Título:
N.Flying
Autora:
Riz Aino
Pareja: HunSeung (Cha
Hun + HoeSeung) (N.Flying)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, humor
Número de palabras:
2.437 palabras
Resumen:
la vida de Hun no necesitaba ningún cambio, todo era perfecto tal y como
estaba, al menos eso era lo que él pensaba.
Notas:
historia inspirada en la introducción de HoeSeung en N.Flying, pero en un mundo
alternativo en el que no están bajo el sello de FNC, sino en la universidad.
Comentario de autora:
hacía mucho tiempo que quería escribir de N.Flying, siempre he tenido muchas
ganas de hacerlo, pero nunca me había puesto a ello hasta que, un día me vino
la inspiración y escribí esto de carrerilla. Espero que os guste y que le deis
mucho amor a N.Flying.
—Tenemos que encontrar un vocalista para la
banda.
Todo había empezado con esa frase. Todo el
calvario de Hun había comenzado desde ese mismo instante en el que el líder de
su banda había propuesto aquello porque habían compuesto muchas canciones en
los últimos tiempos y él era incapaz de cantarlas como era debido. Si solo
hubiera dejado que entre KwangJin y él se repartieran las partes más difíciles,
nada hubiera pasado… pero cuando hicieron la votación, Hun había sido el único
que se había negado a la introducción de un nuevo miembro en el equipo y,
finalmente, había tenido que acabar aceptando para no tener que escuchar una y
otra vez la misma explicación de SeungHyub de por qué era necesario un
vocalista.
Sin embargo, seguía sin estar de acuerdo con
todo aquello. Y así lo había manifestado cada vez que se juntaban para ensayar
en una de las salas de la universidad, aquella que desde el primer momento en
el que se habían juntado, habían reservado siempre para ellos. En cada ocasión
que surgía aquel tema, Hun suspiraba y se iba al otro lugar de la sala, a
rasgar las cuerdas de su guitarra para no tener que escuchar a los demás hablar
de la búsqueda del nuevo vocalista y de cómo iban a llevarla a cabo.
Realmente no entendía aquello, no entendía el
porqué de repente se había decidido que necesitaban a alguien más con ellos.
Los cuatro eran perfectos, los cuatro hacían presentaciones increíbles, los
cuatro eran llamados incluso para presentarse en algunos eventos y había
algunas empresas que habían comenzado a contactar con ellos por si querían
introducirse en el mundo idol. Los cuatro ya eran bastante reconocidos y se
complementaban a la perfección, así que, ¿por qué añadir a alguien más? Un
desconocido que no sabría acerca de las dinámicas del grupo y que haría que
tuvieran que empezar de cero otra vez, con lo que les había costado que el
nombre de su grupo resonara.
No obstante, aunque no lo entendía, la
decisión había sido tomada y los preparativos para hacer audiciones para
encontrar al nuevo vocalista fueron hechos casi sin que Hun se diera cuenta de
lo que estaba sucediendo. Y, un día, JaeHyun apareció en su clase y lo llevó a
rastras por los pasillos de la universidad sin decirle ni una sola palabra
hasta que llegaron a un pequeño auditorio, donde se encontraban los demás
miembros y una fila de chicos y chicas que no paraban de aclararse la voz y
cantar trozos de canciones. Hun miró mal a su amigo, porque lo había llevado
hasta allí a rastras y sin su consentimiento, pero éste obvió aquella mirada y
tiró de él hasta sentarlo tras una improvisada mesa de jurado, donde ya se
encontraban KwangJin y SeungHyub.
—Me alegra que estés ya aquí —le dijo este
último—. No podíamos empezar sin ti a elegir al nuevo miembro de la banda.
—O miembra —apuntó JaeHyun.
—Esa palabra no existe —replicó KwangJin.
Después de eso, ambos iban a comenzar una
pequeña riña, cada uno desde un extremo de la mesa, pero antes siquiera de que
se dijeran algo más, el líder decidió anunciar que era el momento de comenzar
la audición. KwangJin y JaeHyun se miraron durante unos momentos, pero lo
dejaron pasar y se enfocaron en lo que tenían que hacer; sin embargo, Hun quiso
aprovechar aquellos momentos de mini caos antes de comenzar todo para
escabullirse y no tener que hacer aquello que no quería, pero le salió el tiro
por la culata porque SeungHyub lo vio tratando de levantarse y le echó la
mirada, aquella en la que lo ponía como un guiñapo sin decir siquiera una sola
palabra y Hun acabó teniendo que quedarse en la audición.
