Título: F.I.V.E
Autora: Riz Aino
Pareja: MinSung (Lee Know + Han)
(Stray Kids)
Clasificación: PG–13
Géneros: canonverse?, idols, romance,
humor, dramita
Número de
palabras:
2.329 palabras
Resumen: si pudieras elegir
entre un MinHo de cinco años o cinco MinHos durante un día… ¿cuál sería tu
elección?
Notas: historia escrita
porque en este vídeo aparecen cinco MinHos
y se me ocurrió que sería algo gracioso de hacer.
Comentario
de autora:
con esto de que ahora todo el mundo se pasa el día preguntando “¿qué prefieres
a x con cinco años o a cinco x?” decidí que estaría gracioso hacer un fanfic
aleatorio sobre ello y el mencionado vídeo me dio la maravillosa excusa para
escribirlo. Espero que os guste.
JiSung había tenido un
sueño muy extraño aquella noche, un sueño en el que una especie de bruja con
chepa, un diente torcido, los pelos grises tiesos y un gato negro en su brazo,
le preguntaba que “si pudiera elegir entre un MinHo de cinco años o cinco MinHos
durante un día, ¿cuál sería su elección?” JiSung, en el extraño sueño, había
decidido que quizás cinco MinHos sería algo gracioso y divertido, porque a veces
sentía que los niños pequeños no se le daban del todo bien. La bruja del sueño
asintió y JiSung siguió soñando con cosas que después, al despertarse no pudo
recordar, pero, extrañamente, el sueño de la bruja seguía latente en su
subconsciente y, el chico pensó que debía ser porque había tenido que responder
a aquel tipo de preguntas en los últimos tiempos de forma bastante frecuente —debía
ser algún tipo de moda entre las fans—. Por ese motivo, no le dio más vueltas
al tema y simplemente se dedicó a levantarse de la cama y a darse una ducha
rápida porque el calor húmedo de la noche de Seúl lo había hecho quedarse
empapado en sudor.
Cuando salió de la
ducha, totalmente fresquito, no se molesto en ponerse siquiera ropa interior
porque, de todas formas, estaba solo en el piso aquel día. Después del comeback
les habían dado unos días libres y cada uno los estaba aprovechando de una
forma diferente, muchos de ellos se habían ido a las casas de sus padres y,
quienes no lo habían hecho, se pasaban el día fuera del piso, yendo de un lado
a otro de la ciudad para encontrar nuevos lugares a los que poder ir pasando
desapercibidos —JiSung, obviamente, había decidido que lo mejor que podía hacer
con su tiempo libre era quedarse en casa, mayormente durmiendo, y si no lo
hacía, pasearse por la casa medio desnudo o parcialmente desnudo al menos, para
estar fresquito—. Por ese motivo, porque pensaba que aquel día también estaba
solo, el chico dio un respingo al entrar en su habitación compartida, para
descubrir que no lo estaba porque había cinco personas más allí metidas… cinco
personas que, en realidad, eran la misma.
—¿PERO QUÉ COJONES?
JiSung
no pudo evitar gritar aquello mientras se refregaba los ojos como si no pudiera
creerse lo que éstos estaban viendo. Definitivamente NO podía haber cinco
MinHos en la habitación. Debía seguir soñando porque aquello era completamente
imposible, todas las leyes de la naturaleza y de la ciencia debían de estar en
contra de que fuera posible que una misma persona pudiera existir cinco veces
en el mismo plano y espacio. JiSung se pellizcó uno de sus mofletes y sintió el
dolor punzante del pellizco, pero aún así, seguía viendo a los cinco MinHos
ante él, no se había despertado de su sueño. No obstante, no desesperó, tenía
que estar durmiendo sí o sí, así que, simplemente bordeó a las cinco versiones
de MinHo y se metió en su cama, tapándose con las sábanas hasta la cabeza a pesar
del calor, repitiendo como un mantra “esto no es real, esto no es real, tengo
que estar durmiendo todavía”. Unos minutos más tarde, se dio la vuelta en la
cama y se quitó las sábanas de la cabeza para ver si todo se había ido, pero se
encontró con cinco pares de ojos que lo miraban con curiosidad y diversión y
con cinco de aquellas sonrisas gatunas de MinHo que, normalmente causaban que
su corazón latiera fuerte y veloz dentro de su pecho pero que, en aquella
ocasión, solo provocaron escalofríos de pavor.
—¿Por
qué seguís aquí? —preguntó.
—¿Y
dónde quieres que nos vayamos? —preguntó uno de los MinHos, el que estaba más
cerca de él—. Si eres tú el que has decidido que quieres a cinco de nosotros.
