jueves, 15 de octubre de 2020

[One Shot] NCT Drabbles 23 (JiSung Edition): (Not) a date {ChenJi}

Título: (Not) a date

Autora: Riz Aino

Pareja: ChenJi (ChenLe + JiSung) (NCT)

Clasificación: PG

Géneros: AU, fluff, romance, humor, drama?

Número de palabras: 2.757 palabras

Resumen: definitivamente, diga lo que diga JaeMin, JiSung NO tiene una cita con ChenLe y, definitivamente, NO está saliendo con él… o eso piensa…

Notas: historia inspirada en los vídeos de ambos en Shanghai, para sus vídeos de “ChenJi’s this and that”. Aquí podéis verlos: 1, 2, 3.

Comentario de autora: empecé a escribir esto cuando salieron los vídeos hace milenios, pero me quedé sin inspiración a mitad y no lo terminé, hasta que me puse a ello cerca de un año después. Espero que os guste.

 

(Not) A date

 

            —JiSung-ah~ ¿qué te vas a poner para tu cita? —le preguntó la voz de JaeMin a través del teléfono en cuanto descolgó la llamada, incluso antes de que su imagen se terminara de aclarar en la pantalla.

            —Hola a ti también —respondió JiSung, poniendo los ojos en blanco—. Y, NO es una cita, no sé cuántas veces te lo voy a tener que repetir.

            —A ver… JiSung… creo que no tienes los conceptos claros sobre qué es y qué no es una cita —replicó su amigo—. Te los explico: ir con un grupo de varios amigos al parque de atracciones es una quedada, ir solo con ChenLe al parque de atracciones es una cita.

            —Te voy a colgar —amenazó, llevando el dedo a la pantalla y dejándolo a escasos milímetros de ella, para mostrar que iba en serio.

            —No, no me cuelgues, ¿quién te va a asesorar para vestirte para tu “no-cita” con ChenLe si no lo hago yo? —dijo JaeMin.

            —Puedo llamar a Jeno.

            —No, no puedes —sonrió el chico, cambiando el enfoque de la cámara y mostrando cómo el nombrado esta tumbado sobre el sofá, durmiendo a pierna suelta—. Acaba de llegar muertísimo de la práctica y se tiene que ir en un par de horas de nuevo, no lo puedes despertar.

            —Bueno… pues no necesito consejo en realidad porque esto no es ninguna cita, así que, te cuelgo y no me vuelvas a llamar… —acabó diciendo JiSung y, antes de que JaeMin pudiera protestar de nuevo, simplemente colgó—. No sé para qué le he tenido que decir que hoy iba con ChenLe al parque de atracciones —murmuró por lo bajo, soltando el móvil sobre la cama y después abriendo la maleta para coger unos vaqueros blancos, una camiseta blanca sin dibujo y su chaqueta favorita, la rosa oscura, vistiéndose después y quedándose totalmente satisfecho al verse en el espejo de la habitación.

 

            Había cogido lo primero que había pillado de casa y lo había metido al montón en la maleta, no había tenido tiempo siquiera para pensar cuánta ropa iba a necesitar, solo la había hecho lo más rápido que había podido y había salido corriendo de casa.

 

¿Por qué? Porque ChenLe había conseguido unos billetes baratísimos de avión para Shanghai, el lugar en el que había nacido y en el que todavía vivían sus padres, y quería ir a verlos ese fin de semana, pero no quería ir solo y le había pedido a JiSung que, por favor lo acompañara. JiSung, como buena persona y buen amigo que era, le había dicho que sí de inmediato y luego había salido corriendo de casa, avisando a sus padres cuando ya estaba montado en el autobús hacia el aeropuerto, de que se iba fuera del país ese fin de semana y se iba ya porque se le escapaba el avión.

 

            JiSung había conocido a los padres de ChenLe en otra ocasión, cuando en las vacaciones de invierno habían ido a visitar a su hijo a Seúl, pero solo los había visto un rato, con los demás. En aquellos momentos se estaba alojando en su casa, en la habitación que pertenecía a ChenLe —mientras que el otro dormía en la de su hermano mayor, que ya no vivía en la casa familiar— y se sentía un poco cohibido porque apenas sabía hablar chino, los padres de su amigo no tenían ni idea de coreano y ChenLe tenía que hacer de intérprete en cada momento cuando se querían comunicar y aquello lo hacía sentir un poco mal, porque sentía que había ido allí para ser una carga… no obstante, cuando se lo había comentado al chico, este le había sonreído y le había dicho que no lo era y que realmente lo reconfortaba mucho tenerlo allí.

