Título: Si os gustáis, pues liaros
Autora: Riz Aino
Pareja: GyuYoul (SunYoul + GyuJin) (UP10TION)
Clasificación: PG
Géneros: AU, roommates, romance, fluff, humor
Número de palabras: 2.221 palabras
Resumen: cuando YeIn cocina, a veces GyuJin le echa una
mano y mientras esperan a que se hagan los platos, suelen charlar… pero aquel
día no pueden enfocarse después de las palabras de HwanHee.
Notas: historia inspirada en este live
infame en el que parece que se van a liar, pero al final no se lían (pero
porque están grabando, en cuanto cerraron el live se morrearon fuertemente. No tengo
pruebas, pero tampoco dudas).
Comentario de autora: simplemente quería escribir algo
ligerito y cuchi y al verlos en el live siendo novios me dieron mil ganas de
escribir esta cosilla tonta. Espero que os guste.
—Oye… que, si os gustáis, pues liaros —dice
HwanHee rompiendo el silencio cómodo en el que han estado trabajando media
mañana, cada uno en sus cosas de la universidad, GyuJin y YeIn—. Yo voy a salir
con DongYeol y su “no novio” a comer hoy, así que, tenéis la casa para vosotros
sola.
—¡Vete ya! —le grita YeIn, lanzándole un
cojín con toda la fuerza del mundo y que casi acierta en su objetivo, de no ser
porque HwanHee ha visto venir el ataque y se ha apartado en el último segundo.
—Os quiero, tortolitos —suelta,
lanzándoles un beso.
GyuJin ve cómo YeIn echa mano a
coger el otro cojín del sofá en el que está sentado para lanzarlo también, pero
HwanHee desaparece del salón antes de que pueda hacerlo y sale corriendo por el
pasillo para salir por la puerta del piso que los tres comparten. Una vez sus
pisadas y risa dejan de escucharse por todo el lugar tras la puerta cerrada, el
piso se llena de paz y de calma y se queda completamente en silencio por unos
segundos.
—Qué paz —no puede evitar murmurar
GyuJin.
—Tendríamos que probar a coserle la
boca —replica YeIn, suspirando profundamente y con las mejillas de un color
rosáceo, que GyuJin no sabe si se debe a estar ofuscado por lo que ha dicho
HwanHee o a que simplemente está enfadado con él y quiere asesinarlo—. Ya tendría
disfraz de Halloween si le hacemos eso y dejaríamos de escuchar sus tonterías
día sí, día también. Un dos por uno.
GyuJin asiente y YeIn le sonríe antes de volver a
enfocarse en su trabajo en la pantalla del ordenador. GyuJin tarda unos
momentos más en poder volver a lo suyo y no puede evitar quedarse mirando a
YeIn unos momentos más, la luz de la pantalla reflejándose en su rostro que
sigue levemente rosáceo. El color se debe al enfado con HwanHee por “decir
tonterías” y no por nada más, aunque a GyuJin le hubiera gustado que se debiera
a otra cosa… otra cosa como que HwanHee hubiera dicho algo que fuera verdad y,
por ello, estuviera avergonzado. Él, de hecho, se siente de aquella forma, pero
los sonrojos no se le suben tanto a la cara y GyuJin da gracias por ello,
porque sino se pasaría el día de color rojo brillante cada vez que está
alrededor de YeIn.
Porque sí, en su caso, HwanHee tiene toda la razón. YeIn
le gusta un montón y si tuviera la oportunidad de liarse con él lo haría sin
dudarlo porque está seguro de que serían una gran pareja. Ya son grandes amigos,
les gustan un montón de cosas parecidas, pasan mucho tiempo juntos y no tienen
mucho problema con la convivencia. Se complementan bastante bien. No obstante,
no es solo él quien toma aquellas decisiones y no está seguro de que YeIn
sienta algo por él que vaya más allá de la amistad, por eso, para no cargarse
aquella maravillosa amistad que mantienen, no dice nada… y no cree que nunca lo
vaya a decir, por muchas veces que HwanHee vaya por ahí insinuando que se
gustan los dos y son tontos por no decirse nada.
El chico sacude un poco su cabeza para enfocarse de nuevo
en su propio trabajo, porque lo tiene que entregar a principios de la siguiente
semana y aún le queda muchísimo, así que le tiene que dar caña en ese finde o
puede darse por muerto… pero tarda muy poco en distraerse de nuevo.
