EXO (4ª Temporada)

Capítulo 11

A Muerte

 

            Vi cómo los ojos de BaekHyun se cerraban lentamente y cómo su pulso decaía en su ritmo hasta detenerse por completo, quedando inerte entre mis brazos. Daba igual lo mucho que lo llamara, lo mucho que me desgarrara la garganta gritando y los ojos se me irritaran por las lágrimas, BaekHyun tenía que regresar a mi lado, BaekHyun no podía dejarme. No había podido protegerlo, tal y como le había prometido, no había podido hacer nada por él, a pesar de que se lo había prometido, a pesar de que le había dicho que lo haría.

            Noté a medias cómo YiXing se acercaba y utilizaba sus poderes para intentar hacerlo volver, también sentí unos brazos rodeando mi torso y la voz de KyungSoo en mi oído, diciendo palabras que probablemente estaban destinadas a tranquilizarme pero que yo no podía escuchar del todo porque solo podía ver a BaekHyun muerto. YiXing alzó su cabeza y me miró a los ojos disculpándose por no ser capaz de hacer más por la persona que más amaba, mi otra mitad. No había ninguna manera, no había ninguna forma de traerlo de nuevo a mi lado.

            Casi sin ser consciente, dejé el cuerpo de BaekHyun sobre el suelo delicadamente y besé sus labios por última vez antes de desembarazarme de los brazos de KyungSoo y levantarme, alzarme y encararme a la fila de enemigas que había frente a nosotros. Detrás de mí escuché la voz de YiXing, llamándome y queriendo detenerme, pero no podía escuchar nada, solo tenía un objetivo en mente, y ese era llevarme por delante a todos los que pudiera antes de reunirme con la persona que amaba.

            La furia se apoderó de mi cuerpo y sentí este me ardía. Mi mente quería abandonarme, pero no podía caer en la inconsciencia, debía al menos ayudar a los demás quitándoles de en medio a uno de los enemigos para hacerles más fácil la victoria a costa de mi propia muerte. Por eso elegí un objetivo, a la chica más bajita de las cinco y avancé hacia ella rápidamente, tan rápido que nadie se lo esperaba y ella apenas pudo reaccionar antes de que mi puño, envuelto en fuego, le atravesara el corazón.

            La enemiga desapareció, no dejando ni siquiera sus cenizas sobre el suelo y yo sentí en ese momento cómo mi cuerpo ardía y me vi a mí mismo envuelto en llamas por completo. Me tendría que haber sentido mal, tenía que haber sentido cómo lentamente se iba consumiendo en las llamas, pero en ese momento me sentía en paz conmigo mismo, como si aquello fuera lo natural, morir en llamas. En ese momento, recordé unas palabras que Kevin había dicho unas horas antes: “No tengo todos los recuerdos completos, pero recuerdo a un fénix de plumas rojas y doradas”.

            Quizás el fénix que estallaba en llamas y renacía de sus cenizas era mi verdadera forma y por eso no tuve ningún miedo, ni siquiera cuando la oscuridad me tragó.

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            Acababa de ver morir a uno de mis amigos, acababa de ver morir a BaekHyun y no me había recuperado de aquello cuando vi arder a ChanYeol tras haber acabado con una de las enemigas. Sentí que mi corazón se encogía dentro de mi cuerpo, pero no tuve tiempo para pensar en ello porque en ese momento, la presencia maligna que se arremolinaba a nuestro alrededor tomó forma, presentándose ante nosotros como un hombre de mediana edad que por lo que había entendido parecía ser el casero de YiXing.

            Me mordí el labio inferior fuertemente e hice de tripas corazón. Tenía que hacer algo para no sentirme tan inútil ante la muerte de dos de mis amigos. No tenía mis sentimientos bajo control, tampoco tenía mis poderes y sentía que la electricidad me recorría el cuerpo sin que pudiera detenerla y debía calmarme antes de hacer algo que pudiera poner en peligro a las personas que amaba. Sin embargo, igual que la rabia me consumía, a los demás también y no fueron pocos los que se lanzaron a la lucha.

