domingo, 29 de mayo de 2022

[One Shot] IGNITE {JungRie}

Título: IGNITE

Autora: Riz Aino

Pareja: RieJung (Rie + Yoojung) (OnlyOneOf)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, smut, pwp

Número de palabras: 3.492 palabras

Resumen: es el cumpleaños de Taeyeob y Sungho le propone hacer lo que sea por él… Taeyeob arde en deseos por hacer demasiadas cosas con él.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas.

Notas: historia escrita para celebrar el cumpleaños de Yoojung.

Comentario de autora: sé que los ships de OOO son como muy inamovibles desde libidO, pero viva la variedad, viva el amor libre y viva yo escribiendo lo que me sale de lo más profundo del papo. Espero que os guste.

 


 

            —¡Feliz cumpleaños! —le gritó Wookjin en la oreja, provocando que el cumpleañero se sobresaltase y casi le diera al chico la paliza de su vida por el susto que le acababa de dar.

            —No me grites, Jung Wookjin —replicó—. Además de llegar tarde a la fiesta, ¿quieres dejarme sordo? —el menor replicó a aquello con una sonrisa burlona que provocó que Taeyeob esa vez sí que le diera un par de golpes—. Encima vendrás con las manos vacías.

            —En eso te equivocas.

 

            Wookjin le dedicó una sonrisa pícara a un muy confuso Taeyeob y le señaló después con la mano un punto en el pequeño local lleno de gente que habían alquilado para su fiesta de cumpleaños. Al principio Taeyeob no entendía qué era lo que quería que viera, pero tras entrecerrar un poco sus ojos y fijarse bien en el lugar que el dedo de Wookjin indicaba, no pudo hacer otra cosa más que abrir los ojos como platos, su boca también abriéndose de par en par, casi desencajándose. No podía creerse qué era lo que estaba viendo, a quién era al que estaba viendo allí, en su fiesta de cumpleaños y, sobre todo, la forma en la que éste se había presentado allí… porque allí, en un rincón, hablando con uno de sus amigos animadamente, se encontraba Lee Sungho, el único e inimitable Lee Sungho, uno de sus sunbaes con el que Taeyeob solo había cruzado un par de palabras porque era alguien bastante inaccesible, siempre ocupado con alguna de las miles de tareas que tenía para la universidad, vestido con una ropa que escandalizaría a cualquiera en la facultad porque el mayor siempre se había caracterizado por tener una forma de vestir bastante casual, basada en jerseys o camisas, dependiendo de la época del año —y obviamente no con pantalones de cuero ajustados que se pegaban a sus torneadas piernas como una segunda piel y una camisa casi del todo transparente sujeta solo por un par de botones al fondo de su estómago— y con un color de pelo entre naranja y rosa que contrastaba terriblemente con el negro riguroso que siempre había sido su tono.

 

            —Creo que voy a ir a pedirle a algún empleado un cubo para ponértelo entre las piernas o vas a hacer que alguien se resbale con toda esa baba —dijo Wookjin, sacando a Taeyeob totalmente de su ensimismamiento—. De nada, por cierto, me alegra que te guste mi regalo.

 

            Taeyeob abrió y cerró la boca varias veces y además se pasó la mano por ella para ver si de verdad había estado babeando, cosa que comprobó que era más falsa que un billete de 20000 wones, para después mirar al chico que tenía a su lado, con una mezcla de sentimientos. Estaba cabreado porque se estuviera burlando de él, pero también asombrado porque hubiera sido capaz de llevar a su fiesta de cumpleaños a Sungho y también levemente agradecido por ello. Taeyeob no lo había admitido nunca realmente, que estuviera enchochado con Sungho desde el primer momento en el que había visto al mayor, sus ojos brillando detrás de sus enormes y redondas gafas, su pelo rizado revuelto y nadando dentro de un jersey de rayas que era al menos tres tallas más grande que él, al menos no lo había admitido oficialmente, pero suponía que Wookjin sabía leerlo como un libro abierto y se había dado cuenta de ello sin que el tuviera que decir nada al respecto.

 

            —¿Cómo? —fue lo único que pudo preguntar al final.