YeIn está tarareando una canción mientras repasa sus
cosas y, no es que le moleste que tararee, es más, le encanta escuchar la voz
del chico… por eso se distrae, porque YeIn, aun tarareando bajito, canta como
los ángeles y a GyuJin se le pone la carne de gallina cuando lo escucha y no puede
dejar de sentir escalofríos recorrer su cuerpo una y otra vez. Se queda
embobado, como siempre, y al final tarda en volver a coger el hilo de sus
pensamientos y de su trabajo… pero tampoco lo hace por mucho tiempo, porque
solo le ha dado lugar a escribir unos cuantos párrafos, que ni siquiera han
llenado un folio, cuando sus tripas comienzan a sonar fuertemente y provocan
que la silenciosa habitación deje de estarlo, distrayéndolos a ambos.
—Creo que va siendo hora de comer
algo —comenta YeIn con una sonrisa de oreja a oreja—. Hoy que estamos solos
podemos cocinar tranquilos sin que nadie esté preguntando cuánto queda y sin
picotear los ingredientes —le propone. La propuesta es tentadora, así que,
asiente—. Perfecto. Voy a ver qué tenemos y pienso alguna cosa que podamos
hacer.
YeIn recoge rápidamente las cosas
que tiene por medio y sale del salón antes de que GyuJin pueda agregar nada más,
emocionado por cocinar sin tener a HwanHee por medio dando la lata. GyuJin no
puede reprimir la sonrisa de su rostro y comienza también a recoger sus cosas,
guardando el documento de su trabajo para que no se pierda, porque hay veces
que su ordenador no va como debe ir y hace verdaderos destrozos con todo
aquello que no guarda. Una vez lo ha dejado todo listo, sigue a YeIn hasta la
cocina, encontrándolo con la cabeza metida en la nevera, sacando ingredientes
que les puedan servir para cocinar algo para el almuerzo.
—Creo que podemos cocinar tteokbokki —dice,
una vez ha dejado la encimera llena de cosas—. Tenemos de todo para hacerlo,
¿te parce bien?
—Perfecto —responde.
—Genial.
Y cuando dice aquel “genial” a YeIn
se le ilumina por completo la cara y a GyuJin le dan enormes ganas de acercarse
a él, inclinarse un poco y darle un beso en los labios porque el mayor es
demasiado precioso para que sea bueno para su corazón, pero se contiene y no
sabe ni cómo. Simplemente el momento pasa y YeIn comienza a lavar los
ingredientes que van a usar, así que, GyuJin también se pone manos a la obra.
Le gusta cocinar con YeIn. Suelen hacer aquello
al menos una vez a la semana y así aprovechan para comer bien y comer sano los
tres, porque no pueden estar todo el tiempo a base de ramen, comida precocinada
o de pedir comida a domicilio. Desde que YeIn se lo propuso la primera vez,
GyuJin no le ha dicho que no nunca a la pregunta porque son otro tipo de
momentos que comparte y le gusta mucho poder compartirlos solo con él, porque
no se puede decir que comparta cocinar con HwanHee, cuando lo único que hace es
dar la lata todo el rato. A GyuJin le gusta cómo se reparten las tareas y cómo,
cuando solo tienen que esperar a que todo se cocine, se ponen a hablar de todo y
de nada a la vez para hacer tiempo, como en aquellos momentos.
Todos los ingredientes están
hirviendo en la olla y ya no les queda más que esperar un rato hasta que todos
estén hechos para sentarse a comer, así que, no tienen nada más que hacer,
incluso los utensilios, platos y sartenes que han estado usando aquel rato
mientras lo preparaban todo están fregados. YeIn se sienta sobre la encimera,
cerca de los fogones, en la esquina que hace la encimera entre los fogones y el
fregadero, encajándose entre los muebles mientras balancea sus piernas. GyuJin
no puede evitar observarlo, no puede evitar mirar sus piernas en aquellos
pantalones cortos de chándal, de la misma forma que no puede evitar mirar sus
labios cuando éste le está hablando de cómo lleva el inicio del semestre y
querer acercarse para besarlos.
Normalmente contiene mucho mejor sus
impulsos, pero las palabras de HwanHee ha dicho justo antes de irse no paran de
dar vueltas en su cabeza y, por momentos, quiere comprobar si de verdad YeIn
también siente algo por él, aunque sea una gilipollez extrema porque está
completamente seguro de que el mayor no siente nada por él.
—Hay veces que de verdad me gustaría
tirar a HwanHee por la ventana —comenta YeIn en ese momento, sacándolo de sus pensamientos
y cambiando de tema como si nada—. Sobre todo, cuando es un bocazas y no para
de decir una tontería tras otra.