            Vi cómo YiFan voló hacia ÉL, utilizando su poder contra la personificación que había adoptado; SeHun comenzó a utilizar sus poderes contra la chica que nos había atacado primero y MinSeok también se preparó para la lucha, sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, lo tomé por el brazo y le transmití toda mi angustia con mi mirada.

            —Estaré bien —aseguró—. No te preocupes por mí.

            Pero aunque dijo aquello no pude evitar preocuparme cuando lo vi lanzar sobre la chica de pelo corto un ataque de hielo. Tragué saliva y me giré hacia los demás, encontrándolos todavía paralizados, pero eso era algo que debía cambiar pronto. Debía hacer que reaccionaran, debía hacerles entender que juntos éramos más fuertes y que si podíamos unirnos debíamos hacerlo para ganar.

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            —Chicos —escuchar la voz de JongDae detrás de mí hizo que me girase rápidamente, para encontrarlo con un semblante muy serio en su rostro, de una forma que no recordaba haber visto—. Tenemos que hacer algo para salir de esta batalla con las menos bajas posibles —tragó saliva al ver el cuerpo de BaekHyun todavía sobre el suelo desnudo de aquel descampado—. Baek me pidió hace algunos días que ideara alguna estrategia por si finalmente había una batalla final y tuve una idea en ese momento.

            —¿Cuál es? —cuestionó KyungSoo a mi lado.

            —Unir nuestros poderes, los más que podamos que se complementen y que hagan el ataque mucho más fuerte que si lo lanzáramos solos —respondió—. En otras ocasiones lo hemos hecho y ahora somos más poderosos, así que debería bastar con eso para poder acabar con un par a la vez.

            —¿Qué propones? —pregunté, ante la pasividad de los que nos rodeaban, que parecía que todavía no sabían que estábamos en mitad de una guerra.

            —Necesito que tú, JunMyeon, utilices tu poder y también necesitaría que Lu Han, JongIn y ZiTao ayudasen para llevarlo a cabo —contestó—. KyungSoo sería perfecto para crear una distracción.

            Miré a las personas que JongDae había señalado y descubrí que probablemente Tao no podría hacer nada porque ni siquiera parecía haberse percatado de la muerte de BaekHyun ni de la de ChanYeol y que Lu Han parecía estar más pendiente de SeHun que de otra cosa.

            —Habrá que ponerse manos a la obra —murmuré a pesar de todo.

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            Veía cómo a mi alrededor se estaba desarrollando una batalla, viendo cómo morían personas a las que apreciaba pero era incapaz de participar en ella, era incapaz de moverme y de hacer algo por ellos porque quienes estaban frente a mí eran unas personas que tenían una gran importancia para mí. Jamás le podría hacer daño a Victoria, quien había sido mi todo durante mi infancia y mi adolescencia.

            —Tao… —escuché que me llamaba YiXing e intenté prestarle atención porque tenía que ser algo importante—. ZiTao, te necesitamos, por favor, vuelve con nosotros…

            Sí, aquello que decía era muy importante, me necesitaban para ganar… pero simplemente no podía hacerlo, no estaba capacitado para poder hacerlo. Sentí unos brazos alrededor de mi cintura y supe inmediatamente que eran los de JongIn, por lo que tomé sus manos entre las mías, aunque esa fue mi única reacción a pesar de que él me susurró una y otra vez las mismas palabras como un mantra.

            —Por favor, vuelve, ZiTao, te necesitamos, te necesito.

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            En cuanto vi aparecer a ÉL con la forma adoptada de mi casero en aquel descampado no lo pensé demasiado antes de alejarme de los chicos y encaminarme hacia él. Si alguien tenía que luchar contra aquel ser maligno debía ser yo ya que era quien tenía más desarrollados los poderes de los doce. Le eché un último vistazo a YiXing antes de colocarme a unos cuantos pasos de distancia de nuestro mayor enemigo y empezar a hablar.

            —¿Por qué? —pregunté—. ¿Por qué has venido a por nosotros de nuevo?

            —Porque tendríais que haber muerto hacía mucho tiempo —respondió—. No tendríais que haberos reencarnado, así todo habría sido más fácil para mí.

