domingo, 19 de noviembre de 2017

[Drabble] GOT7 Ask Drabbles: Thai restaurant {TenGyeom}



Título: Thai restaurant
Autora: Riz Aino
Pareja: TenGyeom (Ten + YuGyeom) (GOTCT – GOT7 + NCT)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, humor, fluff
Número de palabras: 976 palabras
Resumen: YuGyeom no esperaba más que comer en un tailandés cuando su amigo lo llevó hasta aquel restaurante.
Notas: drabble escrito para Yumi.
Comentario de autora: desde que vi cómo YuGyeom perdía las bragas por Ten en el Hit the Stage, me obsesioné de forma muy mala con esta OTP y me encantó escribir algo de ellos tan cuqui. Espero que os guste.

Thai Restaurant

—¿Ya estás contento? —cuestionó YuGyeom, justo después de sentarse en la mesa de aquel restaurante tailandés—. Porque si no lo estás creo que voy a tirarte al primer coche que pase en cuanto salgamos de aquí.


BamBam lo miró mal, pero en el fondo tenía que saber que el menor de todos los que se encontraban allí tenía toda la razón. El chico había dado demasiado la lata con aquella cantinela de que quería llevarlos a todos a algún restaurante tailandés para que probaran la comida del país en el que había nacido. Sin embargo, al parecer quiso discutirle algo, pero no le dio tiempo a hacerlo debido a que apareció un camarero en su mesa con varias cartas que repartió rápidamente entre los siete.

—¿Qué es lo que quieren de beber? —les preguntó, con un acento bastante marcado que lo señalaba como extranjero.

YuGyeom se había estado enfocando en la carta hasta que lo escuchó hablar y alzó la cabeza para mirarlo. Era un chico no muy alto, moreno, de pelo corto, con una naricilla respingona y una sonrisa adorable que hizo que, en seguida, YuGyeom esbozara una sonrisa en respuesta antes de contestarle que él quería una Coca-Cola. Cuando el chico se marchó, volvió a mirar la carta intensamente, por lo que no vio las caras que comenzaron a poner sus amigos hasta que no alzó de nuevo la cabeza.

—¿Qué pasa? —cuestionó—. ¿Tengo algo en la cara?
—Una sonrisa —respondió JaeBum—. Algo de lo más raro.
—¿Sí? —dijo, extrañado. El chico no era muy dado a esbozar sonrisas a no ser que se estuviera divirtiendo en exceso, por lo que probablemente los otros lo encontraran raro, pero no sabía a qué venían aquellas miradas.
—Desde que ha venido el camarero no has parado de sonreír —apuntó JinYoung, siempre atento a todo.
—¿Te mola? —dijo Jackson—. Te tiene que molar mucho para que estés sonriendo todavía.

YuGyeom los miró sin saber qué decirles porque estaba incrédulo ante sus palabras. Había sonreído porque el muchacho tenía una sonrisa contagiosa y bonita, no por otra cosa, pero los demás parecían haberlo malinterpretado. También tenía sentido que lo hubieran hecho, él no sonreía muy a menudo y el camarero era bastante mono, además, tenía un acento curioso, no como el de BamBam.

—Es mono —dijo al final—, pero…

Sin embargo, no pudo continuar porque llegó el camarero del que estaban hablando y le dejó a él la Coca-Cola en primer lugar, dedicándole una amplia sonrisa, para después continuar atendiendo a los demás. Las miradas de sus amigos fueron de todo menos discretas y YuGyeom quiso meterse dentro de un zulo porque le estaba dando mucha vergüenza.

—¿Sabéis lo que queréis pedir? —les preguntó.

BamBam le dijo algo en tailandés que ninguno entendió, solo el camarero lo hizo y ambos comenzaron una pequeña conversación en aquel instante en su lengua materna. Durante los minutos que estuvieron hablando, YuGyeom agachó su cabeza y comenzó a mirar qué era lo que quería pedir para obviar las miradas de los demás y los codazos que le daba YoungJae cada dos segundos y medio. Solo una vez terminaron de hablar, el camarero les preguntó de nuevo qué querían tomar y, esta vez, todos les contestaron lo que querían comer para que el muchacho se fuera de su mesa.

—Me ha dicho que se llama Ten —comentó BamBam, como quien no quería la cosa y YuGyeom solo suspiró. Esa cena iba a ser un suplicio.

Cada vez que llegaba el camarero para llevarles un plato o para acercarse y preguntarles si les gustaba la comida o si estaba muy picante para su gusto, siempre pasaba por el lado de YuGyeom y le sonreía y YuGyeom no podía evitar sonreírle de vuelta, le salía natural, para desgracia suya, porque todos sus amigos —menos Mark, pero Mark generalmente vivía empanado en su propio mundo—, no pararon de molestarlo durante toda la cena.

Cuando terminaron de comer y le pidieron la cuenta, el camarero llamado Ten, según le había dicho BamBam, se la llevó y se quedó allí a su lado mientras los demás discutían qué era lo que tenían que pagar cada uno según lo que habían pedido, mientras que otros —JinYoung— decían que lo que debían hacer era que invitara BamBam, que para eso había sido su idea ir a comer allí. YuGyeom lo miró de reojo y se encontró que el chico lo miraba fijamente. Éste le sonrió, tal y como había hecho toda la noche y el camarero se agachó inmediatamente para hablarle al oído.

—En este papel está mi número de teléfono —con el sigilo de toda una abuela traficante de dinero, le metió el papel en el bolsillo de sus vaqueros—. Llámame.

Ninguno lo vio en ese momento, pero YuGyeom le volvió a sonreír al muchacho mientras los demás seguían discutiendo cómo pagar las cosas y pensó en ese momento que probablemente, cuando llegara a casa, quizás le mandaría un mensaje… porque aunque al principio de la noche solo le había parecido mono, al final, después del rato que sus amigos habían estado dándole la lata, había comenzado a mirarlo de otra manera. Y quizás, solo quizás, quisiera ir de vez en cuando a aquel restaurante tailandés para verlo otra vez.



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