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jueves, 9 de enero de 2020

[Part Two] 그러다 봄 (Spring Again) {SeungWooSeok}


Part Two

            WooSeok miró por vigésima cuarta vez el reloj de su móvil mientras esperaba en la parada del bus que había cerca de su piso a que el que estaba esperando llegara. No llevaba ni mucho tiempo en el lugar porque había calculado lo que tardaría, pero se le estaba haciendo muy largo y lo único que quería era que el dichoso autobús apareciera lo más rápido posible. No era que él tuviera prisa en llegar a ningún lugar o llegara tarde, no, WooSeok simplemente se encontraba en la parada esperando a que el bus llegara porque en él iba SeungWoo y había quedado con éste. Su corazón llevaba latiendo demasiado rápido desde que hacía un par de días habían concertado aquel encuentro… un encuentro en el que simplemente el otro chico se iba a bajar del autobús en aquella parada para poder hacer intercambio de la ropa de WooSeok que había lavado y que WooSeok le devolviera la que éste le había prestado, para luego esperar a otro que lo llevara a la estación de autobuses para volverse a casa para echar allí las vacaciones de verano.

martes, 1 de agosto de 2017

[Capítulo 2] Answer Me 1994 {JaeSeong}



Part II
Busan boy vs Seoul boy


            Los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, solo quedaban un par de semanas para que comenzaran y las clases habían finalizado, por lo que JaeYoon había pensado en utilizar todo aquel tiempo que iba a tener libre para dedicarse en cuerpo y alma a estudiar y sacar las mejores notas posibles; sin embargo, el chico no había contado con cierta persona que estudiaba lo mismo que él y que los planes del mayor iban a ser tan distintos a los suyos y lo iban a incluir. JaeYoon no tenía ni idea de que InSeong lo iba a “invitar” al MT organizado por algunos de los chicos del último curso de su facultad —aunque más bien lo obligó a ir haciendo valer su posición de sunbae y el menor no pudo negarse a aquello porque lo había hecho delante de un montón de personas, en mitad de los pasillos de la universidad—.

jueves, 30 de julio de 2015

Mis Edits Parte II

Hola mis Hermosas Criaturas

Hoy no tengo ningún fic que mostraros (ya habéis tenido mucho de eso en los últimos tiempos), si no que traigo lo último cono lo que me he estado entreteniendo. Photoshop y yo nunca nos hemos llevado del todo bien, pero desde hace poco menos de un año le estoy dando una oportunidad a este programa del demonio y me estoy afanando en intentar aprender con tutoriales a hacer cositas bonitas. Por el momento soy bastante mediocre y muy muy amateur (no he mejorado mucho desde la última vez que subí una entrada con edits), pero voy aprendiendo poco a poco.

Normalmente, mis edits son todos muy parecidos, a no ser que algún día haya estado muy pero que muy aburrida, en ese caso, las ediciones son mucho más elaboradas y tienen muchos más detalles y cosas bonitas.

Espero que os gusten las cositas que he estado haciendo en los últimos meses ^^

sábado, 10 de enero de 2015

Black Cat

Parte 2

            El viaje a casa después de la salida del hospital fue bastante más tranquilo de lo que YiFan se esperaba. Tao, como había nombrado al híbrido, estaba algo intranquilo sentado en el asiento del copiloto, agazapado y sin querer observar la calle, temblaba un poco también, pero a pesar de ello no parecía que requiriera algún trato especial o que tuviera que detener el coche para calmarlo.

            En unos minutos llegarían a casa e intentaría hacer todo lo posible para que Tao se sintiera bien.

lunes, 1 de septiembre de 2014

TaeYeon en el País de las Pornopesadillas

Parte II

            TaeYeon salió al exterior asombrada. Parecía un mundo completamente distinto al suyo. Estaba sobre un camino de tierra y a cada lado de este se encontraban plantas exóticas que nunca antes había visto. Eran de muchos colores y, además, enormes —aunque sospechaba que era porque ella había encogido—. En ese momento, vio un destello blanco y segundos después aparecía el conejo del pene grande con un reloj entre sus patas delanteras.

            —Llego tarde, llego tarde —dijo y echó a correr.

            TaeYeon quiso seguirlo, pero tampoco quería alejarse mucho de la puerta que la había llevado hasta allí. Sin embargo, cuando miró hacia atrás, no había ninguna puerta, solo se encontraba la botella que la había encogido o eso pensó, porque cuando se acercó, tenía otra nota dentro.

            —“Úsame para crecer”.

            La chica no lo pensó mucho antes de introducirse la botella de nuevo por la vagina, descubriendo con satisfacción que sin hacer mucho esfuerzo pudo meterla hasta el cuello. Se masturbó con ella, utilizando su otra mano para frotarse y pellizcarse el clítoris para así llegar más rápidamente al orgasmo. Cuando lo alcanzó, sintió la misma sacudida de antes y cuando abrió los ojos se encontró con que las plantas a ambos lados del camino ya no eran tan enormes, pero ahora que las podía ver bien gracias a su altura, estas parecían tener caras dentro de las flores. TaeYeon las miró unos momentos, extrañada, ya que en casa las flores no tenían rostros. Los ojos de estas se abrieron de golpe y comenzaron a mirarla fijamente, con deseo y a la chica no le gustó aquello.

            Sacó la botella de cristal de su vagina y se levantó del suelo, sacudiéndose el polvo del trasero, echando ahora de menos la ropa que se había dejado en la habitación cuando empequeñeció. TaeYeon echó a andar, si quitarle la vista de encima a las plantas y con la botella en la mano por si la necesitaba más tarde para encoger de nievo. Una de ellas le llamó la atención porque tenía una sonrisa muy amplia y muchos dientes, la chica la miró y de la flor comenzó a aparecer un gato rosa con rayas de color morado. Dio un paso atrás, asustada, y se chocó contra una planta pero a pesar de que eso no le gustaba, no podía dejar de mirar al gato, que tenía unos ojos hipnóticos.

            Sin que TaeYeon se diese cuenta de lo que ocurría, el gato la estaba hipnotizando para que todo lo que ocurriera a partir de aquel momento le causara un placer infinito y nada le diera asco o sintiera por ello repulsión. Tan ensimismada estaba con los ojos del gato que no notó de que tallos de las plantas se enredaban en sus tobillos, en sus muslos y en sus muñecas hasta que estos la alzaron del suelo. La chica pataleó e intentó liberarse del agarre, pero aquellos tallos tenían demasiada fuerza y eran gruesos, así que no podía romperlos, parecía que tenían vida propia y ella no era rival.

            —¡Soltadme! —gritó, pero ahora, aparte de elevarla, la tumbaron en el aire y le abrieron las piernas, dejando al descubierto su entrepierna. El gato la miró relamiéndose y ella forcejeó de nuevo, pero siguió sin conseguir nada.
            —Es inútil escapar —dijo una voz detrás de ella así que giró su cuello lo máximo que pudo para descubrir que quien había hablado era una oruga con unos genitales enormes, casi tan grandes como el tamaño de la oruga, que no era para nada normal.
            —¿Por qué no puedo liberarme? —preguntó.
            —Porque estás en el país de las Pornopesadillas, TaeYeon, y aquí, todo y todos querrán follar contigo —aclaró.
            —¿País de las Pornopesadillas?
            —Sí, eres la elegida, pero antes de ir al lugar que debes tienes que pasar por esto.
            —¿Lugar dónde debo ir? ¿Dónde debo ir? ¿Para qué? ¿Por qué tengo que pasar por esto y porque todos quieren follarme?
            —Eso no te lo puedo decir —contestó la oruga, llevando sus patas a su miembro, comenzando a masturbarse—. Por ahora disfruta del placer que te ofrecen las plantas, son muy buenas haciendo su trabajo.

            La chica volvió su atención al frente, siguiendo la vista de la oruga y se encontró con un tallo con forma de pene, yendo directamente hacia su vagina y más allá de esto, al gato rosa, masturbando su gran miembro con su cola. Observó sus ojos de nuevo y, en ese momento, dejó de forcejear, ya le daba igual que la penetrara un tallo con forma de pene, la oruga, el gato o el conejo, solo necesitaba que algo, preferiblemente grande, se colara por su vagina para calmar el calor que comenzaba a sentir en ella.
           
            El tallo se introdujo en su vagina y comenzó a moverse, pero TaeYeon sentía que después del culo de la botella, aquello no era tan grueso como para satisfacer su sed de sexo, así que comenzó a mover sus caderas, intentando crear más fricción cuando aquel tallo la penetraba, y cerró sus ojos, dejándose llevar, por lo que no vio el segundo tallo hasta que sintió cómo este empujaba para unirse al otro. Dos tallos eran mejor que uno, sin duda, y la chica comenzó a gemir porque aquello le gustaba demasiado y no sabía por qué, porque le debería de dar asco.

            Los dos tallos se movían en su interior, penetrándola a distintos tiempos y moviéndose hacia los lados para abrir más su vagina para que así pudiera introducirse un tercer tallo que se había acercado hasta ella. Se sintió llena cuando finalmente este se le metió dentro, pero necesitaba más, mucho más.

