruidos en la superficie.

            —Nos van a ver —dijeron a la vez los gemelos—. Nos verán si no lo hacemos.
            —¿Hacer qué? —preguntó TaeYeon.

            Los gemelos no le respondieron, simplemente uno de ellos se timbó y sacó su miembro erecto de sus pantalones mientras el otro la tomaba y la ponía sobre su hermano, dejándola caer sobre el pene que la penetró hasta el fondo de su vagina, luego, se quitó él sus pantalones, le separó los glúteos y se internó en su recto.

            —Gime —le pidieron los dos comenzando a moverse.

            TaeYeon no tardó en obedecer, exteriorizando todo el placer que sentía teniendo dos gruesos miembros en su interior. Tanto su recto como su vagina habían ido recuperando su tamaño natural, por lo que los notaba frotándose contra sus paredes hinchadas por los anteriores orgasmos y que habían adquirido una gran sensibilidad.

            Siguieron embistiéndola hasta que todos llegaron al orgasmo. En ese momento, la chica se dejó caer contra el gemelo que se encontraba en el suelo porque no podía con más. Estaba demasiado cansada, por ese día había tenido ya suficientes orgasmos, ocho eran más de los que había llegado a experimentar en una semana de trabajo, ya que allí solo tenía que satisfacer a los clientes.

            Sin embargo, a pesar de que quería descansar, el conejo no la dejó hacerlo, porque tiró de su brazo y la levantó, haciendo que, los ahora flácidos miembros de los gemelos salieran de su interior y su semen comenzara a recorrerle las piernas. El conejo la sacó de la madriguera y TaeYeon lo siguió tambaleándose mientras este corría a través del bosque. Algunos minutos después, llegaban a la linde de este, donde se encontraba una pequeña casa con un jardín delantero en el que había una mesa llena de dulces y té, presidiéndola, había un hombre con cara de loco y un sombrero desvencijado sobre su cabeza.

            —Mi nombre es HeeChul y soy el sombrerero —se presentó—. Ven aquí, TaeYeon —le indicó con un movimiento de su mano que se acercara—. Tenemos muchas cosas que hacer.

            La chica caminó hasta él, viendo cómo se sacaba su miembro de los pantalones. Cuando estuvo a su lado, la tomó por el brazo y la puso contra la mesa. TaeYeon tuvo que apoyar las manos sobre esta para no caer de cara contra los pasteles que había allí mientras notaba las manos de HeeChul recorriendo sus piernas, abriéndolas para pegarse más a su cuerpo y luego tirar de su vagina. Sintió cómo el semen que todavía quedaba de los gemelos se le terminó de escurrir de su interior y, en ese momento, HeeChul la penetró.

            —Eres la elegida, TaeYeon —comenzó a hablar mientras la embestía—. Tienes que acabar con la malvada reina de corazones —el sombrerero dio una embestida por cada palabra que dijo, cortándole la respiración.

            La chica sentía que se estaba volviendo loca. Era demasiado sexo para solo un día y seguramente, cuando el sombrerero acabara con ella tendría la vagina en carne viva de tantas veces que la habían utilizado a lo largo del rato que llevaba en el País de las Pornopesadillas, porque por la posición del sol, no parecían haber pasado más de tres o cuatro horas.

            Las embestidas fueron cada vez más rápidas y erráticas hasta que el sombrerero se corrió, llenándola por completo de semen. Salió de ella rápidamente y le dio la vuelta para que estuviera cara a él, le sonrió de una manera excitante y luego la sentó sobre la mesa, para abrirle las piernas e internarse en ellas, comenzando a lamer su entrepierna, retirando cualquier rastro de semen que se escapaba de su vagina, mandándole intensas oleadas de placer.

            TaeYeon estaba a punto de llegar al orgasmo de nuevo cuando el sombrerero se separó bruscamente de ella, cogió una botella y se la metió en la vagina, masturbándola con gran velocidad. Estaba a punto, lo sentía, sentía que el orgasmo se avecinaba, sin embargo, justo antes de llegar al clímax, la mano de HeeChul se detuvo por completo, mirando con los ojos abiertos como platos detrás de ella.

