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lunes, 27 de julio de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 13
Tercera Prueba

            Los tres chicos salieron del despacho del director de Durmstrang después de que este les contara todo aquello. SeHun se despidió de ellos con un movimiento de cabeza y se alejó por el pasillo, dejándolos solos. JongIn miró a un lado y a otro antes de volver su vista hacia ZiTao, que lo observaba muy fijamente. El chico tragó saliva, nunca se acostumbraría a aquella intensa mirada por parte del mayor, y luego se acercó unos cuantos centímetros al cuerpo del otro. Estaban solos, podían tocarse, podían besarse, podían hacer lo que quisieran, todo aquello que habían estado reteniendo en los anteriores meses, pero cuando estaban a punto de rozar sus labios con los del otro, la puerta del despacho se abrió y por ella salieron las directoras de Beauxbatons y Hogwarts.

miércoles, 7 de enero de 2015

EXO 3ª Temporada

Capítulo 13
Cumpleaños


            —Humm… —murmuré intentando abrir mis ojos ante el insistente sonido del despertador, pero estaba demasiado cansado e incluso los párpados me pesaban. A mi lado, sentí un movimiento y, por inercia me moví hacia allí.
            —JongDae… tengo clase, suelta —escuché la voz de MinSeok.
            —No quiero… —con las pocas fuerzas que tenía me abracé a su cintura y no lo dejé escapar.
            —Oh vamos… —intentó zafarse, pero no lo consiguió—. En serio, tengo clase.

martes, 29 de octubre de 2013

Vampire Stories

Capítulo 13
El Parque Parte II


   -¿Vamos?- me preguntó MinHyuk una vez todos se habían ido de la entrada del parque.

   Yo asentí y lo seguí puertas adentro hasta llegar a la parte central del inmenso parque. Nos sentamos en un banco e inmediatamente nos pusimos los patines. Nos colgamos la mochila con los zapatos a las espaldas y empezamos a patinar.

   -Advierto que no se patinar demasiado bien- me dijo MinHyuk con cara de asustado.
   -No te preocupes- le dije con total confianza- Yo te enseñaré y mejorarás. Ya verás cómo aprendes rápido- le extendí la mano para que pudiera sujetarse un poco.

   Me dio su mano. Estaba tan fría que agradecía que tuviera esa temperatura para no notar como subía la mía. Pero me extrañó que estuviese tan frío con el calor que hacía aquel día.

   Durante el trayecto que estuvimos practicando noté como mejoraba poco a poco. Con un poco de esfuerzo conseguiría que aquel chico pudiera patinar como un profesional y quizás se apuntase a los campeonatos de patinaje artístico y ganase y todo. No, demasiados pajaritos tenía yo en la cabeza.

   -Paremos un rato, quiero ir a comprarme un refresco- le dije a MinHyuk.
   -De acuerdo- asintió- te espero en aquel banco, ¿vale?
   -Vale- dije con una media sonrisa y poniéndome en la cola para conseguir una botella de agua bien fría.

   Aquella mañana hacia demasiado calor y mi sistema no iba a aguantar mucho. Me desmayaría dentro de poco como siguiera haciendo aquel bochorno y permaneciendo al lado del chico que se había ofrecido a patinar a pesar de no saber mucho del tema.

   La cola se me estaba haciendo eterna y resoplaba cada dos por tres debido a mi impaciencia. Y todo era porque había un chico que no se decidía qué helado escoger. Después de 10 minutos acabó de decidirse y la cola avanzó un poco más rápido.

   Por fin me tocó a mí tras esperar un cuarto de hora y conseguí mi esperada botella de agua.

   Mientras me dirigía al banco donde estaba MinHyuk intenté abrir la botella. Sin darme cuenta escuché como una muchacha gritaba un nombre y seguidamente miré a mis pies. Todo fue a cámara lenta.

   Una cuerda empezó a entrelazarse entre la estructura de mis patines y las ruedas y cuando iba a desengancharla algo tiró bruscamente de la cuerda e hizo que perdiese el equilibrio.

   Inmediatamente MinHyuk se levantó del banco más rápido que un rayo y en pocos segundos estuve en sus brazos. Me impresionó mucho la velocidad con la que había llegado a mí, y además, teniendo todavía los patines puestos, cuando hace un rato me dijo que no sabía patinar.

   Lo miré aturdida mientras él sujetaba con la otra mano que tenía libre, la cuerda de mis patines. La muchacha llegó a nosotros disculpándose porque su perro se había escapado.

   MinHyuk la disculpó por mí, ya que no tenía palabras. Estaba asimilando todavía todo lo que había pasado en apenas dos segundos.

   -¿Estás bien?- preguntó todavía en cuclillas y preocupado al ver mi cara de petrificada. Mi mirada seguía fija en la suya, pero sin decir nada.
   -Inma, por favor, no me asustes- dijo con tono alarmante- contesta- me pidió.
   -Sí- dije con un hilo de voz.
   -Sentémonos- y me llevó al mismo banco donde hace un rato él estaba esperándome. Me dio la botella ya abierta y bebí un largo trago de agua- van a matarme- murmuró mientras miraba a mis espaldas.
   -¿Qué has dicho?- dije frunciendo el ceño.
   -Nada. Que será mejor que descanses.
           
