viernes, 7 de diciembre de 2012

Vampire Stories


Capítulo 4
El primer Día


   6 a.m. Toda la casa se encontraba en silencio, menos la habitación de Lorena que llevaba una hora levantada por los nervios. De repente, salió de su habitación y comenzó a molestar.

   Primero, fue por Inma, pero ella no le hizo caso. Entonces, fue por Ana y dando chillidos hipersónicos entró a su habitación.

-*¡Ana!- gritó-¡que hoy es el día!
-*¿El día D?- murmuró entre sueños.
-*Ya está con sus cosas raras de historia- comentó para ella- ¡Despierta!- dijo-¡Que vamos a ver tíos buenorros!
-*¿Buenorros? - dijo levantándose corriendo de la cama y mirando de un lado a otro- ¿dónde?
-*Aquí no- Ana se decepcionó- pero en la Uni seguro que hay una barbaridad.
-*¿Que hora es? - preguntó ya despierta.
-*Las 6.
-*Lorena.
-*¿Qué?
-*Te mato- dijo- falta una hora y ya estas dando por saco.
-*Pues llevo desde las 5 despierta.
-*Déjame a mí y ve a despertar a las otras- dijo Ana echándose de nuevo a dormir.
-*Inma no me hace caso- contestó Lorena.
-*Ve a por Lourdes, y le pones la música alta a Inma para que despierte.
-OK.

   En cuanto Lorena salió de su cuarto, Ana se volvió a echar a dormir. Lorena fue a la habitación de Inma, se dirigió al escritorio, donde la chica tenía el móvil, le buscó la música y puso a todo volumen la canción de Sherlock. Inma se despertó de un salto.

-*¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?- preguntó desorientada.
-*Ve arreglándote- le espetó- que si no llegamos tarde.
-*Vale.

   Lorena salió de allí y fue entonces a por Lourdes. Entró a la habitación y comenzó a llamarla. Pero no le hacía caso. Entonces se le ocurrió una idea descabellada pero que seguro que funcionaría. Se lanzó encima suya mientras gritaba:

-*¡FUEGO! ¡FUEGO! ¡FUEGO!

   Lourdes se revolvió un poco en la cama y sin abrir los ojos le contestó:

-Si hay fuego sólo apágalo…

   Lorena, que creía que su plan era infalible, se quedó en shock tras escuchar la respuesta de la mayor, que se envolvió más en las sábanas y se volvió a dormir. Pero Lorena no estaba dispuesta a rendirse hasta que no la despertara. Siguió dándole la lata zarandeándola hasta que Lourdes abrió los ojos y le echó una mirada asesina.

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-*¿Qué hora es?- preguntó de mala hostia.
-*Las 6:10.
-*¡Lorena! ¡Cómo no salgas de aquí, te meto!- amenazó con la almohada en alto.
-*Vale, vale- ella salió y suspiró- vaya tres.

   Y de repente se escuchó un golpe seco.

-*Ya ha caído- murmuró Lourdes.

   Aproximadamente una hora y media más tarde, sonó el despertador de Lourdes y esta salió de su cuarto para despertar a las demás. En el pasillo se encontró con Lorena tirada en el suelo profundamente dormida.

*-Lo sabía...- dijo Lourdes mientras llamaba a la puerta de Ana y entraba- Ana levanta- salió y le pegó un puntapié a la que estaba en el suelo- Lorena, despierta- y se dirigió al baño grande. Justo antes de entrar divisó a Ana salir de su cuarto y se volvió- despierta a Inma, que a mí no me hace caso.
-Ok- contestó Ana comenzando a andar a la habitación de Inma, de repente se tropezó con algo- *¿qué coño...? ¿Lorena?- preguntó al ver a la chica tirada en el suelo.

   Por el ruido y los golpes, Lorena acabo despertándose desorientada.

   *-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Donde? ¿Por qué?- pregunto mirando a todas partes- ¿Qué hago aquí?
   *-¿Pues si no lo sabes tú?- dijo mientras entraba a la habitación de Inma -¡¡¡¡¡INMA!!!!!!!- gritó- ¡levántate ya! ¡o vendrá Lourdes a despertarte y ya sabes como es!

   Inma se hizo un poco la remolona, pero al final, se levantó porque temía lo que Lourdes pudiera hacerle si tardaba mucho. Unos diez minutos después, ya estábamos todas listas y desayunando, tostadas y café para mantenernos despiertas el primer día de Universidad. Para amenizar el desayuno, Ana comenzó a hablar… de tíos buenos… como siempre.

   -*Espero que haya bastantes chicos guapos en la Universidad- comentó- me gustaría que hubiera y así poder alegrarme la vista.
   -*Anda, calla ya y come- contestó Lourdes borde harta de las tonterías que Ana no paraba de decir desde que llegaron a Seúl.

   Y todas siguieron desayunando como si nada en silencio después de esto. A los cinco minutos, se dieron cuenta de que había un desayuno que casi no había sido tocado.

   -*¿Dónde está Ana?- preguntó Lorena.
   -*Allí- señaló Inma.
   -*Deja de plantar setas en los armarios- regañó Lourdes- que llegamos tarde.




