Título: Monochrome to colors
Autora: Riz Aino
Pareja: JiMinJeong (Karina + Winter)
(aespa)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, soulmates, college, romance, drama
Número de palabras: 4.074 palabras
Resumen: en el mundo existen algunas personas que ven en blanco y negro… hasta
que encuentran a quien están destinados y, es en ese momento, cuando comienzan
a ver los colores a su alrededor.
Notas: este es tu
típico soulmate!au en el que solo empiezas a ver los colores cuando encuentras
a tu alma gemela, ni más, ni menos.
Comentario de autora: entre que en la letra de Black Mamba Winter dice “monochrome to colors”
y que me estaba viendo Color Rush, tenía una mezcla muy mala en la cabeza que
tenía que sacarme de encima. Espero que os guste.
En el mundo existen
algunas personas que ven en blanco y negro desde el momento de su nacimiento…
hasta que encuentran a quien están destinados y, es en ese momento, cuando
comienzan a ver los colores a su alrededor. No son muchas personas las que se
ven afectadas por ello, pero aún así, muchas de ellas acaban sus días viendo el
mundo en blanco y negro porque no han encontrado a la persona que estaba
destinada a ellos. Es cruel. MinJeong siempre ha pensado que lo es. No ser
capaz de ver el mundo en color hasta que se cruce en tu camino una persona que
las divinidades han decidido que es tu otra mitad, la que complementa tus
flaquezas y virtudes, la que te va a hacer feliz por el resto de tu vida.
MinJeong cree que es triste no poder ver el mundo como las demás personas del
mundo, no poder disfrutar de la variedad de tonalidades, del espectro de
colores en el día a día, no poder ver los arcoíris de la misma forma que los
ven los demás. Es cruel. No es justo. Y MinJeong odia haber nacido siendo una
de aquellas personas que ven en escala de grises.
Gris antracita, gris
lobo, gris pizarra, gris marengo, gris Londres, gris perla, gris sierra y gris
ártico. Esos son los únicos colores que MinJeong puede ver… y probablemente
sean los únicos que vea el resto de su vida.
~
—Te
quiero presentar a mis sunbaes —dice YiZhuo. MinJeong deja el trabajo que está
tratando de terminar y mira a su compañera de habitación de la residencia de
estudiantes por encima de la pantalla de su portátil—. Son muy majas y me están
enseñando un montón de cosas.
—Ah…
¿las chicas de las que me hablaste el otro día? —le pregunta. La chica asiente
varias veces rápidamente y MinJeong teme que algún día se le caiga la cabeza
por el entusiasmo que le pone a todo—. Cuando quieras, sabes que en los
almuerzos siempre estoy libre para comer.
—Te
van a encantar, ya verás —responde YiZhuo, con una sonrisa enorme en su rostro.
MinJeong sonríe también,
contagiada por el entusiasmo de la chica con la que comparte habitación. Solo
se conocen desde hace solo unos meses, pero desde el principio conectaron
bastante bien y se han hecho muy buenas amigas conviviendo juntas. La
personalidad vibrante de YiZhuo contrasta con la suya, mucho más apagada, por
eso se complementan perfectamente y MinJeong no querría otra compañera de
habitación. YiZhuo se vuelve a centrar en lo que sea que esté trabajando y ella
no puede evitar observarla durante unos momentos, su cabello gris antracita, su
rostro gris sierra, sus ojos gris lobo que contienen destellos brillantes en
gris perla, su camiseta gris ártico y sus vaqueros grises marengo. Está acostumbrada
a ver el mundo de aquella manera, a ver a las personas con las que se relaciona
de esa forma y ha acabado por distinguir los colores según su representación en
la escala de grises… aunque sabe que no es lo mismo, pero ha aprendido a vivir
de ello. Vuelve su vista al documento que tienen en su ordenador, todavía tiene
que terminar aquel trabajo que debe de entregar al día siguiente.
