jueves, 25 de febrero de 2021

[One Shot] Monochrome to colors {JiMinJeong}

Título: Monochrome to colors

Autora: Riz Aino

Pareja: JiMinJeong (Karina + Winter) (aespa)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, soulmates, college, romance, drama

Número de palabras: 4.074 palabras

Resumen: en el mundo existen algunas personas que ven en blanco y negro… hasta que encuentran a quien están destinados y, es en ese momento, cuando comienzan a ver los colores a su alrededor.

Notas: este es tu típico soulmate!au en el que solo empiezas a ver los colores cuando encuentras a tu alma gemela, ni más, ni menos.

Comentario de autora: entre que en la letra de Black Mamba Winter dice “monochrome to colors” y que me estaba viendo Color Rush, tenía una mezcla muy mala en la cabeza que tenía que sacarme de encima. Espero que os guste.



 

            En el mundo existen algunas personas que ven en blanco y negro desde el momento de su nacimiento… hasta que encuentran a quien están destinados y, es en ese momento, cuando comienzan a ver los colores a su alrededor. No son muchas personas las que se ven afectadas por ello, pero aún así, muchas de ellas acaban sus días viendo el mundo en blanco y negro porque no han encontrado a la persona que estaba destinada a ellos. Es cruel. MinJeong siempre ha pensado que lo es. No ser capaz de ver el mundo en color hasta que se cruce en tu camino una persona que las divinidades han decidido que es tu otra mitad, la que complementa tus flaquezas y virtudes, la que te va a hacer feliz por el resto de tu vida. MinJeong cree que es triste no poder ver el mundo como las demás personas del mundo, no poder disfrutar de la variedad de tonalidades, del espectro de colores en el día a día, no poder ver los arcoíris de la misma forma que los ven los demás. Es cruel. No es justo. Y MinJeong odia haber nacido siendo una de aquellas personas que ven en escala de grises.

 

            Gris antracita, gris lobo, gris pizarra, gris marengo, gris Londres, gris perla, gris sierra y gris ártico. Esos son los únicos colores que MinJeong puede ver… y probablemente sean los únicos que vea el resto de su vida.

 

~

 

            —Te quiero presentar a mis sunbaes —dice YiZhuo. MinJeong deja el trabajo que está tratando de terminar y mira a su compañera de habitación de la residencia de estudiantes por encima de la pantalla de su portátil—. Son muy majas y me están enseñando un montón de cosas.

            —Ah… ¿las chicas de las que me hablaste el otro día? —le pregunta. La chica asiente varias veces rápidamente y MinJeong teme que algún día se le caiga la cabeza por el entusiasmo que le pone a todo—. Cuando quieras, sabes que en los almuerzos siempre estoy libre para comer.

            —Te van a encantar, ya verás —responde YiZhuo, con una sonrisa enorme en su rostro.

 

            MinJeong sonríe también, contagiada por el entusiasmo de la chica con la que comparte habitación. Solo se conocen desde hace solo unos meses, pero desde el principio conectaron bastante bien y se han hecho muy buenas amigas conviviendo juntas. La personalidad vibrante de YiZhuo contrasta con la suya, mucho más apagada, por eso se complementan perfectamente y MinJeong no querría otra compañera de habitación. YiZhuo se vuelve a centrar en lo que sea que esté trabajando y ella no puede evitar observarla durante unos momentos, su cabello gris antracita, su rostro gris sierra, sus ojos gris lobo que contienen destellos brillantes en gris perla, su camiseta gris ártico y sus vaqueros grises marengo. Está acostumbrada a ver el mundo de aquella manera, a ver a las personas con las que se relaciona de esa forma y ha acabado por distinguir los colores según su representación en la escala de grises… aunque sabe que no es lo mismo, pero ha aprendido a vivir de ello. Vuelve su vista al documento que tienen en su ordenador, todavía tiene que terminar aquel trabajo que debe de entregar al día siguiente.

