sábado, 5 de enero de 2013

Intercambio de Poderes


Intercambio de Poderes



   Por fin terminamos por ese día. Había tenido que ir con HeeChul hyung a una entrevista en la televisión para promocionar Don’t Don, y en la que se me echó encima varias veces, para intentar besarme, bueno, nada de intentar, lo consiguió, aunque en cámara no se vio nada, o eso espero.

   Me dejo caer en mi cama, agotado y cierro los ojos para abandonarme al sueño, sin siquiera quitarme la ropa que traía de la calle, ésta está calentita y el pijama frío. Casi estoy a punto de entrar en el mundo de los sueños, cuando noto otro peso sobre mi cama y abro los ojos, asustado, aunque en el fondo, sé muy bien que es él.

   -¿Qué quieres, hyung…?- pregunto medio dormido.
   -Quiero “marcha”- responde. Cuando él dice que quiere “marcha”, significa que quiere hacer el amor conmigo, vamos, que se la meta, como diría él.
   -Estoy cansado…- me revuelvo en la cama, me acurruco e intento dormir, pero sé que él no se va a dar por vencido hasta no obtener lo que quiere. De hecho, yo antes de conocerlo no era gay, él me hizo gay a la fuerza, porque me quería para él y no se conformaba con un no. Tengo que reconocer que al principio no me hizo mucha gracia esto, pero cuando supe que no era solo por capricho, sino que también había sentimientos por su parte, me dejé hacer gay tranquilamente, porque yo, aunque no me había dado cuenta, también amaba a mi hyung.
   -Venga… Hannie… si no vas a tener que hacer mucho esfuerzo…- dice mientras gatea hacia mí y se me sube al cuerpo.
   -Contigo siempre tengo que hacer esfuerzos.
   -¿Me estás rechazando?- abro los ojos asustado y lo miró fijamente, va a empezar con sus dramas y yo no quiero dramas.
   -Está bien, está bien… me rindo- levanto las manos en señal de paz y una sonrisa de satisfacción y pícara, aparece en su rostro.
  -Te prometo que hoy vas a disfrutar mucho, Hannie- susurra en mi oreja, y después me la muerde.

   Nuestra ropa ya ha desaparecido por la habitacióny la puerta de ésta ya está bien cerrada, para que el otro habitante del apartamento, KiBum, no entrara y se encontrara una escena que lo pudiera traumatizar, aunque él ya sabía de nuestra relación, bueno, él y todo el bloque, porque HeeChul daba unos chillidos cada vez que lo hacíamos que se escuchaban hasta en la luna.

   Comienzo a tocar el miembro de mi hyung, pero me para, haciéndome tumbarme en la cama y tocándome él. Sus dedos se mueven ágiles por mi miembro semi-erecto y por mis testículos, mientras que su boca, se dedica a saborear mis labios, mi cuello, mi pecho. Poco después, ya tengo mi pene apuntando hacia arriba y él sonríe con satisfacción.

   -Disfrutarás mucho hoy…- murmura, y no sé por qué, pero me entra un escalofrío por el cuerpo que nada tiene que ver con el placer. Esa cara, esa sonrisita malévola, la repetición de esas palabras, todo, me daba una mala espina impresionante y en cuanto noto el dedo juguetón de mi hyung intentando entrar en mi interior, supe que estaba en lo cierto.
   -¿Qué haces?- pregunto apartándolo de mí.
   -Hacerte disfrutar…
   -No…- murmuro, pero él se coloca sobre mí y comienza a besarme la oreja.
   -Tranquilízate y disfruta…- susurra lamiéndola.
   -No quiero…
   -Cada uno da lo que recibe- murmura- y luego recibe, lo que da…- pasa su lengua por mi cuello.
   -Hyung…
   -Hannie… no te dolerá… te lo prometo…- su dedo se introdujo en mi interior y comienza a moverlo.
   -Hyung…
   -Sabes que nunca te haría daño…

   Escuchando estas palabras, me abandoné a él, tranquilizándome y dejando que él hiciera conmigo, lo que yo tantas veces había hecho con él. Notando sus dedos en mi interior, haciendo espacio y su boca sobre mi pene, haciéndome delirar y distrayéndome del dolor que me estaba provocando. En un momento dado, saca sus dedos, aleja mi miembro de su deliciosa boca y comienza a empujar con la punta de su pene, mi entrada, provocándome un dolor indescriptible.

   -¡Ahrgh!
   -Shh… shh…- deja de empujar mientras me besa- tranquilo… tranquilo…

   Al final, después de un buen rato, me calmo y él puede seguir entrando en mi cuerpo. Se siente extraño, muy extraño, lleno, pero al fin y al cabo se siente muy bien. Entrando y saliendo de mi cuerpo, mi hyung profería gemidos ensordecedores, sabía qué era lo que estaba sintiendo ahora mismo, era delicioso. A mí, al principio me duele, pero después, ya estoy gimiendo y dejándome llevar como él.

   Noto su mano tocando mi pene al mismo ritmo desenfrenado que se introducía y salía de mi cuerpo, tocando una y otra vez, un punto en mi interior, que me volvía loco de placer. En un momento dado, siento como exploto y me corro, tras llegar al orgasmo más absoluto, mientras noto el líquido de mi hyung corriendo por mi interior.

   Su respiración entrecortada en mi oído, su miembro saliendo cuidadosamente de mí, su cuerpo desnudo, resbaloso de sudor contra el mío, su corazón latiendo desbocado. Su semen resbalando de mi agujero recientemente abierto por primera vez. Todo era perfecto, incluso lo último, aunque jamás lo hubiera imaginado.

   -¿Qué tal estás?- lo escucho murmurar.
   -Creo que bien…- digo y lo acomodo sobre mí.
   -Me alegra escuchar eso- alza un poco su cabeza y roza sus labios contra los míos.
   -Pero…- susurro.
   -Siempre hay un pero…
   -Me gusta más ser activo que pasivo…- reconozco- no creo que vuelva a soportar algo así- siento cómo él sonríe- ¿por qué lo has hecho?
   -Para que sepas qué se siente… y para qué sepas lo que te quiero, para dejar que me hagas esto siempre…- comprendo en ese momento todo y le sonrío.
   -Yo también te quiero mucho… y a partir de ahora… te querré más…
   -Eso es lo que yo buscaba- dice- que incluso tú, mi chino hermoso, me quisieras más todavía…
   -Pues lo has conseguido- digo y rozo sus labios para sellar aquellas palabras antes de quedarme dormido.



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