jueves, 17 de octubre de 2013

Dragons' Slayers

Título: Dragons’ Slayers
Pareja: TaoHun (Tao x SeHun), leve KaiBaek (Kai x BaekHyun) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, fantasía.
Número de palabras: 24.080 palabras
Número de partes: 3 partes
Resumen: Los Cazadores de Dragones son aquellos que mantienen la Paz, aquellos que se encargan de acabar con los Dragones que amenazan la región. ZiTao es un Cazador de Dragones, sin embargo, no puede cazar a ese Dragón Arcoíris.
Notas: side KaiBaek “Feel the Heat (Of the Dragon’s Breath)”.
Comentario de Autora: la fantasía siempre ha sido un género que quería probar escribir ya que es el que más me gusta leer y siempre he tenido predilección por los Dragones. Espero que os guste.


Dragons’ slayers







Parte I

            Al Oeste de las Montañas de Fuego, en el valle formado por el río Sif que discurría a sus pies,  se encontraba una pequeña aldea de casas circulares de barro con techos bajos de paja. En esa aldea vivían los hombres más fuertes y más temidos de toda la región, los Cazadores de Dragones.

            Era un poblado en el que solo habitaban hombres. Para las mujeres estaba prohibido entrar a aquel lugar y los hombres que vivían en él habían sido tomados de sus casas a la tierna edad de 7 años, para someterlos a un duro entrenamiento. Aquel que podía aguantarlo todo se quedaba en el poblado y los demás, eran devueltos a sus casas para que vivieran sus miserables vidas.

            Todas las aldeas permitían que sus hijos pasaran por estos tormentos, porque esa era la única forma que tenían de protegerse de los dragones que los acechaban casi cada día y que, de vez en cuando, masacraban aldeas enteras. Por esta simple razón, los Cazadores de Dragones eran las personas más respetadas de la región y podían hacer casi cualquier cosa sin impunidad alguna. Por ese mismo motivo, a veces saqueaban aldeas cuando estas no podían pagarles el tributo requerido por protegerlas.

            Todos tenían miedo a los Cazadores de Dragones. Eran hombres altos, imponentes, de músculos marcados y de piel curtida por tanta penuria y sufrimiento. Sin embargo, entre ellos también se encontraban hombres astutos, aunque más débiles, que eran mucho más peligrosos.

            La aldea estaba gobernada por un gran jefe. Era el más fuerte del poblado y todos acataban sus decisiones, sin embargo, había un consejo de varios ancianos —grandes cazadores que habían logrado sobrevivir y llegar hasta una edad avanzada—, al que debía rendir cuentas y/o pedir opinión sobre los asuntos de la aldea.

            Todos los días eran igual en aquel lugar. Los hombres se levantaban con el sol y comenzaban a entrenarse, para siempre estar en forma. Más tarde, comenzaban a darles instrucciones a los niños. Los dividían según edad y capacidades físicas para conseguir un mayor rendimiento hasta que llegaba la hora de la comida. A partir de ese momento, los aspirantes a Cazadores de Dragones se dedicaban a estar juntos y a aprender lo máximo posible de sus compañeros. Iban a ser compañeros durante toda su vida, por lo cual, debían saberlo todo.

            ZiTao era uno de los pequeños de su grupo en edad, puesto que en altura y en músculo, les ganaba a la mayoría de los allí reunidos. Solo había un chico que era menor que él, pero éste era un fiera y había impresionado incluso a los mejores cazadores del poblado. Se llamaba Kai, y siempre tenía una expresión de mal humor en su rostro, seguramente copiada de la del guerrero que los instruía en el combate mano a mano, Kris.

            Los chicos del grupo estaban sentados en torno a una hoguera en la que despejaban el frío de la fría primavera. El invierno parecía que no los quería dejar escapar de sus garras. Esos meses habían sido los más duros que los ancianos del poblado recordaban. Nunca antes había sido tan difícil poder entrar en calor. Las Montañas de Fuego habían tenido sus cumbres nevadas durante toda la estación, e incluso en estos momentos, en los picos más altos aún se podía apreciar algún que otro rastro de nieve. El poblado también había sido afectado por estas nieves y habían muerto varios niños que jamás hubieran llegado a ser Cazadores y algunos de los ancianos.

            ZiTao, que venía de un lugar muy al Norte, no había sentido tanto el invierno como sus compañeros, procedentes de lugares más cálidos. Todavía dormían todos apiñados en aquella pequeña cabaña en la que vivían para mantener el calor.

            Sin embargo, ese frío no era nada normal. Todos lo sabían y los ancianos más sabios se reunieron un día en torno al lugar Sagrado, en el que veneraban al Dios Guerrero Nuth, para buscar entre los antiguos escritos alguna referencia a un invierno tan crudo como el vivido. No pasó mucho tiempo cuando los reunieron a todos en la cabaña del Jefe XiuMin para explicar aquel suceso.

            El anciano SuHo les había explicado todo. Les había contado una leyenda. Una historia tan antigua que se remontaba a los orígenes de aquella tierra que habitaban. Un relato que hablaba sobre el descenso del Dios Guerrero Nuth de los cielos para combatir con aquella raza de lagartos alados, llamados Dragones. Una leyenda que hablaba de la Creación de los Cazadores, pero que también explicaba el porqué de ese invierno tan duro. ZiTao aún recordaba las palabras exactas de aquel sabio anciano.

             “Cuando las cumbres de las Montañas de Fuego se apaguen, cuando el agua caiga del cielo en copos, cuando se pueda caminar por los ríos, cuando la tierra no dé sus frutos, cuando el viento del Norte corte la respiración de los habitantes de estas tierras habrá nacido el más temible de los Dragones, el Dragón Arcoíris”.

            Todavía sentía escalofríos en su cuerpo cuando alguien mencionaba al Dragón Arcoíris, al igual que los había sentido cuando escuchó las palabras del anciano varias semanas atrás.

            —ZiTao —escuchó que lo llamaban y salió de sus pensamientos para volver a la realidad y girarse en dirección a la voz.

            Era BaiXian quien lo llamaba. El chico era menudo y realmente no parecía un muchacho. Tenía los rasgos finos de una mujer y una personalidad bastante accesible. Sin embargo poseía una gran inteligencia y gracias a él, muchas veces habían salido de situaciones en las que podrían haber perecido. ZiTao lo tenía en gran estima.

            —¿Sí?
            —Pareces perdido —comentó—. Hoy no participas mucho en la conversación.
            —No tengo mucho que aportar a ella —contestó. BaiXian lo miró alzando una ceja.
            —Pero si estamos hablando de tu tema favorito últimamente: el Dragón Arcoíris.