 

~

 

            MinJeong está comiendo tranquilamente junto a YiZhuo cuando ve por el rabillo del ojo que ésta se mueve a su lado y la mira, para ver cómo está con su mano derecha levantada, saludando a alguien. Las sunbaes de las que tanto habla deben de haber llegado por fin a la cafetería. Aquella mañana la había avisado de que las chicas se unirían a ellas en el almuerzo, pero que llegarían tarde porque tenían que terminar algo antes. MinJeong ha tenido curiosidad por conocerlas desde hace un tiempo porque la chica no para de hablar de ellas, así que, sigue con su mirada la dirección en la que YiZhuo está saludando y se encuentra con dos chicas que caminan hacia ellas con grandes sonrisas en sus rostros y las bandejas de la cafetería en sus manos.

 

            —Me alegra un montón que hayáis podido llegar tan prontito —dice YiZhuo en cuanto las chicas dejan sus bandejas sobre la mesa, frente a ellas.

            —Creíamos que nos iba a tomar más tiempo, pero no ha sido tanto —responde una de las chicas.

            —¿Por qué llevas gafas de sol, por cierto? —le pregunta a la chica que le acaba de responder—. ¿Ahora eres famosa? —añade, haciendo reír a la otra chica.

            —Se ha levantado con un orzuelo y no quiere que nadie se lo vea —le responde, aún entre risas—. Lo que no le pase a JiMin, no le pasa a nadie—. ¿Esta es tu compañera de habitación en la resi? —le pregunta, señalando a MinJeong, que traga saliva porque ahora tiene la atención de todas sobre ella.

            —¡Sí! Esta es MinJeong —la presenta YiZhuo, con una sonrisa amplia y totalmente emocionada—. MinJeong, esta es JiMin —dice, señalando a la chica de las gafas de sol, que la saluda con la mano—. Y esta es Aeri —señala a la otra chica—. Haceos las mejores amigas del mundo, porfa, que sois mis personas favoritas del mundo mundial.

 

            MinJeong no puede evitar reír por aquel comentario mientras dice que está encantada de conocerlas a ambas. JiMin y Aeri se sientan frente a ellas y también comienzan a comer mientras hablan un poco de todo y YiZhuo es quien lleva la voz cantante en todas las conversaciones, llevándolas a temas de los que todas disfrutan hablar para que así descubran que tienen un montón de cosas en común. A MinJeong le parecen ambas encantadoras y se alegra mucho de que YiZhuo haya querido presentarlas porque parecen buenas chicas, tiene interés en seguir conociéndolas, sobre todo a JiMin, ya que la chica le ha llamado muchísimo la atención, incluso aunque no ha podido verle la mitad de la cara porque aquellas gafas enormes y oscuras la ocultaban.

 

~

 

            —¿Puedes abrir tú la puerta, MinJeong? —le pregunta YiZhuo desde el baño, después de que varios golpes hayan sonado—. Es JiMin.

 

MinJeong ya estaba en camino antes de que se lo dijera, pero se apresura ahora que sabe que es JiMin quien está al otro lado. Hace unos días que se conocieron y YiZhuo ha creado un grupo para que hablaran todas, así que, han hablado más y cada vez tiene más interés en ella, por lo que se siente bastante emocionada cuando va a abrirle la puerta. Lo que MinJeong no espera cuando abre la puerta y sus ojos se encuentran con los de la chica que hay frente a ella, es que su mundo de repente comience a girar repentinamente y un zumbido fuerte se instale en su cabeza, provocando que tenga que cerrar sus ojos y llevarse las manos a ella.

 

            —¿Estás bien? —le pregunta JiMin.

 

Por su voz suena preocupada y MinJeong trata de asentir para no preocuparla porque aquello tiene que ser un mareo por haberse incorporado tan rápido y haber corrido a abrir, pero cuando mueve levemente la cabeza, ésta le da vueltas y MinJeong se tambalea. Las manos de JiMin la sujetan por los hombros, como si temiera que se fuera a caer en el suelo redonda y MinJeong agradece tener aquel pequeño salvavidas al que agarrarse en ese momento. Comienza a respirar hondo, queriendo tranquilizarse y aliviar la presión de su cabeza y los pocos minutos en los que tarda en estabilizarse de nuevo, se le hacen demasiado eternos, pero finalmente su cabeza deja de dar vueltas y puede abrir los ojos lentamente de nuevo.

