domingo, 14 de junio de 2020

[One Shot] Girls Love Girls: The Mission {Wendy}


Título: The Mission
Autora: Riz Aino
Pareja: Wendy!centric (OT5) (RED VELVET)
Calificación: PG–13
Géneros: AU, drama
Número de palabras: 1.093 palabras
Resumen: Wendy recibe una misión que no espera y que la llevará a algo increíble.
Notas: historia escrita para Ara, que después de ver el MV de Peek-A-Boo se le ocurrió esta maravillosa idea.
Comentario de autora: RV son mujereh peligrosah y no te cruces en su camino porque te sacan la pistola y te dejan como un colador en un segundo. Espero que os guste.

The Mission

Wendy abrió el sobre que le acababan de entregar, leyendo las palabras escritas en éste y después rápidamente sacó un mechero y quemó el papel hasta que no quedaron más que las cenizas, cenizas que volarían con el viento y se esparcirían por los alrededores, sin que nadie supiera cuál era su procedencia. Aquella misión que le había sido encomendada había sido bastante curiosa, bastante inesperada, pero sospechaba que la jefa Kim debía de tener sus motivos para aquello, así que, tal y como Wendy estaba acostumbrada, no cuestionó las decisiones de la mujer y se dedicó a pensar en el trabajo que le había dado.


En el sobre le había dado la dirección de una casa bastante apartada de la ciudad, una casa que Wendy conocía bastante bien porque a veces la había usado de cuartel general o refugio durante sus actividades; también se había encontrado con un día, una hora y un nombre. Lo que debía hacer quedaba implícito por su profesión, porque Wendy era una de las asesinas a sueldo de la organización clandestina a la que pertenecía y tenía que acabar con la vida de YeRi, otra de las chicas que realizaba ese tipo de trabajo para la jefa Kim.

La fecha que había leído era ese mismo día y la hora no quedaba demasiado lejana, así que, Wendy se montó en su moto y decidió ir a su cuartel general a por un par de pistolas y cuchillos más de los que llevaba en el asiento de la moto y en su propio cuerpo. YeRi era especialista con las ballestas, tenía una puntería excelente y le gustaba asesinar desde la distancia, sin que su objetivo supiera siquiera lo que estaba pasando antes de encontrarse con una flecha clavada en el cerebro. Wendy había trabajado con ella en alguna ocasión y había observado cómo era una maestra del sigilo y cómo siempre esperaba el momento oportuno para disparar su ballesta en un tiro certero que jamás erraba. Wendy también prefería las largas distancias, aunque los combates cuerpo a cuerpo tampoco le desagradaban, pero manejaba mucho mejor las armas de fuego.

Después de pensar en una estrategia y de recoger de su base lo que necesitaba, Wendy se dirigió hacia la dirección que le había sido dada. No le gustaba especialmente tener que matar a una compañera de profesión, porque siempre era un engorro bastante importante, más cuando ambas habían trabajado juntas y se habían estudiado la una a la otra para ello, pero Wendy no podía hacer otra cosa más que dedicarse en cuerpo y alma a aquella misión para poder realizarla sin una flecha clavada en el cerebro. Unas cuantas calles antes de llegar a su destino, se bajó de la moto y la dejó escondida en un lugar en el que nadie la pudiera ver, yendo hasta la casa caminando y ocultándose también, amparándose en la oscuridad reinante de aquellas horas de la noche.

Wendy llegó a la casa sin delatar su presencia y entró a esta de la misma forma, mirando a todos lados y escuchando atentamente, pero nada se movía, nada se oía, como si no hubiera nadie más en aquel lugar que ella. Wendy miró su reloj, dándose cuenta de que aún faltaban unos minutos para que diera la hora en la que supuestamente YeRi debía de llegar a aquel lugar, por lo que decidió buscar algún lugar en el que ocultarse y desde el cual pudiera disparar a la chica sin que su presencia fuera notada.

Sin embargo, cuando entró en una de las habitaciones, Wendy escuchó el roce de la ropa en el aire y rápidamente se giró en aquella dirección, viendo cómo tras una de los sofás del lugar se encontraba otra de las asesinas de la organización, Irene, con un par de aquellos cuchillos que manejaba perfectamente en sus manos, dispuesta a lanzarlos contra Wendy, que sacó rápidamente su pistola. Un instante después y en el otro lado de la habitación, la chica vio cómo Joy emergía de entre las sombras, con su propia pistola, apuntando a Irene y, un segundo después, tenía el característico cuchillo de SeulGi en su cuello. El sonido de una ballesta siendo cargada la hizo mirar hacia arriba y ver cómo YeRi se encontraba con su arma apuntando a SeulGi, así que sacó otra de sus pistolas para apuntar a la que era su objetivo también, además de a Irene.

Todo aquello había sucedido en menos de un minuto y Wendy se sentía realmente confusa. Las cinco asesinas de la organización se encontraban allí y apuntándose las unas a las otras. Un segundo después, algo hizo clic en su cabeza y no pudo evitar reírse, atrayendo inevitablemente la atención de todas las demás.

—Me parece que ya no somos útiles para la jefa Kim y nos ha mandado matarnos entre nosotras para poder deshacerse de todas a la vez —dijo.

Durante unos momentos, las otras cuatro parecieron estar pensando en lo que acababa de decir y, después, todas bajaban sus armas, guardándolas, por lo que Wendy hizo lo mismo, aunque ojo avizor por si Irene, a quien habían mandado a matarla, sacaba de nuevo sus cuchillos.

—Será puta —comentó SeulGi.
—Le hemos estado salvando el culo a ella y a la organización cuatro años y ahora nos hace esto —se quejó Joy.
—Yo voto por matarla a ella y luego desaparecer —dijo Irene.
—También podemos coger todo su dinero y hacerlo pasar por un robo—propuso YeRi, saltando del segundo piso a uno de los sofás y aterrizando como un gato—. Sé cuál es la combinación de su caja fuerte.

Las cinco intercambiaron miradas y no les hizo falta decir una palabra para saber que la misión que les había sido encomendada de matarse las unas a las otras ya no estaba vigente y que tenían una nueva misión que completar. La misión de hacerle pagar por aquello a la jefa Kim con su muerte y de despojarla de absolutamente todo lo que tenía.






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