Título: Let Me
Autora: Riz Aino
Pareja:
YoungChan (TAG + JooChan) (Golden Child)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, drama, fluff
Número de palabras: 2.599 palabras
Resumen: YoungTaek haría absolutamente todo por la persona que
más ama… si tan solo JooChan lo dejara, lo haría todo por él.
Notas: historia escrita a través de la letra de la canción Let
Me, aunque no siguiéndola de forma exacta.
Comentario de autora: la canción se me pegó tantísimo cuando salió que estuve
muchas semanas cantándola a todas horas y un día me puse y escribí esto
mientras la escuchaba una y otra vez en bucle. Espero que os guste.
Let me
JooChan agachó su cabeza y apretó
sus dientes, esperando un golpe que recibió solo unos segundos después en su
estómago y sus piernas se resintieron, haciendo que se tambaleara un poco hacia
atrás, mientras se doblaba por la cintura de dolor. Su espalda pegó contra la
pared de ladrillo de su instituto y aquella parte de su cuerpo también le dolió,
pero nada le dolía más como saber que JaeHyun, JiBeom y DongHyun estaban allí,
observando cómo lo golpeaban una y otra vez, siendo sujetados, sin poder hacer
nada por él, aunque el chico sabía que era lo único que querían. Las lágrimas
se acumulaban en los ojos de JooChan, pero llorar haría que todo fuera peor,
por lo que simplemente apretó sus dientes con mucha más fuerza.
—Haznos un favor a todos y mátate —dijo el que
le había pegado el puñetazo en el estómago.
JooChan no tuvo que mirarlo a la cara para saber que se
lo había dicho con una sonrisa soberbia, que se lo había dicho como si tuviera
la razón y que eso solucionaría sus vidas… pero JooChan sabía que no las solucionaba,
a pesar de que muchas veces sentía que no sería tan difícil hacerlo y acabar
con todo. El chico escuchó protestar a lo lejos a uno de sus amigos, los
escuchó forcejear a todos, pero ninguno pudo soltarse hasta que, quienes los
sostenían, los dejaron libres para salir huyendo del lugar del crimen. JooChan
vio por el rabillo del ojo que sus amigos corrieron hacia él inmediatamente, de
la misma forma que vio cómo los otros se alejaron.
Cansado, el chico resbaló por la
pared de ladrillo hasta acabar sentado en el suelo de tierra mojada —se mojaría y mancharía
los pantalones del uniforme, pero nadie lo regañaría por ello porque no tenía a
nadie que lo hiciera— y dejó escapar las lágrimas de sus ojos por fin.
—JooChan —murmuró DongHyun, agachándose junto a él y
poniéndole una mano en la mejilla para hacer que lo mirara. Cuando alzó su
mirada pudo ver la preocupación pintada en el rostro del otro chico—. ¿Por qué
no vamos al tutor y le contamos lo que te están haciendo?
—No arreglará nada —replicó, con un nudo en su garganta,
sabiendo perfectamente que, a pesar de que le estuvieran haciendo aquello, por
mucho que lo dijera nadie iba a hacer nada.
—Pero… —comenzó DongHyun, aunque no pudo acabar porque
JiBeom le puso una mano en el hombro y negó con la cabeza.
—Sabes que estas cosas llevan a reuniones interminables
con los padres y que a JooChan no lo pueden representar, por lo que, finalmente
acabarán aceptando el soborno de los padres de esos gilipollas y lo sacarán a
él del colegio para que no haya más problemas —dijo JiBeom, exponiendo la
verdad de lo que pasaría aunque dijeran algo.
—Pero algo hay que hacer —murmuró JaeHyun, casi al borde
de las lágrimas—. No podemos dejarlo así, te están haciendo daño…
—No te preocupes, Jae —dijo JooChan, tratando de esbozar
una sonrisa, limpiándose las lágrimas de la cara—. No os preocupéis ninguno. Ya
solo quedan unos meses para que salgamos de este lugar, puedo aguantar
perfectamente el tiempo que queda.
—Pero están siendo más violentos ahora que antes —comentó
DongHyun.