   Después de descansar, decidimos seguir patinando unos momentos más, para más tarde dirigirnos al punto de encuentro en el que habíamos quedado con los demás para almorzar.

-oooOOOooo-

   Poco a poco las distintas parejas fueron llegando al lugar en el que habían quedado. Este se encontraba cerca de donde estaban. Un pequeño parque con zonas con mesas para poder comer al aire libre. Los chicos se habían encargado de llevar todo lo necesario en sus mochilas. Desde los cubiertos de plástico hasta manteles.

   Los primeros fueron Ana y DaeHyun que se cruzaron poco antes de llegar con Lorena y Joe.

   -Bueno... ¿dónde queréis poneros?- preguntó Joe.
   -No sé...- respondió Lorena- ¿tú que dices Ana?

   Antes de que esta pudiese decir nada DaeHyun fue a una de las mesas de piedra que estaban más apartadas, justo bajo un enorme árbol.

   -Parece que ya tenemos sitio- comentó Joe mientras iba hacia donde estaba su amigo.

   En cuanto llegaron, los cuatro se pusieron a sacar cosas de las mochilas y a colocarlas en la mesa. Ellos permanecían callados concentrados en sus tareas mientras ellas hablaban animadamente.

   En ese momento vieron como otra de las parejas se dirigía hacía donde ellos estaban. Eran ChunJi y Lou que venían hablando y sonriendo, como dos buenos amigos que se conocen de hace tiempo o una pareja de enamorados.

   -¿Desde cuándo os lleváis tan bien vosotros dos?- preguntó Ana a la pareja de recién llegados.
   -¿Qué pasa? ¿No puedo llevarme bien con él?- inquirió la chica- ¿tan raro es?
   -Sí- respondieron los cuatro, aunque DaeHyun solo asintiera con la cabeza.
   -¿Que pasa chicos?- preguntó Inma que acababa de llegar con MinHyuk.
   -Nada- dijo Lorena- que ahora Lou y ChunJi se llevan bien.
   -Wow- dijeron los dos visiblemente sorprendidos al igual que el resto.
   -¿Y ese milagro cuando ha pasado?- preguntó MinHyuk.
   -No te pases- le dijo ChunJi al chico, visiblemente molesto.
   -Perdón, perdón...
   -Bueno, ¿comemos?- preguntó Inma muy contenta.
   -¿Tu siempre tienes hambre o es cosa mía?- preguntó Ana.
   -Yo de verdad que no entiendo donde mete tanta comida. Y más sin engordar...- dijo esta vez Lorena.
   -Já. Es un secreto- rio Inma y se sentó junto a sus amigas al igual que MinHyuk se sentaba con sus compañeros.

   Seguidamente todos comenzaron a degustar la rica comida que los chicos se habían encargado de preparar para ellas.

   Después de la comida todas se despidieron de los chicos y aunque Inma tardó más de la cuenta con MinHyuk, los demás no sospecharon nada. Cogieron de nuevo el bus que las dejaría a pocos metros de casa y comentando su día se les pasó el camino.

   Al llegar, todas se encerraron en sus cuartos cansadas por todo el ejercicio que habían hecho, ya que eran más de estar en casa leyendo libros que de salir a dar pingos por ahí y estaban medio muertas.

   Ya era más de noche que de día en aquel día de principios de Marzo cuando Ana salió de su habitación buscando a Inma para que le prestara algún libro, puesto que a ella no le habían mandado ninguno desde Antequera como habían hecho con Lorena.

   Sin embargo, cuando llamó y no obtuvo contestación se extrañó un poco.

   -*“A lo mejor está dormida”- pensó.

   Cuidadosamente entró a la habitación y se dio cuenta de que allí dentro no había nadie. Un poco mosqueada salió y comenzó a buscarla por todo el piso sin que esta diera señales de vida alguna.
   -*Chicas…- les dijo a Lou y a Lore cuando las vio en el salón- ¿habéis visto a Inma?
   -*¿No está en su dormitorio?- preguntó Lourdes y Ana negó con la cabeza.
   -*La he buscado por todas partes…- contestó.
   -*Se habrá ido con MinHyuk- supuso Lorena- parecía que querían estar a solas y juntos un rato y les robamos su mañana.
   -*Eso será.

-oooOOOooo-

   Llegaba tarde a la cita. Había tardado más de lo previsto en poder salir de casa sin que ninguna de las chicas me viera.

   Después de andar unos metros y coger el bus por fin llegué a la entrada del parque. Justo en la entrada, me lo encontré mirando el móvil apoyado en una de las columnas del arco, como hacía siempre cuando esperaba a alguien.

   -Perdón por el retraso- me disculpé.
   -No pasa nada, hace cinco minutos que he llegado- dijo retirándose de la columna y acercándose a mí todo sonriente.

