martes, 29 de octubre de 2013

Vampire Stories

Capítulo 13
El Parque Parte II


   -¿Vamos?- me preguntó MinHyuk una vez todos se habían ido de la entrada del parque.

   Yo asentí y lo seguí puertas adentro hasta llegar a la parte central del inmenso parque. Nos sentamos en un banco e inmediatamente nos pusimos los patines. Nos colgamos la mochila con los zapatos a las espaldas y empezamos a patinar.

   -Advierto que no se patinar demasiado bien- me dijo MinHyuk con cara de asustado.
   -No te preocupes- le dije con total confianza- Yo te enseñaré y mejorarás. Ya verás cómo aprendes rápido- le extendí la mano para que pudiera sujetarse un poco.

   Me dio su mano. Estaba tan fría que agradecía que tuviera esa temperatura para no notar como subía la mía. Pero me extrañó que estuviese tan frío con el calor que hacía aquel día.

   Durante el trayecto que estuvimos practicando noté como mejoraba poco a poco. Con un poco de esfuerzo conseguiría que aquel chico pudiera patinar como un profesional y quizás se apuntase a los campeonatos de patinaje artístico y ganase y todo. No, demasiados pajaritos tenía yo en la cabeza.

   -Paremos un rato, quiero ir a comprarme un refresco- le dije a MinHyuk.
   -De acuerdo- asintió- te espero en aquel banco, ¿vale?
   -Vale- dije con una media sonrisa y poniéndome en la cola para conseguir una botella de agua bien fría.

   Aquella mañana hacia demasiado calor y mi sistema no iba a aguantar mucho. Me desmayaría dentro de poco como siguiera haciendo aquel bochorno y permaneciendo al lado del chico que se había ofrecido a patinar a pesar de no saber mucho del tema.

   La cola se me estaba haciendo eterna y resoplaba cada dos por tres debido a mi impaciencia. Y todo era porque había un chico que no se decidía qué helado escoger. Después de 10 minutos acabó de decidirse y la cola avanzó un poco más rápido.

   Por fin me tocó a mí tras esperar un cuarto de hora y conseguí mi esperada botella de agua.

   Mientras me dirigía al banco donde estaba MinHyuk intenté abrir la botella. Sin darme cuenta escuché como una muchacha gritaba un nombre y seguidamente miré a mis pies. Todo fue a cámara lenta.

   Una cuerda empezó a entrelazarse entre la estructura de mis patines y las ruedas y cuando iba a desengancharla algo tiró bruscamente de la cuerda e hizo que perdiese el equilibrio.

   Inmediatamente MinHyuk se levantó del banco más rápido que un rayo y en pocos segundos estuve en sus brazos. Me impresionó mucho la velocidad con la que había llegado a mí, y además, teniendo todavía los patines puestos, cuando hace un rato me dijo que no sabía patinar.

   Lo miré aturdida mientras él sujetaba con la otra mano que tenía libre, la cuerda de mis patines. La muchacha llegó a nosotros disculpándose porque su perro se había escapado.

   MinHyuk la disculpó por mí, ya que no tenía palabras. Estaba asimilando todavía todo lo que había pasado en apenas dos segundos.

   -¿Estás bien?- preguntó todavía en cuclillas y preocupado al ver mi cara de petrificada. Mi mirada seguía fija en la suya, pero sin decir nada.
   -Inma, por favor, no me asustes- dijo con tono alarmante- contesta- me pidió.
   -Sí- dije con un hilo de voz.
   -Sentémonos- y me llevó al mismo banco donde hace un rato él estaba esperándome. Me dio la botella ya abierta y bebí un largo trago de agua- van a matarme- murmuró mientras miraba a mis espaldas.
   -¿Qué has dicho?- dije frunciendo el ceño.
   -Nada. Que será mejor que descanses.
           
   Después de descansar, decidimos seguir patinando unos momentos más, para más tarde dirigirnos al punto de encuentro en el que habíamos quedado con los demás para almorzar.

