martes, 24 de octubre de 2017

[One Shot] Lovesick the Series (Uncut Ver.) {PhuNoh}



Título: Lovesick the Series (Uncut Ver.)
Autora: Riz Aino
Pareja: PhuNoh (Phun + Noh)
Clasificación: NC–17
Géneros: romance, smut
Número de palabras: 1.789 palabras
Resumen: ¿qué pasó la noche en la que Phun y Noh declaran su amor? ¿Qué fue lo que sucedió hasta el amanecer entre ellos dos?
Dissclaimer: los personajes no me pertenecen, le pertenecen a la autora de la novela ‘Lovesick the Series’.
Advertencias: lenguaje soez y relaciones sexuales indirectas (?) no sé cómo expresar lo que sucede, mejor que lo leáis.
Aclaraciones: esta historia fue escrita allá por el año 2014, por lo que si veis cosas extrañas y, sobre todo, cosas que yo jamás haría en estos tiempos, no os asustéis, es solo que el fic es muy antiguo.
Notas: inspirado en los sucesos del capítulo 8 de la serie tailandesa.
Comentario de autora: re-viendo de nuevo los capítulos de ‘Lovesick the Series’ vi algo que se me había escapado la primera vez y pensé que tenía que hacer algo o sino me iba a volver majara. Espero que os guste <3


Lovesick the Series
(Uncut Ver.)


            Volver a casa no era una opción, Noh lo sabía, era demasiado tarde como para regresar, así que tendría que volver a pasar la noche junto a Phun. No obstante, esta vez iba a ser muy diferente, eso también lo tenía muy claro el chico. Había ido allí para hablar, para aclararse, para pegarle incluso por haber puesto su vida patas arriba… pero cuando Phun le había confesado todo lo que tenía en su corazón, Noh simplemente había sucumbido ante él sin poder hacer nada para evitarlo.

            El chico no tenía claro cómo había ocurrido todo aquello, pero se encontró a sí mismo queriendo lo mismo que Phun, a pesar de que era muy probable que lo suyo no pudiera funcionar.

          —¡Mierda! —exclamó bajo la ducha, ahora un poco más despejado—. ¿Qué me has hecho, Phun?

            Noh quiso calmarse un poco, pensar con frialdad, quitarse del todo el alcohol que le embotaba los sentidos; pero a su mente solo acudían los eventos que habían sucedido apenas unos minutos antes. Le había preguntado a Phun qué quería si dejaban a un lado absolutamente todo y el otro le había contestado que lo quería a él, solo a él.

            El chico volvió a maldecir cuando se encontró pensando en los labios de Phun contra los suyos, en lo suaves y cálidos que los había sentido, en lo mucho que deseaba volver a probarlos a pesar de todo, a pesar de que fuera de aquella habitación se encontraba un mundo para el que no estaban preparados, un mundo que no los iba a recibir con los brazos abiertos.

            —Mierda, Phun…

           Noh salió de la ducha no mucho mejor que había entrado poniéndose una camiseta rápidamente, aunque nunca dormía con ella puesta, porque tampoco quería tentar a la suerte ahora que Phun le había declarado sus intenciones. Salió a la habitación del chico, encontrándoselo sentado en la cama, con las manos en su rostro y la cabeza gacha. No podía estar llorando… ¿o sí? Noh rápidamente se acercó a él y se sentó en la cama a su lado, Phun no levantó la cabeza a pesar de que notó el peso a su lado.

            —Phun…
            —Noh…
            —¿Qué pasa? —preguntó, algo preocupado.
            —Solo… solo pensaba —Phun alzó su cabeza y esbozó una sonrisa—. Me alegra que estés aquí conmigo —dijo.
            —Eish —se quejó Noh—. No me vengas con eso —la sonrisa de Phun se hizo más amplia.
            —Vamos a dormir —el chico de pelo corto lo miró espantado, alejándose un poco de él, lo que le hizo reír—. Dormir, solo dormir —aclaró—. A no ser que tú quieras algo más…
            —Pervertido —le dijo, dándole un golpe en el brazo, indignado ante la risa del otro—. No te dejaré que me abraces si eres así.
            —Vale, lo siento.

            Noh esbozó una pequeñísima sonrisa antes de golpear de nuevo a Phun y después se subió completamente a la cama y se tumbó, dejando espacio para el otro, que no tardó en unírsele. Phun lo invitó a ir entre sus brazos y él no pudo negárselo, aunque lo hizo mostrando un poco de reticencia. Una vez se encontró abrumado por el perfume del chico y por aquellos brazos que lo rodeaban por completo Noh se sintió mucho más tranquilo que antes.

            —Phun… —susurró sin querer.
            —Hum…
            —No es nada, duerme —murmuró, algo angustiado por haber sido cazado.
            —Está bien —el otro se acomodó mejor, dispuesto a dormir.

            Desde el lugar en el que se encontraba, Noh podía escuchar perfectamente los latidos del corazón ajeno y éstos eran demasiado ruidosos. El corazón de Phun parecía saltar de alegría por tenerlo tan cerca y eso lo hizo pensar en aquella vez, no tanto tiempo atrás, cuando notó a través de sus palmas aquel mismo ritmo desenfrenado. Noh esbozó una sonrisa.

