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sábado, 3 de junio de 2017

[Drabble] PLEDIS Boys Ask Drabbles: AURA {BaekRen}



Título: AURA
Autora: Riz Aino
Pareja: BaekRen (BaekHo + Ren) (NU’EST)
Clasificación: PG
Géneros: AU, angst
Número de palabras: 559 palabras
Resumen: cuando amas a alguien, te conviertes en su armadura, manteniéndolo a salvo de cualquier cosa que pueda hacerle daño, incluso si esto significa que serás herido en el proceso, usándose a uno mismo como escudo con el fin de protegerlo… eso es lo que se ha convertido en Kang Dongho.
Notas: drabble escrito para July.
Comentario de autora: como era el primer prompt de NU’EST que recibíamos y encima era BaekRen (la que fue en un inicio mi OTP del grupo), no pude dejar pasar la oportunidad de cogerlo… aunque fuera tan dramático y llorara por dentro solo de leer la idea. Espero que os guste.

AURA

Desde que Choi MinKi había entrado en su vida, hacía ya tanto tiempo, DongHo se había sentido irremediablemente atraído hacia él. El menor desprendía un aura que lo hacía ser querido y odiado a la vez por todas las personas que lo conocían, por lo que el chico se había convertido en el objeto de amor de muchas personas que, finalmente eran rechazadas por él y que inmediatamente lo hacían el objeto de su odio y despecho. Aquello era algo innato en MinKi, él no podía hacer nada para que el proceso dejara de repetirse una y otra vez a su alrededor, porque, por más que lo intentaba, no cambiaba ni una sola de las cosas.

viernes, 25 de abril de 2014

Rise & Shine

Rise & Shine

            Siempre agazapado, siempre llorando, siempre obedeciendo las normas, siempre siendo atosigado, siempre siendo azotado por los guardias. Aquel chico siempre se llevaba todo lo peor y yo aún no podía comprender cómo aquel cuerpo tan delgado podía soportar aquellas vejaciones a las que era sometido en aquel campo de concentración.

            Hacía años que Corea del Norte había utilizado todas sus armas para destrozar Corea del Sur y lo había conseguido, tras esto, había llevado a la mayoría de la población a campos de concentración, también conocidos como infiernos en vida. Ninguno de los que estábamos allí habíamos hecho algo en contra de las nuevas leyes, simplemente, habíamos sido llevados a aquel lugar, sin darnos tiempo siquiera a defendernos. Todos queríamos escapar y volver a hacer realidad la Democracia en la que habíamos vivido hasta hacía unos años, todos menos él.

            A veces sentía pena por él y me acercaba, le curaba las heridas de los latigazos y lo cuidaba hasta que sanaban; le daba trozos de mi comida cuando se la negaban y lo abrazaba por las noches cuando finalmente se derrumbaba. Otras veces no podía hacer nada por él porque lo arrancaban de mis brazos y se lo llevaban para hacerle daño de nuevo.

            —¿Por qué te hacen esto, MinKi? —le pregunté una noche, sintiendo su cuerpo helado contra el mío.
            —Porque una vez me levanté e intenté brillar, encabezando una revolución —susurró, dejándome sumamente sorprendido—. Porque todavía no quieren matarme, quieren que muera solo cuando hayan acabado de desquitarse conmigo.
            —Yo… Quiero hacer algo por ti…
            —Ya haces más por mí de lo que han hecho jamás, DongHo —susurró—. No hace falta que hagas más… Solo quédate a mi lado y no intentes levantarte jamás.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Y Así, el Tigre se Enamoró de la Princesa

Y Así, el Tigre se Enamoró de la Princesa


É
rase una vez, en un reino muy lejano, una bella y joven princesa levantaba pasiones entre todos los príncipes de los alrededores del reino. Su nombre era Ren y tenía la piel tan blanca como la nieve. Su cabello largo del color del oro contrastaba con el tono oscuro que tenían todos los lugareños. Esto era debido a que entre sus antepasados se encontraban los que llamaban Gentes del Oeste.

Por eso, ella era tan hermosa y tan especial. Por esta misma razón era cortejada por los príncipes de todos los reinos cercanos. Entre estos se encontraban JongHyun, príncipe del reino del Sur; MinHyun, del reino del este y Aron, del reino del Oeste.

Sin embargo, la joven princesa aún era demasiado joven como para pensar en quién sería su futuro marido. Apenas contaba con ocho años de edad, todavía era una niña a la que le encantaba jugar y disfrutar del mundo que la rodeaba, sin obligaciones.


Un día, la joven y bella princesa paseaba por el bosque que lindaba con las Tierras Desconocidas de más allá de la frontera Norte con su nodriza y varios guardias de Palacio, cuando encontraron una pequeña cría de tigre de Bengala. Los adultos se extrañaron muchísimo, puesto que por aquellas tierras no era común encontrarse con estas criaturas y se pusieron en guardia. Sin embargo, la princesa quedó encandilada con el pequeño animal y no paró hasta que consiguió que la dejaran llevársela.

La cría estaba muy malherida, por lo que Ren la tomó delicadamente entre sus pequeños brazos y la acunó durante todo el camino a casa, haciendo caso omiso a quien se interponía en su camino y le advertía sobre lo peligrosa que sería aquella criatura.

La joven y bella princesa no entendía cómo podían tratar a aquel pequeño, indefenso y adorable animal como un monstruo.


Así que, lo cuidó. Cuidó al pequeño animal hasta que este estuvo completamente recuperado, sin ninguna herida; sano y fuerte, como debía ser antes de que ella lo encontrara.

Sin embargo, cuando se dispuso a dejarla ir, en libertad y con los suyos, no pudo hacerlo. Los ojos tristes de la pequeña criatura no la dejaron tomar esa decisión. Así que, sin que nadie pudiera detenerla, tomó fuertemente a la cría de tigre de Bengala entre sus brazos y la llevó de nuevo consigo.

–Te llamaré BaekHo –le susurró al animal y este ronroneó de acuerdo con su nombre.


Los años pasaron rápidamente y Ren jugaba, aprendía y pasaba todo el tiempo con aquella pequeña cría de tigre de Bengala, que fue creciendo rápidamente. Tan rápidamente, que los guardias siempre estaban observando al animal, por si algún día intentaba hacerle cualquier tipo de daño a la princesa.

Pero el tigre nunca le haría daño a la princesa, a su princesa, porque ella era lo que más apreciaba en este mundo.


Un día, cuando la princesa Ren ya había cumplido la edad acordada por sus padres para su matrimonio, llegaron los príncipes que la pretendían a Palacio.

