Capítulo 6
No Puede Ser
Estaba tumbado en mi cama mirando a la nada. Sabía que LuHan llevaba
observándome bastante tiempo, pero como no decía nada, hacía como si no
estuviera allí conmigo. Habían pasado varios días desde que había tenido
aquellas palabras con Kevin y desde entonces volvía a evitarme. Odiaba cuando
me evitaba. Pasar a su lado y no poder hablar con él, no poder besarlo, no
poder acercarme… no podía soportarlo.
-¿Qué pasó con Kevin?- escuché preguntar a LuHan y me volví hacia él-
¿qué pasó después de que Tao y yo nos fuéramos?
-Lo
intentó de nuevo- fue lo que contesté.
-Por
tu respuesta y porque ahora no se te acerca, deduzco que no fue como él quería-
negué con la cabeza.
-Le
dejé claro que yo sentía algo por él y que no me iba a dejar si él no sentía lo
mismo- dije.
-Bien hecho.
-Sí.
-oooOOOooo-
-¿Podemos parar?- pregunté agotado, pero mi amigo negó con la cabeza.
-Eres mi única protección cuando me agote por tele transportar-
contestó- no pienso arriesgarme de nuevo- suspiré y volví a concentrarme. Pero
nada pasó, estaba demasiado agotado- ¿qué pasa, Hunnie?
-No
puedo- murmuré y me dejé caer en el suelo de aquel descampado.
-Eres un blando- se acercó a mí y me revolvió el pelo, bufé e hice un
puchero, pero él sonrió- esos pucheros conmigo no funcionan- dijo.
-Le
diré a LuHan que me maltratas- comenté y su sonrisa se hizo más grande.
-No
creo que me haga nada- contestó.
-¿Y
eso?
-Me
necesita para protegerte.
-oooOOOooo-
Estaba tumbado en la cama, mirando el techo como si fuera la cosa más
interesante del mundo. Suspiré por millonésima vez desde el día en el que
YiXing me confesó que él sentía algo por mí. Yo no sabía que él pudiera tener aquellos
sentimientos, creía que no le agradaba demasiado, que se dejaba porque le
gustaba que lo tocara y punto… pero no era así. Me odiaba por estar haciéndole
todo aquello, pero no sabía actuar de otra manera, con él no podía pensar, y
menos cuando estábamos en “esas” situaciones.
-¿Kevin?- la voz de Tao se dejó oír a través de la puerta, pero yo no le
contesté, no tenía ganas de verlo ni de que me dijera que debía arreglarlo todo
con YiXing, porque eso era lo que iba a hacer- vamos Kevin, sé que estás ahí,
ábreme- me giré en la cama y me use bocabajo- ¿o quieres que le diga a LuHan
cuál es tu verdadero nombre para que pueda manearte a su antojo?- cómo odiaba a
ese crío. Me levanté y le abrí la puerta- gracias- y entró tan tranquilo.
-Chantajista- murmuré.
-No
me abrías, ¿qué querías que hiciera?- preguntó.
-Largarte- me crucé de brazos y lo miré con una mala hostia
impresionante.
-Esa
mirada no funciona conmigo, no voy a achancarme y vas a tener que escucharme…
Kris- maldito Tao, así no me dejaba opción a nada- tienes que hablar con
YiXing- lo sabía. Encaré una ceja, pero no pude hacer más, sólo ir a hablar con
él. Maldito el día que lo conocí y le dije mi nombre.
-oooOOOooo-
-JongDae…- murmuré y mi compañero de habitación levantó la vista del
cacharro que estaba fabricando.
-¿Qué quieres?- preguntó mirándome a través de aquellas gafas de Harry
Potter que se había colocado y yo no pude evitar reírme- ¿de qué te ríes?- dijo
tan serio que me hizo volver a reír, de una manera más fuerte- Kim MinSeok- me
advirtió, pero no podía parar.
