jueves, 7 de noviembre de 2013

The Ballad

2/2 Confesión

Los días pasaron rápidamente sin que KyungSoo pudiera detenerlos o hacer que avanzaran más lentos. Podría haberle pedido a ZiTao que parara el tiempo por él, pero la verdad era que los poderes de los que fardaban no existían, así que no podía hacer nada.

La llamada de KyuHyun sunbae había llenado de esperanzas a los chicos, sobre todo a JunMyeon y durante aquellos días habían estado dándole la murga y también haciendo ensayar al chico lo que habían planeado para que todo saliera bien.

KyungSoo sentía que iba a morir. Tenía que asistir a programas, ensayar las coreografías y hacer mil cosas más aparte de lo que había estado preparando para el cumpleaños de RyeoWook. Pero lo hacía por él. Era la persona que le gustaba y le daba lo mismo caerse muerto.

Llevaba mucho tiempo pensando en declararse y los chicos le habían dado el empujoncito que le hacía falta. Sin embargo estaba muy nervioso. ¿Y si él solo lo veía como un dongsaeng al que cuidar y no lo veía como algo más?

Las dudas lo carcomían por dentro, pero debía ser fuerte, no podía rendirse, debía hacerlo porque ya hacía demasiado tiempo que se sentía así cuando estaba con RyeoWook y necesitaba decirle todo lo que sentía antes de que fuera demasiado tarde y cualquiera se lo arrebatara.

Prefería tener el “no” claro, prefería escuchar el rechazo de sus labios a estar sin saber qué era lo que realmente pensaba de él.

El día 26 de Junio llegó y tras una presentación en el Show Champion de la MBC en la que KyungSoo volvió a salir vestido con aquella cosa de plumas que tanto odiaba y con la que las fans ya lo llamaban el buitre DoDo, se preparó mentalmente para pasar la mayor parte de la tarde en la radio, junto a RyeoWook.

Ya habían ido al SuKiRa Kiss The Radio justo cuando hicieron el Come Back, de hecho fue el mismo día que se presentaron por primera vez en el M! Count Down con Wolf, pero habían prometido volver y allí se encontraban de nuevo, aunque esta vez no iban todos, solo tuvieron que asistir él, YiXing, BaekHyun, JongDae y ChanYeol.

A la llegada a la radio había muchas fans que comenzaron a hacerles fotos a destajo y KyungSoo comenzó a ponerse nervioso. Iba a estar toda la tarde con RyeoWook y al día siguiente le iba a dar la sorpresa de su vida haciendo aquello que había planeado.

El tiempo en la radio se le hizo demasiado corto entre canciones, juegos y preguntas. Amaba pasar el tiempo con él, cantar con él y mirarlo de reojo. También amaba su sonrisa y cómo lo tomaba de la mano al hablar, sin embargo su tiempo se acabó y tuvieron que irse tras tomarse algunas fotos para el programa.

KyungSoo pensaba que su corazón se le saldría del pecho cuando durante aquellos momentos se pegó al cuerpo de RyeoWook para que todos salieran en la foto y todavía más cuando al hacerse las fotos con él y JongDae, se abrazó a su cintura. Aunque había sido él quien había rodeado al mayor deseó una y otra vez que no hubiera escuchado los latidos desenfrenados de su corazón golpeando contra su cuerpo.

–¿Cómo ha ido? –le preguntó JunMyeon cuando regresaron a casa y el chico no tuvo que responder, JongDae lo hizo por él.
–Se ha pasado todo el camino de vuelta con la mano en el pecho intentando bajarse los latidos del corazón.

En esos momentos el chico enrojeció notablemente y tras darle un golpe en el brazo al otro, que se rió y quejó a la vez se fue a la habitación que en aquellos momentos compartía con LuHan y SeHun. A veces echaba de menos compartirla con JongIn, porque aunque fuera un niño pequeño mimado siempre estaba allí cuando necesitaba un abrazo.

Como si sus pensamientos fueran escuchados, el chico entró a la habitación sin siquiera llamar a la puerta y se le acercó para rodearlo con sus brazos.

–Mañana todo saldrá bien –le susurró al oído–. Verás como todo sale bien, hyung.
–Gracias, JongIn…

~.~.~

Aquella tarde con KyungSoo había sido completamente agradable. Lo había pasado genial a su lado, tanto que no estaba ni cansado, cuando normalmente, después de un duro día de trabajo lo único que tenía ganas de hacer era tumbarse en la cama y dormir. No, ese día estaba perfectamente despierto, todavía escuchando su voz cantando aquella canción que habían entonado juntos y sintiendo sus brazos a su alrededor.

Al llegar a casa ni siquiera le extrañó que los tres inquilinos del piso inferior se encontraran en su salón y pidió a un restaurante chino comida para todos. Mientras él se duchaba escuchó cómo la comida llegaba y deseó que los monstruos tragones que había en su salón no acabaran terminándose la comida antes de que él saliera del baño.

Por suerte, parecieron acordarse de él y le dejaron algo de comer. La cena se desarrolló tranquilamente, pero cuando RyeoWook bostezó por primera vez y se dispuso a irse a dormir, ya que al día siguiente, aunque fuera su cumpleaños tenía muchas cosas que hacer y debía estar descansado, los chicos lo detuvieron.