 

            Y cuando sus ojos se abren… MinJeong no puede creer lo que está viendo porque el color inunda todo a su alrededor. Abre los ojos como platos y mira a JiMin ante ella, que parece seguir preocupada por ella, la ve de una forma que no la había visto antes, porque el mundo en blanco y negro que siempre ha sido parte de su vida, ya no lo es. Su corazón late desbocadamente dentro de su pecho y no puede evitar observar a JiMin, guardando en su memoria cada uno de los colores que está viendo, a pesar de que no sabe cómo se llaman, simple y llanamente porque es la primera vez que los ve y es JiMin quien ha hecho que pueda verlos por primera vez.

 

            A MinJeong siempre le ha parecido injusto no poder ver los colores como el resto de las personas porque sino encontraba a su alma gemela, sería incapaz de verlos, pero ahora que la acaba de conocer no saber qué pensar. Tampoco puede darle muchas vueltas a ello porque antes de que pueda decir nada, siente que las fuerzas la abandonan por completo y acaba cayendo en la completa oscuridad.

 

~

 

            MinJeong abre los ojos lentamente, acostumbrándose a la luz poco a poco, pestañeando una y otra vez, con lentitud. Su cabeza le duele como nunca antes le ha dolido y la luz le hace daño en los ojos, pero no solo la luz, los rastros de color que permanecen en su visión le provocan un mayor dolor, como unas punzadas que aleatoriamente sentía, seguidas de un zumbido constante. El techo que siempre había sido blanco, ahora era de otro color, un color que no sabía identificar, pero que también tenía restos de gris ártico.

 

            —¿Ya has vuelto a la vida? —le pregunta la voz de YiZhuo, asomándose sobre ella, provocando que un suspiro de sorpresa abandone los labios de MinJeong al verla—. ¿Qué pasa?

            —Puedo verte en color —dice, sin poder creerse siquiera que lo que ha dicho sea verdad—. No completamente, pero no te veo en escala de grises.

            —Entonces ha sido eso —murmura, sentándose en la cama.

            —¿Eso? —pregunta MinJeong confusa.

            —¿No te acuerdas de lo que ha pasado antes? —le responde la chica con otra pregunta y ella cierra sus ojos y trata de hacer memoria.

 

            Recuerda en ese momento cómo después de que sus ojos se encontrasen con los de JiMin, su cabeza comenzó a dar vueltas y al abrirlos de nuevo, diferentes colores se empezaron a mezclar con los grises que siempre ha visto.

 

            —JiMin —murmura.

            —¡Has encontrado a tu alma gemela! —dice YiZhuo emocionada—. ¡Es increíble!

 

            MinJeong quiere compartir el entusiasmo de su compañera de habitación porque aquello es algo bueno, pero ya no va a volver a ver el mundo como lo ha visto siempre y tiene miedo. Sobre todo, tiene miedo sobre lo que pueda pensar JiMin sobre ella. No es como si las personas que sufren de aquella condición fueran un secreto, todo el mundo sabía que existen, pero sabe de muchas que, a pesar de encontrar a su persona destinada han seguido viendo en escala de grises debido a que dicha persona no quiso tener nada que ver con ellas. MinJeong nunca ha tenido expectativas, pero ahora que ha encontrado a JiMin, no puede evitar sentir un poco de ilusión y mucho miedo porque su vida ya no va a ser la misma de ahora en adelante.

 

~

 

            —¿Estás bien? —le pregunta JiMin.