            Comenzó a gemir y a pedir enloquecida por más tallos en su vagina y estos no se hicieron esperar, introduciéndose dos de golpe en esta y otros dos por su recto y su boca. La chica no podía pensar más que en el placer y quería mucho más, así que se dejó follar hasta llegar al orgasmo, contrayéndose y convulsionando cuando este la alcanzó, haciendo que todos los tallos se derramaran en su interior dejando un líquido verde y viscoso que, sin embargo tenía sabor dulce en su boca, por lo que lo tragó antes de que los tallos se retiraran. Unos segundos después, TaeYeon sentía cómo los cinco tallos que habían conseguido empujar dentro de su vagina y los dos de su recto se retiraban a la vez, haciendo que el líquido verde saliera de su interior, derramándose sobre el suelo de tierra y las demás flores.

            La chica respiraba entrecortado y aún sentía el placer del orgasmo recorriéndole el cuerpo. Había sido maravilloso, así que cerró los ojos de nuevo, recordando las sensaciones que los tallos le había provocado.

           Cuando los abrió de nuevo, fue porque sintió algo empujando para entrar en su vagina de nuevo. Algo parecido a una planta carnívora había sacado una especie de lengua gruesa con forma de pene y se la introdujo, entrando hasta rozar con la entrada a su útero. Una vez allí, la flor se despegó del tallo y aferró sus fauces a la entrepierna de TaeYeon, que estaba bastante confusa, ya que no entendía cómo aquello podría moverse en su interior sin el resto de la planta. Lo entendió todo cuando la lengua comenzó a moverse en su interior y vio como la cabeza de la flor tenía una especie de tendones que ayudaban a que la lengua se moviera dentro y afuera, como si de un mecanismo complejo se tratara.

            La chica comenzó a gemir a medida que el ritmo de las embestidas aumentaba. Aquella planta estaba haciendo un gran trabajo, pero quería que fuera mucho más rápido, así que, tras forcejear, se soltó de los tallos que mantenían presa una de sus muñecas y llevó su mano libre a su entrepierna para mover con más velocidad aquella cosa, proporcionándose aún más placer. Estaba a punto de llegar al orgasmo cuando las plantas que la sujetaban dejaron de hacerlo y ella cayó los centímetros que la separaban del suelo, hincándose el músculo de la planta hasta lo más profundo y llegando así al orgasmo con un grito que tuvo que ser escuchado en todo el maldito País de las Pornopesadillas.

            Se tumbó sobre el suelo y tiró de la planta hasta sacarla de su interior, haciendo que el líquido verde que había soltado, se desparramara de nuevo desde su vagina.

            —Menos mal que las plantas y yo no somos de la misma especie, no me gustaría quedarme embarazada y tener niños parecidos a estas cosas —murmuró—, aunque me podría llevar esto para casa —tomó la planta carnívora y la olvidada botella por si la necesitaba de nuevo más tarde y se levantó del suelo, tambaleándose por el orgasmo.

            Buscó con la mirada al gato y a la oruga que la habían estado observando mientras la penetraban, masturbándose con la vista que les había ofrecido, pero lo único que quedaba de ellos eran dos charcos de semen en las flores en las que habían estado atentos al espectáculo. TaeYeon se encogió de hombros, sino estaban allí no podía preguntarles nada más y tendría que seguir adelante para averiguar qué era lo que pasaba en aquel lugar.

            En ese momento, apareció de nuevo el conejo y la chica salió corriendo tras él, aunque sentía su interior bastante vierto y le era muy complicado correr rápido hizo lo posible para no perderlo. Salieron del camino de las plantas y entraron a un bosque con árboles enormes por todos lados de gruesos troncos y altas raíces. En un momento dado, la chica perdió al conejo, pero antes de poder buscarlo, salieron a su paso dos gemelos corriendo en su dirección.

            —Vienen las cartas de su majestad, la reina de corazones —decía uno.
            —Vienen a por ti, TaeYeon —dijo el otro.
            —Ven por aquí —el primero la agarró del brazo derecho y tiró en esa dirección.
            —No, por aquí —el otro la agarró del izquierdo y tiró hacia ese lado.
            —Por aquí, seguidme —el conejo había aparecido de nuevo y TaeYeon se soltó de los dos gemelos.

            Siguió al conejo rápidamente con los otros dos detrás suya hasta una especie de madriguera y se adentró en ella sin pensar. Era un sitio pequeño y oscuro, pero cabían todos perfectamente. Todo estaba en silencio y solo se oían las respiraciones agitadas, pero de repente, comenzaron a escucharse ruidos en la superficie.

            —Nos van a ver —dijeron a la vez los gemelos—. Nos verán si no lo hacemos.
            —¿Hacer qué? —preguntó TaeYeon.

            Los gemelos no le respondieron, simplemente uno de ellos se timbó y sacó su miembro erecto de sus pantalones mientras el otro la tomaba y la ponía sobre su hermano, dejándola caer sobre el pene que la penetró hasta el fondo de su vagina, luego, se quitó él sus pantalones, le separó los glúteos y se internó en su recto.

            —Gime —le pidieron los dos comenzando a moverse.

            TaeYeon no tardó en obedecer, exteriorizando todo el placer que sentía teniendo dos gruesos miembros en su interior. Tanto su recto como su vagina habían ido recuperando su tamaño natural, por lo que los notaba frotándose contra sus paredes hinchadas por los anteriores orgasmos y que habían adquirido una gran sensibilidad.

            Siguieron embistiéndola hasta que todos llegaron al orgasmo. En ese momento, la chica se dejó caer contra el gemelo que se encontraba en el suelo porque no podía con más. Estaba demasiado cansada, por ese día había tenido ya suficientes orgasmos, ocho eran más de los que había llegado a experimentar en una semana de trabajo, ya que allí solo tenía que satisfacer a los clientes.

            Sin embargo, a pesar de que quería descansar, el conejo no la dejó hacerlo, porque tiró de su brazo y la levantó, haciendo que, los ahora flácidos miembros de los gemelos salieran de su interior y su semen comenzara a recorrerle las piernas. El conejo la sacó de la madriguera y TaeYeon lo siguió tambaleándose mientras este corría a través del bosque. Algunos minutos después, llegaban a la linde de este, donde se encontraba una pequeña casa con un jardín delantero en el que había una mesa llena de dulces y té, presidiéndola, había un hombre con cara de loco y un sombrero desvencijado sobre su cabeza.

            —Mi nombre es HeeChul y soy el sombrerero —se presentó—. Ven aquí, TaeYeon —le indicó con un movimiento de su mano que se acercara—. Tenemos muchas cosas que hacer.

            La chica caminó hasta él, viendo cómo se sacaba su miembro de los pantalones. Cuando estuvo a su lado, la tomó por el brazo y la puso contra la mesa. TaeYeon tuvo que apoyar las manos sobre esta para no caer de cara contra los pasteles que había allí mientras notaba las manos de HeeChul recorriendo sus piernas, abriéndolas para pegarse más a su cuerpo y luego tirar de su vagina. Sintió cómo el semen que todavía quedaba de los gemelos se le terminó de escurrir de su interior y, en ese momento, HeeChul la penetró.

            —Eres la elegida, TaeYeon —comenzó a hablar mientras la embestía—. Tienes que acabar con la malvada reina de corazones —el sombrerero dio una embestida por cada palabra que dijo, cortándole la respiración.

            La chica sentía que se estaba volviendo loca. Era demasiado sexo para solo un día y seguramente, cuando el sombrerero acabara con ella tendría la vagina en carne viva de tantas veces que la habían utilizado a lo largo del rato que llevaba en el País de las Pornopesadillas, porque por la posición del sol, no parecían haber pasado más de tres o cuatro horas.

            Las embestidas fueron cada vez más rápidas y erráticas hasta que el sombrerero se corrió, llenándola por completo de semen. Salió de ella rápidamente y le dio la vuelta para que estuviera cara a él, le sonrió de una manera excitante y luego la sentó sobre la mesa, para abrirle las piernas e internarse en ellas, comenzando a lamer su entrepierna, retirando cualquier rastro de semen que se escapaba de su vagina, mandándole intensas oleadas de placer.

            TaeYeon estaba a punto de llegar al orgasmo de nuevo cuando el sombrerero se separó bruscamente de ella, cogió una botella y se la metió en la vagina, masturbándola con gran velocidad. Estaba a punto, lo sentía, sentía que el orgasmo se avecinaba, sin embargo, justo antes de llegar al clímax, la mano de HeeChul se detuvo por completo, mirando con los ojos abiertos como platos detrás de ella.

            La chica giró su cabeza y vio un montón de cartas, como de las que había escapado en el bosque gracias a los gemelos, con unas lanzas que amenazaban al sombrerero para que no hiciera ningún movimiento más, y a los demás personajes que estaban en la mesa, y de los que TaeYeon no se había dado cuenta de su presencia porque estaba demasiado absorta en su placer. Una de las cartas se acercó a ella y le sacó de un tirón la botella de la vagina, haciéndola gemir, pero no llegar al orgasmo, ya que sin ella dentro se sentía vacía.

            —Le gustarás a la reina Tiffany —dijo.

            Después, la cogió y la llevó en brazos hasta una plataforma de madera con rejas que era tirada por algunos caballos. Tanto los caballos, como las cartas tenían unos prominentes miembros que no dejaban de apuntar alto, como les había pasado al gato, a la oruga y al conejo y TaeYeon se preguntó si aquello era normal.

