Título: Thank You
Autora: Riz Aino
Pareja: JangYoon (Y + JangJun) (Golden Child)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, drama, angst, fluff
Número de palabras: 2.092 palabras
Resumen: SeungYoon agradece infinitamente haber compartido con
JangJun los mejores momentos de su vida, agradece tener unos recuerdos
inolvidables junto a él… por eso es incapaz de dejarlo marchar.
Advertencias: un poquito de homofobia… aunque no la muestro
excesivamente, pero lo aviso porque es necesario.
Notas: historia inspirada levemente en la canción Thank You del single Goldenness, cerrando el ciclo de
éste.
Comentario de
autora: me gusta muchísimo esta
otp y quiero escribir muchas cosas de ellos porque son idiotas y adorables y me
enamoran cada día que pasa. Espero que os guste (y que no os rompa mucho el
corazón con esta historia como con la anterior).
Thank You
SeungYoon se mira en el reflejo que
le muestra la cámara delantera de su móvil y hace una mueca de dolor cuando se
toca el labio inferior, allí donde acaba de recibir un puñetazo. No tiene el
labio partido, por lo que no está sangrando, pero sí que está algo hinchado y duele
un poco, pero lo que a SeungYoon le duele más no ha sido el golpe que acaba de
recibir porque debido a sus orígenes ha recibido más golpes de los que jamás
podría llegar a contar, lo que le duele más es el motivo por el que ha recibido
el puñetazo… porque ha recibido un puñetazo simplemente por mostrar que está
enamorado.
El chico suspira y guarda el móvil
en el bolsillo del pantalón, sacando las llaves del piso del otro bolsillo,
para abrir la puerta, esperando que JangJun no se encuentre allí para así poder
coger un poco de hielo del congelador y ponérselo en el labio y así bajar la
hinchazón; sin embargo, cuando abre la puerta, se encuentra al otro en el
salón, terminando de cerrar una maleta sentándose encima de ella. SeungYoon
observa aquella escena con el ceño fruncido porque no entiende el motivo por el
cuál su novio ha hecho una maleta.
JangJun alza su cabeza en cuanto la
cremallera está totalmente cerrada, con una expresión imperturbable hasta que
sus ojos se dirigen a los labios de SeungYoon y ve la notable hinchazón, en ese
momento, entorna sus ojos con un sentimiento que el mayor no es capaz de
interpretar y después traga saliva de forma bastante visible, levantándose de
la maleta y poniéndola derecha, sacando el mango de ésta incluso.
No ha salido ni una palabra de sus
labios, ni un saludo, ni una explicación a la maleta, pero SeungYoon tiene
muchas preguntas y no tarda en hacerlas.
—¿Y esa maleta? ¿Vas a algún sitio?
—Sí —responde JangJun tranquilamente—. Me voy
de esta casa y creo que tú deberías hacer lo mismo pronto si no quieres
asfixiarte en los recuerdos.
—¿Qué?
A SeungYoon no le gusta lo que el
otro ha parecido insinuar, “ha parecido insinuar” porque SeungYoon no quiere ni
pensar que las palabras de JangJun implican lo que él cree, de ahí la pregunta
que le ha hecho. Y JangJun parece dudar durante un segundo, pero su mirada se
vuelve firme y aprieta la mandíbula antes de contestarle.
—Es lo mejor para los dos que no nos volvamos a
ver —le dice, echando a andar, las ruedas de la maleta contra el suelo son lo
único que se escucha—. Muchas gracias por todo, he pasado unos años increíbles
a tu lado.
JangJun pasa junto a él, le pone una
mano en el hombro y después duda, como si quisiera decir o hacer algo más, pero
al final simplemente sacude su cabeza y sale del piso que han compartido los
últimos cinco años, cerrando la puerta a sus espaldas suavemente, dejando a
SeungYoon solo, con su cabeza funcionando a toda velocidad, pero sin ser capaz
de moverse ni un milímetro del lugar en el que se encuentra, sus piernas no le
responden. SeungYoon no está asimilando qué es lo que acaba de suceder, no lo
está asimilando porque le parece inverosímil. JangJun y él han estado juntos
toda la vida y aquello no puede acabar de esa forma, aquello no puede acabar,
no cuando está seguro de que el corazón de ninguno de los dos ha cambiado.