 

            MinJeong asiente lentamente, sin saber qué más puede decir porque no se esperaba encontrarse con la chica ese mismo lunes, después de pasarse todo el fin de semana con Google —y en ocasiones YiZhuo— estudiando los nombres de los nuevos colores que comenzaba a ver. Apenas ha tocado el teléfono y solo respondió escuetamente a la misma pregunta que JiMin le acaba de hacer por el chat del grupo cuando ésta le preguntó. En esos días no ha pensado en qué puede decir, en cómo puede expresar todo aquello que debe comentarle a JiMin porque lo que ha pasado es algo que la incumbe, porque por primera vez estaba viendo en color, aunque cada día de forma más difuminada debido a la lejanía de JiMin y ha estado mucho más entretenida en saber todo lo que antes no se había molestado en aprender porque nunca le había hecho falta.

 

            —YiZhuo me ha puesto un poco al día de la situación —comenta JiMin, sorprendiéndola porque no se esperaba aquello.

            —¿Sí? —no puede evitar preguntar.

            —¡Sí! Me contó que estuvo ayudándote a aprender los colores —responde—. Y después de lo que pasó, no me tuvo que contar mucho más para que sumara dos más dos —sigue, dedicándole una sonrisa encantadora que provoca que el corazón de MinJeong se saltase un latido.

            —¿Sabes… lo que significa…? —pregunta, con algo de miedo—. Quiero decir… para las personas como yo… esto es algo… importante…

 

            No sabe cuál puede ser la reacción a aquello, pero tiene que hacerlo. Nunca ha tenido esperanzas en encontrar a la persona que la haría ver los colores como los veían el resto de personas del mundo, pero ahora que la tiene frente a ella, no le gustaría tener que dejarla escapar, menos cuando desde el momento en el que conoció a JiMin ha sentido algo especial, algo que no ha sentido nunca antes con nadie.

 

                —¿Qué soy tu alma gemela? —pregunta JiMin, provocando que casi se atragante con su propia saliva—. Después de que YiZhuo me comentara lo que había pasado me puse a investigar un poco.

 

            MinJeong la observa con detenimiento. No parece estar molesta por aquello, ni molesta, ni asustada, ni nada parecido, solo parece que tenga curiosidad por todo aquello y algo más debajo de aquello que no logra identificar.

 

            —¿Cómo ves los colores ahora mismo? —le pregunta la mayor cuando MinJeong va a abrir la boca para hacerle otra pregunta.

 

            MinJeong cierra su boca y mira fijamente a la chica que tiene ante ella. Ahora puede ver que el color de su pelo es morado oscuro, que su piel tiene un tono cremoso y la ropa que lleva se compone de unos vaqueros de color azul claro, unos botines de piel marrones y un jersey de color menta. Sabe que esos son los colores porque los ha estudiado en esos días con YiZhuo, está segura de que son esos aunque no los vea exactamente como son debido a que su cerebro aún no se ha acostumbrado a ver en color.

 

            —¿Difusos? —contesta—. Mezclados un poco con gris, pero más o menos puedo distinguirlos bien… mejor ahora que estoy contigo, en los últimos días se habían mezclado mucho más con el gris y apenas los podía distinguir de lo que siempre ha sido mi paleta de color.

            —Entonces, para verlos bien… ¿me necesitas a tu lado? —cuestiona JiMin y ella asiente—. Entonces no me voy a separar de ti.

 

~

 

            Cuando JiMin le dijo que no se iba a separar de ella, MinJeong pensó que no lo podía estar diciendo en serio… pero lo decía muy en serio. Durante el siguiente mes, JiMin no se ha separado de ella más que lo estrictamente necesario, cuando cada una tiene sus clases en la facultad o cuando tienen que volver a sus respectivas residencias a dormir —incluso, a veces, JiMin se queda a dormir con YiZhuo y con ella—; el resto del tiempo, mientras ambas trabajan en sus proyectos de la facultad o cuando tienen tiempo libre, lo pasan siempre juntas. A veces simplemente disfrutan de la compañía de la otra, otras veces JiMin aprovecha para ayudarla a diferenciar los colores, colores que cada día ve de forma mucho mas clara y que ya no están tan mezclados con la escala de grises como al principio. MinJeong nunca pensó que aquello pudiera ser posible para ella, por lo que no puede evitar sentirse como si estuviera en una especie de nube cuando está con JiMin. Cada día que pasa, se siente mucho mejor con ella a su alrededor, su corazón late mucho más fuerte cuando está con ella y hay momentos en los que no quiere separarse de la mayor.

