Título: 수리 수리 (Abracadabra)
Autora: Riz Aino
Pareja: YeonBin (YeonJun + SooBin) (TXT)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fantasy, fluff
Número de palabras: 908 palabras
Resumen: YeonJun siempre había oído que existía gente
en el mundo que poseía el don de la magia, pero nunca se había encontrado con nadie…
(o alternativamente, SooBin posee el don de crear chispas cuando chasquea sus
dedos, pero no tiene nada que ver con las chispas en los ojos de YeonJun).
Notas: historia escrita para mí, porque se me ocurrió esta idea y
no pude dejar de pensar en ella en ningún momento durante mucho tiempo.
Comentario de autora: la magia y la fantasía, mezclados con
el amorcito son de las cosas que más me gustan escribir y, después de escuchar
el “suri suri” de la canción debut, quise escribir algo así. Espero que os
guste.
수리 수리
(Abracadabra)
—Se supone que… no debería de estar
haciendo esto…
Aquello es lo que dice SooBin, justo
antes de cerrar sus ojos, inspirar de forma profunda y chasquear los dedos de
su mano derecha. Inmediatamente, de sus dedos, nacen unas pequeñas chispas
azules que iluminan la oscura habitación en la que ambos se encuentran, con las
cortinas echadas y la puerta cerrada con llave. YeonJun no puede evitar abrir
sus ojos y su boca al máximo, asombrado por aquella acción. No puede evitarlo
porque las chispas que han salido de los dedos de SooBin le han puesto la piel
de gallina y porque aquello realmente es asombroso e increíble. YeonJun siempre
ha oído que existía gente en el mundo que poseía el don de la magia, pero nunca
antes se ha encontrado con nadie… y es realmente impresionante.
—¿Me odias?
La pregunta que sale de los labios de SooBin lo pilla
completamente desprevenido. No se espera que después de enseñarle su don
mágico, le haga esa pregunta y, durante unos segundos, se queda con la boca
abierta, sin saber qué decir. Cuando reacciona, niega con la cabeza una y otra
vez hasta que una pequeña sonrisa aparece en el rostro de SooBin, reemplazando
su expresión de preocupación y miedo. YeonJun entiende que las personas que
poseen el don de la magia no están realmente aceptadas en la sociedad, pero él
adora a SooBin. Las chispas que aparecen en sus ojos cada vez que lo ve no
tienen nada que ver con las chispas que el chico acaba de crear entre ellos y
mucho que ver con la forma en la que SooBin siempre se ha comportado con él, la
forma en la que siempre ha tenido buenas palabras y acciones con él, todo
sonrisas y abrazos. Las chispas de los ojos de YeonJun se deben a que adora con
todo su ser a SooBin… lo adoraba antes de saber que era mágico, lo siguió
adorando cuando por casualidad vio cómo usaba su magia días atrás y lo continúa
haciendo ahora que han hablado y el menor le ha descubierto sus poderes
mágicos.
—En realidad… creo que es un
sentimiento mucho más fuerte… —dice, con algo de miedo. Porque son amigos, pero
no son nada más. Aunque YeonJun hace mucho tiempo que quiere serlo todo—. Me
gustas.
Y ahora es su turno de sentirse
ansioso y de tener un poco de miedo por la respuesta que pueda darle SooBin,
que se toma su tiempo para contestar. Están sentados en la cama, debajo de las
sábanas, con ellas creando una especie de escudo protector que los aísla del
mundo exterior y que los hace estar muy juntos. YeonJun casi puede sentir la
respiración de SooBin en su rostro y está seguro de que el menor debe de
escuchar el rápido latido de su corazón de la misma forma que él lo siente en
su cuerpo.
—Tú también me gustas…
Es lo que responde al final SooBin, provocando
que las chispas en los ojos de YeonJun vuelvan a aparecer y una enorme sonrisa
se extienda por su rostro. Aquella noche es más y es mucho mejor de lo que se
había imaginado que sería cuando aquella mañana invitó al menor a dormir en
casa, solo para poder hablar y comprobar si de verdad poseía el don de la
magia, porque no solo ha visto las chispas que nacen de sus dedos, sino que
también ha recibido una respuesta afirmativa a esos sentimientos que llevan
demasiado tiempo acumulándose en su interior. SooBin le sonríe y YeonJun siente
cómo algo dentro de su cuerpo se derrite por aquella sonrisa, como si fuera
magia.
—Abracadabra, pata de cabra… —no
puede evitar decir, aunque no tenga ningún sentido, provocando que la sonrisa
de SooBin se haga mucho más amplia.
—En realidad no necesito decir
hechizos para hacer magia —responde.
—¿No? —YeonJun se siente estafado
porque todas las películas que ha visto y todos los libros que ha leído siempre
han explicado que debe de decirse en voz alta un hechizo para hacer magia.
—Solo necesito cerrar los ojos y
concentrarme en lo que quiero hacer —murmura SooBin.
Y el chico cierra sus ojos de nuevo,
inspira hondo y chasquea sus dedos y las chispas vuelven a brotar de éstos como
anteriormente. Pero esta vez es diferente porque, aunque YeonJun se siente asombrado
como la primera vez que lo ha visto, lo único que hace es inclinarse un poco
hacia delante para besar los labios de SooBin, encontrando una sonrisa al
hacerlo, antes de que el menor le devuelva el beso.
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