            La chica giró su cabeza y vio un montón de cartas, como de las que había escapado en el bosque gracias a los gemelos, con unas lanzas que amenazaban al sombrerero para que no hiciera ningún movimiento más, y a los demás personajes que estaban en la mesa, y de los que TaeYeon no se había dado cuenta de su presencia porque estaba demasiado absorta en su placer. Una de las cartas se acercó a ella y le sacó de un tirón la botella de la vagina, haciéndola gemir, pero no llegar al orgasmo, ya que sin ella dentro se sentía vacía.

            —Le gustarás a la reina Tiffany —dijo.

            Después, la cogió y la llevó en brazos hasta una plataforma de madera con rejas que era tirada por algunos caballos. Tanto los caballos, como las cartas tenían unos prominentes miembros que no dejaban de apuntar alto, como les había pasado al gato, a la oruga y al conejo y TaeYeon se preguntó si aquello era normal.

            La chica fue dejada dentro de aquella pequeña prisión, tumbada bocabajo y con los brazos y las piernas sujetos por una especie de grilletes que la mantenían anclada al suelo y con las piernas abiertas, dejando ver perfectamente su vagina hinchada. En cuanto la carta salió, TaeYeon se giró para ver cómo en ese momento, esta le metía su lanza por la vagina, por la parte del mango hasta que llegó a lo más profundo que pudo.


            Las demás cartas se acercaron a ella y repitieron esa misma acción. Dos, tres, cuatro, cinco, seis, hasta la séptima las acogió bien, pero la octava le hizo daño y la novena sintió que la desgarraba por dentro. Cuando le introdujeron la décima y la undécima, perdió el conocimiento.


lunes, 25 de agosto de 2014

I Love You, I Hate You

Título: I Love You, I Hate You
Pareja: TaoKai (Tao x Kai)
Clasificación: PG–13
Género: UA, romance
Número de palabras: 1.070 palabras
Resumen: Como el perro y el gato. Como el agua y el aceite. Dos personalidades como las suyas podían estar cerca, incluso convivir más o menos en armonía, pero jamás podrían llegar a mezclarse porque, simplemente, aquello era imposible.
Comentario de autora: hace un tiempo me preguntaron por Ask cuándo haría un TaoKai y le estuve dando vueltas hasta que salió esto. Espero que os guste.


I Love You, I Hate You


            Como el perro y el gato. Como el agua y el aceite. Dos personalidades como las suyas podían estar cerca, incluso convivir más o menos en armonía, pero jamás podrían llegar a mezclarse porque, simplemente, aquello era imposible.

            JongIn y ZiTao llevaban viviendo juntos un par de años en aquel piso que habían alquilado cerca de la universidad de Dongguk. No eran grandes amigos, pero tampoco se llevaban del todo mal, tenían alguna que otra pelea en la que acababan el uno encima del otro lanzando puñetazos hasta que desquitaban en el otro todo el estrés acumulado y otras veces se quedaban a ver películas bajo una manta de cuadros sentados muy juntos en el sofá. Se conocieron gracias a SeHun, un amigo de ambos, que los puso en contacto porque los dos necesitaban alguien con quien vivir una vez comenzara su vida en la universidad.

            La primera vez que se pelearon solo discutieron porque alguno no había realizado la limpieza cuando le tocaba, se gritaron un poco y luego estuvieron sin hablarse dos semanas hasta que SeHun los invitó a unas copas y a bailar. La segunda vez, llegaron a las manos. Ninguno recordaría después quién había dado el primer puñetazo, pero la pelea se tornó violenta y JongIn acabó con un ojo morado y ZiTao con el labio partido. El mayor se había acostado con SeHun, sabiendo que JongIn llevaba enamorado de su amigo desde secundaria.

            Después de aquello, quisieron irse a vivir cada uno por su lado, pero cuando SeHun los vio de aquella manera y supo el motivo que había provocado la trifulca, los hizo prometer que no se volverían a pelear por él, porque los quería a ambos por igual.

