Y Así, el Tigre se Enamoró de la Princesa
É
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rase una
vez, en un reino muy lejano, una bella y joven princesa levantaba pasiones
entre todos los príncipes de los alrededores del reino. Su nombre era Ren y
tenía la piel tan blanca como la nieve. Su cabello largo del color del oro
contrastaba con el tono oscuro que tenían todos los lugareños. Esto era debido
a que entre sus antepasados se encontraban los que llamaban Gentes del Oeste.
Por eso,
ella era tan hermosa y tan especial. Por esta misma razón era cortejada por los
príncipes de todos los reinos cercanos. Entre estos se encontraban JongHyun,
príncipe del reino del Sur; MinHyun, del reino del este y Aron, del reino del
Oeste.
Sin
embargo, la joven princesa aún era demasiado joven como para pensar en quién
sería su futuro marido. Apenas contaba con ocho años de edad, todavía era una
niña a la que le encantaba jugar y disfrutar del mundo que la rodeaba, sin
obligaciones.
Un día,
la joven y bella princesa paseaba por el bosque que lindaba con las Tierras
Desconocidas de más allá de la frontera Norte con su nodriza y varios guardias
de Palacio, cuando encontraron una pequeña cría de tigre de Bengala. Los
adultos se extrañaron muchísimo, puesto que por aquellas tierras no era común
encontrarse con estas criaturas y se pusieron en guardia. Sin embargo, la
princesa quedó encandilada con el pequeño animal y no paró hasta que consiguió
que la dejaran llevársela.
La cría
estaba muy malherida, por lo que Ren la tomó delicadamente entre sus pequeños
brazos y la acunó durante todo el camino a casa, haciendo caso omiso a quien se
interponía en su camino y le advertía sobre lo peligrosa que sería aquella
criatura.
La joven
y bella princesa no entendía cómo podían tratar a aquel pequeño, indefenso y
adorable animal como un monstruo.
Así que,
lo cuidó. Cuidó al pequeño animal hasta que este estuvo completamente
recuperado, sin ninguna herida; sano y fuerte, como debía ser antes de que ella
lo encontrara.
Sin
embargo, cuando se dispuso a dejarla ir, en libertad y con los suyos, no pudo
hacerlo. Los ojos tristes de la pequeña criatura no la dejaron tomar esa
decisión. Así que, sin que nadie pudiera detenerla, tomó fuertemente a la cría
de tigre de Bengala entre sus brazos y la llevó de nuevo consigo.
–Te
llamaré BaekHo –le susurró al animal y este ronroneó de acuerdo con su nombre.
Los años
pasaron rápidamente y Ren jugaba, aprendía y pasaba todo el tiempo con aquella
pequeña cría de tigre de Bengala, que fue creciendo rápidamente. Tan
rápidamente, que los guardias siempre estaban observando al animal, por si
algún día intentaba hacerle cualquier tipo de daño a la princesa.
Pero el
tigre nunca le haría daño a la princesa, a su princesa, porque ella era lo que
más apreciaba en este mundo.
Un día,
cuando la princesa Ren ya había cumplido la edad acordada por sus padres para
su matrimonio, llegaron los príncipes que la pretendían a Palacio.
La
princesa paseaba por los hermosos y grandes jardines del lugar, escoltada por
BaekHo, su guardia más leal, cuando uno de los tres pretendientes, el príncipe
del Sur, se presentó ante ella.
–Permítame
presentarme, señorita –comenzó–. Mi nombre es JongHyun y soy el heredero del
reino del Sur, ¿puedo acompañarla en su paseo?
Ren dudó
durante unos momentos, momentos que fueron aprovechados por BaekHo para
interponerse entre ambos, gruñéndole al desconocido y sobresaltándolo.
–Tranquilo,
BaekHo –le susurró la princesa al tigre–. JongHyun no va a hacerme daño, ¿no es
cierto, príncipe? –el chico que estaba ante ella, moreno y de ojos vivaces,
negó con la cabeza y ella sonrió de una manera encantadora–. Entonces puede
acompañarme en mi paseo. Mi nombre es Ren, aunque sospecho que ya lo sabe.
Situaciones
parecidas a esta se fueron dando a lo largo de los meses en Palacio. Adonde
quiera que fuera, la princesa siempre era interceptada por alguno de los tres
pretendientes que se ofrecían a acompañarla a cada lugar al que fuera.
Ren, que
siempre había sido una joven con algo de carácter, y aunque al principio
intentó sobrellevarlo como bien pudo, tras algo de tiempo en esta situación,
comenzó a rebelarse contra la autoridad de sus padres, el rey y la reina, y
contra sus obligaciones como princesa huyendo de todo, alejándose de Palacio
con la única compañía de su tigre, a veces incluso por un día entero.
La
puerta de la habitación de la princesa Ren se abrió de golpe y azotó la pared
con fuerza mientras la chica entraba a ella hecha un mar de lágrimas. BaekHo
alzó la cabeza de la cama sobre la que estaba echado y luego se dirigió hacia
su princesa, para darle su apoyo.
Ren se
sentó sobre el frío y duro suelo de piedra y se dejó mimar por su tigre.