La princesa paseaba por los hermosos y grandes jardines del lugar, escoltada por BaekHo, su guardia más leal, cuando uno de los tres pretendientes, el príncipe del Sur, se presentó ante ella.

–Permítame presentarme, señorita –comenzó–. Mi nombre es JongHyun y soy el heredero del reino del Sur, ¿puedo acompañarla en su paseo?

Ren dudó durante unos momentos, momentos que fueron aprovechados por BaekHo para interponerse entre ambos, gruñéndole al desconocido y sobresaltándolo.

–Tranquilo, BaekHo –le susurró la princesa al tigre–. JongHyun no va a hacerme daño, ¿no es cierto, príncipe? –el chico que estaba ante ella, moreno y de ojos vivaces, negó con la cabeza y ella sonrió de una manera encantadora–. Entonces puede acompañarme en mi paseo. Mi nombre es Ren, aunque sospecho que ya lo sabe.


Situaciones parecidas a esta se fueron dando a lo largo de los meses en Palacio. Adonde quiera que fuera, la princesa siempre era interceptada por alguno de los tres pretendientes que se ofrecían a acompañarla a cada lugar al que fuera.

Ren, que siempre había sido una joven con algo de carácter, y aunque al principio intentó sobrellevarlo como bien pudo, tras algo de tiempo en esta situación, comenzó a rebelarse contra la autoridad de sus padres, el rey y la reina, y contra sus obligaciones como princesa huyendo de todo, alejándose de Palacio con la única compañía de su tigre, a veces incluso por un día entero.


La puerta de la habitación de la princesa Ren se abrió de golpe y azotó la pared con fuerza mientras la chica entraba a ella hecha un mar de lágrimas. BaekHo alzó la cabeza de la cama sobre la que estaba echado y luego se dirigió hacia su princesa, para darle su apoyo.

Ren se sentó sobre el frío y duro suelo de piedra y se dejó mimar por su tigre.


La situación a medida que pasaba el tiempo cada vez fue a peor y la princesa no paraba de llorar y llorar. BaekHo no podía soportar ver a su pequeña princesa en aquel estado, por lo que cuando alguno de los tres pretendientes se acercaba a ella se interponía en sus caminos. Sin embargo, esto solo empeoró aún más si cabe el problema.

Tras la acusación de los príncipes, los guardias se llevaron a BaekHo lejos de la princesa y por más que esta lloró y lloró, no pudo hacer nada por detenerlos. Así, el tigre de Bengala acabó encerrado en una jaula y vendido a una vieja bruja en el mercado de la ciudad.


Pasaron los días, y aunque la vieja bruja era agradable con el tigre, este sentía que le faltaba su princesa y estaba muy triste. Apenas comía y tampoco se movía, solo miraba a lo lejos y recordaba a su princesa.

Así que, la vieja bruja, un día se acercó a BaekHo y le preguntó por qué era tan infeliz. El tigre era incapaz de contestarle en voz alta, así que se limitó a señalar con la cabeza el Palacio y la arrugada mujer, entendió lo que le sucedía.

–¿Echas de menos el Palacio? –preguntó y BaekHo asintió–. ¿Qué te parecería que te concediera un deseo?- el tigre volvió a asentir–. ¿Te gustaría convertirte en humano para poder ayudar a tu princesa? –otro asentimiento–. Entonces te concederé tu deseo.


A la mañana siguiente, un joven alto, apuesto y de pelo rubio se presentó en Palacio como el príncipe de las Gentes del Oeste que llegaba a pedir la mano de la princesa Ren.


Durante unos días no pudo saber nada sobre su princesa, sin embargo, BaekHo no desesperó y la buscó en los lugares que solía frecuentar cuando se escapaba con él, cuando estaba en su forma animal y una mañana, la encontró.

Su princesa estaba sentada junto al estanque más oculto de Palacio, observando a los peces de colores nadar. El chico sonrió y se acercó a ella, procurando hacer ruido para advertir de su presencia. Ren se giró hacia él, sobresaltada y abrió sus ojos asombrada.

–¿Quién eres tú? –preguntó.
­–Mi nombre es BaekHo, mi princesa –contestó el chico con una sonrisa.
–¿BaekHo? –dijo extrañada, pero sus ojos comenzaron a brillar–. Ese nombre…
–Este nombre es un regalo de una persona muy importante para mí –dijo él
–¿Quién?
–Hace muchos años, una pequeña niña de pelo largo y rubio me cuidó cuando estaba herido y me llamó así.

La princesa no podía salir de su asombro. No podía creerlo. Aquello debía ser una broma muy pesada de aquel chico desconocido que a la vez le era tan familiar.

–¿Cómo me ha encontrado aquí? –preguntó ella para intentar asegurarse de que sus pensamientos estaban equivocados.
–Le gusta venir aquí a esconderse de todo, a pensar y a observar a los peces de colores.
–¿Cómo…?
–Llevo a su lado muchos años, mi princesa.

Una sonrisa sincera en los labios del chico fue lo que hicieron a la princesa Ren avanzar hasta él para abrazarlo. Esta simple acción le hizo confirmarlo todo. La persona que estaba allí era su BaekHo, su tigre, aunque pudiera parecer completamente imposible.

–¿Cómo? –volvió a preguntar.
–Tendremos mucho tiempo para eso –murmuró el chico, apretándola fuertemente entre sus brazos.
–¿Por qué dice eso?
–Porque he venido como su pretendiente, princesa.
–¿De verdad? –preguntó Ren mirándolo a los ojos, con los propios brillando por la emoción.
–De verdad –contestó BaekHo antes de que ambos se fundieran en otro abrazo.



Y así fue como el Tigre se enamoró de la Princesa.


sábado, 3 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 10
El partido de Fútbol


   Y el día del partido de fútbol llegó. Todo el instituto era un hervidero. La gente iba y venía por todas partes, siempre pasaba lo mismo. Me había decidido a hablar con BaekHo y aclararlo todo, pero no sabía como hacerlo, tenía mucho miedo de su reacción. Yo lo había estado engañando y sabía que eso no me lo podría perdonar, pero yo sólo quería aclarárselo todo, eso era lo único que quería, no esperaba nada más. Sabía que BaekHo no podía seguir queriéndome después de todo lo que yo le había hecho, pero sólo quería arreglar las cosas.