            Durante el primer año, las peleas se siguieron sucediendo una tras otra, pero después siempre acababan dejándolo todo claro y arreglado, por lo que siguieron viviendo juntos el siguiente curso.

            La primera vez que se besaron fue ZiTao quien tomó la iniciativa. JongIn le estaba gritando porque había puesto a lavar cosas de color junto a sus bóxeres blancos y se los había teñido todos y para no seguir escuchándolo se acercó hasta él y besó sus labios. JongIn se calló inmediatamente, mirándolo con los ojos como platos por aquella acción y después salió corriendo hacia su habitación, tapándose la boca con sus manos.

            La segunda vez fue JongIn quien se acercó al mayor mientras veían una comedia romántica bajo la manta de cuadros y besó sus labios suavemente, siendo correspondido de inmediato por el otro, que profundizó el beso tanto que cuando se separaron lo hicieron para coger aire desesperadamente. Después, se miraron a los ojos y sonrieron antes de volver a besarse, porque sin darse cuenta, habían encontrado su adicción en los labios del otro.

            A pesar de llevar varios meses con aquella extraña relación sin nombre en la que se besaban, se tocaban y practicaban sexo, la mayoría del tiempo lo pasaban peleando porque sus caracteres eran demasiado similares y era algo que no podía evitarse. Sin embargo, las peleas que antes acababan a golpe limpio, ahora lo hacían con una sesión de sexo en cualquier lugar del apartamento, guiado por cualquiera de los dos.

            SeHun se enteró de su relación el día que entró al apartamento (porque se sabía la clave para desbloquear la puerta) y los encontró en la encimera de la cocina, a ZiTao con las piernas abiertas y a JongIn entre estas, penetrándolo una y otra vez. Ninguno de los dos notó su presencia en aquel momento, pero cuando días después volvió al piso y se negó a pisar la cocina les pareció que era algo muy extraño.

“Te quiero” o “te amo” eran palabras que jamás salían de sus labios, ni un simple “me gustas”. Eran torpes con las palabras y sus gestos y las reacciones de sus cuerpos cuando estaban junto al otro eran lo único que necesitaban por el momento.

            Fue SeHun quien sacó el tema sobre su relación un día que habían salido de fiesta y ambos chicos habían rechazado la compañía de diversos hombres y mujeres que quedaban prendados de ellos y los dos contestaron que solo era una forma de liberar tensiones y no acabar con la cara destrozada y moratones por todo el cuerpo (aunque lo que no contaron fue que en vez de moratones, lo que ahora adornaba sus cuerpos eran los chupetones).

            Días después, lo sabía todo su círculo de amigos porque SeHun no sabía mantener la boca cerrada y BaekHyun lo ayudó a difundir la extraña relación. Las burlas no tardaron en llegar y las preguntas de “cómo podían estar juntos si eran como un perro y un gato” se sucedieron una y otra vez, haciendo que los chicos se replantearan diversas cosas.

            La primera vez que hablaron sobre su relación, ambos acordaron que no eran absolutamente nada para el otro y que, a pesar de que se acostaran y se besaran de vez en cuando, podían seguir haciendo sus vidas con tranquilidad y podían estar con otras personas, pero la vez que JongIn salió de su cuarto acompañado de una pelirroja sexy que vestía solo una de las camisetas del chico, ZiTao supo que algo estaba mal y, aunque esa noche se acostó con su profesora de Física, no pudo llenar el vacío que se había instalado en su pecho.

            La segunda vez que hablaron sobre su relación, acabaron enredados bajo las sábanas de alguna de las camas del apartamento, susurrando las palabras que antes no podían ser dichas en voz alta por miedo a perder lo que tuvieran.

            ZiTao y JongIn eran como el agua y el aceite, podían convivir, pero no mezclarse, eso era lo que se decía de ellos, pero a ambos les daba igual que en la naturaleza aquello fuera imposible, ellos estaban juntos a pesar de todo.

miércoles, 20 de agosto de 2014

Am I Pretty?