   Y después de calmar a Ana, todas salieron del apartamento en dirección a la Universidad. Cuando iban a mitad de camino, Inma se paró de repente, haciendo que las demás se volteasen a ver qué era lo que pasaba.

   -*¿Qué pasa?- preguntó Lorena.
   -*¿Estáis seguras de que este es el camino correcto?- dijo.
   -*Claro que sí- contestó Lourdes.
   -*A mí me parece que es por la izquierda- continuó ella.
   -*Muy bien, votación- propuso Lorena.
   -*¿Cómo hacíamos en la esquina de la discordia?- dijo Ana emocionada.
   -*Exacto.
   -*Quién piense que es por dónde Lourdes dice, que la siga- dijo- quién crea que es por dónde Inma, que la siga a ella- y Lorena y Ana siguieron a Lourdes, Inma, al percatarse, hizo un puchero.
   -*Traidoras…- murmuró, pero unos segundos después, echó a correr para alcanzarlas.

   Sin más incidentes, llegamos a la Universidad. Entramos al edificio, y por el pasillo, yendo de camino a la clase de Inglés, nos cruzamos con un grupo de chicos, y Lourdes, chocó con uno de ellos. Todas nos giramos para ver quién había sido el chulo que no se había disculpado, ya que ella sí lo había echo.

   -*Madre mía qué culo- murmuró Ana para sí misma mirando a uno de los muchachos.  
   -*Y qué chulo- dijo Lourdes. [N.A.: En Antequerano cateto esto viene a ser algo como: “vaya chulo” o algo así.]
   -*¿Pero has visto quién es?- preguntó Lorena.
   -*No, qué va, sólo he visto un reflejo rojo- contestó la otra.

   Echamos a andar de nuevo por toda la Universidad, hasta que por fin llegamos a la clase. Por suerte, llegamos justo antes que el profesor, con el que nos encontramos en la puerta del aula, y que nos dirigió una amable sonrisa.

   Al entrar en la clase, descubrimos que todos los sitios estaban ocupados, excepto los de la primera fila. Con resignación, nos dirigimos a esos asientos, y una vez estuvimos todos acomodados en nuestros sitios, el profesor comenzó con su presentación.

   -Buenos días a todos- dijo- me llamo Henry Lau, y durante este curso, seré vuestro profesor de Inglés.
   -Oh My God!- dijo Ana boquiabierta, y con razón.

   El profesor era guapísimo, y también estaba muy bueno. No era muy alto, pero tenía un cuerpo fuerte y atlético por lo que se podía apreciar a través de la camisa. Llevaba el pelo corto y oscuro. Sus ojos eran negros como la noche. Su sonrisa, preciosa, y sus labios rosados y apetecibles.

   Aunque era mayor que nosotras, tenía el rostro aniñado, lo que le hacía parecer más cercano y que fuese más fácil hablar con él. Total, que era perfecto.




   Las cuatro estuvimos toda la hora mirándolo embobadas y casi sin prestar atención a sus palabras, aunque estaba explicando cómo iba a ser el curso, especialmente Ana, a la que sólo le faltó ponerse un babero para no manchar la ropa.

   Terminó la clase y comenzamos a recoger las cosas, a excepción de Ana que aun estaba embobada con el profesor. Mientras, la gente pasaba por delante para salir de clase y de repente Ana reaccionó.

   -*¡Ese es el mismo culo de antes!- gritó.
   -*¡No grites!- gritó Inma.
   -*No gritéis ninguna. Menos mal que nadie nos entiende -_-” - dijo Lorena poniendo un poco de orden.
   -*¿Has sido capaz de reconocer un culo? - preguntó Lourdes.
   -*Es el chico de antes.
   -*¿Con el que me choqué?
   -*No, uno de los que iba al lado.
   -*¿Cómo lo haces?- preguntó Lorena.
   -*¿No veis que es la bruja Lola?- dijo Lourdes.

   Tras ese comentario las cuatro rieron y salieron de clase. Ahora les tocaba separarse, aunque solo Ana iba por separado ya que tenía Hª de la Música y las demás Arte.

[N.A.: Las fotos puestas en este capítulo pertenecen al Anime Ouran High School Host Club, por sí queréis saber de qué va de las cosas que hablamos, bueno, menos la foto de Henry, que es de Henry y no de un anime… yo me entiendo…]


martes, 4 de diciembre de 2012

EXO Ficha de Personajes Enemigos


Ficha de Personajes EXO. Enemigos



















Lee Tae Min.
Fecha de nacimiento: 18 -Julio-1993
Lugar de nacimiento: Dongbong-gu, Seoul.
Tipo de sangre: B.
Estatura: 1.75 cm.
Signo zodiacal: Cáncer.
Aficiones: Bailar, escuchar música, tocar piano, Poppin dance, Chino.
Personalidad: Es muy tímido, pero cuando se trata de hacer su trabajo pierde un poco de esta.
Tiene fobia a los insectos y hace ruidos extraños cuando se le cruzan.
Sabe escribir muy rápido en el teclado.

EXO


Capítulo 5
¿Quién eres tú?



