domingo, 25 de octubre de 2020

[One Shot] 2019 Super Rookies Drabbles: Melting {YeonChan}

Título: Melting

Autora: Riz Aino

Pareja: YeonChan (MinChan + YeonHo) (VERIVERY)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, romance, fluff

Número de palabras: 1.263 palabras

Resumen: el helado de MinChan se está derritiendo… y puede que él mismo también lo esté haciendo.

Advertencias: puede que penséis que van a pasar cosas, pero no pasan cosas, así que podéis leer tranquilamente.

Notas: historia escrita como parte del día 25 del Inktober 2019, cuya palabra clave era “tasty”, cuyo significado en español es “delicioso”.

Comentario de autora: yo al principio iba a hacer algo fluff… pero se me fue un poquito de las manos, lo siento por tanto, pero no me arrepiento de nada en realidad. Espero que os guste.

 

Melting

 

            El calor del verano era insoportable mientras MinChan y YeonHo volvían a casa tras las clases del instituto aquel día. Ya apenas quedaban unos pocos días para que el instituto se acabara, ya habían terminado sus exámenes y solo se estaban dedicando a hacer las recuperaciones y los profesores a mandarles las tareas para las vacaciones de verano. Si fuera por los dos chicos que caminaban por las calles de Seúl sudando profusamente después de un día prácticamente perdido en el instituto, las clases habrían terminado mínimo unas cuantas de semanas antes, cuando el calor había comenzado a apretar y se hacía demasiado empalagoso porque el instituto estaba cerca del río y la humedad de éste lo volvía todo tres mil veces peor. No obstante, como no dependía de ellos, lo único que podían hacer era aguantar los pocos días que todavía les quedaban y paliar aquel calor con refrescos, agua o helados de camino a casa.

 

            —Me estoy muriendo de calor —murmuró MinChan, desabrochándose un poco la camisa del uniforme y dejando al descubierto un poco de su pecho—. Quiero un helado.

            —Yo también —respondió YeonHo, relamiéndose ante la posibilidad de comerse un helado fresquito en aquel clima del demonio.

            —Por aquí hay una tienda 24h —dijo el chico, señalando una de las calles a su derecha—. Vamos.

 

            Estaban cerca de donde vivían, siendo aquella zona la que estaba al lado de su barrio, así que, más o menos conocían el terreno, ya que tenían que atravesarlo todos los días para ir al instituto. MinChan echó a correr hacia el lugar en el que debía de estar la pequeña tienda y YeonHo corrió tras él. Quizás, con el calor que hacía, correr no era la mejor opción que podían haber escogido, pero la promesa de un helado fresquito más pronto que tarde si corrían rápido, era lo bastante seductora para que ambos chicos echaran una pequeña carrera hasta el establecimiento, llegando a éste prácticamente a la vez y entrando con rapidez, sintiendo un pequeño escalofrío de placer al sentir el fresquito del aire acondicionado al pasar al interior, fresquito que se acrecentó cuando llegaron al pasillo de los congelados, donde estaban los tan ansiados helados.

 

            Cada uno escogió un helado y YeonHo vio cómo MinChan se pasó el plástico helado por la frente, las mejillas y el cuello y sintió cómo el corazón se le detuvo durante unos instantes al ver la expresión de placer absoluto que el otro formó en su rostro por el frescor del helado contra su piel caliente. Su mente, además, le jugó una mala pasada al imaginarse pasando un cubito de hielo por la piel del mayor y YeonHo tuvo que salir prácticamente corriendo del pasillo, con la excusa de pagar ya el helado para comérselo inmediatamente porque no era el momento ni el lugar de pensar algo como aquello. Cuando YeonHo ya había pagado por su helado y estaba retirando el plástico que lo cubría, apareció MinChan entre los estantes, con una sonrisa encantadora en su rostro, provocada por el fresquito del helado lo más probablemente y también pagó por el suyo. Tan solo unos momentos después de entrar al establecimiento, ambos salían de nuevo al calor de la calle porque no podían hacer otra cosa. En cuanto llegaran a sus respectivas casas, se pondrían frente el ventilador a vivir la vida.

 

            —Esto sí que es vida —murmuró MinChan lamiendo el helado para después darle un pequeño bocado. Durante unos segundos cerró sus ojos y apretó sus dientes fuertemente, para después sacudir su cabeza, encantado—. El cerebro congelado es lo único que no me gusta de comer helado —comentó al final, pero siguió comiéndose su helado tranquilamente justo después.

 

            YeonHo dejó de prestarle atención al chico que tenía al lado y simplemente se dedicó a comerse su propio helado mientras ambos caminaban en silencio hacia casa, concentrado en que no se le derritiera porque el calor era horrible en aquellos momentos y, por ello, apenas tardó un par de minutos en devorarlo, sintiéndose magnífico después de hacerlo porque el frescor se estaba extendiendo por su cuerpo de dentro afuera y comenzó a ayudarlo un poco con el calor de fuera… pero, obviamente, el calor volvió, aunque en aquella ocasión poco tuvo que ver con la temperatura y muy mucho con MinChan.

 

            —Maldita sea —soltó el mayor, provocando que YeonHo se detuviera y se girara, viendo cómo el chico levantaba el helado con una mano, alejándolo de su cuerpo, mientras se observaba el pecho a través del hueco que había hecho al desabotonar la camisa un rato antes—. Está muy fresquito, pero ¿tienes a mano pañuelos, YeonHo? —le preguntó.

 

            YeonHo no contestó. ¿Cómo podía contestar? Se quedó mirando sin poder evitarlo el pecho de MinChan manchado de helado de vainilla y se lamió los labios. Sin pensarlo demasiado, se acercó al mayor, le puso las manos en los hombros y lo empujó levemente hacia atrás, hacia una calle secundaria, donde lo colocó contra la pared del edificio. Miró a un lado y a otro de la calle y, después, desabrochó un poco más la camisa del uniforme de MinChan antes de acercarse a su pecho y comenzar a lamer los restos del helado caído de su pecho, provocando que un escalofrío recorriera todo el cuerpo del mayor de arriba abajo. YeonHo lamió todo resto del helado en unos segundos y después dejó un par de besos por la piel de MinChan antes de separarse de él, observándolo, mirándolo fijamente a los ojos.

 

            —Delicioso —murmuró, sin poder evitarlo.

            —Wow… —jadeó el mayor—. Eso ha sido muy inesperado —le dijo—, pero quiero más —dijo, esbozando una sonrisa pícara.

—Yo también quiero más —respondió él, mostrando sus característicos colmillos cuando sonrió de la misma forma.

            —Creo que mis padres no estaban hoy en casa —murmuró MinChan.

            —¿Y a qué esperamos?

 

            MinChan le dedicó otra de aquellas sonrisas antes de cogerlo de la mano y tirar de él rápidamente hacia casa, con la camisa prácticamente desabotonada y un rubor en sus mejillas que muy poco tenía que ver con la temperatura y muy mucho que ver con lo que acababa de hacer YeonHo. El helado se siguió derritiendo en su mano por el camino a casa, pero ninguno le hizo especial caso a éste en ese momento y, solo una vez la puerta de la habitación del mayor estuvo cerrada con pestillo, YeonHo dio buena cuenta de la mano de MinChan, en la que se había derretido el helado, de la misma forma que había hecho antes con su pecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Aleatoriamente me di cuenta de que a YeonHo le gustaba eso de ir abriendo camisas, desnudando a la gente y metiendo un poco de mano por los escotes, así que, se me ocurrió que podía hacer esto y, hasta que no lo acabé, no fui feliz.

 

 

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