Título: Am I Pretty?
Pareja: SuHarem (SuHo x EXO) (EXO)
Clasificación: PG–13
Género: humor y random
Número de palabras: 3.353 palabras
Resumen: 15 de Agosto de 2014, JunMyeon se viste de chica para una presentación especial en el SMTOWN y los miembros de EXO quedan tan impactados como las fans.
Avisos: lenguaje muy andaluz, con expresiones demasiado de mi tierra (debería mirarme eso).
Notas: fancam para los que no lo hayáis visto.
Comentario de autora: básicamente, SuHo no me dejó vivir hasta que escribí esto. Dedicado a Tinyhyung, que seguro que le hace ilusión. Espero que os guste.


Am I Pretty?





            —Maldita sea, maldita sea, maldita sea —maldecía Kim JunMyeon mientras intentaba subirse sin éxito la braga–faja—. ¿Quién me mandaría a mí hacer esto?

            Con un último empujón consiguió terminar de subirse la prenda y suspiró, aquello era más cansado que estar ensayando durante un montón de horas seguidas. Se hizo una nota mental para admirar a todas las mujeres que eran capaces de ponerse aquello sin despeinarse siquiera. JunMyeon se giró y se miró en el espejo, ya lo habían maquillado como si fuera una chica y tampoco estaba muy distinto, así que esperaba que la peluca y el vestido hicieran un poco más.

            —El vestido —murmuró.

            Miró hacia atrás, donde se encontraban las perchas de la ropa y vio aquel traje rojo con una falda que tenía una abertura que casi le llegaba hasta la cadera, y transparencias en la parte de arriba cubiertas en el torso por plumas rojas y negras. Suspiró porque si la braga–faja le había costado una barbaridad el vestido no quería ni pensarlo.

            —Tú puedes —se dijo, dándose ánimos.

            Caminó hacia donde se encontraba el vestido y lo tomó. La falda no debería ser demasiado complicada, era como subir unos pantalones, así que se puso manos a la obra, intentando no arrugar demasiado la prenda hasta que esta llegó a sus caderas sin ningún incidente. Cogió entonces la parte de arriba y se la puso. Era como una especie de camiseta, pero abierta por la parte de atrás, así que tenía que subirse la cremallera invisible para que estuviera todo listo.

            Pensó en pedírselo a sus amigos, después de todo, ellos eran los que lo habían metido en aquel fregado, pero ninguno de ellos se encontraba ya allí. Al parecer tenían mucha más experiencia que él en vestirse de mujer y lo tenían todo controlado, tan controlado que no habían tardado en vestirse más que un par de minutos, dejándolo solo luchando por embutirse en la faja. JunMyeon hizo un puchero antes de ponerse frente al espejo, pero de espaldas e intentar con el cuello casi tan girado como la niña del Exorcista abrocharse la cremallera, pero no podía hacerlo.

            —¿Necesitas ayuda? —escuchó que le decía la voz de JongDae y dejó de luchar con aquel invento del infierno para girarse hacia él y pedirle ayuda poniendo ojos de cachorrito—. Parece que sí —rio el chico.

            JongDae entró a la habitación y cerró la puerta, acercándose a él con una gran sonrisa. Le pidió que se diera la vuelta y luego comenzó a subirle la cremallera del vestido, teniendo mucho cuidado de no pillar ninguna de las plumas hasta que llegó arriba. JunMyeon vio la sonrisa traviesa del chico a través del espejo antes de darle un beso en el cuello.

            —Estás muy guapa, noona —le dijo—, con la peluca parecerás una princesa.

            JunMyeon frunció los labios y el ceño en señal de enfado, pero el otro simplemente rio antes de volver a darle otro beso y aprovechar que el mayor no tenía mucha movilidad con aquel vestido para salir corriendo y escapar de una paliza segura. El chico se dijo que lo dejaría escapar por el momento, pero que más tarde se las pagaría, así que se miró por última vez en el espejo antes de salir de aquella habitación e ir al lugar en el que tenían que ponerle la peluca y arreglarlo con los zapatos de tacón en la mano y unas zapatillas de las de andar por casa en los pies.