–¿Estás seguro de que mañana no quieres hacer nada? –le preguntó HyukJae–. Es tu cumpleaños y deberías celebrarlo o algo.
–No tengo ganas de celebrarlo –comentó.
–Pero… -comenzó SungMin, sin embargo el chico negó con la cabeza.
–Con que me compréis una tarta y me cantéis cumpleaños feliz tengo –dijo con una sonrisa–. Ya con esta edad uno no quiere cumplir años.

HyukJae y SungMin se indignaron porque ellos eran mayores y todavía no se veían tan viejos, sino que se veían en la flor de la vida, sin embargo KyuHyun comenzó a reírse malvadamente y a meterse con todos aprovechando que era el más joven y retorcido del lugar.

RyeoWook se fue a dormir, pero aun escuchaba las risas del Maknae cuando se metió en la cama.

~.~.~

–¿Vosotros qué creéis que nos hará cuando se dé cuenta de lo que le hemos preparado? –preguntó SungMin.
–O nos adora y nos lo agradece o nos mata –dijo KyuHyun desinteresadamente mirándose las uñas como si fuera lo más interesante del mundo.
–Yo voto por la segunda opción –murmuró HyukJae y los demás lo miraron mal–. ¿Qué? –preguntó.
–Le va a gustar, adora a KyungSoo y KyungSoo lo adora a él –comentó el Maknae.
–¿Y tú como sabes eso? –preguntaron los otros dos a la vez.
–Uno… que tiene sus contactos…

~.~.~

Cuando KyungSoo se despertó la mañana del 27 de Junio, día del cumpleaños de RyeoWook pensó que ni siquiera el ejército de los aliados no se sintió tan nervioso el día D., pero para él era inevitable. Iba a confesarle sus sentimientos a la persona que amaba cantándole una canción, dándole una sorpresa. Estaba muy nervioso y no podía evitarlo.

Se pasó el día de un lado para otro. Tenía muchas cosas que hacer, estaba muy agobiado, pero no iba a dejarse vencer.

Por eso mismo, cuando acabó su agenda salió corriendo hacia el bloque de apartamentos en el que vivía Super Junior y subió hasta la planta en la que se encontraba el piso en el que vivía RyeoWook. Cuando llegó, ya lo estaban esperando sus sunbaes que le dieron la bienvenida y muchos ánimos para lo que iba a hacer.

En cualquier otro momento le habría molestado que JunMyeon hubiera hablado más de la cuenta y les hubiera contado a todos que estaba enamorado de RyeoWook, pero en esos momentos lo único que tenía en la cabeza era hacerlo bien.

~.~.~

RyeoWook entró al edificio en el que se encontraba su apartamento y cuando se subió al ascensor se dejó caer sobre una de las paredes del cubículo, cansado. Había sido un día agotador y el chico lo único que quería era llegar a casa y tumbarse en la cama, sin ducharse siquiera.

El ascensor dio un pitido para anunciar que había llegado a su planta y él salió en dirección a la puerta de su apartamento. No tenía ganas de nada, pero seguramente los del apartamento de abajo le habían preparado una fiesta. Puso mala cara al entrar y ver todas las luces apagadas.

Alargó la mano para darle al interruptor y encenderlas, sin embargo, se quedó a mitad de camino cuando escuchó una voz dulce muy conocida.

saeng-il chu-ka ham-ni-da

Comenzó a dejarse entrever una pequeña iluminación tras la esquina en ese primer verso de la canción de cumpleaños. El corazón de RyeoWook comenzó a latir con anticipación.

saeng-il chu-ka ham-ni-da

Unas manos delicadas sosteniendo una tarta aparecieron en su campo de visión y el chico se tapó la boca con las manos para no gritar.

ji-gu-e-seo u-ju-e-seo

Un cuerpo delgado, un rostro ovalado, una sonrisa de corazón y unos grandes ojos expresivos terminaron por aparecer. el chico podía jurar que el sonido de su corazón podía oírse en todo el vecindario.

je-il sa-rang-ham-ni-da

La canción terminó y RyeoWook notó el flash de una cámara, viendo a SungMin tras ella con una gran sonrisa. Alzó su vista y miró con una gran sonrisa al chico frente a él. quería decir algo, pero se había quedado sin palabras.

–Pide un deseo, hyung –susurró KyungSoo y el cumpleañero asintió automáticamente, avanzando hasta él para colocarse frente a las velas y soplarlas.

“Que me ame tanto como yo a él”.

Una sonrisa apareció en el rostro de KyungSoo y otro flash procedente de la cámara de fotos se dejó ver en la estancia.  Las luces se encendieron y aparecieron los demás miembros de Super Junior. Todos felicitaron al chico  podo después, salieron por la puerta. KyuHyun lo hizo tras guiñarle un ojo y HyukJae dedicándole un “fighting”.

El chico se quedó a solas con KyungSoo, que parecía muy nervios, mientras intentaba hacer que su cabeza entendiera aquellos gestos que le habían dedicado sus amigos.

~.~.~

Los dos chicos se quedaron mirándose, sin saber qué decir o qué hacer. KyungSoo no quería irse y RyeoWook no quería que se fuera tampoco. Se miraron y se sonrieron.

El menor tomó aire. Quería hacerlo, quería declararse, pero no se atrevía. Sin embargo no había estado una semana ensayando aquella canción para luego no cantársela. Además, tampoco quería que JongDae ganara la apuesta que había hecho con BaekHyun sobre que no se atrevería y tampoco quería ver la cara de decepción de JunMyeon.