   Me asusté mucho al ver lo que pasaba. Ese chico agarraba por el cuello a BaekHyun y le estaba haciendo daño. Me entró una mala leche por el cuerpo impresionante y di un paso hacia donde estaban notando en mis manos el cosquilleo que el fuego me provocaba antes de salir por ellas.

   -Da un paso más y tu amigo no lo contará- amenazó el chico y yo me detuve- así me gusta- BaekHyun intentó librarse de él, pero no pudo y lo único que consiguió es que apretara más fuerte su agarre- estate quieto- BaekHyun gritó de dolor.
   -Suéltalo, por favor- dije.
   -No, sino, ¿con qué te amenazaría?
   -¿Qué quieres?- pregunté- si es dinero no tenemos mucho, somos estudiantes, pero llévate el portátil si quieres- BaekHyun me miró con más pánico de lo que ya lo hacía. Su portátil era su tesoro más preciado. Pero el chico comenzó a reír cómo si fuera un demente.
   -No quiero dinero- contestó- ni siquiera ese portátil.
   -¿Entonces qué quieres?
   -A ti.

-oooOOOooo-

   Acababa de entrar al trabajo. A esas horas no había mucha gente en el local y podías relajarte como era debido y pensar. Terminé de limpiar las mesas y me dirigí detrás del mostrador hacia la cocina, dónde me dejé caer en una silla nada más entrar. Pasarme la noche en vela pensando en algo que me ayudara a determinar el paradero del recién despertado no era bueno si quería rendir luego en mi vida, pero eso era algo muy importante.

   -¿Cansado ya, Kevin?- preguntó mi compañero de trabajo.
   -No he dormido bien- contesté para cortar la conversación, pero mi parlanchín compañero no se iba a dar por vencido.
   -¿Por qué?- simplemente ignoré su pregunta- ¿es que acaso tienes una chica que no te deja dormir?- dijo molestándome dándome suaves golpecitos con el codo en las costillas- ¿no me lo quieres decir?
   -No.
   -Entonces estoy en lo cierto- dijo sonriendo satisfactoriamente- a ver si la traes algún día, que sólo veo por aquí a uno de tus compañeros de piso, concretamente el que está sentado allí en la mesa de aquí al lado- señaló a Tao, que estaba muy concentrado escribiendo algo en un folio- al otro ni lo conozco.
   -Tampoco te hace falta conocer a mis compañeros de piso, con que me conozcas a mí, que soy tu compañero en el trabajo ya es suficiente.
   -Pero a ti no te conozco- murmuró poniendo una cara extraña y suspiré cansado de sus tonterías- oh mira- dijo feliz levantándose- un cliente.

Me levanté y lo seguí para ver entrar al Burger en el que trabajaba a una chica que caminaba hacia la mesa dónde estaba Tao. Ella era Victoria, una chica que Tao conocía incluso desde antes de conocerme a mí y que de vez en cuando, venía a nuestro apartamento a hablar con él.

   -¿Tao conoce a esa belleza?- preguntó mi compañero- ¿la conoces tú también?- preguntó al ver cómo ella sonreía en mi dirección y saludaba- ¿es ella la chica que te tiene desvelado?
   -No te interesa, JunMyeon.
   -Pero qué desagradable eres- comentó.

   No pude seguir contestando a sus pullas sarcásticamente porque de repente volví a notar la sensación, ésta vez mucho más fuerte, mucho menos caótica y bastante cerca. Junto con esa, sentí una fuerza maligna, una fuerza que conocía muy bien, demasiado bien. Salí de detrás del mostrador y me acerqué a la mesa en la que estaban Victoria y Tao.

   -Hola, Kevin- saludó ella- ¿qué tal te va?
   -Hola- saludé- como siempre- dije, y así corté la conversación mientras me acercaba al oído de Tao- para el tiempo- susurré y él me miró sorprendido- hazlo- él asintió y me cogió la mano para después concentrarse en detener el tiempo, pero éste seguía corriendo- ¿qué pasa?- pregunté.
   -No puedo- murmuró- hay algo que no me deja.
   -¿Qué es lo que no te deja?
   -Es una especie de presencia, oscura- susurró- nunca me había pasado algo así- me miró asustado y yo toqué su cabeza cariñosamente para calmarlo.
   -¿De qué habláis?- preguntó Victoria ante nuestro raro comportamiento.

   Me alejé de la mesa sin contestarle. No podía perder el tiempo, y menos para tonterías, tenía que pensar algo, y rápido.

-oooOOOooo-

   -¿A mí?- dijo ChanYeol, en su cara se notaba que no podía creer lo que escuchaba.
   -¿Quién eres?- pregunté.
   -Mi nombre es TaeMin… aunque eso tampoco importa mucho.
   -¿Por qué haces esto?
   -No creo que estés en posición para preguntarme eso.
   -Si me quieres a mí, suéltalo a él- demandó.
   -No sería nada divertido si lo hago- comenzó a apretar su brazo contra mi cuello, ahogándome, no podía respirar, y mis ojos se estaban aguando.
   -¡PARA!- gritó ChanYeol dando un paso más hacia nosotros, y el chico dejó de aplicar presión. No pude hacer más que coger aire desesperadamente- ¿qué quieres de mí? Haré lo que sea, pero suéltalo- noté su miedo en sus palabras- suéltalo.
   -Así me gusta.