Las horas que pasaron en aquel lugar se le
hicieron eternas, para Hun era como si las manecillas del reloj no avanzaran,
como si se hubieran quedado atascadas y cada segundo le parecía mil horas. Uno
tras otro, los participantes en la audición iban pasando, iban cantando un
pedacito de alguna canción y entre sus compañeros deliberaban si eran lo que
buscaban o no. A la mayoría le decían que no tenían lo que necesitaban y a unos
pocos les habían indicado que probablemente tendrían que escuchar algo más de
ellos para decidirse y que seguramente harían una segunda ronda. Hun escuchaba
a medias todo lo que pasaba y observaba fijamente el escenario y a los
participantes porque no tenía otra cosa que hacer.
Ninguna de las personas que se había subido
le había gustado, ni una sola tenía una voz personal y auténtica que era lo que
habían estado comentando sus compañeros que era lo que buscaban y algunos de
los participantes ni siquiera tenían una voz bonita… al menos hasta que llegó
él.
—¿Nombre? —preguntó SeungHyub por trigésima
novena vez cuando un muchacho se subió al escenario y se colocó ante el
micrófono.
—Yoo HoeSeung —respondió éste.
—Perfecto, HoeSeung, el escenario es tuyo.
El chico asintió y después se aclaró la voz
antes de comenzar a cantar una balada con voz dulce, clara, pero potente que
hizo las delicias de todos sus compañeros, porque empezaron a cuchichear entre
ellos que era lo mejor que habían oído en todo aquel tiempo. Sin embargo, a Hun
no lo impresionó tanto. Cantaba bien, no podía negarlo, pero aquel no era el
estilo que necesitaban, su grupo se dedicaba al rock, no a las baladas y ambos
géneros eran un poco incompatibles, así que, cuando el tal HoeSeung terminó de
cantar —y antes de que sus amigos pudieran decir nada más— Hun cogió el
micrófono para hablar por primera vez en toda la tarde.
—Sabes que buscamos un cantante de rock, ¿no?
—le cuestionó lo más fríamente que pudo.
—Lo sé —respondió el muchacho—, pero durante
todo este tiempo lo único que he cantado han sido baladas y es con lo que más
cómodo me siento, no quería arriesgarme a cantar un género que aún no he
probado en la audición por si no salía como debía.
—Y si aún no has probado el rock, ¿cómo
pretendes ser el vocalista de nuestra banda?
—Yo…
El chico comenzó a titubear, poniéndose
nervioso y Hun se sintió totalmente realizado. No estaba hecho para ajustarse a
su banda, así que, debía irse de allí y dejar el hueco para alguien que amara
el rock como ellos. Pero al parecer, sus compañeros de grupo tenían el
pensamiento totalmente opuesto y SeungHyub le quitó el micro de la mano para así
hacérselo saber al participante.
—No le hagas caso alguno a nuestro
guitarrista —comenzó—. Es un entusiasta del rock y es muy exigente con algunas
cosas, pero eso no quiere decir absolutamente nada. Los demás hemos estado
deliberando y hemos concluido que eres totalmente perfecto para nuestro grupo
aunque tengas que practicar tu lado rockero.
—¿De verdad? —cuestionó el chico, sin poder creérselo.
Hun tampoco se lo creía y miró a sus compañeros de grupo, buscando en ellos
algún signo de que le estuvieran gastando una broma, pero no, todos estaban
serios.
—De verdad.
Y con esas palabras, el infierno de Hun
comenzó.
Después de hacer que aquel chico fuera el
vocalista de su banda, las audiciones finalizaron inmediatamente y todos se
fueron de allí junto al tal HoeSeung para enseñarle la sala de ensayo y para
hablarle de las dinámicas del grupo, de las horas que debían ensayar juntos, de
cómo se complementaban haciendo las diferentes tareas y de qué era lo que
esperaban de él. Bueno, eso era lo que hacían sus otros tres compañeros, puesto
que Hun lo único que hizo fue acto de presencia en todo aquello, quedándose al
margen y solo rasgando las cuerdas de su guitarra acústica de forma melancólica
en una esquina.
Desde el principio no le había gustado
aquello y seguiría sin gustarle durante los siguientes días y semanas, aunque
era el único. Sus compañeros de grupo y amigos estaban totalmente encantados
con el nuevo vocalista que habían conseguido y no paraban de presumir de que
tenía una voz increíble y que pillaba las cosas al vuelo, porque aunque solo
había ensayado a lo largo de su vida baladas, se adaptaba perfectamente a su
estilo cada vez que se lo pedían con unas pocas indicaciones de sus compañeros.
Hun lo había visto todo desde la distancia y sabía perfectamente que su líder
había sido el primero en caer rendido al nuevo, debido a su talento y a su
personalidad encantadora; después había caído JaeHyun, quien se hizo su sombra
porque donde estaba el uno, siempre estaba el otro; y por último, había caído
KwangJin, que solo después de un par de semanas lo había adoptado como su hijo
predilecto. Solo Hun habían mantenido las distancias con él, solo dedicándole
algunas palabras concernientes a los ensayos o a las canciones que ensayaban,
sin tratar de entablar más conversación con HoeSung.