~
MinJeong está comiendo
tranquilamente junto a YiZhuo cuando ve por el rabillo del ojo que ésta se
mueve a su lado y la mira, para ver cómo está con su mano derecha levantada,
saludando a alguien. Las sunbaes de las que tanto habla deben de haber llegado
por fin a la cafetería. Aquella mañana la había avisado de que las chicas se
unirían a ellas en el almuerzo, pero que llegarían tarde porque tenían que
terminar algo antes. MinJeong ha tenido curiosidad por conocerlas desde hace un
tiempo porque la chica no para de hablar de ellas, así que, sigue con su mirada
la dirección en la que YiZhuo está saludando y se encuentra con dos chicas que
caminan hacia ellas con grandes sonrisas en sus rostros y las bandejas de la
cafetería en sus manos.
—Me
alegra un montón que hayáis podido llegar tan prontito —dice YiZhuo en cuanto
las chicas dejan sus bandejas sobre la mesa, frente a ellas.
—Creíamos que nos iba a tomar más
tiempo, pero no ha sido tanto —responde una de las chicas.
—¿Por qué llevas gafas de sol, por
cierto? —le pregunta a la chica que le acaba de responder—. ¿Ahora eres famosa?
—añade, haciendo reír a la otra chica.
—Se ha levantado con un orzuelo y no
quiere que nadie se lo vea —le responde, aún entre risas—. Lo que no le pase a
JiMin, no le pasa a nadie—. ¿Esta es tu compañera de habitación en la resi? —le
pregunta, señalando a MinJeong, que traga saliva porque ahora tiene la atención
de todas sobre ella.
—¡Sí! Esta es MinJeong —la presenta
YiZhuo, con una sonrisa amplia y totalmente emocionada—. MinJeong, esta es
JiMin —dice, señalando a la chica de las gafas de sol, que la saluda con la
mano—. Y esta es Aeri —señala a la otra chica—. Haceos las mejores amigas del
mundo, porfa, que sois mis personas favoritas del mundo mundial.
MinJeong no puede evitar reír por
aquel comentario mientras dice que está encantada de conocerlas a ambas. JiMin
y Aeri se sientan frente a ellas y también comienzan a comer mientras hablan un
poco de todo y YiZhuo es quien lleva la voz cantante en todas las
conversaciones, llevándolas a temas de los que todas disfrutan hablar para que
así descubran que tienen un montón de cosas en común. A MinJeong le parecen
ambas encantadoras y se alegra mucho de que YiZhuo haya querido presentarlas
porque parecen buenas chicas, tiene interés en seguir conociéndolas, sobre todo
a JiMin, ya que la chica le ha llamado muchísimo la atención, incluso aunque no
ha podido verle la mitad de la cara porque aquellas gafas enormes y oscuras la
ocultaban.
~
—¿Puedes
abrir tú la puerta, MinJeong? —le pregunta YiZhuo desde el baño, después de que
varios golpes hayan sonado—. Es JiMin.
MinJeong
ya estaba en camino antes de que se lo dijera, pero se apresura ahora que sabe
que es JiMin quien está al otro lado. Hace unos días que se conocieron y YiZhuo
ha creado un grupo para que hablaran todas, así que, han hablado más y cada vez
tiene más interés en ella, por lo que se siente bastante emocionada cuando va a
abrirle la puerta. Lo que MinJeong no espera cuando abre la puerta y sus ojos
se encuentran con los de la chica que hay frente a ella, es que su mundo de
repente comience a girar repentinamente y un zumbido fuerte se instale en su
cabeza, provocando que tenga que cerrar sus ojos y llevarse las manos a ella.
—¿Estás bien? —le pregunta JiMin.
Por
su voz suena preocupada y MinJeong trata de asentir para no preocuparla porque
aquello tiene que ser un mareo por haberse incorporado tan rápido y haber
corrido a abrir, pero cuando mueve levemente la cabeza, ésta le da vueltas y
MinJeong se tambalea. Las manos de JiMin la sujetan por los hombros, como si
temiera que se fuera a caer en el suelo redonda y MinJeong agradece tener aquel
pequeño salvavidas al que agarrarse en ese momento. Comienza a respirar hondo,
queriendo tranquilizarse y aliviar la presión de su cabeza y los pocos minutos
en los que tarda en estabilizarse de nuevo, se le hacen demasiado eternos, pero
finalmente su cabeza deja de dar vueltas y puede abrir los ojos lentamente de
nuevo.