-oooOOOooo-

   Intentaba concentrarme para poder hacer lo que Kevin me había pedido, pero no podía. Algo oscuro, una neblina densa no me dejaba acceder a mis poderes. Cada vez que intentaba penetrarla, un escalofrío recorría mi cuerpo mientras era expulsado de ese lugar sin poder coger lo que necesitaba, y eso me estaba frustrando, y mucho.

   -¿Tao?- la voz de Victoria me sacó de mi mundo- ¿me estás escuchando?
   -Perdón- dije- ¿podrías repetirlo?
   -Estás muy ausente desde que Kevin vino, ¿qué es lo que te ha dicho para ponerte así?
   -Nada importante, cosas del apartamento.
   -¿Y eso te ha puesto así?- dijo sin creerse del todo mi respuesta.
   -Es que es algo inquietante- murmuré, inventando en mi cabeza lo que diría para quitármela de encima. Aunque me caía muy bien y nos llevábamos de maravilla, en estos momentos, su presencia allí estaba dificultándome mucho el concentrarme.
   -¿Inquietante?- preguntó interesada- cuenta, cuenta- ya había sacado su lado cotilla.
   -Pues, resulta que a Kevin le contaron que un señor mayor murió en nuestro apartamento, y ahora su espíritu vaga por las noches por él- dije y vi cómo la había asustado.
   -Serás mala persona- me dio un golpe en el brazo algo asustada- me has asustado, ya no volveré a ir más a vuestro piso.
   -Tampoco es para tanto…
   -Adiós, Hwang ZiTao- se levantó- gracias por hacerme pasar miedo así porque sí.
   -De nada- dije- vuelve cuando quieras- ella se giró, me sacó la lengua y luego se fue. Por fin podría concentrarme sin que ella estuviera pululando por allí.

-oooOOOooo-

   -Acércate despacio- dijo el chico a mis espaldas, y ChanYeol comenzó a avanzar hacia nosotros lentamente- eso es- noté cómo el brazo que me retenía se ponía cada vez más y más frío.

   Entonces presentí algo muy malo y miré a mi amigo diciéndole sin palabras que no se acercara, pero él seguía haciéndolo. Ya casi no sentía mi cuello por el frío y cerré mis ojos fuertemente. Escuché una especie de silbido junto a mi oreja y después sentí cómo el brazo que me retenía y me helaba se apartaba de mí. Abrí los ojos sorprendido y me encontré con ChanYeol agachándose a mi lado y segundos después abrazándome.

   -Ya está todo bien- susurró y acarició mi cabeza cariñosamente. Intenté decirle que no se preocupara, pero la voz no salía de mi garganta, él pareció percatarse de esto. Se separó un poco de mí y miró mi cuello- lo tienes congelado- murmuró- ¿confías en que no te haré deño?- preguntó y yo asentí- está bien- puso una mano en mi garganta e inmediatamente el calor inundó mi piel, unos segundos después, se retiró.
   -Gracias- susurré- gracias, Channie.
   -Nunca te abandonaré.

   Nos levantamos y caminamos fuera del lugar. Del chico que me había retenido, no quedaban más que unas cenizas, por lo que deduje que ChanYeol lo había quemado, pero no hablamos de ello. Él acababa de carbonizar a una persona para salvarme.

   -No quiero dormir solo- murmuró y yo sonreí un poco.
   -Estaré contigo- susurré, y le agarré la mano fuertemente para transmitirle que estaría con él siempre.

-oooOOOooo-

   Vi cómo Tao se despedía de Victoria, y en ese momento, dejé de notar las dos fuerzas. Una debilidad enorme se apoderó de mí y tuve que agarrarme al mostrador fuertemente para no caerme. No obstante, me tambaleé y acabé siendo sujetado por JunMyeon.

   -Cuidado- dijo. Me intenté sujetar por mí mismo pero me volví a tambalear- estate quieto- me agarró por los hombros y me llevó hacia una silla- deberías irte a casa, no hay mucha gente, yo puedo solo.
   -Pero el jefe…
   -Tranquilo, no se lo contaré- sonrió- le diré a Tao que venga y te lleve a casa- y desapareció para poco después aparecer con mi compañero de piso que me miraba muy preocupado.
   -¿Estás bien, Kevin?- preguntó.
   -Sí- dije, aunque no debí convencerlo mucho porque me agarró fuerte y me levantó de la silla sujetándome perfectamente para que no me cayera.
   -Nos vamos, JunMyeon hyung.
   -Cuidaos.

   Salimos del Burger donde trabajaba y caminamos por el campus universitario hasta llegar a la parada del autobús, dónde Tao me dejó sentado.

   -¿Qué te ha pasado?- dijo preocupado sentándose a mi lado.
   -No lo sé realmente- dije- durante todo el tiempo noté a las dos fuerzas, pero en cuanto dejé de sentirlas, me quedé sin energía de golpe.
   -Al final no pude parar el tiempo- murmuró Tao- lo siento.
   -No pasa nada.

