Nothing Matters

Capítulo 1

El Regreso

            El volumen de la televisión de tubo estaba a tope mientras los cinco chicos que estábamos en el salón de la casa de mis abuelos veíamos una película de miedo. Allí estábamos mis dos primos, YiXing y ZiTao, un amigo de mi primo menor, ShiXun[1], MinShuo[2] y yo.

            Nos habíamos repartido entre los dos sofás que había en aquella estancia. Mi primo ZiTao estaba tumbado en uno de ellos, el más grande, abrazando a su amigo como si fuera un salvavidas, mientras que los otros tres nos habíamos tenido que apretar en el pequeño. Podía notar claramente el aliento de MinShuo y su muslo contra el mío, al igual que notaba la mirada disimulada de YiXing de vez en cuando hacia mi amigo.

            Aquellos dos debían comenzar a salir antes de que se me acabara la paciencia y acabara encerrándolos en un cuarto oscuro. Pero parecía que MinShuo no estaba muy interesado en mi primo, porque todas las indirectas que este le mandaba pasaban desapercibidas para él.

            Suspiré y volví mi atención a la película, en la que en ese momento estaban a punto de matar a la chica guapa tonta. Todos estaban metidos en la película, incluso YiXing, cualquier cosa que pudiera hacer seguro que los asustaba hasta morir. Estaba pensando en ello cuando, de repente, el timbre de la puerta sonó.

            Un grito común salió de todos nosotros mientras pegábamos un salto en los sofás. ZiTao cayó al suelo, llevándose a ShiXun con él y MinShuo y YiXing se agarraron a mí como si yo fuera de piedra.

            ―¡Joder! ―gritó ZiTao―. ¿Qué ha sido eso?

            ―Creo que… ha sido el timbre… de la puerta… ―murmuró YiXing contra mi hombro.

            ―¿Quién va a abrir? ―pregunté yo. Mis dos primos se encogieron más sobre sí mismos, por lo que deduje que me tocaría abrir a mí, ya que sólo estábamos nosotros en casa, mis abuelos habían salido a hacer la compra―. Ya voy yo ―comenté cansado―. Si me pasa algo es culpa vuestra.

            ―Eres nuestro gege[3], LuZi[4]  ―dijo mi primo más pequeño como si eso lo aclarara todo, aunque de cierta forma lo hacía.

            Suspiré y me levanté del sofá, desenganchando a YiXing y a MinShuo de mi cuerpo en el proceso. La película había sido pausada por el sobresalto, así que no me perdería nada.

            Avancé por aquella casa antigua en la que llevaba pasando mis veranos desde que tenía memoria y me dirigí a la puerta principal, donde se encontraba el timbre que había provocado aquel sonido ensordecedor.

            Solo pude quedarme de piedra cuando abrí la y vi a la persona que nunca había podido olvidar con una maleta enorme y un par de bolsas, mi primo YiFan[5].

            Había cambiado mucho. Su pelo ya no era de color negro natural ni tampoco lo llevaba largo y recogido en una coleta tal y como recordaba, ahora era corto y rubio. Había crecido tanto que ahora me sacaba una cabeza. Sus hombros se habían vuelto anchos y en uno de sus brazos llevaba un tatuaje.

            Inspiré hondo, intentando aclarar mi mente y poder decir algo, pero no podía y solo pude reaccionar cuando YiXing apareció allí, seguramente para buscarme porque había tardado mucho.

            ―¡Fan! ―lo oí gritar mientras salía corriendo y se abrazaba a él―. ¡No sabíamos que volvías! Deberías haber avisado y hubiéramos ido a buscarte al aeropuerto ―dijo rápidamente con una gran sonrisa en su rostro.

            ―Quería daros una sorpresa ―contestó el recién llegado. Su voz era mucho más grave de lo que recordaba―, por eso no avisé.

                ―A todos les encantará verte, sobre todo a ZiZi[6]―YiXing se volvió hacia mí―. ¿Qué haces ahí parado, XiaoLu[7]? ―caminó hacia mí y me agarró de la mano para acercarme al otro ―¿Por qué no lo saludas?

            ―Oh… ―murmuré―. Yo… ha sido una sorpresa y no sabía… ―miré a Fan y sentí su penetrante mirada oscura sobre mí―. Bienvenido ―logré decir haciendo una leve reverencia.

            ―No seas tan formal ―YiXing me empujó por la espalda, lanzándome a los brazos del otro, que me recogió entre ellos.

            Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo cuando noté sus brazos a mi alrededor. Sentí cómo si el tiempo corriera más despacio mientras estaba entre sus brazos.

            ―¡Fan ha vuelto! ―oí a mi primo gritar hacia la casa y me separé lentamente del recién llegado.

            ―Lo siento… ―murmuré.

            ―XingXing[8] sigue siendo muy efusivo ―comentó.

            Alcé mi mirada para ver su rostro. Había esbozado una pequeña sonrisa, esa que tanto me gustaba en el pasado y que descubrí que me seguía gustando.