-oooOOOooo-

   Poco a poco las distintas parejas fueron llegando al lugar en el que habían quedado. Este se encontraba cerca de donde estaban. Un pequeño parque con zonas con mesas para poder comer al aire libre. Los chicos se habían encargado de llevar todo lo necesario en sus mochilas. Desde los cubiertos de plástico hasta manteles.

   Los primeros fueron Ana y DaeHyun que se cruzaron poco antes de llegar con Lorena y Joe.

   -Bueno... ¿dónde queréis poneros?- preguntó Joe.
   -No sé...- respondió Lorena- ¿tú que dices Ana?

   Antes de que esta pudiese decir nada DaeHyun fue a una de las mesas de piedra que estaban más apartadas, justo bajo un enorme árbol.

   -Parece que ya tenemos sitio- comentó Joe mientras iba hacia donde estaba su amigo.

   En cuanto llegaron, los cuatro se pusieron a sacar cosas de las mochilas y a colocarlas en la mesa. Ellos permanecían callados concentrados en sus tareas mientras ellas hablaban animadamente.

   En ese momento vieron como otra de las parejas se dirigía hacía donde ellos estaban. Eran ChunJi y Lou que venían hablando y sonriendo, como dos buenos amigos que se conocen de hace tiempo o una pareja de enamorados.

   -¿Desde cuándo os lleváis tan bien vosotros dos?- preguntó Ana a la pareja de recién llegados.
   -¿Qué pasa? ¿No puedo llevarme bien con él?- inquirió la chica- ¿tan raro es?
   -Sí- respondieron los cuatro, aunque DaeHyun solo asintiera con la cabeza.
   -¿Que pasa chicos?- preguntó Inma que acababa de llegar con MinHyuk.
   -Nada- dijo Lorena- que ahora Lou y ChunJi se llevan bien.
   -Wow- dijeron los dos visiblemente sorprendidos al igual que el resto.
   -¿Y ese milagro cuando ha pasado?- preguntó MinHyuk.
   -No te pases- le dijo ChunJi al chico, visiblemente molesto.
   -Perdón, perdón...
   -Bueno, ¿comemos?- preguntó Inma muy contenta.
   -¿Tu siempre tienes hambre o es cosa mía?- preguntó Ana.
   -Yo de verdad que no entiendo donde mete tanta comida. Y más sin engordar...- dijo esta vez Lorena.
   -Já. Es un secreto- rio Inma y se sentó junto a sus amigas al igual que MinHyuk se sentaba con sus compañeros.

   Seguidamente todos comenzaron a degustar la rica comida que los chicos se habían encargado de preparar para ellas.

   Después de la comida todas se despidieron de los chicos y aunque Inma tardó más de la cuenta con MinHyuk, los demás no sospecharon nada. Cogieron de nuevo el bus que las dejaría a pocos metros de casa y comentando su día se les pasó el camino.

   Al llegar, todas se encerraron en sus cuartos cansadas por todo el ejercicio que habían hecho, ya que eran más de estar en casa leyendo libros que de salir a dar pingos por ahí y estaban medio muertas.

   Ya era más de noche que de día en aquel día de principios de Marzo cuando Ana salió de su habitación buscando a Inma para que le prestara algún libro, puesto que a ella no le habían mandado ninguno desde Antequera como habían hecho con Lorena.

   Sin embargo, cuando llamó y no obtuvo contestación se extrañó un poco.

   -*“A lo mejor está dormida”- pensó.

   Cuidadosamente entró a la habitación y se dio cuenta de que allí dentro no había nadie. Un poco mosqueada salió y comenzó a buscarla por todo el piso sin que esta diera señales de vida alguna.
   -*Chicas…- les dijo a Lou y a Lore cuando las vio en el salón- ¿habéis visto a Inma?
   -*¿No está en su dormitorio?- preguntó Lourdes y Ana negó con la cabeza.
   -*La he buscado por todas partes…- contestó.
   -*Se habrá ido con MinHyuk- supuso Lorena- parecía que querían estar a solas y juntos un rato y les robamos su mañana.
   -*Eso será.

-oooOOOooo-

   Llegaba tarde a la cita. Había tardado más de lo previsto en poder salir de casa sin que ninguna de las chicas me viera.

   Después de andar unos metros y coger el bus por fin llegué a la entrada del parque. Justo en la entrada, me lo encontré mirando el móvil apoyado en una de las columnas del arco, como hacía siempre cuando esperaba a alguien.

   -Perdón por el retraso- me disculpé.
   -No pasa nada, hace cinco minutos que he llegado- dijo retirándose de la columna y acercándose a mí todo sonriente.

   Tras sonreírnos mutuamente, decidimos ir a pasear por el lugar. Era un sitio bastante bonito por el cual hacerlo, así que era agradable. Además, la compañía hacía que el lugar fuera todavía más impresionante. Sin embargo, tras un rato, decidimos sentarnos bajo un árbol para refrescarnos en su sombra. Seguía haciendo demasiado calor para la época del año en la que estábamos.

   Nos quedamos en silencio unos momentos, observando a nuestro alrededor, hasta que MinHyuk decidió hablar.

   -Vamos, te invito a algo en una cafetería del centro- dijo para romper el hielo- me han dicho que tienen unas pastas muy ricas- sonrió.

   Al oír “pastas” se me iluminó la mirada y me sentí mucho mejor. Y más si me invitaba él. Se me estaba haciendo la boca agua solo de pensar en los ricos dulces que me comería en unos momentos.

   -¿Qué me dices?- me preguntó al ver que no contestaba.
   -¡Me apunto!- le dije- ¡Vamos!- le insté para que se levantara del dichoso banco. Le cogí de la mano y tiré de él para levantarlo- ¡vamos! ¡Vamos! ¡Por fa!- fue inútil intentar que se levantase, no podía con él- ¡Levanta!- le supliqué al final.
   -Vale, vale. Voy- dijo entre carcajadas.

   Finalmente se levantó y nos pusimos en marcha hacia la cafetería que él decía en el centro. Al llegar al lugar que había mencionado, me sostuvo la puerta para que entrase como todo un caballero y yo le sonreí.

   Entré y miré a mi alrededor. Aquella cafetería era enorme y bastante elegante. Podía ver muebles muy bonitos y escaparates de pastas llenos hasta los topes. Y parecían muy deliciosos.

   -¿Qué te parece?- preguntó MinHyuk. Aunque un poco tarde- ¿Inma?
   -¡¡¡Waaaa!!!- exclamé. Yo tenía mi cara pegada al cristal viendo las pastas que me pediría- estoy aquí- le dije, ya que él se había quedado un poco atrás- ¿puedo pedir esta?- pregunté señalando con un dedo a una pasta cuadrada rellena de crema por dentro y espolvoreada con canela y chocolate por encima.
   -Claro- dijo MinHyuk.
   -¡Ah!- exclamé- ¡esta también porfa!
   -Vale, pero no pongas esa cara de corderito degollado- dijo riendo. Asentí y me separé del escaparate.
   -¿Quieres algo de beber?
   -Sí. Un zumo de naranja, por favor- le dije mientras la dependienta comenzaba a dejar las pastas en un plato.
   -Vale.

   MinHyuk pidió mi zumo de naranja y lo suyo y después nos sentamos en una mesa pegada a la ventana para degustar los deliciosos dulces de aquella cafetería.