JooChan
trató de levantarse, pero se tambaleó y JiBeom lo cogió del brazo, sujetándolo
para que no cayera al suelo. El chico sabía que sus amigos lo harían todo por
él, pero contra aquello no se podía hacer nada porque no tenía ningún adulto
que lo defendiera y sus palabras serían tomadas completamente a broma porque
las personas que lo acosaban y lo golpeaban no eran los típicos matones, sino
que eran gente que sacaba buenas notas, tan buenas notas que rivalizaban
siempre con las suyas —JooChan imaginaba que ahí estaba el problema, que no
soportaban que un huérfano fuera más listo que ellos—.
—Algo
hay que hacer —repitió JaeHyun—. Cualquier cosa para que te dejen tranquilo el tiempo
que queda.
—No
hace falta —contestó, poniéndole una mano en el hombro al chico—, puedo
soportarlo el tiempo que queda y, una vez acabe el instituto, me aseguraré de
no cruzarme con ellos nunca más.
JooChan
les dedicó una sonrisa a sus amigos para tranquilizarlos y para convencerlos de
que estaba bien, aunque no lo estaba, pero aquello era lo mejor para todos.
Porque si ellos se metían en todo aquello, saldrían mal parados como él y
JooChan no quería que nadie más saliera herido con eso.
~
—¿Hyung? ¿Puedo
pasar?
YoungTaek alzó la cabeza y vio a JaeHyun asomándose a la
puerta de su habitación con una expresión de preocupación en su rostro.
YoungTaek frunció su ceño, extrañado, porque JaeHyun solía estar siempre
sonriendo, así que aquello era bastante raro. Por eso, asintió a la pregunta
que el chico que había hecho y le indicó que se sentara junto a él en la cama.
Una vez lo hizo, le pasó un brazo por encima de los hombros, de la misma forma que
DaeYeol siempre lo había hecho con él cuando era más pequeño, para darle
confianza y que le contara lo que había ido a contarle.
—¿Qué pasa, JaeHyunnie? —preguntó.
—Hyung… hay…
algo que tengo que decirte… —murmuró el menor en voz baja, casi inaudible.
—¿De qué se trata?
—Los demás… no querían que te lo contara… —siguió el
chico, YoungTaek pudo ver cómo las manos le temblaban, así que, con la mano que
tenía libre las tomó y las apretó débilmente.
—Sabes que me lo puedes contar todo, ¿verdad? —dijo,
tratando de animarlo a hablar. JaeHyun asintió y después cogió aire
profundamente antes de seguir hablando.
—Hyung…
JooChannie tiene problemas en el instituto… —contó finalmente. YoungTaek
parpadeó rápidamente, confuso. JooChan era al que mejor le iban los estudios de
todos ellos, el único niño listo de todo el orfanato.
—¿Qué clase de problemas? —preguntó. JaeHyun lo miró a
los ojos como si estuviera a punto de llorar y YoungTaek se asustó un poco, así
que lo abrazó fuertemente contra su pecho—. Tranquilo, tranquilo… no llores,
Jae… —dijo, acariciándole la espalda—. Puedes contármelo cuando estés
preparado.
Durante unos momentos, JaeHyun trató de calmarse, pero se
le escaparon algunas lágrimas mientras YoungTaek lo reconfortaba susurrándole
algunas palabras tranquilizadoras. Su mente, mientras tanto, iba a mil por
hora, con pensamientos de todo tipo cruzándola, imaginándose muchísimas cosas y
poniéndose en lo peor porque JaeHyun no solía comportarse de aquella forma, de
hecho, YoungTaek llevaba años sin verlo llorar.
El chico tardó un rato en calmarse, pero cuando lo hizo
se separó del pecho de YoungTaek y lo miró con los ojos llorosos, contestándole
finalmente a la última pregunta que le había hecho.
—A JooChan le están haciendo bullying.
—¿Qué?