   Me senté en las gradas, junto a Rose y a mi vecina, que se había acoplado a ver el partido de fútbol, ya que decía que ahí iba a pasar algo importante. Pero no iba a pasar nada más que se jugaría un aburrido partido y ganaría un equipo u otro. MinHyun y Aron estuvieron unos minutos con nosotros antes de empezar, intentando quitarse los nervios, y cuando los llamaron, salieron corriendo hacia la pista. JR me saludó con la mano cuando salió al campo y sonrió, estaba muy confiado en lo que haría, como siempre, y BaekHo… BaekHo…

   -What!!??- gritó Rose tan fuerte que casi provoca una avalancha en el Himalaya.
   -Tampoco es para tanto- murmuré.
   -¿Qué no es para tanto? Ren, mira bien- me cogió la cara y me la giró hacia la dirección en la que estaba BaekHo- cómo me digas que no es para tanto otra vez te llevo al óptico a que te gradúen la vista, porque estás cegato.
   -A ver, él sólo se ha quitado el tinte rubio y ahora está moreno, no ha pasado nada más- contesté.
   -Claro que ha pasado algo más, ha abandonado su condición como pandillero- dijo Rose muy alarmada.
   -¿Y?- pregunté sin entender.
   -Ren… yo… de verdad… ¿cómo puedes ser tan lento?
   -Es que no pillo lo que quieres decirme- y mientras nosotras hablábamos el partido había comenzado y todos estaban como locos apoyando a los dos equipos a que se partieran las piernas con tal de ganar.
   -Quiero… bueno, intento decirte que algo ha cambiado en BaekHo.
   -Sí, su color de pelo.
   -Babo- me pegó en el hombro- ¿es que no lo entiendes? Esto puede ser una oportunidad para ti- abrí los ojos desmesuradamente- puede que intente darte a entender que quiere hablar contigo y arreglar las cosas.
   -¿Y todo eso lo sacas porque se ha cambiado el color del pelo, Rose?- dije incrédulo, era muy raro lo que me estaba diciendo.
   -Yo sólo te digo que a lo mejor tienes una oportunidad de arreglarlo todo hoy.
   -No digas tonterías, Rose.
   -No son tonterías, es sólo algo que creo que puede ser posible- me cogió las manos y me las apretó fuerte- no quiero que te rindas, tú me ayudaste con Min… ahora yo quiero que por lo menos puedas hablar con BaekHo y lo arregles todo- asentí. Rose sólo intentaba ayudar.

   De repente, un “GOOOOOOOL” se extendió por la pista y Rose y yo nos giramos para ver cómo MinHyun corría como loco y la señalaba dedicándole el tanto que acababa de marcar.

   -Ése es mi hombre…- suspiró ella y yo sonreí- pero esto no quita lo que te estoy diciendo.
   -Lo sé, lo sé, intentaré arreglarlo hoy, ¿vale?
   -No me vale hasta que no me lo prometas- dijo inflando sus mejillas, haciéndola parecer un hámster.
   -Pareces un hámster- se lo dije y frunció el ceño.
   -No me cambies de tema jovencito- contestó ella como una madre.
   -Vale, vale, te lo prometo…

   Otro gran estruendo, con gritos de “TOMA, TAMBIÉN HEMOS MARCADO” y “GOOOOOOL” anunciaron que mi anterior instituto había marcado, y quien lo había hecho era JR, que me mandó un beso desde la pista, dejándome un poquito en estado de shock. Rose me sacó de él volviendo a la conversación que manteníamos.

   -Lo harás en cuanto acabe el partido- dijo.
   -¿Tan pronto?
   -O es ahora o nunca.
   -JR va a morir- dijo de repente JieHee.
   -¿Qué dices, loca?- preguntó Rose.
   -Mirad- y señaló el campo de fútbol.

   JR estaba tirado en el suelo y BaekHo a su lado, de pie, y amenazante, con una cara de mala hostia impresionante. JR se levantó y fue hacia él, pero el otro, antes de que llegara a un metro de distancia, lo tumbó en el suelo de un puñetazo. Todos los jugadores de ambos equipos intentaban detener eso que acababa de empezar.

   -¿Qué ha pasado?- susurré, mi corazón latía a mil por hora, todo me estaba comenzando a dar vueltas.
   -Ha sido después de que JR te lanzara el beso, BaekHo le ha hecho una entrada dura… y lo demás ya lo has visto- contestó mi vecina.
   -Serán idiotas.

   Casi sin darme cuenta, corría gradas abajo, saltando varios escalones de una sola vez, todo para llegar lo más rápidamente posible al lugar del conflicto. Atravesé la pista corriendo como un poseso. Llegué hasta allí justo antes de que se volvieran a pegar de nuevo y me coloqué en medio de ambos.

   -¿Pero qué os pasa?- grité.
   -Éste gilipollas se cree que tengo algo contigo y se ha lanzado a romperme las piernas- contestó JR limpiándose la sangre del labio con la mano. Me giré hacia BaekHo y él sólo volvió el rostro.
   -No tengo nada con él- murmuré.
   -Escuché cómo te le declaraste en la azotea- contestó él- y os vi abrazados- abrí los ojos como platos. ¿Estaba intentando dar a entender que eso lo había molestado, que estaba celoso?
   -No tengo nada con él- volví a decir.
   -¿Y por qué te lanzó un beso?- preguntó muy alterado.
   -Y yo que sé- contesté perdiendo los nervios- no estoy en su cabeza para saber por qué motivo hace las cosas- noté cómo JR apoyaba su cabeza en mi hombro y el cambio en el rostro de BaekHo, que además de furia reflejaba decepción.
   -Quiero aclarar que no soy gay- dijo JR muy calmado- sólo quiero recuperar a mi amigo.
   -¿Mandándome besos?
   -He notado cómo este bruto te mira, quería jugar- murmuró.
   -JR…- comencé- deja mis asuntos, no tienes ningún derecho a…- no me dejó acabar.
   -Lo sé, lo sé- y se fue con sus compañeros, todos los demás nos miraban como esperando algo, pero BaekHo y yo sólo nos sosteníamos la mirada, ambos un poquito cabreados.
   -DongHo- llamó nuestro tutor- sal ahora mismo del campo de fútbol, estás expulsado del partido- BaekHo apartó su mirada de mí y comenzó a irse- Aron, tú serás el capitán lo que queda de partido- lo escuché decir antes de salir tras el chico.
   -Espera- dije, pero no me hacía caso, así que corrí tras él hasta darle alcance- espera- me puse frente a él bloqueándole el paso.
   -Aparta.
   -No.
   -Aparta.
   -Quiero hablar contigo- dije.
   -Yo no.
   -Quiero arreglar las cosas.
   -Un poco tarde, ¿no?- preguntó sarcástico.
   -No lo creo- contesté muy seguro de mí mismo, no había estado tan seguro de mí mismo desde hacía bastante tiempo- no creo que este ataque de celos sea por nada.
   -Te lo advierto- dijo caminando amenazante hacia mí- no me toques las pelotas.
   -Quiero decirte que sé que estuvo mal, que nunca debí engañarte, que debía haberte dicho que era un chico desde el principio, que no debía haberte dado esperanzas, que yo no quería enamorarme de nuevo como un tonto y tú hiciste que así fuera, dejándome sin aliento y sin razón cada vez que estábamos juntos- comencé a decir- también, que sólo quiero que sepas que lo siento, que fui un capullo, que me he comportado fatal contigo, que me merezco tu odio, que me aborrezcas para siempre y que no me mires más a la cara, pero es que… me he dado cuenta de que estando a tu lado yo era como hacía tiempo, como la persona que era antes, alguien alegre y despreocupado… alguien que comenzó a enamorarse de ti casi sin darse cuenta y que cuando te perdió me odié por ello, porque yo te había fallado y… y… lo siento muchísimo… no espero que me perdones, sólo espero que sepas que no lo hice con mala intención o con ánimos de hacerlo mal, yo sólo quería cambiar mi antigua vida y empezar una nueva, tú te cruzaste en mi camino y cometí la gilipollez enorme de enamorarme y no decirte que era un chico… y… sé que me estoy repitiendo… pero quiero que te quede claro que…
   -Basta- murmuró- ya basta- su voz estaba quebrada.
   -Lo siento mucho, BaekHo… lo siento mucho, siento muchísimo lo mal que te lo he hecho pasar, siento…
   -He dicho que pares- avanzó hacia mí y me abrazó fuertemente- para, por favor- sentí sus lágrimas caer sobre mi hombro- para…
   -BaekHo…- susurré.
   -No hables…