            ZiTao asintió lentamente a la vez que sus mejillas se colorearon levemente de rojo. No les estaba prestando la más mínima atención y ni siquiera se había dado cuenta de que estaban hablando de aquello que lo había obsesionado desde el momento en el que aquel anciano había hablado de ello.

            —No prestaba mucha atención —admitió al final—. Estaba pensando en el día en el que el anciano SuHo nos contó la leyenda —en ese momento, vio cómo Kai ponía una sonrisa extraña.
            —Os lo dije —el chico se volvió hacia sus otros compañeros con aquella sonrisa—. La próxima vez tenéis que cumplir lo prometido.
            —Claro, nosotros siempre cumplimos con nuestra palabra, somos Cazadores —contestó Chen.

            A partir de ahí, la conversación fue por otros puntos y ya no volvieron a tocar el del Dragón Arcoíris. ZiTao se sentía un poco perdido, porque no sabía qué era lo que realmente había pasado allí y ni siquiera se había enterado de lo que sus compañeros le habían prometido al otro chico. Se acercó a BaiXian y pegó su boca a la oreja del otro para poder hablar sin que nadie los escuchara.

            —¿Qué es lo que le habéis prometido a Kai y por qué? —preguntó y el otro chico sonrió.
            —Le hemos prometido que en la próxima misión nos guiará él —le contestó BaiXian al oído—. En cuanto a por qué —lo notó sonreír—. Habíamos apostado sobre lo que estarías pensando y él ha acertado de pleno.

            En esos momentos iba a replicarle a su compañero, pero alguien se interpuso en su camino. El Cazador Kris entró en el círculo que formaban los cuatro chicos y todos enmudecieron. Él era el mejor Cazador del poblado y seguramente sucedería al jefe XiuMin en un par de años. Un tipo imponente que inspiraba miedo nada más con su presencia. Era muy alto y tenía una expresión de mal humor constante en su rostro, estas dos cosas hacían que a su alrededor no pudieran estar más que sus dos compañeros de armas, LuHan y YiXing.

            —Mañana vamos de caza —anunció—. En cuanto os acabéis la cena id a dormir, al amanecer debemos estar al pie de las Montañas de Fuego y no podéis estar agotados.
            —¿Qué vamos a cazar? —preguntó Kai—. ¿Otra vez uros? —el Cazador esbozó una sonrisa macabra.
            —Felicidades grupo, acabáis de ser ascendidos —anunció—. Mañana vamos a ir a la caza de un Dragón —y se largó de allí.

            Los cuatro chicos se quedaron en silencio, mirándose los unos a los otros sin saber qué decir. Llevaban esperando aquel momento toda su vida. Iban a una cacería, a una real. Acabarían con un Dragón.

            Pasaron la tarde arreglando el equipo que deberían llevar a la mañana siguiente: la armadura de cuero reforzado, las hachas y las espadas del único material que podía atravesar la piel de un dragón y algunas provisiones para la aventura. Cuando acabaron, cenaron con los demás habitantes del poblado y luego fueron a su cabaña, a dormir.

            ZiTao se tumbó en el suelo de espaldas, notando cómo BaiXian se apretujaba contra él en un lado y Chen lo hacía en el otro. Kai se abrazó a BaiXian y así, apretujados bajo las mantas, intentaron conciliar el sueño en aquella fría noche de primavera.



            Antes de que el sol se alzara sobre el Bosque de las Almas, los chicos ya estaban completamente despiertos y terminando de colocarse correctamente sus armaduras. Sus corazones latían aceleradamente. Tenían miedo, pero eso siempre pasaba cuando ibas a tu primera caza, por lo que eso no les preocupaba realmente. También estaban ansiosos, sería el primer reconocimiento de valentía que recibirían de la aldea y, si iba bien, serían enviados en misiones como aquella más asiduamente.

           Cuando salieron de su cabaña, Kris ya los esperaba en los límites del poblado, junto al Santuario, por lo que se apresuraron a ir hacia allí. En cuanto estos estuvieron a su lado, confirmó que estuvieran bien equipados y luego depositó una ofrenda al Dios Nuth.

            —YiXing y LuHan nos esperan en el lugar en el que vive el Dragón —anunció—. Es un Dragón bastante joven y muy impetuoso. Atacó hace un par de días la aldea de Kirmt y provocó algunas muertes, por lo que no podemos dejarlo en libertad.

            Todos asintieron y echaron a andar, guiados por Kris. Atravesaron el límite del poblado y se dirigieron al río Sif. Caminaron a lo largo de su rivera hasta encontrar el vado que les permitiría cruzar al otro lado y adentrarse en el territorio de los dragones. Tomaron sus armas por encima de sus cabezas para mantener el equilibrio mientras atravesaban el río y cuando llegaron al otro lado, las volvieron a colocar en su cuerpo.

            Siguieron la marcha, calados hasta los huesos. El agua seguía demasiado fría aun cuando la Estación fría ya había finalizado. En un momento de la marcha, ZiTao notó cómo BaiXian se pegaba a él en busca de calor y él lo abrazó para transmitírselo. No tenían una buena formación por si eran atacados por sorpresa por algún dragón, pero Kris los estaba llevando por caminos ocultos. Además, todavía estaba algo oscuro, por lo que no debían preocuparse por eso.

            El sol hizo su aparición cuando llegaron al pie de las Montañas de Fuego. Los cuatro chicos alzaron su cabeza y miraron cómo los altos picos se alzaban hasta el mismísimo cielo. Pararon unos momentos para tomar agua de sus cantimploras y en cuanto se refrescaron un poco, Kris reemprendió la marcha.

            Si antes habían avanzado por senderos ocultos, ahora lo hacían por lugares en los que ni siquiera había un sendero. Sus pies se encontraban con piedras enormes, agujeros y mil cosas más que debían evitar para poder llegar a su destino sin un rasguño. Kai avanzaba tras el Cazador, Chen tras éste y ZiTao al final, ayudando a BaiXian a avanzar por aquel tramo. BaiXian no era tan fuerte como ellos, pero sin él estarían perdidos.