 

            Su vida ha dado un giro de 180º en muy poco tiempo y casi no acaba de creerlo… pero JiMin se está convirtiendo en una persona muy importante en su vida que le recuerda una y otra vez que el cambio está sucediendo, que lo está provocando ella y que, además, parece feliz por ello.

 

~

 

            —¿Entonces crees que para la semana que viene estará listo?

 

            Aquello es lo que le pregunta YiZhuo a Aeri cuando las cuatro se han juntado para comer aquel día en la facultad, como casi cada día desde hace ya un tiempo. MinJeong no sabe de qué es de lo que están hablando, porque las tres comparten una asignatura en su grado y ella no tiene ni idea de cuáles son los proyectos ni los trabajos que tienen que hacer. A veces YiZhuo o JiMin le cuentan cosas, pero no sabe nada de cuál es el proyecto que están haciendo las tres, y la verdad es que tiene curiosidad.

 

            —Sí… yo diría que deberíamos tenerlo listo para la semana que viene —responde Aeri—. No queda mucho.

            —Habría que hacer una pequeña prueba para ver si la gente reacciona de la manera en la que pensamos que deberían hacerlo —comenta JiMin—, porque puede que nos parezca a nosotras una maravilla porque hemos trabajado mucho en ella, pero al final no sea para tanto.

            —Tienes razón —comenta YiZhuo—. ¿A quién podríamos decírselo?

 

            La mesa cae en un repentino silencio y MinJeong que, aunque está pendiente de la conversación, está más centrada en comerse su sopa, no se da cuenta de que todas las miradas se han dirigido a ella hasta que no levanta la cabeza del plato unos momentos después.

 

            —¿Qué? —pregunta.

            —Si te invito a ser la primera en ver nuestro proyecto… ¿vendrías? —dice JiMin—. Es una pasada y sé que te va a encantar.

            —Claro, sin problema —responde, feliz porque por fin va a ver de qué se trata aquel famoso trabajo en grupo que las tres chicas llevan un tiempo preparando.

 

~

 

            Ese mismo fin de semana, MinJeong se arregla para ir al lugar que JiMin le ha mandado. Está emocionada porque solo van a estar ellas dos y lo siente como si aquello fuera una cita, en lugar de una especie de prueba que quieren hacer para ver si su trabajo provoca las reacciones en la gente que buscaban al hacerlo. Cuando llega al lugar, se da cuenta de que es una especie de pequeño almacén en desuso que hay en el campus, pero por dentro tiene que estar decorado de alguna forma o tienen que haber hecho alguna exposición porque las tres estudian medios visuales.

 

            —¿Has tenido algún problema en encontrarlo? —le pregunta JiMin y ella niega con la cabeza.

            —Me he equivocado de camino un par de veces, pero nada grave —responde. Aquel sitio está un poco recóndito, pero tampoco lo demasiado.

            —Me alegra —dice JiMin con una sonrisa encantadora—. Voy a tener que taparte los ojos porque al entrar tengo que hacer un par de cosas y no quiero que veas absolutamente nada.

            —Vale, sin problema.

 

            La sonrisa que JiMin le dedica se hace mucho más amplia y después saca del bolsillo de su chaqueta una tela oscura con la que vendarle los ojos. MinJeong los cierra para que le sea menos incómodo y espera pacientemente a que la mayor le coloque la venda. Todo se vuelve mucho más oscuro cuando tiene el trozo de tela sobre sus ojos y se siente un poco nerviosa ahora que no ve y tiene que depender de ella para poder moverse. No obstante, con JiMin todo parece fácil, porque la chica la coge de la mano y comienza a andar despacito con ella y con mucho cuidado, adentrándose en el almacén.

