sábado, 8 de septiembre de 2018

[D-5] MONSTA X D-DATE: The X-Clan {MinWon}


Título: The X-Clan
Autora: Riz Aino
Parejas: MinWon (MinHyuk + HyungWon) (MONSTA X)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, angst
Número de palabras: 1.508 palabras
Resumen: MinHyuk solo intentaba ayudar, ayudar a la persona que amaba… sin esperar que el resultado fuera aquel.
Advertencias: cada historia tendrá sus propias advertencias.
Notas: esta historia fue escrita a petición de Marta que, como todas, se enamoró del MV de All In y necesitaba tener algo de esa historia escrito.
Comentario de autora: este era un ship super underrated por el mundo hasta que finalmente salió el MV antes nombrado y todo el mundo se enamoró… a partir de entonces, por fin pude encontrar cositas de mi otp porque al principio casi no había. Espero que os guste.



MinHyuk sabía que las consecuencias de haber quemado la casa de su mejor amigo HyungWon con el padre de éste dentro, podrían traer consecuencias fatales si el hombre llegaba a sobrevivir al humo y a las llamas; sin embargo, el chico había pensado que, para ese entonces, la persona que más le importaba en el mundo estaría lejos de todo peligro, junto a él, junto al Clan. MinHyuk jamás se había planteado que HyungWon pudiera salir mal parado después de aquello... pero lo había hecho.


Cuando no se había presentado a la hora acordada en el invernadero en el que se celebraban las reuniones del Clan, situado en las profundidades del bosque que rodeaba al pequeño pueblo en el que vivían, el chico se había temido que le hubiera podido ocurrir algo. No había podido imaginar cuáles habían sido las consecuencias de sus actos infantiles en represalia por la paliza que le había dado su progenitor anteriormente a HyungWon hasta que no llegó hasta los escombros que habían quedado de aquella casa en la que antes había vivido su amigo. MinHyuk se adentró entre los restos quemados de una vida entera, buscando a HyungWon, llamándolo a veces, sin recibir una sola respuesta. Estuvo a punto de desistir y buscar en cualquier otro lugar que el chico soliera frecuentar, hasta que lo vio, tumbado de espaldas en el suelo de una de las salas, inmóvil.

MinHyuk salió corriendo y cuando llegó hasta él se agachó, poniéndose de rodillas en el suelo a su lado, zarandeándolo en primer lugar, pensando que se encontraría dormido o desmayado. Las heridas y moratones eran visibles en su rostro y cuerpo, y eran mucho más recientes de lo que el mayor recordaba. Alarmado y con el corazón en un puño al saber que el padre de HyungWon le había vuelto a pegar, esta vez por su culpa, buscó su pulso en su muñeca y contuvo la respiración al no encontrarlo por más que lo intentaba. El chico probó a tomarle el pulso en el cuello y tampoco lo notó, haciendo que su ansiedad aumentara. Lo último que probó fue comprobar que respiraba, colocando su dedo bajo la nariz ajena... pero no lo hacía.

El rubio se quedó completamente helado. No podía ser. HyungWon no podía estar muerto. Su cuerpo todavía seguía caliente. Solo estaba desmayado debido a la paliza. No podía morir.

¿Qué iba a ser de él si el amor de su vida moría por su culpa?

MinHyuk comenzó a hiperventilar. Tenía que hacer algo. Seguro que había algo que podía hacer. Seguro que todavía podía salvarlo. Seguro que...

—La flor... —susurró.

¿Cómo no se le había ocurrido antes? El Delphinium tenía propiedades curativas. MinHyuk había visto cómo la flor había actuado antes en sus cuerpos cuando éstos habían estado magullados, había visto cómo se habían curado heridas profundas en unos pocos de minutos gracias a la planta. Se palpó los bolsillos de su ropa, buscando aquella pequeña botellita que JooHeon le había confiado para los casos más extremos hasta que la encontró y suspiró aliviado. Quizás no pudiera revivir a los difuntos, pero tenía que intentarlo.

MinHyuk levantó el cuerpo de HyungWon del suelo y lo arrastró hasta el baño, la única estancia que no había sufrido demasiados desperfectos por el fuego. Con todas sus fuerzas, metió a su amigo en la bañera que allí se encontraba y luego comenzó a llenarla de agua con los cubos que sacaba del pequeño pozo que la familia Chae tenía en el patio con la idea de verter el líquido de color azul intenso en la bañera, para que de esta forma pudiera llegar a todas las células del cuerpo del menor.

