domingo, 26 de septiembre de 2021

[One Shot] 연애잠금해제 (Unlocking Love): I want you (to bite me) {KyuRie}

Título: I want you (to bite me)

Autora: Riz Aino

Parejas: KyuRie (KB + Rie) (OnlyOneOf)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, romance, humor

Número de palabras: 1.197 palabras

Resumen: SungHo simplemente había salido a comer con un amigo… no se esperaba ligar de aquella forma mientras almorzaba.

Notas: inspirado por esos mensajes que un día mandó Rie al bubble contando cómo había ido a comer con Mill y el señor del puesto donde se sentaron no había parado de ligar con él durante todo el rato.

Comentario de autora: siempre había querido escribir sobre estos dos y como me hizo gracia la anécdota, decidí que tenía que usarla. Espero que os guste.

 

I want you (to bite me)

 

            SungHo y YongSoo habían acabado sentándose en un puesto de carne a comer después de hacer las compras pertinentes en el mercado que había cerca del piso que ambos compartían. Dejaron las bolsas en el suelo, bajo la mesa y casi cuando no habían terminado de acomodarse, el joven de aquel puesto se acercó a ellos para dejarles un par de vasos de metal y los cubiertos, preguntándoles por lo que querían beber. SungHo, todavía colocando bien las cosas, ni siquiera alzó la cabeza para responderle lo que él quería y cuando finalmente la alzó, el joven ya se había perdido tras la nevera. Como tenía que ir al baño, le dejó encargado a su amigo y compañero de piso lo que quería para comer y se alejó del pequeño puesto sin mirar atrás y sin darse cuenta por ello que quien lo regentaba no le quitaba la vista de encima. Para cuando regresó del baño, la comida ya estaba siendo preparada en la mesa y el joven del puesto sentado a ella, manteniendo una animada conversación con YongSoo.

 

            —¿Qué me he perdido? —preguntó, sentándose de nuevo, inclinando su cabeza para saludar al otro.

            —No mucho —respondió YongSoo, sonriendo ampliamente—. El dueño ha dicho que nos va a preparar él la carne, porque no tiene otros clientes.

            —Un trato vip para unos clientes vip —añadió el joven, sonriéndole también—. Aunque en realidad es porque me aburro un poco simplemente esperando a que llegue alguien más a esta esquina apartada del mercado y ya que habéis decidido pasaros por aquí, merecéis probar carne de la buena, cocinada por un experto.

            —Muchas gracias —dijo SungHo, realmente agradecido porque el dueño hiciera algo como aquello por ellos.

 

            La verdad es que en aquella esquina apartada del mercado apenas pasaba gente, todos rondaban el centro del gran lugar, donde estaban los puestos más grandes, de compra y de comida, a lugares apartados como aquel pocas veces se iba. SungHo y YongSoo habían desarrollado el gusto por ir a aquel mercado tradicional porque los productos eran más frescos y más baratos que en cualquier supermercado y además las señoras de los puestos los solían tratar genial y a veces les daban alguna cosa gratis de más. También se comía bien en el lugar, daba igual al puesto de comida al que te acercaras, siempre se comía genial y habían ido encontrando poco a poco diferentes sitios, acercándose hasta aquellos puestos olvidados generalmente de los márgenes del mercado.

 

            —¿Sois trainees? —les preguntó repentinamente el dueño, haciendo que ambos se sobresaltaran primero por lo repentino de la pregunta—. Si lo sois no os preocupéis, que os guardo el secreto —añadió, guiñándoles un ojo.

            —No, no, no lo somos —respondió SungHo, sin poder evitar reír—. Somos solo universitarios normales.

            —Vaya desperdicio entonces —comentó el otro—. Con esas caras tan guapas que tenéis los dos, podríais ser idols perfectamente, sobre todo tú —dijo, señalando a SungHo—. ¿Te ha dicho alguien antes que eres precioso?

 

            SungHo casi se atragantó con su propia saliva al escuchar aquel comentario y estuvo tosiendo un rato, tratando de no ahogarse. Aquella habría sido una muerte muy poco digna. YongSoo lo ayudó dándole golpecitos suaves en la espalda y cuando finalmente se le hubo calmado la tos, bebió del vaso de agua para tratar de calmar el dolor de su garganta. Aquel comentario le había pillado completamente desprevenido porque lo que menos se imaginaba es que el dueño de aquel puesto de carne le echara un piropo como aquel.

 

            La conversación en ese momento varió completamente de tercio, el dueño preguntándoles simplemente por su vida universitaria o hablando de cómo el negocio había días que estaba lleno a rebosar y otros en los que si aparecía alguien tan encantador como ellos tenía que dar las gracias. Fue agradable, bastante agradable con ellos, sonriendo y conversando como si fueran amigos de toda la vida y SungHo lo agradeció porque realmente con los exámenes apenas había tenido contacto humano aparte del de YongSoo o breves saludos con sus compañeros de clase el día de algún examen. La comida también fue bastante deliciosa porque hacía demasiado tiempo que no comía carne y porque el dueño del puesto también tenía un don cocinando.

 

            Cuando finalmente terminaron de comer, YongSoo se excusó diciendo que tenía que ir al baño a la hora de pagar y SungHo acabó pagando por los dos y apuntando en su móvil lo que el enano desvergonzado le debía para pedírselo más tarde.

 

            —Espero que no te haya molestado lo de antes —comentó el dueño del puesto, mientras recogía un poco la mesa en la que habían estado sentado—. El piropo, quiero decir, porque de verdad que eres muy guapo.

 

            SungHo no pudo evitar agachar su cabeza, un poco avergonzado por aquello porque realmente nunca antes le habían dicho que era guapo ni lo habían reiterado momentos después. Su corazón latió como loco dentro de su pecho y probablemente sus mejillas y la punta de sus orejas se volvieron de color rojo intenso porque sintió cómo el calor le subía.

 

            —No… no me ha molestado… —acabó atreviéndose a decir—. Solo no estoy… acostumbrado a recibir… halagos.

            —Me partes el alma al decir eso —respondió el dueño, como si estuviera terriblemente ofendido porque nadie lo hubiera llamado “guapo” antes—. Mi nombre es KyuBin, por cierto —le dijo, tendiéndole la mano—. ¿Cuál es el tuyo?

            —SungHo… —murmuró en respuesta.

 

            Entonces alzó su cabeza para estrecharle la mano y lo recibió la sonrisa calidad de KyuBin, dejándolo paralizado durante unos momentos. Aquel que lo había llamado precioso era bastante atractivo también, alto y de espalda ancha, probablemente traería loquitos a más de un tío y de dos porque parecía de los que arrasaba por allí por donde pasaba, aun con el uniforme desastrado y manchado se le podía ver que no era alguien ordinario.

 

            —Pues bien, SungHo, la próxima vez que vengas, te daré un servicio aún más especial —le dijo, mirándolo intensamente, como si se lo quisiera comer de arriba abajo.

 

            Y SungHo se despidió de él diciéndole que esperaba aquella próxima vez cogiendo las bolsas y huyendo hacia la salida porque no se veía capaz de estar solo junto a él mientras esperaba a que YongSoo volviera del baño sin reprimir aquel sentimiento que había surgido en su interior en respuesta a la mirada de KyuBin, el sentimiento de querer que éste se lo comiera entero.

 

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