YoungTaek abrió los ojos sorprendido al escuchar aquella
noticia porque aquello era algo que no se habría imaginado nunca, ni en un
millón de años. JooChan era un chico agradable que siempre sabía cómo
encandilar a las personas con sus palabras y que tenía bastante carácter si lo
llevaban hasta un límite. Tampoco le había hecho mal a ningún animal o persona
en todo aquel tiempo, por lo que YoungTaek no lo podía creer. Sin embargo, ver
a JaeHyun de aquella forma le confirmaba completamente que lo que le había
dicho era real y que si el chico había acudido a él era porque, no solo era un
problema muy real, sino que, además era bastante serio.
YoungTaek trató de recomponerse porque en aquel momento
era el hermano mayor que JaeHyun necesitaba, el hermano mayor que JooChan
también necesitaba y que haría que toda aquella situación se solucionara.
—Tranquilo, JaeHyunnie —dijo—.
Yo me encargaré de esto, no te preocupes.
JaeHyun asintió en ese momento, pero aún tardó bastante
tiempo en calmarse, por lo que YoungTaek estuvo junto a él hasta que el chico
le dijo por fin que estaba bien y se fue de su habitación, dejándolo solo con
sus pensamientos, dándole vueltas a qué era lo que podía hacer.
Le dolía el corazón porque JooChan y él siempre habían
sido muy cercanos, habiendo llegado a aquel orfanato prácticamente a la vez y
teniendo solo un año de diferencia entre ambos. Le dolía el corazón porque el
chico no le había dicho nada en ningún momento, a pesar de que había tenido montones
de ocasiones para hacerlo. Le dolía el corazón porque creía que JooChan
confiaba lo suficiente en él como para contarle algo tan importante como
aquello, que confiaba lo suficiente en él como para mostrarse débil y como para
pedirle ayuda y consejo.
Sin embargo, el chico también sabía perfectamente que
JooChan siempre había sido un chico que se solía callar las cosas y había que
sacarle las palabras con sacacorchos. Y YoungTaek había estado tan ocupado con
el trabajo que apenas había podido prestarle atención a nada porque llegaba
demasiado cansado y, aunque JooChan hubiera mostrado en su rostro que algo no
iba bien, él había sido incapaz de leerlo.
YoungTaek suspiró de forma profunda y después trató de
dormir, al día siguiente tendría una conversación con el chico y le diría que
él estaba dispuesto a ayudarlo, a tenderle una mano, si lo dejaba.
~~
JooChan salió de la “Casa de la
Alegría” por la mañana temprano, sin esperar siquiera a DongHyun, JaeHyun,
JiBeom o BoMin. No se sentía con los ánimos de ir acompañado por sus amigos al
instituto, a pesar de que todos iban al mismo sitio, no después de lo que había
sucedido el día anterior. JooChan quería estar solo. Sin embargo, en cuanto
salió a la calle, se encontró con YoungTaek apoyado contra la pared de ladrillo
de enfrente, separándose de ella en cuando lo vio, dedicándole una sonrisa.
JooChan suspiró antes de acercarse a él, se había acabado su momento de
soledad.
—¿Qué haces todavía aquí? —le preguntó—. ¿No
deberías estar en el trabajo ya?
—Hoy puedo permitirme el lujo de entrar un poquito más
tarde y llevarte al instituto —replicó YoungTaek.
—¿A mí solo? —cuestionó el chico.
—Por supuesto. Tú eres mi favorito —contestó el mayor—.
Los demás pueden ir a pata como siempre.
—Si les digo a los demás que has dicho que soy tu
favorito, llorarían —murmuró JooChan, tratando de bromear con él, como siempre
había hecho.
—Pero no se lo vas a decir, ¿verdad?
YoungTaek le echó un brazo por los hombros y frotó su
cabeza con la del chico unos segundos, antes de echar a andar, guiándolo hasta
la camioneta vieja que usaba para ir a trabajar. JooChan se sintió bastante más
tranquilo de lo que se había sentido en los últimos tiempos gracias a la
cercanía del mayor, así que, no pudo evitar esbozar una sonrisa porque mientras
estuviera con él, no tendría que pensar en sus problemas.
No obstante, JooChan se equivocaba, porque poco después
de que se montaran en la camioneta y se pusieran en marcha al instituto,
YoungTaek le hizo recordar todos sus problemas de golpe.