            En el pasillo atrajo las miradas de todas las personas del staff que se cruzaba y de todos sus compañeros de agencia. Escuchó varios “guapa” y “maciza” por el lugar, pero no se giró para ver quiénes habían sido porque después de todo, estaba bastante avergonzado por tener que vestirse de mujer. Al girar en uno de los pasillos, se encontró de frente con ZiTao y SeHun y, por mucho que quiso pasar desapercibido para que sus dongsaengs no lo vieran y comenzaran a burlarse de sus pintas, no pudo hacerlo.

            Los dos chicos abrieron los ojos como platos al verlo de aquella forma, pero el shock les duró apenas dos segundos, porque pasado ese periodo de tiempo, ya los tenía encima de él.

            —¡Umma! —le gritó ZiTao.
            —Estás muy guapa, noona —siguió SeHun.
            —¿Dejas que nos echemos una foto contigo para conmemorar el momento? —preguntó el chino, pero antes incluso de que le contestara ya había sacado su teléfono.
            —Solo si no la subís a ningún sito —accedió—, da igual que se llame Instagram o weibo o lo que sea, no quiero que esta foto circule por la red.
            —Está bien —dijeron los dos a la vez.

            ZiTao se colocó a su izquierda con el móvil en posición para hacerles la foto y SeHun a la derecha, tomándolo por los hombros y por la cintura respectivamente para así poder salir bien centrados en la foto. JunMyeon se permitió relajarse unos momentos mirando al objetivo de la cámara, pero no tenía que haberlo hecho, porque cuando ZiTao hizo la cuenta atrás y llegó al uno, sintió dos labios sobre sus mejillas a la vez que se escuchaba el clic que indicaba que la foto había sido hecha.

            —La madre que… ¿Pero se puede saber qué hacéis? —les gritó.

            Los dos chicos le sonrieron y un segundo después se alejaban de él. JunMyeon estuvo tentado a seguirlos, pero mejor esperaría a cuando llegasen a casa para poder darles su merecido, el tiempo apremiaba y aún tenía que colocarse la peluca y los zapatos.

            Sin más incidentes llegó al lugar que habían habilitado para el maquillaje y la peluquería y se sentó en uno de los sillones para que le colocaran la peluca. Allí se encontraban los otros tres con los que iba a salir  travestido al escenario, pero al contrario que él parecían muy relajados.

            —¿No estáis nerviosos? —les preguntó a sus amigos y ellos negaron con la cabeza.
            —Vamos a hacer felices a las fans y a darles de qué hablar —le contestó ChangMin.
            —Además, tampoco es para tanto —dijo KyuHyun—. No sé cuántas veces me he vestido ya de mujer, la primera vez choca un poco, pero luego ya te acostumbras a ponerte la peluca y los tacones.
            —Yo espero sinceramente no tener que volver a hacer esto… —murmuró.
            —No va a ser para tanto —MinHo le puso una mano en el hombro—, no van a ser ni siquiera tres minutos en el escenario, así que pasará rápido.
            —Eso espero.

            Mientras hablaban, le habían ido acomodando la peluca castaña sobre la cabeza, poniéndole algunas horquillas para que no se le moviera demasiado y echándole mil y un productos para que se quedara natural. Cuando la mujer acabó y pudo mirarse al espejo casi se echa a llorar porque si no se fijaba en el cuerpo, parecía realmente una mujer.