            ―Me alegra que hayas vuelto ―susurré.

            ―A mí también me alegra haber vuelto ―me miró durante unos segundos y sentí como mi corazón comenzaba a latir rápidamente.

            ―¡Gege! ―un grito de adolescente hormonada se dejó escuchar y me alejé rápidamente de Fan justo antes de que el otro de mis primos se lanzara contra él y lo abrazara, enganchándose como un mono.

            ―ZiZi ―dijo Fan cogiéndolo.

            ―Te he echado muchísimo de menos ―oí decir a mi primo pequeño.

            ―Yo también te he echado mucho de menos ―lo bajó al suelo―. A todos.

            Su mirada se volvió a cruzar con la mía y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Llevaba demasiado tiempo sin verlo y las consecuencias eran aquellas. Estaba mucho más sensible a todo.

            ―Bien. Dejémonos de sentimentalismos ―dijo YiXing palmeando el hombro de YiFan―. Vamos adentro, debes estar cansado del viaje y nosotros tenemos una película que acabar.

            ―Claro ―el recién llegado asintió―. El viaje desde Canadá ha sido muy largo.

            ―LuHan ―me llamó YiXing―. Ayúdale con las maletas y luego vuelve.

            ―¿Quién te ha dado a ti el mando? ―pregunté un poco mosqueado y también asustado por la idea de estar con él más de lo debido. Desde lo que sucedió aquella noche, cinco años atrás, no habíamos vuelto a hablar hasta ahora.

            ―Yo mismo ―contestó justo antes de darse la vuelta, llevándose a ZiTao con él.

            ―Este niño… ―murmuré negando con la cabeza y escuché reír a YiFan detrás de mí.

            ―No habéis cambiado ninguno ―comentó―. Eso me alegra.

            ―Tú has cambiado mucho ―me atreví a decir, girándome hacia él. En ese momento su sonrisa se desvaneció.

            ―Solo en aspecto ―dijo y suspiró―. ¿Vamos dentro?

            ―Sí.

            Rápidamente agarré algunas de las cosas que portaba y eché a andar hacia el interior de aquella antigua casa. El suelo de madera crujió bajo nuestro peso en cuanto dejamos la calle atrás. YiFan se quitó los zapatos y caminamos por los pasillos hasta llegar a la puerta de la que, anteriormente, había sido la habitación que ambos compartíamos. La deslicé hacia la derecha y dejé pasar a mi primo.

            Estaba todo como lo recordaba. Llevaba sin entrar en aquel lugar desde que él se había ido, no había sido capaz de detener los recuerdos y pensamientos sobre mi último encuentro con él.

            ―Estarás solo en la habitación ―comenté para romper el incómodo silencio que se había instalado entre nosotros―. Yo me mudé hace unos años a la habitación que antes ocupaba la tía Qian[9] ―él asintió―. Que descanses.

            Dejé sus cosas en el suelo, junto a la cama, y comencé a retirarme. Pero no pude salir porque una mano me detuvo, agarrándome del brazo. Lentamente y con el corazón latiéndome a mil por hora, me di la vuelta y lo miré.

            ―Gracias ―susurró.

       ―No hay de qué… ―contesté. Me dedicó una pequeña sonrisa antes de dejarme marchar.

            No hice más que salir de la habitación y cerrar la puerta cuando me desplomé contra la pared, con el corazón acelerado y la respiración irregular. Intenté relajarme para poder volver al salón a ver la película, pero mi interior estaba demasiado revuelto.

            Me dirigí a la cocina a por un vaso de agua y me sobresalté al encontrarme allí a una figura alta y delgada con el pelo tintado de plateado. Solo había una persona así en toda China, ShiXun. El chico se volvió y vi que cargaba con un bol de palomitas vacío y el microondas estaba encendido con otra bolsa de palomitas, esta vez de mantequilla, pude deducir por el olor.

            ―¿Cómo es posible que te hayan mandado a ti a hacer esto? ―pregunté y él se giró asustado por mi voz―. Qué poco considerados son.

            ―La verdad es que he perdido al piedra-papel-tijeras y me ha tocado a mí ―murmuró con timidez y con un leve ceceo―. Como ge no estaba…

            ―Claro, si no me hubiera tocado a mí ―sonreí y él me devolvió la sonrisa―. Malditos críos desagradecidos.

            La alarma del microondas sonó y abrió la puerta para sacar la bolsa. El olor a mantequilla se difundió por toda la habitación y aspiré el aroma. Me encantaba. ShiXun tomó el paquete y rápidamente lo soltó, soltando un pequeño grito de dolor. Se había quemado.

            Rápidamente me coloqué a su lado y saqué la bolsa del microondas, abriéndola y dejando caer el contenido sobre el bol naranja de plástico. Después, tomé las manos del chico y vi cómo tenía las yemas de los dedos algo rojas.