            —Nada es fácil nunca —dije—. Viniste a destruir este planeta, al igual que destruiste EXO.

            —Creí que había acabado con vosotros la última vez, pero aquel que tiene la habilidad de sanar os salvó —contestó—. No esperaba encontraros en este lugar, pero habéis hecho las cosas interesantes.

            —La Tierra era el planeta que creamos en un principio, el planeta que otros dioses nos arrebataron, era lógico que nos encontráramos aquí al reencarnarnos —murmuré, más para mí mismo que para que ÉL lo escuchara.

            —Me he divertido jugando con vosotros —comentó—, pero ahora ha llegado el momento final.

            Llevaba en guardia desde que había comenzado mi conversación con él, acumulando mi energía para lanzarle un ataque que fuera certero y aproveché que estaba tan confiado en poder acabar con nosotros sin mucho esfuerzo para lanzarle una lengua de fuego que rodeó su cuerpo como si de una serpiente se tratara, consumiéndolo en las llamas. Parecía que todo había acabado cuando las cenizas del cuerpo cayeron al suelo, pero yo sabía que no había hecho más que empezar.

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            Los entrenamientos con Kevin habían dado sus frutos porque finalmente había sido capaz de desarrollar mis habilidades de telequinesis y, aparte de mover objetos o de poder controlar conscientemente el cuerpo de las personas durante algunos segundos, había desarrollado la capacidad de poder comunicarme mentalmente. Era algo intermitente y no tan bueno como para establecer una conversación, pero era lo suficientemente estable como para poder dar cortos mensajes.

            Había estado practicando los últimos días con SeHun, por lo que era con él con el único con el que podía conectar a ese nivel y de forma más o menos sencilla, y por eso, en aquellos momentos en los que estaba luchando contra una de las enemigas, le daba algunas directrices para que pudiera esquivar los ataques que esta le lanzaba, creándole una ventaja táctica. Sin embargo, no podía alejarme mucho de él porque aquel poder no era muy boyante.

            Veía cómo mi chico usaba todo lo que tenía contra su contrincante, siguiendo mis directrices para esquivar los ataques más traicioneros que lanzaba la chica y a los que no tenía manera de defenderse si no fuera por mi ayuda. SeHun parecía bailar en medio de aquel descampado, usando el aire que se movía a su alrededor para atacar con toda su fuerza, pero la enemiga no flaqueaba por nada del mundo, al contrario que él. Mi pequeño estaba utilizando toda su energía para combatir y poco a poco sus fuerzas estaban flaqueando. No podría continuar por mucho más tiempo, así que debía acabar con ella.

            “SeHun” lo llamé mentalmente “Cuando la atacas por la derecha le cuesta mucho verlo, así que atácala por ese lado todo lo que puedas”.

            “Entendido” me contestó él.

            Viendo a SeHun acatar mis órdenes decidí que era momento de utilizar mi poder también, para ayudarlo a terminar con aquella chica finalmente. Cerré mis ojos y me concentré, me concentré en el cuerpo de la enemiga e intenté atraparlo con mi poder para que no se pudiera mover, sin embargo, mis esfuerzos fueron en vano porque mi concentración se fue al traste cuando escuché a SeHun gritar. Vi a mi chico envuelto en llamas y ahogué un grito desesperado.

            Mi pequeño… no podía… Me mordí el labio inferior a la vez que echaba a correr hacia él importándome poco lo que allí se desarrollaba. Cuando llegué hasta él, las llamas no me dejaron avanzar, pero los gritos que profería desde el interior me hacían saber lo mucho que estaba sufriendo. No podía dejar las cosas así, no podía dejar que SeHun muriera de aquella forma. Por eso, me giré hacia la enemiga que sonreía de forma arrogante y utilicé todo lo que tenía para acabar con ella.

            Mi cabeza parecía que iba a estallar por todo lo que estaba utilizando contra ella, pero no podía flaquear, no hasta verla inerte a mis pies. Quizás fueron unos segundos o quizás fueron horas, pero finalmente, mi deseo se vio cumplido y cuando ocurrió, no pude hacer otra cosa más que adentrarme en las llamas con mi chico.