-oooOOOooo-

   -Siento volver a molestar- dijo BaekHyun inclinándose ante mis padres- pero es que están pintando mi habitación en la Residencia y allí no se puede parar.
   -No importa- contestó mi madre con una sonrisa- te prepararé el cuarto de mi hija, que ya que no viene mucho…
   -No se moleste, señora Park, no me importa dormir con ChanYeol, ya lo hemos hecho muchas veces.
   -Entonces… no insisto, si estás bien así…
   -Sí, señora- me acerqué a BaekHyun mientras él se volvía a inclinar.
   -Ve subiendo- susurré. Él asintió y comenzó a subir las escaleras.
   -¿Estás saliendo con el chico de los Byun?- preguntó mi padre dejándome atónito ante sus palabras.
   -¿Pero qué dices papá?
   -A ninguno os importa dormir juntos y yo siempre he dicho que quien comparte lecho…
   -Oh, venga ya, BaekHyun es mi amigo- y después de decir esto y de imaginarnos a él y a mí en una situación poco decorosa, subí las escaleras derecho a mi habitación, y cuando entré, descubrí a BaekHyun quitándose la camisa que llevaba hoy y me quedé parado en la puerta, alejando de mi cabeza lo que llamaría mi madre, pensamientos impuros.
   -¿Qué haces ahí?- me preguntó al descubrirme. No sabía qué decir, suerte que él siguió hablando- cierra la puerta, que hay corriente- cerré y entré en mi habitación mientras él se metía en la cama. Me puse mi pijama y me metí con él, pero esta vez sin abrazarlo, aunque de poco me sirvió no hacer el gesto, ya que BaekHyun se acurrucó contra mí- buenas noches- murmuró.
   -Buenas noches…



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Ficha de Personajes de EXO Tao


EXO Ficha de Personajes














Tao: Hwang ZiTao.
Fecha de Nacimiento: 02-Mayo-1993.
Lugar de Nacimiento: QingDao, China.
Estatura: 183cm.
Edad: 19.
Grupo Sanguíneo: A.
Signo Zodiacal: Tauro.
Idiomas: Mandarín y Coreano.
Aficiones: Jugar baloncesto, practicar artes marciales, tomar fotografías y comer.
Símbolo: Reloj de Arena.













Poder: Control Del Tiempo.
Apodos: Kung Fu panda, Melocotón.
Animal favorito: El gato que ronda por su casa.
Personalidad: Es muy tímido y modesto, también muy reservado. Hace mucho aegyo. Le tiene miedo a los fantasmas y llora bastante.
Es sonámbulo.

EXO


Capítulo 4
Prácticas



   Todavía seguía algo asustado por lo que me había pasado los días anteriores, pero el haberme pasado una noche abrazando a BaekHyun mientras dormíamos, parecía haber obrado un milagro en mí, porque ya no me sentía tan mal como antes. Él siempre hacía que me calmara, tenía como esa especie de control sobre mí, cuando me exaltaba mucho, siempre estaba allí para calmarme, muchas veces me libró de peleas o de que acabara expulsado de la escuela por mis ocurrencias, desde niños, siempre había estado ahí, y todavía, seguía velando por mí.

   -¿En qué piensas?
   -¿Eh?- dije desorientado. BaekHyun estaba delante de mí, ya se había acabado su almuerzo, y me miraba preocupado.
   -¿Te encuentras bien?- me preguntó y yo asentí- pareces muy distraído, sé que no te gusta la comida de la cafetería, pero estás haciendo un volcán con el puré- miré mi plato y vi que era verdad lo que él decía y sonreí.
   -No tengo mucha hambre- contesté.
   -¿Quieres que vayamos al Burger?- normalmente esa sugerencia obraba milagros en mí, pero no hoy.
   -De verdad, no tengo hambre- recogí mis cosas y me levanté del lugar, noté cómo él hacía lo mismo y me seguía a una distancia prudencial. Sabía que me estaba evaluando, ése cerebro suyo no se podía estar quieto en cuanto notaba algo raro acerca de mí.

   Recorrí todo el campus hasta llegar al banco dónde solíamos sentarnos cuando teníamos que hablar de algo sobre lo que nadie podía enterarse. Estaba algo apartado y fuera de la vista y oídos de todos. Era un lugar que valía la pena, y yo lo necesitaba ahora mismo para poder contarle a BaekHyun todo lo que sentía en mi interior, y de esto, nadie más que él tenía que enterarse. Me senté en el banco y él me imitó. Inspiré hondo para hablar, pero antes de que alguna palabra saliera de mi boca, él comenzó.

