Intercambio de Poderes
Por fin terminamos por ese día. Había tenido
que ir con HeeChul hyung a una entrevista en la televisión para promocionar
Don’t Don, y en la que se me echó encima varias veces, para intentar besarme,
bueno, nada de intentar, lo consiguió, aunque en cámara no se vio nada, o eso
espero.
Me dejo caer en mi cama, agotado y cierro
los ojos para abandonarme al sueño, sin siquiera quitarme la ropa que traía de
la calle, ésta está calentita y el pijama frío. Casi estoy a punto de entrar en
el mundo de los sueños, cuando noto otro peso sobre mi cama y abro los ojos,
asustado, aunque en el fondo, sé muy bien que es él.
-¿Qué quieres, hyung…?- pregunto medio
dormido.
-Quiero “marcha”- responde. Cuando él dice
que quiere “marcha”, significa que quiere hacer el amor conmigo, vamos, que se
la meta, como diría él.
-Estoy cansado…- me revuelvo en la cama, me
acurruco e intento dormir, pero sé que él no se va a dar por vencido hasta no
obtener lo que quiere. De hecho, yo antes de conocerlo no era gay, él me hizo
gay a la fuerza, porque me quería para él y no se conformaba con un no. Tengo
que reconocer que al principio no me hizo mucha gracia esto, pero cuando supe
que no era solo por capricho, sino que también había sentimientos por su parte,
me dejé hacer gay tranquilamente, porque yo, aunque no me había dado cuenta,
también amaba a mi hyung.
-Venga… Hannie… si no vas a tener que hacer
mucho esfuerzo…- dice mientras gatea hacia mí y se me sube al cuerpo.
-Contigo siempre tengo que hacer esfuerzos.
-¿Me estás rechazando?- abro los ojos
asustado y lo miró fijamente, va a empezar con sus dramas y yo no quiero
dramas.
-Está bien, está bien… me rindo- levanto las
manos en señal de paz y una sonrisa de satisfacción y pícara, aparece en su
rostro.
-Te prometo que hoy vas a disfrutar mucho,
Hannie- susurra en mi oreja, y después me la muerde.
Nuestra ropa ya ha desaparecido por la
habitacióny la puerta de ésta ya está bien cerrada, para que el otro habitante
del apartamento, KiBum, no entrara y se encontrara una escena que lo pudiera
traumatizar, aunque él ya sabía de nuestra relación, bueno, él y todo el
bloque, porque HeeChul daba unos chillidos cada vez que lo hacíamos que se
escuchaban hasta en la luna.
Comienzo a tocar el miembro de mi hyung, pero
me para, haciéndome tumbarme en la cama y tocándome él. Sus dedos se mueven
ágiles por mi miembro semi-erecto y por mis testículos, mientras que su boca,
se dedica a saborear mis labios, mi cuello, mi pecho. Poco después, ya tengo mi
pene apuntando hacia arriba y él sonríe con satisfacción.
-Disfrutarás mucho hoy…- murmura, y no sé
por qué, pero me entra un escalofrío por el cuerpo que nada tiene que ver con
el placer. Esa cara, esa sonrisita malévola, la repetición de esas palabras,
todo, me daba una mala espina impresionante y en cuanto noto el dedo juguetón
de mi hyung intentando entrar en mi interior, supe que estaba en lo cierto.
-¿Qué haces?- pregunto apartándolo de mí.
-Hacerte disfrutar…
-No…- murmuro, pero él se coloca sobre mí y
comienza a besarme la oreja.
-Tranquilízate y disfruta…- susurra
lamiéndola.
-No quiero…
-Cada uno da lo que recibe- murmura- y luego
recibe, lo que da…- pasa su lengua por mi cuello.
-Hyung…
-Hannie… no te dolerá… te lo prometo…- su
dedo se introdujo en mi interior y comienza a moverlo.
-Hyung…
-Sabes que nunca te haría daño…
Escuchando estas palabras, me abandoné a él,
tranquilizándome y dejando que él hiciera conmigo, lo que yo tantas veces había
hecho con él. Notando sus dedos en mi interior, haciendo espacio y su boca
sobre mi pene, haciéndome delirar y distrayéndome del dolor que me estaba
provocando. En un momento dado, saca sus dedos, aleja mi miembro de su
deliciosa boca y comienza a empujar con la punta de su pene, mi entrada,
provocándome un dolor indescriptible.
-¡Ahrgh!
-Shh… shh…- deja de empujar mientras me
besa- tranquilo… tranquilo…
Al final, después de un buen rato, me calmo
y él puede seguir entrando en mi cuerpo. Se siente extraño, muy extraño, lleno,
pero al fin y al cabo se siente muy bien. Entrando y saliendo de mi cuerpo, mi
hyung profería gemidos ensordecedores, sabía qué era lo que estaba sintiendo
ahora mismo, era delicioso. A mí, al principio me duele, pero después, ya estoy
gimiendo y dejándome llevar como él.
Noto
su mano tocando mi pene al mismo ritmo desenfrenado que se introducía y salía
de mi cuerpo, tocando una y otra vez, un punto en mi interior, que me volvía loco
de placer. En un momento dado, siento como exploto y me corro, tras llegar al
orgasmo más absoluto, mientras noto el líquido de mi hyung corriendo por mi
interior.
Su respiración entrecortada en mi oído, su
miembro saliendo cuidadosamente de mí, su cuerpo desnudo, resbaloso de sudor
contra el mío, su corazón latiendo desbocado. Su semen resbalando de mi agujero
recientemente abierto por primera vez. Todo era perfecto, incluso lo último,
aunque jamás lo hubiera imaginado.
-¿Qué tal estás?- lo escucho murmurar.
-Creo que bien…- digo y lo acomodo sobre mí.
-Me alegra escuchar eso- alza un poco su
cabeza y roza sus labios contra los míos.
-Pero…- susurro.
-Siempre hay un pero…
-Me gusta más ser activo que pasivo…-
reconozco- no creo que vuelva a soportar algo así- siento cómo él sonríe- ¿por
qué lo has hecho?
-Para que sepas qué se siente… y para qué
sepas lo que te quiero, para dejar que me hagas esto siempre…- comprendo en ese
momento todo y le sonrío.
-Yo también te quiero mucho… y a partir de
ahora… te querré más…
-Eso es lo que yo buscaba- dice- que incluso
tú, mi chino hermoso, me quisieras más todavía…
-Pues lo has conseguido- digo y rozo sus
labios para sellar aquellas palabras antes de quedarme dormido.
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