            —Buff, ¡qué calor hace allí arriba todavía! —dijo ChanYeol entrando a la sala como una exhalación, abanicándose con la mano y quitándose el sudor con un pañuelo. Sin embargo, aunque parecía que iba a decir algo más, se quedó sin palabras al verlos a los cuatro—. ¿Hyungs?
            —Ahora mismo noonas, dentro de un cuarto de hora volveremos a ser hyungs —lo corrigió ChangMin.
            —Vamos a hacernos fotos, que mis hyungs querían recuerdos de este momento —dijo KyuHyun y los otros dos estuvieron de acuerdo—. ¿Vienes JunMyeon?
            —No, aún tengo que ponerme los zapatos.
            —Sé rápido, que ya mismo subimos al escenario.
            —Sí, no tardaré mucho —les contestó mientras se agachaba y metía los pies en los zapatos, le quedaban un poco grandes, pero si se apretaba las tiras bien no sería ningún problema.
            —¿Te ayudo? —le preguntó ChanYeol, yendo hacia él—. Así no te arrugarás el vestido.
            —Está bien —el chico se agachó frente a él y le colocó el zapato del pie izquierdo primero, apretando bien para que no le saliera volando.
            —Me siento como la Cenicienta cuando el Príncipe le pone el zapato —comentó, riéndose por haber dicho aquella tontería.
            —Si quieres que sea tu príncipe no tienes más que decirlo —le insinuó ChanYeol terminando de abrocharle el otro zapato y recorriendo con sus manos su pierna hacia arriba.
            —Hey —se quejó el mayor, apartándoselas cuando esta quiso subir más allá de su rodilla—. Las manos donde yo pueda verlas, señorito, nada de sobar.
            —Está bien, está bien —se levantó del suelo y le tendió la mano para ayudar a levantarlo.

            JunMyeon agradeció el gesto y la tomó. Al levantarse se tambaleó un poco, no es que los tacones fuesen muy altos, pero todavía no se había acostumbrado a ellos del todo. Se despidió de su dongsaeng y salió de la habitación, rumbo al escenario. Si las cuentas no le fallaban, en aquel momento debían de estar actuando F(x) y después iría la colaboración de KyungSoo con las chicas, por lo que aún le quedaba un poco de tiempo hasta que le tocase salir, pero no se fiaba de correr por todo el backstage con los tacones, así que prefería estar allí antes por lo que pasase.

            Al llegar al lugar desde el cual le habían asignado que debía salir, JunMyeon vio cómo KyungSoo bajaba del escenario después su actuación. Krystal, Amber y Luna lo miraron con los ojos como platos al pasar por delante de él, pero tuvieron la decencia de no decirle nada y pasar de largo después de sonreírle; sin embargo, KyungSoo sí que se detuvo a hablar con él.

            —¿JunMyeon? —preguntó. El líder podía ver en su rostro la sorpresa y la incredulidad que le había provocado verlo vestido de mujer.
            —Sí, soy yo —le respondió.
            —Wow, hyung —murmuró con una sonrisa y los ojos ligeramente más grandes que lo normal—. No sé qué decir.
            —No digas nada y pasa de largo —lo aconsejó—, ya he tenido bastante con las burlas de los demás.

            KyungSoo ensanchó su sonrisa y pasó junto a él, sin embargo, en contra de lo que JunMyeon creía que haría, el chico se pegó bastante a su cuerpo y le susurró al oído.

            —Estás para comerte —y con una de sus manos le agarró fuertemente el trasero unos segundos antes de retirarse.
            —Pero, ¿qué narices les pasa a estos niños hoy? —preguntó a la nada, malhumorado, a la vez que la música volvía a sonar.

            Key y Tiffany ocupaban en aquel momento el escenario, haciendo vibrar a las fans con su actuación y que a JunMyeon se le olvidara momentáneamente que tenía que salir a bailar en unos pocos minutos, vestido de mujer. Lo recordó inconvenientemente cuando Key bajó del escenario y dijo un "no puedo esperar a ver a MinHo". En ese momento, JunMyeon se dio cuenta de que se le había olvidado por completo la coreografía.

            —No, mierda... ¿Cuál era el primer movimiento que tenía que hacer? —intentó repasar la canción en su mente y visualizar los movimientos mientras sus sunbaes EunHyuk y DongHae presentaban Motorcycle.
            —¿Quieres que te ayude con los pasos? —escuchó decir detrás suyo a YiXing, así que se giró—. Parece que tienes algunos problemillas.
            —No me acuerdo de nada y tengo que salir ya.
            —No te preocupes —YiXing se acercó a él y comenzó a guiarlo en sus movimientos para que fueran más parecidos a los de una mujer, pero JunMyeon sabía que una vez subiera allí arriba todo el esfuerzo que estaba haciendo el chico seria en vano—. Para —le dijo de pronto cuando estaba agachado—. Tienes que hacerlo así —YiXing colocó una mano en su espalda baja para inclinarlo un poco más, luego, lo hizo estirar un poco más la pierna derecha, tocándosela desde el principio de la abertura de la falda hasta el tobillo—. Esa es la posición.