   -Desembucha- dijo- que me tienes de los nervios con tanto secretismo hoy- sonreí- no te rías, sólo dime que ronda por tu cerebro de pájaro.
   -Tengo miedo…
   -Lo sé, pequeño, lo sé- su voz se suavizó y echó su brazo por mis hombros. Recargué un poco mi cabeza junto a la suya y suspiré.
   -No sé qué es lo que me pasa y tengo mucho miedo- seguí- el Lunes casi quemo mi casa, y ayer quemé un folio, y… yo no sé qué hacer.
   -Buff…- lo oí suspirar y su mirada se perdió en algún puto. A veces me gustaría estar dentro de su cabeza y poder ver qué es lo que piensa.
   -¿Qué piensas?- pregunté sin poder contenerme.
   -A lo mejor… no sé, esto te puede parecer estúpido… pero…
   -Dilo.
   -En los mangas, cuando alguien tiene poderes, lo siguiente que hace es comenzar a practicar para desarrollarlos- lo miré sin creerme lo que salía de su boca.
   -¿El serio de BaekHyun, está proponiéndome que haga cómo en los mangas?
   -Exacto.
   -¿Lo dices en serio?
   -Muy en serio- no me pude aguantar más y comencé a reírme escandalosamente- no te rías- me pegó en el hombro mientras sonreía- quiero ayudarte.
   -¿Cómo?
   -No sé, todo esto es muy repentino, pero a lo mejor en Internet hay algo… o no sé… en la Biblioteca Nacional… o en artículos científicos- contestó- a lo mejor eres un experimento científico, ¿no te has preguntado alguna vez por qué narices no te pareces a nadie de tu familia?
   -Según mi hermana es porque soy adoptado- dije- según mi padre, me cambiaron en el hospital por otro y mi madre dice que me parezco a un tío lejano suyo o algo así.
   -Entonces tengo razón y eres un experimento.
   -BaekHyun…
   -Seguro que fuiste algo que le salió mal al Gobierno y que trataron de ocultarlo y que…
   -BaekHyun- dije algo ya más cabreado, y noté un cosquilleo en mi mano derecha justo antes de que una pequeña llamarada saliera a través de mis dedos.
   -Interesante- murmuró mi amigo, me cogió la mano y comenzó a mirarla desde todos los ángulos posibles.
   -No me toques- dije apartando mi mano y él me miró haciendo un puchero con sus labios y poniéndome los ojos como el gato de Shrek- arhg- dije molesto. Él sabía exactamente lo que hacer para salirse con la suya- ¿y si te hago daño?
   -Para algo existen las pomadas para las quemaduras- volvió a coger mi mano- además, parece que es cuando te cabreas- siguió mirando y tocando mi mano. Él era mi mejor amigo, habíamos dormido juntos varias veces, e incluso cuando éramos pequeños nos duchábamos juntos, pero en estos momentos, me estaba poniendo muy nervioso e incómodo. De repente volví a sentir el cosquilleo y aparté la mano rápidamente, justo antes de que otra pequeña llamarada saliera de mis dedos- wow, impresionante, también cuando te pones nervioso, por cierto, ¿te pongo nervioso?
   -No- dije rápidamente- me pone nervioso que estés toqueteándome la mano.
   -Ergo, te pongo nervioso…
   -Vete a la mierda- me levanté y comencé a caminar.
   -¿Dónde vas?- sentí que salía detrás de mí.
   -A mi casa.
   -¿No me vas a hacer compañía esta tarde?- se colocó a mi lado.
   -Desde que te hago compañía por las tardes me he convertido en un monstruo- murmuré. Sentí sus brazos alrededor de mi cintura frenando mi avance.
   -No eres ningún monstruo, eres Park ChanYeol, mi loco e irresponsable mejor amigo-dijo- estaré aquí siempre, ya lo sabes.
   -¿Qué haría yo sin ti?- pregunté.
   -Comerte los mocos.
   -Haré cómo que no he escuchado eso…

-oooOOOooo-

   Llevábamos sentados en las mesas de la segunda planta de la Universidad desde que había salido de mi trabajo. Teníamos un callejero de Seúl extendido ante nosotros y ya habíamos marcado algunos lugares para orientarnos, pero no habíamos conseguido mucho.

   -¿Las dos veces lo sentiste en casa?- me preguntó Tao, a lo que yo asentí- podríamos establecer un radio de unos 5km para empezar.
   -Sí, estaría bien- contesté- no debe de controlar todavía muy bien sus poderes, tenemos algo de margen- Tao cogió un compás y trazó un círculo sobre el mapa que abarcaba más o menos los 5km acordados.

   De repente, sentí un escalofrío recorrerme el cuerpo y me levanté de la silla mirando a un lado y a otro. Otra vez quien hubiera despertado estaba utilizando sus poderes, y esta vez, estaba mucho más cerca que las veces anteriores.

   -¿Kevin? ¿Pasa algo?

   Simplemente lo ignoré y caminé por el lugar, al acercarme a la ventana, lo volví a notar. Me asomé rápidamente, buscando al causante, buscando a aquel que había despertado, pero allí no había nadie, sólo había un árbol enorme. Sentí a Tao detrás de mí y me giré.

   -¿Has vuelto a…- no lo dejé terminar su pregunta, pero sabía lo que intentaba decirme, así que asentí- entonces parece que no vamos a necesitar el mapa más- sonrió y fue hacia la mesa.
   -Es una buena noticia- dije- lo tenemos muy cerca.

-oooOOOooo-
  
   Miré a mi alrededor y suspiré. Todavía no sabía cómo me había dejado arrastrar por BaekHyun hasta aquel lugar, de verdad que no lo sabía.