Así que se levantó rápidamente, mirando fijamente a los ojos a RyeoWook y este fue a hacer lo mismo, sin embargo, el chico colocó sus manos sobre sus hombros, dejándolo sentado en el sofá en el que antes estaban los dos.

–Yo… quiero decirte… algo… –murmuró y pudo ver la confusión reflejada en el rostro de su hyung–. No me odies por lo que estoy a punto de hacer –se aclaró la garganta y comenzó a cantar.

Noreul choeum bon sun-ganbutoyosso
Naye gaseumeun harudo pyonhal nari obsosso
Ne onmome sin-gyong deulkkaji ne sumgyolmajodo nomaneul hyanghe

Hayan gorie ullineun jongsori
Haneul gadeukhi ssodajineun hambang nuneul bomyo
Nigyote isseul oneureul gidehe

Ne oreunjjoge neul hamkke inneun nege gamsahe
Mabobe gollin gotchorom hengbokhan misoga
Ipgaro bonjyonawa

Been waiting for this (I've been waiting for this)
Ne nunen nobakke boiji ana
Iron-ge sarangin-gabwa nomu hengbokhe
Nor-hangsang jikyojulge noye wenjjogeso

Niga useumyon nunkkochi heutnallyo
Deultteun solleim hayake ssain yeppeun nun chorom
Uri dul sarang yongwonhi bitnagil

Ne oreunjjoge neul hamkke inneun nege gamsahe
Mabobe gollin gotchorom hengbokhan misoga
Ipgaro bonjyonawa

Been waiting for this (I've been waiting for this)
Ne nunen nobakke boiji ana
Iron-ge sarangin-gabwa nomu hengbokhe
Nor-hangsang jikyojulge noye wenjjogeso

Saranghe saranghe saranghe
Choeum mannatdon geu nal chorom saranghe
Yongwonhi ne gyote issojwo
Jungneun geu nalkkaji nigyote

Saranghe

Noreul saranghe (nol mani saranghe) i malbakken pyohyon mot-hagesso
Machi kkok orine chorom noye boreul manjigo
Oneuse pume ana

Been waiting for this
Ne nunen nobakke boiji ana (nobakke anboyo)
Iron-ge sarangin-gabwa nomu hengbokhe

Onjena duri hamkke oh
Onjena duri hamkke oh
Onjena duri hamkke yeppeun saranghaja~

Dejó que las últimas notas vibraran en su garganta y notó cómo el chico frente a él comenzaba a llorar. Inmediatamente se agachó y lo abrazó, intentando consolarlo. No quería hacerlo llorar, solo quería confesarle sus sentimientos.

–Hyung… yo… –comenzó, pero el otro no lo dejó acabar.
–Yo también te amo.

Se separaron unos momentos y se miraron a los ojos. Ambos sonreían, ambos tenían lágrimas corriendo por sus mejillas y por eso cuando acercaron sus rostros para darse un beso por primera vez, este les supo salado, pero también les supo a amor.


Notas de Autora:

White Love – Starship Planet.
Link de la Canción con Subs en Español
El cumpleaños de RyeoWook es realmente el 21 de Junio, pero este año lo celebró el 27 porque los días anteriores apenas tuvo un descanso.
Foto del Show Champion el 26-6-13 para que veáis al Buitre DoDo.














Foto del SuKiRa el 26-6-13 en la que Soo abraza a Ryeo.









Fotos Cumpleaños RyeoWook el 27-6-13


 



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Ficha de Personajes Enemigos

EXO Ficha de Personajes. Enemigos




















Lee DongHae
Fecha de Nacimiento: 15-Octubre-1986
Lugar de Nacimiento: Mokpo, Corea del sur
Estatura: 175cm
Grupo Sanguíneo: A
Signo Zodiacal: Libra
Curiosidades:
Normalmente usa el acento estándar de Seúl, pero en realidad su acento original es el 'Jeolla' que se usa en su ciudad natal, Mokpo.
Le gusta bailar, el fútbol y la natación.
Cuida mucho de sus hobbaes.

EXO

Capítulo 21
Sin Sentido



   -Eres un maldito traidor- grité. No podía creerme que se lo hubiera contado.

   Todos se giraron hacia mí y Tao me miró asustado. Intentó hablar, seguramente para explicarse, pero yo no quería escucharlo. Nos había traicionado a SeHun y a mí. Yo pensaba que éramos amigos, pero a las primeras de cambio se lo había dicho todo a Kevin.

   -Ni se te ocurra hablarme en tu vida- siseé antes de correr hasta mi habitación.

   Me tiré sobre la cama, decepcionado. Tenía que avisar a SeHun, pero no podía hacerle eso en aquel momento, no después de haber pasado aquella maravillosa tarde a su lado. De repente, la puerta de la habitación se abrió y por ella entró YiXing, intentando no hacer mucho ruido.

   -LuHan- comenzó- Tao no quería decirlo.
   -Ya…
   -Es cierto. Kevin ya lo sabía, pero solo quería confirmarlo y amenazó a Tao- explicó.
   -Me da igual.
   -LuHan…
   -Vete.

   El chico vaciló unos momentos en la puerta de la habitación, pero después asintió y se fue, dejándome solo.