            La chica fue dejada dentro de aquella pequeña prisión, tumbada bocabajo y con los brazos y las piernas sujetos por una especie de grilletes que la mantenían anclada al suelo y con las piernas abiertas, dejando ver perfectamente su vagina hinchada. En cuanto la carta salió, TaeYeon se giró para ver cómo en ese momento, esta le metía su lanza por la vagina, por la parte del mango hasta que llegó a lo más profundo que pudo.


            Las demás cartas se acercaron a ella y repitieron esa misma acción. Dos, tres, cuatro, cinco, seis, hasta la séptima las acogió bien, pero la octava le hizo daño y la novena sintió que la desgarraba por dentro. Cuando le introdujeron la décima y la undécima, perdió el conocimiento.


miércoles, 9 de julio de 2014

Facts About My Fics 2

Hola Hermosas Criaturas

Hace siglos, más o menos, hice una entrada en la que explicaba cosas sobre mis historias... Cómo habían surgido, por qué lo había hecho y cosas así. Al tener tantas cosas escritas y no poder haber hablado ni siquiera sobre las más importantes, pensé en hacer varias entradas en las que explicaba los distintos fics. La primera la hice hace bastante tiempo y me olvidé pero el otro día la encontré y pensé que sería buena idea seguir haciéndolo, así que espero que así podáis entender un poco más algunos por qués.


Esta historia no tenía pensado escribirla, porque había sido solamente una idea pasajera al ver un cartel en la calle con este mismo título y la foto de un perro súper cuco, pero finalmente, acabé haciéndola porque no podía quitármela de la cabeza.

Ghost
Este fic nació del rumor que decía que cuando Chen y ChanYeol habían compartido habitación durante su estancia en Kazan (Rusia) en el hotel y que habían sentido a un fantasma, aunque luego resultó ser simplemente un rumor.

Durante una época a Do KyungSoo le dio por arruinar mi vida (y la de muchas fans me supongo) comiendo chupachups y cuando leí una fanaccount que decía que un chupachups que le había sido entregado a Kai, era comido por D.O., no me hizo falta más para salir corriendo y ponerme a escribir sobre ello.

Básicamente, este fic fue una idea loca que Daleth implantó en mi cabeza cuando salió la noticia de que Tao le había dado like a un fic TaoHun en weibo. No tardé mucho en ponerme manos a la obra para hacer esto.

Este fic nació tras ver todas las fancams y fotos de la entrega de premios de esa noche. En ellas SeHun parecía un poco alterado sexualmente (como os enseñé cuando subí la historia) y yo, como necesito poco para inspirarme, no pude hacer otra cosa más que ponerme a escribir sobre ello.

También presenté ente shot a un Concurso, pero esta vez fue en el verano de 2013. Llevaba mucho tiempo escrito en una libreta olvidada y de repente me encontré con él. Pensé que tenía potencial para poder ganar, sin embargo, como siempre, volví a perder.

Básicamente, la idea se me ocurrió tras ver el Happy Camp en el que los chicos dijeron que se bañaban con Tao y claro, como aquí todos sabemos que yo soy muy poco inocente, salieron estos pornoshots en la ducha. Primero iban a ser 3 shots (SuHo, SeHun y Kris), después pensé que haría 5 (Kai y Baek) y finalmente, me decidí por hacer 8 (XiuMin, ChanYeol y los demás XD).

Este fic nació del lemon del capítulo 4. Un día, me inspiré y escribí esa escena de sexo BaekYeol o ChanBaek, como queráis llamarlo, en la playa. Al principio pensé que iba a ser una tontería que no me serviría para nada y que simplemente quedaría olvidada como otras muchas cosas que hay por mi ordenador, pero después de un tiempo, se me ocurrió la idea de todo el fic, que primero iba a tener 3 capítulos, pero que después se alargó hasta llegar a los 5 y el epílogo.
Esta historia nació por el enchochamiento que me dio durante una temporada con la pareja que hacían Hibari y Yamamoto (Katekyo Hitman Reborn), cuando era simplemente otaku había esbozado la idea de este fic para ellos y, un día, revisando las cosas de mi pasado lo encontré y pensé que un ChanLu quedaría genial en esa historia.

Próximamente, cuando no tenga imaginación para escribir (como ahora), más explicaciones ^^

domingo, 29 de junio de 2014

[RANDOMLAND] Escritora frustrada sube pedazos de sus fics inacabados para terminarlos 2

Hola, Hermosas Criaturas

Puede que después de esta entrada todas acabéis queriendo pegarme un tiro o lo que sea, pero he pensado en esto como en una manera de obligarme así a mí misma a terminar todos y cada uno de los proyectos que tengo empezados y que no acabo. Hace un tiempo hice lo mismo y con eso pude acabar algunas de ellas, por lo que lo hago de nuevo con ese mismo fin.

En esta entrada publicaré algunas de las frases de estos fics porque realmente quiero terminarlos, así que... aquí van...


Vampire Kiss (ChanSoo) (EXO)

Do KyungSoo nunca había creído en cuentos de hadas ni en seres fantásticos hasta que el mundo de las sombras decidió mostrarse ante él y, lo único que pudo hacer en ese momento, fue correr.


Wings of Love (KrisYeol) (EXO)

“¿Sabes por qué estás aquí, Kris?”
“¿Quién eres tú?”
“Tienes una misión”.
“¿Dónde estoy?”
“Debes ayudar a una persona”.
“¿Estoy muerto?”
“Disfruta de tu última oportunidad”.


The Mission of Silver Wolves (Kray) (EXO)

La Tierra hace tiempo que dejó de ser un planeta repleto de vida. Los seres humanos, agotaron todos los recursos que este podía ofrecerles y acabaron destruyéndolo. La vida se hizo muy difícil en aquel planeta muerto, por lo que los Gobiernos invirtieron todo el capital que les quedaba en la conquista del espacio.

Lentamente, convirtieron algunos de los planetas del Sistema Solar en habitables para el ser humano, cambiando la composición de su atmósfera y volviendo sus suelos fértiles a base de composiciones químicas creadas por los científicos. La poca población terrestre que aún quedaba con vida fue trasladada a estos planetas y la vida siguió su curso con algunas dificultades pero en paz.

Sin embargo, años más tarde, una amenaza que jamás habían previsto, los atacó.


Black Cat (TaoRis) (EXO)

Odiaba a las mascotas, odiaba lo que los laboratorios habían hecho con ellas. Hacía no más de cien años, los animales comenzaron a desaparecer poco a poco, a escasear; sobre todo, lo hicieron los gatos y los perros, por lo que muchos científicos comenzaron a investigar para poder salvarlos de la extinción. Sin embargo, lo que hicieron fue crear algo atroz: una mezcla entre humano y animal de compañía.

Dangerous Love (LeoBin) (VIXX)

HongBin dejó de leer con los ojos como platos. Después de todo lo que habían pasado en el fic, se besaban y no podía creerlo. Pero había cosas más importantes… ¿Cómo TaekWoon se había puesto a leer algo así? ¿Por qué lo había hecho? ¿Qué pensaría de aquello? ¿Tendría de verdad algún sentimiento por él? El chico sacudió su cabeza, aquello era imposible, así que era mejor no pensar en ello y dormir porque el día siguiente sería muy duro.


LIVE ON EARTH (Varias) (BAP)

El príncipe DaeHyun caminaba rápidamente por los pasillos de palacio, pisando el suelo con fuerza y haciendo que el ruido provocado por sus pies rebotara en las paredes de mármol. Estaba furioso, muy furioso. Nadie le había informado de la situación en la que se encontraba en aquellos momentos la Tierra y eso era intolerable.

Por eso mismo, se dirigía, sin que nadie tuviera constancia de ello, hacia el planeta azul. No podía dejar que a él le ocurriese nada.


El Rey de los Mares (ChanLay)

“Si nunca has oído hablar sobre la leyenda de Lay, el pirata sanguinario, es porque vienes de tierras lejanas ya que esta historia es conocida por todos en este lugar. ¿Quieres saber qué pasó? Entonces no puedes perderte esta asombrosa aventura por los mares del Este”.

ChanYeol terminó de leer la contraportada del libro que tenía en sus manos con una sonrisa. Había encontrado por fin una novela de aventuras que merecía la pena. 

Tened piedad y no me matéis, recordad que si yo muero no los podréis leer XD

Bye <3



miércoles, 4 de junio de 2014

Dragons' Slayers

Parte II


            Ya habían pasado dos meses desde que se convirtieron en Cazadores y habían realizado la caza con éxito de un Dragón Plateado de gran ferocidad que había atacado a una de las aldeas a las que habían jurado proteger. Sin embargo, el chico no había vuelto a ver al pequeño Dragón Arcoíris. Eso lo desilusionaba bastante, pero ZiTao no se daría por vencido tan fácilmente.

            El verano había llegado por fin cálido tras ese invierno y esa primavera tan fríos y atípicos de aquella región. Los huesos de la gente del poblado lo agradecían, sobre todo los de los más ancianos. Las estaciones anteriores se habían cobrado una decena de vidas y en la aldea no podían permitirse demasiadas muertes, apenas eran un centenar de hombres y si aquel frío hubiera continuado los Cazadores sufrirían bastante e incluso podrían llegar a quedar tan pocos que tendrían muchas probabilidades de extinguirse.