            En todos los equipos de Cazadores debía haber alguien con un cerebro extraordinario aunque con un cuerpo mucho más delicado. Ese era BaiXian, en el equipo del Cazador Kris, LuHan era quien ocupaba ese puesto. También debía haber alguien versado en el manejo del arco, que normalmente se ocupaba de atender las heridas del grupo, Chen era el que se encargaba en un equipo y YiXing en el otro. También estaba el guerrero, la persona más fuerte, ZiTao y Kris. Por último, debía haber un líder nato, alguien a quien seguir siempre, ese era Kai. Aunque todos lo molestaban, él era quién los guiaría siempre, aunque era el menor, tenía las mejores capacidades para ello. En el otro equipo habían perdido a su líder en una lucha con el Dragón más terrible que se recordaba en las últimas décadas. Era un buen hombre, según recordaba ZiTao, aunque todavía era un niño cuando el Cazador murió.

            De repente, ZiTao vio cómo BaiXian dio un traspié y rápidamente reaccionó, tomándolo por los hombros para que no cayera. Al principio de la marcha, Kris se volvió para ver lo que había pasado y al averiguarlo, su rostro se volvió mucho más duro. ZiTao agarró fuertemente a su compañero y aguantó la mirada del otro hasta que se volvió de nuevo hacia el frente y reemprendió la marcha.

            —Gracias —murmuró BaiXian.
            —No hay de qué —contestó ZiTao—. Pero a partir de ahora no te sueltes de mi mano.

            Siguieron caminando hasta que llegaron a una pequeña arboleda. Los cuatro chicos agradecieron estar a cubierto, aunque aún hacía bastante frío. El sol había salido y comenzaba a picar en sus pieles. El Cazador les hizo una señal para que se mantuvieran quietos y en silencio y ellos así lo hicieron, conteniendo la respiración. De repente Kris hizo un sonido con su boca, parecido al de un pájaro acuático que vivía por aquellas tierras. Pasados unos momentos dos siluetas se acercaron a donde estaban todos y los chicos pudieron comprobar que se trataban de las de YiXing y LuHan.

            —¿Dónde está la cueva del Dragón? —preguntó Kris en cuanto los otros dos estuvieron a un par de pasos de él. ZiTao pudo ver, gracias a su altura, cómo LuHan ponía los ojos en blanco y una expresión de hastío en su rostro antes de contestarle.
            —Está en un saliente a un par de kilómetros de aquí.
            —El acceso es algo complicado —comentó YiXing—, pero una vez allí, tenemos varios lugares donde poder escondernos y preparar todo lo necesario para acabar con él.
            —Bien —Kris se giró hacia el otro equipo—. En marcha.

            Con las protestas de Chen de fondo, los cuatro comenzaron de nuevo a caminar. Al principio del grupo se encontraban LuHan y YiXing, que habían empezado a contar el plan que seguirían durante la caza y que habían estado elaborando durante el par de días que habían estado allí. Acechando a aquel Dragón.

            —Es un Dragón bastante joven —contó LuHan—. No debe tener más de un par de años. Es algo menudo, sus escamas son de un negro muy brillante y sus ojos son también de ese color.
            —Parece ser un Dragón solitario —añadió YiXing—. Lo que nos hará más fácil acabar con él.

            En ese momento un rugido cortó el aire. Los siete se pusieron en guardia, mirando al cielo, esperando. Todo estuvo en calma hasta que un destello dorado los cegó y otro rugido se dejó escuchar. Lo siguiente que vio ZiTao fue al Cazador Kris agarrando a sus compañeros y tirándolos al suelo. Una gran llamarada atravesó las copas de los árboles y acabó cerca del lugar en el que ellos habían estado segundos antes.

            —¡DISPERSAOS! —gritó LuHan desde el suelo.

            ZiTao buscó con la mirada a BaiXian y lo vio más cerca de Kai que de él, por lo que agarró a Chen por la muñeca y comenzó a tirar de él hacia cualquier lugar, lejos de los demás. Ambos corrían por aquella arboleda mientras sentían como aquel Dragón Dorado volaba por encima de sus cabezas. Siguieron corriendo hasta que las piernas no les dieron más y tuvieron que echarse a descansar contra el tronco de un árbol, intentando quedar fuera de la vista de cualquier dragón. Hacía ya tiempo que habían dejado de escuchar los rugidos del dragón, pero aún seguían con el miedo en el cuerpo.

            Era la primera vez que salían de caza, la primera vez que eran atacados por un Dragón, la primera vez que el grupo se dispersaba y no era en un entrenamiento.

            —Espero que Kai y BaiXian estén bien —murmuró ZiTao y Chen cerró sus ojos, mientras apoyaba su cabeza contra el tronco de aquel árbol.
            —Tranquilo, esos dos sabrán cuidarse solos, como nosotros —contestó.

            Los dos chicos descansaron de la carrera, luego comieron un poco de lo que habían llevado y bebieron algo de agua. No sabían cuánto tiempo iban a permanecer en aquel lugar y debían administrar sus reservas, guardando lo más posible para no agotarlas en poco tiempo. Sería muy triste para un Cazador —aunque ellos todavía no lo fueran oficialmente—, morir de inanición.

            —Creo que deberíamos ubicarnos —murmuró Chen—, saber dónde está el Norte, en qué lugar estamos más o menos y buscar por los alrededores por si encontramos a nuestros compañeros, a los Cazadores o algún peligro.
            —Me parece bien —dijo ZiTao levantándose del suelo—. Quédate aquí y hazme saber si me necesitas.
            —De acuerdo.

            ZiTao comenzó a caminar, alejándose de su compañero y memorizando cada pequeña cosa del lugar que lo rodeaba para más tarde encontrar el camino de vuelta hacia Chen. Los árboles no eran muy altos, ni tampoco muy frondosos. Había grandes claros entre ellos y el cielo azul podía apreciarse por estos. El chico encontró un árbol algo más grande que los demás y con algunas ramas bajas que lo ayudarían a encaramarse para poder lograr ubicarse y volver junto a su compañero.

            Estiró un poco sus doloridos músculos para ir agarrándose a las ramas que podían aguantar su peso e ir subiendo poco a poco. Escaló hasta la copa del árbol y antes de asomar su cabeza entre las hojas, agudizó su oído en busca de cualquier indicio de peligro. Cuando se cercioró de que estaba todo en orden, sacó su cabeza y miró a su alrededor.

            Estaban en aquella arboleda, bastante cerca del río Sif, quizás a un par de horas de camino. ZiTao miró al cielo y descubrió el sol sobre su cabeza, lo que indicaba que era medio día. Se dio la vuelta y vio las grandes e imponentes Montañas de Fuego. Desde aquel lugar se podían apreciar diversas oquedades a distintas alturas. En ellas era donde habitaban los Dragones. El chico respiró hondo y cerró sus ojos aliviado. Si iban en aquella dirección, siempre con las montañas al frente, llegarían al lugar en el que ellos se habían separado de sus compañeros.