   Tras sonreírnos mutuamente, decidimos ir a pasear por el lugar. Era un sitio bastante bonito por el cual hacerlo, así que era agradable. Además, la compañía hacía que el lugar fuera todavía más impresionante. Sin embargo, tras un rato, decidimos sentarnos bajo un árbol para refrescarnos en su sombra. Seguía haciendo demasiado calor para la época del año en la que estábamos.

   Nos quedamos en silencio unos momentos, observando a nuestro alrededor, hasta que MinHyuk decidió hablar.

   -Vamos, te invito a algo en una cafetería del centro- dijo para romper el hielo- me han dicho que tienen unas pastas muy ricas- sonrió.

   Al oír “pastas” se me iluminó la mirada y me sentí mucho mejor. Y más si me invitaba él. Se me estaba haciendo la boca agua solo de pensar en los ricos dulces que me comería en unos momentos.

   -¿Qué me dices?- me preguntó al ver que no contestaba.
   -¡Me apunto!- le dije- ¡Vamos!- le insté para que se levantara del dichoso banco. Le cogí de la mano y tiré de él para levantarlo- ¡vamos! ¡Vamos! ¡Por fa!- fue inútil intentar que se levantase, no podía con él- ¡Levanta!- le supliqué al final.
   -Vale, vale. Voy- dijo entre carcajadas.

   Finalmente se levantó y nos pusimos en marcha hacia la cafetería que él decía en el centro. Al llegar al lugar que había mencionado, me sostuvo la puerta para que entrase como todo un caballero y yo le sonreí.

   Entré y miré a mi alrededor. Aquella cafetería era enorme y bastante elegante. Podía ver muebles muy bonitos y escaparates de pastas llenos hasta los topes. Y parecían muy deliciosos.

   -¿Qué te parece?- preguntó MinHyuk. Aunque un poco tarde- ¿Inma?
   -¡¡¡Waaaa!!!- exclamé. Yo tenía mi cara pegada al cristal viendo las pastas que me pediría- estoy aquí- le dije, ya que él se había quedado un poco atrás- ¿puedo pedir esta?- pregunté señalando con un dedo a una pasta cuadrada rellena de crema por dentro y espolvoreada con canela y chocolate por encima.
   -Claro- dijo MinHyuk.
   -¡Ah!- exclamé- ¡esta también porfa!
   -Vale, pero no pongas esa cara de corderito degollado- dijo riendo. Asentí y me separé del escaparate.
   -¿Quieres algo de beber?
   -Sí. Un zumo de naranja, por favor- le dije mientras la dependienta comenzaba a dejar las pastas en un plato.
   -Vale.

   MinHyuk pidió mi zumo de naranja y lo suyo y después nos sentamos en una mesa pegada a la ventana para degustar los deliciosos dulces de aquella cafetería.

   -Te habrá costado un ojo de la cara todo esto, ¿no?- dije algo preocupada mientas engullía mi pastelito.
   -No, que va.
   -Te devolveré el dinero en cuanto pueda- le dije al no estar muy convencida de sus palabras.
   -No tienes por qué pagarme nada. Por un día puedo permitírmelo- lo miré con los ojos entrecerrados y le pregunté:
   -¿Eres millonario?
   -No- rio a carcajadas- ¿acaso ves que tenga ropa cara o que vaya a la universidad con un Ferrari?
   -No- dije llevándome una pasta a la boca- pero a lo mejor escondes tu fortuna para aparentar ser un tipo normal. Muchos lo hacen.
   -Te aseguro que no tengo millones escondidos. Si no, no estaría aquí en Seúl estudiando. Estaría quizás...- se quedó pensando unos segundos- en Estados Unidos en alguna universidad de prestigio.
   -Me alegro de que no lo seas- susurré.
   -¿Ah, sí? ¿Y eso por qué?
   -Bu... bueno... porque si no estarías estudiando en otro sitio y no nos habríamos conocido- contesté sonrojándome.
   -Visto de ese modo… yo también me alegro- dijo con una gran sonrisa.

   Al cabo de una hora más o menos habíamos acabado y salimos fuera.
Me lo pasé genial hablando con él y me sentí muy cómoda a su lado.

   -Inma, ¿te apetece salir mañana también?- me dijo a la entrada de la cafetería.
   -Claro. No creo que esté ocupada mañana.
   -Quiero decir...- vaciló tímidamente- ¿quieres salir conmigo?- me quedé con cara de póker- como novios, digo- dijo con un hilo de voz esperando mi respuesta definitiva.
   -Em...- vacilé por no saber qué responder- ¿puedo llamarte cuando llegue a casa y cuando me lo haya pensado un momento?- le pregunté.
   -Por supuesto- dijo con media sonrisa- te acompaño a casa- yo asentí y caminamos en silencio hacia el apartamento.

   Cuando llegamos a la entrada, MinHyuk me extendió un trozo de papel pequeño con unos números.

   -Toma, llámame a este número. Solo es provisional. Mañana tendré otro.
   -Entonces, ¿cómo contactan tus amigos contigo?- pregunté extrañada.
   -Tenemos nuestros propios medios de comunicación.
   -Ah vale. Te llamo entonces luego, ¿de acuerdo?
   -Vale- dijo dándome un beso en la frente- Buenas noches.