GyuJin quiere coincidir con él,
porque generalmente el menor de los tres compañeros de piso no deja de decir
tonterías a todas horas —aunque hay momentos, muy escasos y que han presenciado
en muy pocas y contadas ocasiones, en los que lo único que ha dicho son
verdades como puños— pero, por algún motivo, se siente incapaz de hacerlo. Y el
motivo es obviamente que piensa que YeIn se está refiriendo a lo que el otro ha
dicho antes y eso a GyuJin no le parece ninguna tontería, porque a él le gusta
muchísimo YeIn y ojalá pudiera hacérselo saber.
Movido por algo que no sabe lo que
es, GyuJin se acerca hasta YeIn, colocándose delante de él, a escasos
centímetros de su cuerpo. El mayor lo mira extrañado durante un par de
segundos, justo antes de comenzar a enrojecer por completo y agachar su cabeza,
quedándose callado, sin decir nada más, aunque hasta hace un instante parecía
tener muchas cosas que decir sobre las tonterías de HwanHee. El corazón de
GyuJin rápidamente dentro de su pecho, ante la posibilidad de que él esté
provocando aquellas reacciones en YeIn porque al chico también le gusta y acaba
colocando sus manos sobre las de éste, que las tiene en sus muslos, haciendo
que YeIn casi pegue un salto y vuelva a alzar la cabeza, mirándolo con nerviosismo,
lamiéndose los labios con la lengua.
Y GyuJin no lo puede soportar más.
Simplemente cruza la escasa
distancia que separa sus rostros y acaba besando los labios de YeIn, como
tantas veces ha querido hacerlo, con un roce de bocas, sin buscar profundizarlo
porque todavía tiene aquella inseguridad de que el mayor no siente lo mismo por
él.
Cuando se separan y abre los ojos
para ver la reacción de YeIn, lo que se encuentra es que el mayor se ha librado
de sus manos ha llevado las suyas hasta su boca, tapándosela, con los ojos muy
abiertos, mirándolo sorprendido. GyuJin no sabe si aquella reacción es buena o
mala, no sabe si echarse a llorar, si pedirle perdón o quitar aquellas manos de
sus labios suaves y dulces y volverlo a besar, o simplemente abrir la ventana
de la cocina y tirarse por el ojo patio para así acabar con todo su sufrimiento.
Sin embargo, no hace nada, solo se queda en silencio, mirando a YeIn hasta que
éste da señales de reaccionar.
—Si… te pregunto por qué me has
besado… ¿me dirías la verdad? —le dice, a tirones, sopesando la implicación de
todas sus palabras, provocando que GyuJin sí que quiera tirarse por la ventana
más pronto que tarde.
—Porque… no dejo de pensar… en lo
que ha dicho antes… HwanHee —responde, siendo sincero porque a aquellas alturas
qué más da, ha besado a YeIn, la cosa no puede ir más cuesta abajo. O lo odia o
lo adora por lo que ha hecho, no hay más opciones y GyuJin ya se ha tirado a la
piscina sin saber si había agua.
—¿Te gusto? —le pregunta. No tiene
fuerza para esbozar un “sí” en voz alta, su corazón late demasiado fuerte
dentro de su cuerpo y está ensordeciendo sus pensamientos incluso, así que,
simplemente asiente con la cabeza para responder—. No me lo puedo creer —murmura
YeIn.
El mayor sonríe, mueve su cabeza en varias
direcciones, como si se sintiera exasperado o frustrado. GyuJin no puede evitar
sentirse curioso por aquella reacción porque no esperaba nada como aquello.
—Por una puñetera vez en su vida
HwanHee no estaba diciendo tonterías —dice.
Y antes de que GyuJin pueda procesar
qué es lo que quiere decir con aquello, YeIn ha llevado sus manos hasta sus
mejillas y le ha agarrado el rostro antes de inclinarse hacia delante y besarlo
con ganas, como si él también se hubiera estado conteniendo durante demasiado
tiempo y llevara eones queriendo besarlo. GyuJin no puede evitar sonreír dentro
del beso porque se siente la persona más afortunada del universo… a YeIn
también le gusta… se gustan mutuamente… y se están liando en la cocina mientras
la comida termina de hacerse. Simplemente, aquel es el mejor día de su vida.
Notas
finales:
—El
“no novio” de Xiao es obviamente HanSe de VICTON, son novios, yo no hago las reglas.
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