En la Casa de la Alegría siempre
fueron inseparables, aun cuando se llevaban bien con el resto de los niños que
allí había; siempre estuvieron juntos, en los momentos buenos y en los momentos
horribles en los que no habrían dejado que ningún otro los viera. Han estado
juntos toda la vida y SeungYoon siempre ha pensado que seguirían juntos hasta
el final porque se complementan de una forma que rallaba lo imposible, porque
se quieren —querían,
no está seguro de lo que siente JangJun en esos momentos—
como nunca habían querido a ninguna otra persona y porque entre los dos han
formado una relación basada en el cariño y en el respeto que muchas personas
envidiarían.
Ambos han estado siempre el uno para
el otro, primero como amigos inseparables, luego como amantes, más tarde como
una pareja, y jamás han roto aquella dinámica. Han estado siempre juntos y
nunca se han separado. Solo estuvieron un año separados el uno del otro, cuando
SeungYoon cumplió la mayoría de edad y tuvo que salir del orfanato, mientras
que JangJun se tuvo que quedar allí porque era menor. Aun así, cada hueco que
encontraron lo pasaron buscándose el uno al otro y estando juntos, sin
separarse más que cuando era estrictamente necesario.
SeungYoon siempre ha estado muy
agradecido por todo lo que JangJun ha hecho por él y sabe que JangJun también
se siente agradecido por lo que él también ha hecho por el chico. Sin JangJun a
su lado, el chico está completamente seguro de que su crecimiento habría sido
completamente distinto y que jamás habría llegado a convertirse en lo que es
ahora, porque se han influenciado siempre de forma positiva —incluso cuando hacían
travesuras en la Casa de la Alegría y acababan castigados por ello— y entre
ambos han creado unos recuerdos inolvidables, han compartido demasiadas
primeras veces y para SeungYoon siempre había estado asegurado que las últimas
veces de todo también las tenían que compartir.
Pero JangJun se ha ido, JangJun lo
ha dejado, llevándoselo todo.
SeungYoon le está agradecido por
todos los momentos compartidos, pero no quiere que aquello acabe allí, no
quiere acabar como acabaron DaeYeol y JaeSeok, no quiere acabar con la persona
que más ama lejos de él simplemente porque fue incapaz de reaccionar cuando el
momento decisivo se presentó ante él. Es por eso que SeungYoon le ordena a sus
piernas que se muevan, enfocándose en eso y dejando que todo lo demás sea
secundario, porque lo único que tiene que hacer es perseguir a JangJun para no
quedarse atrás y perderlo. Y poco a poco sus piernas comienzan a responderle,
hasta que SeungYoon es dueño completamente de su cuerpo de nuevo y sale del
piso, comenzando a correr.
El chico está seguro de que lo que
ambos están pasando en aquel barrio es lo que ha hecho que JangJun tome la
decisión tan estúpida de salir huyendo de allí él solo y no enfrentarse a los
problemas o hablar con SeungYoon de ello. Estúpida decisión porque entre los
dos siempre han tomado las decisiones más acertadas y aquellas que los han
llevado a tener unos trabajos decentes y una forma de vida bastante normal en
la que tienen para sobrevivir bien y porque la homofobia de sus vecinos no
tendría que hacer que ellos se separasen. Los golpes que a veces recibían, como
SeungYoon ha recibido aquel día, están de más, por eso salir de aquel lugar
puede ser la mejor opción, empezar de cero en cualquier otro lugar de la
ciudad… pero juntos, porque siempre han estado juntos y porque algo como
aquello no tendría que separarlos.
Cuando SeungYoon sale a la calle,
mira a un lado y a otro para encontrar hacia dónde ha podido dirigirse JangJun,
viendo a lo lejos su figura, arrastrando la maleta llena de recuerdos de ambos.