   -Te habrá costado un ojo de la cara todo esto, ¿no?- dije algo preocupada mientas engullía mi pastelito.
   -No, que va.
   -Te devolveré el dinero en cuanto pueda- le dije al no estar muy convencida de sus palabras.
   -No tienes por qué pagarme nada. Por un día puedo permitírmelo- lo miré con los ojos entrecerrados y le pregunté:
   -¿Eres millonario?
   -No- rio a carcajadas- ¿acaso ves que tenga ropa cara o que vaya a la universidad con un Ferrari?
   -No- dije llevándome una pasta a la boca- pero a lo mejor escondes tu fortuna para aparentar ser un tipo normal. Muchos lo hacen.
   -Te aseguro que no tengo millones escondidos. Si no, no estaría aquí en Seúl estudiando. Estaría quizás...- se quedó pensando unos segundos- en Estados Unidos en alguna universidad de prestigio.
   -Me alegro de que no lo seas- susurré.
   -¿Ah, sí? ¿Y eso por qué?
   -Bu... bueno... porque si no estarías estudiando en otro sitio y no nos habríamos conocido- contesté sonrojándome.
   -Visto de ese modo… yo también me alegro- dijo con una gran sonrisa.

   Al cabo de una hora más o menos habíamos acabado y salimos fuera.
Me lo pasé genial hablando con él y me sentí muy cómoda a su lado.

   -Inma, ¿te apetece salir mañana también?- me dijo a la entrada de la cafetería.
   -Claro. No creo que esté ocupada mañana.
   -Quiero decir...- vaciló tímidamente- ¿quieres salir conmigo?- me quedé con cara de póker- como novios, digo- dijo con un hilo de voz esperando mi respuesta definitiva.
   -Em...- vacilé por no saber qué responder- ¿puedo llamarte cuando llegue a casa y cuando me lo haya pensado un momento?- le pregunté.
   -Por supuesto- dijo con media sonrisa- te acompaño a casa- yo asentí y caminamos en silencio hacia el apartamento.

   Cuando llegamos a la entrada, MinHyuk me extendió un trozo de papel pequeño con unos números.

   -Toma, llámame a este número. Solo es provisional. Mañana tendré otro.
   -Entonces, ¿cómo contactan tus amigos contigo?- pregunté extrañada.
   -Tenemos nuestros propios medios de comunicación.
   -Ah vale. Te llamo entonces luego, ¿de acuerdo?
   -Vale- dijo dándome un beso en la frente- Buenas noches.

   Y desapareció.

   Metí la clave e intenté entrar en casa, sin embargo, algo atascaba la puerta, así que empuje con más fuerza. Lorena y Ana chillaron y cayeron al suelo.

   -¿Qué estáis haciendo?- pregunté al verlas en el suelo.
   -Te estaban escuchando detrás de la puerta y mirando por la mirilla- gritó Lourdes desde la cocina.
   -¿Me estabais espiando?- pregunté con un tono más agudo de lo normal. Las dos chicas rieron nerviosamente y asintieron- bah, no importa- dije finalmente.
   -¿No te vas a enfadar?- preguntó Ana.
   -Estoy muy cansada para eso, además nunca me enfadaría con vosotras por espiarme. Yo también lo hago.

   Me acerqué a la cocina para ver que estaba haciendo Lourdes de comer y sonreí. La pasta tenía muy buena pinta.

   Fue un día agotador, y todavía estaba asimilando lo que había pasado. Tenía que contarles a las chicas lo que me había pasado con MinHyuk, pero mejor lo haría mañana, en esos momentos estaba reventada. Además, al día siguiente había clases y tenía que madrugar.

   Saqué el número que me dio MinHyuk del bolsillo trasero y lo miré. Entré a mi habitación, cerré la puerta. Cogí mi móvil  y empecé a marcar los números escritos en el papel. Tras un par de tonos escuché una voz grave al otro lado. Era él.

   -¿MinHyuk?- pregunté- soy Inma.
   -Dime.
   -Sí- murmuré- esa es mi respuesta.
   -Gracias- lo oí suspirar- ¿quedamos mañana?
   -Vale. ¿A qué hora?
   -¿A las ocho de la tarde te viene bien?
   -Perfecto.
   -De acuerdo, pasaré a recogerte, si no tienes ningún inconveniente.
   -No, no. Ningún problema.
   -Buenas noches- dijo.
   -Buenas noches- dije finalizando la conversación.

Colgamos el móvil y me dirigí hacia la cocina para comer.




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