Título: Till the end of the world
Autora: Riz Aino
Parejas: JohnTen (Johnny + Ten)
(NCT | NCT 127 | WayV)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, post-apocalypse,
romance, drama
Número de palabras: 1.123 palabras
Resumen: una grabación con
una dirección es lo único que mantiene a Ten cuerdo en un mundo que cada vez se
vuelve más loco a su alrededor.
Aclaraciones:
esto ha sido ambientado en el mismo universo post-apocalíptico en el que he
escrito varios drabbles aleatorios, como el de “Till the end”. No hace falta
haber leído ninguno para enterarse de qué va la cosa.
Notas: historia escrita para @younghotheworld,
que me pidió esto.
Comentario de autora: no estoy
segura de si este era el tipo de historia que buscabas, pero era el que más me
ilusionaba a mí, así que me tomé esta pequeña licencia. Espero que te guste.
Till the
end
of the
world
Una de las pocas posesiones que Ten
tenía en su poder era un pequeño dispositivo a pilas que contenía una grabación
que el chico deseaba escuchar a todas horas, pero era algo que no podía hacer,
solo tenía aquel juego de pilas que el dispositivo tenía puestas y no las debía
de gastar. Sin embargo, una vez, todas las noches, antes de finalmente echarse
a dormir en algún lugar lo más inaccesible posible para estar seguro, le daba
al play y escuchaba la grabación, quedándose dormido sintiendo una pizca
de esperanza. La voz de su novio, en la última comunicación que había podido
conseguir establecer con él, antes de que todas las redes de internet y
teléfono cayeran, pidiéndole que se reuniera con él en la capital, pidiéndole
que se mantuviera con vida, pidiéndole que tuviera mucho cuidado hasta que
pudieran encontrarse de nuevo, diciéndole lo mucho quería más que a ninguna
otra persona era lo único que lo mantenía cuerdo en aquella situación.
Desde
que aquel meteorito había impactado contra La Tierra un par de meses atrás,
nada había vuelto a ser igual. Todas las redes de comunicaciones habían caído a
excepción de las radios, pero no todas ellas tenían la capacidad de transmitir,
por lo que las noticias eran escasas. Todas las conexiones entre las ciudades
habían sido abandonadas, los autobuses, los metros, los trenes de alta
velocidad, los aviones, todo había dejado de funcionar. Solo los vehículos
particulares tenían algún que otro movimiento, hasta que se quedaban sin
gasolina y se quedaban estancados en la carretera porque las gasolineras ya
estaban secas. Las cárceles se habían abierto y muchos criminales rondaban
sueltos por todo el país… el mundo se había vuelto un lugar muy peligroso.
Y Ten se encontraba en mitad de todo
aquello, embarcado en un viaje del que no sabía si iba a salir con vida y
llegar a su destino, un destino en el que lo esperaba el amor de su vida, con
un plan para poder sobrevivir juntos en aquel caos en el que se había
convertido su presente.
Después de recibir aquel mensaje,
Ten había cogido toda la ropa y las zapatillas cómodas que había podido, varias
botellas de agua, comida enlatada que tenía por casa y había guardado también
alguna de sus posesiones más valiosas en una enorme mochila. Había encontrado
la antigua grabadora de su padre, pilas para hacerla funcionar, y había grabado
con ella el mensaje de su novio Johnny, reproduciéndose desde su teléfono
móvil. Después de eso, simplemente se había echado a la carretera, montado en
aquella moto que solo había usado una decena de veces en toda su vida. Solo
había podido utilizarla para una parte del camino, porque la gasolina se había
agotado y había tenido que dejarla en la cuneta. El resto de kilómetros que le
quedaban para terminar de atravesar el país los había estado haciendo a pie,
siguiendo las carreteras, escondiéndose cada vez que amenazaba algún peligro,
adentrándose en algunas de las ciudades a su paso para descansar en lugares
seguros, comprar o robar comida no perecedera y tratar de buscar una forma de
contacto con su novio en la capital. No había podido contactar con él en todo
aquel tiempo, pero en las escasas noticias que había podido escuchar a través
de alguna radio que funcionase, había escuchado que mucha gente se estaba
moviendo, como él, hacia la capital, donde las cosas se estaban organizando
bien y donde estaban volviendo a conectar con el resto del país y del mundo. El
impacto no había sido tan grande allí.
Tras muchas semanas viajando, tras
dejar atrás muchas ciudades y esquivar la mayoría de los peligros, Ten
finalmente llegó a la capital y, con gran desesperación, se adentró en ella
buscando a Johnny, buscando el lugar en el que éste le había dicho que lo encontraría,
preguntando a todas las personas con las que se encontraba, una y otra vez, si
el camino que estaba siguiendo era el correcto para llegar allí. Sucio del
viaje, con varios kilos menos por racionar la escasa comida que había podido ir
llevando con él, agotado de tanto caminar y sabiendo que solo seguía avanzando
porque necesitaba saber que Johnny estaba bien, finalmente lo encontró. Johnny
lo estaba esperando en el lugar que le había indicado en aquella grabación que
Ten, a aquellas alturas, se sabía de memoria, por tantas veces que la había
escuchado.
En el momento en el que Johnny lo
vio y sus ojos se encontraron, Ten no pudo seguir más. Toda la fuerza que había
estado usando hasta aquel instante para seguir avanzando, simplemente abandonó
su cuerpo y el chico cayó de rodillas al suelo, con los ojos llenos de
lágrimas. Johnny solo tardó unos instantes en llegar corriendo hasta él,
abrazarlo con fuerza preguntarle una y mil veces si estaba bien y repetirle
hasta la saciedad que lo quería, que lo sentía y que había pasado mucho miedo
todo aquel tiempo que no había sabido sobre él. Para Ten todo aquello había
sido igual, el miedo constante a no saber si lo iba a encontrar cuando llegara
a la capital, sin saber si estaba bien o si todo el esfuerzo que estaba
realizando sería en vano. Sin embargo, no dijo nada en aquel momento, solo se
dedicó a sentir el cálido abrazo de su novio.
Toda la vida que habían conocido
hasta aquel momento había cambiado por completo y ambos habían pasado por un
montón de cosas durante todo aquel tiempo que no habían estado juntos desde la
caída del meteorito… pero aunque todo había cambiado y nada iba a ser como lo
era hasta hacía solo unos meses, al menos, ahora estaban juntos y podían seguir
adelante con mucha más fuerza, apoyándose el uno en el otro, hasta que aquel
mundo hecho escombros dejara de existir.
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