Me
caí de la cama, incluso, y tampoco, seguía riendo como un loco. Pero es que la
cara de JongDae y esas gafas eran para partirse. Lo vi acercarse a mí y
colocarse sobre mí para comenzar a hacerme cosquillas.
-Ajajajajajaja… ains… para… jajajajajajaja… Jong… ajajajajajaja- sus
manos sabían exactamente dónde tenía cosquillas y no dudaban en ir hacia esos
lugares.
-¿Quieres que pare?- asentí. Ya me dolía la barriga de reír. Lo único
bueno es que estaba haciendo abdominales- suplícamelo.
-No
pienso hacerlo- pude decir en un momento de respiro.
-Entonces nunca pararé.
-Ok,
para- sus manos dejaron de moverse y hacerme cosquillas- te lo suplico… por
favor… para- JongDae me miró durante unos momentos fijamente y luego se separó
de mí, pero aun estando lejos, mi corazón no paró de latir rápidamente, debido
al maldito ataque de cosquillas.
-oooOOOooo-
Estaba por llamar a la puerta de la habitación de YiXing cuando esta se
abrió y me encontré con LuHan, que iba a salir. Me miró mal y se quedó en la
puerta, cruzándose de brazos para no dejarme entrar. Le eché una mirada que
hubiera espantado a cualquiera, pero él no se achancó.
-Aquí no tienes nada que hacer- dijo desafiante.
-Sí
tengo cosas que hacer- contesté y lo aparté de un empujón para entrar en la
habitación, donde YiXing estaba tumbado en su cama. En cuanto me vio se levantó
y me miró de una manera tímida- YiXing- murmuré- yo… tengo algo que decirte- se
mordió el labio inferior de una manera totalmente inocente y encantadora y miró
más allá de mí, a LuHan, como pidiéndole permiso para dejarme hablar o hablar
él.
-Haz
lo que te dé la gana- oí decir al nuevo inquilino detrás de mí y luego sus
pasos alejarse del lugar, pero dejó la puerta abierta.
-Está bien…- susurró YiXing- di lo que tengas que decir- me miró
fijamente a los ojos- te escucho- asentí y cogí aire.
-Lo
siento- fue lo primero que dije- siento haber sido siempre así contigo- llevé
mi mano a mis cabellos y los revolví- no volveré a intentar tocarte- me giré
para salir de la habitación, pero su mano alrededor de mi muñeca detuvo mi
avance.
-¿Eso quiere decir… que ya no… me deseas?- lo escuché preguntar con voz
débil y me volví hacia él.
-Te
sigo deseando… te deseo más que a nada- contesté llevando mi mano a su mejilla
y rozándola.
-¿Entonces… no… sientes nada… nada más por mí…?- sus ojos comenzaron a
vidriarse. No podía aguantar aquella mirada, así que me acerqué a él y eché mi
cabeza sobre su hombro.
-No
es eso…
-Explícate entonces…- no quería decirle más, no quería decirle todo lo
que llevaba adentro, todo lo que había estado callando, no tenía por qué
saberlo, pero todavía seguía bajo el influjo de la orden de Tao y no pude
evitar callar, aunque me mordí el labio inferior con mucha fuerza.
-Yo…
siento… muchas cosas por ti…- susurré- siento que si no estás cerca… no puedo
vivir…
-Kris…- su voz salió algo ahogada y lo noté tragar saliva- yo… entonces…
¿por qué siempre…?- pero no pudo acabar su pregunta, porque un ruido extraño se
escuchó en la habitación y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Me separé de
él y me giré para plantarle cara al enemigo que se había tele transportado
hasta allí, colocando a YiXing detrás de mí.
-oooOOOooo-
JunMyeon hyung llevaba varios días desanimado, alicaído, pensativo. A
veces me daba la impresión de que también estaba triste. Esto era así desde que
había vuelto de ayudar a JongIn y a SeHun, por lo que me había contado, había
matado a un enemigo. Eso lo había destrozado. Mi hyung era una persona
diplomática, que arreglaba sus problemas hablando y no con la violencia.
