lunes, 10 de diciembre de 2012

EXO


Capítulo 6
Light



   Escuché abrirse la puerta de la entrada y salí para ver quien era, porque supuestamente, mis dos compañeros de piso no regresarían hasta varias horas más tarde. Me sorprendí muchísimo al verlos allí a los dos, pero lo que más me sorprendió fue que Tao estaba cargando a Kevin sobre un hombro ya que este parecía no poder moverse.

   -Por Dios, ¿pero qué ha pasado?- salí rápidamente hacia ellos y me pasé el otro brazo de Kevin por los hombros para ayudar a sujetarlo, aunque no tenía mucha fuerza, podía ayudar.
   -No te incumbe- contestó Kevin, su voz parecía otra, cansada y no con el tono fuerte de siempre.

   Ignoré su comentario y sólo me dediqué a guiarlo a su habitación junto con Tao. Entramos y los soltamos sobre la cama. Toqué su frente con el dorso de mi mano y la aparté rápidamente al notar cómo ardía. Miré a Tao y comencé con las órdenes.

   -Trae un cubo con agua fría y una compresa para poder ponérsela en la frente y bajar la fiebre- el chico asintió y salió de allí- estás ardiendo…- murmuré, pero Kevin no me miraba, no me escuchaba, parecía no estar allí en esos momentos- iré a por una toalla para quitarte el sudor antes de que llegue Tao.

   Salí de la habitación y fui al baño para coger la primera toalla que encontré, que resultó ser mía, pero no me importaba, sólo quería que se pusiera bien. Volví a la habitación y me encontré a Kevin respirando muy fuerte y muy rápido, cómo si acabara de hacer un esfuerzo sobrehumano. Me acerqué a él y comencé a secarle es sudor delicadamente. Lo mejor sería quitarle esa ropa, bañarlo y ponerle algo seco, pero no me dejaría tocarlo más de lo que ya estaba dejándome, aun con todo lo que estaba pasándole, seguía teniendo más fuerza que yo.

   Tao llegó con el agua y la compresa poco después y comencé a enfriarle un poco la frente. Lo mandé a por un par de mantas que había en mi habitación, y también por unas pastillas para bajar la fiebre que estaban en la cocina.

   -Menos mal que estás estudiando Medicina y sabes qué hacer, YiXing- murmuró Tao al regresar- gracias, sinceramente no sabía qué hacer.
   -No me lo agradezcas- dije- no hace falta.
   -¿Necesitas algo más?- me preguntó.
   -Si hicieras una sopa calentita no vendría nada mal- contesté.
   -Haré la cena para los tres- dijo y salió de la habitación, dejándome cuidar a Kevin.
   -¿Qué es lo que te ha pasado, Kevin?- murmuré más para mi mismo que para el chico que estaba tumbado en la cama.

-oooOOOooo-

   Tenía el cuerpo de BaekHyun debajo de mí, gimiendo, gritando que se la metiera más fuerte y más rápido. Su cuerpo estaba perlado de sudor, su rostro tenía una expresión de placer impresionante. Todo aquello era precioso. Todo él era hermoso. Seguí embistiendo, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, hasta que él se arqueó debajo de mí y me soltó todo su semen, pero yo aún no me corría, seguía embistiendo y nada pasaba. Él ya temblaba y me miraba extasiado. Alzó una mano hacia mi rostro y me acarició. Cerré los ojos ante su contacto.

   -No pasa nada sino te corres- murmuró.

   Abrí mis ojos y me encontré con BaekHyun profundamente dormido entre mis brazos. Me quedé en shock durante unos momentos. ¿Qué coño me estaba pasando? ¿Ahora tenía poderes raros y también sueños húmedos con mi mejor amigo? A lo mejor BaekHyun tenía razón cuando me decía que me tenían que internar en un manicomio.

   Me quedé todavía peor cuando noté una tirantez y un calor enorme en mis partes bajas. Encima de tener un sueño húmedo, me empalmaba. Alejé a BaekHyun de mis brazos y me levanté de la cama sin hacer ruido y dirigirme al baño a bajar aquello.

-oooOOOooo-

   Abrí mis ojos aturdido por la luz del sol que se filtraba por la ventana. Todavía medio dormido, me incorporé un poco y divisé una cabeza castaña apoyada sobre mi cama. No podía ser nadie más que YiXing, dormido profundamente. Lo que no entendía era qué hacía allí.

   De repente, la puerta se abrió y Tao apareció por ella. Sonrió felizmente al verme y se acercó a la cama intentando no hacer mucho ruido para no despertar al otro inquilino.

   -Al final se quedó dormido aquí- murmuró él.
   -¿Por qué?- pregunté.
   -Estaba muy preocupado por ti anoche, y te estuvo cuidando- me dijo Tao- y ha surtido efecto, porque ya estás completamente recuperado.
   -No digas tonterías, Tao, ya sabes que yo me recupero con nada.
   -Ya, pero sin sus cuidados hubieras necesitado dos días en cama, y no podemos perder tiempo en nuestra búsqueda.
   -Shhh- lo callé al notar cómo YiXing se movía un poco, despertando.
   -Me voy a la Facultad- dijo Tao retirándose.
   -Espérame un poco…
   -Descansa, o ese te pegará una paliza por moverte sin su permiso- y salió.

   Vi cómo YiXing abría sus ojos lentamente y miraba a su alrededor desubicado hasta que me descubrió a mí, entonces sonrió y se abalanzó sobre mí para abrazarme.

