domingo, 12 de noviembre de 2017

[One Shot] GOT7 Ask Drabbles: Attention {JinSon}



Título: Attention
Autora: Riz Aino
Pareja: JinSon (Jackson + JinYoung) (GOT7)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, humor, fluff
Número de palabras: 1.185 palabras
Resumen: Jackson no suele prestar atención en las clases… pero eso solo fue hasta que un becario guapísimo fue a sustituir al profesor más plasta de todos.
Notas: historia escrita para Camila.
Comentario de autora: solo tengo que decir que ojalá algún becario como JinYoung hubiera venido a alguna de mis clases en la universidad… entonces lo habría disfrutado todo mucho más. Espero que os guste.

Attention

Jackson se encontraba con la cabeza echada sobres sus brazos y éstos estaban colocados sobre su mesa. A veces, había algunos libros debajo de su cara que hacían un poco más cómoda su postura, pero, en general, aquella posición era la que más tiempo ocupaba durante las horas que pasaba allí metido, así que, aunque en aquella ocasión no hubiera libros, el chico estaba de lo más cómodo de aquella forma. Jackson se pasaba normalmente las clases durmiendo, daba igual que se tratara de una asignatura mínimamente interesante o de una aburrida al extremo, el chico no prestaba atención a nada. Desde que había llegado al inicio de aquel semestre a aquella universidad había sido así y nada lo iba a cambiar.


Por supuesto, Jackson no contaba en sus planes a cierto becario moreno y con gafas que apareció un día en clase sustituyendo a uno de los profesores más plastas.

Cuando comenzaron los cuchicheos a su alrededor, Jackson supo que algo no era normal en la clase, pero realmente no le importaba mucho, así que, simplemente siguió con la cabeza echada sobre la mesa. Sin embargo, una voz desconocida pidiendo silencio hizo que la alzara de inmediato. Allí donde debía estar el profesor Park, se encontraba un joven que, a todas luces, parecía un becario de la universidad, con su pelo más largo de lo normal por no tener tiempo para cortarlo, la ropa medio arrugada por no haber podido plancharla en condiciones y oscuras bolsas bajo sus ojos. Aun así, para Jackson, aquel becario encarnaba sus más oscuros deseos.

—Mi nombre es Park JinYoung —lo escuchó decir, con voz clara—. El profesor Park me ha encargado dar esta clase durante la semana que va a estar incapacitado para venir. Espero que podamos llevarnos bien y que no penséis que mis clases son tan aburridas como las de vuestro profesor habitual —un coro de risas se escuchó por la clase y Jackson tampoco pudo evitar que una sonrisita se le escapara—. Muy bien, vamos a seguir con el tema tres...

Cerca de una hora después, cuando finalizó la clase, si a Jackson alguien le hubiera preguntado si ésta había sido aburrida o entretenida, el chico no habría sabido responder a esa cuestión en concreto. Sin embargo, si le hubieran preguntado sobre otras cosas, sobre el becario, como por el movimiento hipnótico de su pequeña boca al hablar o por cómo se subía las gafas por el puente de la nariz cuando éstas se le comenzaban a resbalar, o por cómo la camisa blanca sin planchar se le pegaba al torso mostrando un cuerpo trabajado, pero sin llegar al extremo, Jackson estaba al cien por cien seguro de que podría responderlo.


Al día siguiente, al contrario de lo que siempre había hecho, Jackson se sentó en la primera fila de mesas, en aquella que estaba más cerca de la mesa del profesor y desde la cual iba a tener las mejores vistas del becario que iba a darle la segunda clase de la mañana. Todo el mundo lo miraba extrañado porque no era una asignatura en la que hubiera muchas personas y todas conocían sus hábitos de dormir mientras el docente se encontraba dentro del aula, pero Jackson simplemente obvió el sentimiento de tener a todos mirándolo fijamente y se dedicó a lo suyo. Colocó todos los libros que necesitaba sobre la mesa, abiertos y, en cuanto el joven becario entró por la puerta de la clase, hincó los codos sobre los libros y apoyó sus manos bajo su rostro para así poder tener una posición cómoda desde la que observar fijamente a Park JinYoung durante el resto de la hora.

La semana en la que el becario iba a estar impartiendo la clase del profesor Park, se pasó demasiado rápido para el gusto de Jackson, quien se pasó todos aquellos días sentado en la primera fila y, para cuando quiso darse cuenta, un día el otro chico ya no apareció más por el aula. Jackson se sintió decepcionado, de cierta manera, porque quería seguir viendo aquel rostro perfecto enmarcado por una mata de cabello oscuro y con labios que estaban hechos para ser besados. Ya no lo iba a ver más todos los días en clase y eso era algo que no se podía permitir, porque si algo tenía claro en su vida, era que no iba a dejar escapar a alguien como aquel becario, le costara lo que le costase.

Por eso mismo, después de que terminara aquella hora en la que el profesor Park no paró de ponerles a todos las cabezas como bombos, Jackson recogió sus cosas y fue directo al departamento en el que se debía encontrar el despacho del becario. Tardó más de media hora en encontrarlo entre todas las puertas que había en aquel lugar, pero cuando lo hizo, y vio el pequeño trozo de papel pegado sobre la puerta en el que rezaba su nombre junto con algunos otros más, no pudo evitar esbozar una gran sonrisa antes de llamar a la puerta.

—Adelante —se escuchó decir desde el interior.

Jackson no se lo pensó ni un segundo para entrar al pequeño lugar en el que se apilaban un montón de libros sobre uno de los cuatro escritorios que había allí, tras los cuales se encontraba la persona que había ido a buscar. Park JinYoung asomó su cabeza entre los libros, con las gafas prácticamente en la punta de la nariz, y esbozó una sonrisa encantadora en su hermoso rostro que hizo que Jackson se derritiera por completo.

—¿Necesitas algo? —le preguntó al verlo allí. El recién llegado asintió—. Bien, dime de que se trata estudiante Wang.
—¿Sabes mi nombre? —no pudo evitar cuestionar Jackson al escucharlo decir aquello, haciendo que la sonrisa del otro se hiciera mucho más amplia.
—Por supuesto. ¿Cómo no podría conocer el nombre del chico que se ha pasado toda una semana mirándome como si fuera la mismísima encarnación de un dios griego? —le dijo, guiñándole un ojo—. Si te interesa, mi horario termina a las dos de la tarde. Podemos salir a comer algo.
—S-se-sería perfecto —tartamudeó Jackson.

Las palabras de Park JinYoung lo habían dejado totalmente descolocado porque no se había esperado algo como aquello ni en sus mejores sueños.

—Entonces, a las dos en la puerta de entrada —le propuso, volviendo después a su trabajo, indicándole de esta forma que ya podía irse.
—Allí estaré —murmuró en respuesta antes de salir del despacho, con su corazón bombeando sangre por su cuerpo a mil por hora.



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