Título: Black or White (Black Mind / White Mind)
Autora: Riz Aino
Pareja: 2Sung (Jung JinSung + Park SungWon) (1THE9)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, fantasy, romance, drama, fluff
Número de palabras: 1.214 palabras
Resumen: una guerra de dimensiones bíblicas está a
punto de estallar entre los ángeles y los demonios… pero JinSung y SungWon solo
quieren escapar de ella.
Notas: el título de la historia viene del título de la canción
Black or White de CROSS GENE, que además tiene otras dos versiones llamadas Black
Mind y White Mind y pues había que aprovecharlo. Si no habéis escuchado el
temazo, hacedlo YA (aunque tened cuidado con el MV, mucho gore y mucha sangre).
Comentario de autora: estaba ordenando mis mangas y me puse a
releer Kobato una tarde, lo que me dio esta maravillosa idea. Espero que os
guste.
Black or White (Black Mind / White Mind)
Existe un puente que comunica los
tres planos existentes de la realidad: el divino, el demoniaco y el humano. No
es un lugar muy transitado, ya que es utilizado solo cuando el Cielo y el
Infierno necesitan encontrarse para negociar los nuevos términos de aquel
Tratado que llevan renovando milenios. Siempre es distinta la forma en la que
acaba, siempre son distintas las formas en las que el Cielo y el Infierno se
aproximan el uno al otro. Cada cien años, deben encontrarse, no obstante, para
poder renovarlo. La primera y única guerra fue ganada por el Cielo y esos
fueron sus términos, encontrarse para dialogar cada cien años para poder satisfacer
a ambas partes y no imponer su voluntad sobre el Infierno porque simplemente
era otro de los planos de la realidad, igual de importante que los demás. Y,
sin embargo, desde hace milenios, en éste, lo único de lo que se habla es de
comenzar otra guerra con el Cielo, para vengarse de ellos, para imponerse sobre
ellos… y el momento para ello, ha llegado finalmente.
JinSung no lo entiende. No entiende
aquel resentimiento y odio contra el Cielo porque lo único que él siente es
curiosidad por aquellos seres que tienen también alas, pero que son de un color
blanco casi translúcido.
Por ese motivo, mientras todo el
Infierno se prepara para la guerra que quieren desencadenar en el siguiente
tratado, para el cual solo quedan unas semanas, él no puede evitar subir hasta
el puente. No sabe qué quiere ver o encontrar allí, simplemente quiere ver el
lugar antes de que se convierta en un lugar maldito, en una masacre… y el
puente no es como siempre se lo ha imaginado, no es un “puente” simplemente, es
un lago inmenso que está bajo él, un lago de aguas cristalinas en las que se
refleja su figura, es un prado verde lleno de flores de distintos colores, es
un pequeño bosque lleno de árboles milenarios… es un lugar en el que no existe
ningún ser vivo además de las plantas, porque estos solo existen en el plano de
los humanos, pero aun así, sigue siendo hermoso.
Y… en ese hermoso lugar… JinSung
encuentra a alguien hermoso…
Un ángel, un ángel joven, con sus
alas enredadas en las ramas de un árbol, moviéndose frenéticamente para tratar
de liberarse, pero enredándose más con cada movimiento que hace. Es irrisorio,
patético… y, aún así, JinSung no puede hacer otra cosa más que observarlo con
adoración porque es el ángel más hermoso que ha visto en sus más de trescientos
años de vida. Se acerca a él y lo ayuda a desenredarse con cuidado, tratando de
no hacerle más daño del que ya se haya hecho el pobre ángel. Cuando finalmente
ambos están en el suelo, el ángel le agradece una y otra vez torpemente por su
ayuda y JinSung siente una calidez en su pecho que nunca antes ha sentido y ni
siquiera sabe lo que es, pero entiende que la provoca el ser que tiene delante.
El ángel que le habla como si fuera
alguien de la corte celestial, sin miedo, sin reservas, que le dice su nombre,
SungWon, que le explica que su puesto es vigilar el puente desde el lado del
Cielo —algo que se supone que también debería de estar haciendo el Infierno
desde su lado, pero que lleva al menos un milenio sin hacer porque el Cielo no
es una amenaza para ellos y no tienen por qué vigilarlos—, que le cuenta que se
ha enredado en las ramas de los árboles porque ha descubierto un nido de un
pájaro con huevos y eso solo significa que una brecha entre los tres planos se
ha abierto. Le habla de todo aquello como si el Cielo y el Infierno no estuvieran
en una tregua barata por un Tratado que dentro de poco iba a ser quebrantado… y
la calidez dentro de él se extiende con cada cosa que el ángel le dice,
hablando con timidez, pero con la sabiduría de un ser semi inmortal que al
menos ha transitado por el mundo unos pocos cientos de años.
JinSung no sabe el tiempo que pasa
en aquel lugar junto a SungWon, el tiempo es insignificante para él y solo
desea poder estar junto al ángel por siempre. Los días y las semanas se suceden
mientras va a verlo cada día y él también comienza a hablar poco a poco del
Infierno, a pesar de que sabe que la información que está revelando es
confidencial y no debería estar haciéndolo, menos avisando a su enemigo natural
de los planes que tienen, pero JinSung no puede evitar hablarle de que el
Infierno planea violar el tratado y atacar al Cielo. Como si de aquella forma
pudiera asegurar la seguridad de aquel ángel hermoso con el que pasa los
segundos, los minutos, las horas y los días.
Para su sorpresa, el ángel lo sabe.
Desde el Cielo lo saben todo y también se están preparando para la inminente
guerra que se va a desencadenar entre ambos planos de la realidad. Una guerra
que va a desestabilizar de nuevo el equilibrio del universo.
—Por eso se ha abierto esa brecha —explica—.
La brecha que nos acerca al plano humano y que ha provocado que un ave cree su
nido aquí.
—¿Y si esa brecha nos da la
oportunidad de huir? —cuestiona JinSung—. Yo no quiero luchar contra el Cielo…
no quiero luchar contra ti…
—Los ángeles no estamos hechos para
luchar —replica SungWon—, pero nuestra capacidad de entender los planos y cómo
éstos funcionan, nos ayudan a la hora de enfrentar los conflictos… si se
desencadena una guerra, volveremos a ganar, pero me temo que todo volverá al
punto de partida… un Tratado que no satisfará los deseos de sangre y caos del
Infierno y que simplemente acumulará más y más odio durante milenios hasta
estallar de nuevo —un suspiro profundo nace de sus labios—. Los tres planos de
la realidad están abocados al desastre absoluto si el Infierno ganase una
guerra y el mundo dejaría de existir. Huir es una posibilidad de vivir lo más
lejos posible de esta batalla, de proteger a los humanos si la brecha se hace
más grande… de vivir en paz sin luchar en una guerra que no nos pertenece ni
representa.
—¿Huirías conmigo, entonces?
—Siempre.
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