   -Me alegro tanto de que estés bien- dijo- anoche me preocupaste mucho.
   -Sí, sí, gracias- dije casi con un nudo, no estaba muy acostumbrado a decir aquellas palabras.
   -Prepararé el desayuno- se levantó y se alejó de mí- date una ducha con agua caliente mientras lo hago y después ni se te ocurra salir de la cama a no ser que yo te de permiso- alcé una ceja incrédulo ante lo que escuchaba- Tao me dijo que si no me hacías caso lo llamara y que te castigaría por tratarme mal- abrí mucho mis ojos- no sé que podáis teneros, pero si eso hace que no me desobedezcas, me da lo mismo- y salió de la habitación.

   Me quedé un poco pillado y no fue hasta después de unos momentos que pude pensar con claridad. Tao pensaba utilizar el poder que ejercía sobre mí para que le hiciera caso a YiXing y me recuperara. Sonreí. Ése chico era una caja de sorpresas.

-oooOOOooo-

   No pude dormir mucho después del problemilla que tuve a mitad de la noche. Sentía que si me volvía a dormir soñaría otra vez con BaekHyun gimiendo debajo de mí, y eso no podía ser bueno, por lo que cuando éste despertó, yo ya llevaba horas con los ojos abiertos, observando cómo al dormir tenía el rostro de un ángel.

   -¿Qué miras?- me preguntó.
   -A ti, no hay nadie más a quien pueda mirar aquí.
   -¿Por qué no me has despertado?- me dijo restregándose un ojo para poder despertar completamente.
   -Acabo de despertar yo también- vaya trola que le había metido, pero no le iba a decir que llevaba horas observándolo dormir. Menos mal que estaba medio dormido, sino, seguro que ya habría notado que le estaba mintiendo.
   -Vamos- se incorporó en la cama- llegaremos tarde.

   El resto del día fue muy normal. De hecho parecía cómo sino hubiera cambiado nada en mi vida, realmente. Pero todo había cambiado, ya nada era como antes. Ahora tenía una especie de poder que me hacía quemar cosas. Ahora había carbonizado a un chico para salvar a mi amigo. Ahora, ahora no sabía lo que le pasaba a mi cuerpo.

   Por la tarde, nada más terminar el almuerzo, hoy en el Burger, me fui a mi casa sin BaekHyun. Fue él el que lo propuso, ya que quería buscar más información en cualquier lado y no me quería allí pululando para que le estorbara en su trabajo. Lo comprendía, lo comprendía bastante bien, ni siquiera sabía cómo podía llevar tantos años aguantándome sin haberle explotado el cerebro.

-oooOOOooo-

   Estaba en mi habitación en la Residencia. ChanYeol se había ido ya hacía varias horas a casa. Le había pedido yo que lo hiciera. Si lo tenía allí no podría concentrarme en la búsqueda que estaba haciendo.

   En una página de Internet había encontrado unas cosas muy pero que muy interesantes. Hablaban de experimentos de los Gobiernos con personas para probar cómo hacer armas que parecieran inofensivas, pero muy destructivas. Eso encajaba perfectamente con ChanYeol, él era una persona inofensiva, pero si le añadías los poderes…

   La verdad, me estaba volviendo loco con las teorías extrañas de conspiraciones, pero era lo único de todo que más o menos tenía sentido. Las otras teorías eran que era superhéroe o extraterrestre, así que lo del experimento era lo más lógico de todo.

   Me estiré como un gato y me removí en la silla del escritorio. Ya llevaba muchas horas allí sentado y me dolía todo el cuerpo horrores. Era bastante tarde y casi sin darme cuenta, me quedé dormido en la silla.

-oooOOOooo-

   Me estaba matando a estudiar, los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y ya era bastante tarde, así que tuve que encender la luz para poder ver algo. Ese día no había sido nada productivo, me lo había pasado cuidando de Kevin, que increíblemente, me hizo caso en casi todo lo que yo le dije, y ya estaba perfectamente bien, por lo que a mitad de la tarde me mandó a la mierda y tuve que salir de su habitación.

   De repente, la luz se fue y di un pequeño grito al sobresaltarme. Todo estaba muy oscuro. Cogí mi móvil y encendí la pantalla para tener algo de luz, me asomé a la ventana y pude ver cómo poco a poco las luces del barrio se iban apagando poco a poco y con ellas, se iba extinguiendo la luminosidad de Seúl.

   Con la luz del móvil como único punto brillante, salí de mi cuarto y me encaminé a la cocina, donde supuestamente el dueño nos había dejado unas linternas. Busqué por todas partes pero no encontré nada, nada. Entonces fui a por las cerillas, y fue cuando recordé que se nos habían acabado.

   Suspiré, y no me quedó más opción que ir al cuarto de Kevin por si él tuviera algo que pudiera dar luz y no estar a oscuras todo el rato. Llamé a su puerta y cuando me hizo pasar, vi que en su escritorio había una vela que daba un poco de luz y algunas por allí, sin encender.

   -¿De dónde has sacado las velas?- pregunté.
   -Del armario del pasillo- contestó secamente- ¿has encontrado tú algo más?- negué con la cabeza- ¿no hay  nada?
   -No, he buscado por todos lados, pero no hay nada- dije.
   -Coge unas cuantas, pero deja para Tao.
   -Ok- cogí dos velas- ¿me das el mechero con el que las has encendido?- pregunté y él me miró sin comprender- ¿con algo habrás encendido la vela no?
   -Sí, sí, sí- reaccionó- lo siento, el mechero se quedó sin gas, pero- agarró mi mano, tomó una de las velas y la acercó a la que tenía encendida hasta que la mecha ardió- ya está.
   -Gracias- dije, y cogiendo la vela encendida que me tendía, me fui a mi cuarto con cuidado para no quemar nada.