            Los enterramientos se habían ido sucediendo a lo largo de estas dos estaciones y los rituales en los que se oraba por la llegada del buen tiempo se repitieron una y otra vez. La vida tal y como la había conocido el grupo de Cazadores de Dragones había mutado completamente y se habían vuelto más supersticiosos.

            Los ánimos estaban cada vez más caldeados y los hombres cada vez estaban más seguros de que la culpa de todo lo que sucedía la tenía el Dragón Arcoíris, aunque nadie más que ZiTao lo había visto —y esperaba que eso siguiera así por una buena temporada o los demás lo matarían y ese ser no se merecía morir—. Sin embargo, este no pensaba que aquel Dragón fuera culpable de nada, era demasiado hermoso para ser tan mortífero, de hecho, cada día que ZiTao tenía libre aprovechaba para escaparse unas cuantas horas de la aldea y de sus compañeros para ir a aquel bosque en busca del pequeño Dragón Arcoíris.



            El sol dejó caer sus rayos a través del ventanuco circular que tenía la cabaña en la que vivían los cuatro chicos —a pesar de haber superado su primera caza con éxito seguían viviendo en la misma cabaña, no sería hasta que tuvieran algunas buenas cazas más que no les asignarían otra vivienda más grande en la que no tuvieran que apiñarse—. ZiTao ya llevaba despierto bastante tiempo, pero sus compañeros fueron despertando perezosamente a medida que los rayos del sol tocaban sus rostros.

            Cuando todos estuvieron levantados se vistieron y se dirigieron al centro del poblado, donde encontrarían un poco de pan y queso para desayunar. Pero a mitad de camino, fueron detenidos por CanLie, que los saludó alegremente. Los cuatro le devolvieron el saludo y este se acercó a ellos.

            —Cuánto tiempo sin veros —comentó—. ¿Cómo os va la vida de Cazadores?

            Ellos se miraron unos momentos. No les iba mal del todo, ahora tenían otras tareas y responsabilidades muy diferentes de las que ostentaban cuando eran aprendices, pero estaban bien. Aun así, todavía caía sobre ellos el peso de no haber sido capaz de completar su primera misión, aunque sabían que el fracaso en la misiones de los Cazadores era mucho más común que el éxito.

            —¿Todavía estáis decepcionados por aquel incidente? —averiguó y BaiXian asintió lentamente—. Cómo se nota que sois novatos —dijo con una amplia sonrisa—, si yo tuviera que decepcionarme por cada caza que no sale como debe, estaría aún más amargado que Kris.
            —Pero… —comenzó a protestar Chen.
            —Sois Cazadores de Dragones, debéis aprender a convivir con el fracaso y a no esperar el éxito de cada misión —dijo—. Ya debéis saberlo, el éxito y la gloria solo está reservado para algunas ocasiones.

            Los chicos asintieron y el Cazador los despeinó a todos antes de despedirse de ellos. CanLie parecía más maduro que cuando se lo habían encontrado la última vez, aunque seguía sonriendo igual de amplio que anteriormente. No era mucho mayor que ellos, unos cinco años a lo sumo, pero había vivido más como Cazador y los últimos tiempos habían sido algo duros para su grupo.

            El rugido del estómago de Kai les hizo recordar que habían salido de su cabaña para desayunar y no para quedarse a mitad de camino pensando en cosas que no les iban a quitar el hambre, así que, se dirigieron al centro de la aldea. En aquel lugar se encontraban algunos Cazadores y otros tantos aspirantes. Cogieron su comida y se sentaron en el lugar de los Cazadores, aun se les hacía raro sentarse en ese espacio, pero tenían que ir acostumbrándose. Habían dejado de ser niños y ahora eran miembros de la comunidad más temida de toda la región, solo por debajo de los Dragones.

            Después del desayuno fueron a entrenar un poco para no perder la forma física y estar así en perfectas condiciones ante una cacería sorpresa. ZiTao y Kai luchaban con las pesadas espadas, el metal rechinando cada vez que daban una estocada y se encontraban. Ambos chicos, a pesar de sus corpulentos cuerpos, eran ágiles y se movían rápido de un lado a otro fintando, atacando y defendiendo, haciendo que el combate pareciera una especie de baile. Todavía no eran tan expertos ni tan vigorosos como Kris o el jefe XiuMin, pero no querían seguir siendo tan débiles, tenían que enfrentarse a Dragones, que eran criaturas mucho más fuertes, y vencer.

            ZiTao hizo una finta y lanzó una estocada a su líder, que la esquivó ágilmente y colocó su pierna de una forma que desestabilizó al otro chico y lo hizo caer al suelo de espaldas al suelo. Antes de que pudiera incorporarse, Kai se acercó a él, con la punta de su espada rozando su mentón y con una expresión victoriosa en su rostro, su sonrisa torcida dejando claro que si ZiTao intentaba moverse aunque fuera un solo milímetro le cortaría la garganta.

            —Me rindo —dijo finalmente el mayor y Kai retiró su espada, tendiéndole luego la mano para ayudarlo a levantarse.

            En cuanto estuvo en pie, ZiTao se alejó de su líder y fue a ver la práctica de sus otros dos compañeros. Chen lanzaba flechas a una diana que debía estar a unos cien pies con una precisión implacable, no por nada era el arquero en su grupo, además del curandero. El chico del Norte buscó a BaiXian con la mirada y lo halló un poco alejado de aquel lugar, tirando puñales contra un muñeco que se asemejaba a la figura de un dragón hecho de paja, dando con gran acierto en los puntos en los que les haría daño a los reales: los ojos, las uniones entre el cuerpo y las patas y las alas.

            Se acercó a él, esperando a que se le acabaran todos los puñales para poder comenzar una conversación con él y, quizás una lucha cuerpo a cuerpo en la que saldría ganando, pero con la cabeza saturada por los comentarios sarcásticos del chico sobre sus movimientos y sobre lo fácil que le sería a un adversario un poco más corpulento que él derribarlo en un par de minutos. Cuando BaiXian lanzó el último puñal se giró hacia él con una sonrisa.

            —¿Has venido a ver mi perfecta puntería? —le preguntó y ZiTao negó con la cabeza.
            —He venido a ver cómo te entrenas —contestó—. Para ver la perfecta puntería de alguien solo tengo que acercarme a Chen cuando está con su arco.

            En ese momento, ZiTao vio un destello plateado volando en su dirección y tuvo la suficiente capacidad de reacción para echarse a un lado y esquivar el puñal, que se clavó en la tierra varios metros más atrás de su cuerpo. El chico respiró aliviado, aquello podría haberle dado en algún lugar y haberse clavado en su carne. Después, le dirigió una mirada de reproche a BaiXian, que se reía escandalosamente.

            —¡Podrías haberme matado! —gritó—. ¿Quién te protegerá si no estoy yo?
            —Para eso está Kai —respondió el otro simplemente—, que, además, es más fuerte y bueno con la espada que tú.
            —Pues, a partir de ahora, que te proteja Kai —dijo ZiTao, herido en su orgullo. BaiXian se acercó a él y lo abrazó, intentando que lo perdonara por haberle lanzado el puñal, pero el chico no se ablandó aun cuando el otro comenzó a hacerle monerías.
            —Anda… Perdóname~.
            —No.
            —Por favor…
            —No.
            —Solo estaba poniendo a prueba tus reflejos…
            —No.

            Y así siguieron hasta que ZiTao, cansado —y porque realmente no estaba tan enfadado con su compañero de grupo—, le dijo que lo perdonaba y comenzaron con la lucha cuerpo a cuerpo que desde el principio el otro había ido buscando cuando fue al encuentro de BaiXian. Acabó ganando, como siempre, pero esta vez BaiXian no lo molestó diciéndole que cualquiera con más fuerza podría ganarle, sino que le dio un par de consejos sobre cómo atacar a su oponente y desequilibrarlo para hacerlo caer al suelo. Aquel movimiento le recordó al que Kai había realizado con él en su anterior combate y supo inmediatamente que ambos habían estado entrenando y el líder había recibido el mismo consejo que él.

            Tras aquel duro entrenamiento en el que se les fue toda la mañana, cogieron un poco de agua del río en unos baldes y los llevaron hasta la parte trasera de su cabaña, donde se lavaron para quitarse el sudor y el olor que se les había quedado en el cuerpo tras la práctica. Tras esto, se dirigieron al centro de la aldea, donde la comida estaría siendo servida.

            Ya no tenían más obligaciones por el resto del día, por lo que podían relajarse durante toda la tarde, o bien, seguir ejercitándose. Todavía eran muy novatos como para poder enseñarles a los aspirantes y los días anteriores habían realizado sus tareas para con la comunidad de Cazadores, así que, esa tarde era solo para ellos y ZiTao, mientras se comía con voracidad su cuenco de estofado de uro, tenía muy claro dónde iba a pasar su tiempo libre.



            ZiTao se dirigió, tras despedirse de sus compañeros y asegurarle a BaiXian que no tardaría demasiado ni se iría demasiado lejos, a la cabaña del anciano SuHo. Hacía tiempo que no visitaba al hombre porque todo su tiempo libre lo había pasado en el bosque, subido a la copa de un árbol esperando por el Dragón Arcoíris. Todo el tiempo allí le parecía un poco desaprovechado y a partir de ese día iría a visitar más seguido a aquel hombre que tanto le había enseñado cuando era más pequeño y que ahora podía satisfacer su curiosidad acerca del Dragón con el que se había obsesionado.