   Rodeé su cuerpo con mis brazos y lo apreté fuertemente contra mí, mientras lo oía sollozar. Pasé mis manos por su espalda, por su cuello, por su pelo, intentando calmarlo, intentando que dejara de sufrir por mi culpa, intentando quedarme en sus brazos para siempre. Estuvimos mucho rato así, la verdad, no supe cuanto, pero cuando BaekHo comenzó a retirarse, sentí un gran vacío en mi corazón. Él se secó las lágrimas y me miró fijamente a los ojos.

   -Te perdono- susurró.

   Mis oídos no podían dar crédito a lo que escuchaban. Después de todo, ¿me perdonaba? No me lo podía creer y mi cara lo reflejó perfectamente.

   -Créelo- susurró- te perdono, te perdono porque has tenido el valor de enmendar tu error, porque te has plantado frente a mí y no has tenido miedo a escuchar que te odiaba, pero también te perdono… porque no sé exactamente cómo puede ser posible… pero te sigo queriendo- abrí los ojos como platos- no sé si esto me convierte en gay o qué… pero lo que sí sé, es que no quiero estar sin ti.
   -¿Lo… lo… dices en… serio?- pregunté temeroso.
   -Muy en serio, y, me gustaría comenzar otra vez- me lancé a sus brazos sin pensarlo al oír esas palabras- ¿eso es un sí?- preguntó.
   -Sí- BaekHo me cogió el rostro y me dio un suave beso en los labios, apenas un roce, pero que me hizo infinitamente feliz.
   -Te quiero- susurró contra mis labios.
   -Yo también te quiero.





viernes, 2 de noviembre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 9
De Todo Lo Que Huía


   -¿MinKi?¿Choi MinKi?- preguntó.
   -¿JR?
   -No puede ser…- se acercó a mí- ¿qué te has hecho en el pelo?- me tocó el flequillo y cogió un mechón delicadamente- estás raro, no te había reconocido.
   -Es bueno volver a verte- murmuré.
   -Por supuesto que sí- sonrió- llevábamos mucho tiempo sin vernos, no sabía dónde te habías metido, simplemente desapareciste.
   -Necesitaba un cambio de aire- contesté intentando esquivar adónde me llevaría esa conversación- ¿por qué estás aquí?
   -Oh, eso, es verdad- pasó un brazo por mis hombros- pues comienza la temporada, así que a partir de ahora me verás mucho por aquí.

   Después del encuentro salí corriendo para mi casa y no paré hasta llegar a ella. Nada más entrar, llamaron a la puerta y supuse que sería mi vecina, así que le abrí. Y no me equivocaba. Allí estaba ella, con unos cuantos de folios en una carpeta y miles de lápices y cosas así para dibujar.

   -Rose me ha dicho que has sido tú el que le ha enviado de regreso a MinHyun oppa, así que cuéntamelo todo- dijo.
   -Creo que hay otra cosa todavía más importante que debería contarte- dije.
   -¿Más importante que lo de que Rose ha vuelto con su chico?- preguntó.
   -Mucho más…

   Y al final acabamos esa noche de reunión de chicas en casa de mi vecina, ya que mis padres, por una vez estaban en casa, y allí no se podía hablar con tranquilidad.

   -¿Qué fue lo que pasó?- preguntó Rose desde la pantalla del ordenador. No la habían dejado salir de casa, así que la teníamos en videollamada por Skype.
   -Me encontré con JR.
   -Oh my God!- dijo ella.
   -Esto se pone interesante- murmuró mi vecina.
   -¿Dónde?- dijo la otra sin hacer caso a JieHee.
   -En el instituto.
   -¿Y qué hacía allí?
   -Comienza la temporada de fútbol- dije.
   -Esto se pone mal- murmuró ella- JieHee, ¿tú que piensas?
   -Que mi manga se está poniendo cada vez más interesante.

   Pasé todo el fin de semana de un humor de perros. ¿No tenía ya bastante con intentar arreglar lo de BaekHo? No, ahora tenía un problema más. La puñetera temporada de fútbol entre institutos tenía que empezar justo en este momento. Y lo peor de todo era que ahora tendría que lidiar día sí y día también con JR, ya que jugaban el fin de semana siguiente y tenían que entrenar en mi instituto, como siempre hacían.

   Me esperaba una semana infernal, lo sabía, pero… ¿qué podía hacer?

   El lunes, nada más entrar, volví a encontrarme con JR. ¿No tenía vida social o qué? ¿Tenía que estar a todas horas en mi instituto toda la semana? Que fuera el capitán del equipo de fútbol hacía que durante la temporada, perdiera varias semanas de clase por eso de organizar las cosas, así que, no podía extrañarme que lo viera día sí, día también rondando por mi instituto.

   JR me saludó y se acercó a mí. Comenzó a parlotear acerca del partido, de lo duro que iba a ser, de lo bien que jugaban los chicos de mi instituto, casi ni me deja a ir a clase cuando el timbre sonó insistentemente.