            JunMyeon le iba a decir algo, pero no supo si era "gracias por la ayuda" o "deja de sobar" porque en aquel momento llegaron ChangMin y la persona del staff encargada en decirles cuando tenían que salir para indicarles que ya les tocaba a ellos comenzar su actuación.

            "Mierda, mierda" pensó una y otra vez.

            Su corazón galopaba en su pecho mientras subía los escalones que llevaban al escenario y, cuando ante si vio a la marea de gente, todos gritando al ver sus atuendos, quiso salir corriendo a esconderse, pero no podía, lo habían visto y seguro que ya le habían miles echado fotos, así que tenía que ser fuerte y seguir adelante. Una vez la música empezó y comenzó a bailar, JunMyeon estableció su piloto automático e hizo todo lo que pudo sobre el escenario. Quizás se equivocó en algunos pasos y quizás la peluca le fuera bastante molesta, pero el chico tenía la mente en blanco en ese momento y después de bajar del escenario no recordaba absolutamente nada de lo que había ocurrido allí arriba.

            Se adentró al backstage, siguiendo a KyuHyun y a ChangMin, que eran los que habían procurado salir del escenario más rápidamente, cuando se encontró con dos personas que no quería encontrarse por nada del mundo. Durante todos los años que se conocían, JunMyeon había hecho un poco de sangre con que LuHan y BaekHyun tenían cara de chica y estarían bastante bien con una peluca, de hecho, los había animado en varias ocasiones a que se pusieran una. Por eso, sabía que aquellos dos chicos iban a vengarse de él, antes de verles siquiera las expresiones en sus rostros.

            —Hyung… —comenzó BaekHyun, pero JunMyeon lo cortó.
            —Lo siento, chicos, no tengo tiempo tengo que cambiarme para nuestra actuación —quiso pasar de largo, pero LuHan lo agarró por el brazo y lo dejó clavado en el suelo.
            —No, no, no —le dijo—, tienes que quedarte unos momentos con nosotros.
            —Exacto —coincidió BaekHyun—. Han sido muchos años de “pareces una chica” y ahora tú lo pareces más que nosotros.
            —¿Qué queréis de mí? —les preguntó, haciendo aegyo para intentar que lo dejaran libre mucho antes.
            —Una disculpa —comenzó el chino.
            —Y un reconocimiento de que tú eres más mujer que nosotros —siguió el otro.
            —Muy bien, os pido disculpas sinceramente y también os juro que no volveré a decir que parecéis chicas —dijo—, lo otro no sé cómo hacerlo.
            —¿Qué podríamos pedirle? —se preguntó BaekHyun—. Tengo novia, así que no puede ser nada demasiado fuerte…
            —Sí, algo que…
            —Chicos —los cortó de nuevo—. Siento molestaros de nuevo pero lo que sea que penséis lo haré en casa, ahora de verdad tengo que ir a cambiarme o tendré que salir así a bailar Let Out the Beast.

            En el momento en que lo dijo se tapó la boca con las manos porque les había dado una gran y vergonzosa idea a aquellas dos maléficas mentes, así que, antes de que reaccionaran completamente salió corriendo por los pasillos, agarrándose los bajos del vestido para no tropezar. Unos segundos después, vio por el rabillo del ojo que los dos chicos lo seguían para poner en marcha aquella maldita idea. Tenía que llegar rápidamente a la sala en la que se encontraba su ropa, tenía que encerrarse allí para cambiarse antes de que lo alcanzaran, pero con los tacones estaba perdiendo la ventaja que había adquirido al comenzar a correr antes que ellos.

            JunMyeon vio su salvación cuando se topó de golpe con MinSeok, que salía de una de las salas. Se colocó tras él, escondiéndose y utilizándolo como escudo a la vez, dejándolo sumamente confuso.