            Llamó con sus nudillos a la puerta de madera y cuando escuchó la voz del anciano diciendo “adelante” la abrió para ingresar a la cabaña. Todas las viviendas eran iguales: circulares, de una única habitación y con un hogar en el centro para calentarse. La única diferencia entre estas era el tamaño, mayores para los Cazadores con grandes logros y pequeñas para los demás. El anciano SuHo fue un gran Cazador en su época, por lo que en aquel momento contaba con una cabaña enorme para él solo, ya que sus compañeros de grupo habían ido pereciendo a lo largo de los años, el último lo había hecho el invierno pasado a causa de las bajas temperaturas.

            El hombre estaba sentado sobre una silla de mimbre junto a la ventana de su habitación, con un trozo de arcilla en sus manos. ZiTao sabía que en aquellos pedazos de acilla se podía encontrar la leyenda de fundación de los Cazadores de Dragones, al igual que la Creación del mundo por los Dioses y de todos los seres vivos que habitaban en él. También, un registro de los nombres de todos los jefes de los Cazadores y los miembros más destacados de la comunidad, la contabilidad de las muertes y de los tributos o recursos ofrecidos por las demás aldeas para su protección. En aquel lugar estaba todo el saber sobre medicinas y técnicas de combate, todo escrito para poder enseñárselo a los aprendices y para que no cayera en el olvido.

            SuHo le indicó que fuera hacia él y se sentara en el suelo a sus pies, como cuando era pequeño y le contaba las historias de las grandes hazañas de antiguos Cazadores y ZiTao lo hizo obedientemente. El anciano acarició su cabello, una vez estuvo en el suelo, con una gran sonrisa en su rostro.

            —Te echaba de menos, ZiTao —le dijo.
            —Lo siento mucho, SuHo.
            —No pasa nada, pequeño —el hombre dejó la tablilla de arcilla en el suelo con sumo cuidado—. Te ascendieron a Cazador y has debido estar muy ocupado, por lo que te lo puedo perdonar —el chico sonrió un poco culpable por no haber ido antes a verlo—. ¿Qué te trae por aquí?
            —Tenía curiosidad por la leyenda que nos contaste a principios de este invierno —dijo ZiTao sin dar rodeos, a aquel hombre no le gustaba que se le dieran vueltas a los asuntos por los que se le iba a preguntar, quería las cosas claras para ahorrar tiempo. El tiempo era muy valioso para los ancianos de la aldea y no podían perderlo con tonterías.
            —Te estaba esperando… Aunque has tardado más de lo que pensaba.
            —¿Cómo?
            —Aquel día vi cómo se te iluminaba el rostro al escuchar la historia, así que supe inmediatamente que era un tema que te interesaba bastante —aclaró SuHo.
            —Parece que me conoce muy bien —comentó.
            —Claro que te conozco bien —dijo el anciano—. Te he visto crecer desde que tenías siete años —ambos sonrieron, recordando historias pasadas en las que ZiTao, como buen niño, se metía en problemas y SuHo siempre era el encargado de regañarlo o cuando todos los aprendices eran sentados alrededor de la hoguera cerca del Santuario del Dios Guerrero Nuth y escuchaban atentamente las historias de los Cazadores de Dragones—. ¿Qué es lo que quieres saber del Dragón exactamente? —le preguntó SuHo.
            —No lo sé… —murmuró—. Cuénteme todo lo que sepa.

            SuHo esbozó una sonrisa cálida y después comenzó a relatar todo lo que había leído en las tablillas de arcilla referente al Dragón Arcoíris. Cómo su nacimiento era el que traía las desgracias al mundo de los hombres y cómo este se producía sólo una vez cada mil años. De qué se alimentaba, cuáles eran sus hábitos, sus etapas de crecimiento y cómo se lo mataba. El anciano le había contado todo y más de lo que ZiTao se había imaginado.

            El Dragón Arcoíris era algo único, una gran belleza creada por la naturaleza solo en contadas ocasiones y el chico se sentía muy afortunado por haber podido verlo con sus propios ojos, pero quería poder verlo de nuevo, admirar su belleza más de cerca, poder tocar sus coloridas escamas y sentir su rugido vibrar en su pecho.

            —¿Ha aclarado esto tus dudas, pequeño? —le preguntó SuHo tras acabar.
            —Sí, muchas gracias SuHo —contestó. El anciano le revolvió el pelo y ZiTao se levantó del suelo para darle un abrazo de agradecimiento—. Lo volveré a visitar pronto —le prometió antes de salir por la puerta.



            A la mañana siguiente, los cuatro chicos fueron despertados por el ruido que hizo la puerta de madera de su cabaña al chocar contra la pared. ZiTao se levantó rápidamente, poniéndose en posición de ataque y pegándole una patada a Kai en el proceso. Su líder se quejó, aún más dormido que despierto, provocando la risa de la persona que los había despertado de aquella forma. ZiTao abrió sus ojos al escuchar aquella risa, encontrándose al hacerlo con LuHan.

            —Oh —fue lo único que el chico pudo decir.

            En esos momentos, BaiXian, Chen y Kai comenzaban a despertar y a ser conscientes de lo que les rodeaba poco a poco. Cuando estuvieron algo más despiertos y vieron al Cazador en la puerta, tuvieron la misma reacción que ZiTao. No sabían qué decir porque, a pesar de que LuHan fuera cercano a ellos, era algo muy extraño que se presentase así en su cabaña cuando apenas había salido el sol. El primero en salir del trance fue Chen, que fue también la persona que le preguntó sobre su inesperada visita.

            —¿Ha ocurrido algo malo?
            —No —contestó el otro.
            —¿A qué se debe tu visita entonces?
            —Hay una buena noticia para vosotros —dijo con una sonrisa—. Vestíos y equiparos para una caza. Kris os quiere frente al Santuario antes de que el sol termine de salir.

            Y tras decir aquello, se fue del lugar, cerrando la puerta con un portazo que terminó de espabilar a los residentes —aunque Kai se volvió a echar sobre el suelo para seguir durmiendo y tuvieron que despertarlo dándole algunos golpes que le dejarían marca—. Se colocaron sus trajes de caza y cogieron sus armas, equipándose para lo que les esperaba, pero sin cargar con demasiado peso su cuerpo, ya que no sabían cuánto iban a andar antes de llegar a su destino. Después de esto cogieron algunas provisiones y luego fueron a paso ligero hasta el Santuario del Dios Guerrero Nuth, lugar en el que ya se encontraban los miembros del otro equipo.

            —Presentad vuestros respetos al Dios y preparaos para la caza —ordenó Kris. Los chicos asintieron y dejaron sus ofrendas y oraciones frente al santuario.
            —¿Qué vamos a cazar? —se atrevió a preguntar el líder.
            —¿Recordáis al Dragón Dorado que entorpeció vuestra primera misión? preguntó LuHan y los chicos asintieron. A Kai le cambio el semblante y BaiXian le puso una mano en el hombro para tranquilizarlo. Habían pasado apenas dos meses y el chico seguía teniendo la marca en su brazo de la herida que aquel Dragón le había hecho y la tendría durante toda su vida porque le había dejado una cicatriz.
            Claro que lo recordamos acabó diciendo Chen ante el mutismo de sus compañeros.
            Nos han mandado cazarlo, a todos nosotros, como una nueva oportunidad dijo YiXing. El jefe XiuMin tiene granes esperanzas puestas en vosotros y cree que esto es algo bueno para que podáis desarrollaros como Cazadores.
            No hay de qué preocuparse dijo Kai. Esta vez no fallaremos sus ojos reflejaban una ira infinita y una determinación que ZiTao solo había visto una vez en su líder, cuando ambos lucharon por aquel puesto en la adquisición de roles antes de la formación definitiva de su equipo. Acabaremos con él.
            —Si tan claro lo tenéis —comentó Kris llamando la atención de los grupos—, no esperemos más y salgamos a cazar a ese Dragón.

            Se escuchó una respuesta afirmativa unánime y las siete personas que componían aquel equipo de caza emprendieron la marcha, guiados por Kris. El grupo echó a andar por la orilla del río Sif, buscando el vado para cruzar al otro lado, internándose así directamente en el bosque. ZiTao se sabía de memoria aquel camino ya que era el que tomaba cada vez que podía escaparse y podía ir a buscar al Dragon Arcoíris. El recorrido duraba poco tiempo, por lo que tras cruzar el río, acabaron prácticamente dentro de aquel bosque.

            En aquel momento, Kris le dejó paso a YiXing y este fue el que guio a la comitiva, porque era el que más conocía aquel terreno. Los árboles los rodeaban y sus ramas bajas entorpecían un poco su camino, pero no demasiado. Las hierbas que crecían a los pies de estos se enredaban en las piernas de los Cazadores y solo ZiTao y YiXing eran capaces de evitarlas correctamente.

            Dime tu secreto le pidió BaiXian a ZiTao cuando descubrió que el chico no se quedaba atrapado como los demás.
            Solo intenta evitar las hierbas más altas le aconsejó con una sonrisa. El chico asintió y comenzó a seguirlo lentamente. Chen y Kai hicieron lo mismo.

