Título: Stop, Rewind,
Play
Autora: Riz Aino
Pareja: JungKi (Jung
Jung + Hong EunKi) (PRODUCE 101)
Clasificación:
R
Géneros:
pwp, smut
Número de palabras:
2.212 palabras
Resumen:
Jung Jung no puede parar de ver el momento en el que él y EunKi compartieron
escenario, no puede parar de sentir cómo su corazón se para en el instante en
el que sus rostros se acercan demasiado y no puede evitar pensar qué habría
pasado si en ese momento se hubieran besado…
Advertencias:
es simplemente un pequeño toqueteo, también llamado yo te hago una paja y tú me
la haces a mí, no hay nada más profundo (?)
Notas:
al igual que Jung Jung en el fic, yo no puedo dejar de ver este
momento una y otra vez esperando que cambie y que en una de las ocasiones se
besen.
Comentario de autora:
yo dije que no quería escribir del Produce hasta que no supiera quiénes eran
los que iban a debutar, pero me atacan todos de tal manera que no me puedo
resistir. Espero que os guste.
Como cada viernes, minutos antes de las once
de la noche, los chicos que quedaban compitiendo en el programa comenzaban a
entrar a una sala que había sido acondicionada para ellos, con tantas sillas
como concursantes, para que todos pudieran ver la emisión en directo de Produce
101, aquel programa con el que esperaban convertirse en estrellas. Ya se había
vuelto una costumbre dejar ese día de entrenar antes de lo que generalmente lo
hacían, ducharse y colocarse el uniforme del programa para ir a ver la emisión,
algo que ya habían hecho durante los cuatro viernes anteriores y algo que
seguirían haciendo aquellos que fueran superando las distintas eliminaciones
durante el resto de semanas que todavía le quedaban al programa. Aquel día
sería igual que todos los viernes, con la excepción de que en aquel episodio
verían de nuevo a sus compañeros que no habían sido capaces de pasar el primer
corte y quizás algunas lágrimas volvieran a escaparse de sus ojos recordando
los momentos que habían pasado todos juntos, pero aunque fuera un poco más
especial que los anteriores, era simplemente un viernes más.
Al menos eso era lo que Jung Jung había
pensado cuando entró a la sala y se sentó tranquilamente en una de las sillas
que se encontraban vacías. Lo que el chico no sabía era que, además de emitir
la eliminación, también emitirían algunos que otros momentos de su vida en la
academia, incluyendo aquel día en el que hicieron una batalla de baile y que,
por supuesto, para deleite de las chicas que estaban siguiendo el programa,
iban a emitir el momento en el que él mismo y Hong EunKi hicieron una repentina
colaboración de baile moderno con la que hicieron que todos se quedaran con la
boca abierta y que les valió a todos los de la clase D un nuevo par de
zapatillas gracias a que el menor había ganado la batalla.
Jung Jung había intentado no pensar en
aquellos momentos que habían pasado demasiado rápido y en los que había estado
tan sumergido en la música y en el baile que prácticamente no recordaba mucho
de lo que había hecho, pero sí que había habido algo que de vez en cuando
recordaba y que todavía hacía que el corazón le latiera de forma acelerada y
que el vello de su cuerpo se le crispara. El momento en el que EunKi había
tendido su mano hacia él y él la había agarrado, acercándose a su rostro de
forma peligrosa.
Desde que aquello había sucedido Jung Jung
había soñado, más de una vez y más de dos, que en aquel instante, en lugar de
que sus rostros quedaran simplemente a centímetros de distancia, sus labios
acababan encontrándose.
Cuando en la enorme pantalla apareció el
baile que habían compartido y repitieron varias veces aquel momento, todos los
chicos que se encontraban en el lugar comenzaron a gritar y Jung Jung recibió
algunos codazos cariñosos y levantamientos de cejas insinuando cosas que el
chico no quería que fueran insinuadas —no porque no le gustaran aquellas cosas
que insinuaban, sino porque quizás le gustaban demasiado como para que fuera
sano para su salud mental, ya de por sí malograda durante el programa—. No
obstante, sin poder evitarlo, se giró a su alrededor, buscando el lugar en el
que se encontraba sentado Hong EunKi, descubriéndolo un par de filas por detrás
de él, mirándolo con una sonrisa enorme y encantadora en su rostro. Jung Jung
rápidamente tragó saliva y se giró de nuevo a la pantalla, tratando de
enfocarse.