            —Oye, Noh… —interrumpió sus pensamientos el mayor.
            —¿Sí?
            —Yo… pensaba que lo que estaba sintiendo era unilateral… —comentó—. Pensaba que era el único que se sentía así, pero escuchar tus palabras antes me ha hecho sentir una felicidad inmensa, una que jamás antes había sentido.
            —¿Ni siquiera con Aim? —murmuró Noh.
            —No… no lo sé… —la voz de Phun se notaba triste, así que el chico, por primera vez, también buscó su cuerpo y lo abrazó levemente. El corazón del otro latió rápidamente de nuevo.
            —No volveré a hablar de Aim… no esta noche —aseguró—. No hay nada más en el mundo, ahora mismo el mundo es esta habitación y solo estamos nosotros dos.
            —¿Eso es una proposición indecente? —preguntó Phun, separándose un poco de él para poder mirarlo a la cara.
            —No, no, no —Noh se alejó un poco más, empujando al otro por el pecho—. Mantén tu polla alejada de mí, joder —dijo.
            —¿Por qué? ¿Por qué debería?
            —No me jodas, Phun —el chico intentó alejarse de nuevo, sin éxito, porque el otro lo agarró más fuertemente hasta que estuvo completamente pegado a él de nuevo.
            —No haré nada, no haré nada —murmuró, dejando con indecisión un corto beso en la cabeza de Noh.
            —Haces que me ponga siempre alerta —comentó indignado el menor.
            —No deberías estarlo… —dijo—. Buenas noches.
            —Buenas noches —contestó, aunque realmente no sabía cómo iba a poder dormir teniendo allí a Phun, tan cerca… tan, tan cerca.

~.~.~

            Pasada la media noche, Noh se despertó de golpe porque había sentido algo extraño contra su muslo y no sabía exactamente lo que podía ser. Abrió los ojos y vio el rostro de Phun a escasos centímetros del suyo, durmiendo con una sonrisa en sus labios. El chico suspiró porque no entendía cómo no podía notar que había algo allí abajo. Con un poco de indignación, Noh se movió un poco para ver qué era aquello y lo sintió duro y caliente. El chico estaba por pensar lo peor, cuando un leve gemido escapó de los labios de Phun y se le confirmaron todas sus sospechas.

            —Maldita sea, Phun —maldijo—. Te dije que mantuvieras tu polla alejada de mí, capullo.

            Sin embargo, a pesar de que Noh lo había dicho en un tono de voz algo alto, Phun no se había enterado de nada y seguía durmiendo plácidamente. Noh intentó librarse de su abrazo, para no tener que estar sintiendo la erección del otro contra su pierna, pero lo único que consiguió fue que Phun se abrazara más fuerte a él y comenzara a frotarse. Probablemente, en el mundo de los sueños no se estuviera dando cuenta de lo que hacía, pero Noh sí que lo sabía y aquello no estaba bien. Por todos los medios, intentó librarse de aquel abrazo que lo mantenía preso y a merced de los movimientos de Phun, pero el maldito era demasiado fuere y no pudo liberarse.

            —Joder, Phun.

            Sentía cómo cada vez la erección del otro era más grande y cómo comenzaba a frotarse con más insistencia y con más rapidez. Phun también respiraba entrecortado, suspiraba y gemía de vez en cuando y, aunque pudiera parecer algo imposible, su rostro estaba completamente sumido en el placer  y mostraba una expresión que dejó a Noh bastante confuso porque algo en él comenzaba a despertar también.

            —Phun… Phun… —lo llamó, pero este estaba tan inmerso en su propio placer que no despertaba por más que lo llamaba—. Phun, joder, en serio... —parecía que estaba a punto de acabar porque los movimientos se volvieron mucho más rápidos, buscando el máximo placer y no tardó ni un minuto en correrse con una sonrisa satisfecha en su rostro. Noh notó el líquido caliente a través de la ropa y cómo el miembro del otro se desinflaba poco a poco, perdiendo su vigor—. Esto es increíble… —murmuró hastiado.

            Era increíble, por supuesto. Phun se había frotado contra su pierna hasta que se había corrido y lo había dejado a él con un maldito problema que no sabía cómo iba a solucionar porque, maldita sea, ni siquiera sabía por qué cojones se había puesto así. ¿Por qué estaba excitado si su miembro no había sido tocado? ¿Por qué sentía tanto calor? ¿Por qué lo único que quería hacer era liberarse tal y como había hecho Phun unos momentos antes?

            —Madito… Phun… maldito…

            Sin saber qué más hacer para apagar el fuego que se había extendido por su interior, Noh llevó una de sus manos a su miembro y comenzó a masturbarse. Necesitaba correrse, necesitaba librarse de aquella molesta erección y necesitaba que Phun no se diera cuenta de aquella aventura porque si no iba a ser demasiado para él y no estaba listo. Con los dientes apretados y mordiéndose el labio inferior con fuerza a veces, Noh reprimió los sonidos que querían escapar de sus labios, para no hacer el menor ruido y continuó masturbándose hasta que con movimientos erráticos de su mano, llegó al orgasmo y se corrió también.

            —¿Qué me has hecho, Phun? —murmuró, aún con la respiración entrecortada—. ¿Qué mierda me has hecho?

            No podía entenderlo. Todavía no lo entendía. ¿Cómo Phun podía haberlo cambiado tanto? ¿Cómo podía haberse masturbado en la cama mientras estaba con Phun? ¿Cómo podía haberse puesto duro solo escuchándolo gemir? ¿Cómo mierda podía sentir que su corazón latía tan desbocado cuando estaba a su lado? Hacía unos días que no se entendía a sí mismo. No se entendía… y todo se debía a Phun. Lo había cambiado demasiado, pero lo peor era que Noh, realmente, no se arrepentía por haberse dejado llevar. Muy en el fondo de su ser, Noh lo sabía, sabía por qué había sucedido todo aquello, sabía que tenía los mismos sentimientos que Phun tenía por él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario