jueves, 9 de noviembre de 2017

[One Shot] N.Flying {HunSeung}



Título: N.Flying
Autora: Riz Aino
Pareja: HunSeung (Cha Hun + HoeSeung) (N.Flying)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, humor
Número de palabras: 2.437 palabras
Resumen: la vida de Hun no necesitaba ningún cambio, todo era perfecto tal y como estaba, al menos eso era lo que él pensaba.
Notas: historia inspirada en la introducción de HoeSeung en N.Flying, pero en un mundo alternativo en el que no están bajo el sello de FNC, sino en la universidad.
Comentario de autora: hacía mucho tiempo que quería escribir de N.Flying, siempre he tenido muchas ganas de hacerlo, pero nunca me había puesto a ello hasta que, un día me vino la inspiración y escribí esto de carrerilla. Espero que os guste y que le deis mucho amor a N.Flying.



—Tenemos que encontrar un vocalista para la banda.

Todo había empezado con esa frase. Todo el calvario de Hun había comenzado desde ese mismo instante en el que el líder de su banda había propuesto aquello porque habían compuesto muchas canciones en los últimos tiempos y él era incapaz de cantarlas como era debido. Si solo hubiera dejado que entre KwangJin y él se repartieran las partes más difíciles, nada hubiera pasado… pero cuando hicieron la votación, Hun había sido el único que se había negado a la introducción de un nuevo miembro en el equipo y, finalmente, había tenido que acabar aceptando para no tener que escuchar una y otra vez la misma explicación de SeungHyub de por qué era necesario un vocalista.

Sin embargo, seguía sin estar de acuerdo con todo aquello. Y así lo había manifestado cada vez que se juntaban para ensayar en una de las salas de la universidad, aquella que desde el primer momento en el que se habían juntado, habían reservado siempre para ellos. En cada ocasión que surgía aquel tema, Hun suspiraba y se iba al otro lugar de la sala, a rasgar las cuerdas de su guitarra para no tener que escuchar a los demás hablar de la búsqueda del nuevo vocalista y de cómo iban a llevarla a cabo.

Realmente no entendía aquello, no entendía el porqué de repente se había decidido que necesitaban a alguien más con ellos. Los cuatro eran perfectos, los cuatro hacían presentaciones increíbles, los cuatro eran llamados incluso para presentarse en algunos eventos y había algunas empresas que habían comenzado a contactar con ellos por si querían introducirse en el mundo idol. Los cuatro ya eran bastante reconocidos y se complementaban a la perfección, así que, ¿por qué añadir a alguien más? Un desconocido que no sabría acerca de las dinámicas del grupo y que haría que tuvieran que empezar de cero otra vez, con lo que les había costado que el nombre de su grupo resonara.

No obstante, aunque no lo entendía, la decisión había sido tomada y los preparativos para hacer audiciones para encontrar al nuevo vocalista fueron hechos casi sin que Hun se diera cuenta de lo que estaba sucediendo. Y, un día, JaeHyun apareció en su clase y lo llevó a rastras por los pasillos de la universidad sin decirle ni una sola palabra hasta que llegaron a un pequeño auditorio, donde se encontraban los demás miembros y una fila de chicos y chicas que no paraban de aclararse la voz y cantar trozos de canciones. Hun miró mal a su amigo, porque lo había llevado hasta allí a rastras y sin su consentimiento, pero éste obvió aquella mirada y tiró de él hasta sentarlo tras una improvisada mesa de jurado, donde ya se encontraban KwangJin y SeungHyub.

—Me alegra que estés ya aquí —le dijo este último—. No podíamos empezar sin ti a elegir al nuevo miembro de la banda.
—O miembra —apuntó JaeHyun.
—Esa palabra no existe —replicó KwangJin.

Después de eso, ambos iban a comenzar una pequeña riña, cada uno desde un extremo de la mesa, pero antes siquiera de que se dijeran algo más, el líder decidió anunciar que era el momento de comenzar la audición. KwangJin y JaeHyun se miraron durante unos momentos, pero lo dejaron pasar y se enfocaron en lo que tenían que hacer; sin embargo, Hun quiso aprovechar aquellos momentos de mini caos antes de comenzar todo para escabullirse y no tener que hacer aquello que no quería, pero le salió el tiro por la culata porque SeungHyub lo vio tratando de levantarse y le echó la mirada, aquella en la que lo ponía como un guiñapo sin decir siquiera una sola palabra y Hun acabó teniendo que quedarse en la audición.

Las horas que pasaron en aquel lugar se le hicieron eternas, para Hun era como si las manecillas del reloj no avanzaran, como si se hubieran quedado atascadas y cada segundo le parecía mil horas. Uno tras otro, los participantes en la audición iban pasando, iban cantando un pedacito de alguna canción y entre sus compañeros deliberaban si eran lo que buscaban o no. A la mayoría le decían que no tenían lo que necesitaban y a unos pocos les habían indicado que probablemente tendrían que escuchar algo más de ellos para decidirse y que seguramente harían una segunda ronda. Hun escuchaba a medias todo lo que pasaba y observaba fijamente el escenario y a los participantes porque no tenía otra cosa que hacer.

Ninguna de las personas que se había subido le había gustado, ni una sola tenía una voz personal y auténtica que era lo que habían estado comentando sus compañeros que era lo que buscaban y algunos de los participantes ni siquiera tenían una voz bonita… al menos hasta que llegó él.

—¿Nombre? —preguntó SeungHyub por trigésima novena vez cuando un muchacho se subió al escenario y se colocó ante el micrófono.
—Yoo HoeSeung —respondió éste.
—Perfecto, HoeSeung, el escenario es tuyo.

El chico asintió y después se aclaró la voz antes de comenzar a cantar una balada con voz dulce, clara, pero potente que hizo las delicias de todos sus compañeros, porque empezaron a cuchichear entre ellos que era lo mejor que habían oído en todo aquel tiempo. Sin embargo, a Hun no lo impresionó tanto. Cantaba bien, no podía negarlo, pero aquel no era el estilo que necesitaban, su grupo se dedicaba al rock, no a las baladas y ambos géneros eran un poco incompatibles, así que, cuando el tal HoeSeung terminó de cantar —y antes de que sus amigos pudieran decir nada más— Hun cogió el micrófono para hablar por primera vez en toda la tarde.

—Sabes que buscamos un cantante de rock, ¿no? —le cuestionó lo más fríamente que pudo.
—Lo sé —respondió el muchacho—, pero durante todo este tiempo lo único que he cantado han sido baladas y es con lo que más cómodo me siento, no quería arriesgarme a cantar un género que aún no he probado en la audición por si no salía como debía.
—Y si aún no has probado el rock, ¿cómo pretendes ser el vocalista de nuestra banda?
—Yo…

El chico comenzó a titubear, poniéndose nervioso y Hun se sintió totalmente realizado. No estaba hecho para ajustarse a su banda, así que, debía irse de allí y dejar el hueco para alguien que amara el rock como ellos. Pero al parecer, sus compañeros de grupo tenían el pensamiento totalmente opuesto y SeungHyub le quitó el micro de la mano para así hacérselo saber al participante.

—No le hagas caso alguno a nuestro guitarrista —comenzó—. Es un entusiasta del rock y es muy exigente con algunas cosas, pero eso no quiere decir absolutamente nada. Los demás hemos estado deliberando y hemos concluido que eres totalmente perfecto para nuestro grupo aunque tengas que practicar tu lado rockero.
—¿De verdad? —cuestionó el chico, sin poder creérselo. Hun tampoco se lo creía y miró a sus compañeros de grupo, buscando en ellos algún signo de que le estuvieran gastando una broma, pero no, todos estaban serios.
—De verdad.

Y con esas palabras, el infierno de Hun comenzó.

Después de hacer que aquel chico fuera el vocalista de su banda, las audiciones finalizaron inmediatamente y todos se fueron de allí junto al tal HoeSeung para enseñarle la sala de ensayo y para hablarle de las dinámicas del grupo, de las horas que debían ensayar juntos, de cómo se complementaban haciendo las diferentes tareas y de qué era lo que esperaban de él. Bueno, eso era lo que hacían sus otros tres compañeros, puesto que Hun lo único que hizo fue acto de presencia en todo aquello, quedándose al margen y solo rasgando las cuerdas de su guitarra acústica de forma melancólica en una esquina.

Desde el principio no le había gustado aquello y seguiría sin gustarle durante los siguientes días y semanas, aunque era el único. Sus compañeros de grupo y amigos estaban totalmente encantados con el nuevo vocalista que habían conseguido y no paraban de presumir de que tenía una voz increíble y que pillaba las cosas al vuelo, porque aunque solo había ensayado a lo largo de su vida baladas, se adaptaba perfectamente a su estilo cada vez que se lo pedían con unas pocas indicaciones de sus compañeros. Hun lo había visto todo desde la distancia y sabía perfectamente que su líder había sido el primero en caer rendido al nuevo, debido a su talento y a su personalidad encantadora; después había caído JaeHyun, quien se hizo su sombra porque donde estaba el uno, siempre estaba el otro; y por último, había caído KwangJin, que solo después de un par de semanas lo había adoptado como su hijo predilecto. Solo Hun habían mantenido las distancias con él, solo dedicándole algunas palabras concernientes a los ensayos o a las canciones que ensayaban, sin tratar de entablar más conversación con HoeSung.

No obstante, y a pesar de su expresión de mala hostia constante, el chico pareció no darse por aludido y se acercaba a él de vez en cuando, tratando de entablar un poco de conversación con Hun, que siempre le respondía de forma cortante y se iba, dejándolo con la palabra en la boca más de una vez y más de dos.

Y así fue durante más de dos meses… hasta que sus otros compañeros de grupo se hartaron de aquel comportamiento y tomaron la maldita decisión de dejarlos a ambos encerrados en la sala de ensayo hasta que limaran asperezas y tuvieran una relación mínimamente cordial por el bien del grupo.

—¡Maldita sea! —se quejó Hun, pegando un puñetazo a la puerta y ganándose un dolor agudo en la mano al que no le prestó la más mínima atención porque estaba demasiado cabreado—. Maldita sea, en cuanto salga de aquí me los cargo, seré como un espíritu maligno al que le han tocado los cojones que irá matando a todos aquellos que lo hicieron poco a poco hasta quedarse en la gloria.
—Lo siento —escuchó que murmuraba el otro ocupante de la sala y se giró hacia él, viéndolo con la cabeza gacha, sentado en el suelo—. Todo esto es por mi culpa… solo les dije que quería acercarme un poco a ti y conocerte…
—No es culpa tuya, no te mortifiques —replicó Hun—. Es culpa de estos cabrones que no hacen más que meterse en mis asuntos. ¡Cabrones!
—Pero aunque no sea mi culpa —dijo HoeSeung—, sí que quería acercarme a ti y conocerte porque no hemos hablado mucho y quiero llevarme bien con todos vosotros.

Hun suspiró al escuchar aquello. El chico era majo, lo sabía perfectamente, porque aunque no lo trataba de forma cordial y solo le dirigía la palabra cuando era estrictamente necesario, siempre le sonreía cuando le hablaba y si tenía algún detalle con todos los demás, con él también lo tenía; pero a Hun seguía sin caerle bien, aunque realmente no tuviera motivos suficientes para sustentar aquello. No le caía bien porque seguía en contra de que hubiera entrado en la banda, no le caía bien porque desde el principio habían sido ellos cuatro y Hun siempre había creído que serían ellos cuatro hasta el final.

—Sé que no te caigo bien, no sé el por qué no te caigo bien, he intentado figurármelo y no lo entiendo —murmuró el chico—, pero a pesar de eso, me gustaría de verdad llevarme bien contigo, me gustaría que pudiéramos ser amigos, porque en algún momento, esta tensa relación repercutirá en la banda y no puedo dejar que eso ocurra.
—No has hecho nada en especial para caerme mal —respondió Hun, por fin separándose de la puerta y caminando hacia HoeSung, sentándose a su lado. No sabía si era buena idea contarle el motivo de por qué se comportaba de aquella manera o no, pero igual era la única forma para hacer que todo volviera a ser como antes—. Simplemente, estaba totalmente en contra de que alguien se uniera a la banda, seguía estando en contra cuando hicimos las audiciones y ahora mismo sigo estando en contra. No necesitábamos a ningún vocalista en la banda.
—Lo siento si no estabas de acuerdo en todo esto —murmuró el chico—, pero ahora estoy aquí y formo parte de N.Flying tanto como tú, por eso me gustaría que me reconocieras como a un miembro más y, por eso quiero proponerte algo.
—A ver, di —respondió, un poco curioso por lo que el otro tenía que proponerle.
—Ahora mismo acabo de empezar en esto, así que todavía me estoy adaptando… pero si para final del semestre no he demostrado que soy digno, según tu punto de vista, para estar aquí con vosotros, me iré del grupo sin rechistar.

El ofrecimiento del chico lo pilló totalmente desprevenido, pero a Hun le pareció una idea bastante buena. De aquella forma, podía tener la excusa perfecta para que todo volviera a ser como en un principio, solo los cuatro haciendo la música que les gustaba y ninguno de sus compañeros podría rechistar porque ninguno lo sabría, simplemente tendría que aguantar unos meses más la presencia de HoeSung y eso era algo que podía hacer durante un poco de más tiempo.

—Me parece un buen trato —dijo.

Y de aquella manera, con un apretón de manos, quedó sellado el trato que habían hecho, un trato del cual Hun tenía muy claro cuál iba a ser el resultado en esos momentos, pero que, con el paso de los meses… poco a poco fue cambiando hasta resultar en todo lo contrario gracias a todo el esfuerzo realizado por HoeSung y a que, a mitad de camino, su relación por fin dejó de ser tensa, para pasar a una mucho más cordial de lo que todos habían imaginado.

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