sábado, 11 de septiembre de 2021

[One Shot] 연애잠금해제 (Unlocking Love): Boyfriend material {2Sung}

Título: Boyfriend material

Autora: Riz Aino

Parejas: 2Sung (Love + Rie) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG

Géneros: AU, romance, fluff

Número de palabras: 1.211 palabras

Resumen: su compañero de piso SungHo podría ser el novio perfecto para JiSung… si tan solo este dejara que lo fuera…

Notas: quería dejaros alguna compilación de Love panickeando por los OOO o de Rie siendo totalmente boyfriend material, pero al final no me puse a buscar ninguna, no sé siquiera si habrá.

Comentario de autora: todo el mundo sabe que Rie es literalmente el novio perfecto y también que Love panickea con cualquier muestra de afecto y/o roce de cualquiera de los OOO. Espero que os guste.

 

Boyfriend material

 

            JiSung no podía evitar pensar en que su compañero de piso sería su novio perfecto… el problema era que JiSung todavía no había acabado de salir del armario. Nadie sabía que era gay aparte de su círculo más cercano de amigos y ninguno de ellos había tenido tiempo de mencionarlo delante del chico, algo que JiSung agradecía infinitamente porque no estaba preparado para que el otro lo supiera todavía. SungHo había llegado a su vida casi como un ángel caído del cielo. Sus padres le habían cortado el grifo del dinero y él nunca había trabajado en su vida y tampoco iba a comenzar ahora, así que, había seguido el consejo de KyuBin y había puesto en alquiler la habitación que le sobraba del piso. El chico no había tardado más que unos días en comunicarse con él porque le interesaba la habitación y se había mudado en menos de una semana, salvando a JiSung de tener que trabajar para ganar dinero. Nunca había compartido vivienda más que con su familia, así que, estaba un poco nervioso por cómo podía salir la experiencia, pero al chico solo le hizo falta presentarse con una sonrisa de oreja a oreja para que a JiSung se le fueran todas las dudas y, realmente, SungHo no era el mejor compañero, sino que también tenía madera como su novio perfecto.

 

            JiSung no había podido evitar darse cuenta de que sus personalidades se complementaban, que las carencias de uno eran las virtudes del otro y que, además, tenían un montón de cosas en común. Tenían gustos similares en casi todo, pero más en la comida que otra cosa… y JiSung no tenía mucha idea de cocinar, era más de disfrutar de la comida, pero SungHo era un maestro en la cocina y cualquier cosa que se pusiera a hacer, aunque fuera por primera vez, le salía de lujo. Por eso, y por quizás demasiadas cosas más, JiSung adoraba a su compañero de piso y sentía que, si salieran juntos, podía ser su novio perfecto… cada día estaba más convencido de ello…

 

            —JiSung —lo llamó SungHo, haciendo que saliera de sus pensamientos.

            —Hmmm… ¿qué pasa? —le preguntó.

 

            SungHo titubeó y JiSung se extrañó porque, aunque el menor era un poco tímido, cuando tenía algo que decir, lo decía directamente, sin dar rodeos. Estaban en la cocina aquel día, juntos, haciendo unas galletas de chocolate que a JiSung se le habían antojado días atrás. SungHo había aparecido hacía un rato con todos los ingredientes y lo había puesto a ayudarlo con la masa, porque “había que machacarla mucho y él tenía buenos brazos”, habían sido sus palabras exactas y JiSung se había abstraído de la realidad mientras movía la masa una y otra vez encima de la encimera llena de harina para que no se le pegara a la superficie. No sabía qué era lo que le podía querer decir, pero su mirada viajaba entre la cara de JiSung y sus manos, como si se estuviera deteniendo a sí mismo de hacer algo que quisiera hacer.

           

            —¿Qué sucede? —volvió a preguntar y aquella vez, la mirada en los ojos de SungHo pareció un poco más decidida.

            —Tienes… mmmm… en la cara… —SungHo alzó su mano izquierda y la llevó hasta su mejilla derecha, tocando su piel durante un segundo—. Harina —dijo, señalándole su dedo blanco—. Sigues teniendo… un momento…

 

            JiSung se quedó completamente paralizado, sin saber cómo respirar, notando cómo dentro de su pecho, su corazón no paraba de latir rápido, muy rápido, demasiado rápido. Vio la mano izquierda del menor otra vez acercarse a su rostro a cámara lenta, de la misma forma que se acercó su rostro, sus cejas frunciéndose en señal de concentración, sus labios gruesos formando un leve puchero al ver que se le había quedado todavía harina en la mejilla, mientras trataba de limpiar los restos de la sustancia blanca. JiSung no pudo siquiera parpadear, viendo aquella escena, sintiendo cómo prácticamente algo estallaba dentro de él, su cabeza diciéndole una y otra vez que salvara la escasa distancia que separaba sus rostros y le diera un beso a SungHo.

 

            —Ya está —le dijo el chico y, al mirarlo, probablemente se debió dar cuenta del estado catatónico en el que JiSung se encontraba, por lo que retrocedió y bajó su mano—. Lo siento, creo que debía de haber dejado que te lo quitaras tú… espero que no estés enfadado por esto… no era mi intención… solo…

 

            SungHo estaba excusándose apresuradamente, pero su cerebro en lo único en lo que podía pensar era en que, si en aquellos momentos no callaba al chico besándolo, se iba a arrepentir toda la vida de no haberlo hecho. Así rápidamente, antes de que su cerebro le mandara una señal contradictoria sobre que no debería hacerlo, JiSung se acercó de nuevo al cuerpo de SungHo, pegándose por completo a él, llevando su mano derecha hasta su rostro para dejarla contra su mandíbula recta, acunándola. Sus ojos se encontraron solo un segundo, un segundo en el que los ojos del chico lo observaron brillando, como expectantes, y luego JiSung inclinó su cabeza para poder tomar aquellos labios gruesos que llevaba quizás demasiado tiempo queriendo besar. No fue largo, tampoco fue intenso, pero SungHo correspondió el beso y eso hizo que JiSung sintiera un poquito de esperanza cuando se separaron.

 

            —No sabía… que eras gay… —murmuró entonces SungHo, mirándolo fijamente a los ojos.

            —No lo sabe mucha gente —respondió JiSung, sincero. El menor asintió—. Solo mis amigos más cercanos… y ahora tú.

 

            SungHo volvió a asentir y JiSung notó cómo el nerviosismo se apoderaba de todo su cuerpo. ¿Qué era lo que estaría pensando el chico de él? Porque seguro que su cabeza iba a la misma velocidad que la suya. Muy rápido, demasiado rápido. Pensamientos yendo y viniendo de un lado para otro en décimas de segundo. Sin embargo, JiSung no se tuvo que preocupar mucho rato porque unos momentos después, SungHo llevaba sus manos hasta el cuello de su sudadera negra y tiraba de él hacia abajo para hacer que sus labios volvieran a encontrarse en un beso un poco más salvaje, largo y húmedo que el anterior. Sus labios se amoldaban el uno al otro, pareciendo encajar a la perfección, como si estuvieran hechos para estar besando al otro por el resto de la eternidad y JiSung se arrepintió quizás un poquito de no haberse acercado de aquella forma a SungHo hasta ese momento… porque podría llevar semanas disfrutando de la compañía del novio perfecto y de los besos de sus labios.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario