Título: I (don’t) like it
Autora: Riz Aino
Pareja: JeongBin (ChangBin
+ I.N) (Stray Kids)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, college, romance, fluff, humor
Número de palabras: 835 palabras
Resumen: JeongIn siempre dice que no le gusta cuando
ChangBin se pega a él más de lo normal… pero esa no es la verdad.
Advertencias: van a beber como cosacos, pero nada más.
Notas: como JeongIn siempre está rechazando muestras de cariño y son muy pocas
las ocasiones en las que de verdad sí las acepta, la inspiración para esto
estaba cantada.
Comentario de autora: JeongIn ha dicho en alguna ocasión que
le gusta abrazar a ChangBin porque está blandito y eso se me ha quedado
incrustado en la mente, así que, tenía que hacer algo con la información incrustada. Espero que os guste.
I (don’t) like it
Sobre la mesa del bar había más
botellas de soju y cervezas vacías que llenas a pesar de que habían salido
simplemente a cenar y no a beber, pero al final habían acabado ahogando sus frustraciones
por la universidad y la pena de no poder hacer todo lo que querían en el alcohol,
como si a la mañana siguiente a primera hora la mitad de ellos no tuviera
clase. ChangBin, de hecho, tenía Economía II a primera hora y se suponía que
debía de estar allí porque el profesor pasaba lista, así que no podía quedarse
dormido. Ir de empalme era una buena opción, aunque se pasara la clase medio
muerto por el sueño y la jaqueca por la resaca. Quizás lo mejor era irse antes
de que estuviera tan borracho que ya ni se acordara que tenía que ir a clase,
pero la verdad era que no quería irse de aquel lugar, de hecho, habría pagado
incluso por quedarse.
Habían salido todos juntos a comer,
los ocho, incluido JeongIn, que justo ese año había comenzado la facultad.
JeongIn siempre había sido el bebé adorable al que todos querían y mimaban
simplemente porque era el menor de todos ellos y aquella era la primera vez que
bebía con todos después de cumplir la mayoría de edad. Cuando las personas
bebían, demostraban al mundo su verdadero ser, sin inhibiciones y sin tratar de
esconder las partes más oscuras y encerradas de ellos mismos, por eso, se solía
decir, que las personas más sinceras eran los niños y los borrachos, porque
ninguno de ellos sabía controlar lo que decían o hacían… y a ChangBin le
encantaba el JeongIn borracho que estaba presenciando.
Por norma general, JeongIn siempre
se alejaba de las personas, de ellos que eran sus amigos y, sobre todo, de él,
cuando querían darle algún abrazo o mimos alegando que “ya no era un niño pequeño
para que lo trataran así” por lo que la mayor parte de las veces huía de
cualquier muestra de cariño. No obstante, el JeongIn que tenía ante él en aquellos
instantes no se parecía en nada al JeongIn que conocía desde hacía tantos años.
El JeongIn borracho que estaba ante sus ojos lo único que quería eran mimos y
llevaba al menos una hora dándoles abrazos y besos a todos, lo cual era todo un
espectáculo, un espectáculo al que se sentían todos privilegiados por asistir…
y hasta SeungMin había hecho varios vídeos para tener pruebas de lo que estaba
sucediendo por si JeongIn negaba lo ocurrido cuando volviera a estar en sus cabales.
ChangBin estaba especialmente
encantado con aquello porque quien más estaba recibiendo de JeongIn era él y no
porque el menor estuviera sentado a su lado y lo pillara más cerca, porque
entre ellos estaban sentados JiSung y Felix, pero JeongIn se levantaba cada dos
por tres de su asiento para ir hacia él y abrazarlo o sentarse sobre él como si
aquello fuera lo más natural del mundo y algo que hacía cada día de su vida.
Obviamente, ChangBin estaba viviendo el momento más feliz de su vida porque era
la primera vez que algo como aquello sucedía y, además, por iniciativa del
menor, que siempre se quejaba si los demás hacían todo aquello.
—¿Te gustan los abrazos, JeongIn? —le
acabó preguntando ChangBin al chico que se encontraba sentado sobre sus piernas
en aquellos momentos.
—Me encantan —respondió el chico,
provocando un coro de asombro en la mesa, porque jamás se habían esperado esa
respuesta tan directa—. Los de ChangBin son los que me gustan más porque es
como un peluche gigante, está muy blandito.
Las risas que desató aquella
confesión fueron de proporciones bíblicas, pero ChangBin estaba feliz por
conocer qué era lo que JeongIn pensaba de sus abrazos sin que el chico
estuviera rechazándolos. Cuando estuviera sobrio le daría todos los abrazos que
había estado rechazando todo aquel tiempo, porque ahora que sabía que le
gustaban, no iba a dejarlo estar.
Notas
finales:
—Me imagino muchas situaciones aleatorias con
los SKZ borrachos, la mayoría muy estúpidas y de vez en cuando le daré salida
porque creo que al menos unas risas se pueden echar leyéndolas.
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