Título: (If you can’t sleep) Come here with me
Autora: Riz Aino
Pareja: MinChan (Chan + Lee Know) (Stray Kids)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, college, romance, fluff
Número de palabras: 874 palabras
Resumen: Chan, su compañero de piso, le ha dicho muchas
veces que cuando tenga pesadillas vaya en su busca… MinHo siempre lo ha
ignorado, pero esa noche siente que de verdad lo necesita…
Notas: historia inspirada, como todas las de la colección en el
episodio del (♥) Kids Room correspondiente a
MinHo.
Comentario de autora: me gusta mucho este ship y adoro sus
interacciones, así que, poco a poco voy a comenzar a llenar mi masterlist de
fanfics de ambos. Espero que os guste.
(If you can’t sleep) Come here with me
MinHo respiraba de forma entrecortada,
sintiendo su corazón latir dentro de su pecho de forma desbocada. Un sudor frío
le recorría todo el cuerpo de arriba abajo y su cuerpo estaba todavía temblando
por el miedo. Acababa de tener parálisis del sueño y aquella sensación de
terror, de ahogo, lo acompañaba aún… y lo acompañaría el resto de la noche. Las
lágrimas aún le corrían por las mejillas y se perdían en la almohada y lo único
que el chico quería era que alguien lo abrazara fuertemente y le dijera una y
otra vez que todo estaba bien y que no tenía nada que temer. Sin embargo, no
tenía a nadie. Se tenía solo a sí mismo y él mismo debía calmarse. Ya lo había
hecho antes y lo podía hacer en ese momento también.
No obstante, MinHo no se sentía con
las suficientes fuerzas como para calmarse de nuevo y volverse a dormir.
Como pudo, salió de la cama y, a
pesar de que las piernas seguían temblándole demasiado, se puso en pie y caminó
por la habitación, dando varias vueltas, para tratar de despejar su cabeza.
Después salió de su cuarto y se fue al salón, sentándose en el sofá y mirando
la pared blanca, sin mirarla realmente. El lugar estaba en silencio, solo
escuchándose algunos coches pasar por debajo de la ventana de forma
intermitente y los ronquidos de su compañero de piso en alguna que otra
ocasión. El chico estaba durmiendo a pierna suelta después de pasar varias
noches en vela terminando algunos trabajos para sus clases. MinHo lo envidiaba
por estar durmiendo tan tranquilamente aquel día.
Chan, su compañero de piso, lo había
cazado en alguno de sus paseos nocturnos para tratar de calmarse después de sus
episodios de parálisis del sueño y, aunque no sabía exactamente de qué se
trataban, le había dicho en varias ocasiones que, si los volvía a tener, que no
le importaba que fuera con él para que lo abrazara y durmieran juntos. MinHo
había aceptado la oferta, sabiendo perfectamente que no era algo que pudiera
hacer, pero no había querido que el mayor se sintiera inútil. Cuando se lo
había encontrado en el salón alguna de las noches, Chan había parado de hacer
lo que estuviera haciendo para hablar con él y ayudarlo a pensar en otra cosa,
a veces incluso lo había abrazado, pero no era algo que pudiera pedirle… Chan
no podía ser el pilar que lo mantuviera todo en su sitio, él siempre se había
calmado solo y no había necesitado nada más.
Y, sin embargo, antes de que se
diera cuenta, se había levantado del sofá y había caminado hacia la habitación
desde la cual procedían los débiles ronquidos que se escuchaban desde el salón
y había entrado a ella. Cuando MinHo se percató de sus actos, ya se encontraba
junto a la cama de Chan, con su corazón latiendo rápidamente dentro de su
pecho, pero esta vez estaba seguro de que no era por la parálisis del sueño.
MinHo se mordió el labio inferior, indeciso. Había llegado hasta allí y lo único
que tenía que hacer era levantar las mantas un poco y meterse en el hueco que
Chan no ocupaba en aquella cama, buscando el calor y la protección del cuerpo
del otro… pero también era algo que no sabía si debía hacer, a pesar del
ofrecimiento del mayor.
—¿No puedes dormir? —la voz ronca de Chan lo
hizo salir de su ensimismamiento.
—¿Te he despertado? —preguntó, sintiéndose
culpable—. Lo siento mucho… —murmuró.
—No lo sientas —respondió Chan—. Ven aquí.
Se hizo un poco más al lado, dejando
más espacio para que MinHo pudiera entrar en la cama con él sin problemas.
MinHo titubeó durante unos momentos, pero al final simplemente entró en la cama
junto a él y se tumbó, dándole la espalda. Solo unos segundos después, los
brazos fuertes de Chan lo atraían contra su cuerpo y lo abrazaban con fuerza.
—¿Has tenido otra parálisis del sueño? —le
preguntó. MinHo no dijo nada, solo asintió—. No te preocupes, todo está bien,
estoy aquí contigo y no te voy a soltar, así que, duerme tranquilo —le susurró.
Una sensación de calidez se coló por
todos los poros de MinHo después de escuchar aquellas palabras y arrullado por
los susurros de Chan y por el sentimiento protector y de seguridad de sus
brazos y de su pecho contra su espalda, finalmente fue calmándose y poco a poco
quedándose dormido.
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