EXO (4ª Temporada)

Capítulo 10

ÉL

            La mirada que tenía el casero en el momento en el que YiXing le abrió la puerta no me dio muy buena espina, por eso estuve atento a la conversación que mantenían y a cualquier movimiento que pudiera hacer el hombre. Por este motivo, me di cuenta de que algo iba a suceder un instante antes que todos los demás y rápidamente empujé a YiXing hacia la cocina, haciendo que esquiváramos por los pelos los rayos que habían salido de los dedos del casero y que se habían estrellado contra la pared de la entradita, justo detrás de donde había estado YiXing parado un segundo antes.

            —¡Es un enemigo! —les grité a los que estaban en el salón—. JongIn, llévalos a todos a un lugar en el que podamos luchar.

            No supe si realmente me había escuchado, pero poco a poco, los chicos comenzaron a desaparecer del salón mientras yo intentaba mantener al casero a raya, fuera del apartamento, enviándole ráfagas de fuego para que no pudiera entrar en el piso para atacarlos.

            —YiFan —escuché murmurar a YiXing a mi lado y le presté atención, aunque sin dejar de hacer que el fuego saliera de mis manos, aquel enemigo parecía fuerte, demasiado fuerte y sentía algo en mi interior que me decía que había algo malo con él—. Creo que es el enemigo más fuerte al que nos hemos enfrentado.

            —Yo también lo creo, Xing —contesté y al hacerlo sentí su mano en mi espalda, acariciando aquella zona para tranquilizarme.

            Pasaron algunos minutos hasta que me cercioré de que no quedaba nadie más en el apartamento y fue entonces cuando dejé de utilizar mis poderes para retener al enemigo que había tomado la forma de nuestro casero. Con cuidado, asomé mi rostro por la puerta y lo vi allí, impasible en el descansillo, con una expresión malvada en su cara.

            —¿Quién eres tú y por qué te has presentado a nosotros como nuestro casero? —cuestioné. Inmediatamente después, escuché una risa grave e inhumana.

            —Soy aquel que lleva mucho tiempo esperando para destruiros —respondió, haciéndome tragar saliva lentamente.

            —ÉL —murmuró YiXing detrás de mi cuerpo.

            —Tenemos que salir de aquí —le dije—. JongIn los habrá llevado a todos al descampado de siempre —YiXing asintió y ambos corrimos hacia la ventana de la cocina, él la abrió y después lo hice subirse a mi espalda antes de saltar—. Agárrate fuerte —murmuré, dejándome caer al vacío para luego remontar el vuelo.

-oooOOOooo-

            Apenas había escuchado el grito de Kevin desde la cocina cuando ya estaba agarrando a las dos personas que estaban más cerca de mí, SeHun y Lu Han, y desapareciendo con ellos del salón, reapareciendo segundos después en el descampado en el que habíamos librado ya muchas batallas pero que era el sitio idóneo porque nunca había nadie en aquel lugar.

            —Volveré en unos segundos con más —les dije a mis amigos—. Manteneos en guardia por si algún enemigo más apareciera.

            Ellos asintieron y entonces visualicé de nuevo el apartamento del que había venido para materializarme en él y agarrar a KyungSoo y MinSeok de los brazos para llevarlos junto a SeHun y Lu Han. Repetí este proceso varias veces, cansándome más a medida que iba quedando menos gente en el apartamento, pero no podía desfallecer, tenía que sacarlos a todos de allí lo más rápido posible. Cuando dejé en el lugar a ZiTao y JunMyeon, los últimos que quedaban además de Kevin y YiXing —aunque estos se las arreglarían bien porque Kevin podía ir a aquel lugar volando y llevar a YiXing con él—, había más personas de las que debería haber en aquel descampado.

            Entorné mis ojos para poder ver con claridad lo que se extendía frente a nosotros, descubriendo que a unos treinta metros se encontraban cinco chicas con pinta de ser nuestras próximas enemigas.

