My Dream

My Dream

   Estaba en la sala de baile, ensayando, ya era bastante tarde, pero me gustaba muchísimo bailar. Antes de entrar en la compañía, no sabía que tenía este talento, pero después de mucho ensayo y sacrificio, me había vuelto un gran bailarín. Estaba algo cansado, después de estar todo el día allí en la sala, pero no tenía ganas de volver a aquella casa de locos en la que vivía desde hacía unas semanas.

   Ya habían lanzado el primer teaser, JongIn estaba espectacular bailando, y el grupo ya estaba formado. Algunos nos conocíamos desde antes, otros apenas nos sonaban sus caras y de otros éramos amigos del alma. Desde hacía un par de semanas, nos habían metido a todos en una gran casa, para que nos conociéramos y aprendiéramos a convivir, pero aquello era de locos. Claro que, tendría que acostumbrarme a aquellos locos para que mi sueño se llegara a cumplir, mi sueño de ser un gran cantante.

   Me dejé caer en el suelo de madera, respirando entrecortado y sudando por todos mis poros, estuve así bastante rato, hasta que mi corazón dejó de martillear dentro de mi pecho y se calmó, fue en ese momento, en el que sentí que alguien se adentraba en la sala y me incorporé rápidamente.

   -¿Quién está ahí?- pregunté, puesto que el lugar estaba oscuro, sólo entraba la luz de la calle por las ventanas. Mi corazón volvió a latir rápidamente hasta que la persona salió de las sombras y pude distinguir que era mi amigo Kevin Wu.

   -¿Qué haces aquí tan tarde, YiXing?- dijo él acercándose hasta donde yo estaba.

   -Estaba ensayando- contesté simple y llanamente.

   -Nos tenías preocupados a todos, es muy tarde.

   -¿Qué hora es?- pregunté. No tenía ni idea de que hora era, no me había llevado el reloj.

   -Las tres de la mañana…- abrí los ojos como platos, normal que estuvieran preocupados.

   -Lo siento, lo siento, lo siento…- dije una y otra vez mientras recogía todas mis cosas- de verdad, lo siento mucho- dije por última vez cuando ya lo tenía todo recogido.

   -No pasa nada, estas bien y eso es lo que importa- tocó mi cabeza y me despeinó un poco- ¿nos vamos?- asentí y salimos del lugar.

   Caminamos por las calles desiertas de Seúl en silencio, sin dirigirnos ni una palabra, él era una persona de pocas palabras, pero a mí no me disgustaba eso, lo prefería, a decir verdad. El trayecto a casa se me hizo corto, quería pasar más tiempo en compañía de mi amigo y no en compañía de los otros diez que había en aquel lugar, por eso me quedé algo rezagado en la entrada de la casa. Kevin se giró y me preguntó lo que tanto temía que preguntara.

   -¿No estás a gusto con los chicos?

   ¿Qué podía responderle? Era verdad que me sacaban de quicio, que eran unos críos y todo eso, pero no me caían mal, ni nada de eso, sólo era… que con tanta gente en la casa, apenas podía estar junto a Kevin. Pero eso no lo podía decir.

   -No es eso- contesté al final- no es nada de eso.

   -Entonces, ¿qué es?- se acercó a mí y yo agaché mi cabeza- vamos, YiXing- tomo mi rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos- sabes que puedes confiar en mí.

   Lo miré a los ojos, esos ojos oscuros que tanto me gustaban. Los cerré, no podía aguantar su mirada, y en cuanto lo hice, unas lágrimas cayeron por mi rostro. Sentí sus manos secándomelas, su rostro a escasos centímetros del mío.

   -YiXing… ¿qué te pasa…?

   -No… no es… nada…

   -No digas que no es nada, no se llora por nada.

   -Yo si… lloro por… nada…- me defendí.

   -Vamos, YiXing…- abrí mis ojos y vi su rostro preocupado- por favor…

   -Yo… no quiero entrar… ahí…- acabé diciendo.

   -¿Por qué…?

   -Porque… no puedo estar contigo…

   Nada más decir estas palabras noté sus brazos alrededor de mi cuello, apretándome fuertemente contra él. Moví mis manos lentamente por su cintura hasta abrazarlo por la espalda y acortar más aún la distancia entre nuestros cuerpos.

   -¿Por qué no lo habías dicho antes?- me preguntó.

   -Me da vergüenza…

   -Eres un tonto, YiXing…- le di un pellizco en la espalda, un poco indignado- auch… duele…

   -Me declaro… y me dices tonto… te mereces mucho más…

   -Lo siento…- murmuró- pero si quieres, a partir de ahora, dará igual todo lo que pase, estaré a tu lado en todo momento.

   -Eso… estaría bien…

   -Pues vamos…- se separó de mí, pero yo no retiré mis manos de su espalda- ¿YiXing?

   -¿Puedo… besarte?- no sé qué se me pudo pasar por la cabeza cuando dije esas palabras, pero de verdad, era lo que más quería en esos momentos, rozar sus labios con los míos.

   -No hace falta que preguntes…

   Poco a poco, nos fuimos acercando, hasta que nuestros labios se rozaron suavemente, en nuestro primer beso, juntos. Al separarnos, noté cómo el calor se apoderaba de mis mejillas y el color rojo se apoderaba de las suyas.

   -¿Entramos a casa?- preguntó tras eso.

   -Si prometes no separarte de mí…

   -Lo prometo.