-oooOOOooo-

   Me desperté en casi total oscuridad. Casi, porque había algún punto de luz en la habitación de la Residencia. Medio dormido cómo estaba todavía no conseguía ubicarlo. Me refregué los ojos con mis manos para poder ver mejor, y entonces lo vi. Era todo mi cuerpo lo que estaba brillando.



sábado, 8 de diciembre de 2012

Be Ma Girl

Be Ma Girl


   Hace un par de meses, mi vida cambió de un modo radical. Antes de ese día, yo era una chica normal y corriente de instituto, después de ese día, me convertí en una chica normal y corriente de instituto con un novio universitario pervertido y amigo de mi hermano. ¿Qué cómo pasó eso? Es lo que os voy a contar.

   -¡Valeria!- llamaba mi madre desde la planta de debajo de la casa- ¡Valeria! ¡Valeria!- al final apareció en la puerta de mi habitación y me volvió a gritar- ¡Valeria!
   -¿Qué?- pregunté ya harta y antes de que me desgastara mi nombre de tanto llamarme.
   -Tengo que ir al trabajo y ya llego tarde- dijo.
   -¿Y qué haces aun aquí entonces?
   -Tu hermano me ha llamado y ha dicho que necesitaba unas cosas para la Universidad antes de que acabara la clase, y yo no puedo llevárselas, así que…- la corté antes de que pudiera seguir, ya sabía lo que quería que hiciera.
   -Don’t worry, be happy- le dije. Me acerqué a ella y tomé la carpeta que me tendía- ahora voy a llevárselo.
   -Gracias, hija- se despidió de mí y bajó corriendo las escaleras.

   Yo que pensaba que iba a utilizar mi día de fiesta en el instituto para hacer el vago, y ahora tenía que llevarle las cosas al olvidadizo de mi hermano. Dejé la carpeta sobre la cama y comencé a arreglarme. Diez minutos después, ya estaba montada en el autobús que me llevaría a la Universidad en la que estudiaba mi hermano mayor. Bajé del autobús y me acerqué a la secretaría a preguntar dónde podía estar mi hermano y que me indicara la clase. Vagué por los pasillos hasta dar con el aula y cuando tocó el timbre, mi hermano salió por la puerta como alma que lleva el diablo y se asustó al verme allí.

   -Por Dios, qué susto me has dado, Valeria- dijo con la mano en su pecho- ¿qué haces aquí?
   -Mamá tenía que trabajar, así que yo te he traído esto- le mostré la carpeta- babo.
   -Un respeto hermanita- ya empezaba con sus delirios de que tenía que respetarlo porque era el mayor. Me cogió la carpeta.
   -Las tortugas no merecen mi respeto- le saqué la lengua como una niña pequeña y me quedé blanca como una pared al ver cómo tras mi hermano, aparecía un chico alto, de rostro fino y piel blanca, muy, muy guapo. Tenía una sonrisa de satisfacción y me miraba cómo aprobando lo que yo había dicho. Le pasó el brazo por el hombro a mi hermano y lo apretó fuerte contra sí.
   -Bien dicho pequeña- se giró hacia mi hermano y le habló- hasta tu hermana pequeña te pierde el respeto- sonrió y se volvió hacia mí- Kim HeeChul- se presentó.
   -Valeria Kim- contesté, y a partir de ese momento, comenzó mi perdición.

   Un mes después de salidas con mi hermano y sus amigos, y ya no podía estar más pillada por él. Kim HeeChul, ese prepotente, narcisista y egocéntrico me tenía como loca. Ocupaba mis pensamientos, mis sueños, mi vida, y yo no me quejaba ni de sus abrazos posesivos, sus besos cerca de la comisura de mis labios, sus caricias, sus bromas para conmigo, y sobretodo, no me quejaba de su insinuaciones pervertidas de hacer algo no muy decente conmigo en cualquier lugar muy poco privado, susurradas en mi oído con voz ronca y completamente excitante.

   Ése día habíamos quedado de nuevo. Mi hermano no podía venir, por cualquier razón se había acatarrado y ahora estaba en cama, con ojeras de no poder dormir, blanco como la pared y soltando mocos everytime, everywhere. Cuando sus amigos llegaron y lo vieron en aquel estado, prefirieron dejarlo allí a contagiarse, pero a mí, me llevaron con gusto, ya que sino la entrada se perdería y no habían pagado para nada.

   Me llevaron a ver un partido de fútbol, puesto que las entradas las compraron a última hora, nos había tocado en la última fila, en la grada más alejada de todas y en la que sólo se veían monigotes, en vez de jugadores, corriendo detrás de una pelota de tenis. Todo se veía muy pequeño.

   Ya era de noche cuando terminó la primera parte y comenzó a hacer algo de frío. Yendo sólo con una camisa fina, tenía un frío de narices y se me estaban congelando todas las partes de mi cuerpo. HeeChul, que estaba a mi lado, se quitó su chaqueta, me la colocó y luego me envolvió en sus brazos para hacerme entrar en calor.

   -Gracias- le dije.
   -No lo hago por ti, sólo por mí- comenzó con su lado orgulloso- si tiritas de frío, la tortuga de tu hermano puede cabrearse y matarme, y no es que le tenga miedo a ese dongsaeng lento, es sólo que si lo cabreo, no me pasará más los apuntes.
   -Gracias de todos modos.

   Estábamos cerca, muy cerca, cuando empezó la segunda mitad del partido. Los demás chicos estaban muy emocionados porque el partido estaba muy igualado, y estando en esa situación, no me extrañó para nada que HeeChul comenzara a susurrarme cosas pervertidas.

