sábado, 3 de octubre de 2020

[One Shot] Twitter Drabbles Collection: Till the end of the world {JohnTen}

Título: Till the end of the world

Autora: Riz Aino

Parejas: JohnTen (Johnny + Ten) (NCT | NCT 127 | WayV)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, post-apocalypse, romance, drama

Número de palabras: 1.123 palabras

Resumen: una grabación con una dirección es lo único que mantiene a Ten cuerdo en un mundo que cada vez se vuelve más loco a su alrededor.

Aclaraciones: esto ha sido ambientado en el mismo universo post-apocalíptico en el que he escrito varios drabbles aleatorios, como el de “Till the end”. No hace falta haber leído ninguno para enterarse de qué va la cosa.

Notas: historia escrita para @younghotheworld, que me pidió esto.

Comentario de autora: no estoy segura de si este era el tipo de historia que buscabas, pero era el que más me ilusionaba a mí, así que me tomé esta pequeña licencia. Espero que te guste.

 

Till the end

of the world

 

            Una de las pocas posesiones que Ten tenía en su poder era un pequeño dispositivo a pilas que contenía una grabación que el chico deseaba escuchar a todas horas, pero era algo que no podía hacer, solo tenía aquel juego de pilas que el dispositivo tenía puestas y no las debía de gastar. Sin embargo, una vez, todas las noches, antes de finalmente echarse a dormir en algún lugar lo más inaccesible posible para estar seguro, le daba al play y escuchaba la grabación, quedándose dormido sintiendo una pizca de esperanza. La voz de su novio, en la última comunicación que había podido conseguir establecer con él, antes de que todas las redes de internet y teléfono cayeran, pidiéndole que se reuniera con él en la capital, pidiéndole que se mantuviera con vida, pidiéndole que tuviera mucho cuidado hasta que pudieran encontrarse de nuevo, diciéndole lo mucho quería más que a ninguna otra persona era lo único que lo mantenía cuerdo en aquella situación.

 

Desde que aquel meteorito había impactado contra La Tierra un par de meses atrás, nada había vuelto a ser igual. Todas las redes de comunicaciones habían caído a excepción de las radios, pero no todas ellas tenían la capacidad de transmitir, por lo que las noticias eran escasas. Todas las conexiones entre las ciudades habían sido abandonadas, los autobuses, los metros, los trenes de alta velocidad, los aviones, todo había dejado de funcionar. Solo los vehículos particulares tenían algún que otro movimiento, hasta que se quedaban sin gasolina y se quedaban estancados en la carretera porque las gasolineras ya estaban secas. Las cárceles se habían abierto y muchos criminales rondaban sueltos por todo el país… el mundo se había vuelto un lugar muy peligroso.

 

            Y Ten se encontraba en mitad de todo aquello, embarcado en un viaje del que no sabía si iba a salir con vida y llegar a su destino, un destino en el que lo esperaba el amor de su vida, con un plan para poder sobrevivir juntos en aquel caos en el que se había convertido su presente.

 

            Después de recibir aquel mensaje, Ten había cogido toda la ropa y las zapatillas cómodas que había podido, varias botellas de agua, comida enlatada que tenía por casa y había guardado también alguna de sus posesiones más valiosas en una enorme mochila. Había encontrado la antigua grabadora de su padre, pilas para hacerla funcionar, y había grabado con ella el mensaje de su novio Johnny, reproduciéndose desde su teléfono móvil. Después de eso, simplemente se había echado a la carretera, montado en aquella moto que solo había usado una decena de veces en toda su vida. Solo había podido utilizarla para una parte del camino, porque la gasolina se había agotado y había tenido que dejarla en la cuneta. El resto de kilómetros que le quedaban para terminar de atravesar el país los había estado haciendo a pie, siguiendo las carreteras, escondiéndose cada vez que amenazaba algún peligro, adentrándose en algunas de las ciudades a su paso para descansar en lugares seguros, comprar o robar comida no perecedera y tratar de buscar una forma de contacto con su novio en la capital. No había podido contactar con él en todo aquel tiempo, pero en las escasas noticias que había podido escuchar a través de alguna radio que funcionase, había escuchado que mucha gente se estaba moviendo, como él, hacia la capital, donde las cosas se estaban organizando bien y donde estaban volviendo a conectar con el resto del país y del mundo. El impacto no había sido tan grande allí.

 

            Tras muchas semanas viajando, tras dejar atrás muchas ciudades y esquivar la mayoría de los peligros, Ten finalmente llegó a la capital y, con gran desesperación, se adentró en ella buscando a Johnny, buscando el lugar en el que éste le había dicho que lo encontraría, preguntando a todas las personas con las que se encontraba, una y otra vez, si el camino que estaba siguiendo era el correcto para llegar allí. Sucio del viaje, con varios kilos menos por racionar la escasa comida que había podido ir llevando con él, agotado de tanto caminar y sabiendo que solo seguía avanzando porque necesitaba saber que Johnny estaba bien, finalmente lo encontró. Johnny lo estaba esperando en el lugar que le había indicado en aquella grabación que Ten, a aquellas alturas, se sabía de memoria, por tantas veces que la había escuchado.

 

            En el momento en el que Johnny lo vio y sus ojos se encontraron, Ten no pudo seguir más. Toda la fuerza que había estado usando hasta aquel instante para seguir avanzando, simplemente abandonó su cuerpo y el chico cayó de rodillas al suelo, con los ojos llenos de lágrimas. Johnny solo tardó unos instantes en llegar corriendo hasta él, abrazarlo con fuerza preguntarle una y mil veces si estaba bien y repetirle hasta la saciedad que lo quería, que lo sentía y que había pasado mucho miedo todo aquel tiempo que no había sabido sobre él. Para Ten todo aquello había sido igual, el miedo constante a no saber si lo iba a encontrar cuando llegara a la capital, sin saber si estaba bien o si todo el esfuerzo que estaba realizando sería en vano. Sin embargo, no dijo nada en aquel momento, solo se dedicó a sentir el cálido abrazo de su novio.

 

            Toda la vida que habían conocido hasta aquel momento había cambiado por completo y ambos habían pasado por un montón de cosas durante todo aquel tiempo que no habían estado juntos desde la caída del meteorito… pero aunque todo había cambiado y nada iba a ser como lo era hasta hacía solo unos meses, al menos, ahora estaban juntos y podían seguir adelante con mucha más fuerza, apoyándose el uno en el otro, hasta que aquel mundo hecho escombros dejara de existir.

 

 

 

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