—JooChan… —comenzó—. Ayer vino JaeHyun a hablar conmigo —JooChan
tragó saliva nada más escuchar aquellas palabras porque JaeHyun había estado
todo el tiempo diciendo que aquello lo tenían que contar y buscar ayuda—, y me
dijo por lo que estás pasando en el instituto.
JooChan miró hacia la ventanilla, como si de aquella
forma tratara de evitar el tema, como si de aquella forma hiciera que éste no
existiera. Pero el chico sabía que si YoungTaek había sacado aquella
conversación era porque estaba preocupado por él y porque no iba a parar hasta
que lo hablaran. No obstante, JooChan se permitió perder unos minutos en los
que solo se pudo escuchar el sonido del viejo motor.
—No es nada que no pueda solucionar yo solo —dijo
finalmente.
—JaeHyun lloró anoche mientras me lo contaba —replicó el
mayor, haciendo que el corazón de JooChan se encogiera. JaeHyun no solía
llorar, pero había llorado por su culpa, porque estaba preocupado por él—. No
quiero presionarte —agregó YoungTaek—, solo quiero que sepas que te quiero
mucho y que por eso no quiero que salgas herido, así que, si puedo ayudar en
cualquier cosa, lo que sea, déjame hacerlo para que todo sea más fácil para ti.
JooChan no contestó en el momento. Siguió mirando por la
ventanilla del coche cómo la ciudad pasaba rápidamente ante sus ojos, mientras
pensaba una y otra vez en cuál era la respuesta que le podía dar al mayor.
JooChan sabía lo importante que era para YoungTaek, éste se lo había dicho en
un millar de ocasiones y para el chico, el mayor también era muy importante.
Los dos se habían prometido salir de aquel lugar juntos y era lo que iban a
hacer en el momento en el que a JooChan le dieran una beca por su excelente
expediente y pudiera ir a la universidad. Lo habían planeado desde hacía mucho
tiempo y ninguno había cambiado de opinión, ninguno había cambiado sus
sentimientos.
JooChan podía adivinar que YoungTaek se había debido
sentir muy herido por enterarse de aquello por JaeHyun y, sobre todo, porque él
no le había dicho nada cuando era un asunto importante. Sin embargo, JooChan no
había podido hacerlo, no había podido decírselo precisamente por eso mismo… y sabía
que el mayor lo habría adivinado y por eso tampoco lo estaba presionando en
aquellos momentos. Y JooChan no quería que nadie se metiera en aquello, no
quería que ninguna de las personas más importantes para él saliera herida por
su culpa.
—Solo es de vez en cuando —murmuró JooChan finalmente—.
Ayer fue algo diferente porque uno de ellos aspira a tener el mejor expediente
del instituto, pero yo sigo sacando mejores notas que él y eso le molesta —explicó—.
En cuanto acaben las clases, todo acabará.
—Aun así —dijo el mayor—. Esto necesita acabar porque
estoy preocupado por ti, porque te hagan daño. Déjame ayudarte.
JooChan negó con la cabeza, sintiendo cómo las lágrimas
comenzaban a acumulársele en los ojos, queriendo salir de ellos y recorrer sus
mejillas. El chico intentó contenerlas, pero antes de poder hacerlo, la
camioneta se detuvo y se vio envuelto en los largos y delgados brazos de
YoungTaek, en aquellos brazos reconfortantes y no pudo contenerse, así que,
comenzó a llorar, a llorar como llevaba mucho tiempo sin hacerlo. JooChan se
dejó mimar por el mayor durante unos momentos, escuchando las palabras
tranquilizadoras que tanto necesitaba escuchar y, finalmente, acabó aceptando,
acabó dejando que YoungTaek lo ayudara.
—Verás como todo se soluciona —fue lo que le dijo el
mayor… y JooChan sintió que podía dejarlo todo en sus manos porque aquello se
cumpliría.
Notas finales:
—Sé que esta no es una
otp muy al uso, pero me aparecieron algunas fotos de ellos por la tl y pensé
“¿Por qué no? Si de todas formas te gustan las parejas raras. Échale ovarios” y
se los eché (?)
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