sábado, 5 de diciembre de 2020

[One Shot] 2019 Super Rookies Drabbles: Black or White (Black Mind / White Mind) {2Sung}

Título: Black or White (Black Mind / White Mind)

Autora: Riz Aino

Pareja: 2Sung (Jung JinSung + Park SungWon) (1THE9)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, fantasy, romance, drama, fluff

Número de palabras: 1.214 palabras

Resumen: una guerra de dimensiones bíblicas está a punto de estallar entre los ángeles y los demonios… pero JinSung y SungWon solo quieren escapar de ella.

Notas: el título de la historia viene del título de la canción Black or White de CROSS GENE, que además tiene otras dos versiones llamadas Black Mind y White Mind y pues había que aprovecharlo. Si no habéis escuchado el temazo, hacedlo YA (aunque tened cuidado con el MV, mucho gore y mucha sangre).

Comentario de autora: estaba ordenando mis mangas y me puse a releer Kobato una tarde, lo que me dio esta maravillosa idea. Espero que os guste.

 

Black or White (Black Mind / White Mind)

 

            Existe un puente que comunica los tres planos existentes de la realidad: el divino, el demoniaco y el humano. No es un lugar muy transitado, ya que es utilizado solo cuando el Cielo y el Infierno necesitan encontrarse para negociar los nuevos términos de aquel Tratado que llevan renovando milenios. Siempre es distinta la forma en la que acaba, siempre son distintas las formas en las que el Cielo y el Infierno se aproximan el uno al otro. Cada cien años, deben encontrarse, no obstante, para poder renovarlo. La primera y única guerra fue ganada por el Cielo y esos fueron sus términos, encontrarse para dialogar cada cien años para poder satisfacer a ambas partes y no imponer su voluntad sobre el Infierno porque simplemente era otro de los planos de la realidad, igual de importante que los demás. Y, sin embargo, desde hace milenios, en éste, lo único de lo que se habla es de comenzar otra guerra con el Cielo, para vengarse de ellos, para imponerse sobre ellos… y el momento para ello, ha llegado finalmente.

 

            JinSung no lo entiende. No entiende aquel resentimiento y odio contra el Cielo porque lo único que él siente es curiosidad por aquellos seres que tienen también alas, pero que son de un color blanco casi translúcido.

 

            Por ese motivo, mientras todo el Infierno se prepara para la guerra que quieren desencadenar en el siguiente tratado, para el cual solo quedan unas semanas, él no puede evitar subir hasta el puente. No sabe qué quiere ver o encontrar allí, simplemente quiere ver el lugar antes de que se convierta en un lugar maldito, en una masacre… y el puente no es como siempre se lo ha imaginado, no es un “puente” simplemente, es un lago inmenso que está bajo él, un lago de aguas cristalinas en las que se refleja su figura, es un prado verde lleno de flores de distintos colores, es un pequeño bosque lleno de árboles milenarios… es un lugar en el que no existe ningún ser vivo además de las plantas, porque estos solo existen en el plano de los humanos, pero aun así, sigue siendo hermoso.

 

            Y… en ese hermoso lugar… JinSung encuentra a alguien hermoso…

 

            Un ángel, un ángel joven, con sus alas enredadas en las ramas de un árbol, moviéndose frenéticamente para tratar de liberarse, pero enredándose más con cada movimiento que hace. Es irrisorio, patético… y, aún así, JinSung no puede hacer otra cosa más que observarlo con adoración porque es el ángel más hermoso que ha visto en sus más de trescientos años de vida. Se acerca a él y lo ayuda a desenredarse con cuidado, tratando de no hacerle más daño del que ya se haya hecho el pobre ángel. Cuando finalmente ambos están en el suelo, el ángel le agradece una y otra vez torpemente por su ayuda y JinSung siente una calidez en su pecho que nunca antes ha sentido y ni siquiera sabe lo que es, pero entiende que la provoca el ser que tiene delante.

 

            El ángel que le habla como si fuera alguien de la corte celestial, sin miedo, sin reservas, que le dice su nombre, SungWon, que le explica que su puesto es vigilar el puente desde el lado del Cielo —algo que se supone que también debería de estar haciendo el Infierno desde su lado, pero que lleva al menos un milenio sin hacer porque el Cielo no es una amenaza para ellos y no tienen por qué vigilarlos—, que le cuenta que se ha enredado en las ramas de los árboles porque ha descubierto un nido de un pájaro con huevos y eso solo significa que una brecha entre los tres planos se ha abierto. Le habla de todo aquello como si el Cielo y el Infierno no estuvieran en una tregua barata por un Tratado que dentro de poco iba a ser quebrantado… y la calidez dentro de él se extiende con cada cosa que el ángel le dice, hablando con timidez, pero con la sabiduría de un ser semi inmortal que al menos ha transitado por el mundo unos pocos cientos de años.

 

            JinSung no sabe el tiempo que pasa en aquel lugar junto a SungWon, el tiempo es insignificante para él y solo desea poder estar junto al ángel por siempre. Los días y las semanas se suceden mientras va a verlo cada día y él también comienza a hablar poco a poco del Infierno, a pesar de que sabe que la información que está revelando es confidencial y no debería estar haciéndolo, menos avisando a su enemigo natural de los planes que tienen, pero JinSung no puede evitar hablarle de que el Infierno planea violar el tratado y atacar al Cielo. Como si de aquella forma pudiera asegurar la seguridad de aquel ángel hermoso con el que pasa los segundos, los minutos, las horas y los días.

 

            Para su sorpresa, el ángel lo sabe. Desde el Cielo lo saben todo y también se están preparando para la inminente guerra que se va a desencadenar entre ambos planos de la realidad. Una guerra que va a desestabilizar de nuevo el equilibrio del universo.

 

            —Por eso se ha abierto esa brecha —explica—. La brecha que nos acerca al plano humano y que ha provocado que un ave cree su nido aquí.

            —¿Y si esa brecha nos da la oportunidad de huir? —cuestiona JinSung—. Yo no quiero luchar contra el Cielo… no quiero luchar contra ti…

            —Los ángeles no estamos hechos para luchar —replica SungWon—, pero nuestra capacidad de entender los planos y cómo éstos funcionan, nos ayudan a la hora de enfrentar los conflictos… si se desencadena una guerra, volveremos a ganar, pero me temo que todo volverá al punto de partida… un Tratado que no satisfará los deseos de sangre y caos del Infierno y que simplemente acumulará más y más odio durante milenios hasta estallar de nuevo —un suspiro profundo nace de sus labios—. Los tres planos de la realidad están abocados al desastre absoluto si el Infierno ganase una guerra y el mundo dejaría de existir. Huir es una posibilidad de vivir lo más lejos posible de esta batalla, de proteger a los humanos si la brecha se hace más grande… de vivir en paz sin luchar en una guerra que no nos pertenece ni representa.

            —¿Huirías conmigo, entonces?

            —Siempre.

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