-oooOOOooo-

   Estaba de los nervios. Aquella mañana me había llegado un kakao de MinSeok diciéndome que llegaría ese día y que tenía que hablar conmigo seriamente sobre el beso.

   Di otra vuelta en la habitación que ambos compartíamos, como si fuera un león enjaulado y cogí mi teléfono móvil. Necesitaba llamar a YiXing y contárselo todo para desahogarme y para hacer que la espera fuera menos larga.

   Marqué su número y esperé a que descolgara, girando de nuevo sobre mí mismo quedándome de piedra al hacerlo. Un chico moreno más o menos de mi altura y con la cara alargada estaba en la habitación, sonriendo.

   -¿Quién eres tú?- pregunté al desconocido en el momento en el que el teléfono era descolgado- ¿qué haces en mi habitación?
   -Es una suerte haberte encontrado solo- contestó.
   -¿Qué quién eres?- siseé y él soltó una carcajada.
   -Me llaman DongHae- dijo- Tienes mucho interés por saberlo para ser hombre muerto.
   -Claro que sí- respondí colgando el teléfono- necesito saber tu nombre para ponerlo en tu lápida.

-oooOOOooo-

   Mi teléfono móvil comenzó a vibrar encima de la mesa y YiXing, que estaba más cerca, me lo pasó, haciendo una mueca muy rara al ver el nombre de la pantalla. Lo miré extrañado y luego desvié mi mirada al móvil, entendiendo el porqué de esa cara. Era JunMyeon quien llamaba.

   -Algo me dice que tú sabes algo que yo no- murmuré y él agachó su cabeza, avergonzado.
   -Lo siento, pero creía que no era justo que ellos no lo supieran- suspiré y lo llamé para que se colocara a mi lado, justo antes de descolgar.
   -¿Sí?
   -¿Kevin?
   -Sí.
   -Soy JunMyeon.
   -Lo sé.
   -¿Podemos quedar en algún lugar para hablar en persona sobre Kim RyeoWook?- preguntó y yo suspiré de nuevo. Entre lo de LuHan y Tao y ahora esto, no ganaba para disgustos.
   -Dime dónde.

-oooOOOooo-

   Salí corriendo en cuanto escuché la conversación al otro lado del teléfono. Busqué a Kevin por todos lados pero no lo hallé, seguramente ya habría salido al encuentro con JunMyeon, así que fui hacia mi habitación para agarrar a LuHan y llevármelo a rastras conmigo hacia la Residencia, desde donde JongDae me había llamado y donde lo estaban atacando.

   -¿Qué pasa?- me preguntó mientras corríamos.
   -Un enemigo está atacando a JongDae- contesté- tenemos que ayudarlo.
   -¿No está MinSeok con él?
   -MinSeok desapareció hace varios días- dije- JongDae está solo.

-oooOOOooo-

   -Pensaba que íbamos a estar nosotros dos solos- dijo Kevin con mala cara en cuanto aparecí en la cafetería en la que habíamos quedado, seguido de KyungSoo.
   -RyeoWook también conocía a KyungSoo- dije- él necesita saberlo mucho más que yo.

   Kevin nos miró mal durante unos momentos, pero luego suspiró y ambos nos sentamos a la mesa en la que estaba para comenzar con la conversación.

   -¿Qué fue lo que pasó?- preguntó KyungSoo, con miedo y yo atrapé su mano bajo la mesa, apretándola para transmitirle fuerza por lo que pudiera escuchar.
   -RyeoWook nos abordó en mitad de la calle y nos dio información- comenzó- información que creo que conocéis por YiXing…
   -No se lo tengas en cuenta- dije yo- no lo hizo con mala intención.
   -Ya lo sé, él nunca hace las cosas con mala intención- contestó.
   -¿Y por qué lo mataste si os dio información?- preguntó mi dongsaeng. Su mano temblaba y tuvo que colocarla sobre su muslo.
   -Él nos lo pidió.
   -¿Por qué?
   -Sabía que ÉL lo mataría después de que nos diera aquella información y prefería que fuera yo quien lo hiciera.
   -¿Por qué?
   -Porque cuando desarrollé mis poderes él estaba allí para ayudarme- confesó- él me guio y luego desapareció, por eso me mudé a Seúl, porque aquí fue donde él se mudó y esperaba encontrarlo de nuevo.
   -¿Cómo supiste que era un enemigo?
   -Él me lo dijo antes de marcharse.
   -¿Cuál era su poder?
   -El de la Adivinación.
   -¿Qué más te dijo?
   -Que seguirías adelante sin él y que lo perdonarías por abandonarte de esa forma.

-oooOOOooo-

   Todavía estaba tumbado en la cama, tal y como me había dejado LuHan al irse hacía una hora. Estaba hecho polvo, había sido todo demasiado intenso.

   Me pegué un susto enorme cuando la puerta de la habitación se abrió de golpe, dejando entrar a JongIn, que parecía estar más en la Luna que en la Tierra, ya que no se puso a gritarme que me tapara sino quería saltarle el ojo a alguien o algo parecido y eso que me estaba viendo perfectamente todo.

   Me tapé con las sábanas y me senté en la cama para mirarlo fijamente. Sin embargo, él no salió de su ensoñación. Simplemente se dirigió a su cama y se tumbó.