  -Nos vemos en el almuerzo- dijo despidiéndome en la puerta de mi clase.

   Cuando entré a la clase me llevé miradas de odio y de asco de la mayoría, pero pasé de ellos y me dirigí a mi asiento. Escuché de fondo los cotilleos de las chicas, no les hice mucho caso, pero al escuchar el nombre de BaekHo, puse la oreja.

   -¿Lo habéis visto? No han pasado más que un par de semanas y ya está echándole el lazo a otro pobre inocente- decía Alice.

   -Habrá que advertirlo, ¿no creéis?- siguió Ara.
   -Pobre BaekHo… ahora que parecía más humano…- comentó Lime.
   -Si es que es un putón- terminó YooYoung.

   Me estaba revolviendo en mi asiento después de escuchar eso, y estaba a punto de levantarme cuando vi que BaekHo se acercaba a ellas y pegaba un puñetazo en la mesa en la que estaban reunidas, asustándolas. Después, se agachó y les dijo algo que no pude escuchar, pero que pareció asustarlas todavía más.

   A la hora del almuerzo, JR me esperaba en la puerta de la clase, junto con Rose. MinHyun y Aron salieron detrás de mí y pusieron mala cara al ver al nuevo acoplado al grupo. Nos dirigimos a la cafetería y levantamos las miradas de todos, los cuchicheos y los cotilleos, pero acostumbrados a eso cómo estábamos, pasamos de todos. Nos sentamos en una mesa, y fue allí dónde JR preguntó qué pasaba.

   -Sería bueno que no te juntaras con nosotros- dijo MinHyun, parecía que no le hacía mucha gracia que JR estuviera con nosotros.
   -¿Por qué?
   -Son cosas que no te interesan- contestó Aron.
   -No seáis así- regañó Rose.
   -No importa, no pasa nada, sino es asunto mío no preguntaré más- dijo al final JR, y la conversación del almuerzo se volvió algo más agradable desde ahí, pero todos seguían estando tensos.

   Durante toda la semana estuvimos así. JR no quería separarse de mí ni un momento, y los cotilleos y rumores se extendieron como la espuma. El jueves ya no pude aguantar y exploté. Estaba muy harto de que todo lo que hiciera fuera motivo para que todos hablaran de mí y encima, el que JR estuviera a todas horas pegado a mí me daba muy mala espina.

   Salí de la clase después de soltar varias barbaridades por mi boca y dejar asombrados a todos por la mala leche que me podía gastar cuando me tocaban las pelotas. Me encontré por los pasillos con BaekHo y pasé de él olímpicamente bufando, no quería verlo en esos momentos, estaba demasiado cabreado. Comencé a subir y a subir y al final llegué a la azotea casi sin darme cuenta. Atravesé el lugar y me apoyé contra la valla metálica.

   Suspiré e intenté tranquilizarme, pero no podía. Me giré y agarré la valla fuertemente con mis manos. Qué fácil sería escalar esa valla y acabar con todo, pero sabía que eso sería echar por la borda todo lo que había conseguido, y también, decepcionar a todos los que me habían estado apoyando. Escuché la puerta abrirse y me giré rápidamente. Allí estaba JR.

   -Vete- susurré y me volví a girar.
   -¿Qué es lo que está pasando?- se acercó.
   -¡FUERA!- grité.
   -Sólo quiero saber qué es…- no lo dejé terminar.
   -Tú, te fuiste de mi lado cuando todos me odiaban, tú, que eras mi mejor amigo, la persona que yo amaba, me dejaste de lado, tú…- no pude continuar, las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas sin que yo quisiera detenerlas, últimamente me daba lo mismo que me vieran llorar, estaba cansado de todo. Noté cómo JR me rodeaba con sus brazos y me acercaba a él.
   -Lo siento- susurró- yo… estaba muy asustado… cuando todo pasó… no sabía cómo tratarte… ni cómo hablar contigo… yo… lo siento…
   -Déjalo, ya no importa.
   -¿Qué es lo que ha pasado?- preguntó acariciándome el pelo.
   -He vuelto a hacer el gilipollas otra vez- contesté.
   -Te ayudaré- me separó para mirarme a los ojos.
   -No, ni se te ocurra- dije- ¿sabes que ya estás metido en todos los cotilleos? No quiero involucrarte más.
   -Tú siempre intentando arreglarlo todo solo- comentó- nunca dejas que la gente te ayude en nada.
   -Ahora tengo a gente que me ayude- contesté y me separé de él secándome las lágrimas- me alegro de que me hayas pedido perdón y de que quieras ayudarme, pero no hace falta.
   -MinKi…- me alcé un poco y le di un beso en la mejilla.
   -No te vuelvas a acercar a mí- me despedí sonriendo- soy una mala influencia.
   -Pero yo quiero volver a ser tu amigo- me intentó detener, pero me zafé de él.
   -Y yo- contesté- pero poco a poco.
   -Está bien- murmuró y yo salí de allí, más tranquilo, y con varias cosas claras.

   La primera, ya no le guardaba ningún rencor a JR, y segunda, me costara lo que me costase iba a aclarar las cosas con BaekHo, sí o sí.


lunes, 29 de octubre de 2012

Love Outside Logic



Capítulo 8
Tú para mí, No Existes


   BaekHo se separó bruscamente de mí y me miró con los ojos como platos. Me incorporé de la mesa, respirando entrecortado e intentando que de mi boca saliera alguna explicación coherente, pero no podía articular palabra.

   -Tú…
   -BaekHo… yo… sólo…
   -Tú…
   -BaekHo… yo… te quiero…
   -¿¡Crees que soy gilipollas!?- me gritó.
   -Baek…- me intenté acercar pero se apartó.
   -¿Con quién hiciste la apuesta de que podías seducirme? ¿Eh? CONTESTA.
   -Yo… no…
   -Eres un maldito…- se mordió el labio inferior, noté como sus ojos comenzaban a ponerse húmedos- tú…- me señaló- tú para mí, no existes…

   Y salió de allí. Intenté seguirlo, pero mis piernas se habían quedado ancladas al suelo y no podía moverme. Sin siquiera haberme percatado de lo que pasaba, noté cómo las lágrimas caían de mis ojos y acababan resbalando por mis mejillas. La fuerza que me hacía estar en pie, me falló y acabé en el suelo, de rodillas, tapándome la cara con las manos.

   No sé cuanto tiempo estuve allí, tampoco me importaba, sólo sé que en algún momento, alguien entró al lugar y se agachó a mi lado.

