Autora:
Riz Aino
Pareja:
YuJae (Yuta + JaeHyun) (NCT)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, vampire, romance, drama, light angst
Número de palabras:
832 palabras
Resumen:
con los siglos… la ausencia de su amor perdido está matando a Yuta.
Advertencias:
mención a muerte de personajes (en el pasado) y bueno, Yuta es un vampiro, está
muerto.
Notas: historia
escrita porque el cb de Favorite y toda la temática de vampiros me hizo mucho
daño.
Comentario de autora:
a mí no se me puede poner un cb de vampiros delante de mi cara y esperar que yo
no escriba nada sobre ello porque es imposible, así que, aquí estamos. Espero
que os guste.
죽겠다 (Killing Me)
Por su condición como vampiro, Yuta
ha vivido en el mundo más eras de las que puede contar o recordar porque con el
paso de las décadas, de los siglos, de los milenios, su memoria se ha ido diluyendo
y solo es capaz de recordar los eventos más importantes de su larga vida. Ha vivido
demasiados cambios, ha visto cómo el mundo que lo rodeaba era diferente cada
vez que abría y cerraba sus ojos, evolucionando, cambiando, retrocediendo y
avanzando. Ha pasado tanto tiempo en el mundo que la mayoría del tiempo solo ha
estado aburrido, hastiado, cansado de la monotonía, intentando cosas nuevas,
experiencias increíbles, viajes de una punta a la otra del globo, tratando de
esconder de esa forma que nunca envejece, que nunca cambia como sí lo hace el
mundo a su alrededor, que siempre permanece joven y nunca muere, porque los
vampiros siempre han sido difíciles de matar, aunque no imposibles, porque cada
ser en el universo tenía su ciclo de vida y muerte, incluso aquellos cuyo ciclo
se detenía durante largos periodos de tiempo.
Y Yuta siente que ya ha vivido
demasiado y comienza a marchitarse.
Hace siglos que siente que su vida
no es la misma, que su cuerpo no le responde de la misma forma que siempre le
ha respondido. Hace siglos que su monótona vida no le proporciona ninguna
satisfacción, hace siglos que la sangre que bebe para poder mantenerse en pie
no le sabe más que a cenizas, hace tiempo los cambios a su alrededor no lo
divierten ni lo entretienen, sino que lo asustan porque hacen su existencia
mucho más complicada y lo único en lo que el vampiro puede pensar es en el
pasado, en los momentos más felices de su casi inmortal vida, en los momentos
que pasó junto a JaeHyun, la única persona de la que se permitió enamorarse, el
único humano que consiguió que Yuta se olvidase de su condición como vampiro y
realmente disfrutara de un par de décadas junto al otro que se grabaron a fuego
en su memoria antes de que JaeHyun muriera debido a una epidemia.
En el momento, Yuta trató de
salvarlo, trató de hacer todo lo posible por él, para que no muriera, para que
no lo dejara solo en aquel mundo que le venía grande si no estaba junto a él…
pero no pudo hacer nada y, finalmente, JaeHyun lo dejó. Y es, desde ese
momento, que la ausencia de su amor perdido está matando a Yuta, con los
siglos, volviéndose irremediable porque sin JaeHyun, Yuta no quiere seguir
viviendo. No obstante, un día, Yuta comienza a recuperar poco a poco el control
de su cuerpo y éste comienza a recuperar todo su esplendor, la sangre que bebe deja
de saberle a cenizas y deja de marcharse, de morirse… porque, ante él, aparece
de nuevo la persona que más ha amado, la única que ha amado y la que echaba
terriblemente de menos.
Han pasado muchos siglos y no es él.
No es su JaeHyun quien se cruza en su camino una noche, de madrugada, que sale
de caza para beber algo de sangre y seguir manteniendo su cuerpo hasta que éste
finalmente terminara por dejar de existir. Sabe perfectamente que no es la
persona que ha estado echando de menos todos aquellos siglos y por la que ha
estado muriendo lentamente después de que se fuera de su lado. No es él porque
JaeHyun no lleva el cabello largo recogido ni se viste con un hanbok, no es él
porque JaeHyun ya no se llama JaeHyun, sino YoonOh, no es él porque lo vio
morir entre sus brazos, siglos atrás; pero a la vez es él. Son sus rasgos,
idénticos a los que recuerda, es su sonrisa, que forma hoyuelos en sus
mejillas, es su voz, grave y aterciopelada, y son sus ojos, que lo miran como
si contuvieran un millón de estrellas en ellos. No es su JaeHyun porque su
JaeHyun murió, pero está seguro de que es su reencarnación y Yuta no quiere perder
el tiempo, no quiere morirse, ya no siente que haya vivido demasiado porque
ahora puede estar de nuevo junto a él, con el amor de su vida, y esa vez,
quizás, podrían estar juntos para siempre.
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