La
situación a medida que pasaba el tiempo cada vez fue a peor y la princesa no
paraba de llorar y llorar. BaekHo no podía soportar ver a su pequeña princesa
en aquel estado, por lo que cuando alguno de los tres pretendientes se acercaba
a ella se interponía en sus caminos. Sin embargo, esto solo empeoró aún más si
cabe el problema.
Tras la
acusación de los príncipes, los guardias se llevaron a BaekHo lejos de la
princesa y por más que esta lloró y lloró, no pudo hacer nada por detenerlos.
Así, el tigre de Bengala acabó encerrado en una jaula y vendido a una vieja
bruja en el mercado de la ciudad.
Pasaron
los días, y aunque la vieja bruja era agradable con el tigre, este sentía que
le faltaba su princesa y estaba muy triste. Apenas comía y tampoco se movía,
solo miraba a lo lejos y recordaba a su princesa.
Así que,
la vieja bruja, un día se acercó a BaekHo y le preguntó por qué era tan infeliz.
El tigre era incapaz de contestarle en voz alta, así que se limitó a señalar
con la cabeza el Palacio y la arrugada mujer, entendió lo que le sucedía.
–¿Echas
de menos el Palacio? –preguntó y BaekHo asintió–. ¿Qué te parecería que te
concediera un deseo?- el tigre volvió a asentir–. ¿Te gustaría convertirte en
humano para poder ayudar a tu princesa? –otro asentimiento–. Entonces te
concederé tu deseo.
A la
mañana siguiente, un joven alto, apuesto y de pelo rubio se presentó en Palacio
como el príncipe de las Gentes del Oeste que llegaba a pedir la mano de la
princesa Ren.
Durante
unos días no pudo saber nada sobre su princesa, sin embargo, BaekHo no
desesperó y la buscó en los lugares que solía frecuentar cuando se escapaba con
él, cuando estaba en su forma animal y una mañana, la encontró.
Su
princesa estaba sentada junto al estanque más oculto de Palacio, observando a
los peces de colores nadar. El chico sonrió y se acercó a ella, procurando
hacer ruido para advertir de su presencia. Ren se giró hacia él, sobresaltada y
abrió sus ojos asombrada.
–¿Quién
eres tú? –preguntó.
–Mi
nombre es BaekHo, mi princesa –contestó el chico con una sonrisa.
–¿BaekHo?
–dijo extrañada, pero sus ojos comenzaron a brillar–. Ese nombre…
–Este
nombre es un regalo de una persona muy importante para mí –dijo él
–¿Quién?
–Hace
muchos años, una pequeña niña de pelo largo y rubio me cuidó cuando estaba
herido y me llamó así.
La
princesa no podía salir de su asombro. No podía creerlo. Aquello debía ser una
broma muy pesada de aquel chico desconocido que a la vez le era tan familiar.
–¿Cómo
me ha encontrado aquí? –preguntó ella para intentar asegurarse de que sus
pensamientos estaban equivocados.
–Le
gusta venir aquí a esconderse de todo, a pensar y a observar a los peces de colores.
–¿Cómo…?
–Llevo a
su lado muchos años, mi princesa.
Una
sonrisa sincera en los labios del chico fue lo que hicieron a la princesa Ren
avanzar hasta él para abrazarlo. Esta simple acción le hizo confirmarlo todo.
La persona que estaba allí era su BaekHo, su tigre, aunque pudiera parecer
completamente imposible.
–¿Cómo?
–volvió a preguntar.
–Tendremos
mucho tiempo para eso –murmuró el chico, apretándola fuertemente entre sus
brazos.
–¿Por
qué dice eso?
–Porque
he venido como su pretendiente, princesa.
–¿De
verdad? –preguntó Ren mirándolo a los ojos, con los propios brillando por la
emoción.
–De
verdad –contestó BaekHo antes de que ambos se fundieran en otro abrazo.
Y así
fue como el Tigre se enamoró de la Princesa.
Ooooooooow :3 Es simplemente tan... tan... tan lindo. Yo también quiero un tigre así :3 Me tendré que conformar con mi perro, aunque dudo que el vaya a convertirse nunca en humano u.u ¡Con lo que yo te quiero Omar! ¡¿Por qué no podemos estar juntos?! (Estoy loca, lo sé)
ResponderEliminarOhhh me alegra que te pareciera así ^^
EliminarNe... no tenemos ningún tigre... pero ya lo conseguiremos, don't worry
Mis nueces bailarines (así le digo a Nu'est) xD
ResponderEliminarYa es bueno leer ago que no sea EXO lol
Este lo había leído yo pero no había tenido tiempo de comentar. Wow, la fantasía te va muy bien y creo que deberías intentarlo más a menudo y lo dices porque Baekho tenía algo que ver con tigres, no es así?
Princesa Ren ahora tiene el cabello pelirrojo <3
LOL Qué motes más randoms XD
EliminarSí, ya era hora... me estaba poniendo muy pesada con EXO -.-"
Es que me gusta mucho la fantasía... ¿sí? Pues debería ponerme a ello
Ne, BaekHo tiene que ver con tigres y Rennie es una hermosa princesa <3