   Cuando me iba a levantar para ver qué era lo que le había pasado a mi amigo, mi teléfono móvil comenzó a sonar con Run Devil Run – SNSD y lo tuve que coger rápidamente.

   -¿Sí?
   -SeHun, soy Tao- contestó la voz al otro lado.
   -Oh, Tao- dije y noté como mi amigo se tensó. Aquello me extrañó, pero no dije nada- ¿qué necesitas?
   -Tengo que contarte algo que ha sucedido.
   -¿Le ha pasado algo a LuHan?- pregunté con miedo.
   -No.
   -¿Entonces?
   -Kevin ha descubierto lo vuestro- contestó y antes de que pudiera preguntar algo, siguió- él lo sabía, pero me amenazó para que se lo contara yo y lo confirmara. Lo siento.

   Durante unos momentos no pude decir nada. No podía creer que todo se hubiera descubierto.

   -Por favor, no te enfades conmigo- lo escuché susurrar con la voz rota y se me partió el corazón. Estaba llorando porque él no quería hacerlo y lo habían obligado. Él no quería traicionarnos.
   -No estoy enfadado- susurré.
   -Gracias…
   -Pero LuHan sí lo estará… ¿verdad?
   -Sí.
   -Hablaré con él.
   -Gracias.
   -No hay de qué… eres un buen amigo- y colgué.

-oooOOOooo-

   Llegué a la Residencia y cogí una gran bocanada de aire. No estaba preparado para lo que iba a hacer, pero debía hacerlo. Comencé a andar y en ese momento, escuché que alguien gritaba mi nombre a mis espaldas. Me giré para descubrir a YiXing y a LuHan corriendo hacia mí. Aquello me extrañó bastante.

   -¿Qué hacéis aquí, chicos?- pregunté cuando llegaron a mi lado.
   -Un enemigo está atacando a JongDae- dijo YiXing respirando entrecortado y mi corazón se paró de golpe.

-oooOOOooo-

   Nos estábamos tanteando. Yo no sabía cuáles podían ser sus poderes, pero él sabía perfectamente cuáles eran los míos, por eso, debía tener muchísimo cuidado con aquel enemigo. Lo miraba fijamente, intentando prever cualquier movimiento que él pudiera hacer. Pero aquello era casi imposible.

   De repente, él se lanzó sobre mí y apenas tuve tiempo para esquivarlo. Sin embargo, una de sus manos rozó mi hombro e inmediatamente este se comenzó a enfriar. Él era como MinSeok, su poder era el del hielo. Sonreí. Sabía cómo combatirlo.

   Me lancé sobre él aprovechando que estaba algo distraído y pude tocarlo, dejando que la electricidad pasara de mi cuerpo al suyo. Comenzó a convulsionar y pensé que ya lo tenía, pero de repente, sus manos me agarraron por los hombros y comenzó a enfriarme de nuevo.

   Tenía que matarlo rápidamente, antes de que me congelara del todo, por eso utilicé toda mi energía de golpe, acabando con él y cayendo al suelo, en la oscuridad.







domingo, 3 de noviembre de 2013

Y Así, el Tigre se Enamoró de la Princesa

Y Así, el Tigre se Enamoró de la Princesa


É
rase una vez, en un reino muy lejano, una bella y joven princesa levantaba pasiones entre todos los príncipes de los alrededores del reino. Su nombre era Ren y tenía la piel tan blanca como la nieve. Su cabello largo del color del oro contrastaba con el tono oscuro que tenían todos los lugareños. Esto era debido a que entre sus antepasados se encontraban los que llamaban Gentes del Oeste.

Por eso, ella era tan hermosa y tan especial. Por esta misma razón era cortejada por los príncipes de todos los reinos cercanos. Entre estos se encontraban JongHyun, príncipe del reino del Sur; MinHyun, del reino del este y Aron, del reino del Oeste.

Sin embargo, la joven princesa aún era demasiado joven como para pensar en quién sería su futuro marido. Apenas contaba con ocho años de edad, todavía era una niña a la que le encantaba jugar y disfrutar del mundo que la rodeaba, sin obligaciones.


Un día, la joven y bella princesa paseaba por el bosque que lindaba con las Tierras Desconocidas de más allá de la frontera Norte con su nodriza y varios guardias de Palacio, cuando encontraron una pequeña cría de tigre de Bengala. Los adultos se extrañaron muchísimo, puesto que por aquellas tierras no era común encontrarse con estas criaturas y se pusieron en guardia. Sin embargo, la princesa quedó encandilada con el pequeño animal y no paró hasta que consiguió que la dejaran llevársela.

La cría estaba muy malherida, por lo que Ren la tomó delicadamente entre sus pequeños brazos y la acunó durante todo el camino a casa, haciendo caso omiso a quien se interponía en su camino y le advertía sobre lo peligrosa que sería aquella criatura.

La joven y bella princesa no entendía cómo podían tratar a aquel pequeño, indefenso y adorable animal como un monstruo.


Así que, lo cuidó. Cuidó al pequeño animal hasta que este estuvo completamente recuperado, sin ninguna herida; sano y fuerte, como debía ser antes de que ella lo encontrara.