SeungYoon no se lo piensa ni un segundo antes de salir corriendo de nuevo para
tratar de alcanzarlo antes de que coja algún autobús y desaparezca de su vida,
cruza la calle a pesar de que el semáforo está rojo para él y evita a los
transeúntes que se cruzan en su camino, de la misma forma que evita las miradas
de todos aquellos que saben quién es y lo que es, porque lo importante para él
nunca ha sido lo que las personas pensaran de él, sino lo que JangJun pensara
de él.
Y SeungYoon tiene claro que no va a
dejar marchar al otro a no ser que éste haya dejado de estar enamorado de él,
algo que duda que haya pasado.
Por eso corre lo más rápido que sus
piernas le permiten y por eso llega hasta donde JangJun está y le corta el paso
para que no pueda seguir su camino, jadeando, con los músculos de sus muslos
punzando por el sobreesfuerzo que acaba de hacer cuando no está acostumbrado a
hacer ese ejercicio. Pero SeungYoon deja de lado cómo se encuentra, desplaza
hacia una zona muy lejana de su cerebro el cansancio y levanta su rostro para
mirar fijamente a JangJun.
—Sé por qué haces esto y no quiero que lo hagas
—le dice, todavía jadeando, pero de forma firme. Ve cómo JangJun titubea, cómo
abre su boca para decir algo, pero al final la cierra y cómo agacha su mirada—.
Se que crees que lo mejor para los dos es que no estemos juntos, que lo mejor
para mí es que esté solo, para que así no vuelvan a tocarme nunca más… pero no
es lo mejor.
—SeungYoon… —murmura el chico, pero éste no lo
deja seguir, tiene muchas cosas más que decir.
—Yo también te estoy muy agradecido por todos
los recuerdos que hemos formado juntos, por todos los años que hemos estado el
uno para el otro —continúa—, y lo estaré toda la vida, pero no quiero solo
poder decírtelo hoy y no volver a hacerlo nunca más. Lo único que quiero es
estar contigo, sea donde sea, no separarme de ti… y entendería que tú no
quisieras estar conmigo si hubieras dejado de amarme, pero hasta que no me
digas esas palabras sinceramente, pensaré que me sigues queriendo y por eso no
dejaré que te marches.
JangJun finalmente levanta su cabeza
y lo mira con los ojos brillando a pesar de que parece totalmente derrotado,
con los hombros hundidos y una expresión dolorosa en su rostro. SeungYoon sabe
que por su cabeza está pasando llevarle la contraria, decirle que ya no lo ama
para que todo acabe y ninguno sufra… pero así ambos van a sufrir mucho más y
todo va a ser mucho más difícil para ellos de lo que lo es ahora, además de ser
algo demasiado cobarde, por lo que está seguro de que JangJun, aunque lo
intente, jamás será capaz de hacer algo así. Y SeungYoon sabe que tiene la
razón cuando finalmente el chico suspira de forma profunda y vuelve a mirar al
suelo.
—Hagamos esto juntos —murmura SeungYoon
entonces, llevando una mano al rostro de JangJun a pesar de que están en mitad
de la calle, a pesar de que todo el mundo los está viendo, a pesar de que sabe
que están siendo juzgados por ello, pero para él es mucho más importante
JangJun—. Nos podemos ir de aquí y empezar de nuevo, pero juntos.
—Tienes razón —replica JangJun finalmente,
mirándolo a los ojos de nuevo, con culpabilidad—. He sido un estúpido.
—Siempre lo has sido —dice SeungYoon, esbozando
una pequeña sonrisa, sintiendo cómo su cuerpo y su corazón se relajan—, pero,
aunque seas un estúpido, yo quiero seguir a tu lado mucho tiempo.
—Yo también —susurra JangJun.
El menor le sonríe de forma
encantadora y SeungYoon siente el deseo de besarlo, de apretarlo entre sus
brazos fuertemente y no dejarlo salir de ellos nunca, pero refrena aquel deseo
y simplemente le tiende la mano para que ambos puedan volver al piso que han
estado compartiendo cinco años, aunque dentro de poco acaben abandonándolo…
pero juntos.
Notas finales:
—La
verdad es que no sabía realmente cómo enfocar esta última historia hasta que al
final me vino la divina inspiración y en un rato la tuve hecha. Espero que os
haya gustado esta pequeña colección
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