Sin embargo, a pesar que el chico trató con
todas sus fuerzas de concentrarse en la pantalla y en dejar de pensar en Hong
EunKi y en un beso que nunca había sucedido, no pudo calmar su interior de
ninguna forma.
~.~.~
Varios días habían pasado desde la emisión
del episodio cinco del programa y esos mismos días habían sido los que Jung Jung
no había podido dormir demasiado bien debido a que a mitad de la noche, se
despertaba sobresaltado, después de haber soñado con algo que no recordaba —pero
que intuía tenía que ver con cierto chico, ahora de cabello dorado, en el que
no podía dejar de pensar— y con una erección entre sus piernas. El chico había
tratado de lidiar con aquel problema sin llamar la atención de los demás chicos
con los que en aquellos momentos compartía su habitación y, al parecer, ninguno
se había dado cuenta de nada; sin embargo, no había conseguido sacar de su
interior el nerviosismo que sentía cada vez que se encontraba con Hong EunKi,
cada vez que estaban cerca el uno del otro, cada vez que el menor le sonreía. A
aquellas alturas, estaba completamente seguro de que el otro se había dado
cuenta de que algo le pasaba y que era por él que estaba tan raro, pero Jung Jung
quería mantener la vana esperanza de que no fuera así, para tratar de obtener
más tiempo con el que poder ver las cosas con más perspectiva y aclararse.
Pero las cosas nunca salían como Jung Jung
esperaba y siempre había algo que se torcía por el camino y que lo hacía quedar
terriblemente mal.
~.~.~
Jung Jung se encontraba en uno de los pocos
lugares de aquel complejo en los que no había ninguna cámara que grabara todos
y cada uno de sus movimientos, uno de los baños cercanos a las salas de
práctica, con su recién adquirido teléfono móvil —aquel que tendría solo
durante una hora y que tendría que volver a dejar después para seguir con los
ensayos— encerrado en uno de los cubículos mientras veía una y otra vez en Naver el cut de la presentación que había tenido junto a EunKi. Lo paraba
cada dos por tres, observaba las reacciones del menor y luego lo volvía a poner
sin poder dejar de hacerlo y sin tratar demasiado de controlarse porque aquel
vídeo era lo único que tenía para poder dar una forma más real a sus fantasías.
Al final, después de visualizar aquel vídeo
más de diez veces seguidas, Jung Jung no pudo evitar llevar su mano a sus
pantalones y retirárselos solo lo justo para dejar el acceso libre a su miembro
y comenzó a masturbarse, tratando de hacer ningún ruido mientras seguía viendo
el vídeo. El chico no había planeado aquello, pero sabía que finalmente tenía
que acabar de aquella forma para resolver el problema que tenía, porque no
había ninguna otra forma más que liberar la tensión acumulada en su interior
dándose el placer de llegar al orgasmo, aunque solo fuera con su mano y aunque
solo fuera visualizando a Hong EunKi en la pantalla de su teléfono móvil y no
junto a él de verdad.
Jung Jung comenzó a respirar de forma
entrecortada cuando empezó a sentir que no le podía quedar demasiado para
correrse y quizás hizo algo de ruido que podría escucharse por alguien que
entrara al baño, pero todos los que se encontraban allí eran hombres y sabían
perfectamente que era algo necesario, más cuando estaban ante constante
presión, por lo que el chico realmente no se preocupó por ello y siguió
tocándose, cada vez más y más rápido, hasta que una voz procedente del techo
habló, una voz que reconocería en cualquier lugar y que hizo que rápidamente
soltara su móvil y tratara de cubrirse mientras miraba hacia arriba y veía a
Hong EunKi sosteniéndose con sus brazos sobre la pared que había entre los
cubículos y que no llegaba hasta el techo.
—¿Qué haces? —era lo que le había preguntado
y lo que había sobresaltado a Jung Jung, una pregunta que, obviamente no podía
responder sin dejarse en evidencia o sin sonar como un pervertido—. Bueno, en
realidad sé perfectamente lo que haces, pero tenía curiosidad por el vídeo que
estabas viendo.