Sin embargo, cuando se dispuso a dejarla ir, en libertad y con los suyos, no pudo hacerlo. Los ojos tristes de la pequeña criatura no la dejaron tomar esa decisión. Así que, sin que nadie pudiera detenerla, tomó fuertemente a la cría de tigre de Bengala entre sus brazos y la llevó de nuevo consigo.

–Te llamaré BaekHo –le susurró al animal y este ronroneó de acuerdo con su nombre.


Los años pasaron rápidamente y Ren jugaba, aprendía y pasaba todo el tiempo con aquella pequeña cría de tigre de Bengala, que fue creciendo rápidamente. Tan rápidamente, que los guardias siempre estaban observando al animal, por si algún día intentaba hacerle cualquier tipo de daño a la princesa.

Pero el tigre nunca le haría daño a la princesa, a su princesa, porque ella era lo que más apreciaba en este mundo.


Un día, cuando la princesa Ren ya había cumplido la edad acordada por sus padres para su matrimonio, llegaron los príncipes que la pretendían a Palacio.

La princesa paseaba por los hermosos y grandes jardines del lugar, escoltada por BaekHo, su guardia más leal, cuando uno de los tres pretendientes, el príncipe del Sur, se presentó ante ella.

–Permítame presentarme, señorita –comenzó–. Mi nombre es JongHyun y soy el heredero del reino del Sur, ¿puedo acompañarla en su paseo?

Ren dudó durante unos momentos, momentos que fueron aprovechados por BaekHo para interponerse entre ambos, gruñéndole al desconocido y sobresaltándolo.

–Tranquilo, BaekHo –le susurró la princesa al tigre–. JongHyun no va a hacerme daño, ¿no es cierto, príncipe? –el chico que estaba ante ella, moreno y de ojos vivaces, negó con la cabeza y ella sonrió de una manera encantadora–. Entonces puede acompañarme en mi paseo. Mi nombre es Ren, aunque sospecho que ya lo sabe.


Situaciones parecidas a esta se fueron dando a lo largo de los meses en Palacio. Adonde quiera que fuera, la princesa siempre era interceptada por alguno de los tres pretendientes que se ofrecían a acompañarla a cada lugar al que fuera.

Ren, que siempre había sido una joven con algo de carácter, y aunque al principio intentó sobrellevarlo como bien pudo, tras algo de tiempo en esta situación, comenzó a rebelarse contra la autoridad de sus padres, el rey y la reina, y contra sus obligaciones como princesa huyendo de todo, alejándose de Palacio con la única compañía de su tigre, a veces incluso por un día entero.


La puerta de la habitación de la princesa Ren se abrió de golpe y azotó la pared con fuerza mientras la chica entraba a ella hecha un mar de lágrimas. BaekHo alzó la cabeza de la cama sobre la que estaba echado y luego se dirigió hacia su princesa, para darle su apoyo.

Ren se sentó sobre el frío y duro suelo de piedra y se dejó mimar por su tigre.


La situación a medida que pasaba el tiempo cada vez fue a peor y la princesa no paraba de llorar y llorar. BaekHo no podía soportar ver a su pequeña princesa en aquel estado, por lo que cuando alguno de los tres pretendientes se acercaba a ella se interponía en sus caminos. Sin embargo, esto solo empeoró aún más si cabe el problema.

Tras la acusación de los príncipes, los guardias se llevaron a BaekHo lejos de la princesa y por más que esta lloró y lloró, no pudo hacer nada por detenerlos. Así, el tigre de Bengala acabó encerrado en una jaula y vendido a una vieja bruja en el mercado de la ciudad.


Pasaron los días, y aunque la vieja bruja era agradable con el tigre, este sentía que le faltaba su princesa y estaba muy triste. Apenas comía y tampoco se movía, solo miraba a lo lejos y recordaba a su princesa.

Así que, la vieja bruja, un día se acercó a BaekHo y le preguntó por qué era tan infeliz. El tigre era incapaz de contestarle en voz alta, así que se limitó a señalar con la cabeza el Palacio y la arrugada mujer, entendió lo que le sucedía.

–¿Echas de menos el Palacio? –preguntó y BaekHo asintió–. ¿Qué te parecería que te concediera un deseo?- el tigre volvió a asentir–. ¿Te gustaría convertirte en humano para poder ayudar a tu princesa? –otro asentimiento–. Entonces te concederé tu deseo.


A la mañana siguiente, un joven alto, apuesto y de pelo rubio se presentó en Palacio como el príncipe de las Gentes del Oeste que llegaba a pedir la mano de la princesa Ren.


Durante unos días no pudo saber nada sobre su princesa, sin embargo, BaekHo no desesperó y la buscó en los lugares que solía frecuentar cuando se escapaba con él, cuando estaba en su forma animal y una mañana, la encontró.

Su princesa estaba sentada junto al estanque más oculto de Palacio, observando a los peces de colores nadar. El chico sonrió y se acercó a ella, procurando hacer ruido para advertir de su presencia. Ren se giró hacia él, sobresaltada y abrió sus ojos asombrada.

–¿Quién eres tú? –preguntó.
­–Mi nombre es BaekHo, mi princesa –contestó el chico con una sonrisa.
–¿BaekHo? –dijo extrañada, pero sus ojos comenzaron a brillar–. Ese nombre…
–Este nombre es un regalo de una persona muy importante para mí –dijo él
–¿Quién?
–Hace muchos años, una pequeña niña de pelo largo y rubio me cuidó cuando estaba herido y me llamó así.