 

            —Tengo que dejarte aquí unos momentos, no te muevas —le dice, soltándole la mano—. Y no te quites la venda.

 

            MinJeong asiente. Tiene mucha curiosidad, pero no va a desobedecer las instrucciones de JiMin y espera a que ésta vuelva a su lado de un momento a otro. Cuando un rato después siente las manos de la mayor contra su cuello, da un pequeño salto porque no se lo espera, pero un segundo después se relaja y simplemente sonríe. Mientas la venda va cayendo, MinJeong nota desde detrás de sus párpados cerrados inmediatamente cómo en el lugar que está debe de haber mucha luz y mucho color porque se filtra un poco, pero cuando abre los ojos, no se espera ver aquel espectáculo de luces de colores danzantes que la envuelve. Nunca ha visto tantos colores juntos, en tantas y tan diversas formas, reflejándose en las paredes y el suelo, que eran de color blanco.

 

            —Increíble —no puede evitar decir.

            —¿Te gusta? —le pregunta JiMin.

            —Es mágico.

 

            Después de aquello, no vuelven a hablar en un rato. MinJeong se dedica a pasear para disfrutar de los colores que se reflejan en el lugar, nombrándolos en su cabeza. Rojo, morado, cian, magenta, rosa, verde marino, zafiro, crema, menta, salmón, ámbar, lima. Nunca se ha sentido tan viva y tan feliz. Hace tiempo que solo si se aleja durante mucho tiempo de JiMin es cuando los colores comienzan a difuminarse y en aquellos momentos son más vívidos que nunca porque la tiene al lado… y no le gustaría perder aquello por nada del mundo. Casi sin darse cuenta, comienza a llorar, alertando a JiMin, que se encuentra a su lado y que lleva observando sus reacciones desde el primer momento.

 

            —¿Qué sucede? —le pregunta, acercándose a ella.

            —No es nada… —murmura MinJeong, secándose las lágrimas con las mangas de la camiseta que lleva—. Es solo… esto es lo más bonito que ha hecho nadie por mí nunca.

 

            JiMin sonríe y la sonrisa se replica en el rostro de MinJeong un segundo antes de que la mayor salve la escasa distancia que queda entre ellas y dejar un corto beso sobre sus labios. MinJeong se sorprende porque no se esperaba que aquello sucediera y da un pequeño salto hacia atrás mirando fijamente a JiMin, sin poder creerse que se acaban de besar.

 

            —No he podido contenerme —comenta JiMin—, pero ya que lo he hecho, me gustaría hacerte una pregunta… ¿quieres salir conmigo?

 

            —Sí —responde MinJeong inmediatamente, sin pensarlo siquiera, provocando que la mayor le dedique la sonrisa más encantadora del mundo.

 

~

 

            MinJeong todavía recuerda cuando el mundo a su alrededor era en escala de grises, no ha pasado mucho tiempo desde que ha comenzado a ver en color gracias a tener en su vida a JiMin como para haberlo olvidado, pero le resulta como un sueño muy cercano y lejano a la vez. Su vida ha cambiado bastante y a la vez no ha cambiado mucho. Es extraño porque hay veces en las que todavía se sorprende cuando ve los colores cambiar a su alrededor, a pesar de que cada día los ve con mucha más nitidez y tiene que pasar muchísimo más tiempo alejada de JiMin para que éstos comiencen a volverse más difuminados y grisáceos. La mayor no se separa de ella el suficiente tiempo como para que aquello pase, así que, la mayor parte del tiempo, ve el mundo más o menos cómo lo ven el resto de personas y, aunque antes de conocer a JiMin pensara que su situación era muy injusta, ahora se alegra un montón de haber conocido a la chica y que ésta esté a su lado, queriéndola de la misma forma que MinJeong la quiere a ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—Sí. El trabajo que han hecho Giselle, Karina y NingNing en el almacén está básicamente sacado de la exposición que van a ver los protas de Color Rush porque me pareció todo precioso y tenía que añadirlo sí o sí.

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