Título: Attention
Autora: Riz Aino
Pareja: JinSon (Jackson + JinYoung) (GOT7)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, humor, fluff
Número de palabras: 1.185
palabras
Resumen: Jackson no suele
prestar atención en las clases… pero eso solo fue hasta que un becario
guapísimo fue a sustituir al profesor más plasta de todos.
Notas: historia escrita
para Camila.
Comentario de autora: solo tengo
que decir que ojalá algún becario como JinYoung hubiera venido a alguna de mis
clases en la universidad… entonces lo habría disfrutado todo mucho más. Espero
que os guste.
Attention
Jackson
se encontraba con la cabeza echada sobres sus brazos y éstos estaban colocados
sobre su mesa. A veces, había algunos libros debajo de su cara que hacían un
poco más cómoda su postura, pero, en general, aquella posición era la que más
tiempo ocupaba durante las horas que pasaba allí metido, así que, aunque en
aquella ocasión no hubiera libros, el chico estaba de lo más cómodo de aquella
forma. Jackson se pasaba normalmente las clases durmiendo, daba igual que se
tratara de una asignatura mínimamente interesante o de una aburrida al extremo,
el chico no prestaba atención a nada. Desde que había llegado al inicio de
aquel semestre a aquella universidad había sido así y nada lo iba a cambiar.
Por
supuesto, Jackson no contaba en sus planes a cierto becario moreno y con gafas
que apareció un día en clase sustituyendo a uno de los profesores más plastas.
Cuando
comenzaron los cuchicheos a su alrededor, Jackson supo que algo no era normal
en la clase, pero realmente no le importaba mucho, así que, simplemente siguió
con la cabeza echada sobre la mesa. Sin embargo, una voz desconocida pidiendo
silencio hizo que la alzara de inmediato. Allí donde debía estar el profesor
Park, se encontraba un joven que, a todas luces, parecía un becario de la
universidad, con su pelo más largo de lo normal por no tener tiempo para
cortarlo, la ropa medio arrugada por no haber podido plancharla en condiciones
y oscuras bolsas bajo sus ojos. Aun así, para Jackson, aquel becario encarnaba
sus más oscuros deseos.
—Mi
nombre es Park JinYoung —lo escuchó decir, con voz clara—. El profesor Park me ha
encargado dar esta clase durante la semana que va a estar incapacitado para
venir. Espero que podamos llevarnos bien y que no penséis que mis clases son
tan aburridas como las de vuestro profesor habitual —un coro de risas se
escuchó por la clase y Jackson tampoco pudo evitar que una sonrisita se le
escapara—. Muy bien, vamos a seguir con el tema tres...
Cerca
de una hora después, cuando finalizó la clase, si a Jackson alguien le hubiera
preguntado si ésta había sido aburrida o entretenida, el chico no habría sabido
responder a esa cuestión en concreto. Sin embargo, si le hubieran preguntado
sobre otras cosas, sobre el becario, como por el movimiento hipnótico de su
pequeña boca al hablar o por cómo se subía las gafas por el puente de la nariz
cuando éstas se le comenzaban a resbalar, o por cómo la camisa blanca sin
planchar se le pegaba al torso mostrando un cuerpo trabajado, pero sin llegar
al extremo, Jackson estaba al cien por cien seguro de que podría responderlo.
Al
día siguiente, al contrario de lo que siempre había hecho, Jackson se sentó en
la primera fila de mesas, en aquella que estaba más cerca de la mesa del
profesor y desde la cual iba a tener las mejores vistas del becario que iba a
darle la segunda clase de la mañana. Todo el mundo lo miraba extrañado porque
no era una asignatura en la que hubiera muchas personas y todas conocían sus
hábitos de dormir mientras el docente se encontraba dentro del aula, pero
Jackson simplemente obvió el sentimiento de tener a todos mirándolo fijamente y
se dedicó a lo suyo. Colocó todos los libros que necesitaba sobre la mesa,
abiertos y, en cuanto el joven becario entró por la puerta de la clase, hincó
los codos sobre los libros y apoyó sus manos bajo su rostro para así poder
tener una posición cómoda desde la que observar fijamente a Park JinYoung
durante el resto de la hora.
La
semana en la que el becario iba a estar impartiendo la clase del profesor Park,
se pasó demasiado rápido para el gusto de Jackson, quien se pasó todos aquellos
días sentado en la primera fila y, para cuando quiso darse cuenta, un día el
otro chico ya no apareció más por el aula. Jackson se sintió decepcionado, de
cierta manera, porque quería seguir viendo aquel rostro perfecto enmarcado por
una mata de cabello oscuro y con labios que estaban hechos para ser besados. Ya
no lo iba a ver más todos los días en clase y eso era algo que no se podía
permitir, porque si algo tenía claro en su vida, era que no iba a dejar escapar
a alguien como aquel becario, le costara lo que le costase.
Por
eso mismo, después de que terminara aquella hora en la que el profesor Park no
paró de ponerles a todos las cabezas como bombos, Jackson recogió sus cosas y
fue directo al departamento en el que se debía encontrar el despacho del
becario. Tardó más de media hora en encontrarlo entre todas las puertas que
había en aquel lugar, pero cuando lo hizo, y vio el pequeño trozo de papel
pegado sobre la puerta en el que rezaba su nombre junto con algunos otros más,
no pudo evitar esbozar una gran sonrisa antes de llamar a la puerta.
—Adelante
—se escuchó decir desde el interior.
Jackson
no se lo pensó ni un segundo para entrar al pequeño lugar en el que se apilaban
un montón de libros sobre uno de los cuatro escritorios que había allí, tras
los cuales se encontraba la persona que había ido a buscar. Park JinYoung asomó
su cabeza entre los libros, con las gafas prácticamente en la punta de la
nariz, y esbozó una sonrisa encantadora en su hermoso rostro que hizo que
Jackson se derritiera por completo.
—¿Necesitas
algo? —le preguntó al verlo allí. El recién llegado asintió—. Bien, dime de que
se trata estudiante Wang.
—¿Sabes
mi nombre? —no pudo evitar cuestionar Jackson al escucharlo decir aquello,
haciendo que la sonrisa del otro se hiciera mucho más amplia.
—Por
supuesto. ¿Cómo no podría conocer el nombre del chico que se ha pasado toda una
semana mirándome como si fuera la mismísima encarnación de un dios griego? —le
dijo, guiñándole un ojo—. Si te interesa, mi horario termina a las dos de la
tarde. Podemos salir a comer algo.
—S-se-sería
perfecto —tartamudeó Jackson.
Las
palabras de Park JinYoung lo habían dejado totalmente descolocado porque no se
había esperado algo como aquello ni en sus mejores sueños.
—Entonces,
a las dos en la puerta de entrada —le propuso, volviendo después a su trabajo,
indicándole de esta forma que ya podía irse.
—Allí
estaré —murmuró en respuesta antes de salir del despacho, con su corazón
bombeando sangre por su cuerpo a mil por hora.
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