domingo, 26 de febrero de 2017

[Drabble] 2016 Super Rookies Ask Drabbles: Playing with fire {LiSe}



Título: Playing with fire
Autora: Riz Aino
Pareja: LiSe (Rosé + Lisa) (BLACK PINK)
Clasificación: R
Géneros: AU, romance, lime
Número de palabras: 791 palabras
Resumen: a Rosé su madre la había advertido que tuviera cuidado con los chicos… pero no le había dicho nada sobre que las chicas eran igual de peligrosas.
Advertencias: mención a relaciones sexuales, quizás no demasiado explícitas, pero sí tienen algo de detalle.
Aclaraciones: historia basada en la letra de la canción Playing with fire de BLACK PINK.
Notas: drabble escrito para Cupcake.
Comentario de autora: es mi primer LiSe y me gusta mucho el resultado. No sé demasiado de BLACKPINK porque no aparecen en ningún lado, pero por lo poco que he podido averiguar de ellas creo que me ha ido bien con esto. Espero que os guste.


Playing with fire


Su madre siempre le había dicho que tuviera cuidado con los chicos, porque los chicos eran muy peligrosos; que no se enamorara de ellos, porque el amor era tan peligroso como jugar con fuego... y Rosé era demasiado valiosa como para que ese fuego la quemara. Por aquel motivo, la chica siempre se había alejado de los hombres, porque creía en las palabras de su madre como en ningún otra cosa, y porque había visto cómo todas sus amigas se habían dejado vencer por el amor y habían acabado por ello de mala forma, habían acabado haciéndoles daño.

Su madre la había advertido que relacionarse y enamorarse de chicos era tan peligroso como jugar con el fuego… peor jamás le había dicho ni una palabra sobre que acercarse a chicas de esa manera, era exactamente lo mismo.

Rosé tenía la guardia baja cuando conoció a Lisa, tan baja, que se acercó a ella sin ninguna reserva. Rosé no sabía que las chicas eran tan peligrosas como los chicos, no sabía que ellas también podían quemarla como el fuego al igual que ellos, por eso, no opuso resistencia alguna a que la menor fuera poco a poco entrando cada vez más y más en su vida, en su corazón. Rosé debía haber entendido en las palabras de su madre, que era el amor lo peligroso, pero no lo entendió hasta que no fue demasiado tarde.

Lisa fue una desconocida al principio, luego fue su amiga, luego su confidente. Al final, después de un par de años a su lado, Lisa se había convertido en su todo y sin Lisa cerca, Rosé era casi incapaz de darle un sentido a su vida.

Ella había hecho todo lo posible por hacerle caso a su madre, por alejarse de los hombres, por eso había acabado interna en aquel colegio solo para chicas, por eso había acabado compartiendo habitación con Lisa, por eso había acabado conociéndola y, solo por eso, había acabado sintiendo atracción por la chica risueña y alocada que siempre la hacía sonreír y que hacía que su corazón se le acelerara con cualquier roce, con cualquier mirada.

Rosé siempre había seguido los deseos de su madre, pero cuando estaba con Lisa, lo único que deseaba era arder entre las llamas y que fuera ella la que la quemara con su ardiente fuego.

Y un día… Rosé se atrevió a jugar con aquel fuego.

Se encontraban en la habitación que ambas compartían, sentadas sobre la cama de Rosé, cuando la mayor se acercó a Lisa para rozar sus labios con los suyos suavemente. Inmediatamente se arrepintió de su acto y se alejó del rostro de la menor, pero ésta no dejó que eso sucediera y la retuvo, colocando una mano en su mejilla y acortando la distancia que las separaba para depositar otro beso sobre sus labios, como respuesta al anterior, pero siendo mucho más largo y pausado.

A partir de aquel día… Rosé comenzó a sentir el fuego arder en su interior, propagándose por cada rincón de su ser, aquel fuego que no podía ser apagado.

En las lecciones, Rosé aprendía que cualquier deseo era pecado, que cualquiera que pecara acabaría en el Infierno, sufriendo todo tipo de penalidades, pero a Rosé había comenzado a darle igual todo aquello, había comenzado a pensar que las advertencias de su madre no tenían razón de ser. El fuego no la dejaba pensar con claridad, el fuego que recorría su cuerpo y que ella no podía controlar, solo podía controlarlo Lisa.

La noche en la que finalmente Rosé ardió, lo hizo por las caricias, por los besos y por la lengua de Lisa. Rosé sintió su piel arder y su cuerpo convertirse en una hoguera que finalmente acabó explotando en una llovizna de fuego que la hizo olvidarse de todo. Cuando Rosé finalmente regresó a sus sentidos, ya no tenía salvación.

Rosé había dejado que el fuego la quemara.


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