   -¿Qué tal si tú y yo nos escaqueamos un rato al baño, y hacemos eso que tantas ganas tengo de hacer contigo?- reí nerviosamente- te haría pasar el mejor rato de tu vida- y en ese momento, hizo algo que nunca había hecho, me lamió y mordió la oreja suavemente, haciéndome sentir escalofríos- sé que lo estás deseando- comenzó a bajar besando, lamiendo y mordisqueando mi cuello, excitándome y haciéndome suspirar y gemir bajito- quiero comerte… mmm…- su siguiente acción fue dirigirse a mi mandíbula, siguiendo el contorno del hueso, hasta llegar a mi barbilla- bésame- pidió.

   No me pude resistir y ataqué sus labios que desde hacía tanto tiempo me pedían ser besados. Con ansias, con furia, con gula besaba a ese chico que me había robado la razón. No me importaba que estuviéramos en un lugar público, ni que estuviéramos rodeados por tanta gente, inclusive los amigos de mi hermano. Sólo sentía sus labios moverse contra los míos, su lengua penetrando en mi boca y jugando con la mía.

   De repente, una de sus manos agarró mi nuca e intensificó el beso. Su otra mano, fría como el hielo, se metió por dentro de mi camiseta y comenzó a toquetearme la espalda mandándome escalofríos por todo el cuerpo. Tan metida estaba en ello que casi ni noté que era rápidamente separada de HeeChul.

   Me giré con las mejillas rojas como tomates maduros a mirar quién era el que me había apartado y me había quitado el caramelo que yo deseaba desde hacía tanto tiempo. JungSoo nos miraba desaprobatoriamente.

   -JongWoon te va a matar como hagas algo más- dijo.
   -Si la tortuga se llega a enterar, te juro JungSoo, que te haré la vida imposible- amenazó HeeChul muy cabreado.
   -Tranquilo Chul-ah, prefiero conservar mi integridad física, pero lo que haces no está bien, es una niña…
   -Yah, ¿y a ti qué te importa mi vida?- gritó- ella ya es mayorcita para saber lo que quiere y lo que hace, ¡déjanos en paz!- se levantó como un gato airado- me voy.

   Y se fue, dejándome con la palabra en la boca y su chaqueta puesta sobre mis hombros, pero ésta ya se la devolvería, y, además, teníamos que acabar lo que habíamos empezado.

   Nada más llegar a casa lo llamé y concertamos la cita. No pasó ni una semana cuando yo ya estaba saliendo de clases con mi maletín en una mano y la bolsa con su chaqueta en la otra, dirigiéndome a su casa. Entré al lugar en el que vivía y me dirigió a su habitación tras saludar a su madre que iba a salir a hacer unas compras y dijo que volvería tarde.

   Sin más preámbulos que el que tirarme sobre la cama y colocarse sobre mí, seguimos lo que nos habíamos forzado a detener lo que empezamos en el estadio de fútbol.

   Besaba mis labios mientras sus manos acariciaban mis piernas por debajo de la falda de cuadros del uniforme, adentrándose lenta y torturantemente hacia una zona que había sido vetada a todo el mundo, hasta ese momento. Apartó sus manos de mis piernas para dirigirlas a la parte superior de mi cuerpo, dejando de besar mis labios, pasando a mi cuello, mientras los botones de la camisa se iban soltando uno tras otro, dejando expuesta mi piel.

   No sé en qué momento pudo pasar, porque estaba deliciosamente excitada y en mi mundo, sólo sintiendo y no pensando, que cuando me quise dar cuenta ya estaba desnuda sobre su cama, y a él todavía le quedaba una prenda puesta, la única prenda que tapaba eso que mi hermano se empeñaba en ir mostrando por la casa cuando se duchaba sin pudor ninguno.

   Sus manos ahora se adentraban en la parte interna de mis piernas, subiendo cada vez más, sus labios me besaban cada parte de piel que estaba expuesta, ósea, toda y yo no hacía más que gemir, gemir y gemir. Noté cómo me tocaba en esa zona sensible, haciéndome sentir un placer exquisito. De improviso, metió un dedo en mi interior y me contraje por el cambio tan brusco de temperatura, él estaba helado, mientras que yo estaba tan caliente.

   -¿Qué… qué haces…?- dejó de moverse para mirarme.
   -Eres virgen, ¿no?- asentí casi imperceptiblemente- no quiero hacerte daño.

   Volvió a atacar mis labios mientras seguía tocándome allí abajo y hacerme sentir cosas que nunca antes había sentido. Estaba tan bien, que no podía describir exactamente qué era lo que sentía.

   Cuando sus dedos salieron de mí, sentí un enorme vacío en mi interior y abrí mis ojos, que había cerrado para poder sentirlo mejor. HeeChul se bajaba de la cama y se quitaba los bóxers, dejando a la vista su pene erecto. Caminó hacia su armario y yo me incorporé un poco, con un puchero en mis labios porque me estaba dejando sola.

   Al girarse él, pude ver cómo tenía un paquetito cuadrado en su mano que abrió y sacó un círculo de látex. Era un condón. Lo sabía porque mi hermano de vez en cuando los intentaba esconder de mí, sin éxito alguno. Se acercó con él a la cama y se sentó frente a mí, tendiéndomelo.

   -Pónmelo- dijo.

   Y yo obedecí. Lentamente, fui introduciendo su pene en el látex, hasta que llegué a la base, y de repente, HeeChul me volvió a tumbar sobre la cama, llevando su miembro hasta el fondo, quitándome el aire, y haciéndome sentir un placer inmenso de repente, junto con un poco de dolor en esa zona de mi anatomía.

   Comenzó a penetrarme una y otra vez, lenta y torturantemente, al principio, y luego salvaje y desenfrenado. Lo escuchaba gemir en mi oído, escuchaba nuestras respiraciones agitadas, escuchaba el ruido que hacían los muelles de la cama, pero llegó un momento en el que dejé de escuchar, justo cuando un placer inmenso me invadió, y él cayó sobre mi cuerpo, abrazándose a mí, y cubriéndonos con las sábanas.