            —Mmm… ya sabes, uno tiene contactos —dijo Wookjin encogiéndose de hombros, pero añadió al ver cómo el ceño de Taeyeob se fruncía—: lo escuché hablando con uno de sus amigos sobre que quería un cambio de look el otro día y le dije que conocía a un peluquero increíble y que mi novio era un tío con mucha clase y le podía hacer un cambio radical.

            —Eso no explica cómo has conseguido que esté aquí —replicó él.

            —No me has dejado terminar, hyung —contestó el chico, chasqueando su lengua—. Esto de cumplir años te ha venido fatal… ¿te has vuelto más impaciente porque estás un año más cerca de tu muerte? —Taeyeob no tuvo que decir nada aquella vez, solo lo miró mal y Wookjin continuó—. Me preguntó qué podía hacer por mí en agradecimiento y le dije que podría venir conmigo a una fiesta de cumpleaños, que era de uno de sus hoobaes y aceptó.

            —¿Así sin más?

            —Así sin más —contestó el chico—. Y ahora acércate a él y aprovéchate que está hablando con Junhyung para presentarte ante él en toda tu gloria y tirártelo en el baño.

            —Jung Wookjin, eres un g…

 

            Taeyeob no pudo decir nada más porque el chico comenzó a darle algunos empujones por la espalda para que echara a andar hacia Sungho y en realidad el chico no sabía siquiera cómo iba a acabar aquella palabra, si lo iba a llamar gilipollas o genio, por lo que casi fue mejor que no dijera absolutamente nada y se dejara arrastrar a empujones unos momentos hasta que prácticamente estuvo delante de Junhyung y de Sungho. En ese momento, tan cerca de él, no pudo evitar sentirse casi mareado porque se había empezado a sentir caliente y necesitado desde el mismo instante en el que había visto a Sungho de aquella forma, pero de cerca era todavía muchísimo mejor la visión del chico, porque se había maquillado un poco y todo su cuerpo en aquella ropa tan increíble lo hacían brillar con luz propia, mucho más de lo que brillaba Taeyeob mismo, que era el cumpleañero y aquel era su día. Realmente, tal y como Wookjin le había dicho, lo único que quería en aquellos momentos era follárselo en el baño por lo caliente que se había puesto, pero Taeyeob trató de aparentar ser una persona normal cuando terminó de acercarse a Junhyung y a él.

 

            —Oh… el cumpleañero —lo saludó Junhyung al verlo—. ¿Dónde estabas, hyung? Que no te había visto.

            —Por ahí, hablando con la gente —respondió, encogiéndose de hombros.

            —¿Es tu fiesta de cumpleaños, Taeyeob? —le preguntó Sungho y él asintió, sabiendo que quizás necesitaba algunas copas más para poder se capaz de hablar con él decentemente—. ¡Feliz cumpleaños! —felicitó—. No te he traído ningún regalo porque me ha pillado todo un poco de sopetón, pero prometo que si antes de que acabe la noche se te ocurre algo que te pueda regalar, lo haré por ti, lo que sea.

            —No… hace falta… —murmuró, pero Sungho insistió y al final tuvo que asentir—. Pensaré en algo —le prometió, provocando que en el rostro del otro apareciera una sonrisa encantadora que hizo que Taeyeob se sintiera mareado.

 

            Pensaría qué era lo que quería, lo pensaría muy bien y después de tomarse al menos siete copas más aprovechando la barra libre, le diría qué era lo que quería que hiciera por él.

 

            Hablaron un poco más los tres, de todo y de nada, y Taeyeob no supo si se alegró o no cuando Yongsoo fue a por él para que, según sus palabras, “dejara de estar amargado hablando en una esquina y se divirtiera un poco con todos los demás, porque para eso era su cumpleaños”. Por una parte se alegró porque estaba quizás demasiado nervioso como para estar junto a Sungho, pero por otra quiso asesinar lentamente a Yongsoo por separarlo de él; no obstante, Taeyeob usó aquellos momentos para beber un poco más y desinhibirse algo bailando, para tratar de serenarse y no dejar que el calentón que acababa de tener por ver a Sungho de aquella forma en su fiesta lo dominara por completo, porque el chico sentía cómo el fuego que se había encendido en el momento en el que lo había visto, no había parado de crecer con su breve intercambio de palabras y en aquellos momentos se sentía demasiado caliente y necesitado y aquello no era bueno si no quería que al final lo que Wookjin había dicho se hiciera realidad… porque no era que no quisiera tirárselo en el baño de aquel local, es que le parecía que no era el mejor lugar para hacerlo, pero ojalá pudiera tirarse a Sungho allí y ojalá pudiera decirle al mayor que lo único que quería que hiciera por él era que se abriera de piernas para él.

 

            Taeyeob bebió un poco más mientras iba de un lado a otro de la sala, donde sus amigos y conocidos lo iban felicitando, brindando por él y pasándoselo increíblemente bien, aunque el chico no pudo dejar de pensar en Sungho y no pudo tampoco dejar de buscarlo por el rabillo del ojo, sabiendo casi en todo momento dónde estaba, no pudo dejar de observarlo, hablando con algunos de los asistentes a la fiesta, riéndose, pasando un buen rato, encontrándose a veces sus miradas a través del local. En aquellas ocasiones, Taeyeob tendía a apartar su mirada rápido, como si realmente no hubiera estado mirando en su dirección y hubiera sido atrapado en ello, pero notaba la mirada de Sungho sobre él durante algunos momentos más, sintiendo calor por ella a pesar de que sabía que el mayor realmente no lo estaba escaneando ni comiéndoselo con la mirada como hacía él mismo con él… no obstante, no podía quitarse la sensación de que Sungho sí que lo escaneaba y se lo comía con la mirada, o al menos eso le gustaba pensar a pesar de que solo fuera un delirio.

 

            La noche fue avanzando poco a poco entre unas cosas y otras y Taeyeob acabó ante Sungho de nuevo, casi sin esperárselo, después de salir de la pista de baile y pasar un buen rato, riéndose y haciendo el idiota, casi tropezándose con el mayor, que lo sujetó por los hombros para que no cayera al suelo porque el chico estaba bastante inestable después de a saber cuántas copas de alcohol llevaba encima. Taeyeob se dejó sujetar encantado y, además, sintiendo cómo el calor se acumulaba en los lugares en los que las manos fuertes de Sungho lo agarraban, dedicándole una sonrisa al chico que éste correspondió mientras lo guio con cuidado lejos de la pista y de toda la gente que se acumulaba en ella, llevándolo hasta una zona en la que había algunos sofás y sentándolo en uno de ellos, algo que Taeyeob agradeció bastante porque su sentido del equilibrio estaba bastante perjudicado en aquellos momentos.

 

            —Una fiesta divertida —le dijo Sungho, acercándose a su oreja para hacerse escuchar por encima del ruido de la música, que cada vez tenía más volumen—. ¿Has pensado ya qué es lo que quieres de mí como regalo?

 

            Taeyeob quiso asentir, estando de acuerdo en que la fiesta estaba genial, que se lo estaba pasando muy bien, sobre todo desde que éste había llegado a ella, pero claro, aquello no era algo que él pudiera decir tan a la ligera, ni siquiera con todas las copas que llevaba encima. No obstante, a la pregunta que le hizo el mayor, la boca de Taeyeob decidió contestar lo que había estado pensando toda la noche, sin filtro ninguno.

 

            —Llevo toda la noche pensando en que me gustaría follar contigo, sunbae.

 

            Solo tardó un segundo en darse cuenta de lo que acababa de decir y se tapó rápidamente la boca con las manos, escandalizado por lo que había dicho, incrédulo porque su boca hubiera hablado sola antes de que el siquiera le hubiera dado la orden para hecho y hubiera dicho aquello específicamente cuando era lo que menos tenía que haber dicho. Su cerebro comenzó a funcionar a toda velocidad, intentando encontrar una explicación, una razón, una mentira para cubrir lo que acababa de decir, pero antes de que pudiera realmente reaccionar a aquello propiamente, Sungho ya había esbozado una sonrisa encantadora en su rostro que dejó a Taeyeob completamente mesmerizado y sin saber qué hacer o qué decir.

 

            —No creía que fueras a ser tan directo, Taeyeob —le dijo, acercándose de nuevo a su oreja para hablarle—, pero me gusta que seas así de directo porque yo también llevo toda la noche pensando en follar contigo.