Por la forma en la que había dicho aquello
Jung Jung sabía perfectamente que, aunque no entendiera del todo coreano, EunKi
había visto el vídeo y trataba de burlarse de él. El chico trató de armar una
excusa convincente en su cabeza, pero por más que pensó en los segundos que
ambos estuvieron mirándose a los ojos en silencio, no se le ocurrió
absolutamente nada.
—Ya lo sabes, no sé por qué preguntas.
Aquello fue lo que contestó finalmente y, con
toda la dignidad que pudo se levantó los pantalones y se los colocó bien para
después coger su móvil del suelo y salir del cubículo, en un claro intento de
huir del menor. Sin embargo, para cuando abrió la puerta, EunKi ya se
encontraba frente a él con una de aquellas sonrisas encantadoras que siempre
adornaban su rostro.
—Lo sé —respondió el chico—, pero quería
escucharlo salir de tus labios —la mirada del menor bajó repentinamente a su
boca—. Aunque realmente no me hace falta que lo digas.
Y antes de que Jung Jung pudiera reaccionar,
Hong EunKi había entrado con él al cubículo y había cerrado la puerta a sus
espaldas, dejando que sus cuerpos se encontraran a escasos centímetros el uno
del otro, mucho más cerca de lo que jamás lo habían estado antes. El mayor se
sintió un poco sofocado, por aquello y por la mirada penetrante y llena de
deseo que brillaba en los ojos de EunKi, pero nada comparado con el calor que
sintió recorrer todo su cuerpo cuando el menor se acercó más a él, haciendo que
cada parte de sus cuerpos se rozara y que sus labios se encontraran.
—Yo también llevo pensando en ti de formas
que no debería desde que hicimos el baile —le dijo el rubio y Jung Jung sintió
cómo su corazón estallaba de lo rápido que latía dentro de su cuerpo—, así que…
si quieres… podemos tocarnos el uno al otro…
—Sí quiero —respondió el mayor sin pensárselo
dos veces.
No tuvo que esperar ni un segundo para sentir
cómo la mano de EunKi se introducía en sus pantalones y comenzaba a tocar su
miembro, haciendo que todo el cuerpo le temblara por roce y que un suspiro
involuntario escapara de sus labios, haciendo reír a EunKi. Con la mente algo
nublada porque todo estaba sucediendo demasiado rápido, Jung Jung decidió que
él también tenía que hacer débil al menor e introdujo su mano en los pantalones
ajenos, para encontrar el miembro del menor, prácticamente erecto, lo que le
hizo pensar que quizás había estado algo de tiempo observándolo antes de
interrumpirlo. No obstante, Jung Jung no pudo pensar mucho más porque su mente
comenzó a nublarse debido al placer que la mano del menor le estaba
proporcionando y solo pudo concentrarse en hacerlo sentir igual de bien hasta
que finalmente ambos acabaron corriéndose.
Siguieron abrazados, tratando de recuperar la
respiración durante algunos momentos, con las manos todavía en los pantalones
del otro y sin decir ni una sola palabra. Jung Jung se llegó a plantear que
todo aquello hubiera sido producto de su imaginación, que nada hubiera sido
real y que simplemente se había vuelto loco, pero había demasiadas cosas que
indicaban que no lo había sido, que sí que era real, que de verdad que Hong
EunKi y él se habían masturbado el uno al otro.
—Deberíamos volver… —murmuró EunKi en su oído—,
pero esto no puede solo quedar aquí.
Jung Jung asintió, imaginando levemente que
se pudieran encontrar en cualquier otro momento y que continuaran con aquello,
yendo mucho más profundo que en aquella ocasión. Ambos se separaron después y
se sonrieron tímidamente antes de salir del cubículo para lavarse las manos en
los lavabos, quitando de ellas todo rastro que pudiera indicar a los demás la
actividad que habían tenido y que el mayor estaba deseando volver a repetir.
Notas finales:
—He
decidido llamar a Jung Jung así en lugar de usar su nombre real, Zhu ZhenTing,
porque sé perfectamente que todas lo conocéis como Jung Jung y no por su nombre
real.
—Y
sí, sí que estoy pensando en hacer un fic en el que vayan mucho más allá, pero
por el momento no tengo el suficiente tiempo como para desarrollarlo, por lo
que tendrá que ser un poco más tarde.
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