 

            Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus pensamientos y JiSung dio paso a quien fuera que estuviera en el exterior mientras arreglaba un poco el desastre que había en su maleta. ChenLe fue el que asomó su cabeza por el quicio de la puerta, dedicándole una sonrisa encantadora que no provocó que el corazón de JiSung se saltara un latido, él era débil de corazón, y ChenLe lo había asustado un poco, esa había sido la razón del latido irregular.

 

            —¿Ya estás listo? —le preguntó. JiSung asintió—. Entonces nos podemos ir. ¡Tengo muchas ganas! —gritó emocionado.

 

            JiSung no pudo evitar sonreír ante la emoción de su amigo y después cogió su móvil y lo guardó en el bolsillo de sus pantalones para salir detrás de ChenLe en dirección al parque de atracciones. No era especialmente fan de aquellos lugares porque realmente no se podía montar en prácticamente ninguna atracción porque le daban un miedo terrible y aquello siempre lo hacía sentir mal porque sus amigos no disfrutaban tampoco del parque tanto como querían para no dejarlo completamente solo mientras ellos se subían en las atracciones. Por eso, no solía ir si podía evitarlo. No obstante, aquella vez era completamente diferente, solo estaban él y ChenLe… y eso lo hacía sentir algo extraño, más extraño de lo que generalmente se sentía junto al chico. JiSung lo achacó a que su amigo JaeMin llevaba dándole la lata con cosas estúpidas demasiados meses —y acababa de decirle que ir al parque de atracciones con ChenLe era una cita… además de decirle el día anterior que iba a Shanghai a visitar a sus suegros—.

 

            Aquello eran cosas estúpidas porque ChenLe era su amigo, su mejor amigo, nada más ni nada menos. JiSung no tenía ningún otro sentimiento por él… ¿verdad?

 

            Mientras paseaban por el parque de atracciones, ChenLe hablando emocionadamente de todo en lo que se quería montar, preguntándole todas y cada una de las veces a JiSung si quería subir con él o no, sus brazos se rozaban, sus manos se rozaban de lo juntos que tenían que caminar porque el lugar estaba lleno hasta la bandera por alguna especie de evento que se iba a celebrar y el corazón de JiSung se saltaba un latido cada vez que sucedía, de la misma forma que pasaba cada vez que ChenLe le preguntaba veinte veces si estaba bien que lo dejara solo por subirse a alguna atracción, mirándolo con ojos preocupados y asegurándole que encontraría alguna cosa en la que los dos pudieran disfrutar juntos.

 

            En los momentos en los que ChenLe se separaba de él para subirse a alguna atracción en la que a JiSung le daba demasiado miedo, el chico se dedicaba a darle vueltas a todo, a la situación en la que se encontraba, a la forma en la que él mismo reaccionaba a ella y a ChenLe, en cómo el otro se comportaba con él y solo con él, en las palabras de JaeMin cada vez que le decía algo sobre lo que hacía o dejaba de hacer junto al otro chico, percatándose lentamente de que quizás —y solo quizás— habían comenzado un juego sutil y extraño ambos. Y, en el momento en el que ese pensamiento fue el predominante en su mente, JiSung supo que, durante el resto de aquella tarde, sería incapaz de concentrarse hasta sacarlo fuera.

 

            —¡ES MARAVILLOSO! —gritó ChenLe llegando hasta él corriendo, justo después de bajar de la última montaña rusa en la que se había subido—. Si las alturas no te dieran tanto miedo tendrías que probarlo es… ¿JiSung… te pasa algo…? —le cuestionó.

            —No, no —negó rápidamente—. Es solo que me he puesto a pensar en casa y me ha dado morriña —mintió—, que ya ves, volvemos mañana, no es como si hubiera estado aquí un mes o algo —rio, tratando de ocultar lo que de verdad le estaba pasando por la cabeza.