   Y desapareció.

   Metí la clave e intenté entrar en casa, sin embargo, algo atascaba la puerta, así que empuje con más fuerza. Lorena y Ana chillaron y cayeron al suelo.

   -¿Qué estáis haciendo?- pregunté al verlas en el suelo.
   -Te estaban escuchando detrás de la puerta y mirando por la mirilla- gritó Lourdes desde la cocina.
   -¿Me estabais espiando?- pregunté con un tono más agudo de lo normal. Las dos chicas rieron nerviosamente y asintieron- bah, no importa- dije finalmente.
   -¿No te vas a enfadar?- preguntó Ana.
   -Estoy muy cansada para eso, además nunca me enfadaría con vosotras por espiarme. Yo también lo hago.

   Me acerqué a la cocina para ver que estaba haciendo Lourdes de comer y sonreí. La pasta tenía muy buena pinta.

   Fue un día agotador, y todavía estaba asimilando lo que había pasado. Tenía que contarles a las chicas lo que me había pasado con MinHyuk, pero mejor lo haría mañana, en esos momentos estaba reventada. Además, al día siguiente había clases y tenía que madrugar.

   Saqué el número que me dio MinHyuk del bolsillo trasero y lo miré. Entré a mi habitación, cerré la puerta. Cogí mi móvil  y empecé a marcar los números escritos en el papel. Tras un par de tonos escuché una voz grave al otro lado. Era él.

   -¿MinHyuk?- pregunté- soy Inma.
   -Dime.
   -Sí- murmuré- esa es mi respuesta.
   -Gracias- lo oí suspirar- ¿quedamos mañana?
   -Vale. ¿A qué hora?
   -¿A las ocho de la tarde te viene bien?
   -Perfecto.
   -De acuerdo, pasaré a recogerte, si no tienes ningún inconveniente.
   -No, no. Ningún problema.
   -Buenas noches- dijo.
   -Buenas noches- dije finalizando la conversación.

Colgamos el móvil y me dirigí hacia la cocina para comer.




miércoles, 25 de septiembre de 2013

EXO

Capítulo 13
Biblioteca



   -Últimamente tienes que ir mucho a la Biblioteca de Letras- le dije y él me miró mal. Pero era la verdad, llevaba desde el Lunes yendo allí todas las tardes, y ya era Viernes.
   -Estoy haciendo un trabajo y necesito libros de allí, ¿algún problema?- me contestó cortante.
   -No, ninguno.
   -Entonces ya puedes irte.
   -¿Por qué?
   -Te ha dicho Kevin que me vigiles, ¿verdad?- negué con la cabeza, pero a LuHan no pareció servirle esa respuesta.
   -La verdad es que me aburro- contesté- a MinSeok y JongDae apenas los veo y Kevin y YiXing están entretenidos entre el sexo y averiguar cosas del pasado, por lo que solo me quedas tú- él me miró durante unos momentos y luego bufó justo antes de echar a andar hacia la entrada de la Universidad de Letras.

-oooOOOooo-

   Aunque durante la semana que estuvimos solos me moría porque ChanYeol me tocara, sentía que no estaba preparado. Parecía una adolescente de 15 años en vez de un universitario. Por Dios, que no era virgen, ya lo había hecho con algunas tías en secundaria. Sin embargo, cada vez que sentía sus besos apasionados y sus caricias me entraba el nerviosismo y lo obligaba a parar. Lo habíamos intentado tres veces y las tres lo hice detenerse.

   ChanYeol a estas alturas debería estar odiándome, pero no, él sólo me sonreía tristemente y se acurrucaba contra mí murmurando que no pasaba nada, que íbamos demasiado rápido y que esperaría hasta que yo estuviera preparado.

   Y tenía razón en una cosa. Todo estaba pasando demasiado rápido. Habían pasado unos cuatro meses desde que descubrimos que teníamos poderes y hacía apenas unas semanas que nos habíamos confesado lo que sentíamos. Además, todo esto era nuevo para ambos. ¿Cómo era acostarse con un tío? No tenía ni idea y eso me daba mucho miedo. No tenía miedo de ChanYeol, de él jamás tendría miedo, tenía miedo de lo que pudiera pasar si nos acostábamos, de si nos hacíamos daño o de si todo acababa tan abruptamente como había empezado.

-oooOOOooo-

   Estaba tranquilamente sentado en una de las mesas de la Biblioteca intentando leer un libro mientras mi amigo tamborileaba sus dedos contra la mesa de madera vieja. Me estaba poniendo de los nervios, pero bueno, debía aguantarlo, para algo era mi mejor amigo.

   Tan perdido estaba en mi mismo que me sobresalté y casi grito cuando sentí que alguien me agarraba del brazo y me levantaba de la silla, pero me calmé al sentir que era mi novio el que había hecho aquello.

   -Haz que ZiTao no nos encuentre - le dijo a JongIn y luego, de la mano, me guio por toda la Biblioteca rápidamente.

