Título: Veneno
Parejas: XiuSoo (XiuMin x D.O.) (EXO)
Clasificación: R
Géneros: AU, intrigas de la corte
Número de palabras: 665 palabras
Resumen: Do KyungSoo lleva mucho tiempo escalando
peldaño a peldaño y sacando fuera del juego a los pretendientes al trono que él
ansía.
Avisos: muerte de personajes
Notas: pitch-hit para la
Cuarta Gala de Doce Dioses, en la que se debía hacer un drabble a partir de la
palabra asignada. Yo escogí veneno.
Comentario de autora: me gusta que los proyectos salgan
bien, así que quise echar una manita y ayudar a que esta gala pudiera
terminarse de completar. Espero que os guste.
Veneno
Do KyungSoo alzó lentamente su
cabeza de la mesa en un movimiento calculado y que estaba destinado a pasar
desapercibido pero que lo único que pretendía realmente era poder observar cómo
al otro lado de la mesa, en el lugar más alejado del que se encontraba él, una
persona alzaba su copa de vino para brindar con aquellos que tenía a su
alrededor. El chico esbozó una sonrisa sádica en ese momento y, si alguien lo
hubiera visto, habría sabido inmediatamente qué era lo que sucedía… pero había
sido demasiado cuidadoso a la hora de prepararlo todo, así que, rápidamente
cambió la expresión de su rostro por otra que no evidenciara que él era el
culpable de lo que iba a pasar en unos momentos.
Kim MinSeok, el último heredero que
quedaba al trono de EXO, llevó a sus labios aquella copa con vino envenenado y
le dio un largo sorbo. En su expresión, KyungSoo vio que lo había hecho
perfectamente, ya que no parecía haber notado ningún sabor extraño en su bebida
y se tranquilizó. Ahora solo le quedaba esperar unos minutos hasta que el veneno
comenzara a manifestar sus efectos. Primero sería la parálisis respiratoria,
luego irían las convulsiones y por último, las pupilas de su hermanastro se
dilatarían antes de caer inerte al suelo entre una gran conmoción. Jamás
sabrían que había sido él, nadie había sospechado de él cuando sus otros
hermanastros habían ido muriendo uno tras otro por pequeños y desafortunados
accidentes, así que todo saldría perfecto.
El único heredero que quedaría
después de la muerte de MinSeok había sido muy minucioso en sus actos y se
había cuidado de todos para que nadie lo acusara, así que, tenía que seguir
aparentando.
Cuando los primeros gritos se
escucharon en la mesa, KyungSoo alzó de nuevo su cabeza de una forma cuidada al
milímetro y miró en la dirección de la que procedían los gritos. Su hermanastro
se agarraba desesperadamente con una de sus manos a su garganta y otra a la
mesa, intentando respirar pero sin conseguirlo, así que el moreno se levantó de
su asiento rápidamente, como si estuviera preocupado por lo que estaba
sucediendo, y corrió hacia MinSeok.
—Hermano
—lo llamó cuando llegó a su lado—.
¡Hermano! —KyungSoo miró a su
hermanastro con angustia y lágrimas en sus ojos, pero lo único que encontró en
los del otro fue conocimiento de su crimen.
Las convulsiones comenzaron y
KyungSoo agarró firmemente a MinSeok, pareciendo desesperado, pidiendo que
apareciera el médico de la corte, pidiendo que alguien lo salvara y llorando
desconsoladamente mientras ocultaba los ojos llenos de conocimiento de su hermanastro
de todos los demás, hasta que las pupilas se le dilataron y su cuerpo quedó
inerte segundos después entre sus brazos. Para las personas que se encontraban
en aquella sala, su actuación había sido perfecta porque los amigos más
allegados a MinSeok, su guardia personal, simplemente se acercaron a él y le
arrebataron el cuerpo de su hermanastro, para después comenzar a abrazarlo,
diciéndole palabras cálidas al oído y así poder calmarlo.
KyungSoo enterró su rostro en el
amplio pecho de uno de los guardias y esbozó una sonrisa escalofriante que no
vio nadie, antes de seguir con su actuación para que nadie jamás pudiera
adivinar que él era el causante de aquel envenenamiento.
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