            Un rugido lo hizo abrir los ojos de golpe y esconderse de nuevo entre las ramas de aquel árbol. Desde su escondite pudo distinguir la figura de un Dragón, uno muy hermoso. El Dragón Arcoíris.

            Sus escamas eran del color del arco iris y brillaban de manera espectacular gracias a la luz del sol. Sus movimientos eran gráciles, tomaba las corrientes de aire y se sumergía en ellas para descansar sus alas. ZiTao se quedó embelesado. La leyenda no hablaba de lo hermoso que era el Dragón, sino del peligro que representaba. Pero viéndolo, el chico podía decir que sólo era una cría que acababa de aprender a volar y se cansaba con bastante frecuencia.

            El chico salió de su escondite casi sin darse cuenta de lo que hacía. Para poder admirar, sin que las ramas y las hojas se lo impidieran, aquel hermoso Dragón. Lo vio subir y luego descender en picado, probando sus alas. Después se introducía en una corriente de aire para descansar y se dejaba llevar por esta. ZiTao no supo cuánto tiempo estuvo observando al Dragón Arcoíris, si fueron horas o minutos, sólo despertó de su embobamiento, cuando escuchó un sonido muy conocido. La señal de Chen.

            Bajó rápidamente del árbol, tras echarle un último vistazo a la criatura y salió corriendo en la dirección inversa al camino que antes había tomado. Cuando estuvo cerca del lugar en el que lo esperaba su compañero, dejó su carrera y comenzó a moverse sigilosamente. Si Chen estaba en peligro y se delataba, podría provocar una catástrofe. Se acercó de una manera lenta y cuidadosa, hasta colocarse en una posición ventajosa. Entonces se asomó y vio la escena.

            ZiTao respiró tranquilo y destensó sus músculos. Después, salió de su escondrijo y se plantó ante las seis personas que estaban en aquel lugar. Pisó una rama con su pie deliberadamente y todos se volvieron para verlo. El chico comprobó que todos estaban a salvo, aunque con diversos pequeños cortes por todo su cuerpo. Al igual que estaban él y Chen, producto de la carrera.

            —ZiTao —dijo BaiXian y salió corriendo hacia el chico para lanzarse a sus brazos—. Pensé que te había pasado algo… —susurró—. He pasado mucho miedo…
            —Tranquilo, estoy bien —le contestó apretándolo contra su cuerpo. Luego miró a Chen—. Te dije que utilizaras la señal si estabas en peligro —el chico se encogió de hombros.
            —Estaba en peligro —contestó—. BaiXian me iba a asfixiar con su abrazo mortal.
            —Dejaos de idioteces y volvamos al poblado —dijo Kris—. Hoy no podremos seguir con la caza.

            El Cazador se dio la vuelta y echó a andar, seguido por sus dos compañeros. BaiXian se separó de ZiTao con una sonrisa y después lo cogió de la mano para ponerse en marcha tras Chen y Kai, mientras el primero se quejaba de que podría haber muerto a manos de su propio compañero de equipo.

            Utilizaron otro camino para el regreso al poblado, igual de escarpado y peligroso, al igual que difícilmente visible por cualquiera que no fuera un experto. Se escondieron lo más posible del cielo, para que el sol del mediodía no los quemara y para que los Dragones no los divisaran. Llegaron a la aldea cuando el sol estaba por ponerse y una de las dos lunas se podía divisar por el horizonte.

            Nada más llegar, se quitaron las armaduras en su cabaña y los cuatro fueron a cenar, ese día de manera más abundante. Llevaban todo el día caminando y estaban hambrientos como lobos. Al acabar, volvieron a su cabaña para curarse las pequeñas heridas y que estas no se infectaran. Vieron cómo los tres Cazadores que los habían acompañado en su viaje se dirigían a la del jefe XiuMin, seguramente para darle explicaciones sobre el fracaso de la caza.

            —Tienes una herida bastante fea en el brazo —murmuró Chen cuando Kai se quitó su rasgada camisa—. ¿Por qué no me lo dijiste antes? —el otro chico se encogió de hombros—. Ahora se ha infectado y tardará más tiempo en curar.
            —Pero se va a curar, así que da igual —contestó Kai. ZiTao pudo ver como su compañero bufaba a la vez que le echaba un poco de agua para desinfectar la herida. Kai apretó los dientes por el dolor.
            —¿Cómo te hiciste eso? —preguntó ZiTao y el herido simplemente giró su rostro. El chico pudo ver cómo un leve rubor se extendía por su rostro y sonrió levemente antes de acercarse a BaiXian y preguntarle a él sobre lo ocurrido. Él sí le contestaría—. ¿Cómo se lo hizo? —su compañero hizo un leve puchero antes de susurrarle.
            —El Dragón Dorado que nos atacó nos persiguió a ambos —contó—. Acabamos en un pequeño claro sin darnos cuenta y él se lanzó a por nosotros —sonrió y miró al líder—. Kai me tiró al suelo y sacó su espada para atacar al Dragón —el chico comenzó a jugar con sus dedos, algo avergonzado—. La herida se la hizo el Dragón.
            —¿Conseguiste darle aunque fuera un pequeño tajo a ese gigante? —le preguntó Chen a Kai, que había oído la conversación, por lo que el otro también la habría oído. La cabaña era demasiado pequeña—. Por honor, vamos —Kai lo miró mal, pero luego asintió.
            —Le hice un corte en la pata trasera izquierda —contestó y luego volvió a apretar los dientes al sentir cómo Chen le ponía sobre la herida algunas hierbas, que había estado machacando durante la conversación.
            —Lo siento —BaiXian se levantó del lado de ZiTao y fue hasta su líder—. Por mi culpa… —iba a seguir, pero este lo cortó, tapándole la boca con la mano.
            —Todo equipo debe proteger a su cabeza pensante y a su curandero —dijo Kai—. Sólo he hecho lo que debía —BaiXian asintió lentamente.
            —Deberíamos descansar —propuso Chen tras colocarle un trapo sobre el mejunje al líder para que no rozara con nada y los demás asintieron.

            Esa noche también durmieron unos sobre los otros. Pero no por el frío que hacía, aunque este era uno de los factores, sino por el miedo que habían pasado los unos por los otros.

            A la mañana siguiente se despertaron en cuanto los primeros rayos de sol comenzaron a colarse por la pequeña ventana de la cabaña. ZiTao se desperezó y movió a Chen, que se quejó y se dio la vuelta para seguir durmiendo. BaiXian también se movió, en concreto su brazo, y le pegó en la cara a Kai. Hizo que éste se despertara de golpe y comenzara a gritar, levantando a toda la aldea en el proceso. Los miedos de la noche anterior habían desaparecido y ahora volvían a estar como siempre.

            Salieron de la cabaña y tras comer algo se dirigieron a la zona del poblado en la que los Cazadores instruían a los aspirantes. Sin embargo, nada más ingresar en la zona, CanLie se colocó frente a ellos y no los dejó pasar. Él era otro de los Cazadores. Podía ser un tipo imponente cuando quería pero normalmente era la alegría en persona.

            —¿No podemos pasar? —preguntó Kai y este negó con la cabeza a la vez que esbozaba una pequeña sonrisa.
            —Después de una caza no se entrena —contestó.

            Los chicos se miraron los unos a los otros sin saber qué hacer o qué decir. Ellos ya tenían una rutina fijada todos los días y en ese momento ya no podían hacer lo que siempre habían hecho. Estaban perdidos y CanLie lo notó, porque amplió su sonrisa y de un momento a otro ya estaba riendo abiertamente. Kai frunció el ceño y adoptó la expresión del Cazador Kris para mirarlo.

            —No te enfades, pequeño —le revolvió el cabello y el líder le apartó la mano rápidamente—. Como ayer fue vuestra primera caza no sabéis muy bien qué hacer, por lo que si vais a mi cabaña con QuingZhu él os lo explicará.
            —QuingZhu me da grima —murmuró Chen y el Cazador le echó una mirada muy fría.

            QuingZhu y él también eran compañeros de equipo. Junto con un par más que no se encontraban en ese momento en la aldea, sino que estaban de viaje por los demás poblados para recoger a los niños que cumplían 7 años esa primavera. BaiXian le dio un coscorrón en la cabeza al chico y esbozó una sonrisa incómoda.

            —No le hagas mucho caso —dijo—. Hoy no es su día.
            —Vamos —dijo ZiTao dándose la vuelta, seguido por sus otros compañeros.

            De nuevo atravesaron el poblado. Chen refunfuñaba porque no quería ir con el Cazador, siempre había dicho que sus ojos saltones mirándolo fijamente le ponían los pelos de punta. Kai también se quejaba, pero porque había sido tratado como un niño cuando —aunque era menor que sus compañeros—, era el líder de su equipo, el encargado de protegerlos a todos. Y por último, BaiXian murmuraba por lo bajo lo críos que podían llegar a ser todos y que él era el único sensato allí.

            En apenas unos minutos llegaron a su destino. Tuvieron que saludar a diversas personas, tanto Cazadores como aprendices de los que habían sido compañeros hasta el día anterior. Todos los saludaban de una manera más respetuosa a cómo ellos estaban acostumbrados ser tratados.

            ZiTao llamó a la puerta de madera de la cabaña y apenas pasaron unos segundos cuando esta ya se abría y aparecía por ella QuingZhu. Con un movimiento de la mano los invitó a pasar. El lugar era bastante más grande que el que compartían los chicos, claro que el tamaño de las cabañas era proporcional al de los logros del equipo como Cazadores. Teniendo en cuenta que su primera caza había sido el día anterior —y, de hecho, no muy exitosa—, tampoco podían quejarse.

            —CanLie os ha enviado aquí, ¿cierto? —dijo sentándose en el suelo y los chicos, tras asentir, hicieron lo mismo—. Bien, todos los que ascienden a Cazadores tienen que venir por aquí, para que los vaya informando sobre las nuevas actividades que deberán realizar por la comunidad y los rituales que deberán seguir para formar parte de ella —los chicos asintieron—. ¿Estáis preparados para vuestra nueva vida?
            —Sí —dijo Kai y todos asintieron.
            —Estamos prepararos —fue la respuesta unánime del grupo.
            —Está bien, entonces comenzaré —QuingZhu  se acomodó un poco y miró a los chicos antes de hablar—. Como ya sabéis, los Cazadores son una pieza muy importante en esta tierra. Nuestro origen se remonta al momento en el que el Dios Guerrero Nuth descendió de los Cielos para combatir a los Dragones que amenazaban nuestra tierra. Desde aquel momento, somos los encargados de protegerla. Por eso los hombres más fuertes —miró a BaiXian—, o los más inteligentes, son los elegidos para convertirse en Cazadores. Vosotros ya sois Cazadores y a partir de ahora deberéis seguir la rutina de un Cazador.
            —¿Cuál es esa rutina? —preguntó ZiTao sin poder contenerse y QuingZhu sonrió.

            Si hubiera sido Kris el encargado de explicar aquello, ZiTao estaría estampado contra el suelo por haber interrumpido. Pero QuingZhu era alguien más calmado, tenía un carácter parecido al de YiXing.

            —La paciencia es una gran virtud para un Cazador, recuérdalo —fue  lo que dijo—. Esta noche empieza vuestro rito de iniciación, tras la primera caza es la costumbre —todos asintieron—. Seréis marcados como Cazadores para que todos los habitantes, ya sean de esta aldea o de las otras, os puedan distinguir como tales. Además, podréis comenzar a dar instrucciones a los aspirantes más pequeños en cuanto realicéis vuestra primera caza con éxito.

            Los cuatro chicos agacharon la cabeza, avergonzados. La primera caza que habían realizado el día anterior había sido un completo fracaso. Aunque ellos no habían tenido la culpa, sino aquel Dragón Dorado. Aquello seguía siendo una misión incumplida y comenzar su andadura cómo Cazadores de esa manera no era una buena forma.

            Sin embargo, ZiTao no pensó en aquel Dragón Dorado, sino en el pequeño Dragón Arcoíris danzando en el cielo.

            —No importa que vuestra primera caza no haya ido bien —murmuró QuingZhu adivinando los pensamientos de los chicos—. Las siguientes irán muchísimo mejor.
            —¿El Dragón Negro? —susurró BaiXian—. ¿Lo cazarán? —QuingZhu asintió.
            —Hoy han salido de nuevo de caza Kris, LuHan y YiXing —contestó y los chicos asintieron.
            —Nosotros les estorbábamos —comentó Kai cabizbajo y sus chicos se acercaron a él para apoyarlo. Era su líder y había recibido su primera herida por proteger a otro miembro, sin embargo la caza…
            —Nada de eso —la dulce voz de QuingZhu los hizo salir de su ensimismamiento y lo miraron—. Si ellos decidieron que erais lo suficientemente buenos como para que los acompañarais en la caza, es porque lo sois —los miró de una manera muy penetrante con sus ojos saltones y Chen se escondió levemente en el hombro de ZiTao—. Sois dignos de llevar el nombre de Cazador y desempeñar ese cargo. Un contratiempo provocado por otro Dragón es algo común en las cazas.
            —¿Por qué no nos han llevado hoy con ellos? —preguntó Chen y el Cazador señaló el brazo de Kai.
            —Vuestro líder está herido, vosotros estáis cansados y era vuestra primera caza –explicó—. Además, el jefe os quería aquí esta noche.
            —¿Por qué el jefe…? —comenzó a preguntar ZiTao, pero BaiXian le tapó la boca con su mano esbozando una pequeña sonrisa.
            —Porque esta noche es nuestro rito de iniciación —contestó el chico.