No obstante, y a pesar de su expresión de
mala hostia constante, el chico pareció no darse por aludido y se acercaba a él
de vez en cuando, tratando de entablar un poco de conversación con Hun, que
siempre le respondía de forma cortante y se iba, dejándolo con la palabra en la
boca más de una vez y más de dos.
Y así fue durante más de dos meses… hasta que
sus otros compañeros de grupo se hartaron de aquel comportamiento y tomaron la
maldita decisión de dejarlos a ambos encerrados en la sala de ensayo hasta que
limaran asperezas y tuvieran una relación mínimamente cordial por el bien del grupo.
—¡Maldita sea! —se quejó Hun, pegando un
puñetazo a la puerta y ganándose un dolor agudo en la mano al que no le prestó
la más mínima atención porque estaba demasiado cabreado—. Maldita sea, en
cuanto salga de aquí me los cargo, seré como un espíritu maligno al que le han
tocado los cojones que irá matando a todos aquellos que lo hicieron poco a poco
hasta quedarse en la gloria.
—Lo siento —escuchó que murmuraba el otro
ocupante de la sala y se giró hacia él, viéndolo con la cabeza gacha, sentado en
el suelo—. Todo esto es por mi culpa… solo les dije que quería acercarme un
poco a ti y conocerte…
—No es culpa tuya, no te mortifiques —replicó
Hun—. Es culpa de estos cabrones que no hacen más que meterse en mis asuntos.
¡Cabrones!
—Pero aunque no sea mi culpa —dijo HoeSeung—,
sí que quería acercarme a ti y conocerte porque no hemos hablado mucho y quiero
llevarme bien con todos vosotros.
Hun suspiró al escuchar aquello. El chico era
majo, lo sabía perfectamente, porque aunque no lo trataba de forma cordial y
solo le dirigía la palabra cuando era estrictamente necesario, siempre le
sonreía cuando le hablaba y si tenía algún detalle con todos los demás, con él
también lo tenía; pero a Hun seguía sin caerle bien, aunque realmente no
tuviera motivos suficientes para sustentar aquello. No le caía bien porque
seguía en contra de que hubiera entrado en la banda, no le caía bien porque
desde el principio habían sido ellos cuatro y Hun siempre había creído que
serían ellos cuatro hasta el final.
—Sé que no te caigo bien, no sé el por qué no
te caigo bien, he intentado figurármelo y no lo entiendo —murmuró el chico—,
pero a pesar de eso, me gustaría de verdad llevarme bien contigo, me gustaría
que pudiéramos ser amigos, porque en algún momento, esta tensa relación
repercutirá en la banda y no puedo dejar que eso ocurra.
—No has hecho nada en especial para caerme
mal —respondió Hun, por fin separándose de la puerta y caminando hacia HoeSung,
sentándose a su lado. No sabía si era buena idea contarle el motivo de por qué
se comportaba de aquella manera o no, pero igual era la única forma para hacer
que todo volviera a ser como antes—. Simplemente, estaba totalmente en contra
de que alguien se uniera a la banda, seguía estando en contra cuando hicimos
las audiciones y ahora mismo sigo estando en contra. No necesitábamos a ningún
vocalista en la banda.
—Lo siento si no estabas de acuerdo en todo
esto —murmuró el chico—, pero ahora estoy aquí y formo parte de N.Flying tanto
como tú, por eso me gustaría que me reconocieras como a un miembro más y, por
eso quiero proponerte algo.
—A ver, di —respondió, un poco curioso por lo
que el otro tenía que proponerle.
—Ahora mismo acabo de empezar en esto, así
que todavía me estoy adaptando… pero si para final del semestre no he demostrado
que soy digno, según tu punto de vista, para estar aquí con vosotros, me iré
del grupo sin rechistar.
El ofrecimiento del chico lo pilló totalmente
desprevenido, pero a Hun le pareció una idea bastante buena. De aquella forma,
podía tener la excusa perfecta para que todo volviera a ser como en un
principio, solo los cuatro haciendo la música que les gustaba y ninguno de sus
compañeros podría rechistar porque ninguno lo sabría, simplemente tendría que
aguantar unos meses más la presencia de HoeSung y eso era algo que podía hacer
durante un poco de más tiempo.
—Me parece un buen trato —dijo.
Y de aquella manera, con un apretón de manos,
quedó sellado el trato que habían hecho, un trato del cual Hun tenía muy claro
cuál iba a ser el resultado en esos momentos, pero que, con el paso de los
meses… poco a poco fue cambiando hasta resultar en todo lo contrario gracias a
todo el esfuerzo realizado por HoeSung y a que, a mitad de camino, su relación
por fin dejó de ser tensa, para pasar a una mucho más cordial de lo que todos
habían imaginado.
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