Título: Want you to sing on my body
Autora:
Riz Aino
Parejas:
KyuJung (KB + YooJung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, romance, smut, pwp
Número de palabras:
1.219 palabras
Resumen:
a TaeYeob le gusta poner a prueba la paciencia de KyuBin.
Advertencias:
relaciones sexuales explícitas, ni más ni menos.
Notas: inspirado por
todas las veces en las que YooJung le da la lata a KB y sale impune porque KB
tiene una paciencia infinita con él.
Comentario de autora: quería
hacer algo bastante sexy con esta historia y creo que he conseguido la vibra
que quería. Espero que os guste.
Want
you to sing
on
my body
TaeYeob adoraba poner a prueba la
infinita paciencia de KyuBin. Éste era como un remanso de paz por lo general,
aunque siempre tenía ideas locas que llevar a cabo o hacía comentarios
demasiado estúpidos que provocaban que TaeYeob no pudiera evitar reír a carcajadas
por sus ocurrencias, por eso a TaeYeob le encantaba sacar lo peor de él. A
veces lo único que quería era enfadarlo un poco, porque un KyuBin dulce y
locamente enamorado de él era algo encantador, pero un KyuBin cabreado con él
era demasiado sexy; otras veces lo único que quería era tentar al mayor para
sacar a la luz sus deseos sexuales más primitivos y salvajes por él y tener de
aquella forma una buena ración de sexo intenso. A TaeYeob le gustaba aquella
dualidad. Le gustaba que en un momento pudiera pasar de observarlo como si
fuera todo su mundo, con una galaxia completa brillando en sus ojos, a mirarlo
fijamente como si se lo quisiera comer entero y no dejar nada de él, sus ojos
brillando con el fuego del deseo más puro y esencial. Le gustaban aquellas dos
facetas de él, pero le gustaba muchísimo más que KyuBin fuera algo más salvaje
con él en algunas ocasiones… y aquella era una de esas ocasiones.
Era fin de semana, no tenían nada
que hacer y ambos estaban por la casa simplemente disfrutando del escaso tiempo
libre que el finde les permitía tener, descansando. No obstante, para TaeYeob,
descansar solo era aburrido y tenia muchas ganas de algo más. Tenía ganas de
que KyuBin recorriera su cuerpo con sus grandes manos o lo llenara de
chupetones por todas partes y, sobre todo, necesitaba sentir el calor de su
cuerpo contra el suyo. Necesitaba perderse en las sensaciones de un exquisito
orgasmo y simplemente disfrutar del contacto del mayor, mezclar sus
respiraciones jadeantes y meterle la lengua hasta la campanilla. Por ese
motivo, TaeYeob había empezado a tentar a KyuBin aquel día… primero jugando con
sus pies en el sofá donde ambos estaban repanchingados viendo una película a la
que el mayor le estaba prestando atención infinita, dándole pequeñas pataditas
para llamar su atención, molestándolo de aquella forma. No obstante, aquello no
era suficiente para provocar que el mayor se cabreara con él ni que se pusiera
caliente para que acabaran en la cama, para eso necesitaba mucho más. TaeYeob
comenzó entonces a buscar con su pie la entrepierna de KyuBin, haciéndolo
saltar por la sorpresa y provocando que lo observara fijamente, a tan solo un
pequeño paso de finalmente perder los nervios y que TaeYeob cumpliera sus
objetivos.
Con aquello en mente, el chico se
puso de rodillas sobre el sofá y se acercó al cuerpo de KyuBin, comenzando a
dejar besos por cada lugar que tenía accesible. Uno sobre su grande y huesuda
mano, otro en sus musculosos bíceps, otro en la base de su cuello, cerca de su
clavícula y el último sobre su mejilla antes de alejarse un poco de su cuerpo
para esperar su reacción. El mayor giró su rostro hacia él y lo miró fijamente,
más que ardiendo de deseo, su mirada ardía de curiosidad y tenía su ceja
derecha levantada, interrogante. TaeYeob se puso de morros durante un segundo
porque así no iba a conseguir nada y después aprovechó para acercarse
rápidamente al rostro del mayor y dejar un corto beso sobre sus labios y otro y
otro y otro, solo alejándose de él cuando KyuBin quiso corresponder a la
muestra de afecto. El mayor siguió el movimiento de TaeYeob al retirarse,
buscando atrapar de nuevo sus labios con los suyos, pero éste se alejó de él,
de su cuerpo, yéndose hasta la otra punta del sofá. Una expresión molesta
apareció en el rostro de KyuBin, sus ojos esta vez ardiendo con furia y TaeYeob
supo que estaba a punto de conseguir lo que quería… solo necesitaba un
empujoncito más.
Rápidamente, TaeYeob se levantó del
sofá, provocando que la reacción inmediata de KyuBin fuera tratar de agarrarlo
para que no se fuera, pero estaba fuera de su alcance y no lo consiguió. TaeYeob
esbozó una sonrisa triunfal y, en ese momento, el brillo en la mirada de KyuBin
se volvió completamente salvaje. Antes de que el chico pudiera reaccionar, el
mayor ya se había levantado del sofá como un rayo y se había colocado a su
lado, agarrando con una de sus manos su cadera y con la otra su nuca para
inmovilizarlo por completo, buscando sus labios. Un beso hambriento, con mucha
fuerza y con un ritmo salvaje que a TaeYeob le costó corresponder porque no
paraba de sonreír dentro de este porque por fin había conseguido lo que quería.
Siguieron besándose, una y otra vez, casi sin darse tiempo a respirar,
simplemente queriendo más y más del otro y consiguiéndolo todo, jugando con sus
lenguas, mordiendo a veces sus labios, lamiéndose, compartiendo su saliva hasta
que, en un momento de su sesión de besos KyuBin llevo sus dos manos hasta su
trasero, agarrándolo y alzando sus pies del suelo sin esfuerzo. TaeYeob se
sorprendió un segundo porque había sido inesperado, pero al momento ya había
envuelto la estrecha cintura del mayor con sus piernas.
—Voy a hacer que te arrepientas de molestarme
mientras veía la película —le dijo, todavía contra sus labios.
—Haz que me arrepienta —le pidió TaeYeob.
Notó la sonrisa de KyuBin contra sus
labios y no pudo evitar replicar otra en sus labios porque por fin iba a
obtener lo que había querido aquel día. De forma inmediata, KyuBin comenzó a
andar hacia la habitación y después lo dejó sobre la cama, comenzando a
desnudarlos a ambos con rapidez y quizás algo de brusquedad. TaeYeob no se
quejó porque le encantaba cuando los movimientos del mayor estaban llevados por
el deseo además de por el cariño, le gustaba cuando sus manos grandes lo
tocaban y agarraban sin miedo a nada, adoraba cuando sus besos le dejaban
marcas por todo su cuerpo y le susurraba todo lo que quería hacerle con aquella
voz grave que despertaba todos sus sentidos y que le provocaba escalofríos. Le
gustaba que se introdujera por completo en su cuerpo, le gustaba que le besara
la espalda mientras lo hacía, rápido, fuerte, dejándolo sin respiración,
debilitándolo con cada penetración. Le gustaba que KyuBin lo dejara al borde
del abismo, dando con su miembro una y otra vez en su próstata, le gustaba
sentirse completamente lleno por él hasta alcanzar el orgasmo… y KyuBin le dio
todo aquello y más en esa ocasión, hasta que TaeYeob cayó rendido sobre la
cama, totalmente satisfecho y feliz porque había conseguido lo que había
querido.
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