            Después de eso, se despidieron de QuingZhu y salieron de su cabaña. Los cuatro caminaron por el poblado de nuevo, esta vez en dirección a ningún lugar. Tenían el día libre y sin preocupaciones. Llegaron de nuevo a la cabaña que compartían y se sentaron en el suelo, sin nada qué hacer. Chen volvió a curar el brazo del líder, que ya tenía mejor pinta que la noche anterior.

            —¿Qué hacemos, chicos? —preguntó BaiXian y todos lo miraron encogiéndose de hombros, todos menos ZiTao, que estaba en su mundo.
            —No lo sé —dijo Kai—. Aquí el listo eres tú —el chico bufó y se giró a ver a ZiTao, por si él tenía algo en mente. Pero al encontrárselo con la mirada perdida hizo un puchero.
            —¿ZiTao? —llamó—. ¿ZiTao? —tuvo que llamarlo un par de veces hasta que el chico por fin le miró.
            —Lo siento, ¿qué decías? —preguntó intentando volver a la conversación con sus compañeros, aunque no podía concentrarse del todo.
            —¿Otra vez pensando en el Dragón Arcoíris? —adivinó esta vez Chen y ZiTao asintió.
            —Pensaba… Si… Si ese Dragón… No sería algo hermoso de ver —los chicos se quedaron de piedra al escuchar esas palabras y él supo que no debía contar lo que había visto a nadie o saldrían a cazarlo inmediatamente y era una criatura demasiado hermosa para sufrir aquel destino—. Quiero decir, sé que es una leyenda, pero los Dragones son criaturas de belleza excepcional —tragó saliva e intentó armar algo creíble—. Una belleza mortífera, pero al fin y al cabo belleza —vio cómo BaiXian asentía levemente, de acuerdo con él y respiró tranquilo—. No vi muy bien al Dragón Dorado de ayer… Pero me pareció hermoso —Kai bufó, pero él no le hizo caso—. Por eso me preguntaba cómo sería de hermoso el Dragón Arcoíris.
            —Vaya… —murmuró Chen—. ¿Quién hubiera dicho que los hombretones del Norte podían admirar la belleza?
            —No te burles —BaiXian le dio un manotazo en la nuca—. ZiTao tiene razón.
            —A mí no me lo parecen —dijo Kai—. Yo pienso que los Dragones son unos monstruos con los que hay que acabar.

            Esas contundentes palabras provocaron que un silencio incómodo se instalara entre los cuatro chicos en la cabaña. Cada uno tenía su opinión y respetaban la del otro, pero aquello los había dejado sin nada que decir. Ahora eran Cazadores, su deber a partir de ese momento, sería cazar a los Dragones que estuvieran sembrando el pánico en las aldeas a las que debían proteger. Sin embargo, ZiTao no paraba de pensar que él no podría hacerle ningún daño a aquel Dragón Arcoíris.

            El resto del día fue incómodo, pero intentaron pasarlo medianamente bien y de forma entretenida. Cuando cayó la noche, los chicos se vistieron con la ropa de Cazadores y avanzaron por el poblado en medio de un silencio sepulcral. Sin más luz que la que les ofrecía la primera luna, la segunda todavía tardaría varias horas en salir.

            Cuando llegaron frente al altar del Santuario del Dios Nuth, se inclinaron ante él. Hincándose de rodillas en el suelo y esperaron, tal y como les había dicho QuingZhu, a que los Cazadores del poblado aparecieran ante ellos. No pasó mucho tiempo cuando de entre las cabañas empezaron a surgir figuras, vestidas de cuero, como ellos.

            Los chicos se alzaron cuando una mano se lo indicó y pudieron ver que todos a su alrededor portaban máscaras. El Cazador les había dicho que no se asustaran de nada de lo que pudiera pasar y que lo que sucediera esa noche no podría ser contado jamás. Fueron guiados al río Sif, sin decir ni una palabra, y allí los hicieron introducirse en el agua helada.

            Ninguno supo cuánto tiempo estuvieron metidos allí. Solo cuando sus músculos comenzaron a agarrotarse, fueron sacados del agua. ZiTao sintió cómo BaiXian se acercaba a él en busca de un calor que no podía brindarle, pero aun así, lo apretó fuertemente contra su cuerpo. Debía cuidar de él.

            Caminaron de nuevo, esta vez de regreso a la aldea. Junto al Santuario se detuvieron y los hicieron sentarse en el suelo, cerca de una hoguera que antes no estaba allí. Los cuatro agradecieron el calor que esta les proporcionaba, pero con sus ropas mojadas no entraban en calor y no les habían indicado que se las quitaran. La única norma que QuingZhu les había dicho que debían de seguir al pie de la letra era la de no  hacer nada que no les marcaran hacer.

            Las figuras enmascaradas los rodeaban y les ponían los pelos de punta. Se sentían amenazados por ellas, incómodos. Pero sabían que no les harían ningún daño.

            De repente, ante ellos se colocaron dos figuras. Cada una portando dos cuencos con un líquido espeso y de olor fuerte que ellos nunca habían visto ni olido, ni siquiera habían oído hablar de él. Las figuras les tendieron los cuencos y ellos los tomaron entre sus manos. El barro cocido estaba caliente y levemente humedecido. Les indicaron que bebieran y así lo hicieron.

            Rápidamente el calor comenzó a inundar sus cuerpos, a la vez que aquel líquido con sabor amargo bajaba por sus gargantas. Cuando se acabaron esos cuencos, otras dos figuras aparecieron ante ellos con otros más y bebieron de nuevo. El proceso se repitió varias veces.

            Los chicos comenzaron a sentirse levemente mareados. El calor los abrasaba por dentro y les sobraba hasta su propia piel. Las figuras danzaban a su alrededor, al igual que las llamas lo hacían frente a ellos y los hipnotizaban. Sentían el frío de la noche, pero el calor era más fuerte. Notaban cómo sus cuerpos picaban, pero no podía rascarse.