   No pregunté a dónde íbamos, tampoco me importaba, quería estar con LuHan a toda costa, aunque fueran unos segundos y a escondidas. Me llevó hasta la sección de las revistas antiguas, un lugar que nadie visitaba.

   -LuLu- susurré y él se giró a verme con una sonrisa.
   -Aquí nadie nos molestará- murmuró acercándose peligrosamente a mí.
   -¿Qué tienes en mente?- pregunté sintiendo su aliento chocar contra mis labios cuando respiraba.
   -Tenía pensado un poco de manoseo por aquí y por allá- llevó una mano a mi trasero y di un brinco- y poder liberarnos por fin…
   -Hace mucho tiempo que no…- comencé, pero él acalló mis palabras con un beso.
   -Tranquilo…- murmuró contra mis labios, mirándome fijamente a los ojos- nada de sexo… solo… masturbémonos un rato…- me mordió mi labio inferior- y busquemos algún día para hacerlo descontroladamente…
   -Lo que tú quieras- murmuré antes de abandonarme a él.

-oooOOOooo-

   -Espero que no tengamos problemas- murmuré y él me miró.
   -¿Por qué lo dices?- me preguntó.
   -Porque es Viernes, por la tarde y el Laboratorio está cerrado- expliqué- si nos pillan, estamos muertos, sobre todo yo- puse mis manos en mi cara- me echarían de la Universidad y todo por lo que he luchado…- no pude terminar de hablar porque Kevin me apretó fuertemente contra su pecho y me quedé sin aire.
   -Tranquilo, no nos pillarán- susurró contra mi cabello y me estremecí.
   -Está bien, no lo harán- cedí pasando mis brazos por su cuello, y aferrándome a él.
   -Súbete a mí- murmuró palmeándome el trasero y yo enrosqué mis piernas alrededor de su cintura- nos subiré volando y entraremos por la ventana.

   Asentí y segundos después nos encontrábamos en el aire. Un cosquilleo se extendió por mi estómago, vértigo probablemente, nunca había hecho nada parecido a aquello. Debería tener miedo, porque cada vez íbamos más alto, en busca de la ventana del Laboratorio. Pero yo no tenía ningún miedo, Kevin nunca me dejaría caer.

   Poco después, aterrizó en el pequeño alfeizar de la ventana y abrió esta. Entramos, yo aún agarrado a él, hasta que me hizo desenvolver mis piernas de su cintura. Posé mis pies de nuevo en el suelo y tras tambalearme un poco, recuperé el equilibrio y miré a mi alrededor.

   -El Laboratorio no tiene cámaras dentro- comenté y él asintió- pero sí en el pasillo, por lo que tendremos que salir también por la ventana- me giré hacia la máquina que necesitaba primero- todavía no sé cómo me has convencido para hacer esto- murmuré y lo escuché reír.
   -Quebrantar las normas tampoco es nada tan horrible.
   -Si tú lo dices- dije mientras me ponía con aquello que habíamos ido a hacer allí.

-oooOOOooo-

   Hoy era el día que regresaban mis padres de ir a visitar a mi hermana. Al final no había podido hacer nada más allá de tocar un poco, besar y morder a BaekHyun (todavía tenía marcas del mordisco que le había dado el Lunes en el cuello). Quería más, pero sabía que estaba asustado. La verdad es que yo también lo estaba, pero lo quería demasiado y sabía que no podía ir nada mal.

   Bufé en mi solitaria habitación. En apenas unas horas ya no estaríamos más solos y yo quería aprovecharme un poco de BaekHyun. Me levanté de mi cama y salí de la habitación, entré en la de mi hermana en su busca, pero allí no estaba, así que salí al pasillo. Escuché ruidos en la ducha y supe que lo había encontrado.

   Giré el picaporte y abrí la puerta. Menos mal que no había cerrado con pestillo. Entré al baño apenas viendo nada por el vapor y me desnudé rápidamente, para luego descorrer la cortina y entrar a la ducha, abrazando a BaekHyun por la espalda, que pegó un grito al sentirme.

   -Tranquilo, soy yo- murmuré en su oído y se relajó entre mis brazos.
   -Creía que eras un violador- dijo girándose para quedar cara a cara conmigo. Era simplemente perfecto. Las gotas de agua le resbalaban por su pequeño y fino rostro y quise comérmelo.
   -No ibas muy desencaminado- susurré antes de darle un pequeño beso en los labios.
   -Mmm… Channie…
   -Me gustaría tocarte…- noté cómo se tensó- y que tú me tocaras- atrapé sus labios de nuevo- solo una paja… nada más…
   -Channie…- esta vez él se acercó a mis labios y me besó- yo…- me miró a los ojos cuando nos separamos- está bien…
   -Te quiero…- susurré.

   Bajé mis manos por su cuerpo hasta su entrepierna, pero él no se movió, así que, guie su mano derecha hacia la mía y en cuanto rozó mi miembro, que empezaba a despertar, me estremecí de placer. Junté mi frente con la suya y ambos empezamos con el vaivén sobre el miembro del otro.

   Débiles gemidos escapaban de nuestros labios mientras los movimientos se hacían más acelerados, más desesperados, en busca de más contacto, en busca de darle más placer al otro. Nuestros labios se encontraron y los gemidos se ahogaron, pero el placer seguía allí.

   Cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más exquisito. El fuego se instaló en mi bajo vientre y apenas unos segundos después me corría en su mano y él hacía lo mismo en la mía.

-oooOOOooo-

   Estaba completamente agotado. Llevábamos varios días bajando a aquel sótano lleno de telarañas y cucarachas para practicar sin que nadie nos pudiera molestar. Hacía tiempo que apenas sabíamos de los otros chicos, pero sinceramente no me importaba demasiado y eso era algo extraño.

   De hecho, todo lo que me pasaba desde que había comenzado ese año 2012 había sido completamente extraño y extravagante. Primero descubría que tenía poderes y después, me sentía de una manera muy rara cerca de mi compañero de habitación.

   Sí, era algo que había ido descubriendo a medida que avanzaba en el control de mis poderes. Cada vez que JongDae estaba cerca de mí, mi corazón latía tan fuerte que parecía que se quería salir de mi pecho, me ponía nervioso y a veces balbuceaba. Hacía tiempo que estaba dudando seriamente sobre mi sexualidad.

   Un ruido me hizo volver a la realidad de pronto y me giré para ver la procedencia de ese ruido. Me encontré a JongDae tumbado en el suelo, respirando rápidamente, con la mirada perdida y me apresuré a ir hacia él, asustado porque le hubiera podido ocurrir algo.

   -¿Jong?- pregunté- ¿estás bien?- él me miró y luego me indicó que me acercara a él. Yo lo hice rápidamente y él aprovechó para agarrarme y tumbarme en el suelo junto a él- oye-me quejé pero lo escuché reír y me relajé, pasándoseme el cabreo y la preocupación de golpe.
   -Descansemos- murmuró apretándome fuerte contra él. Deseé con todas mis fuerzas que no pudiera llegar a escuchar los frenéticos latidos de mi corazón mientras me acurrucaba contra él.

-oooOOOooo-

   No podían hacerme esto. Estaba vigilando que no apareciera el tipo con cara de mala hostia mientras ellos se toqueteaban. Por Dios, estaban en una Biblioteca, ¿no podían dejarse las pollas tranquilas un rato?

   De repente vi cómo el chico giraba una esquina, acercándose al lugar en el que mis amigos se toqueteaban y no lo pensé mucho. Miré a todos lados por si alguien me veía y me teletransporté hasta el lugar en el que ellos estaban, encontrándome con una escena no muy agradable. Se estaban tocando el uno al otro y tenían sus miembros fuera. Casi me entran ganas de potar.

   -Meteos “eso” dentro- dije y ellos se sobresaltaron, girándose rápidamente para adecentarse un poco- viene Tao, así que salid co…

   No pude seguir la frase porque de repente él apareció allí y abrió los ojos como platos al vernos a todos allí. “JongIn piensa algo que os dé ventaja, rápido”, me dije. Pero casi sin pensar en nada avancé hacia él, me alcé de puntillas y lo besé.

   Me separé inmediatamente después, pero había conseguido el efecto que quería, lo había dejado pasmado. No lo dudé cuando salí corriendo los metros que me separaban de SeHun y LuHan deseando con todas mis fuerzas aparecer en mi habitación de la Residencia con ellos. En cuanto los toqué, sentí algo cálido y nos desvanecí a todos para volver a aparecer en la habitación.

   Me tambaleé y una mano fuerte me sujetó. Era el lugar más lejano en el que me había logrado teletransportar y llevaba dos personas conmigo. Estaba agotado. Cuando me giré para darle las gracias a quien fuera de mis amigos que me estuviera sujetando me quedé de piedra.

   -¿Por qué nadie me recordó que el chino podía parar el tiempo?







sábado, 19 de enero de 2013

EXO


Capítulo 13
Resaca



   Agarré a BaekHyun y lo subí a mi espalda como pude. No tenía que haberlo sacado a bailar, estaba bastante borracho, tampoco tenía que haberme aprovechado de él en ese estado, pero sus labios, me llamaban a gritos para que los besara, y eso hice. Me dirigí a la mesa dónde estaban los chicos y cuando vieron que BaekHyun estaba desmayado sobre mi espalda, se levantaron y se acercaron a preguntar. Por muy borrachos que estuvieran, seguían teniendo un poco de cabeza todavía.