   -Te quiero- lo oí susurrar.
   -Yo también te quiero.

   Habían pasado dos meses desde que mi vida comenzó a cambiar, y no podía estar más feliz, sobretodo, después de escuchar ése te quiero, de la persona que más amaba en el mundo.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Vampire Stories


Capítulo 4
El primer Día


   6 a.m. Toda la casa se encontraba en silencio, menos la habitación de Lorena que llevaba una hora levantada por los nervios. De repente, salió de su habitación y comenzó a molestar.

   Primero, fue por Inma, pero ella no le hizo caso. Entonces, fue por Ana y dando chillidos hipersónicos entró a su habitación.

-*¡Ana!- gritó-¡que hoy es el día!
-*¿El día D?- murmuró entre sueños.
-*Ya está con sus cosas raras de historia- comentó para ella- ¡Despierta!- dijo-¡Que vamos a ver tíos buenorros!
-*¿Buenorros? - dijo levantándose corriendo de la cama y mirando de un lado a otro- ¿dónde?
-*Aquí no- Ana se decepcionó- pero en la Uni seguro que hay una barbaridad.
-*¿Que hora es? - preguntó ya despierta.
-*Las 6.
-*Lorena.
-*¿Qué?
-*Te mato- dijo- falta una hora y ya estas dando por saco.
-*Pues llevo desde las 5 despierta.
-*Déjame a mí y ve a despertar a las otras- dijo Ana echándose de nuevo a dormir.
-*Inma no me hace caso- contestó Lorena.
-*Ve a por Lourdes, y le pones la música alta a Inma para que despierte.
-OK.

   En cuanto Lorena salió de su cuarto, Ana se volvió a echar a dormir. Lorena fue a la habitación de Inma, se dirigió al escritorio, donde la chica tenía el móvil, le buscó la música y puso a todo volumen la canción de Sherlock. Inma se despertó de un salto.

-*¿Qué pasa? ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?- preguntó desorientada.
-*Ve arreglándote- le espetó- que si no llegamos tarde.
-*Vale.

   Lorena salió de allí y fue entonces a por Lourdes. Entró a la habitación y comenzó a llamarla. Pero no le hacía caso. Entonces se le ocurrió una idea descabellada pero que seguro que funcionaría. Se lanzó encima suya mientras gritaba:

-*¡FUEGO! ¡FUEGO! ¡FUEGO!

   Lourdes se revolvió un poco en la cama y sin abrir los ojos le contestó:

-Si hay fuego sólo apágalo…

   Lorena, que creía que su plan era infalible, se quedó en shock tras escuchar la respuesta de la mayor, que se envolvió más en las sábanas y se volvió a dormir. Pero Lorena no estaba dispuesta a rendirse hasta que no la despertara. Siguió dándole la lata zarandeándola hasta que Lourdes abrió los ojos y le echó una mirada asesina.

(Like this ^^)



-*¿Qué hora es?- preguntó de mala hostia.
-*Las 6:10.
-*¡Lorena! ¡Cómo no salgas de aquí, te meto!- amenazó con la almohada en alto.
-*Vale, vale- ella salió y suspiró- vaya tres.

   Y de repente se escuchó un golpe seco.

-*Ya ha caído- murmuró Lourdes.

   Aproximadamente una hora y media más tarde, sonó el despertador de Lourdes y esta salió de su cuarto para despertar a las demás. En el pasillo se encontró con Lorena tirada en el suelo profundamente dormida.

*-Lo sabía...- dijo Lourdes mientras llamaba a la puerta de Ana y entraba- Ana levanta- salió y le pegó un puntapié a la que estaba en el suelo- Lorena, despierta- y se dirigió al baño grande. Justo antes de entrar divisó a Ana salir de su cuarto y se volvió- despierta a Inma, que a mí no me hace caso.
-Ok- contestó Ana comenzando a andar a la habitación de Inma, de repente se tropezó con algo- *¿qué coño...? ¿Lorena?- preguntó al ver a la chica tirada en el suelo.

   Por el ruido y los golpes, Lorena acabo despertándose desorientada.

   *-¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Donde? ¿Por qué?- pregunto mirando a todas partes- ¿Qué hago aquí?
   *-¿Pues si no lo sabes tú?- dijo mientras entraba a la habitación de Inma -¡¡¡¡¡INMA!!!!!!!- gritó- ¡levántate ya! ¡o vendrá Lourdes a despertarte y ya sabes como es!

   Inma se hizo un poco la remolona, pero al final, se levantó porque temía lo que Lourdes pudiera hacerle si tardaba mucho. Unos diez minutos después, ya estábamos todas listas y desayunando, tostadas y café para mantenernos despiertas el primer día de Universidad. Para amenizar el desayuno, Ana comenzó a hablar… de tíos buenos… como siempre.

   -*Espero que haya bastantes chicos guapos en la Universidad- comentó- me gustaría que hubiera y así poder alegrarme la vista.
   -*Anda, calla ya y come- contestó Lourdes borde harta de las tonterías que Ana no paraba de decir desde que llegaron a Seúl.

   Y todas siguieron desayunando como si nada en silencio después de esto. A los cinco minutos, se dieron cuenta de que había un desayuno que casi no había sido tocado.

   -*¿Dónde está Ana?- preguntó Lorena.
   -*Allí- señaló Inma.
   -*Deja de plantar setas en los armarios- regañó Lourdes- que llegamos tarde.