            ―¿Te duele? ―pregunté y él asintió levemente con la cabeza―.  Entonces, ven.

            Lo agarré de la mano y con la que tenía libre cogí el bol de plástico para llevarlo hasta donde estaban los chicos. Lo dejé sobre la mesa y llamé su atención.

            ―ShiXun se ha quemado un poco ―anuncié―. Voy a curarlo, así que no nos esperéis para la película. De todas maneras ya le debe de quedar poco y seguro que mueren todos.

            Me giré tras recibir una penetrante mirada de ZiTao y comencé a andar, llevando conmigo a ShiXun, todavía de la mano, hasta mi habitación, donde tenía una pomada que servía para las quemaduras. Muchas veces me había pasado aquello mismo y estaba ya preparado.

            Le indiqué que se sentara sobre la cama y comencé a rebuscar en los cajones de mi escritorio el pequeño tubo que contenía la pomada. Cuando lo encontré, me giré hacia él y sonreí.

            ―Esto te aliviará y hará que no se te despelleje― ShiXun asintió y comencé a untarle la crema.

            ―Gracias, ge ―susurró.

            ―No tienes por qué dármelas ―contesté―. Debo cuidar de todos vosotros, no soy el mayor por nada ―él me dedicó una pequeña sonrisa y luego asintió.

            Después de esto, el día pasó. YiFan había dado una gran sorpresa a toda la familia apareciendo sin avisar, pero todos estaban muy contentos de tenerlo allí, se notaba a simple vista. Sin embargo, no fue hasta la cena, cuando los abuelos ya estaban en casa, que comenzó el interrogatorio.

            ―Y bien, Fan… ¿Por qué has vuelto? ―preguntó el abuelo mientras la abuela dejaba el último plato de comida sobre la mesa y se sentaba con todos nosotros.

            ―Quería volver y pasar un verano como los de antes ahora que ya soy mayor de edad y mamá no puede retenerme ―contestó.

            ―Tu madre es una desagradecida ―dijo el abuelo―. Le dimos todo, incluso casi te criamos y se va sin avisar ―nunca había visto a mi abuelo tan alterado. Él era un hombre tranquilo, pero cuando se tocaba el tema de la tía Jia[10] se enfadaba bastante.

            ―Tranquilo, cariño ―murmuró mi abuela poniendo una mano en su hombro―. Ya nos contó sus razones, así que no te alteres tanto.

            ―Lo sé, pero no puedo comprender por qué no dejó que el chico viniera a casa de vez en cuando si él quería volver ―contestó.

            ―La verdad es que los primeros años yo tampoco quería volver ―comentó mi primo y sentí un pinchazo en mi corazón.

            Quise agarrar la mano de mi amigo MinShuo para tranquilizarme, pero él ya no estaba en casa. Él era la única persona que sabía lo que había sucedido cinco años atrás con YiFan.

            ―Quería experimentar todo lo nuevo que había en Canadá, así que no me apetecía volver ―explicó―. Pero este año necesitaba regresar a casa.

            ―Y has hecho muy bien ―le felicitó el abuelo―, pero tenías que haber avisado para que fuéramos a recogerte. Tu primo LuHan se ha sacado el carnet de conducir y ahora nos lleva a todas partes.

            Las miradas de todos los que estaban en aquella mesa se posaron en mí, pero yo solo pude sentir el peso de la de YiFan.

            ―Pero no hablemos de mí ―dije intentando que todo regresara al recién llegado―. Ya tendremos tiempo de hablar de mí, que me veis todos los días ―cogí el vaso de zumo de naranja y bebí―. Tenemos que saber cómo te fue por aquellos lares, Fan. Cuéntanos.

            La atención volvió hacia él, que comenzó a hablar de sus años en Canadá. Sin embargo, de vez en cuando, notaba su mirada oscura sobre mí y mi corazón se sobresaltaba.

            Con su regreso había hecho que aquellos sentimientos que jamás había desechado salieran a la superficie a un ritmo vertiginoso sin que yo pudiera detenerlos y, con ellos, todos los recuerdos de nuestro pasado en común.

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[1] ShiXun: nombre chino de SeHun.

[2] MinShuo: nombre chino de MinSeok (XiuMin).

[3] Gege: tanto ge, como gege significan hermano mayor. Uso muy parecido al de hyung en coreano. Se le dice a tu verdadero hermano mayor o a alguien que consideres como tal. Gege es más cariñoso que ge.

[4] LuZi: apodo cariñoso que realmente le ha puesto Tao a LuHan.

[5] YiFan: nombre chino de Kris.

[6] ZiZi: apodo de ZiTao. La duplicación de una de las sílabas que forman el nombre es una forma cariñosa de llamar a alguien.

[7] XiaoLu: apodo real de LuHan. Xiao significa pequeño y Lu, ciervo.

[8] XingXing: apodo de YiXing.

[9] Qian: nombre chino de Victoria de F(x).

[10] Jia: miembro de Miss A, por si las dudas.

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