   -Ren… cariño…- susurró- y pude notar que era Rose- vamos, levanta- intentó alzarme del suelo- lo mejor será que nos vayamos de aquí.
   -Rose…- susurré con la voz ronca- él…
   -Vamos a casa…- al final consiguió levantarme- vamos a casa…

   Me pasé llorando toda la tarde sobre el regazo de Rose, mientras ella me acariciaba el cabello e intentaba animarme. JieHee también vino y las dos aunaron esfuerzos, pero nada era capaz de calmarme. Yo, que era una persona fría que no mostraba mis sentimientos ante nadie, había cambiado en este breve período con BaekHo, y ahora no me importaba llorar y llorar, sacando todo lo que tenía dentro.

   Al día siguiente no fui al instituto, ni al otro. Me pasé una semana encerrado en casa, llorando y maldiciéndome a mí mismo por ser tan gilipollas. Pero no podía seguir así, y JieHee me lo hizo saber una tarde.

   -Tienes que volver.
   -No puedo.
   -Tienes que volver sí o sí- contestó ella.
   -No- mi vecina suspiró cansada.
   -¿Sabes lo que está pasando?- negué- le están haciendo la vida imposible a Rose- abrí los ojos sin poderme creer lo que decía la chica- MinHyun cree que lo estaba engañando contigo y la ha dejado, y las chicas de su clase le hacen el vacío, la única persona que no la ha abandonado ha sido su hermano, porque tú estás aquí llorando, y ella está siendo fuerte.
   -Pero… ella no… ha dicho… nada… no me ha dicho… nada…
   -No quería preocuparte, necesitabas todo el apoyo posible- contestó ella.
   -Pero ella también necesita apoyo- dije y me levanté rápidamente- tengo que volver.
   -Así me gusta.

   Al día siguiente me vestí, como hacía siglos que no lo hacía. Me puse mi ropa de chico, recogí mi pelo en una coleta y salí de casa. Al llegar al instituto, todos me miraban, pero no me importaba, yo sólo quería encontrar a Rose. La vi junto a Aron en un pasillo, alejados de todo y me acerqué a ellos.

   Me abracé a ella fuertemente y no la solté durante un buen rato. Noté cómo comenzaba a estremecerse y a hipar bajito.

   -Estoy aquí- susurré pasando las manos por su espalda- estoy aquí.
   -Gracias.

   Ese día fue muy difícil para mí. Mis compañeros de clase me miraban mal y cuchicheaban cosas sobre mí y sobre Rose. Tampoco ayudaba que el pupitre de delante estuviera ocupado por MinHyun y el de detrás por BaekHo. Me sentía odiado, si no hubiera sido porque Aron me daba apoyo silencioso cada vez que nuestras miradas se encontraban, no hubiera aguantado hasta el almuerzo.

   Y mis días pasaron así. Con odio por parte de todos menos de Aron y Rose. Intenté acercarme a BaekHo para explicarle las cosas, pero siempre que me dirigía a él, me evitaba, así que lo di por perdido por el momento. Tenía que calmarse todo para que él me volviera a escuchar. Intenté hablar con MinHyun, pero pasaba exactamente igual que con BaekHo. Ninguno me escuchaba.

   Una semana después, me cansé de todo, y llegué a clase antes que nadie, ya que sabía que MinHyun llegaba el primero siempre. Cuando él entró, y me vio allí, intentó huir, pero no lo dejé, tenía que enfrentarme, sí o sí, y lo haría en ese momento.

   -MinHyun- llamé- tengo que hablar contigo.
   -Pues yo no tengo nada de qué hablar contigo- contestó frío.
   -Es sobre Rose.
   -Si es para decirme que me estabais engañando como a un bobo, te lo puedes ahorrar, ya lo sé- intentó irse pero lo detuve.
   -Si la quieres, tienes que confiar en ella.
   -Confié y me engaño… contigo, encima- dijo cabizbajo.
   -No es eso…
   -Estabais liados, a mí no me vengas con rollos- me gritó.
   -No- lo agarré del brazo- no es nada de lo que piensas.
   -Pues dime qué es entonces- se cruzó de brazos de forma protectora tras soltarse de mi agarre.
   -Ella sabía que yo era un chico…
   -Y te estaba ayudando a conquistar a BaekHo, ¿no?
   -¡NO! NADA DE ESO- grité exasperado y con las lágrimas a punto de salir de mis ojos, pero las contuve- yo quería intentar ser una chica en este instituto, y ella me ayudó no diciéndoselo a nadie- inspiré hondo- yo, soy gay, y en mi anterior instituto me trataron mal por esto- conté- ella sólo me apoyó para que fuera feliz.
   -¿Y BaekHo?
   -Llevaba tiempo intentando decírselo, pero nunca podía, me daba miedo- dije sincero.
   -¿Aron?
   -Aron se enteró cuando todos.
   -Yo creo que él lo sabía de antes, también es gay, y si estaba tanto tiempo junto a ti, debía intuirlo- dijo.
   -¿Entonces?- pregunté, ya que estaba cambiando de tema- ¿Rose?
   -No sé qué hacer con respecto a ella.
   -Habla con ella- dijo una voz a nuestras espaldas, nos giramos, y resultó ser Aron- ella quiere explicártelo todo.
   -¿Dónde está?
   -En la azotea.

   Y tras escuchar esto, MinHyun salió de la clase. Aron se acercó a mí y me rodeó con sus brazos, me abracé a él y suspiré cansado.

   -¿Estás bien, princesa?- preguntó.
   -Por mi culpa todo está del revés- dije.
   -Todo se arreglará- prometió.
   -Eso espero.

   Cuando fuimos a almorzar, Rose se lanzó encima de mía gritando felizmente y me abrazó muy fuerte.

   -Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias- no paraba de repetírmelo- muchísimas gracias.
   -Es lo menos que podía hacer.

   Después de las clases, Rose, MinHyun y Aron se fueron juntos para celebrar que todo estaba bien de nuevo. Me invitaron a ir con ellos, pero sentí que allí sobraba, así que decliné la oferta.

   Salía del edificio cuando por el rabillo del ojo vi a alguien con un uniforme, el uniforme de mi anterior instituto. Intenté esconderme en algún lugar para que quien pudiera ser no me viera, pero no pude hacerlo a tiempo y el chico se giró y me vio. Abrí los ojos como platos.

