Título: I hate you (but I love you)
Autora: Riz Aino
Pareja:
SeungMinHo
(Lee Know + SeungMin) (Stray Kids)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, college,
romance, fluff, humor
Número
de palabras: 920 palabras
Resumen: MinHo es una presencia constante en la vida de SeungMin porque está entre su grupo de amistades… a SeungMin le dan ganas de matarlo cada vez que está cerca… matarlo… o meterle la lengua hasta la campanilla… es una de las dos, aunque eso último nunca se lo ha dicho a nadie.
Notas: el título de
la historia viene de la canción Hate You de Ladies’ Code, un gran himno que
debe ser escuchado, pero no
tiene nada que ver con la letra, simplemente la estaba escuchando y no me pude
resistir a ponerlo como título.
Comentario
de autora: la relación de odio/amor de estos dos siempre me ha
parecido compleja e interesante, porque en realidad cuidan el uno del otro,
pero, son TAN tsunderes ambos, que pasa lo que pasa. Espero que os
guste.
I hate you
(but I love you)
—Quiero asesinarlo —dijo SeungMin,
por lo bajo, llamando la atención de Felix, que lo miró interrogante—. A MinHo
—aclaró y Felix asintió.
—Entiendo.
SeungMin no tuvo que decir nada más.
Era bien sabido entre su grupo de amigos que no se llevaba bien con MinHo —y
que MinHo tampoco se llevaba bien con él, el sentimiento era bastante
recíproco— y que por ello la mitad de las veces alguno de los dos soltaba aquel
tipo de comentarios. Era un grupo bastante grande de amigos, ocho personas,
todos y cada uno de ellos estudiando una cosa diferente, llegados de distintos
sitios del mundo y de Corea, por lo que todos sus caracteres eran bastante
diferentes. No obstante, la mayoría de ellos se llevaban bien con los demás, de
hecho, SeungMin se llevaba muy bien con el resto… pero no con MinHo. ¿El
motivo? No había un motivo exacto, sino varios. Simplemente lo ponía de los
nervios su presencia, aquella sonrisita de lado cuando soltaba comentarios
mordaces, o la forma en la que lo miraba y le guiñaba un ojo cuando SeungMin no
se lo esperaba. Lo odiaba y quería matarlo con sus propias manos… matarlo… o meterle la lengua hasta la
campanilla… era una de las dos, aunque eso último nunca se lo había dicho a
nadie.
Porque
por mucho que odiaba a Lee MinHo, había una parte en él que no lo odiaba, sino
que quería estar mucho más cerca de lo que lo había estado nunca jamás con él.
Quizás era raro, pero siempre había escuchado que el odio y el amor estaban
separados por una fina línea, una línea que se podía cruzar desde un lado al
otro en cualquier instante y SeungMin a veces estaba muy de acuerdo con ese
pensamiento.
—La
verdad es que llevo tiempo queriendo preguntarte algo respecto a eso de tu odio
a MinHo —comentó Felix y SeungMin lo miró extrañado porque Felix siempre había
sido bastante prudente y no le gustaba preguntar mucho ese tipo de cosas, pero
asintió, dándole pie a que hiciera su pregunta—. ¿Estás enamorado de MinHo?
—¿Qué? —replicó, sin poder creerse
lo que acababa de escuchar.
La voz le había salido una octava
más alta de lo normal y había hecho la pregunta inmediatamente después de que
Felix terminara la suya, casi sin procesar lo que acababa de escuchar. Su corazón
latía rápidamente por el susto de haberse visto expuesto de aquella manera y se
notaba la cara y las orejas calientes, así que, probablemente se estaba
poniendo como un tomate. Aunque no hubiera contestado a la pregunta, su
reacción había respondido por sí sola que sí.
—Vale, me queda claro que la
respuesta es sí —dijo una voz a su espalda, una voz que pertenecía nada más y
nada menos que a MinHo, que había estado con ellos dos hasta hacía unos
momentos, cuando se había ido a clase—. Gracias por hacer la pregunta, Felix,
te debo una.
SeungMin se giró lentamente, sintiendo
un nudo en el estómago, viendo a MinHo tras él, con aquella sonrisita de lado
que tanto odiaba, mirándolo con autosuficiencia, como si hubiera sabido desde
siempre que le gustaba y ahora simplemente lo hubiera comprobado con aquella
estratagema cutre que había montado con Felix para que lo soltara. SeungMin se
sentía decepcionado de sí mismo porque les había seguido el juego y había caído
en su trampa sin siquiera darse cuenta de ello. Había estado el rato que MinHo
había estado con ellos refunfuñando por su presencia allí y cuando se había ido,
había hecho aquel comentario que siempre hacía para demostrar el máximo
desagrado hacia su persona, dándole pie a Felix para que le hiciera la
pregunta. El muy sibilino de MinHo se tenía que haber quedado por allí cerca
para escuchar su conversación y aparecer en el momento oportuno.
—No sabes cuánto te odio —no pudo
evitar soltar, refunfuñando.
—Yo también te quiero —dijo MinHo y
aquella vez sonó de una forma no irónica que provocó que el corazón de SeungMin
se saltara un latido—. Me tengo que ir a clase de verdad, pero cuando vuelva te
quiero ver aquí porque tenemos que hablar de muchas cosas y sobre todo quiero
darte el morreo de tu vida.
Y tras decir aquello, le guiñó un ojo
y desapareció, dejando a SeungMin completamente paralizado, pero con ganas de
arrancarse todos los pelos de la cabeza y meterse en un agujero por la vergüenza.
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