            Los animales del bosque eran los únicos que producían sonidos al alejarse de su camino ya que los Cazadores habían sido entrenados para amortiguar sus pasos, acallar el sonido de su respiración y, en general, no provocar ningún sonido que pudiera delatarlos a sus presas. Al igual que habían aprendido a camuflar su olor humano con el del entorno para no ser olfateados. ZiTao todavía recordaba la vez que se había tenido que rebozar en los excrementos de los uros para que no notaran su presencia por un cambio de la dirección del viento y lo mal que lo había pasado cuando tuvo que quitarse aquel desagradable olor. Estuvo cerca de una semana frotando con poco éxito ya que parecía haberse incrustado en su piel y solo había dejado de hacerlo cuando Chen le dijo que si no paraba se iba a quedar sin piel y él no lo iba a curar después.

            ZiTao dejó de pensar en aquellos desagradables eventos del pasado para enfocarse en el camino que estaban recorriendo. Aquel lugar le recordaba a la primera y única, vez que había visto al Dragón Arcoíris. Sin embargo, también le recordaba a aquel Dragón Dorado con el que ahora iban a acabar y que en aquel momento los había atacado, abocando así, al fracaso su primera misión como Cazadores, igual que recordaba la herida del brazo de su líder y lo mal que lo había pasado los primeros días porque se le había infectado un poco. Aquellos recuerdos parecían muy lejanos, pero no habían pasado ni dos meses de los sucesos.

            Tras un largo tiempo de caminata, YiXing propuso tomar un descanso para comer un poco y recuperar fuerzas, ya que les quedaba poco para llegar al pie de las Montañas de Fuego y a partir de ahí el camino se volvía bastante escarpado. Lo más probable es que acabaran escalando por la pared en algunos tramos, como les había ocurrido en su segunda misión.

            Después de llenar sus estómagos reemprendieron la marcha y, no mucho después, el grupo llegó al final del bosque. Había un tramo de unos cien pies al descubierto para llegar hasta la base de las montañas. Aquel era el único camino de acceso por ese lugar, por lo que tenían que correr lo más rápido posible al otro lado sin ser detectados y de uno en uno. ZiTao miró al cielo y se encontró con una vista magnifica pero a la vez terrorífica. Había cuatro dragones cada uno de un color diferente —escarlata, zafiro, esmeralda y plateado—, vigilando seguramente que ningún cazador accediera a sus dominios sin ser detectado.

            Seguidme dijo YiXing.

            El Cazador echó a correr velozmente hasta el otro lado, cruzando el espacio en unos segundos. Ya resguardado de la vista de los dragones que surcaban los cielos, llamó con la mano al siguiente. BaiXian fue quien se aventuró a cruzar y llegó bajo las montañas a salvo momentos después. Kai y Chen fueron los siguientes.

            Ya solo quedaban por cruzar ZiTao, LuHan y Kris. El pequeño tuvo algunas dudas antes de cruzar, pero finalmente lo hizo. LuHan lo siguió en cuanto quedó bajo la sombra de las montañas, pero un rugido cortó el aire y el Cazador se quedó paralizado en el sitio, sin hacer ningún movimiento que pudiera delatarlo. Otro rugido, esta vez más fuerte y más cercano encogió los corazones de todos de miedo. Si los dragones lo veían claramente él solo no era rival para ellos. ZiTao tragó saliva. Si aquello sucedía tendrían que dejarlo atrás, eso era lo que les habían enseñado a hacer.

            Otro rugido y ZiTao pudo ver a la imponente figura de Kris emerger de los árboles, corriendo en dirección a LuHan. En unos segundos llegó a su lado y lo cogió de la cintura con un solo brazo, echando a correr de nuevo cargando con él hasta el lugar en el que se encontraban los demás llegando sanos y salvos.

            Un suspiro de alivio colectivo se escapó del grupo, opacado por el rugido de un Dragón. Ninguno de los siete se quedó a comprobar si la bestia los había descubierto o no, simplemente corrieron hasta estar completamente a salvo, en la entrada del escarpado camino que llevaba a las oquedades que habitaban los dragones y que estaba oculta de la vista desde el cielo.

            —¿Estás bien? —le preguntó YiXing a LuHan, visiblemente preocupado por lo ocurrido.
            —Sí —murmuró el Cazador.
            —Haré que me lo creo —YiXing se acercó a él—. Si te encuentras mal por esto solo tienes que avisarme —LuHan asintió—. En marcha —dijo y todos comenzaron la ascensión.
            —¿Qué es lo que ha ocurrido ahí? —escuchó ZiTao que preguntaba Kai a BaiXian.
            —Hace años, cuando murió el líder de su grupo, LuHan asumió que había sido culpa suya —explicó el chico en voz baja—. A pesar de que ha pasado el tiempo, sigue pensando igual y cada vez que se encuentra solo ante algún Dragón se paraliza.
            —Eso es terrible —comentó Kai.
            —Sí, por eso no YiXing y Kris nunca lo dejan ir solo a las misiones de reconocimiento.

            Después de saber el motivo de lo ocurrido unos instantes atrás, ZiTao dejó de escuchar la conversación ajena y se dedicó a avanzar en silencio, siguiendo a Kris y a LuHan, que estaba constantemente pendiente de este último, por si necesitaba ayuda de algún tipo.



            Al sol no le quedaba mucho tiempo para su ocaso cuando finalmente los siete Cazadores llegaron a su destino después de una ascensión más bien accidentada. Habían resbalado, habían caído y habían estado a punto varias veces de tener que abortar la misión por culpa de contratiempos en el camino —se habían desprendido varias rocas y las habían tenido que escalar uno a uno con un cuidado infinito para no acabar en el suelo, que estaba ya a bastante distancia—.

            Kris les indicó que  lo siguieran en el silencio más absoluto y que pisaran los mismos lugares que él pisaba. La cueva de aquel Dragón Dorado era muy amplia y la luz del día todavía entraba por la apertura, por lo que tuvieron muchísimo cuidado para no ser descubiertos. Una respiración pesada reverberaba en las paredes, opacando cualquier sonido que ellos pudieran hacer. El Dragón estaba dormido y ellos iban a aprovechar aquella oportunidad para matarlo rápidamente, sin que este pudiera alertar a los demás Dragones.

            ZiTao vio al Dragón. Era imponente, hermoso, sus escamas doradas brillaban como si fueran el oro más puro y parecían irradiar luz propia. El chico estaba embelesado, pero negó con la cabeza para salir de su ensimismamiento. No estaba allí para admirar al Dragón, estaba allí para matarlo. A la señal de Kris, todos sacaron sus armas y eligieron un punto vital donde lanzarlas. La segunda señal enviada por el Cazador fue suficiente para que en un par de segundos, dejara de escucharse aquella respiración.

            El descenso fue peor que el ascenso, ya que al camino en pésimas condiciones se le unió la poca visibilidad que ofrecía la primera luna en forma creciente. Aun así, los Cazadores pudieron bajar de la montaña con solo unos rasguños repartidos por sus cuerpos y algunos golpes que dejarían marca.



            Después de su segunda caza con éxito el jefe XiuMin les dejó libres algunos días y también hizo que se mudaran a un lugar un poco más grande que la cabaña en la que dormían los cuatro apiñados. Era un sitio un poco frío y se agradecía en verano porque a las horas en las que el sol se encontraba en su cénit apenas hacía calor en el interior, pero los chicos sabían que si el siguiente invierno era como el anterior les iban a faltar mantas de piel de oso para echarse por encima.

            ZiTao aprovechó aquellos días libres para ir en busca del Dragón Arcoíris, ahora que ya sabía sus hábitos de vida. No obstante, los primeros días no tuvo ni el más mínimo éxito. Pasaba casi todo el día en el bosque, buscándolo y, a veces, se internaba en algunas de las cuevas de los Dragones por si encontraba alguna pista. Volvía al anochecer al poblado de los Cazadores y sus compañeros de grupo estaban algo preocupados por él. Así se lo hizo saber BaiXian una de las noches cuando llegó cansado después de un día de infructuosa búsqueda.

            —Nos tienes muy preocupados, ZiTao —le dijo, acurrucándose contra él y, llevándose por eso una mirada oscura del líder.
            —No tenéis por qué preocuparos —contestó. El chico hizo un puchero para que el otro se conmoviera y le contara qué era lo que hacía, pero ZiTao sabía que no podía confiar ni siquiera en su mejor amigo para contarle aquello—. No me pongas esas caras, es un asunto privado.
            —¿Has encontrado ya con quien procrear? —preguntó Chen.

            La procreación. Aquello era un deber como Cazador, al igual que matar a los Dragones que atacaban las poblaciones, ya que debía asegurarse de que nacían niños con las capacidades para ser Cazadores y los descartados, aunque intentaran cumplir con eso, no eran lo suficientemente buenos para ello. Por ese motivo, ellos tenían que visitar algunos poblados y acostarse con mujeres para asegurar la pervivencia de su casta.

            Estoy cortejándola —acabó por contestar ZiTao—. Es joven y no quiero que sea algo como lo que hicimos contigo.
            —Oh. Los hombretones del Norte son un encanto en cuanto a relaciones se refiere —se burló, pero el chico no le hizo caso. Era mucho mejor sufrir sus burlas por cortejar a una mujer que declarar que había visto al Dragón Arcoíris y que estaba deseando volver a verlo de nuevo y no precisamente para matarlo.

            ZiTao dirigió su mirada hacia Kai y éste le devolvió una bastante inquietante que le decía claramente que no se había creído su historia. El líder era alguien muy perspicaz y tendría que tener mucho cuidado con él si quería que sus actividades en el bosque siguieran siendo secretas.