Y cuando sus ojos se abren… MinJeong
no puede creer lo que está viendo porque el color inunda todo a su alrededor.
Abre los ojos como platos y mira a JiMin ante ella, que parece seguir
preocupada por ella, la ve de una forma que no la había visto antes, porque el
mundo en blanco y negro que siempre ha sido parte de su vida, ya no lo es. Su
corazón late desbocadamente dentro de su pecho y no puede evitar observar a
JiMin, guardando en su memoria cada uno de los colores que está viendo, a pesar
de que no sabe cómo se llaman, simple y llanamente porque es la primera vez que
los ve y es JiMin quien ha hecho que pueda verlos por primera vez.
A MinJeong siempre le ha
parecido injusto no poder ver los colores como el resto de las personas porque
sino encontraba a su alma gemela, sería incapaz de verlos, pero ahora que la
acaba de conocer no saber qué pensar. Tampoco puede darle muchas vueltas a ello
porque antes de que pueda decir nada, siente que las fuerzas la abandonan por
completo y acaba cayendo en la completa oscuridad.
~
MinJeong abre los ojos
lentamente, acostumbrándose a la luz poco a poco, pestañeando una y otra vez,
con lentitud. Su cabeza le duele como nunca antes le ha dolido y la luz le hace
daño en los ojos, pero no solo la luz, los rastros de color que permanecen en
su visión le provocan un mayor dolor, como unas punzadas que aleatoriamente
sentía, seguidas de un zumbido constante. El techo que siempre había sido
blanco, ahora era de otro color, un color que no sabía identificar, pero que
también tenía restos de gris ártico.
—¿Ya
has vuelto a la vida? —le pregunta la voz de YiZhuo, asomándose sobre ella,
provocando que un suspiro de sorpresa abandone los labios de MinJeong al verla—.
¿Qué pasa?
—Puedo verte en color —dice, sin
poder creerse siquiera que lo que ha dicho sea verdad—. No completamente, pero
no te veo en escala de grises.
—Entonces ha sido eso —murmura,
sentándose en la cama.
—¿Eso? —pregunta MinJeong confusa.
—¿No te acuerdas de lo que ha pasado
antes? —le responde la chica con otra pregunta y ella cierra sus ojos y trata
de hacer memoria.
Recuerda en ese momento cómo después
de que sus ojos se encontrasen con los de JiMin, su cabeza comenzó a dar
vueltas y al abrirlos de nuevo, diferentes colores se empezaron a mezclar con
los grises que siempre ha visto.
—JiMin —murmura.
—¡Has encontrado a tu alma gemela! —dice
YiZhuo emocionada—. ¡Es increíble!
MinJeong quiere compartir el
entusiasmo de su compañera de habitación porque aquello es algo bueno, pero ya
no va a volver a ver el mundo como lo ha visto siempre y tiene miedo. Sobre
todo, tiene miedo sobre lo que pueda pensar JiMin sobre ella. No es como si las
personas que sufren de aquella condición fueran un secreto, todo el mundo sabía
que existen, pero sabe de muchas que, a pesar de encontrar a su persona
destinada han seguido viendo en escala de grises debido a que dicha persona no
quiso tener nada que ver con ellas. MinJeong nunca ha tenido expectativas, pero
ahora que ha encontrado a JiMin, no puede evitar sentir un poco de ilusión y
mucho miedo porque su vida ya no va a ser la misma de ahora en adelante.
~
—¿Estás
bien? —le pregunta JiMin.