La princesa no podía salir de su asombro. No podía creerlo. Aquello debía ser una broma muy pesada de aquel chico desconocido que a la vez le era tan familiar.

–¿Cómo me ha encontrado aquí? –preguntó ella para intentar asegurarse de que sus pensamientos estaban equivocados.
–Le gusta venir aquí a esconderse de todo, a pensar y a observar a los peces de colores.
–¿Cómo…?
–Llevo a su lado muchos años, mi princesa.

Una sonrisa sincera en los labios del chico fue lo que hicieron a la princesa Ren avanzar hasta él para abrazarlo. Esta simple acción le hizo confirmarlo todo. La persona que estaba allí era su BaekHo, su tigre, aunque pudiera parecer completamente imposible.

–¿Cómo? –volvió a preguntar.
–Tendremos mucho tiempo para eso –murmuró el chico, apretándola fuertemente entre sus brazos.
–¿Por qué dice eso?
–Porque he venido como su pretendiente, princesa.
–¿De verdad? –preguntó Ren mirándolo a los ojos, con los propios brillando por la emoción.
–De verdad –contestó BaekHo antes de que ambos se fundieran en otro abrazo.



Y así fue como el Tigre se enamoró de la Princesa.


viernes, 1 de noviembre de 2013

EXO

Capítulo 20
Al Fin
  


   Estaba preocupado por YiXing, últimamente lo único que hacía era encerrarse a mirar las estadísticas y los resultados de los análisis. En los últimos días ni siquiera había ido a clase y eso era algo que él nunca hubiera hecho antes.

   Desde que tuvo aquel sueño mientras estaba en la bañera se había obsesionado de una manera increíble con todo este asunto y no paraba. Apenas comía y apenas dormía, por eso ahora no era ni una sombra de lo que había sido y por eso, no pude soportarlo más.

   Me acerqué a él por la espalda y lo abracé, sujetándolo fuertemente y arrancándolo de la silla de su escritorio para llevármelo a la cama y arrancarle la ropa sin que pudiera protestar.

   -Quiero que dejes de pensar en el pasado- le susurré mirándolo fijamente a los ojos antes de meterme su miembro en mi boca.

-oooOOOooo-

   Acababa de llegar al bloque en el que vivía cuando sentí que alguien se colgó a mi espalda y casi me da un ataque. Fueron sus manos delicadas las que me dieron la clave para tranquilizarme y respira hondo. Algún día acabaría matándola por su manía de aparecer donde menos y cuando menos me la esperaba.

   -Victoria- dije y la escuché reír en mi oreja.
   -Creí que me harías algún movimiento de Wushu- me susurró en la oreja y en ese momento se bajó de mi espalda.
   -No- me giré hacia ella- suponía que eras tú y no quería hacerte daño- contesté y Victoria sonrió.
   -Genial- respondió- entonces, ¿quieres pasar por casa unos momentos?- preguntó- quiero presentarte a mis amigas- alzó una ceja varias veces, como intentando insinuarme algo y yo bufé- ¿por qué bufas?
   -Por nada.
   -¿No quieres venir a ver mi piso?
   -No es eso…
   -¿Entonces?
   -No me gusta que insinúes que me vas a presentar chicas- contesté finalmente y ella paró de lloriquear.
   -¿No te gustan las chicas?

   En ese momento recordé a JongIn. Recordé sus labios gruesos contra los míos, su mandíbula cuadrada, su piel oscura como la mía y sus ojos negros llenos de brillo.

   -Digamos que no…- fui capaz de murmurar.
   -Entonces no pasa nada porque vengas a casa- contestó y me agarró del brazo para comenzar a tirar de mí hasta el piso cinco de ese edificio.

-oooOOOooo-

   No pudimos aguantar más. Nada más llegar a la habitación que ahora compartía mi pequeño con JongIn en la Residencia SeHun se abalanzó sobre mí desesperadamente. Acabé empotrado entre la puerta y su cuerpo mientras él comenzaba a besarme, mordiendo y succionando.

   Habíamos pasado demasiado tiempo el uno sin el otro y Hunnie se había vuelto un salvaje. Quizás le dejara la primera vez a él arriba.

   Los besos desesperados que nos dejaban sin aire se sucedieron uno detrás de otro. El ambiente comenzó a tornarse cálido por culpa del calor que desprendían nuestros excitados cuerpos y la ropa comenzó a sobrar, a la vez que una cama se hizo necesaria.

   Como pudimos, fuimos avanzando hasta la cama de SeHun, quitándonos la ropa en medio de besos ardientes y miradas penetrantes hasta que caímos sobre la superficie mullida y comenzamos a rodar por ella, jugando.

   -¿Cómo lo hacemos?- preguntó mi pequeño, mordiendo y succionando una zona de mi hombro que no sería visible.
   -Métemela- susurré.
   -Seré cuidadoso- murmuró.

   El sonido del destapar el bote del lubricante y la succión de sus dedos por mi ano. Un dolor agudo en mi trasero y un dolor de necesidad en mi polla. Entrechocar de caderas, embestidas, al principio suaves, luego más duras, el bombeo de mi miembro y la sensación de placer infinito cuando el orgasmo me llegó y SeHun me acompañó en él.