   -¿MinKi?¿Choi MinKi?- preguntó.
   -¿JR?


jueves, 25 de octubre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 7
Babo

   -Babo, babo, babo, babo…- no paro de repetirme eso desde que llegué a casa de Rose, bueno, desde que BaekHo me trajo hasta allí y como despedida me dio un beso en los labios tan dulce que aún podía sentir incluso su contacto.
   -No lo eres- comentó JieHee- sólo te has dejado llevar por tus sentimientos y no por tu razón.
   -La última vez que hice eso salió fatal- contesté- y esta vez será exactamente igual.
   -Pesimista- dijo Rose.
   -Aguafiestas- siguió JieHee.
   -¿Qué?- pregunté sin comprender- ¿por qué? Yo sólo digo lo que va a pasar- Rose se acercó a mí y me abrazó.
   -Porque una vez pasara algo mal, no tiene por qué ser igual esta vez- dijo- intenta disfrutar de esta nueva oportunidad de enamorarte.
   -Eso, déjate llevar- coincidió mi vecina.

   Tenía que reconocer que nada más llegar estaba de los nervios y martirizándome, pero que una hora después estaba más tranquilo gracias a las palabras y las muestras de cariño de las dos chicas. Definitivamente, él ahora no estaba solo para afrontarlo todo, ya que la última vez, JieHee, no le hizo mucho caso.

   -Y ahora- dijo JieHee sacándome de mis pensamientos- cuéntanoslo todo.

   Suspiré cansado… no había nada qué hacer con aquella chica.

   Ese fin de semana no vi a BaekHo, no habíamos quedado, así que, no nos vimos. Ese tiempo me sirvió como reflexión y para calmarme. Todo había sido demasiado genial y maravilloso y todavía tenía la cabeza en otra parte. También no sabía que hacer exactamente con el problema de mi condición. Yo era un chico, pero él creía que yo era una chica. Y por último, ¿cómo debía comportarme con él ahora?

   Las dos cuestiones existenciales se resolvieron ese lunes, cuando lo vi aparecer por el pasillo.

   BaekHo, nada más verme, sonrió y se acercó a mí muy feliz. Me dio un beso en la mejilla y luego me pasó su brazo por mis hombros atrayéndome a él, no con fuerza, pero sí con firmeza.

   No podía defraudar a una persona como él diciéndole que lo había mentido. Y mis acciones con él, debían de ser igual que las suyas conmigo, para que no pensase que no me gustaba, porque sí, después de todo el fin de semana analizándome dos locas, los tres llegamos a la conclusión de que me había enamorado de BaekHo perdidamente, tal y como lo hiciera hacía un año con J.R.

   Y pasaron mis días con BaekHo muy rápidamente. Él era muy amable, atento y cariñoso, y yo intentaba por todos los medios volver a ser la persona alegre que era antes, y lo estaba consiguiendo, con él y los demás a mi lado.

   Todos en el instituto ya sabían de mi relación, ¿Por qué? Pues porque BaekHo era considerado un pandillero y que una chica se hubiera fijado en él y no estuvieran saliendo por coacción, era motivo de cotilleo para todo el mundo. Incluso para los profesores, ya que el tutor me llamó un día a su despacho.

   -MinKi- dijo- ¿estás seguro de todo?- me preguntó.
   -Sí.
   -¿Le has contado ya a DongHo que realmente eres…?- dejó la frase a medias por si alguien pudiera escucharnos.
   -No… pero…- no me dejó acabar la frase.
   -Minki, yo no quiero ser el malo de la película, pero, está mal hacerle eso, él es un buen chico aunque su apariencia no lo demuestre y…- esta vez fui yo quien no lo dejó terminar.
   -¿Cree que no lo sé?- le pregunté algo alterado- ¿cree que no me siento mal? Pero estoy confuso, no sé qué hacer, yo vine aquí determinado a ser una chica hasta las últimas consecuencias, y ahora un chico se enamora de mí, y yo… yo… yo estoy enamorado de él…
   -Está bien- dijo el tutor- no me meteré en tu vida, pero…
   -Intentaré arreglarlo…
   -Eso espero.

   Decir las cosas siempre es más fácil que hacerlas. Llevo un mes saliendo con BaekHo y él todavía no sabe que soy un chico en realidad. Pero no podía hacer nada, nunca podía hablarlo con él, no podía simplemente soltarlo de repente, tenía que ir tanteando el terreno, pero no sabía cómo. Las chicas me ayudaban, pero no tuve oportunidad de hacerlo, y el día llegó.

   -¿Dónde me llevas?- pregunté. BaekHo me había tapado los ojos con mi pañuelo y no sabía a qué lugar me llevaba.
   -Es una sorpresa.

   Llevábamos por lo menos dando vueltas al instituto. Supongo que lo hacía para que no pudiera averiguar dónde íbamos, pero la cosa es que yo todavía no me orientaba bien en ese lugar, así que, daba lo mismo las vueltas que diéramos. De repente se paró, abrió una puerta y me dejó pasar antes que él. Alcé las manos buscando por si había algún lugar con el que pudiera tropezarme. BaekHo me agarró de la cintura con una mano, y con la otra, me quitó la venda que me cubría los ojos.

  -Abre los ojos- susurró en mi oído.
  
   Hice lo que me pedía y vi que estábamos en el aula de música. Había puesto unas cuantas mesas juntas y les había puesto algo de comida, chucherías y otras cosas más, además de algunos refrescos.

   -Vaya…- dije- ¿y esto?- me giré hacia él.
   -Hoy es nuestro primer aniversario- contó- sé que no es mucho…- agachó su cabeza avergonzado- pero… me gasté todo el dinero que tenía ahorrado en la primera cita…- me giré para abrazarlo y lo apreté fuertemente contra mí.
   -Me ha gustado mucho- susurré.
   -¿De verdad?
   -Sí.

   Noté como me abrazaba más fuerte contra sí, tanto que casi me deja sin aire y sonreí, porque, él, era la mejor persona del mundo, la persona que me quería y a la que yo también quería.

   Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda, a la vez que sus labios me daban pequeños besos en el cuello. No pude evitar soltar una especie de gemido ante estas acciones y sentí como sonreía contra mi piel. Pasó de mi cuello a mis labios para besarme dulcemente. Comenzó, entonces, a andar llevándome hacia atrás, hasta que una mesa nos impidió seguir con nuestro avance. Me recostó sobre ella y metió su mano bajo mi camiseta, acariciando mi piel, haciéndome sentir escalofríos por allí por donde paseaba sus manos. Me estaba abandonando a todo cuando sentí que una de sus manos se dirigía a mi entrepierna. Me tensé e intenté apartar su mano… pero ya era demasiado tarde…


domingo, 21 de octubre de 2012

Love Outside Logic


Capítulo 6
La Cita


   Habían pasado tres días desde que BaekHo me dijo que me iba a conquistar. Apenas se acercaba a mí, pero, cada vez que nuestras miradas se encontraban, me sonreía, y hacía que dentro de mí una tormenta de sentimientos comenzara a descargarse. Pero lo peor no era comenzar a intuir que el chico me gustaba, lo peor era saber que a mi “príncipe”, también le gustaba y que el novio de mi amiga, porque sí, ya consideraba a Rose una amiga, muy loca, pero amiga, sentía celos de mí. Mi vida pendía de un fino hilo que yo sabía que algún día se rompería, porque a cada segundo que pasaba, notaba cómo se resquebrajaba cada vez más. Pero yo no podía hacer nada.