Tardó un poco en llenar del todo la bañera y, tras acomodar a HyungWon lo mejor que pudo dentro de aquel estrecho lugar, se sentó a su lado y volvió a buscar el bote de cristal. El chico observó aquel líquido fijamente, rezando internamente que tuviera el efecto deseado porque no estaba preparado para perder a aquel chico. Después, abrió el tapón y comenzó a verter el contenido de la botella. Lentamente, el agua de la bañera comenzó a teñirse de azul oscuro hasta que estuvo totalmente contaminada con la flor.

MinHyuk introdujo sus dedos en el agua, sintiéndola helada y viendo que cómo las quemaduras y heridas que tenía en éstos, se curaban al instante. El Delphinuim no había perdido sus efectos al estar mezclado con agua, pero eso no hizo que el chico estuviera menos preocupado. HyungWon seguía sin dar señales de vida.

Desde que eran pequeños, los dos habían estado juntos. Habían sido amigos durante demasiados años y, MinHyuk siempre había estado allí para ayudar y proteger a HyungWon con todo lo que estaba en su mando. Sin embargo, en los últimos meses había sido más una causa de desesperación y dolor para el menor, ya que las palizas de su padre se habían vuelto mucho más constantes y agresivas desde que se había enterado que su hijo se involucraba con el Clan. HyungWon solo había entrado allí siguiéndolo a él y MinHyuk se sentía responsable de lo que le había ocurrido.

El chico no pudo evitar las lágrimas que comenzaron a caer de sus ojos, recorriendo sus mejillas hasta perderse por su mentón. Tampoco pudo evitar que en su cabeza apareciera la idea de que si HyungWon había muerto, su destino era morir junto a él, por todo el mal que le había causado. Se lo debía... y, de aquella manera, los dos podrían estar juntos toda la eternidad sin que nadie se atreviera a separarlos, sin que nadie le hiciera daño al menor.

Con aquello en mente, MinHyuk se quitó los zapatos y comenzó a internarse en el agua helada de la bañera junto a HyungWon. El espacio era muy pequeño, pero no le hacía falta estar holgado allí dentro, ya que solo quería apretar el cuerpo de la persona que amaba contra el suyo para siempre, lo más cerca que pudiera. El rubio terminó de colocarse y observó el rostro magullado del chico antes de abrazarse fuertemente a él y tomarlo de la mano, apretándola como tantas veces había querido hacer. MinHyuk cerró sus ojos y se preparó para quedarse allí por el resto de la eternidad.

Los minutos comenzaron a correr y su cuerpo comenzó a enfriarse debido al agua helada. Quizás no tardaría demasiado en morir debido a una hipotermia, quizás solo se quedaría dormido y ya no volvería a despertar. Era una muerte demasiado pacífica para él, que le había causado tanto dolor a HyungWon.

HyungWon... aquel mismo HyungWon que le estaba apretando la mano con fuerza.

MinHyuk abrió sus ojos como platos, solo para ver cómo los ojos del menor se abrían lentamente, parpadeando muchas veces, como si no estuviera acostumbrado a la luz que se filtraba en el lugar a través del exterior. HyungWon había abierto sus ojos, su pecho subía y bajaba rítmicamente... HyungWon había regresado de entre los muertos gracias al Delphinium.

—MinHyuk... ¿qué...?

HyungWon comenzó a hablar, pero el mayor no lo dejó terminar siquiera aquella frase antes de apretarlo fuertemente contra su pecho, llorando de nuevo.

—No me vuelvas a dejar, por favor... no lo hagas —le pidió con voz ahogada.
—¿De qué... hablas? —cuestionó el chico. Probablemente estaría muy confuso, no entendería nada, pero MinHyuk no tenía tiempo de explicárselo en ese momento.
—Por favor... prométeme que nunca me vas a dejar —volvió a pedir, esta vez separándose un poco para poder ver aquellos ojos enormes y expresivos de HyungWon.
—Nunca te dejaré, MinHyuk. Nunca lo haré —respondió, sincero, apretando fuertemente las manos que tenían entrelazadas—. Pero dime qué ha pasado...

MinHyuk asintió lentamente, un poco más calmado. HyungWon estaba vivo y no lo iba a dejar, aquello era suficiente para calmar su corazón por el momento.

—Estabas muerto cuando llegué —murmuró—. El Delphinium te ha salvado... pero no quiero volver a pasar por esto otra vez... —se apretó de nuevo contra el menor, dejando que esta vez fuera él quien lo acunara entre sus brazos—, por eso no quiero perderte de nuevo... no quiero que me vuelvas a dejar...
—No lo haré —volvió a susurrar HyungWon, dejando un corto beso sobre su cabeza, sellando así su promesa.









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