[Capítulo 2] Terrorist In Love {Bang YongGuk}

Capítulo 2

El Trabajo es Trabajo

Pasados los primeros momentos incómodos en el apartamento, salimos hacía las oficinas de la compañía. Los chicos habían terminado la promoción de su anterior disco, y comenzaban ahora a prepararse para el siguiente, aunque les habían prometido unas vacaciones. Solo un par de semanas.

Cuando salimos del coche, ellos se dirigieron hacia la sala de ensayos y yo fui a los despachos. Me habían citado para darme todas las cosas que necesitaba y poder comenzar de firme con mi trabajo.

Después de unas horas allí, salí del despacho del jefazo y me recorrí todo el lugar hasta que una media hora después, encontré el maldito lugar de ensayo. Durante el recorrido encontré la cafetería y pedí una docena de bocadillos, seguro que después de practicar tendrían hambre. En la reunión me habían dicho que debía ultimar detalles con el líder sobre las vacaciones, pero me daba mucha vergüenza el tener que hablar con él directamente después de lo que pasó en el apartamento. Todavía no podía quitarme de la cabeza su cuerpo delgado pero con los músculos marcados, y en concreto, no paraba de pensar en la única parte de su cuerpo que no pude ver pero que se intuía de manera notable.

Me noté la cara caliente de nuevo. Me había puesto como un tomate. Todavía no entendía cómo me pasaba aquello por haber visto solo un poco de piel, ya no era una adolescente hormonada para comportarme así.

Me abaniqué un poco con los papeles que llevaba en la mano hasta que se me pasó el calor, y luego entré en la sala de ensayos. Todo estaba en silencio y me sorprendí, esas salas tienden a ser ruidosas. Allí dentro había cinco chicos tirados por el suelo, jadeando, con los ojos cerrados. Gotas de sudor se resbalaban por sus pieles y sus pechos subían y bajaban rápidamente (N.A.: Una imagen erótica, ¿no?). HimChan estaba tumbado boca arriba en una esquina y Zelo estaba a sus pies boca abajo jugando con los cordones de sus zapatillas. DaeHyun tenía su cabeza apoyada en el torso de YoungJae, mientras éste acariciaba su pelo en la otra esquina; y JongUp parecía dormido en el centro de la habitación. Sonreí al verlos. Pero, ¿dónde estaba YongGuk? De repente Zelo alzó la cabeza y me vio.

-Noona- dijo sonriendo y todos se levantaron del suelo rápidamente.

-Hola, chicos- saludé- ¿cómo os va con la práctica?

-¡Genial!- contestaron los dos pequeños.

-Eso es a vosotros- se quejó DaeHyun- a los demás nos va fatal.

-Estoy cansado- murmuró YoungJae.

-Yo también- contestó HimChan.

-Eso es...- comenzó JongUp.

-Bueno- corté antes de que se pudiera formar una pequeña pelea de críos y sonreí alzando la bolsa donde llevaba los bocadillos- pensé que a lo mejor tendríais hambre- se levantaron corriendo del suelo y me rodearon en apenas unos segundo.

-Me muero de hambre- confesó DaeHyun.

-No, no, no- dije moviendo un dedo- ni se os ocurra tocar estos bocadillos con las manos sucias.

-Volvemos en dos segundos- aseguró YoungJae y todos salieron corriendo para volver unos segundos después.

-Comida...- dijeron como si fueran unos zombies en busca de cerebros.

-Sí, sí, tomad- le di la bolsa a HimChan y comenzaron a repartirse los bocadillos- ahh, dejad un par para YongGuk- ellos comenzaron a comer sin hacerme caso- ¿chicos?- llamé.

-La comida es más importante que hyung- dijo Zelo con la boca llena.

-¡Hey!- me quejé, pero no me hicieron caso.

Me apoyé contra la pared para descansar un poco en vista de que no me podía acercar a la comida porque eran unos animales salvajes. A los diez minutos, habían desaparecido todos los bocadillos, menos dos. Por lo menos sí pensaban en su hyung aunque no quisieran reconocerlo.

-Noona- me llamó YoungJae- ¿dijiste algo mientras comíamos?

-Sí, no me escucháis por lo que veo, eso voy a tener que arreglarlo- murmuré, se me quedaron mirando raro- nada, mmm, ¿dónde está YongGuk?- pregunté.

-¿Por qué tanto interés por hyung?- preguntó DaeHyun- ahh, tienes una miga aquí- dijo dirigiéndose a YoungJae y quitándole la miga de la comisura de los labios.