 

            Taeyeob abrió los ojos como platos ante aquello porque obviamente no se lo había esperado, no se lo habría esperado ni en un millón de años porque era imposible. ¿Por qué Sungho iba a querer acostarse con él? No obstante, tan borracho como estaba y tan caliente y necesitado como se sentía, Taeyeob no le dedicó ni siquiera unos momentos a pensar en ello. Quería acostarse con Sungho y quería hacerlo ya, lo necesitaba, antes de que aquel fuego que había comenzado a crecer y expandirse por todo su cuerpo terminara por consumirlo. Al final, lo que le había vaticinado Wookjin al principio de la noche iba a acabar haciéndose realidad. Sin decir absolutamente nada más, Taeyeob simplemente se levantó del sofá y agarró la mano de Sungho para tirar de él, llevándolo a través del local con rapidez hasta llegar al pasillo en el que se encontraban los baños y en los que no había especial iluminación, teniendo que sortear a un par de parejas que se estaban dando el lote en el lugar aprovechando la oscuridad y llegando al baño tan solo un par de minutos después. En cuanto llegaron, comprobó que en el lugar no había absolutamente nadie más que ellos y cerró la puerta de entrada con pestillo para que nadie pudiera entrar y molestarlos, girándose hacia Sungho en ese momento, esperando que sus acciones no lo hubieran asustado, pero el mayor tenía un intenso brillo en su mirada que lo único que provocó en Taeyeob fue que el fuego en su interior creciera mucho más y quisiera comérselo allí, enterito, necesitándolo ya.

 

            Sunbae… —jadeó, acercándose a él, pegando sus cuerpos, mirándolo a los ojos.

            —Llámame hyung, Taeyeob —le pidió, llevando sus manos hacia su cintura, dejándolas allí, pegando sus cuerpos aún más.

            Hyung… —murmuró él en respuesta.

 

            Taeyeob no tuvo tiempo para decir nada más porque inmediatamente después, Sungho se alzó levemente, poniéndose de puntillas, para alcanzar sus labios y besarlo con hambre, con deseo, con un fuego ardiente que revolucionó todavía más a Taeyeob. Sus labios eran gruesos, carnosos, contrastando con los labios finos del menor terriblemente, pero creando algo que lo volvía loco, un baile sensual de sus bocas encontrándose y sus lengas enredándose la una con la otra, sus dientes chocando por la precipitación y sus narices estando en medio. Fue un beso intenso, sabroso, caliente, y cuando se separaron para poder coger aire de nuevo, lo único que Taeyeob sintió era que no quería dejar de besar aquellos labios que se movían contra los suyos y encajaban perfectamente, unos labios que eran los mejores que había probado nunca y que no quería dejar de probar… por eso, en cuanto recuperó un poco el aliento, lo primero que hizo fue inclinarse sobre Sungho, agarrando su cuello con sus manos para no dejarlo escapar, y besarlo de nuevo como si no hubiera un mañana, mareándose a los pocos segundos por la falta de aire y la enorme cantidad de alcohol en sangre que llevaba en su lugar. El mayor tuvo que agarrarlo de nuevo con fuerza por las caderas para que no se cayera redondo al suelo y Taeyeob se lo habría agradecido de no ser porque Sungho rápidamente lo llevó contra la pared y lo colocó cara a ésta, sobresaltándolo cuando sintió que sus manos viajaban desde sus caderas por el resto de su cuerpo, su pecho, su estómago, su espalda, por debajo de su ropa, tocando su piel, haciendo que, allí por donde las yemas de sus dedos pasasen, ésta ardiera como el fuego.

 

            —Sé que probablemente no es el mejor lugar —dijo Sungho, dejando un beso contra su nuca—, pero estamos los dos demasiado calientes y lo mejor es no dejarlo más… aunque esto sea solo una preview de lo que queda de noche.

 

            Taeyeob no pudo evitar gemir simplemente por aquello, por los labios de Sungho contra su cuello, por la forma en la que había dicho que aquello no iba a acabar allí y que la noche iba a ser muy larga para ambos. estaba caliente, demasiado caliente y necesitaba liberarse, lo necesitaba ya porque sentía que toda la sangre se le estaba acumulando en su entrepierna y su miembro dolía casi dentro de sus calzoncillos, creciendo y quedándose sin espacio. Como si Sungho hubiera adivinado lo que le pasaba, sus manos se dirigieron hacia su entrepierna y se metieron por la cinturilla de sus vaqueros a la vez que su cuerpo se pegaba a su espalda absolutamente, sin dejar ni un solo hueco ente ambos, agarrando su miembro dentro de sus calzoncillos en el mismo instante en el que su miembro duro rozaba contra el trasero de Taeyeob y lo hacía ver las estrellas por la doble estimulación. El chico no pudo evitar que otro gemido bajo se escapara de sus labios y, por primera vez en aquella noche, lo único en lo que pudo pensar era en Sungho penetrándolo hasta llenarlo por completo, moviéndose dentro y fuera de su cuerpo, alcanzando su próstata y haciéndolo tambalearse del placer, en lugar de imaginarse a él mismo penetrando al mayor. Se sentía tan necesitado y tan caliente que solo quería que Sungho aplacara todo aquel calor de aquella forma. Y Sungho lo comenzó a tocar, envolviendo su erección con su mano, rozando su trasero contra su entrepierna una y otra vez.

 

            Hyung… —no pudo evitar jadear Taeyeob cuando el dedo pulgar de Sungho rozó la sensible punta de su erección, haciéndolo temblar de placer.

            —Taeyeob… —jadeó el mayor contra su oreja—. Dime que tienes lubricante y condones… por favor…

            —No… no tengo… —respondió, mordiéndose el labio inferior al sentir el miembro aún más duro de Sungho contra su trasero—. No pensaba pasar la noche… acostándome con alguien… —jadeó.

            —Maldita sea… —murmuró por lo bajo Sungho.

 

            Taeyeob se maldijo a sí mismo por no haber pensado en la posibilidad de que quizás pudiera aparecer alguien en su cumpleaños con quien pudiera tener sexo, pero como solo había invitado a sus amigos y a sus compañeros de clase, no había pensado en ello porque de primeras no se iba a acostar con ninguno de ellos… pero Wookjin le había llevado por sorpresa a Sungho y Taeyeob no había parado de pensar en sexo y en aquellos momentos, tan duro como estaba y tan sensible, no podía parar y no quería que Sungho parase, pero si ninguno de los dos tenía ni lubricante ni condones no podrían hacerlo allí. Su tren de pensamientos fue interrumpido en ese mismo instante por el mayor desabrochándole los pantalones y bajándole los calzoncillos, de la misma forma que él mismo se bajó sus pantalones y calzoncillos, pegando de nuevo su miembro a su trasero, tanteando con su glande su ano, pero simplemente rozándolo, sin adentrarse en él, haciendo a Taeyeob suspirar.

 

            —Joder… —lo escuchó murmurar tras él—. Tengo unas ganas inmensas de entrar en ti, pero voy a tener que esperar un poco más —el mayor entonces guio su miembro entre sus piernas, pegándose aún más a su cuerpo, algo que parecía casi imposible, pero que consiguió, rozándolo contra la cara interna de sus muslos y sus testículos—. Aprieta bien tus piernas Taeyeob… porque no creo que ninguno aguantemos un viaje a nuestras casas para esto.

 

            Y Taeyeob se mordió el labio inferior con fuerza antes de hacer lo que Sungho le había pedido, cerrando sus piernas a pesar de que éstas naturalmente se abrían debido al placer que estaba experimentando en aquellos momentos, con el mayor tras él, rozándose contra éstas, tocando su miembro y llevándolos a ambos al orgasmo en tan solo unos pocos minutos, descargando ambos su semen contra la pared de azulejos del baño, manchándola, mientras trataban de recuperar la respiración y Taeyeob la cordura un poco también… y aquello solo acababa de empezar… aquello había sido simplemente el preludio a una noche que esperaba que jamás acabase, una noche en la que deseaba que el fuego que seguía ardiendo en su interior los consumiera a ambos una y otra vez hasta que se quedaran completamente satisfechos.

 

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