   Lo hicimos varias veces más aquella tarde y la mayoría de ellas acabé yo arriba. Aquello le gustaba mucho más a mi pequeño y yo no podía negarle nada, menos después de todo el tiempo que habíamos pasado separados.

   Solo nos detuvimos cuando comenzó a oscurecer, con la promesa de que no pasaría tanto tiempo antes de volver a hacerlo.

-oooOOOooo-

   Había huido. En ese momento no sabía qué hacer y había acabado huyendo de él y del beso, refugiándome en mi casa. Llevaba varios días allí con mi familia. Hacía siglos que no los veía y tenía ganas de verlos, pero había acabado allí porque era un cobarde.

   No había sido mi intención besarlo, sin embargo lo había hecho y había salido corriendo. No había podido esperar a que él hablara, a sus palabras hirientes, a que me dijera que me odiaba y que no quería verme nunca más.

   No podría soportarlo.

   Sin embargo, mi familia ya estaba mosqueada. Les había dicho que necesitaba tiempo para pensar en una cosa importante, pero ellos ya no se contentaban con eso.

   Debía volver. Tenía que dejar de ser un cobarde y enfrentarlo. Lo haría al día siguiente. Volvería a la Residencia y aceptaría todo lo que pasara, aunque eso significara que él me odiara toda la vida y yo lo supiera.

-oooOOOooo-

   Acabamos tumbados sobre la cama después de hacerlo. Mi respiración todavía era algo irregular y tampoco podía pensar con claridad, pero recordaba perfectamente todas las veces que Kevin me había dicho que no pensara en el pasado, que no me obsesionara, que no me abandonara de ninguna manera y que no cayera en la desesperación.

   Durante el acto se había visto muy preocupado por mí. Sus ojos habían brillado, cargados de algo que nunca había visto en él, ya que no era ni deseo ni placer, era algo más. Eran sentimientos desbordados y aquello me había llegado al alma.

   Me abracé fuertemente a su espalda y él ronroneó como un gatito, girándose hasta quedar frente a mí y dedicarme una pequeña sonrisa que me hizo alcanzar las estrellas.

   -Dejaré de obsesionarme- murmuré- porque te quiero…
   -Yo…- comenzó, pero de repente se detuvo, abriendo sus ojos como platos.
   -¿Kevin?- llamé- ¿Kris?- él me miró y frunció el ceño.
   -Sabía que no podrían estar separados- murmuró- todo está ocurriendo tal y como lo hizo en el pasado.
   -¿Qué pasó?
   -No hace falta que te lo diga- contestó mirándome a los ojos- ocurrirá tal y como lo hizo antes.

-oooOOOooo-

   JunMyeon hyung no se separaba de mí ni un solo momento. Siempre estaba cuidándome, haciéndome sonreír con sus ocurrencias e intentando que me sobre pusiera a aquel golpe tan grande que me había llevado. Sabía que él tenía razón, que debía hacerlo, que no podía dejarlo todo solo por eso, sin embargo era demasiado para mí.

   Bajé las escaleras de mi casa para ir a la cocina. Había decidido que debía salir de mi cuarto, por lo menos había que comenzar por algo y además, tenía algo de hambre y ese día mi madre no estaba en casa.

   Por ese motivo me extrañó que se escucharan ruidos en esta estancia. Avancé lentamente por el lugar, intentando no hacer ruido hasta que llegué a la habitación. Me asomé por el marco de la puerta y me llevé una gran sorpresa.

   Allí estaba JunMyeon, cocinando algo que olía bastante bien. Casi sin pensarlo corrí hasta él, con mi corazón palpitando de alegría y lo abracé por la espalda, sobresaltándolo.

   -Soo…- susurró y yo me apreté más contra él.
   -¿Por qué?
   -Porque te quiero mucho…

   Cerré mis ojos lentamente y dejé que todo fluyera. Comencé a llorar y él se dio la vuelta para abrazarme.

   -Eres tan bueno conmigo- murmuré- quiero hablar con Kevin y que me lo explique…
   -Hablaremos con él.
   -Gracias.

-oooOOOooo-

   Después de estar en aquella casa con aquellas cinco locas durante dos horas, por fin me dejaron libre y pude volver a casa. Auguraba que LuHan debía estar a punto de llegar, si es que no lo había hecho ya, así que, después de todo no me había venido tan mal que Victoria me interceptara.

   Sin embargo, cuando llegué a casa, no me esperaba que Kevin me estuviera esperando justo en la puerta y me estampara contra la pared nada más entrar.

   -LuHan se está viendo con su novio, ¿verdad?- me dijo y mi corazón comenzó a latir rápidamente por la adrenalina. Debía inventar algo bueno y rápidamente.
   -Yo… no…
   -Ni se te ocurra mentirme Hwang ZiTao porque te juro que lo sabré y te haré la vida imposible- siseó, mirándome de una forma muy penetrante.
   -Kevin- escuché decir a YiXing bastante cerca- ¿qué haces? Suéltalo.
   -No hasta que no me diga la verdad- contestó.
   -Pero…- murmuró el chico y él lo calló con la mano, para luego volver a mirarme de aquella forma.
   -Contesta.
   -Yo…
   -¡He dicho que contestes!- gritó- ¿LuHan y SeHun se están viendo?
   -Sí…- susurré agachando la cabeza, justo en el momento en el que la puerta del piso se abría de nuevo y por ella entraba LuHan.