-oooOOOooo-

            Me quedé de piedra al ver que delante de nosotros se encontraban Victoria y sus amigas y compañeras de piso; sin embargo, las chicas alegres que había conocido hacía unos meses y con las que de vez en cuando había pasado más de una tarde entretenida, llena de charlas y de situaciones estúpidas, ya no se encontraban allí, parecían haber desaparecido y lo que veía en aquellos instantes era un cascarón vacío. Un cascarón como lo había sido ZhouMi, sin sentimientos y sin nada que le pudiera recordar a lo que había conocido de ellas en el pasado.

            Me comenzó a doler el pecho porque mi mejor amiga me estaba mirando de tal forma que parecía que me odiara y aquello me dolía más que nada.

            —Tao… —escuché que me susurraba JunMyeon—. ¿Aquella no era amiga tuya? —señaló disimuladamente a Victoria y yo asentí—. Luna y Krystal trabajaban con Kevin y conmigo en el Burger —anunció—. Esto es algo… extraño…

            —Lo sé —murmuré—. Lo sé muy bien.

            Me mordí el labio inferior, sin poder creer lo que veía, porque era imposible que ellas fueran nuestros enemigos, pero estaban allí y sus posturas evidenciaban que estaban en guardia, por si alguno de nosotros les lanzaba algún ataque sorpresa. Inspiré hondo y me dispuse a hablar, a gritar más bien, porque quería saberlo, necesitaba saber por qué ellas.

            —¿Por qué? —les grité—. ¿Por qué sois nuestras enemigas?

            —Porque así lo ha querido ÉL —me respondió Victoria y el dolor punzante en mi pecho incrementó—. ÉL quiere que sufráis y que lo hagáis de la mano de personas que conocéis y a quienes queréis.

            —No… no… —murmuré.

            —Vas a morir hoy aquí, Hwang ZiTao. Tú y todas las personas a las que aprecias.

-oooOOOooo-

            Tao estaba hablando con las chicas que eran nuestras enemigas y tanto él como JunMyeon parecían conocerlas, así que aquello era malo, muy malo. JongDae nos había contado cómo cuando estuvieron en China, apareció ante ellos como enemigo un conocido de Tao y que aquello casi les cuesta la vida a MinSeok y al propio ZiTao. Aquello era malo, muy malo, porque si era gente conocida la que había en frente, era mucho más difícil atacar.

            El chico parecía estar bastante en shock, por lo que no se dio cuenta de que una de las chicas, la castaña de pelo muy largo, alzó su mano para lanzar un ataque dirigido a ZiTao. Apenas me dio tiempo para reaccionar, pero pude cortar el ataque creando una barrera de fuego frente a nosotros que lo detuvo antes de que pudiera hacerle daño a ninguno de nosotros.

            —Oh, así que quieres pelea —escuché que decía una voz femenina muy cerca, detrás de la cortina de llamas que había creado.

            —Claro que quiero pelea —respondí, deshaciendo la barrera de fuego y utilizando aquellas llamas para lanzárselas a la chica, al lugar desde el que procedía su voz.

            Ella gritó un segundo después, por lo que supe que le había acertado, aunque probablemente no la había matado y solamente la había herido, pero alguien herido siempre tenía menos fuerza que alguien completamente sano. Esbocé una sonrisa. Iba a utilizar todo lo que había aprendido, iba a usar mi poder sin contenerme e iba a ganar porque no podía dejar que a BaekHyun le sucediera nada malo. Le había prometido que iba a cuidar de él e iba a cumplir mi promesa.

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            Cuando saltamos por la ventana me agarré fuertemente a YiFan, tan fuerte que probablemente le hice daño, pero él no se quejó y simplemente emprendió el vuelo hacia el descampado en el que habíamos librado muchas de nuestras batallas. Cerré mis ojos porque el suelo estaba demasiado lejos y, aunque nunca me habían dado miedo las alturas, volar de aquella forma no era algo a lo que estuviera acostumbrado.