   -¿Qué le ha pasado?- preguntó JongIn
   -Sólo se ha desmayado- contesté.
   -¿Se ha desmayado?- dijo YiXing apareciendo de pronto- déjame ver- se puso a mi espalda y le estuvo haciendo algo a BaekHyun, pero no lo vi, no tenía ojos en la nuca- buf, está bien, sólo está dormido- dijo- creí que a lo mejor tenía un coma etílico.
   -Debería llevarlo a casa- comenté- bueno, a su habitación.
   -Sería lo mejor- dijo YiXing.
   -Nosotros ya nos vamos, ¿verdad, YiXing?- Kevin ya estaba ayudando a levantarse a Tao para poder medio llevarlo a rastras.
   -Sí, claro, ¿vosotros qué haréis?- preguntó el chico.
   -Nos vamos también- MinSeok miró su reloj- ya es tarde- agarró fuertemente a JongDae, que estaba por irse a algún sitio- que cuidado tengo que tener con este- murmuró- ¿te vienes también, JongIn?
   -Si os vais todos… qué remedio…

-oooOOOooo-

   Kevin llevó a Tao hasta su habitación y yo me quedé en el salón, esperando a que volviera. Me hubiera gustado haber desaparecido en ese momento para no tener que estar allí, pero no tenía ese poder, tenía el poder de curar a la gente, y Kevin me había descubierto. Tenía algo de miedo, bueno, algo era decir poco, estaba muy asustado. Cuando lo vi aparecer de repente, me levanté del sofá corriendo.

   -Siéntate- dijo, y yo obedecí sin rechistar. Luego, él se sentó a mi lado- ¿desde cuando?- preguntó, lo miré sin entender- ¿desde cuando tienes ese poder?
   -Desde… hace un… mes…- contesté agachando la cabeza, pero Kevin me la alzó.
   -Mira- dijo.

   Su mano derecha se puso roja unos segundos antes de que una pequeña llama apareciera en su dedo índice. ¿Tenía también el poder de controlar el fuego cómo ChanYeol? Cerró la mano y la llama se extinguió, luego vi algo que me dejó todavía más desconcertado de lo que ya estaba. Kevin estaba flotando sobre el sofá, no sentado. Abrí los ojos como platos.

   -Tú… tú… tú…- no sabía qué más decir, las palabras se habían quedado atascadas en mi garganta.
   -Será mejor que duermas- me dijo él, con una expresión que no pude identificar- mañana hablaremos de todo- se levantó, y se fue.

-oooOOOooo-

   Caminábamos por la calle, de vuelta a la Residencia, ChanYeol cargaba con BaekHyun a sus espaldas, JongIn iba bailando con una música imaginaria que escuchaba en su cabeza, y chocándose contra todo el mobiliario urbano, y yo, llevaba a JongDae medio a rastras, porque cada vez que lo dejaba suelto, salía detrás de toda chica o chico que nos cruzáramos, para intentar ligar, mostrándoles su habilidad para cantar, que no había menguado, aunque estuviera borracho.

   De repente vi cómo JongIn se chocó contra una farola y en ese instante su cuerpo desaparecía. Me restregué los ojos sin creérmelo, y cuando los volví a abrir, él estaba allí, agarrando a la farola como si fuera una chica, perreándole. O había bebido mucho, que no podía ser el caso porque sólo había tomado un par de cubatas, o debía graduarme la vista, cosa que me parecía más probable después de haber estado estudiando como un loco para los exámenes.

-oooOOOooo-

   Llegamos a la Residencia y nos dividimos. MinSeok se llevó a JongDae hasta la habitación que compartían, y yo cargué con BaekHyun hasta la que compartía con JongIn, que se fue por otro pasillo, chocándose contra todas las esquinas. Debería de haberme preocupado por él, pero mi atención estaba más puesta en BaekHyun que otra cosa.

   Entré a su habitación y lo dejé con cuidado sobre la cama. Él se removió un poco, pero no se despertó. Suspiré y fui hacia el baño. Me eché agua en la cara para despejarme un poco la borrachera, que aunque no estaba tan mal como JongDae, sí que me notaba un poco tomado. Se me despejó un poco después de una tonelada de agua helada, y volví a la habitación.

   BaekHyun estaba sentado sobre la cama, despierto, y con un brillo juguetón en su mirada. Me hizo un gesto para que me sentara a su lado, y yo, sin poder negarme, así lo hice. Nada más sentarme se abalanzó sobre mí, mejor dicho, se abalanzó sobre mis labios, besándome con ansia, con furia. Correspondí el beso y este se volvió excitante. Nuestras lenguas jugaban juntas, sentía el sabor del alcohol que había tomado, pero no me importaba. Poco a poco, nos fuimos recostando sobre la cama, él encima de mí, con sus manos traviesas recorriendo mi cuerpo y las mías colocadas en su espalda, levantándole lentamente la camiseta, acariciando su blanca piel.

   De repente, él dejó de besarme los labios y se dirigió a mi cuello, que besó chupó, mordió y lamió, haciéndome jadear. Trazó un camino así hasta mi oreja, que maltrató igualmente, antes de susurrarme.

   -Te amo, Channie- y se quedó dormido.

-oooOOOooo-

   Me desperté un poco desorientado, aunque en cuanto la cabeza dejó de darme vueltas, me ubiqué. Estaba en la habitación de mis amigos. ¿Qué hacía yo allí? No lo recordaba muy bien. ¿Qué hiciste después de salir de la discoteca, JongIn? Por mucho que lo intenté recordar, no pude, y lo único que conseguí, fue un dolor de cabeza mucho mayor del que ya tenía.