   Y después de calmar a Ana, todas salieron del apartamento en dirección a la Universidad. Cuando iban a mitad de camino, Inma se paró de repente, haciendo que las demás se volteasen a ver qué era lo que pasaba.

   -*¿Qué pasa?- preguntó Lorena.
   -*¿Estáis seguras de que este es el camino correcto?- dijo.
   -*Claro que sí- contestó Lourdes.
   -*A mí me parece que es por la izquierda- continuó ella.
   -*Muy bien, votación- propuso Lorena.
   -*¿Cómo hacíamos en la esquina de la discordia?- dijo Ana emocionada.
   -*Exacto.
   -*Quién piense que es por dónde Lourdes dice, que la siga- dijo- quién crea que es por dónde Inma, que la siga a ella- y Lorena y Ana siguieron a Lourdes, Inma, al percatarse, hizo un puchero.
   -*Traidoras…- murmuró, pero unos segundos después, echó a correr para alcanzarlas.

   Sin más incidentes, llegamos a la Universidad. Entramos al edificio, y por el pasillo, yendo de camino a la clase de Inglés, nos cruzamos con un grupo de chicos, y Lourdes, chocó con uno de ellos. Todas nos giramos para ver quién había sido el chulo que no se había disculpado, ya que ella sí lo había echo.

   -*Madre mía qué culo- murmuró Ana para sí misma mirando a uno de los muchachos.  
   -*Y qué chulo- dijo Lourdes. [N.A.: En Antequerano cateto esto viene a ser algo como: “vaya chulo” o algo así.]
   -*¿Pero has visto quién es?- preguntó Lorena.
   -*No, qué va, sólo he visto un reflejo rojo- contestó la otra.

   Echamos a andar de nuevo por toda la Universidad, hasta que por fin llegamos a la clase. Por suerte, llegamos justo antes que el profesor, con el que nos encontramos en la puerta del aula, y que nos dirigió una amable sonrisa.

   Al entrar en la clase, descubrimos que todos los sitios estaban ocupados, excepto los de la primera fila. Con resignación, nos dirigimos a esos asientos, y una vez estuvimos todos acomodados en nuestros sitios, el profesor comenzó con su presentación.

   -Buenos días a todos- dijo- me llamo Henry Lau, y durante este curso, seré vuestro profesor de Inglés.
   -Oh My God!- dijo Ana boquiabierta, y con razón.

   El profesor era guapísimo, y también estaba muy bueno. No era muy alto, pero tenía un cuerpo fuerte y atlético por lo que se podía apreciar a través de la camisa. Llevaba el pelo corto y oscuro. Sus ojos eran negros como la noche. Su sonrisa, preciosa, y sus labios rosados y apetecibles.

   Aunque era mayor que nosotras, tenía el rostro aniñado, lo que le hacía parecer más cercano y que fuese más fácil hablar con él. Total, que era perfecto.




   Las cuatro estuvimos toda la hora mirándolo embobadas y casi sin prestar atención a sus palabras, aunque estaba explicando cómo iba a ser el curso, especialmente Ana, a la que sólo le faltó ponerse un babero para no manchar la ropa.

   Terminó la clase y comenzamos a recoger las cosas, a excepción de Ana que aun estaba embobada con el profesor. Mientras, la gente pasaba por delante para salir de clase y de repente Ana reaccionó.

   -*¡Ese es el mismo culo de antes!- gritó.
   -*¡No grites!- gritó Inma.
   -*No gritéis ninguna. Menos mal que nadie nos entiende -_-” - dijo Lorena poniendo un poco de orden.
   -*¿Has sido capaz de reconocer un culo? - preguntó Lourdes.
   -*Es el chico de antes.
   -*¿Con el que me choqué?
   -*No, uno de los que iba al lado.
   -*¿Cómo lo haces?- preguntó Lorena.
   -*¿No veis que es la bruja Lola?- dijo Lourdes.

   Tras ese comentario las cuatro rieron y salieron de clase. Ahora les tocaba separarse, aunque solo Ana iba por separado ya que tenía Hª de la Música y las demás Arte.

[N.A.: Las fotos puestas en este capítulo pertenecen al Anime Ouran High School Host Club, por sí queréis saber de qué va de las cosas que hablamos, bueno, menos la foto de Henry, que es de Henry y no de un anime… yo me entiendo…]


martes, 4 de diciembre de 2012

EXO Ficha de Personajes Enemigos


Ficha de Personajes EXO. Enemigos



















Lee Tae Min.
Fecha de nacimiento: 18 -Julio-1993
Lugar de nacimiento: Dongbong-gu, Seoul.
Tipo de sangre: B.
Estatura: 1.75 cm.
Signo zodiacal: Cáncer.
Aficiones: Bailar, escuchar música, tocar piano, Poppin dance, Chino.
Personalidad: Es muy tímido, pero cuando se trata de hacer su trabajo pierde un poco de esta.
Tiene fobia a los insectos y hace ruidos extraños cuando se le cruzan.
Sabe escribir muy rápido en el teclado.

EXO


Capítulo 5
¿Quién eres tú?



   Me asusté mucho al ver lo que pasaba. Ese chico agarraba por el cuello a BaekHyun y le estaba haciendo daño. Me entró una mala leche por el cuerpo impresionante y di un paso hacia donde estaban notando en mis manos el cosquilleo que el fuego me provocaba antes de salir por ellas.