            —Por favor ayúdame, sólo tú puedes ayudarme —le dijo.
            —¿Qué pasa?
            —BaekHyun y LuHan me persiguen —contó rápidamente—, quieren que haga nuestra presentación vestido de esta forma.
            —Te ayudo, pero con una condición.
            —¿Qué condición?
            —Dame un beso.
            —Los que quieras —JunMyeon se acercó a él desde atrás, donde se encontraba y le plantó un sonoro beso en la mejilla—. Cuento contigo —dijo marchándose en el instante en el que los otros dos aparecían en el pasillo.

            JunMyeon volvió a correr por los pasillos, aunque ahora con la certeza de que no lo seguían, para poder cambiarse de ropa lo más rápido posible y volver a ser él, Kim JunMyeon, el líder respetable de EXO. Entró a la sala en la que se encontraba la ropa que tenía que ponerse para la actuación que le tocaba después y vio a JongIn tirado en el sofá jugando con su móvil. Sin embargo, este, al escuchar el ruido de la puerta dejó el teléfono y se giró, al verlo, abrió los ojos como platos, demasiado sorprendido incluso para hablar.

            El recién llegado aprovechó aquello para comenzar a quitarse la peluca, intentando no arrancarse su precioso pelo recién tintado de rubio de nuevo porque habían empezado a notársele las raíces negras debajo. Acabó despeinado, pero al menos ya no llevaba la peluca, así que se sentó y se quitó los tacones, dejándolos desperdigados por cualquier lugar para luego intentar hacer lo mismo con el vestido. No obstante, este pareció estar poco cooperativo, porque la cremallera del top se le había quedado atascada en una pluma y no bajaba.

            JunMyeon suspiró frustrado porque tendría que pedirle ayuda a JongIn para desvestirse, pero ni siquiera pudo decir una palabra porque ya tenía al chico detrás de sí, bajándole la cremallera cuidadosamente, rozando toda su espalda al hacerlo aunque el mayor estaba completamente seguro de que para lo que estaba haciendo no tenía la necesidad de tocarlo de aquella manera, hasta que la bajó del todo.

            —Gracias JongIn —le dijo.
            —No es nada —le contestó—. Si quieres puedo ayudarte a quitarte otras cosas —susurró seductoramente en su oído.
            —No, fuera, fuera —JunMyeon se giró rápidamente y comenzó a empujar al chico para que se alejara de él—. ya he tenido suficiente de vuestras tonterías por hoy, fuera de aquí.

            Terminó de empujar a JongIn fuera de la habitación y luego cerró la puerta, echándole el pestillo luego para que nadie más pudiera molestarlo mientras terminaba de cambiarse.

            Unos minutos después, Kim JunMyeon por fin había vuelto a ser él, ya no tenía aquella ropa ni aquel maquillaje, ya no llevaba la peluca ni los tacones. Respiró aliviado porque por fin todo había acabado. Aprovechando que aún le quedaba un poco de tiempo antes de volver a salir, esta vez como parte de EXO, el líder buscó su móvil en la sala que le había sido asignada a su grupo y cuando lo encontró se sorprendió al ver un mensaje de una persona que no esperaba.

            —YiFan… —murmuró, abriendo la aplicación y poniendo una expresión enfadada al leer el mensaje—. Iros a la mierda todos, yo no me vuelvo a vestir de mujer en mi vida.

            JunMyeon se fue de la sala maldiciendo una y otra vez, mientras en la pantalla de su teléfono todavía se podía leer “You’re Pretty :)”.







Notas finales: sí, esto es random incluso para mí, *se tira por el puente más cercano*. No, y ahora en serio, no me ha gustado mucho el resultado, cuando empecé a escribirlo iba a ser otra cosa, pero como siempre, los personajes hacen lo que les da la gana y no puedo controlarlos.
Ahora las notas serias:
—Creds por la fancam del principio a KPOPlive_SMTOW9.
—Creds por la foto del principio a Made in Heaven, fansite de SuHo.
—Sé que en los backstage hay 20.000 personas por metro cuadrado y que nunca están solos en ninguna parte, pero si ponía que había gente alrededor se me chafaban la mitad de las cosas.