   Me giré hacia la derecha y vi un bulto enorme bajo las sábanas de la cama de al lado, demasiado grande para ser sólo una persona. Y entonces volví a recordar que estaba en la habitación de mis amigos, y no en la mía. Me levanté lentamente, dándome cuenta de que dos pares de piernas asomaban por fuera de las sábanas. Fijé mis ojos en el suelo. No quería saber más, ellos ya me habían contado miles de veces que cada vez que amanecían juntos en una cama, era porque lo habían hecho.

   Salí de la habitación sin apenas hacer ruido y me dirigí a la mía. Tenía que seguir durmiendo, pero en la cama de LuHan no podría seguir, si se levantaba y se daba cuenta, seguro que me patearía fuera.

-oooOOOooo-

   Me desperté entre unos brazos largos que me apretaban fuertemente. Ya conocía de sobra esos brazos, eran los de ChanYeol. Me removí un poco sobre su cuerpo y mi cabeza me dio una punzada enorme. De repente sentí arcadas, y como pude me levanté corriendo, mareándome más de lo que ya estaba en el proceso, y pegándome contra todo, conseguí llegar al baño, y echar hasta mi primera papilla en el váter.

   Me quedé sentado en el suelo, con la cabeza entre mis piernas, para que se me quitara el mareo, cuando noté que alguien entraba al baño. Era ChanYeol, que se agachó a mi lado, y comenzó a acariciarme la cabeza cariñosamente como si fuera un perro.

   -¿Cómo estás?- preguntó.
   -Mal…- fue lo único que pudo salir de mi boca.
   -No debías haber bebido tanto.
   -No pienso volver a beber en toda mi vida…- contesté- me siento horrible…
   -Eso decimos todos, pero luego volvemos a caer…
   -Borracho- murmuré intentando levantarme, pero me mareé y ChanYeol tuvo que agarrarme para que no cayera- gracias- mi amigo me ayudó a levantarme.
   -Deberías darte una ducha de agua helada- propuso.
   -¿Quieres que me de una pulmonía?
   -Quiero que te despejes, pero sino quieres resfriarte, me ducharé contigo para darte calor- se acercó a mí y me rodeó la cintura con sus brazos, metiéndo sus manos bajo mi camiseta, tocando mi piel y mandando escalofríos a toda mi columna vertebral.
   -¿Qué… qué haces…?
   -Ayudarte a desnudarte- levantó mi camiseta y me la sacó.
   -No hace falta- lo empujé lejos de mí- ya lo hago yo.
   -Así me gusta- se acercó y me dio un beso en la mejilla- te espero fuera.

   ChanYeol salió del baño y yo llevé mi mano a la mejilla que acababa de besar. Todavía notaba el cosquilleo de sus labios sobre ella y además, la notaba caliente, al igual que otra parte de mi cuerpo, que comenzaba a despertar. Me había dejado dos grandes problemas por resolver, mi borrachera, y mi erección.

-oooOOOooo-

   Salí del baño y me encontré con que JongIn entraba a la habitación. Sin siquiera percatarse de mi presencia, se tumbó sobre la cama en plancha, y a los pocos segundos, ya estaba como un tronco. ¿Dónde habría pasado la noche? La verdad, no debería de importarme, tenía otras cosas más importantes en las que pensar, por ejemplo, en BaekHyun y sus besos y caricias.

   Me dejé caer sobre la puerta del baño y suspiré. BaekHyun no parecía recordar lo que había pasado la noche anterior. Quizás fuera mejor así, no sabía como reaccionar ante su “te amo”. Sacudí mi cabeza, dejé de pensar en eso y me tumbé en la cama, esperando a que él saliera del baño.

-oooOOOooo-

   -Quiero dormir más…- murmuré.
   -O te levantas por ti mismo, o te levanto yo y te saco de la cama a patadas- amenazó la persona que llevaba dándome la lata con que me levantara desde hacía ya un buen rato. Sus gritos hacían que mi cabeza pareciera que fuera a estallar, más de lo que ya de por sí parecía.
   -No eres capaz- susurré, y fue capaz.

   Se sentó en mi cama y me fue empujando hasta que caí al suelo, después me agarró hasta que me levanté y me sentó en la cama a su lado. Tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro que asustaba, pero en ese momento lo único que me preocupaba era mi cabeza. Me dolía horrores.

   -Estoy como un zombi- murmuré.
   -La próxima vez no bebas tanto- me regañó MinSeok y yo medio sonreí.
   -No me parecía haber bebido tanto anoche.
   -Lo mismo dejaste de acordarte después de una cuantas copas- dijo él.
   -Pues sí, no me acuerdo de mucho- me llevé la mano al cabello para echármelo un poco hacia atrás, y fue entonces cuando vi una cicatriz en la palma- ¿esto que es?
   -Anoche se te cayó un vaso al ver a una chica muy guapa y querer salir corriendo tras ella, pero cuando viste que ella se había ido, recogiste los cristales y te cortaste- me contó MinSeok- YiXing te llevó al baño y te curó, después nos fuimos, y hasta que te quedaste dormido, me estuviste mostrando tus dotes para el canto- sonrió- cantas muy bien, por cierto.
   -Qué vergüenza- intenté esconderme, pero no tenía donde- no vuelvo a beber más…