            —Oh… —murmuró ChenLe en respuesta—. Entonces vamos a por algo dulce para quitarte la morriña rápidamente.

 

            ChenLe le sonrió y después lo cogió de la mano para comenzar a correr, tirando de él, a través del parque de atracciones, sorteando a las personas que se encontraban en su camino con destreza. JiSung no supo cuánto tiempo estuvieron corriendo, ni qué pasó en su camino hasta llegar a una de las pequeñas cafeterías que tenía aquel sitio repartidas por la extensión del parque, porque lo único en lo que se pudo concentrar fue en que la mano de ChenLe, más pequeña que la suya, encajaba a la perfección en ésta y lo hacía sentir una calidez increíble, algo que nunca antes había sentido, a pesar de que JaeMin se empeñaba normalmente en cogerlo de la mano a todas horas —una manía que le había quedado de cuando eran pequeños e iban juntos a la escuela, para que a JiSung no le pasara nada ni se perdiera—. Aquello prácticamente le confirmó que tenía algunos sentimientos que iban más allá de la amistad por el muchacho que se encontraba junto a él, algo de lo que no se había dado cuenta nunca antes porque las cosas siempre habían sido fáciles y cómodas junto a ChenLe y no había pensado realmente en el por qué.

 

            En la cafetería, ChenLe le explicó todos y cada uno de los componentes de los batidos que había en la carta y cuando JiSung eligió uno, el chico fue a pedirlo, dejándolo de nuevo solo con sus pensamientos, unos pensamientos que derivaron en cómo sacarle a ChenLe un tema de conversación en concreto y que no supusiera asustarlo ni confesarle de lo que se acababa de percatar que sentía, hasta que se le ocurrió una forma y la puso en práctica cuando el chico volvió y ya llevaban un rato sorbiendo sus batidos en un cómodo silencio.

 

            —Tengo curiosidad por algo… —comenzó, llamando la atención de ChenLe, que le indicó con la mirada que podía seguir hablando—. ¿Por qué yo? —preguntó, y añadió al ver la cara de confusión del otro—: quiero decir, ¿por qué me invitaste a mí a venir a Shanghai cuando solo querías ver a tu familia porque los echabas de menos?

            —Oh… —ChenLe dejó de beber su batido para mirarlo fijamente—. Suponía que antes o después lo ibas a preguntar… —esbozó una pequeña sonrisa—. En realidad, te pedí conmigo porque necesitaba apoyo moral —dijo—. Anoche cuando te fuiste a dormir… les a mis padres conté que me gustaban los chicos y me quedé hablando con ellos un rato… explicándoles muchas cosas y sabía que iba a ser un tema duro, así que te necesitaba aquí para poder escapar hoy y pasarlo bien sin tener que pensar en nada más… —explicó.

 

La boca de JiSung se abrió, sorprendido, sin poder creerse lo que acababa de escuchar y ChenLe tuvo que cerrársela mientras se reía nerviosamente. El chico no daba crédito a lo que había oído porque no se lo había esperado para nada y realmente no sabía cómo reaccionar a ello, por eso, mientras su mente iba a toda velocidad, se quedó completamente mudo.

 

—Anda… di algo, por fa —murmuró ChenLe, sorbiendo su batido.

            —Perdón, es que no me lo esperaba —dijo—. O sea… ni lo de que fueras gay ni lo de que se lo fueras a contar a tus padres y necesitaras apoyo moral… ¿cómo se lo han tomado? —preguntó, preocupado por cuál podía haber sido la reacción.

            —¿Bien? Supongo —replicó el chico—. No hubo gritos ni llantos, mi padre me dijo que estaba un poco decepcionado porque estaba echándole el ojo a una hija de un amigo suyo para presentármela y que se iba a quedar con las ganas de tenerla de nuera y mi madre me abrazó y me dijo que me fuera a dormir y ya está.

            —Entonces no ha habido dramas —comentó JiSung, sintiendo alivio—. Supongo que esperabas una reacción peor y por eso me necesitabas como vía de escape —ChenLe asintió y JiSung asintió a su vez, entendiendo… pero una nueva duda asaltó su mente—. Pero… ¿por qué a mí?