MinJeong asiente lentamente, sin
saber qué más puede decir porque no se esperaba encontrarse con la chica ese
mismo lunes, después de pasarse todo el fin de semana con Google —y en
ocasiones YiZhuo— estudiando los nombres de los nuevos colores que comenzaba a
ver. Apenas ha tocado el teléfono y solo respondió escuetamente a la misma
pregunta que JiMin le acaba de hacer por el chat del grupo cuando ésta le
preguntó. En esos días no ha pensado en qué puede decir, en cómo puede expresar
todo aquello que debe comentarle a JiMin porque lo que ha pasado es algo que la
incumbe, porque por primera vez estaba viendo en color, aunque cada día de
forma más difuminada debido a la lejanía de JiMin y ha estado mucho más
entretenida en saber todo lo que antes no se había molestado en aprender porque
nunca le había hecho falta.
—YiZhuo me ha puesto un poco al día
de la situación —comenta JiMin, sorprendiéndola porque no se esperaba aquello.
—¿Sí? —no puede evitar preguntar.
—¡Sí! Me contó que estuvo ayudándote
a aprender los colores —responde—. Y después de lo que pasó, no me tuvo que
contar mucho más para que sumara dos más dos —sigue, dedicándole una sonrisa
encantadora que provoca que el corazón de MinJeong se saltase un latido.
—¿Sabes… lo que significa…? —pregunta,
con algo de miedo—. Quiero decir… para las personas como yo… esto es algo…
importante…
No sabe cuál puede ser la reacción a
aquello, pero tiene que hacerlo. Nunca ha tenido esperanzas en encontrar a la
persona que la haría ver los colores como los veían el resto de personas del
mundo, pero ahora que la tiene frente a ella, no le gustaría tener que dejarla
escapar, menos cuando desde el momento en el que conoció a JiMin ha sentido
algo especial, algo que no ha sentido nunca antes con nadie.
—¿Qué
soy tu alma gemela? —pregunta JiMin, provocando que casi se atragante con su
propia saliva—. Después de que YiZhuo me comentara lo que había pasado me puse
a investigar un poco.
MinJeong la observa con
detenimiento. No parece estar molesta por aquello, ni molesta, ni asustada, ni
nada parecido, solo parece que tenga curiosidad por todo aquello y algo más
debajo de aquello que no logra identificar.
—¿Cómo ves los colores ahora mismo? —le
pregunta la mayor cuando MinJeong va a abrir la boca para hacerle otra
pregunta.
MinJeong cierra su boca y mira
fijamente a la chica que tiene ante ella. Ahora puede ver que el color de su
pelo es morado oscuro, que su piel tiene un tono cremoso y la ropa que lleva se
compone de unos vaqueros de color azul claro, unos botines de piel marrones y
un jersey de color menta. Sabe que esos son los colores porque los ha estudiado
en esos días con YiZhuo, está segura de que son esos aunque no los vea
exactamente como son debido a que su cerebro aún no se ha acostumbrado a ver en
color.
—¿Difusos? —contesta—. Mezclados un
poco con gris, pero más o menos puedo distinguirlos bien… mejor ahora que estoy
contigo, en los últimos días se habían mezclado mucho más con el gris y apenas
los podía distinguir de lo que siempre ha sido mi paleta de color.
—Entonces, para verlos bien… ¿me
necesitas a tu lado? —cuestiona JiMin y ella asiente—. Entonces no me voy a
separar de ti.
~
Cuando JiMin le dijo que
no se iba a separar de ella, MinJeong pensó que no lo podía estar diciendo en
serio… pero lo decía muy en serio. Durante el siguiente mes, JiMin no se ha
separado de ella más que lo estrictamente necesario, cuando cada una tiene sus
clases en la facultad o cuando tienen que volver a sus respectivas residencias
a dormir —incluso, a veces, JiMin se queda a dormir con
YiZhuo y con ella—; el resto del tiempo, mientras ambas trabajan en sus
proyectos de la facultad o cuando tienen tiempo libre, lo pasan siempre juntas.