   -Da un paso más y tu amigo no lo contará- amenazó el chico y yo me detuve- así me gusta- BaekHyun intentó librarse de él, pero no pudo y lo único que consiguió es que apretara más fuerte su agarre- estate quieto- BaekHyun gritó de dolor.
   -Suéltalo, por favor- dije.
   -No, sino, ¿con qué te amenazaría?
   -¿Qué quieres?- pregunté- si es dinero no tenemos mucho, somos estudiantes, pero llévate el portátil si quieres- BaekHyun me miró con más pánico de lo que ya lo hacía. Su portátil era su tesoro más preciado. Pero el chico comenzó a reír cómo si fuera un demente.
   -No quiero dinero- contestó- ni siquiera ese portátil.
   -¿Entonces qué quieres?
   -A ti.

-oooOOOooo-

   Acababa de entrar al trabajo. A esas horas no había mucha gente en el local y podías relajarte como era debido y pensar. Terminé de limpiar las mesas y me dirigí detrás del mostrador hacia la cocina, dónde me dejé caer en una silla nada más entrar. Pasarme la noche en vela pensando en algo que me ayudara a determinar el paradero del recién despertado no era bueno si quería rendir luego en mi vida, pero eso era algo muy importante.

   -¿Cansado ya, Kevin?- preguntó mi compañero de trabajo.
   -No he dormido bien- contesté para cortar la conversación, pero mi parlanchín compañero no se iba a dar por vencido.
   -¿Por qué?- simplemente ignoré su pregunta- ¿es que acaso tienes una chica que no te deja dormir?- dijo molestándome dándome suaves golpecitos con el codo en las costillas- ¿no me lo quieres decir?
   -No.
   -Entonces estoy en lo cierto- dijo sonriendo satisfactoriamente- a ver si la traes algún día, que sólo veo por aquí a uno de tus compañeros de piso, concretamente el que está sentado allí en la mesa de aquí al lado- señaló a Tao, que estaba muy concentrado escribiendo algo en un folio- al otro ni lo conozco.
   -Tampoco te hace falta conocer a mis compañeros de piso, con que me conozcas a mí, que soy tu compañero en el trabajo ya es suficiente.
   -Pero a ti no te conozco- murmuró poniendo una cara extraña y suspiré cansado de sus tonterías- oh mira- dijo feliz levantándose- un cliente.

Me levanté y lo seguí para ver entrar al Burger en el que trabajaba a una chica que caminaba hacia la mesa dónde estaba Tao. Ella era Victoria, una chica que Tao conocía incluso desde antes de conocerme a mí y que de vez en cuando, venía a nuestro apartamento a hablar con él.

   -¿Tao conoce a esa belleza?- preguntó mi compañero- ¿la conoces tú también?- preguntó al ver cómo ella sonreía en mi dirección y saludaba- ¿es ella la chica que te tiene desvelado?
   -No te interesa, JunMyeon.
   -Pero qué desagradable eres- comentó.

   No pude seguir contestando a sus pullas sarcásticamente porque de repente volví a notar la sensación, ésta vez mucho más fuerte, mucho menos caótica y bastante cerca. Junto con esa, sentí una fuerza maligna, una fuerza que conocía muy bien, demasiado bien. Salí de detrás del mostrador y me acerqué a la mesa en la que estaban Victoria y Tao.

   -Hola, Kevin- saludó ella- ¿qué tal te va?
   -Hola- saludé- como siempre- dije, y así corté la conversación mientras me acercaba al oído de Tao- para el tiempo- susurré y él me miró sorprendido- hazlo- él asintió y me cogió la mano para después concentrarse en detener el tiempo, pero éste seguía corriendo- ¿qué pasa?- pregunté.
   -No puedo- murmuró- hay algo que no me deja.
   -¿Qué es lo que no te deja?
   -Es una especie de presencia, oscura- susurró- nunca me había pasado algo así- me miró asustado y yo toqué su cabeza cariñosamente para calmarlo.
   -¿De qué habláis?- preguntó Victoria ante nuestro raro comportamiento.

   Me alejé de la mesa sin contestarle. No podía perder el tiempo, y menos para tonterías, tenía que pensar algo, y rápido.

-oooOOOooo-

   -¿A mí?- dijo ChanYeol, en su cara se notaba que no podía creer lo que escuchaba.
   -¿Quién eres?- pregunté.
   -Mi nombre es TaeMin… aunque eso tampoco importa mucho.
   -¿Por qué haces esto?
   -No creo que estés en posición para preguntarme eso.
   -Si me quieres a mí, suéltalo a él- demandó.
   -No sería nada divertido si lo hago- comenzó a apretar su brazo contra mi cuello, ahogándome, no podía respirar, y mis ojos se estaban aguando.
   -¡PARA!- gritó ChanYeol dando un paso más hacia nosotros, y el chico dejó de aplicar presión. No pude hacer más que coger aire desesperadamente- ¿qué quieres de mí? Haré lo que sea, pero suéltalo- noté su miedo en sus palabras- suéltalo.
   -Así me gusta.

-oooOOOooo-

   Intentaba concentrarme para poder hacer lo que Kevin me había pedido, pero no podía. Algo oscuro, una neblina densa no me dejaba acceder a mis poderes. Cada vez que intentaba penetrarla, un escalofrío recorría mi cuerpo mientras era expulsado de ese lugar sin poder coger lo que necesitaba, y eso me estaba frustrando, y mucho.