 

            JiSung no pudo evitar cuestionar aquello porque era extraño que lo hubiera elegido a él entre todos sus amigos. Sí, eran los mejores amigos, eran de la misma edad y se llevaban especialmente bien… pero para algo tan importante como aquello, no era mejor que se hubiera llevado a JaeMin, que tenía experiencia en aquel campo y le podía haber dado algún consejo. Que se lo hubiera llevado a él no tenía el menor sentido si lo que tenía en mente hacer era eso… a no ser que… JiSung observó la reacción de ChenLe, su mirada perdida en lo más profundo de su batido, sus orejas completamente rojas y la forma de mover nerviosamente su pierna… y recordó las palabras de JaeMin “ir con un grupo de varios amigos al parque de atracciones es una quedada, ir solo con ChenLe al parque de atracciones es una cita”.

 

            —¿Te gusto…? —soltó, antes de poder callarse y darse cuenta de lo que acababa de decir, viendo cómo ChenLe se sobresaltaba por sus palabras como nunca antes se había sobresaltado por nada.

            —Yo… ah… JiSung… bueno… es… —comenzó a hablar, titubeando, totalmente nervioso, sin saber qué decir o qué hacer, por lo que el chico no pudo evitar esbozar una sonrisa.

            —Tranquilo, no muerdo —murmuró.

            —Ya sé que no muerdes… —replicó—. Es que… ¿no pareces enfadado?

            —¿Por qué iba a estarlo? —cuestionó él.

            —No sé… hay una posibilidad de que tu amigo te diga que le gustas y estás aquí tan pancho… —dijo ChenLe, callándose un momento al final, como si se hubiera dado cuenta de algo—. Espera… ¿yo te gusto?

            —¿Puede…? —respondió JiSung, no muy seguro de ello porque hacía realmente una hora que se había dado cuenta de que podía tener sentimientos por su amigo, sentimientos que iban más allá de la amistad—. O sea… no estoy exactamente seguro de ello, pero creo que sí… que me gustas.

            —Oh… Dios… mío… —dijo ChenLe, entrando prácticamente en pánico—. Y yo que pensaba que lo mío era un crush que me iba a hacer mucho daño porque me ibas a decir que solo éramos amigos si alguna vez me atrevía a decirte algo y por eso no pensaba decirte absolutamente nada y solo quería tener citas contigo como si fuéramos amigos y contentarme con eso y ya está —soltó del tirón, provocando que JiSung no pudiera contener la risa—. No te rías, JiSung Park, que llevo meses llorándole a JaeMin sobre ti.

            —Espera, ¿le has estado llorando a JaeMin sobre mí? —preguntó. ChenLe asintió—. ¿Y él sabía todo esto? —otro asentimiento—. ¿Y lo de hoy era una cita encubierta? —un último asentimiento, aunque esta vez un poco menos decidido—. Por eso me ha llamado antes diciéndome que me arreglara para mi cita… cuando volvamos a casa me lo cargo—, añadió, provocando que ChenLe riera.

            —Pero… —murmuró el otro chico cuando la risa murió en sus labios—. ¿No estás molesto por nada de esto…?

            —¿Por qué iba a estarlo? —preguntó JiSung, algo confuso.

            —Te he traído a Shanghai engañado, quería tener una cita contigo sin que tú fueras consciente de que era una cita, te acabo de decir que me gustas, no se… yo habría entrado en pánico, como mínimo… —comentó.

            —Oh, bueno, mi corazón lleva como diez minutos latiendo como loco, así que supongo que todo esto me está gustando, así que simplemente estoy disfrutando de esta “no cita” y de lo que he aprendido en ella —fue lo único que replicó.

            —Comprendo —murmuró ChenLe después de unos momentos—. Entonces… ¿quieres seguir disfrutando de la “no cita” y vamos viendo qué tal avanza la cosa? —cuestionó.

            —Me parece perfecto —replicó JiSung con una sonrisa.

 

 

 

 

Notas finales:

—Os juro que yo no pensaba escribir tantísimo y que esto realmente iba a ser algo cortito y bonito, pero SE ME HA IDO UN MONTÓN DE LAS MANOS.

 

 

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