A veces simplemente disfrutan de la compañía de la otra, otras veces JiMin
aprovecha para ayudarla a diferenciar los colores, colores que cada día ve de
forma mucho mas clara y que ya no están tan mezclados con la escala de grises
como al principio. MinJeong nunca pensó que aquello pudiera ser posible para
ella, por lo que no puede evitar sentirse como si estuviera en una especie de
nube cuando está con JiMin. Cada día que pasa, se siente mucho mejor con ella a
su alrededor, su corazón late mucho más fuerte cuando está con ella y hay
momentos en los que no quiere separarse de la mayor.
Su vida ha dado un giro de 180º en
muy poco tiempo y casi no acaba de creerlo… pero JiMin se está convirtiendo en
una persona muy importante en su vida que le recuerda una y otra vez que el
cambio está sucediendo, que lo está provocando ella y que, además, parece feliz
por ello.
~
—¿Entonces
crees que para la semana que viene estará listo?
Aquello es lo que le pregunta YiZhuo
a Aeri cuando las cuatro se han juntado para comer aquel día en la facultad,
como casi cada día desde hace ya un tiempo. MinJeong no sabe de qué es de lo
que están hablando, porque las tres comparten una asignatura en su grado y ella
no tiene ni idea de cuáles son los proyectos ni los trabajos que tienen que
hacer. A veces YiZhuo o JiMin le cuentan cosas, pero no sabe nada de cuál es el
proyecto que están haciendo las tres, y la verdad es que tiene curiosidad.
—Sí…
yo diría que deberíamos tenerlo listo para la semana que viene —responde Aeri—.
No queda mucho.
—Habría que hacer una pequeña prueba
para ver si la gente reacciona de la manera en la que pensamos que deberían
hacerlo —comenta JiMin—, porque puede que nos parezca a nosotras una maravilla
porque hemos trabajado mucho en ella, pero al final no sea para tanto.
—Tienes razón —comenta YiZhuo—. ¿A
quién podríamos decírselo?
La mesa cae en un repentino silencio
y MinJeong que, aunque está pendiente de la conversación, está más centrada en
comerse su sopa, no se da cuenta de que todas las miradas se han dirigido a
ella hasta que no levanta la cabeza del plato unos momentos después.
—¿Qué? —pregunta.
—Si te invito a ser la primera en
ver nuestro proyecto… ¿vendrías? —dice JiMin—. Es una pasada y sé que te va a
encantar.
—Claro, sin problema —responde,
feliz porque por fin va a ver de qué se trata aquel famoso trabajo en grupo que
las tres chicas llevan un tiempo preparando.
~
Ese mismo fin de semana,
MinJeong se arregla para ir al lugar que JiMin le ha mandado. Está emocionada
porque solo van a estar ellas dos y lo siente como si aquello fuera una cita,
en lugar de una especie de prueba que quieren hacer para ver si su trabajo
provoca las reacciones en la gente que buscaban al hacerlo. Cuando llega al
lugar, se da cuenta de que es una especie de pequeño almacén en desuso que hay
en el campus, pero por dentro tiene que estar decorado de alguna forma o tienen
que haber hecho alguna exposición porque las tres estudian medios visuales.
—¿Has
tenido algún problema en encontrarlo? —le pregunta JiMin y ella niega con la
cabeza.
—Me he equivocado de camino un par
de veces, pero nada grave —responde. Aquel sitio está un poco recóndito, pero
tampoco lo demasiado.
—Me alegra —dice JiMin con una
sonrisa encantadora—. Voy a tener que taparte los ojos porque al entrar tengo
que hacer un par de cosas y no quiero que veas absolutamente nada.
—Vale, sin problema.
La sonrisa que JiMin le dedica se
hace mucho más amplia y después saca del bolsillo de su chaqueta una tela oscura
con la que vendarle los ojos. MinJeong los cierra para que le sea menos incómodo
y espera pacientemente a que la mayor le coloque la venda. Todo se vuelve mucho
más oscuro cuando tiene el trozo de tela sobre sus ojos y se siente un poco
nerviosa ahora que no ve y tiene que depender de ella para poder moverse. No
obstante, con JiMin todo parece fácil, porque la chica la coge de la mano y
comienza a andar despacito con ella y con mucho cuidado, adentrándose en el
almacén.