   -¿Por qué estamos aquí?- pregunté ya sin poderme aguantar y abriendo mis brazos haciendo un gesto que abarcaba el lugar en el que estábamos.
   -Necesitas practicar para controlar eso y no quemar a nadie o a ti mismo sin darte cuenta- contestó.
   -¿Pero necesariamente tenía que ser un descampado el lugar en el que tengo que practicar?- dije algo cabreado- además, me estoy pelando de frío.
   -No es para tanto.
   -Lo dice el que va forrado con un abrigo polar, pero yo llevo una chaqueta y estamos en pleno mes de Enero- me quejé.
   -¿Y por qué no te abrigas?
   -Porque en el bus y el metro no hace frío.
   -Eres como un niño pequeño- BaekHyun suspiró- pues si tienes frío, haz un poco de fuego para calentarte.
   -Eres una mala persona- le dije formando un puchero en mis labios.
   -Lo sé- dijo- y ahora, practica.

   BaekHyun se pasó toda la tarde haciendo que me cabreara para que pudiera desarrollar ese poder inexplicable que había aparecido en mí, también, a veces se acercaba mucho a mí y hacía cosas que me ponían verdaderamente incómodo para que tuviera que controlar el flujo de fuego que salía de mis dedos.

   Al final de la tarde, podría decirse que podía pasar esa noche sin la presencia de BaekHyun y estar seguro de que no quemaría mi casa. Eso era un logro, teniendo en cuenta que hasta hacía dos días no sabía que tenía el poder de quemar las cosas a mi antojo. Me despedí de él, y cogí el bus y el metro para volver a casa, algo más tranquilo que los días anteriores.

-oooOOOooo-

   Me tumbé en mi cama y Kevin se sentó a mi lado en ella. Nos habíamos pasado toda la tarde recorriendo la Universidad buscando a la persona que había despertado, por si al encontrarse, Kevin podía sentir algo, pero la búsqueda no había dado ningún fruto y yo estaba tan cansado, que si me quedaba dormido, podría incluso pasar por muerto.

   -Hay demasiada gente en ese lugar- murmuró- no creo que nos encontremos a esa persona y sepamos quién sea a no ser que desarrolle sus poderes justo a mi lado.
   -Acaba de comenzar, su aura no puede ser muy fuerte, así que, no te frustres- intenté animarlo, pero tenía una cara de mala hostia que cortaba el ambiente de una manera impresionante.
   -La humanidad me ha debilitado.
   -La humanidad te hace ser mejor persona.
   -No soy una persona, Tao.
   -No- lo contradije por primera vez desde que lo conocía- ahora eres humano, da igual lo que fueras antes, esta es la vida que estamos viviendo en estos momentos.
   -Tenemos distintas opiniones- dijo.
   -Te darás cuenta muy pronto que esta vida es algo bueno.
   -No lo creo.

-oooOOOooo-

   Me levanté de la cama, me arreglé y salí de mi casa en dirección a la Universidad. Ya era Jueves, último día de clase de esa horrible semana. Tras la hora y media de viaje, llegué a mi destino. Me encontré en la entrada con BaekHyun, que seguramente me esperaba para seguir con lo del entrenamiento, ya que terminábamos antes.

   -¿Has quemado algo hoy?- ése fue su saludo.
   -¿Quieres que te queme a ti?- pregunté alzando mis manos en su dirección. Él se indignó, hizo un mohín y luego me pegó en el hombro, divertido. Había pensado en algo sarcástico que decirme, seguro. Se acercó a mí y pegó su boca a mi oreja.
   -Quémame- susurró sensual- pero hazlo en un lugar privado, ¿o es que te gusta que miren, pervertido?- y me guiño un ojo.

   Me quedé de piedra al escucharlo y abrí mis ojos sorprendido, tanto, que casi pensé que se me saldrían de las cuencas. Lo vi alejarse contoneándose como una mujer e ¿intentando seducirme? Tragué saliva, ya que se me había quedado la boca seca y miré fijamente cómo se alejaba hasta que su carcajada me despertó de mi estado.

   -Vamos, viejo verde, o llegaremos tarde.

   Salí tras él, todavía algo aturdido, y sin poder pensar una respuesta coherente a sus palabras. Me pasé la clase embobado, sin poder hacer nada más que mirar a BaekHyun sin que ése lo notara.

   Tras acabar, mi amigo me llevó al mismo descampado del día anterior a practicar, mientras él utilizaba su portátil y el módem móvil de su compañero de habitación para buscar algo en Internet que pudiera ser interesante.

   Había conseguido quemar satisfactoriamente una colilla y sólo una colilla, nada más, sin necesidad de que me enfadara o me pudiera nervioso, y me giré para darle un abrazo a BaekHyun, cuando vi lo que pasaba. Un chico más o menos de nuestra edad, castaño, estaba agarrando por el cuello a mi amigo, que me miraba muy asustado.



LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER



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   Me llegaban cartas, cartas a montón. Cuando tenía tiempo las leía, pero a veces las tiraba directamente a la basura. Era famoso y eso era lo normal. Pero yo no era para nada normal, yo era Onew, y con eso, se explica todo.

   Por eso de que yo no era como los demás, tenía otras cosas en mente, y me gustaban las cartas que las locas de mis fans me enviaban, me gustaba sentirme querido por ellas, e intentaba dar el máximo esfuerzo para agradarlas.