            La segunda luna asomó tras las Montañas de Fuego, haciendo el camino inverso a todos los demás astros. Saliendo por el Oeste y teniendo su ocaso en el Este. De repente, el silencio de la noche fue interrumpido por bramidos, por gritos, por gente cantando. Los chicos miraron a su alrededor, desorientados.

            Todo daba vueltas. Todo estaba borroso.

            Las figuras dejaron de danzar a su alrededor y se acercaron a ellos. Los levantaron del suelo como si fueran muñecos de trapo y los guiaron hacia otro lugar, hacía un lugar que ellos jamás habían visto. ZiTao intentaba enfocarse en lo que estaba pasando, pero su mente no tenía conexión alguna con su cuerpo. Solo podía dejarse guiar, al igual que sus compañeros. Miró a BaiXian y este le devolvió la mirada. Sus ojos estaban rojos.

            Entraron a una cabaña y los sentaron en el suelo. El lugar era grande, bastante grande, tanto que allí estaban todos los enmascarados que los habían acompañado todo ese tiempo. También había luces que danzaban y que los confundían y mareaban más todavía.

            ZiTao de repente sintió algo en su brazo izquierdo. Un pinchazo, un leve dolor. Se giró lentamente, intentando enfocarse, pero solo pudo notar a una figura haciéndole algo a su brazo. Intentó moverse, apartare de lo que le hacía daño. Pero no podía, su cuerpo no le respondía. Buscó a sus compañeros, ellos también intentaban lo mismo que él.

            Otra figura se colocó ante él y le tendió otro cuenco con ese líquido espeso. Quiso rechazarlo, pero no podía hacer nada. La figura lo advirtió y le abrió la boca, haciendo que bebiera todo el contenido. Durante unos segundos, ZiTao sintió que volaba, para luego caer en la oscuridad.



            Cuando despertó de nuevo estaba desubicado. Ya no había nadie. Las luces ya no danzaban y se encontraba en su propia y pequeña cabaña. Giró su cuello a un lado y a otro haciendo un gran esfuerzo y vio a sus compañeros junto a él, durmiendo sobre el suelo. Tenía mucho calor, la ropa le sobraba y se la quitó, no podía tenerla más tiempo encima.

            Se colocó de rodillas y comenzó a gatear hacia sus compañeros, para despertarlos. Todavía era de noche, las lunas no se habían escondido y poca luz era la que entraba por la pequeña ventana. Sin embargo, ZiTao necesitaba despertarlos. Comenzó con Chen, que abrió sus ojos con pocos roces. El chico movió sus labios intentando hablar, pero ningún sonido salió de estos.

            ZiTao buscó a Kai e hizo lo mismo. De reojo pudo ver cómo Chen se quitaba también su ropa. Hacía demasiado calor en aquella cabaña. Cuando consiguió que el líder despertara fue hacia BaiXian. Comenzó a mecerlo para que abriera sus ojos al tocar su cara, pero nada daba resultado. El chico se intentó levantar. Pero aún seguía mareado y cayó sobre su compañero, que lo atrapó entre sus brazos y con un rápido movimiento se giró y quedó sobre él.

            BaiXian abrió sus ojos y vio a ZiTao bajo él. Pero no se levantó, como habría hecho normalmente, solo se quitó su ropa y se tumbó de nuevo sobre él. ZiTao intentó moverlo, pero sus fuerzas lo habían abandonado. Sólo podía sentir cómo las pequeñas manos de su compañero volaban por su cuerpo, quemándole la piel. Hasta que sus manos fueron relevadas por sus labios.

            En esos momentos todo se desvaneció para ZiTao, sólo se dedicó a sentir. A sentir como todo se nublaba, como la racionalidad se iba, cómo todos los prejuicios los abandonaban y cómo los cuatro danzaban los unos con los otros sin que importara nada.



            Cuando a la mañana siguiente todos despertaron de nuevo y se encontraron en aquella situación, no pudieron evitar que el color rojo cubriera sus mejillas. BaiXian, que había despertado sobre Kai, se intentó levantar de su cuerpo. Pero en eso quedó, en el intento, ya que un gran dolor en el trasero lo hizo gritar y caer de nuevo sobre el líder.

            —Brutos —murmuró—. Duele muchísimo.
            —Lo siento —dijo ZiTao acercándose al chico.
            —Pues anoche no decías que dolía —comentó el líder con una sonrisa pícara.

            Un flash de BaiXian saltando sobre el miembro de Kai y del suyo, mientras lamía el miembro de Chen atacó la mente de ZiTao y este abrió sus ojos sin poder creérselo.

            —¿Cómo…? —comenzó a preguntar, pero Chen lo cortó.
            —Anoche nos dieron algo de beber que nubló nuestra racionalidad —dijo—. No sé lo que sería, pero solo así pudimos hacer algo así con BaiXian —este se encogió entre los brazos de Kai y el otro lo abrazó fuertemente.
            —Es parte del ritual —murmuró BaiXian—. Que los cuatro integrantes del grupo hagan eso
            —¿Lo sabías? —preguntó Kai.
            —Alguien me lo dijo anoche mientras me daban de beber —contó.

            El silencio cayó sobre los chicos tras aquellas palabras. Todo lo que habían hecho en esa cabaña, lo que le habían hecho a BaiXian y entre ellos, había sido parte del ritual. Pasaron unos cuantos minutos así hasta que Chen se decidió a levantarse y a ir hacia BaiXian.