—Tengo que dejarte aquí unos
momentos, no te muevas —le dice, soltándole la mano—. Y no te quites la venda.
MinJeong asiente. Tiene mucha curiosidad,
pero no va a desobedecer las instrucciones de JiMin y espera a que ésta vuelva
a su lado de un momento a otro. Cuando un rato después siente las manos de la
mayor contra su cuello, da un pequeño salto porque no se lo espera, pero un
segundo después se relaja y simplemente sonríe. Mientas la venda va cayendo,
MinJeong nota desde detrás de sus párpados cerrados inmediatamente cómo en el
lugar que está debe de haber mucha luz y mucho color porque se filtra un poco,
pero cuando abre los ojos, no se espera ver aquel espectáculo de luces de
colores danzantes que la envuelve. Nunca ha visto tantos colores juntos, en
tantas y tan diversas formas, reflejándose en las paredes y el suelo, que eran
de color blanco.
—Increíble —no puede evitar decir.
—¿Te gusta? —le pregunta JiMin.
—Es mágico.
Después de aquello, no vuelven a
hablar en un rato. MinJeong se dedica a pasear para disfrutar de los colores
que se reflejan en el lugar, nombrándolos en su cabeza. Rojo, morado, cian,
magenta, rosa, verde marino, zafiro, crema, menta, salmón, ámbar, lima. Nunca se
ha sentido tan viva y tan feliz. Hace tiempo que solo si se aleja durante mucho
tiempo de JiMin es cuando los colores comienzan a difuminarse y en aquellos
momentos son más vívidos que nunca porque la tiene al lado… y no le gustaría
perder aquello por nada del mundo. Casi sin darse cuenta, comienza a llorar,
alertando a JiMin, que se encuentra a su lado y que lleva observando sus
reacciones desde el primer momento.
—¿Qué sucede? —le pregunta,
acercándose a ella.
—No es nada… —murmura MinJeong,
secándose las lágrimas con las mangas de la camiseta que lleva—. Es solo… esto
es lo más bonito que ha hecho nadie por mí nunca.
JiMin sonríe y la sonrisa
se replica en el rostro de MinJeong un segundo antes de que la mayor salve la escasa
distancia que queda entre ellas y dejar un corto beso sobre sus labios.
MinJeong se sorprende porque no se esperaba que aquello sucediera y da un
pequeño salto hacia atrás mirando fijamente a JiMin, sin poder creerse que se
acaban de besar.
—No
he podido contenerme —comenta JiMin—, pero ya que lo he hecho, me gustaría
hacerte una pregunta… ¿quieres salir conmigo?
—Sí —responde MinJeong
inmediatamente, sin pensarlo siquiera, provocando que la mayor le dedique la
sonrisa más encantadora del mundo.
~
MinJeong todavía recuerda
cuando el mundo a su alrededor era en escala de grises, no ha pasado mucho
tiempo desde que ha comenzado a ver en color gracias a tener en su vida a JiMin
como para haberlo olvidado, pero le resulta como un sueño muy cercano y lejano
a la vez. Su vida ha cambiado bastante y a la vez no ha cambiado mucho. Es extraño
porque hay veces en las que todavía se sorprende cuando ve los colores cambiar
a su alrededor, a pesar de que cada día los ve con mucha más nitidez y tiene
que pasar muchísimo más tiempo alejada de JiMin para que éstos comiencen a volverse
más difuminados y grisáceos. La mayor no se separa de ella el suficiente tiempo
como para que aquello pase, así que, la mayor parte del tiempo, ve el mundo más
o menos cómo lo ven el resto de personas y, aunque antes de conocer a JiMin
pensara que su situación era muy injusta, ahora se alegra un montón de haber
conocido a la chica y que ésta esté a su lado, queriéndola de la misma forma
que MinJeong la quiere a ella.
Notas finales:
—Sí. El trabajo que
han hecho Giselle, Karina y NingNing en el almacén está básicamente sacado de
la exposición que van a ver los protas de Color Rush porque me pareció todo
precioso y tenía que añadirlo sí o sí.
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