   También, como era yo, Onew, hacía algo que ninguno de los otros idols hacía, y que si alguien se enteraba, pues, me llevaría la bronca del siglo. Pero no me importaba.

Desde hacía varios meses, sólo esperaba la llegada de una carta en concreto. Una carta en un sobre verde, del mismo color de la ropa que me ponía en los escenarios, y con una letra pulcra y hermosa, en la que venía la dirección de la SM y mi nombre.

   Cuando entre el montón de cartas recibía esta en concreto, mi corazón la tía con fuerza, y la guardaba, para en el primer momento en el que estuviera solo, abrirla y leerla.

   Y en eso estaba, revolviendo en las cartas hasta que la encontré. Miré a los lados para observar que mis compañeros no se dieran cuenta de que me guardaba la carta. MinHo y TaeMin estaban enfrascados jugando al Pro y no miraban más que la pantalla de la tele, puesto que los botones del mando se los sabían de memoria. KiBum, estaba recostado en las piernas de JongHyun, durmiendo a pierna suelta, mientras que éste veía el partido que se libraba y acariciaba con sus dedos distraídamente el cabello del otro.

   Guardé la carta en el bolsillo de mi sudadera, disimuladamente y sin hacer movimientos bruscos, para no levantar sospechas. Después agarré el montón de cartas y me las llevé para tirarlas a la basura. Fui a mi habitación y me encerré para poder leer con tranquilidad la carta. Me tumbé en la cama y saqué la carta. La abrí lentamente. Mis manos temblaban y mi corazón latía desenfrenadamente. Esa carta era muy importante, demasiado importante.

   En la que le había enviado anteriormente, le había pedido si nos podíamos encontrar algún día. Quería, no, necesitaba conocer a aquella chica llamada Naye, que me tenía loco desde que recibía sus cartas.

   La carta estaba en mis manos, doblada, no me atrevía a desplegarla, dependiendo de lo que contuviera esa carta, mi vida daría un giro de 180º, para bien o para mal, pero cambiaría sí o sí, y eso me asustaba, no me gustaban mucho los cambios bruscos.

   Inspiré varias veces para calmarme antes de dignarme a desdoblarla y poder leer lo que me había escrito. Cuando fui capaz de hacerlo, pegué mis ojos al papel y comencé la lectura.

   Querido JinKi:

   Me alegro muchísimo que te vaya bien, intento estar pendiente cada vez que puedo de toda noticia que salga del grupo, pero a veces estoy tan saturada, que no tengo tiempo. Yo estoy bastante bien, con mucho que hacer, pero bien. En cuanto a lo de quedar, la verdad, JinKi, no sé si eso sea una buena idea o no, pero me gustaría muchísimo verte.

   Como me dijiste, elijo el lugar. Hay una cafetería muy bonita y apartada del mundo en una callejuela del centro de Seúl, te adjunto la dirección junto al mapa.

   Para que puedas reconocerme, te daré una descripción de lo que llevaré ése día y de cómo soy. Tengo el cabello castaño y rizado, y soy delgada también. Llevaré puesta una camisa blanca, con una rebeca verde y unos vaqueros. El pelo lo llevaré suelto, y estaré leyendo un libro, sentada en la mesa más lejana de la puerta, para que así nadie pueda molestarnos.

   El día y la hora. ¿Qué te parece el día 28 de este mes? Y la hora, las cinco de la tarde.

   Nos vemos allí,
Naye.

   Suspiré tranquilo al ver que había accedido y me puse a mirar el mapa para saber dónde quedaba esa cafetería de la que hablaba. Cuando me ubiqué, vi que quedaba relativamente cerca del apartamento de la SM en el que vivía con los chicos. Me tranquilicé al saber que por lo menos podría llegar el día acordado a tiempo.

   Me levanté de la cama y cogí mi móvil para ver a qué fecha estábamos y para ir tachando los días que faltaban en el calendario para el encuentro, cuando de repente, vi que día era, abrí los ojos desorbitadamente.

   Hoy era 28.

   Miré rápidamente la hora. Las 16:27. Casi me da un ataque. No tenía tiempo más que para salir corriendo del apartamento y correr como si no hubiera mañana hasta la cafetería con el mapa en la mano, cosa que hice, sin que me importara lo más mínimo lo que mis compañeros me dijeron.

   Llegué a la cafetería y miré la hora. Las 16:55. Tenía todavía cinco minutos para recobrar el aliento y pretender que nada había pasado. En cuanto dieron las cinco, entré al local y la busqué con la mirada. La encontré en el rincón más alejado y escondido de la cafetería, y al verla mi corazón dio un vuelco.

   Era hermosa, más de lo que me imaginaba. Me acerqué a ella lentamente, intentando calmar mi corazón y mi mente, pero me era imposible. Cuando estaba a un par de pasos me detuve, ella me había notado. Alzó su cabeza y me sonrió. Su sonrisa no era algo de este mundo, era preciosa.

   -Hola, JinKi- me saludó, y su voz resonó en mis oídos de una manera dulce.
   -Hola, Naye.