            El bosque aún estaba oscuro cuando ZiTao se internó en él. El sol todavía no había salido y la segunda luna no iluminaba demasiado su camino, así que el Cazador agradecía saberse este de memoria, ya que podría recorrerlo incluso con los ojos cerrados. Caminó apartando las hojas y las ramas de los árboles que le estorbaban hasta que acabó en un claro. Se quedó en el refugio que le ofrecían estos y buscó con la mirada el lugar en el que había descubierto el rastro del Dragón Arcoíris.

            El día anterior había vagabundeado por aquel lugar y había encontrado su nido, así que, con la suficiente paciencia, podría ver al Dragón cuantas veces quisiera sin tener la angustia que lo había estado persiguiendo los anteriores meses, aunque con otra preocupación, que su líder lo descubriera y acabara delatándolo por traición y matándolo a él y al hermoso Dragón Arcoíris.

            Se sentó bajo la sombra que le proporcionaban los árboles a esperar. Estaba decidido a quedarse allí hasta que el Dragón apareciera, no se iba a dar por vencido a pesar de todas las complicaciones y los problemas que podía traerle si fuera descubierto en aquel lugar, pero era más fuerte el deseo de volver a ver al Dragón Arcoíris.

            El tiempo pasaba y ZiTao sentía que iba a tener que volver a casa otra vez con una búsqueda infructuosa. Estaba un poco desesperado porque el verano ya hacía semanas que había comenzado y le quedaba poco para terminar. Con la llegada del otoño, el frío no lo iba a dejar hacer aquellas pequeñas excursiones, así que tendría que verlo al menos una vez más antes de su llegada.

            De repente, los árboles comenzaron a mecerse por un viento fuerte y repentino y ZiTao supo que por fin sus plegarias a los Dioses de su patria habían surtido efecto. Unos momentos después, destellos de todos los colores pintaban las copas de los árboles y el magnífico cuerpo del Dragón Arcoíris entraba en su campo de visión. Aquel ser era precioso e impresionante. Los músculos de su pecho eran los que movían sus grandes alas lentamente para descender, haciendo un gran esfuerzo. Había crecido muchísimo desde que el Cazador lo había visto hacía unos meses, siendo así más impresionante y admirable.

            El Dragón se posó en el suelo y este tembló, como si un Dios hubiera sacudido la tierra. ZiTao no pudo contener su fascinación y se levantó del suelo, acercándose a la línea de árboles que lo protegía de la mirada del Dragón Arcoíris. Este se giró, como si hubiera sentido la presencia del chico, en su dirección y lo miró con unos ojos castaños muy profundos que hicieron que las rodillas del Cazador se doblaran bajo su peso. Era una mirada muy clara, una que hizo a su corazón acelerarse y ZiTao estuvo muy seguro de que no eran ni el miedo ni la adrenalina los causantes de sus desbocados latidos.

            El Dragón Arcoíris giró de nuevo su cabeza, prestándole cero atención al intruso y se dirigió a su nido, donde se echó y metió su cabeza bajo su ala, dispuesto a dormir. ZiTao se sintió un poco decepcionado, ya que, a pesar de ser un Cazador bastante imponente entre los demás era muy alto y tenía mucho músculo además de un rostro bastante intimidante, el Dragón no lo había tomado como a una amenaza.

           Este hecho hizo que ZiTao comenzara a avanzar a través de aquel claro, moviéndose lentamente, en dirección al Dragón. Este notó que el Cazador se movía hacia él y abrió un ojo, para observar fijamente cada uno de sus movimientos, aunque no parecía para nada amenazado. El chico llegó muy cerca de él, pero se detuvo a unos cincuenta pies, por si el Dragón decidía finalmente que no era bueno que estuviera tan cerca de él y tenía que echar a correr hacia el poblado.

            Sin embargo, el Dragón Arcoíris no hacía ningún movimiento y, aunque ZiTao sabía que los de su especie eran muy listos y traicioneros, dio un par de pasos más hacia él y luego otros dos más hasta que casi sin darse cuenta había acabado tan cerca del Dragón que si alargaba la mano podía tocar su escamada piel. La bestia rugió débilmente, pero no era un rugido de amenaza, era algo que el Cazador no había escuchado nunca, así que no se alejó de él, sino que alzó su mano y posó la palma sobre una de las escamas, notando una vibración que reverberó en su cuerpo y lo hizo sonreír.

            Era la primera vez que tocaba a un Dragón, la primera vez que se acercaba tanto y la primera vez que pensaba que los Dragones no eran ninguna amenaza para los seres humanos.

            ZiTao se atrevió a tocar un poco más, notando mejor las vibraciones del cuerpo del Dragón Arcoíris y sintiendo como este comenzaba a relajarse bajo su toque hasta que finalmente comenzó a entrecerrar el ojo que mantenía abierto, abandonándose a las caricias del Cazador hasta que una profunda respiración fue lo único que se podía escuchar en aquel lugar ya que el Dragón se había quedado dormido.

            El chico siguió acariciándolo durante unos momentos más, disfrutando de aquello al máximo. Después, se alejó un poco, completamente fascinado por lo que acababa de suceder. Jamás se habría podido imaginar que aquello pudiera pasar y su corazón todavía latía acelerado. Había jugado con fuego y no se había quemado. Aquello animó su espíritu e hizo que ZiTao quisiera volver cada día a tocar las escamas del Dragón Arcoíris.

            La segunda luna acababa de salir cuando ZiTao regresó a la aldea de los Cazadores de Dragones. Se le había hecho bastante tarde porque se había pasado demasiado tiempo decidiendo si quedarse con el Dragón Arcoíris o no hasta que su lado racional había ganado la batalla.

            El chico llegó a su cabaña y entró sin hacer ruido. No quería despertar a sus compañeros, así que, como pudo, se quitó su ropa y luego se tumbó en el suelo, abrazándose a Chen para intentar conciliar el sueño, aunque los recientes acontecimientos lo tenían en un estado de exaltación que jamás había sentido.



            Las primeras palabras que ZiTao escuchó al día siguiente no fueron los buenos días a los que estaba acostumbrado que BaiXian se encargaba de decirle todas las mañanas, sino algo completamente diferente.

            —¿Dónde estuviste ayer durante todo el día? —le preguntó el chico.

            ZiTao aún estaba medio dormido y no podía articular palabra, por lo que no le contestó. Abrió lentamente sus ojos, encontrando a su compañero de grupo sobre él, mirándolo fijamente, exigiendo una respuesta a su pregunta. El chico bostezó y luego hizo que BaiXian se bajara de su cuerpo para poder sentarse y estirarse como se debía antes de responderle.

            —Estuve donde siempre —contestó.
            —¿Y dónde es ese lugar? —inquirió BaiXian.
            —No lo diré —murmuró ZiTao—, sino me quitaréis a la chica.
            —Idiota —protestó el otro dándole un manotazo en el pecho—. Nos tenías muy preocupados.
            —Estoy bien, no me ha pasado nada —aseguró—. No tenéis por qué preocuparos.
            —Somos compañeros —dijo Chen, quien hasta el momento se había mantenido callado, al igual que Kai, que simplemente lo miraba fijamente—. Nos preocupamos los unos por los otros.
            —Lo siento —murmuró avergonzado—. No me volveré a ir durante un día completo sin avisar.

            Con esas palabras, el tema quedó zanjado y aquel día se desarrolló con total normalidad, realizando todas las tareas que debían hacer. No obstante, ZiTao sintió durante toda la jornada la penetrante y oscura mirada de su líder fija sobre él.



            ZiTao no pudo acercarse al bosque durante los siguientes días ya que tenía miedo de que lo descubrieran. Kai estaba muy encima suya y prácticamente no se despegaba de su lado, aquello no le hubiera parecido extraño si hubiera sido BaiXian porque ya estaba acostumbrado, pero su líder no era particularmente cariñoso, ni con él ni con nadie, por lo que cuando le pedía que entrenaran juntos, que comieran juntos o que durmieran juntos, ZiTao se quedaba en silencio unos momentos antes de asentir con su cabeza lentamente.

            A pesar de esto, quería ir a ver al Dragón Arcoíris, poder acariciarlo de nuevo y que esta vez no se quedara dormido para poder ser observado por sus penetrantes ojos castaños.

            Los días pasaron y tuvieron que ir a cazar algunos uros para el consumo de carne del poblado con algunos de los aprendices a los que ya se les había enseñado cómo cazar. Apenas tuvieron problemas para aislar a uno de los miembros de la manada que pastaba al oeste del poblado después de cruzar el río Sif y abatirlo. Los problemas llegaron después al tener que llevar la carne hasta la aldea de los Cazadores, ya que aunque eran ocho personas, era una gran cantidad de carne.

            Al acabar el día, los chicos cenaron con gran avidez la carne que habían llevado y después volvieron a su cabaña, dispuestos a dormir hasta que el sol se volviera a alzar, al menos, tres de ellos tenían esa intención. ZiTao aprovechó que sus compañeros dormían profundamente para levantarse y caminar hasta el bosque, hacia el lugar en el que se encontraba el nido del Dragón Arcoíris.