            —Intentaré hacer algo para que no te duela mucho —dijo.
            —Primero deberías ver cómo tenemos los brazos —le contestó el chico y los demás miraron sus respectivos brazos, viendo aquel tatuaje que los marcaba como Cazadores.
            —Está rojo —murmuró ZiTao.
            —Os pondré algo para que no se infecte —Chen se vistió y salió de la cabaña. ZiTao aprovechó para acercarse más a los otros dos chicos, que aún seguían tumbados uno encima del otro.
            —¿Cómo estás? —le preguntó a BaiXian.
            —Horrible —el chico escondió su cara en el pecho del líder—. Me da vergüenza que me veáis así… Después de anoche…
            —No tengas vergüenza —dijo Kai—. Era parte del ritual para convertirnos en Cazadores, puede que para hacernos más unidos, más cercanos —comenzó a tocar el cabello rizado del chico hasta que este hizo un ruidito que venía a decir que estaba conforme con eso, pero que por el momento lo dejaran tranquilo.
            —Chicos —llamó Chen entrando por la puerta—. Creo que con esto estaréis listos en un pispas —dejó unas hierbas en un cuenco que tenía por allí y otras las plantó en el brazo izquierdo de ZiTao, haciendo que este siseara—. No te quejes que no duele, yo ya me las he puesto —enseñó su brazo que ya tenía esas hierbas sujetas a la piel con unas tiras de lino.
            No es que me queje porque duele contestó—. Es que no me lo esperaba y pica se intentó rascar, pero Chen le dio un manotazo.
            Ni se te ocurra rascártelo o te daré palazos por todo el cuerpo amenazó.
            Chen advirtió Kai, que ayudaba a BaiXian a levantarse de su cuerpo intentando que no le doliera.
            Está bien, está bien… murmuró y acabó de ponerle las hierbas y amarrarlas—. Listo, ya te puedes vestir y hacer lo que te dé la gana.
            Pero yo me quiero quedar aquí contestó.
            Mejor que no estéis aquí cuando comience a curar a BaiXian comentó.
            ¿Y eso? dijo el nombrado, que había acabado tumbado con la cara pegada al suelo.
            Te va a doler un poco y tendré que hacer algo un poco desagradable a la vista, mejor que no haya mucha gente por aquí pululando.
            Entonces iros.

            ZiTao buscó su ropa entre la maraña de trapos y se vistió mientras Chen le ponía aquellas mismas hierbas a Kai. Cuando acabó se despidió de los chicos con la mano y salió a la luz del sol. No esperó al líder, de todas maneras ambos irían luego por caminos diferentes, por lo que no pasaba nada porque se separaran desde el principio.

            El chico caminó por el poblado, saludando a todos aquellos a los que se encontraba en su paseo y luego salió de allí. No hacía mucho que había salido el sol y todavía no hacía calor, de hecho, seguía haciendo bastante fresco a pesar de la época en la que estaban. Tras un buen rato dando vueltas de un lado a otro, ZiTao se dirigió al Santuario del Dios Nuth y le presentó sus respetos como Cazador.

            Poco después, llegó hasta las riberas del río y se tumbó en la orilla a descansar y a pensar. Todavía no podía creer cómo su vida había cambiado en apenas dos días. Antes era un aprendiz y ahora ya era Cazador, había tenido su primera caza y hecho el ritual. Pero además de eso, había hecho otra cosa que sus compañeros no, había visto al Dragón Arcoíris.

            No tenía muy claro qué hacer con aquella información. Podría decirle a los demás Cazadores lo que había visto y que lo cazaran porque era un ser peligroso, pero a él no le había parecido nada peligroso. Solo era una criatura hermosa e inofensiva.

            De repente, sintió la enorme necesidad de volver a ver a aquel Dragón y poder seguir admirando su belleza. Sin pensarlo, se dirigió al vado del río y cruzó al otro lado. Siguió el curso del agua en sentido inverso al que corría, en busca de aquella arboleda en la que se habían internado el día que fueron de caza, pero por aquel camino.

            Ese camino estaba más desprotegido que el que habían recorrido, cerca de las Montañas de Fuego, pero era mucho más corto. En poco tiempo, ZiTao encontró el lugar y se adentró en él. Buscó un árbol que tuviera ramas bajas y fuera alto. En cuanto lo encontró, subió a él y escaló hasta la copa. Asomó su cabeza entre las ramas y recorrió el cielo azul con su vista. No había ni rastro del Dragón Arcoíris.

            Pero ZiTao no se iba a rendir tan fácilmente. Algún día, volvería a verlo, daba igual cuanto tardara en hacerlo. Volvería a ver al Dragón Arcoíris, eso lo tenía muy claro.





Aclaraciones finales:
—BaiXian: nombre chino de BaekHyun.
—CanLie: nombre chino de ChanYeol.
QuingZhu: nombre chino de KyungSoo. (D.O.)


8 comentarios:

  1. Kyaaaaaa!!!!!! Dragones!!!!!!! Me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta me encanta!!!!!! Eres la mejor!!!! Con lo que a mi me gusta la fantasia y los dragones y tu me lo das mezclado con el hermoso yaoi QuQ (porque que conste que si tuviera que elegir entre la fantasia y el yaoi muy a mi pesar me quedaria con la fantasia).

    Me pregunto quién será el dragón. ¿O acaso se quedará con nuestro Baekhyuni (que por cierto pobrecillo la que le debieron de dar xD poooooobrecillo LOL)? Ya sé ya sé, hago muchas preguntas pero en el fondo no quiero que me las cntesten sinovleerlas yo :P No seré capaz de aguantar un mes Q.Q

    Saludos!

    Nyerelia

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    1. Me alegra que te fuste tanto ^^
      Si a mí me dieran a elegir ahría igual que tú... la fantasía es lo mejor ^^
      No puedo contestarte a nada porque le quito la magia... I'm sorry... pero tranquila, un mes pasa volando... más para mí que luego seguro que me pongo a escribir con prisas -.-"
      Besos
      Minako

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  2. ewe
    Así que el ritual tuvo como resultado follar al tocino. Baek siempre se lleva las malas.
    LOL
    Plis, obvio el dragón arcoiris es Sehun! <3
    Sehun= ARCOIRIS
    Más lógico no puede ser xDDDDD
    El punto aquí es que debías haber escrito esa orgía de los cuatro T________T

    Y que onda, me parece que los cazadores pueden llegar a creerse mucho por ser importantes para la aldea, no pueden hacer lo que se les viene en pinche gana.

    Nombres chinos de los chicos? Espéro que se me graben a la larga.
    Esperaré un mes con ansias :3

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    1. Jup... encima que quería hacer un ritual bastante escandaloso. Que me estuve informando y todo en rituales de hace siglos... -.-
      Oish!!! Pero qué lista es mi Yul... has dado en el clavo... XD
      La iba a escribir... pero pensé: "están todos drogados, no puede salir nada muy coherente, mejor lo dejo así"

      Yeh... nombres chinos... quería hacer algo nuevo ^^

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  3. No sabia de su existencia... hasta que vi la segunda parte xD.

    Es interesante el tema de los dragones~ y el ritual muy hardcore jajajaja. Mañana voy a por el segundo :v

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    1. Bueno, es que esta la publiqué hace mucho y estoy retomando ahora la historia para acabarla ^^
      Me alegra que te parezca interesante ^^ Ne, muy hardcore XD

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  4. Pobre Baek, le debió haber dolido mucho XD
    Que aparecieran dragones me parece más interesante, sobre todo el dragón arcoiris

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    1. Nah... No tanto (?)
      Los Dragones son geniales ^^ Una historia con Dragones es vida (al menos para mí XD)

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