            No tardamos demasiado en llegar al descampado y, en cuanto YiFan aterrizó, me bajé de su espalda, abriendo mis ojos y mirando a mi alrededor. Todos los chicos se encontraban en aquel lugar, pero además de ellos, allí estaban unas chicas, paradas en una línea frente a nosotros. Había rastros de fuego, una franja prácticamente recta que nos separaba de ellas y su pe que habían comenzado a tantearse y que por el momento no iban a hacer otro movimiento. Tuve que forzar mi vista un poco para descubrir que entre todas ellas, había una chica a la que yo conocía, pero que Kevin conocía aún más.

            —Amber —murmuré.

            YiFan a mi lado parecía estar en shock, por lo que le toqué el brazo para llamar su atención. Él se giró lentamente hacia mí y en su rostro pude ver su confusión. Había habido precedentes, como cuando nos enfrentamos a mi amigo KyuHyun o como cuando encontraron a ZhouMi en China, pero jamás se me habría ocurrido que alguien como Amber pudiera ser nuestro próximo enemigo. Me fijé mejor en ellas y pude verlo, había algo que no debía estar allí, algo que las hacía diferentes, algo que era extraño.

            —YiFan… no son malas en realidad… hay algo que…

            —No está bien con ellas… como si no tuvieran alma… —terminó él—. No me había dado cuenta antes de esto, pero Amber jamás pondría esa expresión, ella jamás haría algo que me hiciera daño.

            Tras escuchar sus palabras me puse a pensar, a pensar en todos nuestros anteriores enemigos, a recordar a todos aquellos con los que me había topado y de todos ellos parecía emanar la misma sensación, como si les hubieran arrancado una parte de sí mismos, las que los hacía ser ellos. Todos seguían el mismo patrón, todos menos RyeoWook. Según me había contado YiFan, él lo había ayudado cuando descubrió sus poderes y siempre había tenido una especial sensibilidad a lo que iba a pasar, pero hubo un cambio en él, un cambio que lo hizo desaparecer de su vida y que finalmente lo convirtió en un enemigo.

            Sin embargo, cuando se presentó ante nosotros y nos dijo que cuidáramos de Tao no tenía esa aura que poseían todos nuestros enemigos, era como si se estuviera resistiendo a algo. Irremediablemente, recordé aquel momento. RyeoWook había aparecido ante nosotros, con aspecto agotado y nos había advertido sobre el futuro, YiFan había querido preguntarle más cosas, pero el chico apenas si podía sostenerse y nos pidió que acabáramos con su vida antes de que lo hiciera ÉL porque ya se había sentenciado al escapar de su control y avisarnos.

            —YiFan… no son ellas —dije—. No son ellas mismas, creo que podría ayudar a que volvieran a ser ellas mismas, incluso podría hacer algo por los demás enemigos que hemos tenido a lo largo de estos meses…

            —No. Eso supondría tu muerte, YiXing… —murmuró.

            —No… creo que puedo hacerlo sin ponerme en peligro…

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            La ronda de preguntas y respuestas de aquella especie de conferencia que habíamos tenido con nuestras enemigas parecía que por fin había terminado, la pelea había comenzado y Kevin había regresado con YiXing, quien había estado diciendo cosas sin sentido que me habían dejado lleno de dudas. Aún no había recuperado mis recuerdos y por lo poco que Kevin y ChanYeol habían contado no podía ni siquiera imaginarme lo que aquello habría sido, sin embargo, sí que podía sentir cómo la oscuridad y la maldad se cernían lentamente a nuestro alrededor, haciendo que el ambiente se cargara y que apenas pudiera respirar. Era una sensación que había tenido antes, la misma que tuve cuando fuimos a rescatar a Tao, pero amplificada, y aquello me hizo temblar.

            —ChanYeol —susurré. Mi chico se giró hacia mí levemente, sin dejar de tener un ojo puesto en lo que pasaba ante nosotros—. ÉL está aquí.

            Quise decir algo más, pero no pude hacerlo porque en ese mismo momento sentí cómo mi cuerpo se paralizaba totalmente por una descarga eléctrica y unos segundos después, la oscuridad me tragaba. Lo último que pude llegar a ver fue el rostro angustiado de ChanYeol, moviendo sus labios repitiendo una y otra vez mi nombre como una letanía.