            A pesar de que era de noche y estaba bastante oscuro, el chico pudo encontrar el camino sin ninguna dificultad y en poco tiempo llegó hasta aquel pequeño claro. Nada más llegar, pudo divisar el colorido resplandor que emitía el Dragón, haciendo que el ambiente fuera mágico. ZiTao se acercó hasta él con lentitud, intentando no hacer ruido alguno que pudiera sobresaltarlo y que lo despertara. El Cazador tenía miedo de que si el Dragón se despertaba sobresaltado pudiera matarlo.

            ZiTao llevó una mano al lomo del Dragón y lo acarició levemente, notando la vibración de su cuerpo de nuevo. Era tranquilizadora, al igual que su respiración pausada y profunda, así que, lentamente, el sueño comenzó a hacer que sus ojos le pesaran y empezaran a cerrarse, hasta que, poco a poco este le venció y acabó quedándose dormido junto al cuerpo del Dragón que desprendía un agradable calor.



            El despertar de ZiTao no fue demasiado agradable. El calor en el que había estado envuelto durante toda la noche desapareció de repente, al igual que el cuerpo que lo emitía. El Cazador abrió sus ojos a tiempo para ver cómo el Dragón Arcoíris emprendía el vuelo y se alejaba de su nido rápidamente, como si sintiera que estaba en grave peligro.

            Aún con el sueño en el cuerpo, ZiTao se levantó y se alejó del nido, borrando las huellas que habían quedado de su paso la noche anterior y adentrándose en el bosque, quedándose luego en el lugar en el que había estado esperando al Dragón el primer día que se había acercado a él, escondiéndose del peligro que había sentido este. Unos momentos después, sus tres compañeros de grupo aparecieron en su campo de visión.

            —Las huellas llegan hasta aquí —anunció Chen—. No hay más, desaparecen de golpe.
            —Hemos perdido el rastro —murmuró BaiXian —, otra vez.
            —Hay que volver a encontrarlo —dijo Kai—, no podemos permitirnos perderlo.

            ZiTao no podía creer lo que veía y escuchaba. Sus compañeros lo habían seguido por las huellas que había dejado en el suelo. Los observó durante unos momentos, mientras pensaba en la excusa que podía inventarse para que no descubrieran su pequeño secreto. En cuanto la mentira le pareció convincente en su mente, salió de su escondite.

            —Chicos —llamó y ellos se giraron rápidamente hacia él. En cuanto BaiXian lo vio, salió corriendo hacia él y comenzó a pegarle.
            —Idiota, inútil, mentiroso —comenzó a insultarlo, diciendo cada vez palabras más fuertes—. Te odio —después de decir aquellas palabras, lo miró mal y se alejó, caminando hacia Kai, a quien se abrazó.
            —ZiTao… Nos debes una explicación —dijo el líder y el chico asintió.
            —Un día vine a explorar el bosque y me encontré este lugar por casualidad —comenzó—. Me gustó la tranquilidad del sitio, así que venía a pensar y a alejarme un poco del bullicio que hay en el poblado —ZiTao caminó hacia el lado opuesto del nido, para que los demás no lo descubrieran, si es que no lo habían hecho ya.
            —¿Nosotros te molestábamos? —preguntó Chen. El chico negó con la cabeza.
            —Me gusta estar solo de vez en cuando —contestó—, cuando éramos aprendices también me escapaba alguna vez que otra.
            —Pero no tan frecuentemente —apuntó el curandero.
            —¿Por qué nos mentiste? —preguntó BaiXian.
            —Porque no quería reconocer que me iba al bosque a descansar y a relajarme, quería parecer alguien responsable.
            —Bueno… —comenzó Kai—, a veces viene bien desconectar… Pero tendrías que habernos dicho la verdad.
            —Lo siento —murmuró ZiTao.
            —No importa —dijo el líder—, pero volvamos a casa.

            Los chicos echaron a andar y se adentraron en el bosque, en dirección al poblado. No llevaban más que unos minutos caminando cuando un fuerte rugido se escuchó sobre sus cabezas y todos se pusieron en guardia. No estaban equipados para la batalla con un Dragón y de hecho, la única arma que llevaban era el arco y las flechas de Chen, que las había cogido para cazar algún conejo o animalillo pequeño.

            Todos se agacharon y agazaparon contra el suelo, arrastrándose luego hasta quedar bajo la protección que les brindaban los grandes troncos y ramas bajas de los árboles. El Dragón había atacado de repente y ninguno sabía cómo iban a poder enfrentarlo. Esperaron unos momentos, conteniendo la respiración hasta que les volviera a atacar. Las copas de los árboles en aquella parte del bosque se juntaban las unas con las otras y era prácticamente imposible que el Dragón las atravesara y tampoco los iba a atacar con fuego en aquel lugar.

            Un destello de varios colores a través de las ramas hizo que el corazón de ZiTao diera un vuelco: era el Dragón Arcoíris. Momentos después, sus compañeros abrían sus ojos como platos al verlo, sin poder creer lo que sus ojos estaban viendo.

            —Imposible —escuchó decir BaiXian a su lado.
            —¡Chen! —gritó Kai, haciendo que este se sobresaltara—. Tenemos que matarlo.

            El chico asintió y se descolgó el arco para luego armarlo rápidamente con manos temblorosas y colocar una flecha en él. Después, intentó a apuntar a su objetivo tal y como lo hacía todas las mañanas en los entrenamientos, pero no paraba de moverse, así que, la flecha que lanzó no alcanzó su objetivo, de hecho, ni siquiera se acercó a este.

            —Dame el arco —le pidió Kai al ver que el otro estaba demasiado nervioso como para poder acertar. El Dragón Arcoíris era algo de leyenda y ninguno de ellos estaba preparado para enfrentarse a la verdad.

            Chen le tendió el arco y el carcaj con las flechas, el líder colocó una de estas en él y apuntó. La flecha salió volando con gran puntería y se clavó bajo una de las alas del Dragón, haciendo que este se tambaleara en el aire por no poder utilizarla correctamente. Kai volvió a disparar y le alcanzó en una de las patas traseras.

            Con cada flecha que lanzaba acertaba en un lugar clave y hacía que ZiTao sintiera un dolor en su pecho. Kai tenía muy buena puntería y a pesar de que el Dragón se alejaba e intentaba moverse con rapidez no podía hacerle frente a esta. Finalmente, el Dragón Arcoíris cayó contra las copas de los árboles y luego contra el suelo haciendo que este temblara y que los Cazadores tuvieran que aferrarse a los troncos de los árboles.

            —Kai —murmuró BaiXian—. Has matado al Dragón Arcoíris.
            —No creo que esté muerto —comentó el líder—, solo está herido y no puede alzar el vuelo. Tenemos que ir a la aldea a por armas y a avisar a los demás Cazadores. Esto es algo que nos viene grande.
            —Pero alguien debe buscar el cuerpo —dijo Chen—, quedarse junto a él hasta que lleguen los demás para frustrar cualquier intento de huida.
            —Yo me quedaré y lo haré —propuso ZiTao rápidamente—, conozco mejor que vosotros el bosque, después solo tenéis que seguir mis huellas para encontrarme.
            —Perfecto, vámonos —apremió el líder.

            Sus tres compañeros se pusieron en marcha, aunque BaiXian lo miró pidiéndole que estuviera a salvo hasta que ellos volvieran. ZiTao asintió y esperó hasta que se perdieran de vista para comenzar a moverse. Tuvo que apoyarse en el tronco del árbol para poder levantarse, pero en cuanto comprobó que sus piernas podían aguantar su peso, salió corriendo hacia el lugar en el que debía haber caído el Dragón. No podía creer que aquello hubiera sucedido. Su líder había herido a un Dragón pacífico y hermoso; a su Dragón Arcoíris.

            Rápidamente, esquivando las ramas bajas con sus manos e intentando no tropezar con las raíces y piedras del suelo, llegó al lugar donde encontró el cuerpo del Dragón. Este respiraba de forma agitada y tenía una expresión de dolor, lo estaba pasando bastante mal. ZiTao comenzó a acercarse a él con lágrimas en los ojos, no sabía por qué tenía ganas de llorar exactamente, pero no podía retener aquel líquido salado que quería escaparse de sus ojos. Sin embargo, antes de poder llegar hasta el cuerpo del Dragón, una luz brillante procedente de este, lo deslumbró por unos momentos y tuvo que cubrir sus ojos con sus manos para que la luz no le hiciera tanto daño.

            Cuando el Cazador pudo abrir los ojos de nuevo ya no encontró ningún Dragón frente a él, en su lugar, se encontraba un chico más o menos de su edad, con el cabello de un montón de colores, delgado, completamente desnudo y con las flechas de Chen clavadas en los mismos lugares que el Dragón Arcoíris.

            —No es posible —susurró.







Aclaración sobre las edades porque si no creo que os vais a liar un poco:
SuHo ronda los cincuenta años, pero en una comunidad en la que la mayoría de sus miembros no pasan de los treinta y pocos, eso es ser ya un anciano, además de que la esperanza de vida es bastante baja porque la media ronda los cuarenta años.
—XiuMin, Kris, LuHan y YiXing están entre los veinte y pico y los treinta años, lo que sería una persona ya madura.
—CanLie y QuingZhu rondan los veintidós.
—Chen, BaiXian, Kai y ZiTao tienen dieciséis y diecisiete.
—SeHun, en edad Dragón tiene un año y su equivalente en edad humana es dieciséis.


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