—¿Qué…?
—comenzó JiSung, pero en ese momento se acordó del sueño que había tenido
aquella noche, el extraño sueño en el que una bruja vieja le había preguntado
si prefería un MinHo de cinco años o cinco MinHos durante un día y el chico
sintió que, por raro e increíble que aquello pareciera, la elección que había
tomado durante su sueño, de alguna forma se había vuelto real—. Imposible… —acabó
murmurando—. Esto no puede ser real.
—Puedes
tocarnos —comentaron los cinco MinHos a la vez—. Somos reales.
—Esto
es de locos —dijo JiSung.
Después,
se levantó de la cama dándole patadas a las sábanas y, percatándose en ese
momento que estaba completamente desnudo debido a la mirada que le dedicaron
los cinco MinHos de arriba abajo, como si fuera una cosa comestible. Rápidamente,
corrió a coger unos calzoncillos cualquiera y se los puso, para salir de la
habitación casi corriendo, cerrando la puerta a sus espaldas como si aquella
puerta lo pudiera separar y mantener alejado de los MinHos —algo que obviamente
era imposible, porque la puerta no tenía cerradura—, así que, un instante
después, el salón se llenaba con los cinco MinHos, que no parecían entender que
JiSung estaba a un segundo de tener un ataque de pánico porque aquella situación
absurda lo estaba poniendo de los nervios y solo quería escapar de ella.
—¿Por
qué estás así? —le preguntó uno de los MinHos, pareciendo preocupado y los
demás replicaron aquel gesto, por lo que JiSung se quiso tirar de los pelos—.
Solo soy yo, MinHo.
—No
solo eres tú —respondió JiSung, como pudo, aunque no supo ni cómo le salió la
voz de la garganta—. Eres CINCO TÚ.
La
risa clara de MinHo brotó de los labios de uno de ellos y se replicó en los de
los demás inmediatamente, provocando que un coro de risas pudiera escucharse por
el salón y, probablemente, por toda la casa. JiSung tuvo ganas de chillar y,
sobre todo, ganas de correr a por su teléfono y llamar a Chan para contarle lo
que estaba pasando y que volviera al piso inmediatamente para que le confirmara
que tenía que estar loco porque estaba viendo cinco MinHos y que le diera una
solución al problema que se le acababa de presentar.
—No
tienes que tener miedo —murmuró uno de los MinHos en ese instante—. Ninguno te
va a hacer ningún daño, solo estamos aquí cumpliendo tu deseo de tener cinco
como yo durante un día —se acercó a JiSung un par de pasos y JiSung dio esos
mismos pasos hacia atrás, tropezando con el sofá y cayendo sobre él de espaldas—.
Puede ser divertido si dejas de pensar y te dejas llevar.
¿Dejar
de pensar? ¿Dejarse llevar? No, gracias. Aquello no estaba hecho para JiSung,
que pensaba sobre las cosas trescientas veces antes de tomar una decisión y
solo se dejaba llevar cuando estaba haciendo algún rap freestyle.
Pero…
ahora que lo pensaba mejor… si realmente todo aquello era un sueño dentro de
otro sueño y dentro de otro sueño, como si fuera Origen o algo por el estilo,
JiSung seguía soñando y, aunque pareciera la realidad, tenía que seguir siendo
un sueño, así que, si era un sueño, podía hacer lo que quisiera y, en lugar de
estar asustado y con ganas de salir corriendo por la puerta en calzoncillos,
podía simplemente aceptar que sus sueños eran lo más raro del mundo y tirar
para adelante hasta que finalmente se despertara del todo. Los sueños no podían
matarlo y cinco MinHos tampoco.
No
estaba totalmente convencido de su decisión, pero JiSung se sentó sobre el sofá
y encaró a los cinco MinHos antes de hablar:
—Está
bien, voy a hacer como si esto fuera lo más normal del mundo y no me voy a
alarmar.
Sus
palabras provocaron que una sonrisa de oreja a oreja apareciera en los rostros
de los cinco MinHos una tras otra y, aunque aquello seguía siendo un poco
creepy, JiSung se forzó a dejar de pensar en aquello y en simplemente hacer
vida normal con aquellas cinco versiones de su compañero de grupo y amigo —aunque
no eran exactamente solo amigos porque había momentos en los que, estando a
solas, habían hecho algunas cosas que no podían calificarse como cosas que
hacían los amigos—. Pero era más fácil de decir que de hacer.