Estábamos en el Supermercado, en la cola para pagar, cuando lo escuché suspirar
por milésima vez ese día.
-Hyung…- murmuré y él se giró hacia mí lentamente, intentando esbozar
una sonrisa sincera, pero sin conseguirlo.
-¿Sí, KyungSoo?
-Sabes que puedes contar conmigo siempre que quieras, ¿verdad?
-Lo
sé.
-¿Y
por qué no me cuentas lo que te pasa?- dije mirándolo preocupado y él desvió su
mirada hacia el suelo- ¿es por… lo del otro día…?- me atreví a preguntar, pero
titubeando, no quería causarle más dolor del que ya tenía.
-Sí-
contestó simplemente y yo suspiré.
-Sino lo hubieras hecho, ni JongIn ni SeHun estarían ahora aquí- lo
agarré de la barbilla y lo hice mirarme a los ojos- recuerda eso… fue por
ellos, por protegerlos, no fue por diversión, ¿está bien?- él asintió y yo le
dirigí una pequeña sonrisa- entonces para animarte… te haré una rica cena.
-No
puedo aceptarlo, KyungSoo…- murmuró, pero yo negué con mi cabeza.
-Lo
aceptarás, mis padres hoy tampoco están en casa, así que sólo le tienes que
decir a tu madre que te vienes conmigo cuando dejes la compra y listo.
-¿No
te importa?
-Sabes que no.
-oooOOOooo-
Escuchaba el agua de la ducha correr y me estaba meando, me estaba
meando seriamente, pero el maldito SeHun no salía del baño. Se había metido
allí en cuanto llegamos de practicar de aquel descampado y no había salido. De
eso ya hacía una hora.
Di
otra vuelta a la habitación para ver si así se me pasaban las ganas, cuando de
repente, el móvil de mi amigo vibró en su mesita. Sin mucho que hacer, y
habiéndoseme pegado las manías de cotilla de LuHan, me acerqué hasta el aparato
y abrí el Kakao, que era la aplicación que había vibrado. Sonreí al ver el
mensaje nuevo que había en su conversación con LuHan. Ya tenía algo con que
chantajear a mi amigo para que saliera del baño y me dejara mear.
-SeHun-
llamé.
-¿Qué?- gritó por encima del sonido de la ducha.
-Si
no quieres que le envíe a todos tus contactos tus conversaciones con LuHan en
el Kakao déjame entrar a mear- escuché cómo el agua de repente dejó de correr y
mucho trajín dentro del baño. Apenas un par de minutos después, mi amigo salía
de él, medio envuelto en una toalla y chorreando.
-Ya
está libre, deja mi móvil donde yo pueda verlo- sonreí y dejé el aparato encima
de su cama, para luego dirigirme al baño, pero al pasar junto a él, no pude
evitar susurrarle.
-Gracias, Hunnie, le diré a Xiao Lu que eres una persona maravillosa- y
tras ver cómo enrojecía de los pies a la cabeza, entré al baño. Por fin podía
liberar mi angustia.
-oooOOOooo-
Kevin me apartó de él y rápidamente me colocó a su espalda,
impidiéndome, con su altura que viera nada de lo que ocurría en mi habitación.
Me moví un poco para poder ver, pero él me agarró fuertemente de la cintura con
su mano izquierda y no me dejó moverme.
-Kevin…- susurré, pero él no me hizo caso, estaba concentrado en aquello
que no me dejaba ver- ¿qué pasa?
-Quédate quieto- contestó entre dientes- sino no podré protegerte de él-
me quedé de piedra al escucharlo decir aquello, pero no pude evitar echar un
vistazo por un pequeño hueco en sus defensas. Si antes estaba como en una nube
por sus palabras, ver a la persona que estaba ante nosotros me hizo bajar
rápidamente al suelo. No podía ser. Aquello sí que no podía ser.
-¿KyuHyun-shi?