-Um, gracias, Dae- dijo algo sonrojado.

-No es interés- contesté después de la escena de manga yaoi- tengo que hablar con él sobre algunos temas importantes- dije mostrando los papeles- y también llevarle comida- señalé los dos bocadillos que no se habían comido.

-Sí, claro- dijo HimChan ¿sin creérselo? Un momento, había desayunado con ellos y los había traído hasta aquí, solamente eso, ¿cómo podían haber cogido tanta confianza?

-Bueno, si me decís dónde está podré hacer mi trabajo- les comenté más seria.

-Está en la sala donde compone- contestó YoungJae.

-¿Y eso queda...?

-Es la tercera puerta a tu izquierda cuando salgas de aquí- me dijo HimChan dándome los dos bocadillos que no se habían comido.

-Gracias- y sonreí, justo cuando iba a salir por la puerta me volvieron a llamar.

-¡Noona!- gritó JongUp, me volví- ¿te gustaría ver lo que hemos estado ensayando?- preguntó con la cabeza gacha.

-Claro.

El chico sacó el mando y le dio al play cuando todos se colocaron, después lo guardó en su pantalón y comenzaron a bailar. La canción era pegadiza y el baile espectacular. Al minuto y poco de canción, pararon y me miraron expectantes. Comencé a aplaudir.

-¿Te gusta, Noona?- preguntó Zelo.

-Me encanta- dije- ojalá yo pudiera bailar tan bien como vosotros.

-Bien, seguiremos ensayando hasta que nos quede perfecto- dijo JongUp emocionado.

-Nos vemos después- me despedí de los cinco chicos.

-Suerte con YongGuk- me dijoHimChan. ¿Suerte? ¿Por qué? Salí del lugar poniendo una cara muy rara sin entender lo que había querido decirme- a ver, la izquierda, una, dos tres, esta debe de ser.

Llamé a la puerta pero nadie me contestó, así que decidí entrar lentamente. Me encontré con un YongGuk muy concentrado en su tarea, con un lápiz en la boca y otro en la oreja. Leía y releía un papel mientras movía el pie derecho a un compás que sólo él conocía. No quería molestarlo, así que me quedé en la puerta hasta que él soltó los papeles cabreado. Se dio cuenta de mi presencia mientras se tiraba del pelo frustrado y se asustó un poco.

-Lo siento- dije poniendo cara de niña buena- estabas muy concentrado y no quise molestar.

-No pasa nada- murmuró ordenando un poco la mesa- ¿querías algo o solo asustarme?- preguntó algo brusco.

-La verdad, me dijeron que tenía que hablar contigo sobre las vacaciones- le contesté.

-Dispara.

-También te traje algo de comer- le señalé los bocadillos.

-¿A mí? ¿Por qué?

-Compré para todos y los llevé a la sala de ensayos, pero no estabas, así que guardé estos- los dejé en el hueco de la mesa que había dejado libre de papeles.

Él los cogió y comenzó a comer. Ya entendía por qué HimChan me había deseado suerte. El líder estaba un poco bastante cabreado. Cuando terminó de comer tiró los envoltorios a la papelera haciendo canasta y se volvió hacia a mí.

-Habla- ordenó. Lo miré unos momentos y suspiré.

-Durante esta semana tendréis que trabajar duro y el viernes por la noche os dan las vacaciones- contesté- Tenéis dos semanas y no podéis hacer lo que os venga en gana- le dije- la empresa quiere que le digáis si vais a salir de la ciudad, a visitar a vuestras familias o incluso si vais a salir al cine- enumeré todo lo que me habían dicho anteriormente- no podéis hacer nada sin que lo sepan, quieren tenerlo todo bien atado.

-¿Algo más?

-No- contesté dispuesta a irme, pero me paré en la puerta- bueno, sí- me giré y él me miró fijamente. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

-¿Qué?

-¿Por qué eres tan borde conmigo?- él sonrió, pero no de verdad, sino burlón.

-Porque sí- contestó- y ahora, vete.

Salí de la habitación cerrando de un portazo. ¿Por qué sí? ¿Qué respuesta era aquella? ¿Y yo me ponía caliente solo con recordar lo de esta mañana? Me entraron ganas de golpearlo, pero me contuve. Cuando llegara a mi apartamento me desahogaría. Ante todo, debía ser profesional. Suspiré y me alejé del lugar. El trabajo de mi vida se convertía en unas horas en un poco menos agradable.