   -¿Tao?- la voz de Victoria me sacó de mi mundo- ¿me estás escuchando?
   -Perdón- dije- ¿podrías repetirlo?
   -Estás muy ausente desde que Kevin vino, ¿qué es lo que te ha dicho para ponerte así?
   -Nada importante, cosas del apartamento.
   -¿Y eso te ha puesto así?- dijo sin creerse del todo mi respuesta.
   -Es que es algo inquietante- murmuré, inventando en mi cabeza lo que diría para quitármela de encima. Aunque me caía muy bien y nos llevábamos de maravilla, en estos momentos, su presencia allí estaba dificultándome mucho el concentrarme.
   -¿Inquietante?- preguntó interesada- cuenta, cuenta- ya había sacado su lado cotilla.
   -Pues, resulta que a Kevin le contaron que un señor mayor murió en nuestro apartamento, y ahora su espíritu vaga por las noches por él- dije y vi cómo la había asustado.
   -Serás mala persona- me dio un golpe en el brazo algo asustada- me has asustado, ya no volveré a ir más a vuestro piso.
   -Tampoco es para tanto…
   -Adiós, Hwang ZiTao- se levantó- gracias por hacerme pasar miedo así porque sí.
   -De nada- dije- vuelve cuando quieras- ella se giró, me sacó la lengua y luego se fue. Por fin podría concentrarme sin que ella estuviera pululando por allí.

-oooOOOooo-

   -Acércate despacio- dijo el chico a mis espaldas, y ChanYeol comenzó a avanzar hacia nosotros lentamente- eso es- noté cómo el brazo que me retenía se ponía cada vez más y más frío.

   Entonces presentí algo muy malo y miré a mi amigo diciéndole sin palabras que no se acercara, pero él seguía haciéndolo. Ya casi no sentía mi cuello por el frío y cerré mis ojos fuertemente. Escuché una especie de silbido junto a mi oreja y después sentí cómo el brazo que me retenía y me helaba se apartaba de mí. Abrí los ojos sorprendido y me encontré con ChanYeol agachándose a mi lado y segundos después abrazándome.

   -Ya está todo bien- susurró y acarició mi cabeza cariñosamente. Intenté decirle que no se preocupara, pero la voz no salía de mi garganta, él pareció percatarse de esto. Se separó un poco de mí y miró mi cuello- lo tienes congelado- murmuró- ¿confías en que no te haré deño?- preguntó y yo asentí- está bien- puso una mano en mi garganta e inmediatamente el calor inundó mi piel, unos segundos después, se retiró.
   -Gracias- susurré- gracias, Channie.
   -Nunca te abandonaré.

   Nos levantamos y caminamos fuera del lugar. Del chico que me había retenido, no quedaban más que unas cenizas, por lo que deduje que ChanYeol lo había quemado, pero no hablamos de ello. Él acababa de carbonizar a una persona para salvarme.

   -No quiero dormir solo- murmuró y yo sonreí un poco.
   -Estaré contigo- susurré, y le agarré la mano fuertemente para transmitirle que estaría con él siempre.

-oooOOOooo-

   Vi cómo Tao se despedía de Victoria, y en ese momento, dejé de notar las dos fuerzas. Una debilidad enorme se apoderó de mí y tuve que agarrarme al mostrador fuertemente para no caerme. No obstante, me tambaleé y acabé siendo sujetado por JunMyeon.

   -Cuidado- dijo. Me intenté sujetar por mí mismo pero me volví a tambalear- estate quieto- me agarró por los hombros y me llevó hacia una silla- deberías irte a casa, no hay mucha gente, yo puedo solo.
   -Pero el jefe…
   -Tranquilo, no se lo contaré- sonrió- le diré a Tao que venga y te lleve a casa- y desapareció para poco después aparecer con mi compañero de piso que me miraba muy preocupado.
   -¿Estás bien, Kevin?- preguntó.
   -Sí- dije, aunque no debí convencerlo mucho porque me agarró fuerte y me levantó de la silla sujetándome perfectamente para que no me cayera.
   -Nos vamos, JunMyeon hyung.
   -Cuidaos.

   Salimos del Burger donde trabajaba y caminamos por el campus universitario hasta llegar a la parada del autobús, dónde Tao me dejó sentado.

   -¿Qué te ha pasado?- dijo preocupado sentándose a mi lado.
   -No lo sé realmente- dije- durante todo el tiempo noté a las dos fuerzas, pero en cuanto dejé de sentirlas, me quedé sin energía de golpe.
   -Al final no pude parar el tiempo- murmuró Tao- lo siento.
   -No pasa nada.

-oooOOOooo-

   -Siento volver a molestar- dijo BaekHyun inclinándose ante mis padres- pero es que están pintando mi habitación en la Residencia y allí no se puede parar.
   -No importa- contestó mi madre con una sonrisa- te prepararé el cuarto de mi hija, que ya que no viene mucho…
   -No se moleste, señora Park, no me importa dormir con ChanYeol, ya lo hemos hecho muchas veces.
   -Entonces… no insisto, si estás bien así…
   -Sí, señora- me acerqué a BaekHyun mientras él se volvía a inclinar.
   -Ve subiendo- susurré. Él asintió y comenzó a subir las escaleras.
   -¿Estás saliendo con el chico de los Byun?- preguntó mi padre dejándome atónito ante sus palabras.
   -¿Pero qué dices papá?
   -A ninguno os importa dormir juntos y yo siempre he dicho que quien comparte lecho…
   -Oh, venga ya, BaekHyun es mi amigo- y después de decir esto y de imaginarnos a él y a mí en una situación poco decorosa, subí las escaleras derecho a mi habitación, y cuando entré, descubrí a BaekHyun quitándose la camisa que llevaba hoy y me quedé parado en la puerta, alejando de mi cabeza lo que llamaría mi madre, pensamientos impuros.
   -¿Qué haces ahí?- me preguntó al descubrirme. No sabía qué decir, suerte que él siguió hablando- cierra la puerta, que hay corriente- cerré y entré en mi habitación mientras él se metía en la cama. Me puse mi pijama y me metí con él, pero esta vez sin abrazarlo, aunque de poco me sirvió no hacer el gesto, ya que BaekHyun se acurrucó contra mí- buenas noches- murmuró.
   -Buenas noches…