Si
la vida en el piso de Stray Kids con un solo MinHo a veces era difícil y
caótica, con cinco, lo era todavía más y JiSung simplemente quiso tirarse por
la ventana del salón a la calle para así acabar con su sufrimiento y posiblemente
despertarse de aquel maldito sueño. Un MinHo era un coñazo… pero ¿cinco? Cinco
era el horror personificado y JiSung realmente no podía acostumbrarse a ello,
las horas pasando lentísimas y el miedo sobre que su sueño no finalizara nunca
siempre acechando. No obstante, aunque los primeros momentos fueron un caos
absoluto y después JiSung tampoco pudo acostumbrarse a la nueva situación de
forma inmediata, poco a poco, fue dándose cuenta de que, aunque amplificado por
cinco, si podía con el MinHo real todos los días, ¿por qué no iba a poder
aguantar a cinco unas cuantas horas en el sueño más largo de toda su
existencia? Era algo ridículo. Él era Han JiSung y podía con todo aquello.
Preparado
para lidiar con ellos, no obstante, no lo estaba. Porque… aunque había
procurado que lo dejaran en paz, tranquilito, escribiendo cosas que se le iban
pasando por la cabeza para hacer algunas letras más tarde, cuando pudiera
concentrarse del todo, si el MinHo de toda la vida no entendía lo que era
dejarlo tranquilo, estos cinco tampoco lo entendían. Iban y venían, a veces
tenía a uno solo pululando a su alrededor, lo cual lo hacía todo un poco más
fácil, pero otras veces eran dos o tres y, en ocasiones, los cinco… y JiSung
podía con que uno de los MinHos le pidiera un beso o se enganchara a él como si
fuera una garrapata durante unos momentos, también podía con un par de MinHos,
uno siendo cariñoso y el otro dándole la lata e incluso tres en algunos
momentos eran bastante sobrellevables. Nunca había tenido una gran paciencia,
pero era MinHo y a MinHo lo quería en lo más profundo de su ser, así que lo
trató, pero cuando los cinco acudían a él a molestarlo solo quería desaparecer.
El
único punto bueno de aquella locura fue que la comida estuvo hecha en un
periquete porque, al contrario de él, MinHo sí que sabía moverse por la cocina
y hacer alguna que otra cosa simple y rica sin que ésta saliera ardiendo, así
que, con cinco MinHos, todo fue super rápido y la comida además de copiosa,
estaba buena —y también descubrió otro punto bueno a medida que las horas
fueron pasando aunque no estaba seguro de si realmente era bueno, pero tener la
atención de todos aquellos MinHos solo puesta en él y en lo que quería o
necesitara, hacía que todos los momentos en los que quiso estamparle cualquier
objeto contundente de la casa en sus cabezas, a ver si así paraban de dar la
lata y lo dejaban en paz—.
Cuando
la noche llegó, ninguno de los demás habitantes de aquel piso que no se habían
ido a casa de sus padres había vuelto todavía y JiSung se sentía terriblemente
cansado después de lidiar todo el día con los cinco MinHos, así que,
simplemente se metió en la cama y decidió dormir —o despertarse, porque ya no
sabía si estaba dormido o despierto, aquel día había sido tan surrealista que,
al final había dejado ya de cuestionárselo siquiera—. Cuando se metió en la
cama, uno de los MinHos decidió también ocupar su espacio y, los demás se
esparcieron por el resto de las camas de la habitación —como si MinHo no
tuviera su propia cama o no hubiera otras dos habitaciones más en su puñetero piso—.
Pero JiSung decidió dejar de pensar en ello y simplemente se adentró en el
mundo de los sueños.
Cuando
a la mañana siguiente se despertó y miró a su alrededor, MinHo seguía metido en
su cama, abrazado a él y dormido como un tronco, pero en la habitación no había
ni rastro de los otros cuatro que habían estado allí el día anterior. JiSung
salió de la cama lo más sigilosamente que pudo para no despertar al mayor y
después rebuscó por el piso a los demás MinHos, hallando al hacerlo simplemente
a Felix y Chan durmiendo a pierna suelta y a nadie más. Ni un MinHo más en
aquella casa, solo el de siempre, por lo que JiSung respiró tranquilo y
simplemente se metió de nuevo en la cama con éste, pensando que la siguiente vez
que tuviera un sueño así de raro, elegiría tener que cuidar de un MinHo de
cinco años, en lugar de tener a cinco MinHos pululando a su alrededor.
Notas finales:
—El título “F.I.V.E” es en realidad una
abreviación de “FUCK! I’m (going to) Vary (my) Election”, refiriéndome a que
JiSung va a cambiar su elección sobre los 5 MinHos porque… angelico la que le
ha caído.
—Also, la portada es hiper cutre, pero es que
el fanfic es igual de cutre, tenían que ir a la par (?) Perdón por tanto.
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