   Mis días pasaron muy rápidamente entre todas las preocupaciones y el viernes llegó casi sin que me diera cuenta. Había quedado con las locas en quedarme a dormir en casa de Rose, y esperaba a ésta en la puerta del instituto cuando sentí una mano que me agarraba delicadamente el brazo. Me volví, y allí me encontré a BaekHo, sonriendo tímidamente.

   -Ya está todo listo- me susurró- te importaría pasar la tarde conmigo.

   Abrí los ojos tanto que seguramente podrían salírseme de las cuencas. No me esperaba que fuera tan pronto. No había planeado nada con Rose ni JieHee, de hecho lo íbamos a planear esta noche. ¿Qué podía hacer? ¿Negarme? No, no podía, yo le había dicho que le daba otra oportunidad… pero… tenía miedo de lo que pudiera pasar. No porque BaekHo fuera a hacerme algo, parecía una persona decente, pero… ¿qué pasaría conmigo después de ver lo que me tuviera preparado? La verdad es que durante toda esta semana había estado ansioso y…

   -Ha… ha… había… quedado con… unas… amigas…- conseguí decir mi excusa, que realmente no era una excusa, era la verdad, pero al ver cómo su cara se tornaba triste, mi corazón dio un vuelco- pe… pero…puedo… cancelar… lo…- sonrió ampliamente y yo sonreí también- un momento…- cogí el móvil y le mandé un Kakao a Rose y a JieHee en el grupo que teníamos creado los tres- listo…- dije y él me cogió de la mano.
   -¿Estás lista para todo lo que tengo preparado?- preguntó.
   -No lo sé…
   -Entonces cuando acabemos la velada, espero que sí lo estés.

   Me llevó de la mano todo el camino a Dios sabe dónde. Me gustaba la sensación que me producía su mano apretando suavemente la mía, el calor que me transmitía, la tranquilidad, era muy agradable. No hablamos, sólo nos dedicábamos tímidas miradas de vez en cuando.

   En poco tiempo, llegamos al lugar al que BaekHo me quería llevar. Era un lugar hermoso, tanto que casi se me salen los ojos de las órbitas.

   Una cafetería que parecía muy cara y muy elegante. Estaba ricamente decorada por todas partes. Los suelos de mármol, las paredes pintadas en colores pastel y decorada con maravillosos cuadros y fotografías de vistas y paisajes espectaculares. Las mesas, con manteles bordados con hermosos dibujos. Todo aquello era demasiado.
 Miré al chico a mi lado, que estaba observándome muy fijamente.

   -¿Te gusta?- preguntó. ¿Acaso no veía en mi cara que estaba tan asombrado que eso no podía significar otra cosa más que me gustaba, y mucho?
   -Sí…- susurré.

    Él me sonrió ampliamente y me guió hasta una mesa. Al llegar, retiró la silla por mí, me hizo sentarme y luego me empujó suavemente hacia la mesa, como todo un caballero. Luego, se sentó frente a mí.

   -Me alegro que te guste este lugar, me ha costado bastante encontrarlo- comentó con una sonrisa.
   -¿Por qué haces esto?- pregunté sin más.
   -Por ti- su respuesta me dejó sin palabras y sin aliento- te dije que lo había hecho todo mal y que tenía que conquistarte, así que… aquí estamos.
   -Gracias- susurré avergonzado.
   -No me las des todavía- contestó- hazlo cuando terminemos la cita.

   La palabra cita me dejó descolocado, pero la verdad es que eso es lo que era, una cita, entre un chico y otro chico, porque aunque todos pensaran que era una chica, no lo era. Me sentía muy mal por mentirle a BaekHo, pero no podía decirle nada, no me atrevía.

   La tarde pasó muy rápidamente. Tomamos unos pasteles muy ricos mientras hablábamos sobre nosotros y nos contábamos las cosas que nos gustaban y las que no. Todo era muy agradable. La conversación, el lugar, la comida, la compañía. BaekHo, aunque tuviera la apariencia de un pandillero, y también la personalidad, a veces, me había demostrado anteriormente, y ahora todavía más, que no era lo que aparentaba. Era un chico muy dulce y muy simpático.

   Algo se movía en mi interior diciéndome a gritos que aquello que estaba haciendo con él no estaba para nada bien, pero cada vez que él me miraba o me sonreía, todo pensamiento se iba, dejándome sólo su presencia.

   Salimos de la cafetería después de que BaekHo pagara la cuenta. No me dejó ver cuánto le había costado, pero seguro que había sido una cifra desorbitada. Estuvimos paseando por las calles, cogidos de las manos, y se estaba bastante bien así.

   Tras bastante rato, cuando ya casi estaba anocheciendo, BaekHo se detuvo en un parque y nos sentamos en un banco. El silencio nos envolvió como un manto mientras la noche caía, y un precioso atardecer se vislumbraba a través de las siluetas de los enormes edificios de la gran ciudad.

   -Yo…- susurró de repente el chico a mi lado- me… gustaría decirte algo…- se giró hacia mí. Tenía las mejillas adorablemente teñidas de rojo- llevo mucho tiempo dándole vueltas a cómo decirlo y tengo que hacerlo ya porque se hace tarde y… y tendrás que volver a tu casa, sino tus padres se preocuparán y…- estaba muy nervioso porque no paraba de mover las manos inquietas y dijo todo lo anterior casi sin respirar- me estoy desviando del tema…- suspiró- Ren…- cogió mis manos y las apretó mientras me miraba fijamente a los ojos- me gustaría que aceptaras salir conmigo…

   No sé por qué me sorprendió su confesión, porque ya sabía a qué había ido a la cita, pero aun así, un calor agradable se extendió por mi cuerpo y una sonrisa asomó a mis labios sin que pudiera detenerla.

   Todo estaba mal, nada era lo correcto, pero no podía pensar con claridad, sabía que me iba a arrepentir por todo lo que pasaría después, pero no podía dejar de admirar su rostro, su sonrisa, y tampoco podía para de escuchar sus palabras en mi mente una y otra vez.

   -Sí.